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Número de prueba
Revista Comunista
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Núm. 1. Londres, septiembre 1847. Precio: 2 peniques
Rogarnos a todos nuestros amigos del extranjero que envíen sus artículos y pedidos
a este periódico, franco de porte, a la «Asociación de Cultura Obrera», 191, Drury
Lane, High London. Precio para Alemania, 2 Silbergr o 6 cruzados; para Francia y
Bélgica, 4 sous; para Suiza, 11/2 batzes.
SUMARIO: Introducción. - El Plan de emigración del ciudadano Cabet. -
La Dieta prusiana y el proletariado de Prusia y de toda Alemania - Los
emigrados alemanes. - Revista política y social.
Digitalizado por PROLETARIOS INTERNACIONALISTAS
http://prolinter.foros.ws/
2. b-
LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES , .27
Número de prueba en el asunto, dispersando a los redactores; otras
veces, porque faltaban los medios económicos para
continuar la empresa: los proletarios no podían y
R e v i s t a Comunista los burgueses no querían prestarle ayuda. Después
de todos estos intentos fracasados, hacía ya mucho
proletarios de todos los paises, uníos1 . tiempo que se nos requería desde distintos sitios a
*<, *&S4,
+
que aventurásemos una nueva tentativa aqui en In-
7 '
Núm. 1. Londres, septiembre 1847. Precio: 2 peniques glaterra, donde la libertad de prensa es absoluta y
donde, por tanto, no tenemos por qué temer perse-
Rogarnos a todos nuestros. amigos del extranjero que envien cuciones policíacas.
sus artículos y pedidos a este periódico, franco de poyte, a la
=Asociaciónde Cultura Obrera*, 191, Drury Lane, &gh, Lon- Intelectuales y obreros nos prometían su colabo-
don. Precio para Alemania, 2 Silbergr o 6 cruzados; para ración, pero aún vacilábamos, temerosos de que se
Francia y Bélgica, 4 sous; para Suiza, 11/2 batzes. nos agotasen en poco tiempo los recursos necesarios
SUMARIO: Introducción. - El Plan de emigración del para llevar adelante la empresa. Finalmente, se nos
ciudadano Cabet. -
La Dieta prusiana y el proleta- propuso la creación de una imprenta propia, para
riado de Prusia y de toda Alemania -
Los emigra- . de este modo asegurar la vida del periódico que se
dos alemanes. -
Revista política y social. fundase. Fue abierta una suscripción, los afiliados
a las dos Asociaciones de Cultura Obrera de Lon-
INTRODUCCION
; dres hicieron cuanto pudieron,Con este dinero, traji-
tiempo se reunieron 5 libras.
y aún más, y en poco
mos de Alemania los originales necesarios; los ca-
Miles de periódicos y revistas salen a la luz, todos jistas de nuestras organizaciones los compusieron
los partidcs políticos, todas las sectas religiosas en- gratuitamente, y así puede ver la luz hoy el primer
cuentran su vocero; sólo el proletariado, la masa número de nuestro periódico, cuya existencia, por
inmensa de los desposeídos, estuvo condenada hasta poca ayuda que reciba del continente, estará asegu-
hoy a no poseer un .órgano permanente que defen- rada. Sólo nos falta una prensa, y, tan pronto como
diera incondicionalmente sus intereses y sirviese de reunamos el dinero necesario para adquirirla, dis-
guía. a los obreros en su aspiración por ilustrarse. pondremos de una imprenta en marcha, en la cual
La necesidad de un periódico así concebido ha sido podremos imprimir, además de nuestra revista, otra
sentida no pocas veces y en gran extensión por los serie de folletos de defensa del proletariado. Ate-
proletarios, y en varios sitios se acometió el intento niéndonos a nuestro plan de avanzar con pie firme,
de fundarlo, pero desdichadamente, siempre fraca- nos limitaremos por ahora a expedir este número
saba. En Suiza, aparecieron en breve tiempo, iuio de prueba y esperaremos a ver los recursos que se
tras otro, La Joven Generación, La Buena Nueva, '
nos envían antes de reanudar la publicación. De
las Hojas Actwrles; en Francia, el Adelante, las Hojas aqui a fines de año, esperamos haber recibido las
del Porvenir; en la Prusia renana, El Espejo de la contestaciones necesarias, y para entonces podremos
Sociedud, etcétera, pero todos morían, tras una vida decidir si el periódico ha de publicarse quincenal o
fugaz, unas veces, porque la policía tomaba cartas semanalmente. La publicación mensual está casi ase-
3. la lengua latina, los hijos, la descendencia; los pro-
gurada con la venta de Londres. El precio de cada
letarios eran, pues, una clase de ciudadanos que no
número se fija provisionalmente en 2 peniques, 4
tenían más patrimonio que sus brazos y sus hijos.
osus, 2 silbergrosen o 6 cruzados; sin embargo, tan
Hoy, en que la sociedad moderna se acerca á1
pronto como el número de suscriptores llegue a los
punto culminante de la civilización, con la inven-
2,000, este precio podrá abaratarse considerable-
ción de las máquinas y la creación de las grandes
mente.
fábricas; hoy, en que la propiedad tiende a concen-
Y ahora, proletarios, sois vosotros quienes teh& trarse cada vez más en manos de unas cuantas per-
la palabra. Enviadnos artículos, suscribíos, por poco sonas, se ha desarrollado también en nuestros países,
que podáis, difundid el periódico, aprovechando to-
cada vez más nutrido, el proletariado. Un puñado
das las ocasiones, y laboraréis por una causa santa
de privilegiados posee en propiedad todos los bie-
y justa: por la causa de la justicia contra la injus- -: nes, mientras que a la gran masa del pueblo no le
ticia, por la causa de los oprimidos contra los opre-
sores; nuestra lucha es la lucha por la verdad con- ( quedan más que sus brazos y sus hijos. Y lo mismo
que en Roma, los proletarios de hoy y nuestros hi-
tra la superstición, contra la mentira. No aspiramos
a ninguna recompensa, a ningún pago por lo que jos nos vemos embutidos en el capote del soldado,
hacemos, pues nos limitamos a cumplir con nuestro amaestrados como máquinas llamadas a proteger
deber. Proletarios, si queréis ser libres, sacudid vues- sus propios opresores y a derramar la propia sa
tra modorra y apretad bien vuestras filas. ¡La hu- gre a la menor seña de aquéllos. Nuestras herman
manidad exige de cada hombre el cumplimiento de y nuestras hijas sirven, ni más ni menos que e
su deber! tiempos pasados, para satisfacer los apetitos anim
les de unos cuantos ricos crapulosos. Sigue siend
el mismo el odio de los pobres oprimidos contra lo
i PROLETARIOS! ricos opresores. Pero el proletariado de nuestra so
ciedad ocupa una posición muy distinta y muy su-
Como para muchos serán seguramente desconoci- perior a la del proletariado romano. Los proletarios
dos los orígenes de esta palabra con que nos dirigi- romanos no disponían de los medios necesarios ni
mos a vosotros, comenzaremos dando aquí una pe- de la cultura imprescindible para poder emancipar-
queña explicación de lo que significa. se; no les quedaba más salida que la venganza, su-
Cuando en la antigüedad el Estado romano alcan- cumbiendo en ella. Muchos de los proletarios de hoy
zó su poderío al acercarse al punto culminante de , poseen ya, gracias a la imprenta, un alto grado de
su civilización, sus ciudadanos se dividían en dos cultura y los demás progresan día a día en su ten-
dencia a la unión, y mientras que en este campo el
clases: los poseedores y los desposeídos. Los posee-
progreso es cada día más señalado y la cohesión
dores pagaban al Estado impuestos directos; los que
más firme, la clase privilegiada nos da el espectácu-
no poseían nada le entregaban sus hijos, a quienes
lo del más espantoso egoísmo y del desenfreno más
se empleaba en defender a los ricos y se enviaba a
repugnante. La civilización actual brinda medios sv-
regar con su sangre los inacabables campos de bata-
brados para hacer felices a todos los hombres de la
lla, para aumentar más todavía el poderío y la ri-
sociedad; por eso el objetivo del proletario de hoy
queza de la clase poseedora. La prole significa en
4. no es simplemente destruir, vengarse y buscar en
la muerte su liberación, sino cooperar a la creación
de una sociedad en la que todos puedan viuir como
11
3
LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES
insertarlo, en el número próximo.
El movimiento comunista es interpretado por mu-
cha gente de un modo tan falso, se ve tan calum-
hombres libres y dichosos. Proletarios de la socie- niado e intencionalrnente torcido, que no podemos ,
dad actual son todos los que no pueden vivir de sus menos de decir aquí algunas palabras acerca de él,
capitales, lo mismo el obrero que el intelectual, igual en aquello en que lo conocemos y en que tenemos
el artista que el pequeño burgués; pues, aunque de él una experiencia propia. Nos limitaremos prin-
pequeña burguesía conserve aún algunos bienes de ' cipalmente a explicar lo que no somos, saliendo así
fortuna, marcha visiblemente y a ,pasos agiganta- - desde el principio al paso de algunas de las calum-
dos, bajo la espantosa concurrencia del gran capi- nias con que se nos ha querido combatir.
tal, hacia una situación que la confundirá con la Nosotros no somos ningunos urdidores de siste-
masa de los proletarios. Ya hoy podemos, pues, con- mas: sabemos por experiencia cuán necio es discu-
tarla entre nosotros, no siendo como no es menor , tir y cavilar acerca de las instituciones que habrán
su interés de librarse de una situación de total pe- - de implantarse en una sociedad futura, sin pararse
nuria que el nuestro por salir de ella. Unámonos, a pensar en los medios que pueden llevarnos a su
pues, y ambas partes saldremos ganando. ). instauración. Dejamos a los filósofos y a los erudi-
.
La mira de este periódico es laborar por la eman- ;d tos e1 cuidado de inventar sistemas para la orga-
cipación del proletariado y ofrecer a éste un por- nización de una nueva sociedad, y hasta lo juzga- .
tavoz para que pueda llevar su aliento a todos los mos bueno y provechoso; pero si nosotros, los pro-
oprimidos y apretar en sus filas la solidaridad. letarios, nos pusiéramos a discutir seriamente sobre
Le hemos dado el nombre de Revista Comunista, la organización de los tallyes y la forma de admi-
convencidos como lo estamos de que esta eman- nistrar la comunidad de bienes en la sociedad del
cipación no puede ser alcanzada por más camino mañana, si nos pusiéramos a disputar acerca del
que el de una radical transformación del régimen corte de los trajes o del procedimiento más reco-
de propiedad existente. La liberación de los opri- mendable para limpiar 10s retretes, etc., caeríamos
midos sólo puede ser realizada, para decirlo de otro en el ridículo y mereceríamos en justicia ese nom-
modo, sobre una sociedad basada en la propiedad bre de soñadores sin sentido práctico que tantas ve-
común. Era nuestro propósito insertar aquí una ces se nos adjudica. El deber de nuestra generación
breve profesión de fe comunista, fácilmente com- es descubrir y acarrear los materiales constructivos
prensible para todos y cuyo proyecto tenemos ya necesarios para levantar el nuevo edificio: el deber
redactado. Sin embargo, como esta profesión de fe de la generación venidera será construirlos, y esta-
ha de servir en lo futuro de norma para nuestra mos seguros de que para esa obra no faltarán ar-
propaganda y tiene por consiguiente una importan- quitectos.
cia grandísima, nos hemos creído obligados a en- Nosotros no somos comunistas de esos que pre-
viar antes de nada este proyecto a nuestros amigos tenden arreglarlo todo con el amor. No derrama-
del continente para que nos digan su opinión. Tan mos lágrimas amargas a la luz de la luna plañendo
pronto como la conozcamos, introduciremos en el la miseria de los hombres, para extasiarnos luego
proyecto las enmiendas y adiciones necesarias, para ante la idea de un dorado mañana. Sabemos que
5. c
LA REVISTA, COMUNISTA DE LONDRES
los tiempos en que vivimos son serios, que.reclaman paso a paso. No puede pasarse en una noche de un
los mayores esfuerzos de cada hombre y que esos @ régimen inarmónico a un régimen de armonía: para
vahídos de amor no son más. que una especie de eiio, será necesario u n período de transición, que
desfallecimiento espiritual que incapacita para la ac- podrá durar más o menos según las circunstancias.
ción a quien se entrega a él. La propiedad privada sólo puede transformarse gra-
Nosotros no somos de esos comunistas que an- dualmente en propiedad social.
dan por ahí predicando ya la paz eterna, m i q t r a s . Nosotros no somos de esos comunistas que des-
sus enemigos se pertrechan en todas partes para la truyen la libertad personal y pretenden convertir
lucha. Sabemos muy bien que ningún país, excep el mundo en un inmenso cuartel o en una inmensa
tuando quizá a Inglaterra y a los Estados libres de fábrica. Hay, indudablemente, comunistas, que se
Norteamérica, podremos entrar en un mundo me- las arreglan muy cómodamente, negando y preten-
jor sin antes haber conquistado por la fuerza los diendo abolir la libertad personal, por entender que
derechos políticos. No importa que haya gentes a es incompatible con la armonía: a nosotros no se
quienes esto sirva de fundamento de acusación para nos ha pasado jamás por las mientes comprar la
tacharnos a gritos de revolucionarios: todo eso nos igualdad con el sacrificio de la libertad. Tenemos
tiene sin cuidado. Nosotros, por lo menos, no que- la convicción, y procuraremos demostrarlo en los si-
remos poner una venda sobre los ojos del pueblo, guientes números, de que en ninguna sociedad pue-
sino decirle la verdad y hacer que se fije en la tor- de la libertad de la persona ser mayor que en la
menta que se avecina para que púeda tomar posi- basada sobre un régimen de comunidad.
ciones ante ella. -Nosotros no somos ningunos cons- Nos hemos'limitado a decir lo que no somos; en
piradores de esos que pretenden hacer estallar una nuestra profesión de fe pondremos en claro lo que
revolución o asesinar a un príncipe en un día de- somos y lo que queremos. Hoy, sólo nos resta diri.
terminado, pero no somos tampoco mansas ovejas gir unas. cuantas palabras a los proletarios que for-
que cargan con la cruz sin rechistar. Sabemos muy man en otros partidos políticos o sociales. Todos lu-
bien que en el continente es inevitable la lucha en- chamos, contra la sociedad actual, que nos oprime y
tre los elementos aristocráticos y democráticos, y nos deja perecer en la miseria; desgraciadamente,
nuestros enemigos lo saben también y se aprestan lejos de tener esto en cuenta para unirnos, lo que
a ella; es, pues, deber de todo hombre prepararse Iiacemos, con harta frecuencia, es combatirnos los
para esa lucha, para que el enemigo no nos ataque unos a los otros, para fruición de nuestros opreso-
por sorpresa y nos aniquile. - Nos espera todavía la res. En vez de poner, todos unidos, manos a la obra,
última y definitiva batalla, una ruda batalla, y en para levantar un Estado democrático en el que cada
tanto que nuestro partido no salga triunfante de partido pueda luchar con las armas de la palabra
ella no habrá llegado el momento de deponer, espe- hablada y escrita para atraerse a la mayoría, nos
ramos que para siempre, las armas. dejamos llevar de la discordia en tomo a lo que de-
Nosotros no somos de esos comunistas que creen berá y no deberá suceder una vez que hayamos
que una vez dada victoriosamente la batalla, podrá vencido. No podemos menos de recordar aquí la
implantarse el comunismo como por encanto. Sa- fábula de aquellos cazadores, que, antes de haberse
bemds que la humanidad no avanza a saltos, sino echado a la cara el oso, se liaban a golpes sobre
. De la "Liga. . .".-3
Ii
6. LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 35
quién había de llevarse la piel. Tiempo es ya de en la responsabilidad de lanzar la manzana de la dis-
que dejemos a un lado nuestras rivalidades y nos cordia entre las .filas de sus propios camaradas de
tendamos la mano en mutua ayuda. Y si queremos armas. Pero nuestro asombro fue en aumento cuan-
sellar la solidaridad, es necesario que los portavoces do, al final del artículo, leímos aquellos nueve pun-
de lo.; diferentes partidos cesen en sus rabiosos ata- tos llamados a formar las bases del nuevo orden
ques contra cuantos ostentan-otras opiniones y pon- social. Estos puntos coinciden casi al pie de la letra
gan firi a la execración de los partidarios de,, t as & con las reivindicaciones presentadas por los comu-
teorías. Nosotros respetamos a cuantos, indus&%i@ nistas. No hay más diferencia, al parecer, sino que
tócratas y pietistas, tengan opiniones propias y es- el ciudadano Carlos Heinzen ve en sus nueve pun-
tén prestos a defender, firme y resueltamente, lo tos las bases del nuevo orden social, mientras que
que crean en razón. Pero aquellos que, .detrás de la nosotros las consideramos simplemente como @ ci-
careta de tal o de cual religión, de tal o de cual miento del período de transición que debe preceder
partido político o social, no persiguen más mira que a la creación de una sociedad plenamente comu-
la defensa de sus propios intereses, serán inexora- nizada. Es, pues, razonable esperar que acabemos
blemente combatidos por nosotros. Todo hombre de uniéndonos para llevar a la práctica lo que Carlos
honor tiene el deber de desenmascarar a esos hi- Heinzen propone. Y cuando lo hayamos conseguido,
pócritas, presentándolos ante el mundo en toda su si vemos que el pueblo vive contento y tan cumpli-
repugnante desnudez. Una persona puede equivo- damente satisfecho, que no apetece nuevos avances,
carse y mantener doctrinas falsas, pero no debemos nos deberemos someter a la voluntad popular. Pero
pensar mal de 61 porque lo haga, s cree en la doc-
i si el pueblo desea seguir avanzando hasta la implan-
trina que profesa y es fiel a su divisa. Por eso Car- tación del comunismo, suponemos que el ciudadano
los Heinzen incurre en injusticia cuando ataca a los Heinzen no tendrá nada que objetar. Sabemos de
comunistas como lo hace en el segundo número del sobra que el ciudadano Heinzen es el blanco de los
Tribuno. Una de dos. O Carlos Heinzen ignora de ataques y calumnias de nuestros comunes opreso-
medio a medio lo que significa el comunismo, o res y que esto fomenta en él un estado de aguda
se vale de sus rivalidades personales con ciertos irritabilidad. Nosotros, por nuestra parte, no que-
comunistas para prejuzgar su idea acerca de un . remos molestarle. Lejos de ello, no nos negaremos
partido que forma en la vanguardia de los ejércitos a tenderle la mano en señal de concordia. La unión
que luchan por la democracia. Cuando leímos este hace la fuerza, y sólo ella puede llevarnos al fin per-
ataque contra los comunistas, nos quedamos suspen- seguido.
sos de asombro. Sus acusaciones no nos conmueven Así pues, proletarios de todos los países, unámo-
en lo más mínimo, por una sencilla razón, y es que nos; públicamente, allí donde la ley lo permita, pues
esos comunistas que describe Heinzen no existen. nuestros actos no tienen por qué rehuir la luz del
Han sido creados probablemente por su calenturien- día, y secretamente donde el despotismo de los ti-
ta imaginación, para luego rebatirlos. Cuando de- ranos no consienta otra cosa. Leyes que prohiben
cimos que la lectura de este artículo nos llenó de a los hombres asociarse para debatir los problemas
asombro, queremos decir que era muy duro para de la época y defender sus derechos, no son leyes,
nosotros creer que un demócrata pudiera incurrir sino actos de fuerza de la tiranía, y quien los acate
7. 36 DE LA "LIGA DE LOS JUSTOS" AL P. COMUNISTA LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 37
y respete obra cobarde y deshonrosamente; mas oprimida, y que, previniendo al proletariado contra
quien los desprecie y los infrinja procede virilrnen- toda clase de conspiraciones, le ha prestado un ser-
te y con honor. vicio inapreciable; pero esto no es razón para que
Diremos, para terminar, que las columnas de nues- allí donde Cabet abraza, a nuestro juicio, una sen-
tra revista no estarán nunca abiertas para librar da falsa, le dejemos seguirla sin protesta de nuestra
polémicas personales ni para llenar de e l o q s a aque- parte. Con todo el respeto que sentimos por la per-
llos que cumplen con su deber. En c a m h , c u h t o s sona del ciudadano Cabet, no tenemos más remedio
proletarios se sientan -oprimidos y maltratados, no que combatir su plan de emigración, y estamos per-
tienen más que dirigirse a nosotros, que saldremos suadidos de que si ésta se lleva a cabo, inferirá el
sin vacilar a la palestra en defensa suya y entrega- mayor de los agravios al principio del comunismo,
remos los nombres de sus opresores a la execra- haciendo triunfar a los gobiernos y empañando con
ción de la opinión pública, ante la cual empiezan ya amargos desengaños los últimos días de Cabet.
a temblar hasta los tiranos más ensoberbecidos. Las razones en que apoyamos nuestra opinión
son las siguientes:
1) El creer que cuando en un país están a la or-
EL PLAN DE EMIGRACION den del día las corrupciones más escandalosas, cuan-
do el pueblo se ve oprimido y explotado de la ma- -
DEL CIUDADANO CABET
nera más infame, cuando el derecho y la justicia
El ciudadano Cabet de París ha lanzado a los co- ya no son nada, cuando la sociedad empieza a di-
munistas franceses una proclama, en la que dice: solverse en la anarquía, que es lo que actualmente
Ya que aquí nos vemos perseguidos, calumniados acontece en Francia, es deber de todo militante de
y blasfemados por el gobierno, por los curas, por la la justicia y de la verdad permanecer en el país
burguesía y hasta por los republicanos revoluciona- para ilustrar al pueblo, infundir nuevos ánimos a
rios; ya que se llega hasta a querer privarnos de los que desfallezcan, echar las bases para una n u e
medios de vida, para reducirnos así a la ruina físi- va organización social y hacer frente gallardamen-
ca y moral, salgamos de Francia y trasladémonos t e a los malvados. Si los hombres justos y honra-
a Icaria; y calcula que estarán dispuestos a seguirle, dos, si los que han de luchar por un mañana mejor,
para fundar una colonia comunista en otro conti- abandonan el campo a los oscurantistas y a los ca-
nente, unos 20 a 30 mil comunistas. Cabet no ha nallas, Europa tendrá necesariamente que hundirse
dicho todavía adónde piensa encaminar su emigra- y se hundirá, y con ella el continente en el que,
ción; probablemente piensa establecer su Icaria en aunque sólo sea por razones estadísticas y econó-
los Estados libres de Norteamérica, o en Texas, o micas, primero y más fácilmente piiede implantar-
acaso en la península de California, conquistada hace se el comunismo, y la pobre humanidad tendrá que
poco por los norteamericanos. 'pasar por una nueva prueba de fuego y de miseria,
I
Reconocemos con satisfacción, ccmo hacen sin , lque aún durará varios siglos.
duda todos los comunistas, que Cabet ha luchado . 2) El estar convencidos de que el plan de Cabet,
con éxito y con celo incansable y perseverancia dig- encaminado a fundar en América una Icaria, es
na de admiración por la causa de la humanidad decir, una colonia basada en los principios del co-
8. 1 LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 39
I
munismo, no puede llevarse a efecto, por las siguien- el comunismo sin un período democrático de tran-
tes consideraciones: sición, en que la propiedad personal se vaya trans-
formando gradualmente en patrimonio social, es
a) porque aunque todos los que emigren con algo tan imposible como para el labrador recoger
Cabet sean celosos comunistas, conservan todavía sin sembrar.
demasiado vivas, por su educación, las huellas de
los vicios y prejuicios de la actual s o c i e d a q a r a , 3) Porque el fracaso de un intento como el de
poder desnudarse de ellos instantáneamente I' vi- Cabet, si bien no puede imposibilitar para siempre
sar el suelo de Icaria; el principio comunista ni su práctica realización,
b) porque esto hará inevitablemente que en la puede hacer que deserten de sus filas, desilusiona-
colonia se promuevan desde el primer momento dos, muchos miles de comunistas, contribuyendo
rozamientos y litigios, que la sociedad circundan- con ello, probablemente, a seguir manteniendo en la
te, potente y hostil, y los espías de los gobiernos miseria durante una o varias generaciones más al
europeos, procurarán atizar más todavía, hasta proletariado oprimido, y finalmente
conseguir dar al traste definitivamente con la so- 4) Porque unos cuantos cientos o miles de perso-
ciedad comunista; nas no bastan para fundar o mantener en pie un
c) porque la mayoría de los emigrantes son ar- régimen comunista, sin que éste adopte un carácter
tesanos, cuando lo que allí más falta hacen son totalmente exclusivista y sectario, como ocurrió por
recios agricultores que puedan emplearse en la ejemplo con el de Rapp en América, etc. Y no es
roturación y cultivo de la tierra, sin que sea tan nuestra intención, ni esperamos que sea tampoco la
fácil como muchos piensan transformar un obre- de los icarios, fundar un régimen semejante.
ro en campesino; Y aún no hemos aludido a las persecuciones a
d) porque las privaciones y las enfermedades que los icarios se exponen, probablemente y hasta
que lleva consigo el cambio de clima infundirán casi con absoluta seguridad en América, si quieren
en no pocos el desaliento, moviéndolos a abando- mantener contacto con la sociedad circundante. Los
nar la empresa. Hoy, son muchos los que se entu- que deseen acompañar a Cabet a América, deben
siasman con el plan, en el que no ven más que leer antes cualquier relato de las persecuciones a
el lado bello, pero cuando la áspera realidad ha- que se vieron expuestos allí, y aún se ven, los mor-
ble, cuando tengan que someterse a privaciones mones, secta comunista de carácter religioso.
de todo género, cuando se vean obligados a re- Tales son las razones por las que creemos funesto
nunciar a todas esas pequeñas comodidades de la el proyecto de emigración de Cabet, y acogiéndo-
civilización, que en parte hasta el obrero más hu- nos a ellas, gritamos a los comunistas de todos los
milde puede procurarse en Europa, los más sen- paises: jHermanos, permanezcamos en la vieja Euro-
tirán que el entusiasmo cede el paso a un indeci- pa, junto a la brecha, actuemos y luchemos aqui,
ble desaliento; pues sólo aquí, en Europa, se dan ya todos los ele-
e) porque tratándose de comunistas que recono- mentos para la instauración de un régimen comu-
cen el principio de la libertad personal, como sin nista, que o se implantará aqui por vez primera o
duda reconocen también los icarios, el implantar no se implantará en parte alguna!
9. LA DIETA PRUSIANA Y EL PROLETARIADO ternich, triunfando en general, gracias a esta unión,
DE PRUSIA Y DE TODA ALEMANIA de todas las tentativas de resistencia y de todas las
oposiciones. La Dieta federal alemana, formada por
Desde 1815, la burguesia viene luchando en Ale- las criaturas y gentes a sueldo de los príncipes, era
mania con los terratenientes medievales y el siste- el molino de ventaja que no servía más que para
ma absolutista de gobierno, el sistema del "derecho volver a pulverizar las conquistas que la burguesía
divino", por la conquista del Poder. La ti!knsfafma- había arrancado por el momento en cualquiera de
ción cada vez mayor experimentada por todos los los muchos Estados o estaditos alemanes. Este sis-
factores de la industria y del cambio en los demás tema tenía para los "paternales" soberanos la ven-
países, a la zaga de los cuales renqueaba Alemania taja de que les permitía, llegado el caso, asegurar
con paso modesto y mortecino, había planteado la hipócritamente lo extraordinariamente liberales que
necesidad de esta lucha. Las nuevas circunstancias eran y cuán de buen grado accederían a todo y cum-
reclamaban nuevas formas; la potencia creciente de plirían con todo lo prometido, si por desgracia no
la burguesia, basada en el capital y en la libre con- estuviera allí la Dieta federal para interponerse en
currencia, no se avenía a seguir desempeñando por el camino de sus promesas. Daba la fatalidad de que
más tiempo un papel mudo y secundario. Pero la sus Estados eran demasiado pequeños o demasiado
tradicional cobardía de la burguesía alemana, y so- débiles para hacer frente a la poderosa Prusia o a
bre todo su dispersión y su desunión, no le permi- la potente Austria. No tenían más remedio que so-
tían alcanzar una rápida victoria. Dividida en 38 meterse, aun con harto dolor de sus personas. Y el
partes o Estados, enfrentados los unos con los otros "paternal" soberano se reía, naturalmente, a carca-
como extraños, y no pocas veces como celosos ene- jadas, para sus adentros.
migos, la burguesía se esforzaba, tan pronto en una Precisamente por eso tiene una importancia ex-
como en otra de las patrias alemanas, en esfuerzos traordinaria el movimiento que actualmente se está
aislados, por alcanzar la meta de sus deseos. En desarrollando en Prusia. Prusia, con sus 16 millo-
varios sitios, consiguió arrancar a la monarquía pac- nes de habitantes, echa en la balanza alemana un
tos b a u t i z a d o s con el nombre de Constituciones- peso decisivo y tiene una importancia muy distinta
en que se le garantizaba una participación más o a la que tendría si la cosa partiese de cualquier otra
menos grande en el gobierno y en la gestión de los patria alemana con tres o cuatro millones de almas,
negocios públicos. Pero la promesa se quedaba en o acaso con 6,000 nada más (que son las que cuenta
lo fundamental sobre el papel, y en la realidad se- el principado Lichtenstein-Vaduz) . Los 16 millones
guía imperando el sistema del "derecho divino" y de habitantes de Prusia pesan'más que los restantes
de la aristocracia de los terratenientes y los buró- 28 millones, divididos en 33 Estados. Cada triunfo
cratas aliada a él. alcanzado por la burguesía en Prusia representa a
Ocurría esto porque los príncipes alemanes po- la vez un triunfo para la burguesía de los 28 millo-
dían oponer a la burguesia desunida y dispersa, a nes restantes de Alemania. Si la burguesía prusiana
los esfuerzos diseminados y a los ataques aislados sabe hacer entrar en razón a su rey "cristiano-ger-
de sus enemigos, un frente cerrado de batalla que mano" de Potsdam y hacerse sumiso a su voluntad,
acataba sumiso la jefatura del archibandolero Met- sometiéndole a una recia disciplina, la burguesia del
10. LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 43
resto de Alemania tendrá también vía libre. El .ab- de la subida anual de los impuestos y contribucio-
solutismo de la Dieta federal alemana habrá pasado nes, a pesar de los tributos agobiadores de todo gé-
a la historia, la burguesía de toda Alemania se irá nero que pesan sobre la población trabajadora, las
dando poco a poco la mano para marchar unida, y inauditas. disipaciones del rey y de la corte, el con-
los reyes "de derecho divino" y los señores medie- tingente ruinoso de gastos consignados para el ejér-
vales de la tierra serán mandados por ella al diablo, cito, las pensiones desvergonzadas pagadas a oficiales
y si quieren seguir teniendo voz y voto, habrwo; , y funcionarios civiles ya ricos de por sí, la incapa-
resignarse a ser meros representantes y miem cidad y las dilapidaciones de toda la administración
de la burguesía. pública, consiguieron agotar hasta el último cénti-
Fijémonos un momento en los trabajos de la Die- mo los recursos existentes. Todos los expedientes
ta prusiana. Los sucesos que se vienen desarrollan- intentados por el rey y sus ministros resultaron fa-
do en el Salón blanco de Berlín ponen en claro la llidos; hasta el Último plan, el del Banco regio, fraca-
situación actual de los partidos en Prusia y la im- só en gran parte, sin brindar más que un pequeño
portancia del movimiento político prusiano para el consuelo pasajero, pues el gobierno prusiano se en-
resto de Alemania. Sin embargo, sólo nos será dado contró, espantado, con que seguía gozando de tan
comprender los procedimientos de la Dieta si antes poco crédito como antes. Había, desdichadamente,
nos explicamos las razones por las que fue convo- en la enojosa ley de 1820, un par de líneas nada más,
cada. ¿A qué se debe que el soberano de Potsdam pero formuladas en términos tales, que ningún ca-
se decidiese por fin a adoptar una medida contra pitalista nacional o extranjero podía incurrir en la
la que venía manifestándose, tan resueltamente y insensatez de adelantar al gobierno prusiano un solo
con tanta furia, hasta estos últimos días, desde que táler, mientras aquella ley, la ley de 1820, siguiese
subiera al trono? ¿No venía la censura suprimiendo siendo letra muerta.
e impidiendo despiadadamente cuantas manifestacio- Por eso la soberana majestad "cristiano-germana"
nes intentaban hacerse acerca de la necesidad de no tuvo más remedio que soltar la sutil patente re-
convocar las Cortes, cuantas referencias se aventu- gia del 3 de febrero. En su texto, estaba todo tan
raban a las promesas reales hechas hace más de hábil y arguciosamente hilvanado, que parecía como
veinte años? ¿No se acusaba y castigaba como reo si el monarca absoluto fuese a conseguir lo que tan-
de alta traición a todo el que se atreviese a defen- to y tan apremiantemente necesitaba, sin que su
der, hablando en público, la necesidad de reunir las poder despótico sufriese el menor menoscabo. A ese
Cortes? Y de pronto, he aquí que el soberano de fin se encaminaba, niuy bien calculado, el "sobe-
Potsdam se convierte' él mismo en reo de alta trai- rano" orden del día que se le prescribía a la Dieta
ción, da un mentís a su pasado y hace lo que tan- como a un tropel de chicos de la escuela, y tal era
tas veces y con tanto empaque asegurara que jamás también el designio a que respondía la invención
haría. ¿Qué fue lo que le llevó a incurrir en tama- de la Cámara señorial.
ña contradicción consigo mismo? Fue sencillamente Esta Cámara, formada - e n flagrante contradic-
un arca pública completamente vacía y la imposi- ción con las leyes vigentes- por unos cuantos prín-
bilidad de volver a llenarla sin la ayuda de las Cor- cipes de sangre red, más o menos estúpidos, ricos
tes. A pesar de treinta años seguidos de paz, a pesar y orgullosos, y con un puñado de los terratenientes
11. LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 45
más poderosos y más aristócratas, que tanto vale mis deseos, la lana de mi leal rebaño de súbditos."
decir los más reaccionarios, los más viles-y los más Así se expresaba el señor de Potsdam en la intimi-
canallas, se destinaba a servir de freno a la segun- dad de sus allegados. Veamos lo que le contestó la
da Cámara. Y por si aún era poco esto, en ésta Dieta.
tenía también una desmedida representación la pro- La Dieta le contestó denegando todas las peticio-
piedad inmueble medieval, ya que a la sabiduría real nes de dinero, rechazando los proyectos de ley que
había placido dar el nombre de segunda se le presentaron sobre creación de bancos de ren-
montón de las ocho Dietas provinciales ta territorial y sobre el empréstito para las obras del
Por lo que se refiere a los demás diputados de esta ferrocarril de Berlín a Konisberga, y declarando
cámara, una ley electoral lamentable se había cui- que sólo autorizaría arbitrios .al gobierno, si éste
dado de que entre ellos hubiese de todo menos un restauraba los derechos del país, coartados por las
exceso de individuos inteligentes y enérgicos de la :patentes de 3 de febrero, convocando periódica-
burguesía. Además, el rey confiaba en que, adop- ,.mente a Cortes, y rindiendo a éstas cuentas detalla-
tando una conducta ruda e idsolente en su Mensaje das sobre la inversión de los fondos públicos: es
de la Corona, conseguiría intimidar a aquellos po- decir, siempre y cuando que el gobierno, para de-
cos que aún infundían cierto temor a la conciencia cirlo de una vez, renunciase para siempre a sus ri-
poco tranquila del gobierno "paternal". Hechos to- dículas pretensiones de "derecho divino", para mar-
dos los preparativos, Federico 'Guillermo, contento char por la vía constitucional. La misma suerte -la
de sí mismo, rebosaba alegría y satisfacción. Lo úni- de la denegación- corrió el proyecto de ley sobre
co que le preocupaba era conseguir dinero y restau- los impuestos de molienda y matanza. Las razones
rar el crédito de su gobierno, completamente d e s alegadas para ello fueron, en parte, las ya aducidas,
truido. Creía estar seguro de la consecución de sus y en parte la resistencia que los diputados ricos opo-
deseos. "Tan pronto como tenga en el bolsillo unos nían a contribuir con mayores sacrificios a los gas-
cuantos empréstitos de cincuenta a cien millones, y tos del Estado. Entre estos diputados se destacó
vuelva a obtener crédito de los capitalistas, manda- principalmente un grupo numeroso de representan-
r é a casa tranquilamente a estos buenos chicos de tes de la alta nobleza, en el que figuraban los prín-
diputados, y ya pueden esperar sentados a que vuel- cipes más ricos de la Casa real (entre otros, el prín-
va a convocarlos. Me arreglaré con las comisiones, cipe Alberto) y la mayoría de los terratenientes de
que me prestarán magníficos servicios. Sobornar a la aristocracia. Hubo, además, muchos diputados que
seiscientos diputados cuesta una fortuna. Me resul- votaron en contra, porque conocían demasiado bien
ta mucho más barato tener que habérmelas con un la brutalidad, la soberbia y la desvergonzada tira-
puñado de comisiones, nada más. Las condecoracio- nía de la burocracia prusiana, para poner en sus
nes, el dinero, los halagos y demás recursos de que manos, mientras siguiese vistiendo la librea de "de-
dispone un gobierno cristiano, no dejarán de surtir recho divino" fuera del mando de la burguesía, un
su efecto. Y equipado con dinero y con crédito, se- nuevo poder inquisitivo sobre la renta de los ciu-
guiré gobernando como rey asoberano~, seguiré im- dadanos.
poniendo mis antojos y mi capricho en nombre del Después de todo esto, hubiera podido creerse que
cielo y trasquilando como hasta aquí, a medida de la Dieta iba a perseverar impasible en la defensa
12. LA REVISTA COMÚNISTA DE LONDRES
de lo que tantas veces y con tanto ahínco procla- ponemos en cuenta lo mucho que pesaban en el áni-
mó ser el derecho de las Cortes. Pero no hubo tal. mo de aquellos señores los convites a la mesa regia,
Poco antes de clausurarse sus sesiones el 26 de julio, las palabras de halago, las sonrisas y demás artes
se puso en su conocimiento la respuesta del rey. En cortesanas inhlibles todavía, no tenemos por qué
ella, el de Potsdam se aviene a algunas de las peti- maravillarnos de que el resultado final fuera e es.
ciones de sus "leales" estamentos, aplaza otras, de Pero, por muy mezquino que sea todavía, hoy por
más importancia, hasta "más madura r e f l ~ ; : g , hoy, el triunfo alcanzado y grande la satisfacción
pasa otras en silencio, y finalmente, en lo 4 se del partido del gobierno, aquél no tardará en traer
refiere a las "Comisiones" - e l punto más impor- consigo otras concesiones, ni pasará mucho tiempo
tante de todos-, ordena proceder a su elección sin sin que esta alegría se convierta en duelo. La dipu-
demora con arreglo a las prescripciones contenidas tación de la Deuda pública y las "Comisiones" es-
en la patente de 3 de febrero. tán'en una situación tal, que les es imposible prestar
¿Qué hacen las Cortes? Obedecer. Un grupo de al gobierno ninguno de los servicios que éste espe-
diputados de la provincia del Rin, de Silesia, etc., raba de ellas. No pueden atreverse, enfrentándose
hace honor a sus convicciones y se niega a tomar con la opinión pública, a pisotear los derechos pro-
parte en la elección; otros intervienen en ella, pero pios de las Cortes. Pero, aun puestos en el caso
formulando protesta y dejando a salvo expresamen- poco probable de que la mayoría de la d2putac.ión
te los derechos del parlamento; los demás votan y de las Comisiones se solidarizasen con el gobier-
como lacayos humildosos de su Señor germánico. no y votasen contra la fracción liberal, la monar-
A este viraje final, altamente vergonzoso a todas quía absoluta no saldría ganando con ello ni un
luces para la Dieta, contribuyó lo suyo la tradicio- ápice. No habría ningún capitalista que fuese lo bas-
nal cobardía de la burguesía alemana, a que más tante candoroso para poner su dinero en manos de
arriba aludíamos. El arrojo de no pocos represen- este gobierno, después de los debates sostenidos
tantes de la oposición liberal se vio en un duro en la Dieta, después de las reiteradas negativas de
trance; a Última hora se amedrentaron y dieron me- la oposición y haciendo caso omiso de la letra de las
dia vuelta, abandonando armas y bagajes. También leyes vigentes, hasta hoy incumplidas. Y si a pesar
contribuyeron no poco a este resultado los manejos de ello lo hiciese, no tendría que quejarse a nadie
y la perfidia de algunos diputados que pasaban por si a la vuelta de muy poco t i e m ~ ose encontraba
t
ser los primeros gallitos liberales. Uno de éstos, el con que sus créditos se veían anuiados por imperio
señor de Auerswald, había tenido ya repetidas oca- de la ley.
siones, sobre todo al elevarse la petición sobre la No se olvide que toda la cuestión gira sobre dine-
1
libertad de prensa -que, por ahora, se ha ido a pi- ro. Y como la monarquía no tiene bastante y lo ne-
q u e - de revelarse bien a las claras como un truhán cesita irremisiblemente, la burguesía podrá y debe-
y tramposo político de primer orden. Si además r á aprovechar esta ocasión para hacer valer sus
tenemos en cuenta la estructura de las Cortes, la
preponderancia en ellas de la propiedad feudal, y
el número inmenso de funcionarios reales que te-
! pretensiones. El que se dice trono "soberano" es ya
impotente para contener la ola arrasadora del "es
' píritu de los tiempos" modernos. La importancia ex-
;
nían asiento en la segunda Cámara, y si además traordinaria de la Dieta prusiana no hay que me-
13. LA RWISTA COMUNISTA DE LONDRES 49
dirla por las declaraciones finales que hizo llegar Corona fue objeto de más burlas que el suyo en
a ella Federico Guillermo. La importancia de sus casi todas las sesiones de la Dieta. Sin mentarlo,
debates consiste en que, durante once semanas, la los debates no eran más que una protesta constan-
opinión pública de Prusia ha dado un avance para te contra lo que el 11 de abril proclamara en su
el cual hubiera necesitado, sin la Dieta, de muchos mensaje el rey "cristiano", protesta en la que no
años. La burguesía prusiana aparece en ella luchan- faltaban la sátira ni la seriedad de razonamien-
do por vez primera en la historia, antq,.,&6, qsjm de to. Y como los debates se desarrollaban en la más
todo el mundo, contra la burocracia y la monarquía completa publicidad, comentados y reflejados' por
absoluta, y asesta a sus dos enemigos golpes tan cientos de periódicos, acabaron despertando e n el
rudos, les inflige una derrota tan formidable, que público un sentido de colaboración en los negocios
los vencidos tendrán que rendirse, no tardando, a públicos de que antes sólo se descubría algún ras-
merced del vencedor. Hasta ahora, un ministro pru- tro en ciertas localidades, sobre todo en las ciuda-
siano era un ente tan inaccesible, que un vulgar des populosas. Hoy, ese sentido intervencionista se
ciudadano no podía osar siquiera levantar la vista ha corrido por todo el país y ha hecho presa en
hacia él. La Dieta ha hecho morder el polvo a esa personas que no estaban acostumbradas a pensar
grandeza imaginaria. Ni un solo ministro ha inter- por encima de las cuatro paredes de su casa o de
venido en los debates parlamentarios sin poner al los mojones de su municipio. Y los sucesos de Ber-
desnudo, estridentemente, su incapacidad. Las once lín no sólo se siguen con emoción en Prusia, sino
semanas de sesiones han sido un tormento constan- en toda Alemania. Se ha sabido comprender que
te para todos los ministros, uno tras otro; su sober- cada triunfo de la burguesía prusiana es un triun-
bia, su vaciedad, su jactancia mediocre y su mala fo de la burguesía alemana en general, y que cuan-
administración en los negocios públicos se han visto to se arranque en Prusia acabará por imponerse
castigadas con la amarga burla, con el desprecio, y rápidamente en los demás Estados de la Confede-
a las veces, con explosiones de justa cólera. Jamás ración.
se han desempeñado papeles más miserables que Pero ¿qué . nos interesan a nosotros, proletarios
los de estos "consejeros de la corona". Eichorn, - o i g o que exclaman muchos de los nuestros-, las
blando como un corderito, hizo un triste papel ante luchas de la burguesía? ¿No son acaso los burgue-
la Dieta, con su "Estado prusiano"; el antihistórico ses nuestros peores enemigos? ¿NO acaban precisa-
,
Savigny hubo de guardarse en el bolsillo, corrido mente de manifestar en la Dieta prusiana con bas-
de vergüenza, su falta. de sentido histórico; su ran- tante elocuencia el desprecio que sienten contra
cia mercancía no encontraba salida en la Dieta; no nosotros y las malísimas intenciones que contra nos-
encontraba más que burlas. Y otro tanto le acon- otros abrigan, al tratar de las peticiones relaciona-
teció a Thiele, a Duesberg, a Boyen, y a los demás. das con la situación de las clases trabajadoras? ¿Qué
Ni el cinismo de Bodelschwingh pudo salvar ni el nos importa a nosotros que la burguesía suba o no
más leve resto de la aureola que venia rodeando suba al Poder? Y caso de importarnos algo, jno sal-
a todo el ministerio. Y todos los golpes descarga- dremos ganando más con oponernos a su triunfo, lu-
dos sobre las espaldas de los ministros repercutían chando más bien a favor que en contra el gobierno?
en el Señor de Potsdam. Jamás un mensaje de la Preguntas e ideas tales sólo pueden partir de aque-
.
Do la "Liga. . " 4
.
14. 50 DE LA "LIGA DE LOS JUSTOS" AL P. COMUNISTA LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 51
110s de nosotros que, cegados por el odio -un odio gastos militares, en sostener con los productos de
perfectamente justificado, sin duda-, contra la bur- los impuestos pagados por nosotros, bailarinas y
guesía, no han sabido comprender claramente, ni la prostitutas reales, ha nutrido a costa nuestra un
situación que actualmente ocupa el proletariado ni ejército cada vez vez más numeroso y más grosero
el camino que ha de seguir si quiere realmente de funcionarios públicos, ha pagado pensiones des-
emanciparse. vergonzadamente altas a gentes ya ricas de suyo,
La burguesía es, indiscutiblemente, nuestro enemi- ha sostenido, con los llamados "fondos de gracia",
go; todo su poder y? apoya en la propieda&pivada, a un tropel de terratenientes e hidalgos haraganes,
en el capital y en lo que forma una unidad con todo ha llenado de privilegios a la nobleza, ha degradado
eso. F nosotros, proletarios, sólo podemos emancipar- nuestras vidas por debajo de las de las fieras de sus
nos aboliendo la propiedad privada, lo que equivale cotos señoriales de caza, ha entregado a nuestras
a destruir la clase burguesa y a poner fin para siem- personas al arbitrio despótico de la policía, ha cons-
pre a todas las diferencias de cl5se. Entre ellos y nos- truido para nosotros presidios y máquinas de tor-
otros la lucha es a vida o muerte; una lucha en que mento, ha entregado nuestro trabajo al capital y a
el arma no es sólo la palabra, sino el puño y el fusil. la libre concurrencia, ha sacado de nuestros bolsi-
¿Pero es que nosotros, los proletarios alemanes, he- llos, por medio de una ingeniosa bomba de im-
mos hecho ya tantos progresos, que podemos trans- puestos, los últimos frutos de nuestro trabajo y
formar de raíz el desorden social en nuestro propio confiado nuestros estómagos a los rayos del sol, por
interés, es decir, que podemos echar inmediatamen- ser éste el alimento más barato. ¿Podía la monar-
te por la borda a la burguesía y realizar sin más quía absoluta hacer más por nosoti-os, los proleta-
espera los principios del comunismo? ¿No tenemos, rios? Si podía. El Federico Guillermo de Potsdam,
junto a la burguesía y antes que ella, otro enemigo llamado por otro nombre el Cuarto, ha demostrado
al que hemos de dar la batalla antes de ajustar cuen- que también en su actitud para con los proletarios
tas con la burguesía? Sí, y ese otro enemigo es la saben hacer progresos las artes "paternales" de go-
monarquía absoluta, la monarquía despótica que se bierno. La ordenanza industrial de policía del año
titula "de derecho divino", que nos explota en nom- 1845 entregó a las clases trabajadoras, por si aún lo
bre del cielo, que nos sujeta en las garras de los te- estaban poco, atadas de pies y manos a los capita-
rratenientes medievales, que nos acogota entre las listas y patronos. En esta nueva ley se castiga
mallas del Estado "cristiano-germano" y pone al con severas penas la menor tentativa de asociarse
servicio del capital su policía, sus gendarmes, sus y organizar de ese modo sus fuerzas, sea para opo-
clérigos y sus cañones, cuantas veces, llagados por nerse a una rebaja de salarios o para conseguir sa-
las cadenas de la esclavitud, intentamos sacudirlas. larios mejores, que basten por lo menos para cubrir
¿Es que este Poder es merecedor de que le guarde- las más perentorias necesidades. A los capitalistas,
mos gratitud y le ayudemos en sus luchas contra la en cambio, con tal de que den gusto al gobierno, se
burguesía? ¿Qué es 10 que ha hecho para merecer les conceden todas las libertades apetecidas contra
de nosotros ninguna de ambas cosas? Ha dilapidado los trabajadores. En la nueva ordenanza de domés-
-para atenernos tan sólo a los úItimos tiempos-, ticos, el "paternal" gobierno prusiano autoriza a los
en treinta años de paz, 850 millones de tálers en señores, no sólo para cubrir a sus criados con todo
15. 52 DE LA "LIGA DE LOS JUSTOS" AL P. COMUNISTA 53
LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES
género de insultos, sino hasta para apalearlos, siem-
pre y cuando que el apaleado no quede tullido por la miedo llevó al "paternal" gobierno prusiano a hacer
paliza. Salvo en este caso, el que se ve obligado a u n nuevo esfuerzo "en bien de las clases trabajado-
servir no puede quejarse ni reclamar. En una or- ras". ¿En qué consistía ese esfuerzo? En enviar un
consejero de gobierno de Berlín a Bremen con el
den secreta de gabinete del 14 de junio de 1844, el encargo de comprar urgentemente y bajo cuales-
rey "cristiano" de Potsdam, ordena a 'los censores quiera condiciones 6,000 toneladas de trigo y expe-
que no dejen pasar en la prensa l e ~ e n w alusión a dirlas sin demora a Berlín y otras localidades. El
las relaciones entre las clases poseédo'ras y despo-
consejero de gobierno se dirigió a la casa Delins
seídas, ni la menor referencia a la situación de los de Bremen, donde exhibió sus poderes. Y como era
obreros frente a los terratenientes medievales y la
necesario reunir las 6,000 toneladas a cualquier pre-
burguesía. Cuando en 1844 miles de tejedores de las
cio, los marchantes de trigo se pusieron en campa-
montañas silesianas, acosados por la miseria y la ña, y a las dos horas, la tonelada había experimen-
desesperación, se sublevaron contra los señores de
tado ya un alza de cerca de 40 tálers oro. Y la subida
las fábricas, el "piadoso" rey de Prusia dejó que
no paró ahí. En Bremen sólo lograron reunirse 1,500
los ametrallasen y los matasen a bayonetazos como - toneladas. Para el resto, los, tratantes en trigo de
perros, y a los que no murieron los sepultó en el pre- Bremen remitieron al emisario a sus existencias de
sidio y, encima, a la mayoría de ellos, aún les arran- Stettin, Danzig, etc., a los que dieron salida de este
caron la carne de la espalda vareándolos de veinte
a cuarenta veces. He ahí las bendiciones que los pro- [ modo, a los enormei precios desencadenados por el
consejero de gobierno de Prusia. Esta alza del.trigo
letarios tenemos que agradecerle a la monarquía Bremen hizo que a la vuelta de unos cuantos
L'~ristiano-germana". las los precios del grano subiesen al mismo nivel
El año de 1847, año de hambre, nos ha dado nue- en todo el norte de Alemania y que las c-iases tra-
vas pruebas de esto. Mientras miles de proletarios bajadoras tuviesen que pagar su pan una tercera
de la provincia del Rin, de Westfalia, de Silesia, d e parte más caro y encima soportar como contribu-
Posen y de la Prusia oriental sucumbían de hambre yentes la carga que aquel negocio tan torpemente
y de fiebres engendradas por ésta, la monarquía llevado por el gobierno echaba sobre la Hacienda.
"prusiano-germana" y sus criaturas seguían rego- Eso es lo que se llama en alemán "gobernar pater-
deándose, como si nada ocurriese, en todos los de- nalmente", y el ser rey absoluto por "la gracia de
leites que la abundancia y la ociosidad son capaces Dios" consiste en hacer fuego o lanzarse a la bayo-
de inventar. Hasta que por fin, cayó en la cuenta neta sobre los obreros hambrientos apelotonados en
de que tenía que hacer algo para aparentar la pena Berlín, en Stettin, etc., mientras el "piadoso rey"
que le daban aquellas poblaciones hambrientas. Y manda fabricar con el dinero de la clase trabajadora
así surgió la ley prohibiendo el empleo de patatas panoplias por valor de medio millón y se las envía
en las destilerías, y iinos cuantos decretos más por como juguete regio a su ahijado de Londres, un
el estilo, con que se quería tapar los ojos a la clase arrapiezo que apenas sabe sorber los mocos.
trabajadora. El miedo a los proletarios fue crecien- No acabaríamos nunca, si quisiéramos enumerar
do, sobre todo cuando en Berlín y cn algunos otros o lo que debemos a la "monarquía absoluta";
sitios estallaron disturbios por la falta de pan. El ten, pues, los ejemplos aducidos. De ellos se des-
~
l
16. 54 DE LA "LIGA DE LOS JUSTOS" AL P. COMUNISTA LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 55
prende ya claramente que esa monarquia es, por lo mos las manos tranquilamente en el regazo, en es-
l
menos, tan enemiga nuestra como lo es la burguesía. pera d e que se proclamen esos derechos. Hagamos
Pero no perdamos de vista que ésta necesita para contra la ley lo que ésta nos prohibe. La ley es obra
consolidar su hegemonía libertades políticas que la de nuestros enemigos, fruto del gobierno "paternal"
"monarquia absoluta" deniega obstinadamente y que en interés de los ricos y poseedores; a nosotros, los
1
nosotros, los proletarios, utilizaremos, tan pronto desposeídos, la ley sólo obliga mientras no tenemos
como sean concedidas, como palanca*,:qga*derribar fuerza bastante para derribarla. Hagamos en se-
lo antes posible lo existente; enfocada. '& la cosa, creto lo que se nos prohibe hacer públicamente;
se comprenderá nuestro interés en el movimiento aquí no podemos acatar más ley que la ilegalidad.
político actual, pues ayudando a acelerar la caída Cuantas más dificultades se nos pongan en el ca-
de esa monarquía, laboraremos en nuestro propio mino, más actividad y energía debemos desplegar
provecho. Hasta allí, pero no más, discurren juntos para organizarnos y unirnos en una actuación co-
nuestros caminos. Derribado el enemigo de "dere- mún por encima de ella. "Ayúdate a ti mismo", dice
cho divino", derribado el Estado "cristiano" de po- el proverbio; y verdaderamente, si nosotros, los pro-
licía, derribado el gobierno "paternal", ya no ten- letarios, no sabemos emanciparnos por nosotros mis-
dremos más enemigo que la burguesía; el palenque mos, no esperemos que nadie nos emancipe.
de nuestras luchas se simplificará y el plan de ba- iQué pavor infundimos ya hoy tanto a la monar-
talla no será difícil de trazar. quía de "derecho divino" como a la burguesía, hoy,
Pero mientras no apretemos nuestras filas de pro- en que estamos casi solos, en que no somos más que
letarios, mientras no nos unamos y organicemos, un puñado de individuos sueltos, desgarrados no
mientras no laboremos con nuestras fuerzas unidas pocas veces por las discordias intestinas e incons-
por transformar radicalmente nuestra situación, se- cientes de la fuerza que da la unión! ¿No bastaron
rá inútil cuanto hagamos por luchar contra este unos cuantos cientos de proletarios en Berlín, par-
"sistema paternal de gobierno" ni contra la burgue- ticipando en los tumultos de protesta por la falta
sía. Hasta ahora, no disponemos en Alemania, ni de de pan, sin plan, sin previo acuerdo, sin un obje-
libertad de prensa para defender nuestros intereses tivo común, para hacer temblar a toda la capital y
ni de derecho para reunirnos públicamente para ma- hacer perder la cabeza durante medio día a todas
nifestarnos .e ilustrarnos unos a otros acerca de las las autoridades, hasta las más supremas e inaccesi-
condiciones sociales, acerca de la situación de posee- bles? ¿No han confesado dos altos funcionarios mi-
dores y desposeídos, en una palabra, acerca de todas nisteriales que, pese a todas las tropas, Berlín hu-
las cuestiones que afectan al proletariado. Es indu- biera caído en manos de los proletarios, a ppco que
dable que esas libertades políticas facilitan la. obra éstos hubiesen sabido explotar su fuerza y actuar
de emancipación, pues con ayuda de ellas el prole- en común? Es cierto; Berlín estuvo cinco horas
"
tariado puede organizarse más rápidamente; por eso enteras en manos del pueblo, sin que éste lo advir-
el actual movimiento político, encaminado también tiese. Y lo mismo aconteció en muchos otros sitios
hacia la libertad de prensa y el derecho de libre de Prusia y del resto de Alemania. Y si un montón
asociación, tiene gran importancia para nosotros. de proletarios aislados e insignificantes, obrando sin
Pero no seamos tan necios que, entretanto, ponga- plan ni concierto, bastan para hacer peligrar de ese
17. modo lo existente, fácilmente se comprenderá que,
una vez unidos y organizados como un solo hom-
bre, no habrá poder en el mundo capaz de arran-
carnos la victoria. Aislados, no somos ni seguiremos
siendo más que pobres esclavos entregados al harn-
bre y a la miseria, a la soberbia y a la misericordia
,
¡
I
LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES
que alcanzaron la meta, pues los más cayeron sin
enfermedades y por el acero de los turcos.
Hoy, millones de europeos acuden a las costas de
Occidente, esperando encontrar allí un suelo libre
57
haber visto la tierra de Jerusalén, derribados por las
y un porvenir dichoso para sí y sus familiares; pero
de los grandes y los ricos; unidos y organizados9& los más sucumben sin ver cumplidas sus esperanzas.
barrotes que forjan para nosotros la propiedad':$.-+- < Miles de emigrantes mueren ya en las bodegas aba-
Qada o los gobiernos "cristiano-germanos" se que- rrotadas de los barcos, barridos por las enfermeda-
brarán en nuestras manos como mimbres secos. des, sin haber divisado la orilla del Nuevo Mundo.
Miles y miles más caen, no segados ciertamente por
el acero turco, pero sí arruinados física y moralmen-
LOS EMIGRANTES ALEMANES te, despojados por truhanes y engañadores de cuanto
poseían, en las esquinas o en los asilos obreros de
Ya en la antigüedad, aspiraban los hombres a un la Unión; y miles de hombres, obligados a entregar
mundo mejor, a un mundo nuevo, en el que confia- sus brazos a la burguesía americana para poder vi-
ban en ser felices, y sus aspiraciones siguen siendo vir, se ven explotados tanto y aun más que si estu-
las mismas de entonces. Desgraciadamente, pese a viesen en Europa y, cuando las fuerzas se les aca-
todas las aspiraciones, poco es lo que hasta hoy se ban, tienen que dar gracias, exactamente lo mismo
ha conseguido, pues durante mucho tiempo se ha que en Europa, si los dejan morir en un hospital o
estado buscando ese mundo mejor donde no po- en un asilo obrero. iCuán pocos son los que consiguen
día encontrarse, aún es hoy el día en que son muy cimentar una existencia para sí y sus familias!
pocos los que saben y comprenden que ese mundo Los buenos alemanes, a quienes hay que recono-
mejor está bien cerca de nosotros, que para alcan- cer que s u libre y unida Alemania, con sus treinta
zarlo basta con unir y organizar a los oprimidos, y cuatro príncipes y principillos soberanos, no ofrece
con imponerse un recio esfuerzo. Se equivocan de gran aliciente, están atravesando por una verdadera
medio a medio, naturalmente, los que piensan que borrachera de emigración, y lo malo es que, de todos
basta con buscar, con emigrar a América, para dar los emigrantes, ningunos se .ven tan estafados, tan
con ese mundo mejor. Ese mundo mejor no hay que tirados por los rincones, tan explotados y maltrata-
buscarlo, sino conquistarlo, y el cielo no nos ayuda- dos como los alemanes.
r á si nosotros mismos no nos unimos firmemente y En las ciudades de Alemania, Holanda y Bélgica, en
nos ayudamos. En otro tiempo, millones de europeos ,ondres y Nueva York, en todos los lugares del mun-
se precipitaban hacia el Oriente para escapar a la
tiranía de los señores feudales, para ganar el cielo
con la conquista de los Santos Lugares y esperan-
zados en que en el suelo que había pisado su Reden-
I '
ao donde embarcan o desembarcan emigrantes ale-
manes, se ha formado una clase especial de hombres
que tienen por profesión estafar a esas pobres gen-
tes, las más inexpertas del mundo. Los ingleses llaman
tor les sería dado ya sobre la tierra un avance de a esa casta de hombres "tiburones de tierra" (land
las delicias celestiales; pero fueron muy pocos los sharks), nombre muy adecuado, pues devoran con
18. 58 DE LA "LIGA DE LOS JUSTOS" AL P. COMUNISTA
la misma codicia el cruzado del pobre que el ducado
de quien tiene un poco más de fortuna. Tan pronto
I LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 59
siguientes de nuestra revista diremos algunas, para
que sirvan de aviso a todos los emigrantes. Y roga-
como llegan aquí a Londres, emigrantes alemanes, mos a nuestros amigos de los barrios del puerto que
se ven rodeados por estos pájaros, acompañados a comuniquen a esta redacción todos los abusos y es-
ciertas moradas, y ya no les dejan de la mano mien- tafas conletidos contra los emigrantes, de que ten-
tras tengan algo que perder. Los más afortunados gan noticia.
son los que han pagado por adelantado el pasaje, Muchos alemanes se preguntarán: ¿De todos nues-
esos llegan por lo menos a las costas de Améric'$', * tros embajadores y cónsules de Londres, ninguno se
demás, tienen que quedarse por el camino, y a la pos- ha ocupado de los emigrantes?
tre, la necesidad los obliga a desnudar a los compa- Los ingleses y los franceses, por dondequiera que
triotas que vienen detrás de ellos, lo mismo que a vayan, sean viajeros o emigrantes, encuentran pro-
ellos los desnudaron. ¿Pero es que la policía no inter- tección, consejo y ayuda en los cónsules y embaja-
viene?, se preguntará el lector, maravillado. La res- dores de su país; no así los alemanes, sobre todo si
puesta no puede ser más sencilla: la ley inglesa son proletarios; en cuanto salen de las fronteras de
tiene por.principio que "donde no hay demandante, la Confederación que los tiene por súbditos; en cuan-
no hay tampoco juez". Y como los pobres alemanes to abandonan el suelo alemán, ningún embajador o
no entienden el idioma ni saben orientarse por esta cónsul de su país se cuida de ellos. Los embajadores
ciudad gigantesca, como nadie se preocupa de ellos, y cónsules alemanes en Inglaterra, a quienes el pue-
raro es el caso en que consiguen dar con las perso- blo alemán paga sueldos de cientos de miles todos
nas que los estafaron para entregarlos a los tribuna- los años, tienen otras cosas de que ocuparse. El pia-
les. Los tiburones de tierra no tienen más que sal- doso Bunsen se dedica a fundar asociaciones ju-
tar de tugurio en tugurio y recatarse, aguardando veniles y sociedades evangélicas para inmunizar a
a que se haga a la mar el barco que lleva sus vícti- los proletarios contra el veneno del ateísmo y el co-
mas; luego, pueden salir de nuevo a la calle y rea- munismo y enchiquerarlos en el gran establo del
nudar el negocio. Pero, aun supuesto el caso de que Estado "cristiano-germano"; los demás envían de
el emigrante consiga entregar uno de esos pájaros a vez en cuando a las asociaciones obreras alguno que
la policía, no habrá salido ganando nada; el ladrón otro espía, y se dedican a divertirse.
es 'enviado, sin duda, a la prisión, pero lo robado ¡Quién se preocupa de proletarios, y sobre todo de
no aparece, y antes de que el proceso se abra, el proletarios que aspiran a ser republicanos!
barco parte y la víctima del robo con él; y no pre- Y a propósito, camaradas, ¿qué tal estaría, si un
sentándose nadie a mantener la querella, el tiburón buen día, en vez de emigrar a la remota república
de tierra queda en libertad. Y lo mismo que en Lon- de Norteamérica, dejándose desnudar y explotar en
dres, les pasa a miles de emigrantes en el Havre, el viaje, apretáseis un poco vuestras filas, pusié-
en Amberes, en Rotterdam, etc., y 10s afortunados seis término a ese absurdo "cristiano-germano" y
que logran desembarcar con algo todavía en Nueva enviáseis a vuestros príncipes paternales y bondado-
York, caen allí en las garras de los tiburones ame- sos a hacer un viaje bajo cielos más suaves (a Te-
I
ricanos. Nos han contado infamias increíbles come- xas, por ejemplo, o al frica central, adonde tan de
tidas con emigrantes alemanes, y en los números buena gana quieren expediros los píos hermanos),
19. LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES
o a un clima m á s adecuado para s u constitución (a nor y la justicia son ya prenden viajes de recreo,
palabras vanas. -Los re- y el pueblo alemán. . .
Rusia, pongamos por caso), y os decidiéseis a ins-
publicanos y comunistas, muerde el pañuelo para
tituir en Alemania una república en la q u e todo el fusil al brazo, contemplan matar el hambre.
que quisiera trabajar encontrara medios de vida? impasibles el espectáculo.
i E h , qué decís a eso? Nos parece que bien valdría Cuando el paciente exha- BELGICA Y HOLAN-
la pena d e intentarlo; se ahorraría mucho tiempo y le el último suspiro, ente- DA. Se dice que los reyes
dinero, y podéis estar seguros de que costa~$#$~;t. rrarán el cadáver, y como de Holanda y Bélgica en-
veces menos víctimas que las q u e siembran la ruta primer remedio para pu- cuentran demasiado gra-
d e los emigrantes hacia el Nuevo Mundo. rificar el aire, proclama- voso el peso de sus coro-
iProletarios, pensad aiguna vez e n esto! rán la república. nas y que se proponen ab-
REVISTA POLITICA Y SOCIAL.
1 ALEMANIA. El Gran Du-
q u e d e Hessen prohíbe
dicar y salir a viajar. Bon
voyage.
a los proletarios el matri- GRAN BRETAfiA.- El
En los números siguientes cándalos en la Corte. Isa- monio. No nos preocupa, plan agrario del conocido
daremos un breve resumen bel, la joven reina a quien pues sabemos procrear y cartista Feargus O'Con-
d e los acontecimientos po- el viejo mercader de al- multiplicarnos sin la ben- nor p r o d u c e gran sen-
líticos y sociales d todos
: mas de París impuso por dición del cura. - Lola sación, y la acogida que
los países, enfocados des- marido un ser impotente, Montes sigue abofetean- encuentra demuestra que
de el punto de vista co- busca consuelo en aman- do a los leales súbditos el pueblo aspira seria-
munista; Hoy, el escaso tes más viriles, y como bávaros; ;que Ics aprove- mente a emancipar la tie-
espacio de que dispone- sus ministros no le con- che! - Federico Guillermo rra. Desgraciadamente, el
mos sólo nos p e r m i t e sienten esos d e v a n e o s , el Gordo, Señor de Ber- plan de O'Connor descan-
apuntar algunos de los su- amenaza coh abdicar.- lín, hace decretos sobre sa en el reparto y no en
cesos más notables de la Las arcas públicas están los bigotes y manda con- la comunidad de bienes.
actualidad. vacías, el país plagado de denar a los nobles pola- Más detalles acerca de es-
bandas de salteadores y el cos que quieren emanci- to en nuestro próximo nú-
PORTUGAL. Una reina comercio y los negocios par a su desdichada mero.-Las elecciones pa-
perjura es restaurada a paralizados. ¿Hasta cuán- patria. - La b u r g u e s í a ra el nuevo parlamento
la fuerza por los ingleses, do se dejará maltratar el prusiana sigue avanzando han terminado, habiendo
franceses y españoles en pueblo español? lentamente y Federico el salido elegidos algunos
el trono de que la arroja- Gordo, con toda su Real hombres de valer. - La
ra la general y justa có- FRANCIA. El sistema Casa, acabará sirviendo, reina y el príncipe Alber-
lera del p u e b l o portu- de Luis Felipe está en las además de al Señor, a los to se dedican a hacer via-
gués.-Los proletarios de últimas y extiende por to- amos del dinero.-Fernan- jes de recreo, mientras los
las ciudades empiezan a da Francia, al descompo- do de Viena cuenta los proletarios suspiran en la
abrir los ojos y forman nerse, un hedor cristales de su palacio, y miseria más espantosa.
asociaciones republicanas
y comunistas.
Ttilen-
cial. Ladrones, sa teado-
res y asesinos manipulan
I Metteroich se relame ba-
rruntando sangre. - Los
Tout comme chez nous.
sin recatarse casi,, y entre demás príncipes patriar- PAISES ESCANDINA-
ESPAÑA. Grandes es- la clase gobernante el ho- cales de Alemania em- VOS. En Suecia, la doc-
20. LA REVISTA COMUNISTA DE LONDRES 63
trina comunista encuentra que en Italia siga todo casianos han vuelto a in- hecho. La Liga para la
buena acogida en el pue- bonitamente en las tinie- fligir a los rusos varias emancipación de la tie-
blo. Como en todas par- blas. Se dice que el Papa derrotas de importancia.- rra, ' la Joven América,
tes, los más rabiosos ene- ha declarado que si Met- Pueblos, aprended ahí to- cada día con nuevos afi-
migos del comunismo son ternich le atacaba, salta- do lo que son capaces de liados.
aquí los sacerdotes. La ría sobre un caballo y sal- hacer hombres que quie-
igualdad de esos señores dría al encuentro de los ren ser libres. La guerra de los Esta-
no es de este mundo. Pero mercenarios austriacp dos Unidos contra México
vuestros esfuerzos, negros la cabeza de su p u ~ & i i ' - TURQUIA, El sultán ha estalló por la anexión de
oscurantistas, son en va- ¡Bravo! Esta vez, puede abolido la esclavitud y Texas. Terminó con la paz
no, no nos molestéis. que el astuto Metternich rinde culto al progreso.- de Guadalupe-Hidalgo, en
se haya equivocado. ¡Mírate en este espejo, tú, S de febrero de 1848, por
SUIZA. Los jesuitas y que sólo quieres servir al la que los Estados Unidos
sus leales arman un ruido EN HUNGRIA. Tam-
espantoso; Metternich les bién aquí, en el país más
envía pertrechos de gue- libre de la monarquía aus- dólares- obtenían, ade-
rra, y actualmente se de- triaca, se siembra la si- más de Texas, una faja de
dican a aniquilar a todos miente del comunismo y GRECIA. El bávaro Ot- tierra bastante extensa
.
los radicales. . con el pi- cae en tierra fructífera.-
co; pero en cuanto las tro- Dónde y cómo, no se lo
pas federales avancen, lo descubrimos por ahora al Srepugnante pe- Pacífico.
que confiamos que no se señor de Metternich. dinero y que na-
hará esperar, es muy pro-
bable que los señores de la POLONIA. En Lemberg
Sonderbund corran a re- (Galitzia), dos grandes
fugiarse en sus casas. hombres, Teófilo Wis- tas norteamericanos y los
niowsky y José Kapus- ICA. Los reformadores agrarios, ya
ITALIA. El papa Pío IX cinsky, han sufrido la siguen en que éstos "volvían la cons-
ha levantado la bandera muerte de los mártires.
de la libertad y del pro- Murieron como dos hé-
greso y el pueblo italiano roes, gritando: "iViva Po-
se ha congregado junto a lonia!" y "Hombres, apren-
él con verdadero entusias- ded de nosotros cómo se
mo. El sangriento Metter- muere por una causa jus-
nich, descontento de esto, ta!" Camino del cadalso,
quiso organizar en el Es- el pueblo les arrojaba por
tado eclesiástico una se- todas partes coronas de
gunda edición de las ma- flores.-;Todavía no está
tanzas de Galitzia; en vis- perdida la causa de Po- tend, en la Asociación de Cultura obrera, Castle Goodman's
ta de que no lo consiguió, lonia! yle, Whitechapel.
parece que se dispone a Printed for the Proprietors by Mcldolas Cahn & Co., 18,
emplear la fuerza para RUSIA. Los bravos cir-. St. Mary Axe, City, London.