2. Básicamente, la idea de este punto es que
una vez que tocas fondo el único camino que
te queda es salir escalando desde las
profundidades del abismo de la adicción. Por
supuesto, no hay cómo definir dónde está el
punto más bajo para cada quien, además de
que esto coloca a la adicción en una escala
medieval que habla del sufrimiento como un
paso necesario para lograr la reivindicación.
3. No es algo dicho tan explícitamente, pero en
los principios de AA está implicada la idea de
que hay que abandonarse a la voluntad de
Dios. La adicción no es un problema del
alma, sino de la mente, no se resuelve
abandonando la propia voluntad y esperando
que un poder más grande lo resuelva todo.
4. En una reunión de AA, puedes preguntar a
cualquier miembro cuánto lleva sin tomar y
seguramente te dará la cuenta exacta de los días
en que no ha probado una sola gota de alcohol.
Pero este punto de vista tiene un lado oscuro:
tomar un trago, incluso un solo sorbo, regresa la
cuenta a cero, haciendo que se pierda todo lo
ganado.
Una recaída puede ser incluso útil, si se
convierte en una ventana para observar la
naturaleza de la propia adicción. Si la sobriedad
se ha roto en un momento particular, quizá
debamos poner atención a ese momento y cavar
hasta encontrar dónde es que la adicción tiene
sus raíces.
5. Esta es la idea básica del tratamiento de AA:
un mismo método es válido para sacar a
cualquiera de su adicción. En general, se
busca dar una idea de comunidad a todos los
que tienen un problema con el alcohol, pero
al mismo tiempo diluye su individualidad en
la identidad del grupo.
La palabra alcohólico es reductiva, define a
los adictos por su adicción haciéndolos
pensar que son diferentes al resto de
nosotros: la adicción no es algo que haces, es
algo que eres.
6. El famoso lema resume la forma conductista en
que AA piensa el comportamiento humano. Se
pide a los miembros que no piensen a largo
plazo.
No hablan de una cura porque la adicción les es
incomprensible, es algo a lo que deben
resistirse. Sin embargo, visto así, todos los días
son iguales, representan el mismo peligro. Si
piensas en abandonar la adicción un día a la vez,
está se volverá un animal acechante y estarás
todo el tiempo intentando predecir en qué
momento atacará la urgencia.
Es más fácil desconcertar a la urgencia mirando
el horizonte y reconociendo que puedes escapar
de su territorio.