2. • Antes de decidir sobre qué tema hablar, el orador requiere
información sobre su público: debe saber el sexo, edad, clase
socioeconómica, nacionalidad e intereses primarios del grupo,
• para tener una idea general de los tópicos que podrían interesarle.
• En general, ciertos tópicos interesan a algunos grupos más que a
otros. Por ejemplo, es más probable que un discurso sobre
motocicletas interese más a un grupo de jóvenes adolescentes que a
un grupo de señoras amas de casa. Es probable que las señoras
estarán más interesadas en un discurso acerca de jardinería u otra
actividad a la que se dedican. Por supuesto, hay excepciones, pero
en general el rolo roles mayores que desempeñan las personas
determinan en gran medida sus intereses.
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Antes de que pueda preparar su mensaje, el orador debe seleccionar un tema. A veces se
le pide
que hable sobre cierto tópico en particular, pero con mayor frecuencia esta decisión se la
dejan
al orador. ¿De qué hablaré? ¿Cuánto tiempo hablar? ¿Cuánto tiempo tengo para
prepararme? Éstas son preguntas que el orador se hace al acercarse a su tarea de
preparar el
discurso.
En primer lugar, el orador debe averiguar cuánto tiempo durará su discurso, cuánto tiempo
tiene para prepararlo. También debe realizar el análisis del público arriba mencionado; esta
información
le ayudará a seleccionar un tópico de interés para el público.
Al seleccionar el tema hay que considerar tanto el interés y preferencia del público, como
el
conocimiento, interés y preferencia del orador. El orador debe hacer un autodiagnóstico de
sus
actividades preferidas, de pasatiempo, además de su conocimiento especializado, porque
esto
le permitirá identificar un mayor número de temas sobre los que podría hablar.
4. • Cuando el orador piensa hablar ante un público debe
conocer la razón por la cual quiere hacerlo.
• Debe saber qué quiere lograr del público para optimizar sus
esfuerzos en la preparación del mensaje, de manera que
cada argumento, imagen y palabra contribuyan a lograr el
objetivo deseado. Para esto, el orador decidirá primero el
objetivo general y después el objetivo
• específico.
• El objetivo general: Todo discurso tendrá uno de tres objetivos
principales: Informar, persuadir o entretener.
5. • El objetivo especifico: Si se quiere lograr principalmente que el
público esté informado,
• persuadido o que se sienta bien, el orador debe saber
específicamente lo que quiere y lo que
• puede lograr de su público. ¿Qué información específica
quiere que su público tenga al momento
• de abandonar la sala de conferencias? ¿Con qué idea
específica quiere impactar a su
• público? ¿Qué acción específica quiere que el público realice?
¿Cómo logrará que su público
• se sienta bien o se distraiga? Una buena planeación requiere
que el orador formule el propósito
• específico.
6. • Una vez que el orador selecciona su tópico general debe
determinar el tema específico. Para identificar el tema
específico hay que pensar en categorías más y más
específicas sobre el tópico; para ello es indispensable
comprender y percibir la diferencia entre las ideas
coordinadas y las subordinadas.