La Edad Media Tardía se caracterizó por avances científicos inspirados en pensadores como Duns Scoto y Guillermo de Ockham, incluyendo la teoría del ímpetu de Buridan, cálculos de velocidad media, y las leyes de caída de los cuerpos de Galileo, además de reconocer que la física aristotélica no explicaba el movimiento planetario, pese al impacto de la peste negra que diezmó a gran parte de la población europea.