1. Escritura olmeca
Los 62 glifos del Bloque de Cascajal.
Artículo principal: Escritura olmeca
Varias de las más tempranas piezas de alfarería olmeca muestran representaciones
iconográficas que podrían ser códices, lo que sugiere que el empleo del papel amate y
de una escritura bien desarrollada existía desde la época en que los olmecas vivieron su
florecimiento. También es muy difundida la idea de que los glifos representados en la
escultura monumental conocida como Monumento del Embajador —Monumento 13 de
La Venta— representan una temprana forma de escritura olmeca. Esta suposición fue
reforzada en 2002 mediante el anuncio del descubrimiento de símbolos similares en el
yacimiento de San Andrés (poniente de Tabasco), los cuales han sido fechados por
radiocarbono alrededor del año 650 a. C. (Pohl, 2002: 8).
En septiembre del 2006, un reporte publicado por la revista Science anunciaba el
descubrimiento del Bloque de Cascajal, una pieza de dimensiones modestas (36 por 21
cm, con un grosor de 13 cm) tallada en serpentina con 62 caracteres grabados que no
eran similares a otros encontrados en los yacimientos arqueológicos mesoamericanos.
La piedra fue descubierta por los pobladores actuales de la llamada área nuclear olmeca
y ha sido fechada por los arqueólogos aproximadamente en el año 900 a. C. (Rodríguez
Martínez et al., 2006; Terrae Antiquae, 2006). Si la autenticidad y el cálculo sobre la
época en la que fue producida la pieza fueran corroborados, el Bloque de Cascajal se
convertiría en el testimonio de escritura mesoamericana más antiguo que se conozca.
Por otra parte, se ha propuesto que el sistema de escritura llamado epi-olmeca pueda ser
el testimonio de la escritura usual de la sociedad olmeca antes de su declinación
definitiva.