El Señor le pide repetidamente a Santa Faustina que se instituya oficialmente la Fiesta de la Misericordia, que se celebrará el primer domingo después de Pascua. En este día, el Señor derramará un gran caudal de gracias sobre las almas que acudan a la fuente de su misericordia a través de la confesión y la comunión, obteniendo el perdón total de sus pecados.