Santa Faustina enseña que la oración es esencial para todas las almas ya que fortalece la pureza, evita caídas en el pecado, y es la forma en que Dios concede sus gracias. La oración, el silencio y la paciencia fortalecen el alma, especialmente durante momentos de insatisfacción. Además, Santa Faustina promueve una oración especial a la Divina Misericordia a las 3 pm y describe cómo rezar un rosario de la Misericordia.

1. Aprendiendo
a Orar VI
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2. Pensamientos de
Santa Faustina
acerca de la oración

3. A través de la oración el alma se
arma para enfrentar cualquier
batalla.
En cualquier condición en que se
encuentre un alma, debe orar.

4. Tiene que rezar el alma pura y
bella,
porque de lo contrario
perdería su belleza;

5. tiene que implorar el alma que
tiende
a la pureza,
porque de lo contrario no la
alcanzaría;

6. tiene que suplicar el alma
recién convertida,
porque de lo contrario caería
nuevamente;

7. tiene que orar el alma pecadora,
sumergida en los pecados,
para poder levantarse y no hay
alma que no tenga el deber de orar,
porque toda gracia fluye por medio
de la oración"
(Diario, 146).

8. "... El alma debe ser fiel a la
oración,
a pesar de las tribulaciones,
la aridez y las tentaciones,
porque de tal plegaria en gran
medida depende la realización
de los grandes proyectos de
Dios;

9. si no perseveramos en tal
plegaria,
ponemos impedimentos a lo que
Dios quiere hacer a través de
nosotros o en nosotros.
Que cada alma recuerde estas
palabras…"
(Diario, 872).

10. "La paciencia, la oración
y el silencio refuerzan al alma.
Hay momentos en los cuales el
alma debe callar y no conviene
que hable con las criaturas;
aquellos son los momentos de
insatisfacción de sí misma (...)
En tales momentos vivo
exclusivamente de la fe..."
(Diario, 944).

11. "El silencio es una espada en la lucha
espiritual;
(...) El alma silenciosa es capaz de la
más profunda unión con Dios;
vive casi siempre bajo la inspiración
del Espíritu Santo.
En el alma silenciosa Dios obra sin
obstáculos" (Diario, 477).

12. "Debemos rogar frecuentemente al
Espíritu Santo por la gracia de la
prudencia.
La prudencia se compone de:
la reflexión,
la consideración razonable
y el propósito firme.
La decisión final siempre nos
pertenece a nosotros"
(Diario, 1106).

13. … “La oracion involucra el intelecto,
la voluntad y el sentimiento.”

14. "El Señor Mismo me impulsa a
escribir oraciones e himnos sobre
su misericordia..." (Diario, 1593).

15. "Deseo que conozcas más
profundamente el amor que arde en
Mi Corazón por las almas y tú
comprenderás esto cuando
medites Mi Pasión.
Apela a Mi misericordia para los
pecadores, deseo su salvación.
Cuando reces esta oración con
corazón contrito y con fe por algún
pecador,
le concederé la gracia de la
conversión.

16. Esta oración es la siguiente:
Oh Sangre y Agua que brotaste del
Corazón de Jesús como una Fuente
de Misericordia para nosotros, en
Ti confío" (Diario, 187).

18. Hora de la
Misericordia
Según el diario de Santa
María Faustina
Kowalska.
"Yo te recuerdo hija
mía que tan pronto
como suene el reloj a
las tres de la tarde,
te sumerjas
completamente en mi
Misericordia,
adorándola y
glorificándola;

19. invoca su
omnipotencia para
todo el mundo,
y particularmente
para los pobres
pecadores;
porque en ese
momento la
Misericordia se
abrió ampliamente
para cada alma."

20. "A la hora de las
tres imploren Mi
misericordia,
especialmente por
los pecadores;
y aunque sea por un
brevísimo
momento,
sumérgete en Mi
Pasión,
especialmente en
MI desamparo en
el momento de
agonía.

21. Esta es la hora
de gran misericordia
para el mundo
entero.
Te permitiré entrar
dentro de Mi
tristeza mortal.
En esta hora,
no le rehusare
nada
al alma que me lo
pida por los
méritos
de Mi Pasión."

22. Se utiliza un rosario común
de cinco decenas.
1. Comenzar con un Padre
Nuestro, Avemaría, y
Credo.
2. Al comenzar cada
decena (cuentas grandes
del Padre Nuestro) decir:
"Padre Eterno, te ofrezco
el Cuerpo, la Sangre, el
Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo
entero."

23. 3. En las cuentas pequeñas
del Ave María:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de
nosotros
y del mundo entero."
4. Al finalizar las cinco
decenas de la coronilla
se repite tres veces:
"Santo Dios, Santo
Fuerte,
Santo Inmortal,
ten piedad de
nosotros y del mundo
entero."

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