2.
Los recursos compartidos ofrecen a los
usuarios acceso a archivos y carpetas
mediante la red. Los usuarios pueden
conectar con el recurso compartido por la red
y acceder a lo que contienen: aplicaciones
y datos publicos o del usuario. Utilizando
carpetas de aplicaciones compartidas
centralizas la administración y puedes
instalar y mantener aplicaciones en el
servidor de equipos clientes.
3.
Al compartir una carpeta se conseguirá que otros equipos de su
red local puedan acceder a los archivos presentes en ella.
Los equipos de su red local podrán abrir y guardar en ella archivos
y carpetas, como si se tratase de una carpeta más de su propio
disco duro.
Si varios miembros de su red trabajan con los mismos
ficheros, observará que el trabajo en red aporta un aumento de
productividad inmediato.
En la mayor parte de las organizaciones no se hace imprescindible
disponer de determinados elementos por duplicado
(impresoras, faxes, fotocopiadoras, …), ya que no se les va a dar un
uso tan continuado ni personal.
En esos casos concretos, dichos recursos pueden ser compartidos
por varios hosts de la red, lo que permite amortizar sus costes en
gran medida, así como ganar espacio y reducir la complejidad de
los sistemas e infraestructuras.
4. Los sistemas operativos Windows disponen de
dos métodos de control de acceso a los
recursos compartidos:
- Control de acceso a los recursos.
- Control de acceso de los usuarios.