3. El mundo contemporáneo tiene muchos medios para
abstraerse de la realidad inmediata (la televisión, el
fútbol, etc.). de la lectura de los titulares de los periódicos
podríamos deducir que la crisis ecológica no es una
cuestión urgente, por más que los accidentes de
petroleros o de centrales nucleares aparezcan de vez en
cuando en la prensa. No obstante, ocasionalmente los
medios de comunicación citan informes, estudios o
declaraciones que reconocen la gravedad de la
situación.
4. En última instancia, el respeto por la
naturaleza es una cuestión de percepción. No
podemos respetar a la naturaleza si no nos
podemos respetar a nosotros mismos. La
actual cultura occidental es la única que ha
concebido la naturaleza y el cuerpo como
mecanismos (Descartes los consideraba una
suerte de relojes, hoy en día se habla de la
naturaleza y el cuerpo en términos
informáticos)..
5. Si exceptuamos el Occidente de los últimos
siglos, todas las culturas de la historia han
entendido el mundo como un gran
organismo, algo vivo que no depende de
nosotros, sino que nosotros dependemos de
él. En el Renacimiento, por ejemplo, se
consideraba que el mundo era un animal
cósmico y se hablaba de la anima mundi, el
alma del mundo, con las que todos
estábamos vinculados. En el fondo, no
llegaremos a respetar realmente la
naturaleza hasta que aprendamos a verla
como un ser vivo, animado, hasta que no nos
demos cuenta de que nosotros también
somos naturaleza, naturaleza que camina,
respira y habla
6. No solemos darnos cuenta de la mayoría de la
agresiones que hacemos en la naturaleza. Vivimos
en una sociedad cuyos pilares son la producción y el
consumo ilimitados. Tendemos a pensar que más
consumo significa más felicidad; es evidente que
por debajo de cierto nivel de pobreza es
prácticamente imposible tener una vida digna, pero
una vez satisfechas nuestras necesidades básicas, el
aumento del consumo no tiene que nada que ver
con el bienestar o la felicidad. Ahora bien, el mundo
contemporáneo tiene una especie de adición al
consumo: siempre queremos más cosas, más
novedades. Quien paga esto es, por una parte, la
naturaleza y por otra, los países del sur, países cuya
pobreza es la base de nuestra riqueza. Además este
modelo no es generalizable, porque, por ejemplo, si
toda la humanidad tuviera la media de automóviles
europea la atmósfera se destruiría.
7. Si queremos respetar la naturaleza tenemos
que encontrar, individual y colectivamente
otro estilo de vida. No sólo se impone
consumir productos más ecológicos, también
hay que consumir menos. Esto no significa
imponer un modo de vida ascético ni volver a
estructuras primitivas, pero sí implica
renunciar al sueño, a la pesadilla, del
progreso material ilimitado y encontrar
pautas de vida más sencillas y dignas,
aprovechando las ventajas de la tecnología
pero sin dejar que éstas nos deslumbren.
8. Un Parque Nacional es un área natural poco
transformada por la explotación u ocupación humana
que, en razón a la belleza de sus paisajes, la
representatividad de sus ecosistemas, o la singularidad
de su flora, de su fauna o de sus formaciones
geomorfológicas, posee unos valores ecológicos,
estéticos, educativos y científicos cuya conservación
merece una atención preferente. En ellos se podrá
limitar el aprovechamiento de los recursos naturales,
prohibiéndose en todo caso los incompatibles con la
finalidades que hayan justificado su declaración.
9. En la actualidad, para la declaración de un
Parque Nacional de la red es necesario que dicho
espacio sea susceptible de ser declarado como
Parque por ley de las Cortes Generales y que su
conservación sea declarada de interés general de
la nación. Este interés se apreciará en razón a
que el espacio sea representativo de los
principales sistemas naturales españoles.
10. Los objetivos generales de
un Parque Nacional son:
Conservación de los valores naturales y
culturales, la diversidad biológica y el
paisaje.
Concienciación a la sociedad sobre la
necesidad de protección del medio natural
a través de un sistema público regulado.
Investigación dirigida a contribuir a una
mejor gestión de los recursos naturales.
Favorecer el desarrollo sostenible de la
zona en que se asienta.
11. Objetivo de la Estrategia Mundial
Mantener los procesos ecológicos esenciales y los
sistemas vitales.
Preservar la diversidad genética.
Asegurar el aprovechamiento sostenido de las
especies y de los ecosistemas.