El arqueólogo mexicano Alberto Ruz descubrió la tumba del rey Pakal de Palenque el 15 de junio de 1952 después de 4 años de excavaciones en el Templo de las Inscripciones. Encontró una losa de piedra de 10 toneladas con la imagen de un hombre elevándose hacia un ave, que se cree representa al rey Pakal ascendiendo al cielo después de morir. La máscara funeraria de jade del rey Pakal y otros artefactos hallados en su tumba han proporcionado valiosa información sobre la cult

1. El astronauta de Palenque
o el hombre con rostro de Jade
El 15 se Junio del 2015, se cumplieron 63 años del descubrimiento
que cambiaría para siempre la historia de la cultura maya. Hasta ese
entonces, los arqueólogos solo pensaban que eran las pirámides de
Egipto las que contenían restos de soberanos. Pero el arqueólogo
nacionalizado mexicano, Alberto Ruz, tendría la oportunidad de
cambiar esa idea. Por más de cuatro jordanas de excavaciones,
retirando la tierra que bloqueaba una escalera, la mañana del 15 de
Junio de 1952, en el Templo de las Inscripciones Alberto Ruz
encontró la tumba del rey Pakal.
Erik von Daniken fue uno de los divulgadores a ultranza, de la idea
de que era un astronauta que conducía su nave espacial, sus ideas se
popularizaron por décadas y así fue conocido.
Durante siglos, la ciudad maya de “Lacam Ja” o Santo Domingo de
Palenque, -como es conocida desde el siglo XVI - estuvo aislada de la
civilización. Los lugareños no la visitaban, porque pensaban que
estaba encantada y los saqueadores, se mantenían al margen, por
los peligros que les acechaban. Había la creencia, que la selva tenía
alma y se movía constantemente para extraviar a quien se internaba
en ella. Los hacía caminar durante días para desesperarlos y se
rindieran. Con el cansancio, la sed y la inanición alucinaban y
escuchaban que la selva se reía porque estaba próximo a devorarlos
y así vengarse de quien osaba profanarla.
Esa fue la razón por la que la ciudad maya de Palenque, se mantuvo
durante varios siglos sin que fuera saqueada, hasta los inicios del
siglo XX, en el que el Instituto Nacional, comenzó su rescate para dar
a conocer la grandeza de la cultura que floreció en la zona de
Chiapas.

2. Preguntas:
¿Cuándo se hicieron los primeros intentos de estudiar
científicamente el sitio arqueológico?
¿Es realmente un astronauta el personaje tallado en la piedra?
¿Cómo fue su descubrimiento?
¿Que simboliza el dibujo esculpido en la lápida? ¿Quién es el
personaje tallado en la loza de piedra?

3. Intro:
Cuando llegaron por primera vez los expedicionarios españoles a
Lacam Ha (Palenque Chiapas), habían pasado 600 años de haber sido
abandonada. Palenque constituyo una de la ciudades más
importantes de la zona maya. De acuerdo a los arqueólogos, los
primeros asentamientos datan de casi 300 años a. C. Y fue una de las
ciudades que junto con Tikal y Calakmul, lograron distinguirse por su
grado de civilización. Fue Palenque uno de los sitios más importantes
del clásico maya.

4. Aspectos interesantes:
“La escultura, nítida, equilibrada, es una de las más bellas y refinadas
que se conocen”.
Una de las cosas que más hay que destacar es que la lápida, monolito
esculpido al alto relieve, fue construido desde un inicio, antes de
terminar la pirámide de 7 escalones. Los artesanos cincelaron en un
rectángulo de piedra con un peso aproximado de 10 toneladas, mide
3.80 metros de largo, por 2 de ancho y 25 centímetros de espesor.
La lápida tiene un personaje cincelado, que se encuentra en posición
fetal ascendiendo hacia el cielo. En la parte superior se encuentra
un ave, que los estudiosos la asocian con el Kúk o Ketzal, ave
endémica de la zona, a la cual los mayas le dieron una connotación
de lo más espiritual que existe.
En el México antiguo, el ketzal, era sinónimo de belleza y
espiritualidad, recordemos el símbolo de Kukul kan o Quetzalcoatl,
que era uno de los símbolos de la sabiduría. Incluso la bandera de
México, lleva los colores de la tonalidad de esa ave.
El astronauta de Palenque, como lo sugirió por primera vez el
escritor ruso Alexander Kazantsev para la revista francesa “Planete”
-de la corriente realismo fantástico-, su idea encontró eco en el
escritor Von Daniken, de que el relieve de la piedra sugería un
astronauta manipulando los mandos de una nave espacial. “Según
ellos la posición que adopta el personaje es muy parecida a la que
toman los astronautas dentro de las cápsulas espaciales”.
Recordemos que en la década de los 60s estaba en auge los primeros
viajes espaciales.
La idea era muy sugerente y Daniken en sus libros -que fueron ser
best seller-, utilizó la imagen de portada para varias ediciones,

5. llevándolo a ser conocido mundialmente con ese nombre. ¿Pero en
realidad es un astronauta?
En lo que hasta ahora se conoce de los mayas, no han hablado de
seres venidos del espacio. Si tenían gran conocimiento astronómico,
incluso sus observaciones astronómicas influyeron en los pueblos
que se asentaron en la parte central de México, teotihuacanos,
toltecas, zapotecas Mixtecas, y posteriormente los aztecas.
Pero no dejaron nada asentado en su escritura. Pudieron haber visto
cosas en el espacio, en una parte de la península del sureste, tiene
la característica de que hay una parte totalmente plana, no hay
cadenas montañosas, por lo que las observaciones más precisas, se
hicieron desde ese lugar. En la vieja Chichen Itzá, se encuentra un
observatorio astronómico, donde se registraban los movimientos de
Venus. Descubriendo que dicho planeta, su translación a lo largo del
año es similar a una flor de cuatro pétalos.

6. Descubrimiento del sarcófago maya:
El nacionalizado mexicano Alberto Ruz, es considerado por muchos,
como el Howart Carter del continente americano. Por más de cuatro
años, estuvo trabajando en la recién descubierta zona maya de
Palenque. Financiado por la fundación Rockefeller y fondos del
Instituto Nacional de Antropología, estuvo por años acondicionando
la zona, despejando de escombros y remodelando edificios, para
que fuera visitada por turistas.
Por la espesura de la selva se había mantenido prácticamente
intacta. Se habían realizado excavaciones, desde mediados del siglo
XIX, extrayendo algunos monolitos y piezas de cerámica. Los
lugareños se mantenían al margen, pues creían que el lugar estaba
encantado y que la selva devoraba a todo aquel que se internaba en
ella con la pretensión de robar.
Hasta 1950 el único medio de transporte era el ferrocarril y en el
llegaban los pocos aventureros que tenían la intención de descubrir
algo.
Los primeros pioneros españoles, que comenzaron a poblar los
alrededores, escuchaban rumores de los habitantes que en el
interior de la selva existía una cuidad misteriosa. El rey Carlos III
ordenó la primera expedición científica en 1787, y se hicieron los
primeros intentos de acondicionarla para su estudio. Más de 200
personas trabajaron en el sitio, pero al retirarse, la selva volvió a
apoderarse de los edificios, fue a inicios del siglo XX, que
nuevamente se hicieron intentos de despejarla y retirar la maleza de
los vetustos edificios.

7. Fue hacia el final de la década de los 40s, que el arqueólogo Alberto
Ruz inició sus jornadas de excavaciones, trabajando en uno de los
edificios llamado el Templo de las inscripciones, -nombrado de esta
manera-, por encontrarse en los muros una serie de inscripciones
jeroglíficos mayas.
Después de quitar los escombros, Ruz notó que el muro no
terminaba en el suelo, sino que continuaba, parecía continuar por
debajo, descubrió que una de las losas, tenía varios tapones de
piedra, después de retirarlos, logró descubrir que se podían
introducir sogas, con el personal que lo acompañaba, lograron
mover la tapas de piedra, descubriendo una serie de escalones que
descendían hacia abajo, como una especie de sótano, en el Templo
de las Inscripciones.
Después de remover la tapa de piedra, a medida que despejaban el
pasadizo, decidió inmediatamente seguir las escaleras hasta el final,
a pesar del exhaustivo trabajo que ello implicaba y durante 3 años,
el trabajo avanzó lentamente, se sacaron del pasadizo y a mano mas
de 400 toneladas de escombro y tierra. A finales de la tercera etapa,
no habían hallado ningún indicio de lo que contenía el sótano.
Comenta Alberto Ruz que: “El el pasadizo fue tapado
deliberadamente, es decir, de manera intencional”. De acuerdo a los
expetos,el túnel fue sellado, después de haber colocado al rey de
palenque.
Fue hasta principios de Junio de 1952, que llegaron al final del pasillo,
a medida que despejaron el pasadizo iban apareciendo mas y mas
escalones, por fin lograron alcanzar el final del pasillo, topándose con

8. el final del mismo. A uno de sus lados encontraron una losa de piedra
a manera de pared falsa, que tenía algunas perforaciones, solicitó a
los ayudante una linterna de petróleo, la introdujo en uno de los
agujeros y logró ver con asombro lo que había dentro de esa cámara.
A primera vista observó una serie de estalactitas que se habían
adherido a una monumental loza de piedra tallada.
Al adentrarse en la cámara, logró observar que dicha losa, se
apoyaba sobre un inmenso bloque con relieves tallados. Con gatos
hidráulicos y ayudados con polines de madera, comenzaron a
levantar la loza de piedra, de 10 toneladas de peso.
Debajo encontró otra piedra que cubría el nicho. Retirándolas con
sogas, descubrió al soberano que yacía dentro pintado de rojo y con
una máscara mortuoria de jade. El arqueológo Alberto Ruz, había
encontrado la cámara funeraria del primer rey, que se había
encontrado en una pirámide maya.
¿Quién era el soberano?
La escena tallada era muy clara, mostraba a un hombre elevándose,
a las alturas, como si quisiera encontrarse con el ave divina, que se
posa sobre la ceiba, -el árbol espiritual por antonomasia- de los
mayas, símbolo del conocimiento y sabiduría divina.
Han pasado décadas de estudio de la escritura maya, así como de
investigaciones de la lápida encontrada en la cámara funeraria del
rey Pakal.
El investigador Guillermo Bernal Romero, del Centro de Estudios
Mayas de la UNAM, consiguió descifrar el jeroglífico y corroborar las
hipótesis de cómo se llamaba el gobernante. Descifró íntegra la frase

9. que le da nombre: “b’olon yoj te’ naah u k’ab’a’ u mukil k’inich jan
pakal”; que en español significa “La casa de las nueve lanzas afiladas
es el nombre de la tumba de K’inich Janaahb’ Pakal, sagrado
gobernante de Palenque”.
El nombre se encuentra en el muro del Templo de las Inscripciones,
descifrar su significado permitirá hacer la lectura no sólo de la
cámara funeraria sino de al menos 50 textos mayas más donde
aparece este glifo.
K'inich Janaab' Pakal “el Grande”, de acuerdo a los especialistas
entre el siglo séptimo aproximadamente.
Interpretación oficial: La escena representada sobre la lápida que
cubre el sarcófago representa el instante de la muerte de Pakal y su
caída al Inframundo. Todo el evento está enmarcado por una franja
celeste, con kin (día, sol) en la parte superior derecha o noreste y
akbaal (noche, oscuridad) en el extremo izquierdo o noroeste. El
paso de Pakal de la vida a la muerte es representado con el
movimiento del sol de este a oeste. El fondo de la escena está lleno
de signos —conchas, abalorios de jade y otros— que se encuentran
sobre volutas de sangre.
De acuerdo a las conjeturas que se han realizado respecto a la lápida,
de toneladas, es la de que fue elaborada antes de sellar el templo,
por lo que tuvo que ser construida bajo el reinado del soberano.
De acuerdo a la espiritualidad mesoamericana, el jade era una de las
piedras a las que se les tenía mayor aprecio, mucho más que el oro.
Los yacimientos más conocidoa y de mayor abundancia de material,
se encontraban en Guatemala, por lo que es muy posible de que las
piedras fueran traídas de esa región y fuera elaborado por manos
expertas en pedrería.

10. Dentro de la filosofía maya, uno de los preceptos era el ser
verdadero, ser íntegro, adquirir un rostro y un corazón, solo así se
podía llegar con los dioses.
El ave, con rostro de Zamna, era el reflejo de la luz de arriba.
Fue un Halach Uinik, un título que se les daba a los que
verdaderamente habían logrado ser hombres, en todo el sentido que
la palabra implica.
Máscara de Pakal: Clásico tardío (683 de Cristo)
Máscara de mosaico elaborada en jade, concha y obsidiana. Forma
parte del ajuar funerario del gobernante de Palenque Kinicg Janaa
Pakal.
La máscara muestra rasgos de un joven con deformación craneal, e
incisivos en forma de Ik, el soplo de la vida. Comentan algunos
estudiosos que se relaciona con el dios del Maíz, a quien se relaciona
con los gobernantes, como metáfora del sustento.
Contiene 340 teselas de jadeíta, los ojos son de obsidiana con
aplicaciones de concha.

11. “Cuando un pueblo quiere transmitir un mensaje indestructible,
capaz de vencer al tiempo, lo confía a la piedra, el único material que
puede desafiar la eternidad”.
Daniel Reyes