SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 26
Los jardines de la universidad eran amplios y muy pacíficos en las horas
de clases. Gwen estaba en una de las mesas bajo la sombra de uno de
los enormes arboles, sus auriculares puestos, su cuaderno frente a ella y
toda su atención y energía en lo que escribía.
Levanto la mirada al sentirse rodeada, y lo estaba. Magnus, Isabelle,
Jace, Clary y Simon la observaban, ellos vestían como la primera vez que
los había visto, de negro, con trajes de telas peculiares, ellos portaban
armas, algo que a Gwen hacía sentir terrible y poco confiada de ellos, sus
marcas abundaban sobre sus pieles, a excepción de Magnus que parecía
también ser el único que no la detestaba.
-Hola. –Dijo Magnus.
-Hola. –Contesto tímida Gwen.
-¿Dónde está Alec? –Pregunto Isabelle sin rodeos.
-Alex. –Corrigió Gwen. –Él está en clase, no debe de tardar.
-Tú no vas a decirme como llamar a mi hermano. –Dijo Isabelle.
-¿Tu hermano? –Pregunto Gwen pero no recibió respuesta, todos ellos
miraron hacia el mismo lado por donde se acercaba Alec, acompañado.
-Así que, si juntas todos los tesoros y tienes buenos puntajes de
puntería, podrás usar el traje de Gánster en la siguiente partida.
-Demonios, mi puntería es horrible. –Dijo el chico que caminaba a lado
de Alec.
-Pues práctica. –Dijo Alec. Él ya había observado a los chicos de pie cerca
la mesa de Gwen.
-Hola preciosa. –Dijo el chico a Gwen. El parecía simplemente no notar a
los cinco chicos cerca de ella. -¿Cómo estás?
-Em… bien Leo ¿Y tú?
-No me quejo. Mañana es un día importante ¿Cierto? Estaré ahí sin falta,
lo prometo.
-Muchas gracias, necesitaremos todo el apoyo que podamos conseguir.
-Para eso son los amigos. –Dijo el chico sonriendo. –Bueno chicos, los veo
después, Gracias Alex por los tips.
Alec asintió hacia su amigo que comenzó a alejarse.
-Es increíble. –Dijo Alec. -¿En verdad no podía verlos?
-Magnus usa magia. –Explico Jace. –Pero nosotros usamos una runa
Glamour, para no ser visto por los mundanos.
-¿Mundanos? –Dijo Alec.
-Los mundanos son las personas que no son subterráneos o Cazadores
de Sombras.
-¿Cómo un Muggle? –Pregunto Alec.
-¿Qué es eso? –Pregunto Jace.
-Harry Potter. –Dijo Clary divertida. –Y sí. Exactamente así.
Alec que estaba sentado sobre la mesa y no en una de las sillas, movió el
brazo de su prima con el dorso de su mano. –Somos Muggles –Dijo.
-Ella es una mundana. –Dijo Jace. –Pero tu no.
-Ah, sí. Nico dice que alguna vez fui un brujo o algo así. –Alec hacia un
movimiento desdeñoso con su mano.
-Para nada. –Dijo Jace. –Eres un Cazador de Sombras, como nosotros.
Gwen y Alec se miraron. -¿Cómo es eso posible? –Pregunto Alec. –Yo…
Alec guardo silencio al sentir un par de manos sobre su rostro, tapando
sus ojos. Él comenzó a palpar las manos y los brazos, intentando
reconocer a quien se encontraba detrás de él.
-Em… ¿Quién podrá ser? –Dijo con exagerado cuestionamiento. –Estos
codos, claro solo puede ser… Santa Clause.
Gwen sonreía ante la escena, era la única que lo hacía.
Los ojos de Alec se liberaron para poder ver a la chica que estaba detrás
de él. Pero sus manos no se alejaron, por el contrario, estos se apretaron
contra el pecho del chico y su cuerpo, la chica lo abrazo y hablo cerca de
su oído.
-Santa Clause ¿En serio? –Dijo la chica.
-Sera que lo espero con ansia.
-¿Y a mí no me esperas con ansia?
-Por su puesto, pero él trae obsequios.
-Punto para el gordito simpático. –Dijo la chica que bajo de la mesa y se
coloco frente a los dos chicos que según ella, estaban solos en esa banca.
-¿No estabas? –Pregunto a Alec.
El chico estaba aun sorprendido de cómo ella simplemente no miraba a
los otros cinco chicos.
-Perdón, pero teníamos que atender unos asuntos, debí llamarte, lo
lamento.
La chica miro a Gwen. –¿Lista para mañana? –Dijo ignorando las escusas
de Alec.
-Lo intento. –Dijo Gwen.
La chica se sentó a su lado. Y paso uno de sus brazos por los hombros
de la chica. –En ocasiones, nos es muy difícil olvidar las cosas terribles, y
lo que ellas dejan detrás. –Dijo la chica. –Pero creo que es mejor mirar a
las cosas buenas que de alguna manera dejaron esas cosas terribles. –
Gwen noto la clara mirada que le dio a Alec. –Tal vez eso te ayude.
Gwen mordió su labio, sus ojos comenzaron a brillar. –Gracias Johanna.
–Dijo. –No tienes una idea de lo mucho que tus palabras me han
ayudado.
Johanna beso la frente de su amiga. –Te veré mañana.
Johanna se levanto y miro de soslayo a Alec. -Espero verte mañana. –Le
dijo.
Johanna se alejo, su bolso con todos sus libros colgaba de su hombro y
camino sin mirar atrás.
-Oigan. –Dijo Alec sin dejar de mirar hacia la chica que se alejaba. -
¿Podemos seguir con esto en otro momento?
-Alexander, lo que tenemos que explicarte, es importante, no tienes idea.
–Magnus se escuchaba vulnerable.
-Sí. Lo entiendo pero… En verdad, tengo que irme. –Alec tomo su
mochila y salto de la mesa para intentar alcanzar a Johanna.
-¿Quién es ella? –Pregunto Clary.
-Mi mejor amiga. –Dijo Gwen.
Magnus miraba hacia donde Alec y Johanna tenían una conversación. –
Parece que también es amiga de Alec. –Dijo secamente.
-Alex –De nuevo corrigió Gwen. –Y, ellos no son amigos en realidad. –Dijo
la chica despreocupadamente. -Ella es su novia.
Magnus no podía recordar la última vez que sintió como algo lo
destrozaba de la manera tan profunda como esto lo estaba haciendo. Ver
a Johanna poner su mano en la mejilla de Alec con tanta dulzura y este
inclinándose abiertamente hacia ella, hacia sus labios. Alec besando a
otra persona, era algo que nunca se imagino que llegaría a ver.
* * * * *
-Oye, espera. –Dijo Alec alcanzando a Johanna.
-¿Qué pasa? –Pregunto ella despreocupadamente.
-Pasa que apenas me hablas ¿Estás bien?
-Yo no me desaparecí por casi una semana. ¿Por qué no respondes mis
mensajes? Podrías hacerlo por lo menos por consideración.
-Estaba ocupado, te lo dije.
-¿Demasiado ocupado como para responder un mensaje? –Johanna tomo
su propio celular y escribió en él, después se lo mostro a Alec: Estoy
ocupado, te llamo después. –Decía en la pantalla. –Lo vez, cinco
segundos.
-Siempre logras hacerme quedar como un imbécil.
Johanna se congelo y levanto su mirada hacia su novio. –Te juro que esa
nunca es mi intención. Es solo que…
-Soy un imbécil y lo sé, es solo que…
-Ya no eres el mismo. –Dijo Johanna con tristeza. –Cambiaste y yo no
cambie contigo, eso pasa.
-Yo te amo. –Dijo Alec con desesperación.
-Oh cariño, hemos estado juntos por tanto tiempo, hemos pasado por
tantas cosas, que piensas que es así, pero… creo que eso ya no es
verdad.
-Por favor, no digas eso.
-No lo digo para lastimarte, haría cualquier cosa para que no fuera
verdad. Para oírte decir que me amas y… creerte.
-Jonna, dame tiempo, estoy seguro que pronto las cosas serán como
antes.
-¿En verdad crees eso?
-Quiero creer, quiero que las cosas vuelvan a ser como antes, te quiero a
mi lado.
-Estaré a tu lado siempre, de eso no tengas duda. –Johanna coloco su
mano sobre la mejilla de Alec con mucha dulzura.
Alec se inclino hacia ella para besarla, se besaron dulce y plenamente,
Alec la acerco más hacia él y la envolvió en sus brazos.
-Te amo. –Dijo Johanna cuando Alec la soltó. –En verdad te amo.
Alec se quedo congelado mirando como su novia se alejaba, sabía que
tenía que haber contestado: También te amo. Sabía que debía darle más
tiempo del que le había dado desde el accidente hace un año, sabía que
ella merecía más de él. Sabía que tenía que ir detrás de ella. Pero no lo
hizo.
* * * * *
Isabelle coloco sus manos sobre su cintura. Jace cruzo sus brazos sobre
su pecho y Clary solo llevo una de sus manos a su boca mientras
miraban a Alec besando a esa chica. Magnus lo miraba fijamente sin
decir nada.
Isabelle dejo salir un resoplido –Eso no significa nada, Alec no sabe lo
que está haciendo.
Clary se preocupo por Magnus. –Oye, eso es verdad él…
-Tranquila biscocho. –Dijo con frialdad. –Sé exactamente lo que ocurre
aquí. Y no me está afectando en lo más mínimo.
Simon y Jace se miraron, eso no parecía en lo absoluto verdad.
Alec inicio su regreso hacia ellos lentamente y se miraba claramente
afectado por lo que fuera hubiera pasado con esa chica. Magnus se
apresuro hacia él, llegando en apenas tres zancadas frente a su rostro.
Los chicos se quedaron inmóviles, no tenían idea de cómo Magnus
reaccionaria, el único que lo hacía ni siquiera lo recordaba.
Alec lo miro y Magnus tomo su muñeca fuertemente.
-¿Estás bien? –Pregunto Alec.
-Tu nombre es Alexander Gideon Lightwood. –Comenzó Magnus
precipitando las palabras. –Eres un Cazador de Sombras, con una
misión divina, eres hermano de Isabelle Lightwood, hijo de Robert y
Maryse Lightwood, eres el parabatai de Jace Herondale y por sobre todo
eso y porque no puedo más con esto, tú eres mí…
-Wow, wow, Magnus ¿quieres calmarte? ¿De qué diablos hablas?
-Y tú nunca maldices.
-Auch. –Dijo Alec mirando hacia su muñeca tomada por Magnus con
exagerado señalamiento. -¿Me sueltas por favor? –Dijo molesto.
-Magnus. –Dijo Isabelle que se acerco corriendo. –Tranquilo, está bien,
vamos a hablar de esto. –Ella coloco su mano sobre la de Magnus para
que disminuyera el fuerte agarre que mantenía sobre Alec.
Magnus solo siguió mirando a Alec. Gwen se acerco.
-Suéltalo. –Pidió a Magnus.
-Esto no te incumbe mundana. –Dijo Isabelle.
-¡Oye! –Reclamo Alec a Isabelle. –No le hables así.
Isabelle se miraba como si la hubieran golpeado y dio un paso atrás.
Jace se tenso, nunca había deseado golpear a Alec como ahora, pero
sabía que al que realmente quería, no solo golpear sino hacerlo cenizas
era a Belcebú.
-Chicos, chicos. –Dijo Simon. –Todos debemos calmarnos.
-Es verdad. –Dijo Jace técnico. –Recuerden que el hermano Enoch nos
está esperando.
-¿Quién nos espera en donde? –Alec por fin se zafo de la mano de
Magnus, sin delicadeza.
-Iremos a la Ciudad de Hueso. –Informo Jace. –Así que, Andando.
-No lo sé. –Dijo Gwen tímida. –No creo que debamos ir, Alex tú…
-Tú no iras a ningún lado. –Dijo Jace. –Solo Alec.
-Alex. –Corrigió firmemente Alec. –Y no iré a ningún lado sin mi prima.
Clary noto como Isabelle se tensaba y pudo entender porque el rechazo a
Gwen. Ella ahora tenía lo que a Isabelle por derecho le correspondía; El
cariño y la protección de Alec. Ella estaba celosa, de lo único de lo que
podría llegar a desear, estaba celosa del amor que su hermano le tenía a
esa chica.
Clary se acerco a Isabelle mientras Jace, Simon e incluso Magnus le
explicaban a Alec de que se trataba la Ciudad de Hueso.
-Tú lo dijiste –Le dijo a Isabelle en un murmullo. –No sabe lo que hace.
No sabe quién es, quien eres.
-Solo quiero a mi hermano de regreso.
El corazón de Clary dolió por Isabelle. –Lo sé. Y lo tendrás de vuelta. –
Dijo y giro hacia Jace que hablaba a su parabatai con dolor en sus ojos,
a Magnus con tristeza e incluso Simon desesperado por hacer entender a
Alec. Ella suspiro. –Lo recuperaremos.
-Maldita sea. –Dijo Alec y Magnus odio su voz por un segundo. De nuevo
maldiciendo. –De acuerdo, iremos con ustedes. –Dijo Alec abrumado. –
Pero con una condición, Nico viene.
-¿Por qué? –Cuestiono Jace.
-Proteccion. –Dijo Alec. –De alguna manera me siento más seguro cuando
esta por aquí.
-Imposible. –Dijo Jace.
-imposible entonces. –Dijo Alec sonando petulante. –Que vallamos con
ustedes, quiero decir.
-Los vampiros no entran a la Ciudad. –Dijo Magnus. –Es tierra
consagrada.
-Parece entonces que no iremos a la Ciudad de Hueso. –Dijo Alec
tranquilamente.
Los chicos se miraron mutuamente. Alec se compadeció.
-Bien. –Exclamo con cansancio, empezando a caminar. –Iremos a ese
lugar con nombre de escenario de Silent Hill.
Todos miraron a Gwen implorando una traducción, ella se encogió de
hombros –Un video juego. –Dijo la chica.
* * * * *
Alec llego hacia su coche con sus acompañantes detrás. Miro su auto
con recelo. –No creo que quepamos todos.
-Puedo hacer un portal. –Dijo Magnus secamente.
Alec lo miro molesto.
¿Está molesto conmigo? Pensó Magnus.
-¿En verdad no sabes sobre las reglas de tener que ir a un lugar al que
realmente no quieres ir?
-No. –Dijo Magnus con franqueza. –No tengo idea de que hablas.
-Lleva tu propio trasporte. –Dijo. –Así podrás irte del lugar cuando lo
quieras.
Magnus asintió hacia Alec. Estaba haciendo lo posible por no detestarlo,
decidió que podría detestar a Belcebú en su lugar.
-Entonces tendrán que ir ustedes tres. –Dijo Simon mirando a Jace,
Isabelle y Magnus.
-No es necesario. –Dijo Gwen. –No tienen idea de las personas que entran
en este auto.
-Y esto no lo hare sin ti. –Dijo Isabelle y empujo a Simon al interior del
Corolla.
Simon estaba en el asiento trasero del auto, a su derecha estaba Magnus
mirando por la ventana, él no había dicho palabra alguna desde hacía un
buen rato, Simon se imaginaba porque, Isabelle estaba sobre sus piernas
y a su izquierda, Jace tenía sus brazos alrededor de Clary, Gwen estaba
en el asiento del copiloto mientras que Alec conducía a la Ciudad de
hueso.
-Parece que tenías razón Gwen. –Dijo Simon a la chica que se sintió
extraña de que uno de ellos la llamara por su nombre.
-Siempre la tiene. –Dijo Alec. –En una ocasión éramos diez ¿Recuerdas? –
Dijo Alec dirigiéndose a su prima.
-Como olvidarlo, Johanna y yo estábamos preocupadas por Nico, él
estaba perdido allá atrás, con quien sabe quién.
Alec rio abiertamente. –Se las supo arreglar muy bien.
-Iremos a la Ciudad de Hueso a intentar que recuperes la memoria. –Dijo
Magnus sin mirar a nadie en particular, había algo en su voz que a Clary
le pareció muy extraño, tal vez seguía pensando en ese beso.
-Oh. –Dijo Alec. -¿Creen entonces que realmente alguien nos borro la
memoria o algo así?
-Bueno… -Comenzó Clary. –Podría decirse que si…
-Se te explicara todo cuando estemos ahí. –Dijo Magnus fríamente.
Alec y Gwen se miraron pero no dijeron nada. Siguieron su camino por la
segunda avenida.
-Detente –Dijo Jace y Alec lo hizo.
Gwen miro el letrero en la entrada: CEMENTERIO MARBLE DE LA
CIUDAD DE NUEVA YORK. Este cementerio no era para nada similar a
donde sus padres estaban sepultados, el pasto lucia descuidado y seco
ya que crujía al pisarlo, había paredes nacaradas a los costados. Gwen
camino muy cerca de Alec, este lugar en verdad la asustaba.
Ellos caminaron hasta llegar a una estatua de un ángel, que portaba una
copa, en ella había una fecha y una frase: 1234 NEPHILIM: FACILIS
DESCENSOS A VERNIL.
Alec tradujo: -Nephilim: Fácil es el descenso al infierno.
El corazón de Isabelle brinco en su pecho. -¿Lo recuerdas?
Alec la miro. -¿Recordar qué? Eso dice ¿No?
-Así es Alexander. –Dijo Magnus. –¿Tu lo recordaste?
-No. Bueno. Eso lo sé, porque elegí latín como lengua extranjera, la
estudio en la universidad, hay un video juego llamado Dantes Inferno. Y
digamos que me motivo.
Magnus tallo su rostro con cansancio. –Jace, terminemos con esto.
Jace despertó y tomo de su cinturón lo que parecía ser un cristal
alargado y con punta, este comenzó a brillar.
-¿Qué es? –Pregunto Alec.
-Es una estela. –Dijo Jace mientras trazaba una runa. –Las usamos para
trazar nuestras runas.
-¿También las que tienen en sus cuerpos?
-Así es.
-Y las runas. ¿Para qué sirven?
-Cada una tiene su propósito y su propia fuerza. –Dijo Jace mientras un
enorme agujero se abría en el suelo. –Hay que entrar –Dijo el chico.
-¿Ahí adentro? –Pregunto Alec preocupado. -Hay suficiente aire ahí abajo
¿cierto?
Magnus se compadeció y se acerco a él, justo en el momento en que una
figura esbelta y enorme salía de la entrada en el suelo. Gwen ahogo un
grito, Alec se congelo ahí mirando a la criatura que estaba frente a él.
Magnus cerró sus ojos dolorosamente al ver la expresión del chico,
odiaba tener que hacer pasar a Alec por este tipo de cosas.
Gwen tomo la mano de Alec, Alec tomo la mano de Magnus, después se
dio cuenta de lo que había hecho y la soltó de inmediato.
Magnus no se aparto de él ni un centímetro. –Él es un Hermano
Silencioso. –Dijo. –No tienes porque temer.
Alec lo miro con ojos muy abiertos. -¿Acaso no lo has visto?
-Alec. –Llamo Magnus suplicante.
El Hermano Enoch estaba ahora frente a Alec.
-Alexander Lightwood. –Dijo en su mente. –Belcebú es el nombre del
demonio que irrumpió en tu mente, sacando de ella todo lo que
correspondía a tu misión, es por ello que ahora debes recuperar tus
recuerdos y seguir con tu batalla asignada por tu sangre y familia.
Alexander Lightwood. Pensó Alec. Así lo había llamado Magnus hacia
apenas un par de horas. Sintió las manos de su prima aferradas a su
brazo, dio gracias por eso.
-Ahora te pregunto, Joven Cazador de Sombras. –Dijo el Hermano Enoch.
-¿Estás dispuesto a que entre a tu mente para intentar interrumpir el poder
que mantiene sobre ti el demonio Belcebú?
Alec lo miro y muy lentamente dijo: -¿Me está preguntando si le permito
entrar a mi mente y hacer quien sabe qué cosa en ella?
El Hermano Enoch asintió con su cabeza.
Alec estaba tan aturdido que tardo en responder. –En ese caso mi
respuesta tendría que ser NO. Absolutamente no.
-Esto es absurdo. –Dijo Jace. –No sabe lo que pasa con él, ¿Por qué
preguntarle?
-Un miembro de la Hermandad no puede irrumpir en la mente de un
Cazador de Sombras sin su consentimiento, él es un Nephilim y La Ley lo
protege. Incluso si fue Jace Herondale, antiguo portador de Fuego Celestial
el que me lo ha pedido.
-Genial, y ahora soy famoso por algo que casi nos mata. –Dijo Jace y
Clary se acerco a él.
-Debe haber algo que pueda hacer. –Dijo Clary. –Alguna runa, algún
hechizo…
-No sin su consentimiento. –Dijo el hermano Enoch al mismo tiempo que
giraba para iniciar su regreso a las profundidades de la Ciudad de
Hueso.
-Eso fue aterrador. –Dijo Gwen cuando el hermano Enoch ya se había
marchado.
Alec aun aturdido se quedo inmóvil por un momento, después giro hacia
los chicos de manera brusca. -¡Esperen un momento! ¿Ustedes en verdad
piensan que soy ese, ese tal Lightwood? ¿Creí que querían ayudarnos?
-Eso hacemos. –Dijo Magnus vulnerable. –Tú eres Alexander Lightwood,
un Cazador de Sombras.
-Eres mi parabatai. –Dijo Jace. –Ella es tu hermana. –Jace señalo a
Isabelle.
Alec lo miro como si hubiera dicho lo más tonto del mundo. –No tengo
idea de que es eso y. Soy hijo único.
-Alec. –Llamo Magnus.
-¡Alex! –Corrigió Alec con brusquedad. –Y no puedo creer… todo este
tiempo… ¿Ustedes han creído que soy esa otra persona? Pero están
equivocados, terriblemente mal.
-Eres tu el que está equivocado, nosotros somos tu familia Alec,
entiende. –Isabelle estaba al borde de las lágrimas.
-No. –Dijo Alec un poco más amable. –Apenas puedo creer en la versión
de Nico, pero por lo menos, sé que él es mi amigo, mi mejor amigo. Entre
más tiempo pasamos con él, mas logramos recordarlo. A ustedes nunca
antes los había visto.
-Esos recuerdos no son tuyos. Son de alguien más. –Dijo Magnus.
-Pero él es mi primo –Dijo Gwen tímida. –Lo estoy mirando y es… él.
-Belcebú manipulo la memoria de todos quienes conocían a Alexander
Carter, si es que él existe, aun no lo sabemos, por ello…
-¿Si es que existe? –Dijo Alec molesto. –Pues mírame Bane, claro que
existo. Estoy justo aquí.
-No quise…
-¿Poner en duda mi existencia? Ni siquiera me importa. No me interesa lo
que pienses. Pero. Deberían de buscar en otro lado a su amigo, es mucho
más factible que lo encuentren lejos, muy lejos de nosotros. –Alec se giro
y comenzó a alejarse.
Los chicos comenzaron a llamarlo, intentaban hacer que entendiera,
querían explicar, Alec simplemente no tenía ninguna reacción o intención
de detenerse.
-¡Alexander! –Era Gwen. -No puedes hacerles esto. ¡Vuelve acá!
Los chicos se sorprendieron tanto como Alec. Que giro y miro a su prima.
-¿Me estás diciendo que les crees?
-Claro que no, pero ellos perdieron a un familiar, debemos ayudarlos.
-¿Cómo pretendes hacer eso?
-Eso… No tengo idea.
-Ellos piensan que soy ese pariente perdido… sabes lo absurdo que se
escucha que me pidas que los ayude.
-Sabemos que no eres tú, pero ellos no, deja que descubran eso.
Alec dio un largo suspiro mirando a su querida prima. –Debes dejar de
ser tan amable ¿Sabes?
-Tal vez, pero no quiero…
-Y yo no quiero seguir más aquí. –Dijo Alec. –Hay que volver a casa.
-Déjanos explicarte, por lo menos. –Dijo Magnus.
-No quiero. –Dijo Alec sin rodeos. E inicio de nuevo su camino hacia su
auto.
Gwen giro hacia los chicos. –Intentare hablar con él. –Dijo la chica. –Pero
difícilmente él…
-Te lo agradecemos. –Dijo Magnus aun mirando hacia Alec. –De
cualquier forma.
Gwen alcanzo a su primo y se marcharon del cementerio.
* * * * *
Alec estaba tirado sobre un suave y confortable pasto, el sol brillaba en lo
alto, lo hacía sentir vigorizante, incluso tenia la necesidad de inhalar
profundamente, se abstuvo de hacerlo ya que probablemente sus
pulmones se lo agradecerían con una insoportable tos, así que solo siguió
ahí recostado mirando las nubes pasar.
-Hola. –Un rostro muy conocido se interpuso entre su rostro y el cielo.
-Hola Max. –Dijo Alec. Se levanto en seguida con una radiante sonrisa, le
gustaba cada vez más este pequeño. –Este lugar es genial. ¿En dónde
estamos?
-Es el lago Lyn. –Dijo Max. –Por allá está el bosque Brocelind, te encantaba
entrenar ahí.
-¿Entrenar?
-Con tu arco.
-Max. No sé de qué me hablas.
-Eres un bobo. –Dijo Max divertido.
-¿Eso crees? –Alec lo miro con maldad divertida y se abalanzo sobre el
pequeño, movió sus manos con rapidez por sus costillas para provocarle
cosquillas. Max reía fuertemente pidiendo que se detuviera. Alec no lo hizo,
le gustaba escuchar a Max reír, ambos rieron y jugaron en ese hermoso
lugar durante un largo tiempo.
* * * * *
Los primeros rayos de sol despertaron a Alec, se sentía aturdido y aun le
parecía escuchar la tierna risa de Max, eso le provoco una sonrisa. Alec
salió de la cama y camino directo a la habitación de Gwen. Ella estaba
recargada en la cabecera de su cama, su cuaderno estaba en su regazo,
parecía que no había dormido en toda la noche.
-¿Estás bien? –Pregunto a la chica.
Ella lo miro. -Sera un largo día ¿Cierto?
-Sin duda. –Dijo el chico quitando las mantas de las piernas de su prima.
–Así que empecemos.
* * * * *
La iglesia de La Trinidad en Manhattan fue el lugar donde se realizo la
ceremonia de despedida a los padres de Gwen, ahora, nuevamente sus
familiares se reunían ahí para brindar homenaje a un año de su
fallecimiento.
Alec estaba al pie de la escalinata, sus padres a su lado y un sin número
de personas a su alrededor, él lucia impresionante con su pantalón de
vestir y debajo del elegante saco, sobresalía la corbata pulcramente
acomodada. Magnus presto atención a su cabello, desde que lo había
encontrado lo usaba de distintas formas, en ocasiones de lado haciendo
resaltar el color de sus ojos, otras con un pequeño tupe levantado e
incluso lo había lucido en puntas. Ahora su cabello estaba estética y
galantemente peinado hacia atrás. Magnus se detuvo solo por un
momento para mirarlo y su corazón se acelero, lucia increíblemente
atractivo, esto solo lo hizo recordar lo mucho que lo echaba de menos.
Alec lo miro y se acerco a él.
-¿Dejándote ver Bane? –Dijo Alec notando como las personas
inevitablemente miraban al chico con un traje al estilo victoriano.
-Supongo que sigues molesto.
-Bueno, que alguien ponga en duda tu existencia, podría considerarse
insultante. Pero solo es mi opinión.
-Te pido disculpas. –Dijo Magnus con seriedad. –Y en verdad me gustaría
que fuéramos amigos.
-Gwen me pidió que los ayudara. Difícilmente le digo No a una de sus
peticiones.
-Realmente son unidos. –Dijo Magnus. –Eso se nota.
-Mi prima, mi hermana, mi mejor amiga y mi conciencia.
Magnus rio. -¿Entonces?
Alec miro su encantadora sonrisa y no pudo resistirse. Le extendió la
mano. –Nada me gustaría más que ser tu amigo Magnus Bane.
Cuando Magnus tomo su mano, chispas surgieron de su toque, Alec se
quedo ahí mirando la mano de Magnus sujetando la suya. El corazón de
Alec tomo un ritmo inesperado y su respiración se hizo irregular, como si
Magnus hubiera presionado un interruptor. Alec se sintió atraído a la
idea de no soltarlo, no le importaría quedarse ahí todo el día con la mano
de Magnus tomando la suya.
Magnus se dio cuenta y dejo que Alec lo sujetara cuanto tiempo quisiera.
Por desgracia no fue por mucho.
-Hola tu. –Johanna subía por las escaleras directamente hacia Alec. Ella
lucia deslumbrante, debajo de su abrigo se percataba un vestido hasta la
rodilla color azul, Magnus se pregunto si lo había elegido por el exacto
color de ojos de Alec o simplemente era una casualidad. Su cabello negro
fluía con su ligereza al subir las escaleras, ella era hermosa, pensó el
brujo.
Alec había soltado a Magnus y se notaba ruborizado. –Hola. –Le dijo a su
novia, la cual llego hasta él y beso sus labios dulcemente.
-¿Estás bien? –Pregunto Johanna al ver el desconcierto de Alec.
-Sí, sí. –Dijo el chico. –nervioso, creo.
Johanna froto el brazo de Alec intentando confortarlo, después de un
momento se percato por fin de Magnus.
-¡Dios! Discúlpame, soy tan grosera, y es que estoy tan nerviosa. Soy
Johanna. –Dijo la chica y le extendió la mano a Magnus.
-Magnus Bane.
-Mucho gusto Magnus. –Ella sonreía sincera. –No te había visto antes
¿Cierto? ¿De dónde se conocen?
-Lo conocí hace un par de días, de hecho. Emm…
-¿Qué? ¿Es un secreto o algo así?
-No, es solo que…
-No quieres decirme.
-Johanna…
-Está bien, iré a buscar a Gwen. –Johanna sonrió a Magnus. –Magnus
fue un placer.
-El placer fue todo mío. –Dijo y observo como Johanna se alejaba.
-Ella es muy amable. –Dijo Magnus.
-Ella es genial. –Dijo Alec con tristeza.
-¿Por qué no le inventaste cualquier historia? Eso pudo haberla hecho
sentir mejor.
-No merece que le mienta.
-Eso puedo entenderlo. –Las campanas comenzaron a sonar para avisar
al inicio del servicio.
-Estaré por aquí. –Dijo Magnus. -¿Por qué no entras?
Alec asintió y entro a la iglesia.
Magnus entro a la iglesia después de un rato, mostro su respeto y
camino hacia el estrado por el costado del edificio, había fotos del
matrimonio y se percato del increíble parecido de las hermanas Carter.
Se topo por un momento con la mirada de Alec. Su madre lo sujetaba
fuertemente de su mano, Gwen lo sujetaba de la otra y su padre
abrazaba a Gwen fraternalmente, Magnus se conmovió, así eran las
familias perfectas en los momentos difíciles, el problema era, que esta
familia no era real.
La Señora Carter hablo de su hermana, de su infancia, sus metas y de lo
feliz que había sido al tener a Gwen. Hubo lágrimas y risas.
Entonces fue el turno de Gwen. Ella subió lentamente, insegura al
estrado, con su cuaderno en sus manos, tomo un largo y profundo
respiro, levanto su cabeza y ahí, en la oscuridad del segundo piso, entre
las sombras, miro a Nico, este la miraba fijamente y al verse notado por
la chica, levanto su mano tímidamente, fue entonces que Gwen se lleno
de fuerza y comenzó a hablar.
-Hace un año mi vida en cierta forma termino, o por lo menos así me
sentía. Despiertas un día feliz, vas de compras con tu madre, hablas de
chicos con tu padre, vas a la escuela y antes de terminar tu día, alguien
llama a tu puerta y te da la peor noticia que alguien podría recibir. Mis
padres habían muerto en un accidente. Nunca, durante toda mi infancia,
llegue a imaginar una vida sin ellos. Pensé en mi graduación y ellos
estaban ahí, pensé en mi boda y ellos seguían ahí. Ahora me es difícil
pensar en mi futuro, porque duele, duele saber que no hay forma de que
ellos estén conmigo, no de la manera que quisiera, así que mi vida entro
en una especie de retardo. No quería avanzar, ¿Qué sentido tendría? Mi
primo, mi mejor amigo, estaba en el hospital, y los doctores nos dijeron
que era cuestión de días, que él se iría, se iría con mis padres. Entonces,
no solo mi familia estaría rota, sino también la de él. Dos familias
reducidas a la mitad por un mismo solo evento. No había forma de que
pudiéramos soportar eso. Y no tuvimos que hacerlo. Porque algo
increíblemente maravilloso pasó. Fue un miércoles, cuando en la sala de
espera, el doctor nos dijo que había sucedido, había sucedido ese milagro
por el que habíamos rezado tanto. Alex había despertado y estaba fuera
de peligro. Y todo dentro de mi cambio, como una pared que se derrumba
y deja ver el mundo iluminado y sin obstáculos, después de haberlo visto
todo ese tiempo por medio de una pequeña ventana. Todo miedo,
malestar e incertidumbre se fue. Mi primo se quedaba a mi lado y me
sentí tan feliz, pese a todo lo que paso, yo estaba plenamente feliz y me di
cuenta, que mi mundo podría seguir, que incluso podría llegar a ser feliz
en esta vida, una vida sin mis padres. –Gwen miro a su primo. –Y todo
gracias a ti. Nunca dejare de agradecer tu fortaleza, porque gracias a eso,
lograste quedarte con nosotros. Gracias. Y como ya te lo dije: solo sigue
por aquí. Y todo seguirá su camino.
Magnus miro como Alec le respondía solo moviendo sus labios: Aquí
estaré. Le dijo. Miro a su padre secando unas lagrimas del rostro de su
madre mientras esta besaba la cabeza de su hijo, Gwen bajo del estrado
y se precipito hacia los brazos de su tía. Y Magnus entendió que arrancar
a Alec de esta familia iba a ser lo más difícil que alguna vez haya hecho.
* * * * *
-Fue hermoso lo que dijo Gwen. –Magnus le dijo a Alec, ellos se habían
apartado después de la ceremonia al jardín trasero de la iglesia.
-Sí. –Dijo Alec triste.
-No tenias idea ¿Cierto? De lo que significabas para ella.
-No.
-Eso no ha cambiado, eres algo lento para leer los sentimientos de los
demás.
-Por favor, no comiences a hablar como si me conocieras.
-Te conozco, más de lo que te imaginas.
-Imposible, te conocí apenas hace unos días.
-Alec, debes intentar. –Magnus puso sus manos a los costados de Alec. -
debe haber algo dentro de ti que te diga que todo esto está mal.
-Magnus, basta ¿Por qué no se dan cuenta de que están equivocados? No
soy quien dices. Soy Alex Carter.
-Nunca. –Dijo Magnus. Coloco su mano sobre su mejilla acariciando
dulcemente su pómulo –Nunca me rendiré.
El Glamour que Magnus mantenía sobre sus ojos cayo, Alec pudo ver el
dorado verdoso de ellos y su corazón nuevamente se acelero, no entendía
como Magnus lograba hacerlo sentir así. Se dio cuenta de cómo el brujo
se acerco mucho más. ¿Magnus quería besarlo? Lentamente se inclino
hacia él y Alec no pudo hacer más que cerrar sus ojos y esperar los
labios de Magnus. De alguna forma no tenia voluntad para rechazarlo.
En ese momento se escucho la puerta de la iglesia abrirse, Gwen se
asomo desde el interior.
-¿Alex? –Dijo. -¿Te vas?
Alec ya estaba a una considerable distancia de Magnus, el brujo miraba
hacia otro lado, intentando no mirar a Gwen, tal vez para no molestarse
con ella. Alec pasó su mano por su rostro, como si acabara de despertar
de un sueño. Miro a su prima y después fijamente a Magnus, el cual se
miraba frustrado.
-No. –Dijo el chico con su mirada fija en la del brujo, claramente le
hablaba a él y no a su prima –No iré a ningún lado.
CONTINUARA…
MayGraciela ♥

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Te Encontrare cap 12
Te Encontrare cap 12Te Encontrare cap 12
Te Encontrare cap 12May Verdias
 
Te Encontrare cap 2
Te Encontrare cap 2Te Encontrare cap 2
Te Encontrare cap 2MayGraciel
 
Te encontrare cap 10
Te encontrare cap 10Te encontrare cap 10
Te encontrare cap 10May Verdias
 
Sacrificio MALEC parte 2
Sacrificio MALEC parte 2Sacrificio MALEC parte 2
Sacrificio MALEC parte 2MayGraciel
 
CoHF Malec parte 4
CoHF Malec parte 4CoHF Malec parte 4
CoHF Malec parte 4MayGraciel
 
Te encontrare Cap 3
Te encontrare Cap 3Te encontrare Cap 3
Te encontrare Cap 3MayGraciel
 
Te encontrare cap 6
Te encontrare cap 6Te encontrare cap 6
Te encontrare cap 6MayGraciel
 
Te encontrare cap 8 slide
Te encontrare cap 8 slideTe encontrare cap 8 slide
Te encontrare cap 8 slideMayGraciel
 
CoHF Malec Parte 9
CoHF Malec Parte 9CoHF Malec Parte 9
CoHF Malec Parte 9MayGraciel
 
Sacrificio MALEC parte 1
Sacrificio MALEC parte 1Sacrificio MALEC parte 1
Sacrificio MALEC parte 1MayGraciel
 
Cohf malec parte 3
Cohf malec parte 3Cohf malec parte 3
Cohf malec parte 3MayGraciel
 
Cohf malec parte 11
Cohf malec parte 11Cohf malec parte 11
Cohf malec parte 11MayGraciel
 
CoHF Malec Parte 8
CoHF Malec Parte 8CoHF Malec Parte 8
CoHF Malec Parte 8MayGraciel
 
Te encontrare cap 11
Te encontrare cap 11Te encontrare cap 11
Te encontrare cap 11May Verdias
 
CoHF *Malec Parte 12
CoHF *Malec Parte 12CoHF *Malec Parte 12
CoHF *Malec Parte 12MayGraciel
 
CoHF Malec parte 7
CoHF Malec parte 7CoHF Malec parte 7
CoHF Malec parte 7MayGraciel
 
Puedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejorPuedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejorMayGraciel
 
La propuesta de alec slide
La propuesta de alec slideLa propuesta de alec slide
La propuesta de alec slideMayGraciel
 
CoHF Malec Parte 1
CoHF Malec Parte 1CoHF Malec Parte 1
CoHF Malec Parte 1MayGraciel
 
Cohf Malec parte 5
Cohf Malec parte 5Cohf Malec parte 5
Cohf Malec parte 5MayGraciel
 

La actualidad más candente (20)

Te Encontrare cap 12
Te Encontrare cap 12Te Encontrare cap 12
Te Encontrare cap 12
 
Te Encontrare cap 2
Te Encontrare cap 2Te Encontrare cap 2
Te Encontrare cap 2
 
Te encontrare cap 10
Te encontrare cap 10Te encontrare cap 10
Te encontrare cap 10
 
Sacrificio MALEC parte 2
Sacrificio MALEC parte 2Sacrificio MALEC parte 2
Sacrificio MALEC parte 2
 
CoHF Malec parte 4
CoHF Malec parte 4CoHF Malec parte 4
CoHF Malec parte 4
 
Te encontrare Cap 3
Te encontrare Cap 3Te encontrare Cap 3
Te encontrare Cap 3
 
Te encontrare cap 6
Te encontrare cap 6Te encontrare cap 6
Te encontrare cap 6
 
Te encontrare cap 8 slide
Te encontrare cap 8 slideTe encontrare cap 8 slide
Te encontrare cap 8 slide
 
CoHF Malec Parte 9
CoHF Malec Parte 9CoHF Malec Parte 9
CoHF Malec Parte 9
 
Sacrificio MALEC parte 1
Sacrificio MALEC parte 1Sacrificio MALEC parte 1
Sacrificio MALEC parte 1
 
Cohf malec parte 3
Cohf malec parte 3Cohf malec parte 3
Cohf malec parte 3
 
Cohf malec parte 11
Cohf malec parte 11Cohf malec parte 11
Cohf malec parte 11
 
CoHF Malec Parte 8
CoHF Malec Parte 8CoHF Malec Parte 8
CoHF Malec Parte 8
 
Te encontrare cap 11
Te encontrare cap 11Te encontrare cap 11
Te encontrare cap 11
 
CoHF *Malec Parte 12
CoHF *Malec Parte 12CoHF *Malec Parte 12
CoHF *Malec Parte 12
 
CoHF Malec parte 7
CoHF Malec parte 7CoHF Malec parte 7
CoHF Malec parte 7
 
Puedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejorPuedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejor
 
La propuesta de alec slide
La propuesta de alec slideLa propuesta de alec slide
La propuesta de alec slide
 
CoHF Malec Parte 1
CoHF Malec Parte 1CoHF Malec Parte 1
CoHF Malec Parte 1
 
Cohf Malec parte 5
Cohf Malec parte 5Cohf Malec parte 5
Cohf Malec parte 5
 

Destacado

Ciudad de cristal *Malec
Ciudad de cristal *MalecCiudad de cristal *Malec
Ciudad de cristal *MalecMayGraciel
 
La propuesta (Magnus)
La propuesta (Magnus)La propuesta (Magnus)
La propuesta (Magnus)MayGraciel
 
Puedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejorPuedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejorMayGraciel
 
Una cita como muchas
Una cita como muchasUna cita como muchas
Una cita como muchasMayGraciel
 
El curso del verdadero amor
El curso del verdadero amorEl curso del verdadero amor
El curso del verdadero amorMayGraciel
 

Destacado (6)

Ciudad de cristal *Malec
Ciudad de cristal *MalecCiudad de cristal *Malec
Ciudad de cristal *Malec
 
La propuesta (Magnus)
La propuesta (Magnus)La propuesta (Magnus)
La propuesta (Magnus)
 
Puedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejorPuedes hacerme sentir mejor
Puedes hacerme sentir mejor
 
Una cita como muchas
Una cita como muchasUna cita como muchas
Una cita como muchas
 
El curso del verdadero amor
El curso del verdadero amorEl curso del verdadero amor
El curso del verdadero amor
 
Doc nümero 57 pdf
Doc nümero 57 pdfDoc nümero 57 pdf
Doc nümero 57 pdf
 

Similar a Te encontrare cap 4 slide

Similar a Te encontrare cap 4 slide (11)

CoHF Malec parte 6
CoHF Malec parte 6CoHF Malec parte 6
CoHF Malec parte 6
 
Capítulo v
Capítulo vCapítulo v
Capítulo v
 
Primer beso alec y magnus espanol
Primer beso alec y magnus espanolPrimer beso alec y magnus espanol
Primer beso alec y magnus espanol
 
Quédate conmigo (v.o)
Quédate conmigo (v.o)Quédate conmigo (v.o)
Quédate conmigo (v.o)
 
Takao por Ryontsuke
Takao por RyontsukeTakao por Ryontsuke
Takao por Ryontsuke
 
IYOB_Cap Dos
IYOB_Cap DosIYOB_Cap Dos
IYOB_Cap Dos
 
Takao x ryo
Takao x ryoTakao x ryo
Takao x ryo
 
Capitulo 86
Capitulo 86Capitulo 86
Capitulo 86
 
CoHF *Malec Parte 10
CoHF *Malec Parte 10CoHF *Malec Parte 10
CoHF *Malec Parte 10
 
IYOB_Cap Uno
IYOB_Cap UnoIYOB_Cap Uno
IYOB_Cap Uno
 
Still with me Pilar, Lily del.pdf
Still with me Pilar, Lily del.pdfStill with me Pilar, Lily del.pdf
Still with me Pilar, Lily del.pdf
 

Te encontrare cap 4 slide

  • 1. Los jardines de la universidad eran amplios y muy pacíficos en las horas de clases. Gwen estaba en una de las mesas bajo la sombra de uno de los enormes arboles, sus auriculares puestos, su cuaderno frente a ella y toda su atención y energía en lo que escribía. Levanto la mirada al sentirse rodeada, y lo estaba. Magnus, Isabelle, Jace, Clary y Simon la observaban, ellos vestían como la primera vez que los había visto, de negro, con trajes de telas peculiares, ellos portaban armas, algo que a Gwen hacía sentir terrible y poco confiada de ellos, sus marcas abundaban sobre sus pieles, a excepción de Magnus que parecía también ser el único que no la detestaba. -Hola. –Dijo Magnus. -Hola. –Contesto tímida Gwen. -¿Dónde está Alec? –Pregunto Isabelle sin rodeos. -Alex. –Corrigió Gwen. –Él está en clase, no debe de tardar. -Tú no vas a decirme como llamar a mi hermano. –Dijo Isabelle. -¿Tu hermano? –Pregunto Gwen pero no recibió respuesta, todos ellos miraron hacia el mismo lado por donde se acercaba Alec, acompañado. -Así que, si juntas todos los tesoros y tienes buenos puntajes de puntería, podrás usar el traje de Gánster en la siguiente partida. -Demonios, mi puntería es horrible. –Dijo el chico que caminaba a lado de Alec. -Pues práctica. –Dijo Alec. Él ya había observado a los chicos de pie cerca la mesa de Gwen.
  • 2. -Hola preciosa. –Dijo el chico a Gwen. El parecía simplemente no notar a los cinco chicos cerca de ella. -¿Cómo estás? -Em… bien Leo ¿Y tú? -No me quejo. Mañana es un día importante ¿Cierto? Estaré ahí sin falta, lo prometo. -Muchas gracias, necesitaremos todo el apoyo que podamos conseguir. -Para eso son los amigos. –Dijo el chico sonriendo. –Bueno chicos, los veo después, Gracias Alex por los tips. Alec asintió hacia su amigo que comenzó a alejarse. -Es increíble. –Dijo Alec. -¿En verdad no podía verlos? -Magnus usa magia. –Explico Jace. –Pero nosotros usamos una runa Glamour, para no ser visto por los mundanos. -¿Mundanos? –Dijo Alec. -Los mundanos son las personas que no son subterráneos o Cazadores de Sombras. -¿Cómo un Muggle? –Pregunto Alec. -¿Qué es eso? –Pregunto Jace. -Harry Potter. –Dijo Clary divertida. –Y sí. Exactamente así. Alec que estaba sentado sobre la mesa y no en una de las sillas, movió el brazo de su prima con el dorso de su mano. –Somos Muggles –Dijo.
  • 3. -Ella es una mundana. –Dijo Jace. –Pero tu no. -Ah, sí. Nico dice que alguna vez fui un brujo o algo así. –Alec hacia un movimiento desdeñoso con su mano. -Para nada. –Dijo Jace. –Eres un Cazador de Sombras, como nosotros. Gwen y Alec se miraron. -¿Cómo es eso posible? –Pregunto Alec. –Yo… Alec guardo silencio al sentir un par de manos sobre su rostro, tapando sus ojos. Él comenzó a palpar las manos y los brazos, intentando reconocer a quien se encontraba detrás de él. -Em… ¿Quién podrá ser? –Dijo con exagerado cuestionamiento. –Estos codos, claro solo puede ser… Santa Clause. Gwen sonreía ante la escena, era la única que lo hacía. Los ojos de Alec se liberaron para poder ver a la chica que estaba detrás de él. Pero sus manos no se alejaron, por el contrario, estos se apretaron contra el pecho del chico y su cuerpo, la chica lo abrazo y hablo cerca de su oído. -Santa Clause ¿En serio? –Dijo la chica. -Sera que lo espero con ansia. -¿Y a mí no me esperas con ansia? -Por su puesto, pero él trae obsequios. -Punto para el gordito simpático. –Dijo la chica que bajo de la mesa y se coloco frente a los dos chicos que según ella, estaban solos en esa banca.
  • 4. -¿No estabas? –Pregunto a Alec. El chico estaba aun sorprendido de cómo ella simplemente no miraba a los otros cinco chicos. -Perdón, pero teníamos que atender unos asuntos, debí llamarte, lo lamento. La chica miro a Gwen. –¿Lista para mañana? –Dijo ignorando las escusas de Alec. -Lo intento. –Dijo Gwen. La chica se sentó a su lado. Y paso uno de sus brazos por los hombros de la chica. –En ocasiones, nos es muy difícil olvidar las cosas terribles, y lo que ellas dejan detrás. –Dijo la chica. –Pero creo que es mejor mirar a las cosas buenas que de alguna manera dejaron esas cosas terribles. – Gwen noto la clara mirada que le dio a Alec. –Tal vez eso te ayude. Gwen mordió su labio, sus ojos comenzaron a brillar. –Gracias Johanna. –Dijo. –No tienes una idea de lo mucho que tus palabras me han ayudado. Johanna beso la frente de su amiga. –Te veré mañana. Johanna se levanto y miro de soslayo a Alec. -Espero verte mañana. –Le dijo. Johanna se alejo, su bolso con todos sus libros colgaba de su hombro y camino sin mirar atrás. -Oigan. –Dijo Alec sin dejar de mirar hacia la chica que se alejaba. - ¿Podemos seguir con esto en otro momento?
  • 5. -Alexander, lo que tenemos que explicarte, es importante, no tienes idea. –Magnus se escuchaba vulnerable. -Sí. Lo entiendo pero… En verdad, tengo que irme. –Alec tomo su mochila y salto de la mesa para intentar alcanzar a Johanna. -¿Quién es ella? –Pregunto Clary. -Mi mejor amiga. –Dijo Gwen. Magnus miraba hacia donde Alec y Johanna tenían una conversación. – Parece que también es amiga de Alec. –Dijo secamente. -Alex –De nuevo corrigió Gwen. –Y, ellos no son amigos en realidad. –Dijo la chica despreocupadamente. -Ella es su novia. Magnus no podía recordar la última vez que sintió como algo lo destrozaba de la manera tan profunda como esto lo estaba haciendo. Ver a Johanna poner su mano en la mejilla de Alec con tanta dulzura y este inclinándose abiertamente hacia ella, hacia sus labios. Alec besando a otra persona, era algo que nunca se imagino que llegaría a ver. * * * * * -Oye, espera. –Dijo Alec alcanzando a Johanna. -¿Qué pasa? –Pregunto ella despreocupadamente. -Pasa que apenas me hablas ¿Estás bien? -Yo no me desaparecí por casi una semana. ¿Por qué no respondes mis mensajes? Podrías hacerlo por lo menos por consideración. -Estaba ocupado, te lo dije.
  • 6. -¿Demasiado ocupado como para responder un mensaje? –Johanna tomo su propio celular y escribió en él, después se lo mostro a Alec: Estoy ocupado, te llamo después. –Decía en la pantalla. –Lo vez, cinco segundos. -Siempre logras hacerme quedar como un imbécil. Johanna se congelo y levanto su mirada hacia su novio. –Te juro que esa nunca es mi intención. Es solo que… -Soy un imbécil y lo sé, es solo que… -Ya no eres el mismo. –Dijo Johanna con tristeza. –Cambiaste y yo no cambie contigo, eso pasa. -Yo te amo. –Dijo Alec con desesperación. -Oh cariño, hemos estado juntos por tanto tiempo, hemos pasado por tantas cosas, que piensas que es así, pero… creo que eso ya no es verdad. -Por favor, no digas eso. -No lo digo para lastimarte, haría cualquier cosa para que no fuera verdad. Para oírte decir que me amas y… creerte. -Jonna, dame tiempo, estoy seguro que pronto las cosas serán como antes. -¿En verdad crees eso? -Quiero creer, quiero que las cosas vuelvan a ser como antes, te quiero a mi lado.
  • 7. -Estaré a tu lado siempre, de eso no tengas duda. –Johanna coloco su mano sobre la mejilla de Alec con mucha dulzura. Alec se inclino hacia ella para besarla, se besaron dulce y plenamente, Alec la acerco más hacia él y la envolvió en sus brazos. -Te amo. –Dijo Johanna cuando Alec la soltó. –En verdad te amo. Alec se quedo congelado mirando como su novia se alejaba, sabía que tenía que haber contestado: También te amo. Sabía que debía darle más tiempo del que le había dado desde el accidente hace un año, sabía que ella merecía más de él. Sabía que tenía que ir detrás de ella. Pero no lo hizo. * * * * * Isabelle coloco sus manos sobre su cintura. Jace cruzo sus brazos sobre su pecho y Clary solo llevo una de sus manos a su boca mientras miraban a Alec besando a esa chica. Magnus lo miraba fijamente sin decir nada. Isabelle dejo salir un resoplido –Eso no significa nada, Alec no sabe lo que está haciendo. Clary se preocupo por Magnus. –Oye, eso es verdad él… -Tranquila biscocho. –Dijo con frialdad. –Sé exactamente lo que ocurre aquí. Y no me está afectando en lo más mínimo. Simon y Jace se miraron, eso no parecía en lo absoluto verdad.
  • 8. Alec inicio su regreso hacia ellos lentamente y se miraba claramente afectado por lo que fuera hubiera pasado con esa chica. Magnus se apresuro hacia él, llegando en apenas tres zancadas frente a su rostro. Los chicos se quedaron inmóviles, no tenían idea de cómo Magnus reaccionaria, el único que lo hacía ni siquiera lo recordaba. Alec lo miro y Magnus tomo su muñeca fuertemente. -¿Estás bien? –Pregunto Alec. -Tu nombre es Alexander Gideon Lightwood. –Comenzó Magnus precipitando las palabras. –Eres un Cazador de Sombras, con una misión divina, eres hermano de Isabelle Lightwood, hijo de Robert y Maryse Lightwood, eres el parabatai de Jace Herondale y por sobre todo eso y porque no puedo más con esto, tú eres mí… -Wow, wow, Magnus ¿quieres calmarte? ¿De qué diablos hablas? -Y tú nunca maldices. -Auch. –Dijo Alec mirando hacia su muñeca tomada por Magnus con exagerado señalamiento. -¿Me sueltas por favor? –Dijo molesto. -Magnus. –Dijo Isabelle que se acerco corriendo. –Tranquilo, está bien, vamos a hablar de esto. –Ella coloco su mano sobre la de Magnus para que disminuyera el fuerte agarre que mantenía sobre Alec. Magnus solo siguió mirando a Alec. Gwen se acerco. -Suéltalo. –Pidió a Magnus. -Esto no te incumbe mundana. –Dijo Isabelle.
  • 9. -¡Oye! –Reclamo Alec a Isabelle. –No le hables así. Isabelle se miraba como si la hubieran golpeado y dio un paso atrás. Jace se tenso, nunca había deseado golpear a Alec como ahora, pero sabía que al que realmente quería, no solo golpear sino hacerlo cenizas era a Belcebú. -Chicos, chicos. –Dijo Simon. –Todos debemos calmarnos. -Es verdad. –Dijo Jace técnico. –Recuerden que el hermano Enoch nos está esperando. -¿Quién nos espera en donde? –Alec por fin se zafo de la mano de Magnus, sin delicadeza. -Iremos a la Ciudad de Hueso. –Informo Jace. –Así que, Andando. -No lo sé. –Dijo Gwen tímida. –No creo que debamos ir, Alex tú… -Tú no iras a ningún lado. –Dijo Jace. –Solo Alec. -Alex. –Corrigió firmemente Alec. –Y no iré a ningún lado sin mi prima. Clary noto como Isabelle se tensaba y pudo entender porque el rechazo a Gwen. Ella ahora tenía lo que a Isabelle por derecho le correspondía; El cariño y la protección de Alec. Ella estaba celosa, de lo único de lo que podría llegar a desear, estaba celosa del amor que su hermano le tenía a esa chica. Clary se acerco a Isabelle mientras Jace, Simon e incluso Magnus le explicaban a Alec de que se trataba la Ciudad de Hueso.
  • 10. -Tú lo dijiste –Le dijo a Isabelle en un murmullo. –No sabe lo que hace. No sabe quién es, quien eres. -Solo quiero a mi hermano de regreso. El corazón de Clary dolió por Isabelle. –Lo sé. Y lo tendrás de vuelta. – Dijo y giro hacia Jace que hablaba a su parabatai con dolor en sus ojos, a Magnus con tristeza e incluso Simon desesperado por hacer entender a Alec. Ella suspiro. –Lo recuperaremos. -Maldita sea. –Dijo Alec y Magnus odio su voz por un segundo. De nuevo maldiciendo. –De acuerdo, iremos con ustedes. –Dijo Alec abrumado. – Pero con una condición, Nico viene. -¿Por qué? –Cuestiono Jace. -Proteccion. –Dijo Alec. –De alguna manera me siento más seguro cuando esta por aquí. -Imposible. –Dijo Jace. -imposible entonces. –Dijo Alec sonando petulante. –Que vallamos con ustedes, quiero decir. -Los vampiros no entran a la Ciudad. –Dijo Magnus. –Es tierra consagrada. -Parece entonces que no iremos a la Ciudad de Hueso. –Dijo Alec tranquilamente. Los chicos se miraron mutuamente. Alec se compadeció. -Bien. –Exclamo con cansancio, empezando a caminar. –Iremos a ese lugar con nombre de escenario de Silent Hill.
  • 11. Todos miraron a Gwen implorando una traducción, ella se encogió de hombros –Un video juego. –Dijo la chica. * * * * * Alec llego hacia su coche con sus acompañantes detrás. Miro su auto con recelo. –No creo que quepamos todos. -Puedo hacer un portal. –Dijo Magnus secamente. Alec lo miro molesto. ¿Está molesto conmigo? Pensó Magnus. -¿En verdad no sabes sobre las reglas de tener que ir a un lugar al que realmente no quieres ir? -No. –Dijo Magnus con franqueza. –No tengo idea de que hablas. -Lleva tu propio trasporte. –Dijo. –Así podrás irte del lugar cuando lo quieras. Magnus asintió hacia Alec. Estaba haciendo lo posible por no detestarlo, decidió que podría detestar a Belcebú en su lugar. -Entonces tendrán que ir ustedes tres. –Dijo Simon mirando a Jace, Isabelle y Magnus. -No es necesario. –Dijo Gwen. –No tienen idea de las personas que entran en este auto. -Y esto no lo hare sin ti. –Dijo Isabelle y empujo a Simon al interior del Corolla.
  • 12. Simon estaba en el asiento trasero del auto, a su derecha estaba Magnus mirando por la ventana, él no había dicho palabra alguna desde hacía un buen rato, Simon se imaginaba porque, Isabelle estaba sobre sus piernas y a su izquierda, Jace tenía sus brazos alrededor de Clary, Gwen estaba en el asiento del copiloto mientras que Alec conducía a la Ciudad de hueso. -Parece que tenías razón Gwen. –Dijo Simon a la chica que se sintió extraña de que uno de ellos la llamara por su nombre. -Siempre la tiene. –Dijo Alec. –En una ocasión éramos diez ¿Recuerdas? – Dijo Alec dirigiéndose a su prima. -Como olvidarlo, Johanna y yo estábamos preocupadas por Nico, él estaba perdido allá atrás, con quien sabe quién. Alec rio abiertamente. –Se las supo arreglar muy bien. -Iremos a la Ciudad de Hueso a intentar que recuperes la memoria. –Dijo Magnus sin mirar a nadie en particular, había algo en su voz que a Clary le pareció muy extraño, tal vez seguía pensando en ese beso. -Oh. –Dijo Alec. -¿Creen entonces que realmente alguien nos borro la memoria o algo así? -Bueno… -Comenzó Clary. –Podría decirse que si… -Se te explicara todo cuando estemos ahí. –Dijo Magnus fríamente. Alec y Gwen se miraron pero no dijeron nada. Siguieron su camino por la segunda avenida. -Detente –Dijo Jace y Alec lo hizo.
  • 13. Gwen miro el letrero en la entrada: CEMENTERIO MARBLE DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK. Este cementerio no era para nada similar a donde sus padres estaban sepultados, el pasto lucia descuidado y seco ya que crujía al pisarlo, había paredes nacaradas a los costados. Gwen camino muy cerca de Alec, este lugar en verdad la asustaba. Ellos caminaron hasta llegar a una estatua de un ángel, que portaba una copa, en ella había una fecha y una frase: 1234 NEPHILIM: FACILIS DESCENSOS A VERNIL. Alec tradujo: -Nephilim: Fácil es el descenso al infierno. El corazón de Isabelle brinco en su pecho. -¿Lo recuerdas? Alec la miro. -¿Recordar qué? Eso dice ¿No? -Así es Alexander. –Dijo Magnus. –¿Tu lo recordaste? -No. Bueno. Eso lo sé, porque elegí latín como lengua extranjera, la estudio en la universidad, hay un video juego llamado Dantes Inferno. Y digamos que me motivo. Magnus tallo su rostro con cansancio. –Jace, terminemos con esto. Jace despertó y tomo de su cinturón lo que parecía ser un cristal alargado y con punta, este comenzó a brillar. -¿Qué es? –Pregunto Alec. -Es una estela. –Dijo Jace mientras trazaba una runa. –Las usamos para trazar nuestras runas. -¿También las que tienen en sus cuerpos?
  • 14. -Así es. -Y las runas. ¿Para qué sirven? -Cada una tiene su propósito y su propia fuerza. –Dijo Jace mientras un enorme agujero se abría en el suelo. –Hay que entrar –Dijo el chico. -¿Ahí adentro? –Pregunto Alec preocupado. -Hay suficiente aire ahí abajo ¿cierto? Magnus se compadeció y se acerco a él, justo en el momento en que una figura esbelta y enorme salía de la entrada en el suelo. Gwen ahogo un grito, Alec se congelo ahí mirando a la criatura que estaba frente a él. Magnus cerró sus ojos dolorosamente al ver la expresión del chico, odiaba tener que hacer pasar a Alec por este tipo de cosas. Gwen tomo la mano de Alec, Alec tomo la mano de Magnus, después se dio cuenta de lo que había hecho y la soltó de inmediato. Magnus no se aparto de él ni un centímetro. –Él es un Hermano Silencioso. –Dijo. –No tienes porque temer. Alec lo miro con ojos muy abiertos. -¿Acaso no lo has visto? -Alec. –Llamo Magnus suplicante. El Hermano Enoch estaba ahora frente a Alec. -Alexander Lightwood. –Dijo en su mente. –Belcebú es el nombre del demonio que irrumpió en tu mente, sacando de ella todo lo que correspondía a tu misión, es por ello que ahora debes recuperar tus recuerdos y seguir con tu batalla asignada por tu sangre y familia.
  • 15. Alexander Lightwood. Pensó Alec. Así lo había llamado Magnus hacia apenas un par de horas. Sintió las manos de su prima aferradas a su brazo, dio gracias por eso. -Ahora te pregunto, Joven Cazador de Sombras. –Dijo el Hermano Enoch. -¿Estás dispuesto a que entre a tu mente para intentar interrumpir el poder que mantiene sobre ti el demonio Belcebú? Alec lo miro y muy lentamente dijo: -¿Me está preguntando si le permito entrar a mi mente y hacer quien sabe qué cosa en ella? El Hermano Enoch asintió con su cabeza. Alec estaba tan aturdido que tardo en responder. –En ese caso mi respuesta tendría que ser NO. Absolutamente no. -Esto es absurdo. –Dijo Jace. –No sabe lo que pasa con él, ¿Por qué preguntarle? -Un miembro de la Hermandad no puede irrumpir en la mente de un Cazador de Sombras sin su consentimiento, él es un Nephilim y La Ley lo protege. Incluso si fue Jace Herondale, antiguo portador de Fuego Celestial el que me lo ha pedido. -Genial, y ahora soy famoso por algo que casi nos mata. –Dijo Jace y Clary se acerco a él. -Debe haber algo que pueda hacer. –Dijo Clary. –Alguna runa, algún hechizo… -No sin su consentimiento. –Dijo el hermano Enoch al mismo tiempo que giraba para iniciar su regreso a las profundidades de la Ciudad de Hueso.
  • 16. -Eso fue aterrador. –Dijo Gwen cuando el hermano Enoch ya se había marchado. Alec aun aturdido se quedo inmóvil por un momento, después giro hacia los chicos de manera brusca. -¡Esperen un momento! ¿Ustedes en verdad piensan que soy ese, ese tal Lightwood? ¿Creí que querían ayudarnos? -Eso hacemos. –Dijo Magnus vulnerable. –Tú eres Alexander Lightwood, un Cazador de Sombras. -Eres mi parabatai. –Dijo Jace. –Ella es tu hermana. –Jace señalo a Isabelle. Alec lo miro como si hubiera dicho lo más tonto del mundo. –No tengo idea de que es eso y. Soy hijo único. -Alec. –Llamo Magnus. -¡Alex! –Corrigió Alec con brusquedad. –Y no puedo creer… todo este tiempo… ¿Ustedes han creído que soy esa otra persona? Pero están equivocados, terriblemente mal. -Eres tu el que está equivocado, nosotros somos tu familia Alec, entiende. –Isabelle estaba al borde de las lágrimas. -No. –Dijo Alec un poco más amable. –Apenas puedo creer en la versión de Nico, pero por lo menos, sé que él es mi amigo, mi mejor amigo. Entre más tiempo pasamos con él, mas logramos recordarlo. A ustedes nunca antes los había visto. -Esos recuerdos no son tuyos. Son de alguien más. –Dijo Magnus. -Pero él es mi primo –Dijo Gwen tímida. –Lo estoy mirando y es… él.
  • 17. -Belcebú manipulo la memoria de todos quienes conocían a Alexander Carter, si es que él existe, aun no lo sabemos, por ello… -¿Si es que existe? –Dijo Alec molesto. –Pues mírame Bane, claro que existo. Estoy justo aquí. -No quise… -¿Poner en duda mi existencia? Ni siquiera me importa. No me interesa lo que pienses. Pero. Deberían de buscar en otro lado a su amigo, es mucho más factible que lo encuentren lejos, muy lejos de nosotros. –Alec se giro y comenzó a alejarse. Los chicos comenzaron a llamarlo, intentaban hacer que entendiera, querían explicar, Alec simplemente no tenía ninguna reacción o intención de detenerse. -¡Alexander! –Era Gwen. -No puedes hacerles esto. ¡Vuelve acá! Los chicos se sorprendieron tanto como Alec. Que giro y miro a su prima. -¿Me estás diciendo que les crees? -Claro que no, pero ellos perdieron a un familiar, debemos ayudarlos. -¿Cómo pretendes hacer eso? -Eso… No tengo idea. -Ellos piensan que soy ese pariente perdido… sabes lo absurdo que se escucha que me pidas que los ayude. -Sabemos que no eres tú, pero ellos no, deja que descubran eso.
  • 18. Alec dio un largo suspiro mirando a su querida prima. –Debes dejar de ser tan amable ¿Sabes? -Tal vez, pero no quiero… -Y yo no quiero seguir más aquí. –Dijo Alec. –Hay que volver a casa. -Déjanos explicarte, por lo menos. –Dijo Magnus. -No quiero. –Dijo Alec sin rodeos. E inicio de nuevo su camino hacia su auto. Gwen giro hacia los chicos. –Intentare hablar con él. –Dijo la chica. –Pero difícilmente él… -Te lo agradecemos. –Dijo Magnus aun mirando hacia Alec. –De cualquier forma. Gwen alcanzo a su primo y se marcharon del cementerio. * * * * * Alec estaba tirado sobre un suave y confortable pasto, el sol brillaba en lo alto, lo hacía sentir vigorizante, incluso tenia la necesidad de inhalar profundamente, se abstuvo de hacerlo ya que probablemente sus pulmones se lo agradecerían con una insoportable tos, así que solo siguió ahí recostado mirando las nubes pasar. -Hola. –Un rostro muy conocido se interpuso entre su rostro y el cielo. -Hola Max. –Dijo Alec. Se levanto en seguida con una radiante sonrisa, le gustaba cada vez más este pequeño. –Este lugar es genial. ¿En dónde estamos?
  • 19. -Es el lago Lyn. –Dijo Max. –Por allá está el bosque Brocelind, te encantaba entrenar ahí. -¿Entrenar? -Con tu arco. -Max. No sé de qué me hablas. -Eres un bobo. –Dijo Max divertido. -¿Eso crees? –Alec lo miro con maldad divertida y se abalanzo sobre el pequeño, movió sus manos con rapidez por sus costillas para provocarle cosquillas. Max reía fuertemente pidiendo que se detuviera. Alec no lo hizo, le gustaba escuchar a Max reír, ambos rieron y jugaron en ese hermoso lugar durante un largo tiempo. * * * * * Los primeros rayos de sol despertaron a Alec, se sentía aturdido y aun le parecía escuchar la tierna risa de Max, eso le provoco una sonrisa. Alec salió de la cama y camino directo a la habitación de Gwen. Ella estaba recargada en la cabecera de su cama, su cuaderno estaba en su regazo, parecía que no había dormido en toda la noche. -¿Estás bien? –Pregunto a la chica. Ella lo miro. -Sera un largo día ¿Cierto? -Sin duda. –Dijo el chico quitando las mantas de las piernas de su prima. –Así que empecemos. * * * * *
  • 20. La iglesia de La Trinidad en Manhattan fue el lugar donde se realizo la ceremonia de despedida a los padres de Gwen, ahora, nuevamente sus familiares se reunían ahí para brindar homenaje a un año de su fallecimiento. Alec estaba al pie de la escalinata, sus padres a su lado y un sin número de personas a su alrededor, él lucia impresionante con su pantalón de vestir y debajo del elegante saco, sobresalía la corbata pulcramente acomodada. Magnus presto atención a su cabello, desde que lo había encontrado lo usaba de distintas formas, en ocasiones de lado haciendo resaltar el color de sus ojos, otras con un pequeño tupe levantado e incluso lo había lucido en puntas. Ahora su cabello estaba estética y galantemente peinado hacia atrás. Magnus se detuvo solo por un momento para mirarlo y su corazón se acelero, lucia increíblemente atractivo, esto solo lo hizo recordar lo mucho que lo echaba de menos. Alec lo miro y se acerco a él. -¿Dejándote ver Bane? –Dijo Alec notando como las personas inevitablemente miraban al chico con un traje al estilo victoriano. -Supongo que sigues molesto. -Bueno, que alguien ponga en duda tu existencia, podría considerarse insultante. Pero solo es mi opinión. -Te pido disculpas. –Dijo Magnus con seriedad. –Y en verdad me gustaría que fuéramos amigos. -Gwen me pidió que los ayudara. Difícilmente le digo No a una de sus peticiones. -Realmente son unidos. –Dijo Magnus. –Eso se nota.
  • 21. -Mi prima, mi hermana, mi mejor amiga y mi conciencia. Magnus rio. -¿Entonces? Alec miro su encantadora sonrisa y no pudo resistirse. Le extendió la mano. –Nada me gustaría más que ser tu amigo Magnus Bane. Cuando Magnus tomo su mano, chispas surgieron de su toque, Alec se quedo ahí mirando la mano de Magnus sujetando la suya. El corazón de Alec tomo un ritmo inesperado y su respiración se hizo irregular, como si Magnus hubiera presionado un interruptor. Alec se sintió atraído a la idea de no soltarlo, no le importaría quedarse ahí todo el día con la mano de Magnus tomando la suya. Magnus se dio cuenta y dejo que Alec lo sujetara cuanto tiempo quisiera. Por desgracia no fue por mucho. -Hola tu. –Johanna subía por las escaleras directamente hacia Alec. Ella lucia deslumbrante, debajo de su abrigo se percataba un vestido hasta la rodilla color azul, Magnus se pregunto si lo había elegido por el exacto color de ojos de Alec o simplemente era una casualidad. Su cabello negro fluía con su ligereza al subir las escaleras, ella era hermosa, pensó el brujo. Alec había soltado a Magnus y se notaba ruborizado. –Hola. –Le dijo a su novia, la cual llego hasta él y beso sus labios dulcemente. -¿Estás bien? –Pregunto Johanna al ver el desconcierto de Alec. -Sí, sí. –Dijo el chico. –nervioso, creo. Johanna froto el brazo de Alec intentando confortarlo, después de un momento se percato por fin de Magnus.
  • 22. -¡Dios! Discúlpame, soy tan grosera, y es que estoy tan nerviosa. Soy Johanna. –Dijo la chica y le extendió la mano a Magnus. -Magnus Bane. -Mucho gusto Magnus. –Ella sonreía sincera. –No te había visto antes ¿Cierto? ¿De dónde se conocen? -Lo conocí hace un par de días, de hecho. Emm… -¿Qué? ¿Es un secreto o algo así? -No, es solo que… -No quieres decirme. -Johanna… -Está bien, iré a buscar a Gwen. –Johanna sonrió a Magnus. –Magnus fue un placer. -El placer fue todo mío. –Dijo y observo como Johanna se alejaba. -Ella es muy amable. –Dijo Magnus. -Ella es genial. –Dijo Alec con tristeza. -¿Por qué no le inventaste cualquier historia? Eso pudo haberla hecho sentir mejor. -No merece que le mienta. -Eso puedo entenderlo. –Las campanas comenzaron a sonar para avisar al inicio del servicio.
  • 23. -Estaré por aquí. –Dijo Magnus. -¿Por qué no entras? Alec asintió y entro a la iglesia. Magnus entro a la iglesia después de un rato, mostro su respeto y camino hacia el estrado por el costado del edificio, había fotos del matrimonio y se percato del increíble parecido de las hermanas Carter. Se topo por un momento con la mirada de Alec. Su madre lo sujetaba fuertemente de su mano, Gwen lo sujetaba de la otra y su padre abrazaba a Gwen fraternalmente, Magnus se conmovió, así eran las familias perfectas en los momentos difíciles, el problema era, que esta familia no era real. La Señora Carter hablo de su hermana, de su infancia, sus metas y de lo feliz que había sido al tener a Gwen. Hubo lágrimas y risas. Entonces fue el turno de Gwen. Ella subió lentamente, insegura al estrado, con su cuaderno en sus manos, tomo un largo y profundo respiro, levanto su cabeza y ahí, en la oscuridad del segundo piso, entre las sombras, miro a Nico, este la miraba fijamente y al verse notado por la chica, levanto su mano tímidamente, fue entonces que Gwen se lleno de fuerza y comenzó a hablar. -Hace un año mi vida en cierta forma termino, o por lo menos así me sentía. Despiertas un día feliz, vas de compras con tu madre, hablas de chicos con tu padre, vas a la escuela y antes de terminar tu día, alguien llama a tu puerta y te da la peor noticia que alguien podría recibir. Mis padres habían muerto en un accidente. Nunca, durante toda mi infancia, llegue a imaginar una vida sin ellos. Pensé en mi graduación y ellos estaban ahí, pensé en mi boda y ellos seguían ahí. Ahora me es difícil pensar en mi futuro, porque duele, duele saber que no hay forma de que ellos estén conmigo, no de la manera que quisiera, así que mi vida entro en una especie de retardo. No quería avanzar, ¿Qué sentido tendría? Mi
  • 24. primo, mi mejor amigo, estaba en el hospital, y los doctores nos dijeron que era cuestión de días, que él se iría, se iría con mis padres. Entonces, no solo mi familia estaría rota, sino también la de él. Dos familias reducidas a la mitad por un mismo solo evento. No había forma de que pudiéramos soportar eso. Y no tuvimos que hacerlo. Porque algo increíblemente maravilloso pasó. Fue un miércoles, cuando en la sala de espera, el doctor nos dijo que había sucedido, había sucedido ese milagro por el que habíamos rezado tanto. Alex había despertado y estaba fuera de peligro. Y todo dentro de mi cambio, como una pared que se derrumba y deja ver el mundo iluminado y sin obstáculos, después de haberlo visto todo ese tiempo por medio de una pequeña ventana. Todo miedo, malestar e incertidumbre se fue. Mi primo se quedaba a mi lado y me sentí tan feliz, pese a todo lo que paso, yo estaba plenamente feliz y me di cuenta, que mi mundo podría seguir, que incluso podría llegar a ser feliz en esta vida, una vida sin mis padres. –Gwen miro a su primo. –Y todo gracias a ti. Nunca dejare de agradecer tu fortaleza, porque gracias a eso, lograste quedarte con nosotros. Gracias. Y como ya te lo dije: solo sigue por aquí. Y todo seguirá su camino. Magnus miro como Alec le respondía solo moviendo sus labios: Aquí estaré. Le dijo. Miro a su padre secando unas lagrimas del rostro de su madre mientras esta besaba la cabeza de su hijo, Gwen bajo del estrado y se precipito hacia los brazos de su tía. Y Magnus entendió que arrancar a Alec de esta familia iba a ser lo más difícil que alguna vez haya hecho. * * * * * -Fue hermoso lo que dijo Gwen. –Magnus le dijo a Alec, ellos se habían apartado después de la ceremonia al jardín trasero de la iglesia. -Sí. –Dijo Alec triste. -No tenias idea ¿Cierto? De lo que significabas para ella.
  • 25. -No. -Eso no ha cambiado, eres algo lento para leer los sentimientos de los demás. -Por favor, no comiences a hablar como si me conocieras. -Te conozco, más de lo que te imaginas. -Imposible, te conocí apenas hace unos días. -Alec, debes intentar. –Magnus puso sus manos a los costados de Alec. - debe haber algo dentro de ti que te diga que todo esto está mal. -Magnus, basta ¿Por qué no se dan cuenta de que están equivocados? No soy quien dices. Soy Alex Carter. -Nunca. –Dijo Magnus. Coloco su mano sobre su mejilla acariciando dulcemente su pómulo –Nunca me rendiré. El Glamour que Magnus mantenía sobre sus ojos cayo, Alec pudo ver el dorado verdoso de ellos y su corazón nuevamente se acelero, no entendía como Magnus lograba hacerlo sentir así. Se dio cuenta de cómo el brujo se acerco mucho más. ¿Magnus quería besarlo? Lentamente se inclino hacia él y Alec no pudo hacer más que cerrar sus ojos y esperar los labios de Magnus. De alguna forma no tenia voluntad para rechazarlo. En ese momento se escucho la puerta de la iglesia abrirse, Gwen se asomo desde el interior. -¿Alex? –Dijo. -¿Te vas? Alec ya estaba a una considerable distancia de Magnus, el brujo miraba hacia otro lado, intentando no mirar a Gwen, tal vez para no molestarse
  • 26. con ella. Alec pasó su mano por su rostro, como si acabara de despertar de un sueño. Miro a su prima y después fijamente a Magnus, el cual se miraba frustrado. -No. –Dijo el chico con su mirada fija en la del brujo, claramente le hablaba a él y no a su prima –No iré a ningún lado. CONTINUARA… MayGraciela ♥