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Alec despertó aturdido, con dolor de cabeza y odiando la luz del sol en
sus ojos, se incorporo y miro a Micah dormido en una silla no muy
lejos de él. Tomo una almohada, la que arrojo en su dirección
golpeándolo justo en el rostro, Micah despertó exaltado, manoteando
en todas direcciones y casi cayendo de la silla.
-¿Cuál es tu problema? –Exigió hacia Alec.
-Eso me gustaría saber, ¿Qué diablos me dieron?
-Nosotros nada. –Micah tallo sus ojos –Fue el estúpido Peri con
problemas hormonales que quiso vengarse o el Ángel sabrá que…
-¿Y qué paso?
-¿No recuerdas nada? –Micah se miraba algo temeroso.
-No –Dijo -¿Por qué? ¿Paso algo?
-Nada grave –Se miraba más relajado, aunque odiaba recordar lo
sucedido la noche anterior. –Dijiste un par de cosas raras.
-¡Por el Ángel! –Dijo Alec –Dime por favor que no llame a Magnus.
Nop –Micah sonrió –Intentaste proponerle matrimonio sin embargo,
pero te persuadí para que lo dejaras para hoy.
-¿Bromeas?
-No –Dijo serio –Así que, ¿Qué pensaste?
-¿Sobre qué? –Alec ya se estaba levantando de la cama.
-¿Le pedirás matrimonio?
-No es graciosos Micah.
-De hecho…
-Como sea, -Dijo Alec poniéndose sus zapatos. –Gracias por evitar que
hiciera el ridículo.
-Para eso están los amigos.
-Así que… Salimos intactos ¿No?
-Si –Dijo Micah secamente –Completamente intactos.
* * * * *
-¡Magnus! –Llamo Isabelle al brujo. –Tengo lo que me pediste.
Isabelle extendió su mano y se lo entrego, este observo el objeto y
sonrió, era un mechón de oscuro y brillante cabello, no le quedo
ninguna duda, era de Alec.
-Te servirá, ¿Cierto?
-Por su puesto, Isabelle esto es de lo mejor que pudiste conseguir, algo
así nunca fallara en un rastreo.
Isabelle se miro complacida y aliviada. Magnus la miro suspicaz.
-¿Puedo preguntar cómo fue que lo conseguiste? –Magnus se imagino
una muy probable simpática historia.
-Tranquilo –Dijo Isabelle –No se dio cuenta, me imagine que no querías
que lo supiera.
-¿Por qué piensas eso?
-Se lo hubieras pedido tú mismo –Dijo Isabelle casual. –Está bien,
Magnus sé que no quieres que se haga ilusiones contigo y me parece
muy considerado de tu parte, tienes razón, ya es hora de que se valla
olvidando de ti.
Magnus odio las palabras de Isabelle y al parecer no lo disimulo.
-Eso es lo que quieres, ¿No? –Pregunto la Nephilim, considerando
seriamente si había dicho algo terriblemente malo.
Magnus no contesto, solo presiono el cabello de Alec en su mano,
Isabelle miro como lo metía en una pequeña bolsa de terciopelo color
violeta que colgaba de un fino lazo dorado, que después colgó de su
cuello y oculto bajo su ropa a la altura de su pecho, la chica pensó que
no podía haber un lugar más seguro que ese.
En ese momento se les acercaron Jace, Clary y Simón, Magnus
comenzó a explicarles lo que había encontrado acerca de la realización
de la Copa Oscura y el poder que podría llegar a adquirir, los chicos lo
escuchaban muy atentos. Definitivamente Magnus era mucho más útil
que la misma Clave. Pensó Isabelle y agradeció mil veces internamente
el que cuidara de Alec y fuera amigo suyo.
* * * * *
Alec y Micah estaban desayunando en un establecimiento cerca de la
plaza del Ángel, estaban en una de las mesas del exterior, observaban
como se había reunido un escuadrón para hacer las labores de
limpieza de la fiesta de la noche pasada.
-Estas muy callado –Dijo Alec y miro a Micah -¿Hay algo que haya
pasado anoche que quieras discutir?
-Cuando hablaste de tu boda con Magnus –Comenzó. Noto que Alec se
arrepintió de haber preguntado al casi atragantarse con una porción
de comida, –Dijiste que eras desgraciado, diste a entender que algo así
nunca podría pasar, ¿De verdad piensas así?
-Algo así nunca podría pasar –Confirmo Alec.
-¿Por qué? –Siguió indagando -¿Por qué él es un subterráneo? O ¿Por
qué en este momento están separados?
-Ambas –Alec movía su comida con el tenedor de un lado del plato al
otro, sin probar bocado.
-¿Eso significa que te rendiste con él?
Alec suspiro fuerte –Es solo que… Ya no se qué hacer, ya ni siquiera
tolera estar cerca de mí. ¿Qué se supone que debo de hacer con eso?
-No rendirte –Micah miro fijamente a los ojos azules de su amigo –Alec,
solo, no te rindas, tienes que buscar tu felicidad y eso por extraño que
parezca y poniendo en duda tu cordura, eso es Magnus.
-¿No pensabas que era un idiota? –Alec regreso a su comida.
-Es un idiota, -Afirmo –Pero no se trata de mi, si no de ti.
-Tengo miedo –Alec no podía evitar ser sincero con sus sentimientos. –
Me asusta pensar que por tanto molestarlo, termine odiándome, algo
así no podría soportarlo… ¿Sabes? hace poco me dijo que era mucho
más probable que nos convirtiéramos en amigos a que volvamos a
estar juntos… Supongo que eso es inevitable.
-Eso no va a pasar. –Dijo Micah seguro, estaba convencido de que
Magnus amaba a Alec lo había demostrado preocupándose por él y por
la charla que tuvieron la noche anterior, pero era algo que no podía
decirle a Alec.
-¿Acaso no estuviste la última vez que me hablo? –Pregunto Alec
incrédulo.
-Y ¿Acaso no dije que es un idiota?
-¿Esto significa que tomaras tu propio consejo e iras tras tu ex? –Alec
se dio cuenta de que había adquirido la habilidad de desviar la
conversación de sí mismo, algo que definitivamente había adquirido de
Magnus.
-Yo no estoy enamorado de mi ex –Confeso Micah sonriendo. Y tras la
mirada que le dedico Alec continúo. –Yo no soy como tu Alec. Hasta
ahora era de los incrédulos que difícilmente creía en el amor.
-¿Hasta ahora?
Hasta ahora que me enamore de ti, Pensó. No lo dijo.
-Hasta ahora que te veo con Magnus…
-¿Crees que alguna vez te enamores de alguien? –Tenía que admitir
que era útil esta nueva y no muy grata habilidad.
-Si –Dijo seguro –Pero lo que me interesa es encontrar a alguien que
me quiera como tú lo quieres a él.
Alec bajo su mirada, el ser reconocido por algo como eso no era muy
común, sintió como se sonrojaba.
-La encontraras –Dijo tímido –A la persona que te quiera como
mereces, la encontraras.
Micah sonrió a su amigo y alboroto su cabello enérgicamente.
-Vamos al Gard –Dijo –Algo me dice que será un largo día.
Al llegar al Gard se unieron a Oscar, Helen y Aline, estos los pusieron
al tanto de una batalla que se estaba dando origen por la frontera
norte de Idris y que tenían que estar atentos ya que podían ser
llamados como refuerzos en cualquier momento.
Refuerzos, Pensó Alec, eso era bueno, la falta de juicio al enviar el
numero erróneo de combatientes a la batallas estaba causando
estragos en su mente, ya que era algo muy extraño cuando se hablaba
de La Clave organizando sus filas, esto inevitablemente le había
sembrado la posibilidad de un infiltrado entre los miembros del
Consejo, que al parecer se estaba encargando de sabotear cada batalla
provocando mayor número de bajas.
-Debemos ir al campamento entonces –Aline lo despertó de su
ensimismamiento.
Al llegar ahí se unieron al grupo conformado por sus amigos, Alec se
mantuvo detrás de ellos mirando al suelo, claramente incomodo. A
Magnus le fue imposible no recordar la primera vez que lo miro,
tímido, detrás de su grupo, sintiéndose inseguro aun bajo su propia
piel, buscando lo más posible de no llamar la atención y capturando
de inmediato y sólidamente la de Magnus, este sintió su corazón
estremecerse y su pecho siendo inundado por los sentimientos que
inútilmente había intentado reprimir. Lo abrumo la necesidad de Alec,
de sus labios, sus brazos, su voz…
Jace aclaro escandalosamente su garganta, Magnus se dio cuenta de
que había estado mirando fijamente hacia Alec.
-¿Nos decías? –Jace intentaba esconder una sonrisa sin mucho éxito.
Magnus se compuso lo mas que pudo –Es todo –Dijo. –Nunca se había
escuchado algo parecido, así que la mayoría en el tema son meras
conjeturas.
-¿Y qué piensas? –Jace pregunto sincero y mirando al rostro del brujo.
–Magnus ¿Tu qué opinas?
-Opino que Sebastian tiene muchos puntos que lo favorecen. Mientras
que los suyos difícilmente usan la copa en un humano por el peligro
que implica, este aspecto no le importa al lunático en lo absoluto. El
porcentaje de veinte por ciento le parece maravilloso, un costo justo
para reunir su batallón, además, -Continuo. Todos lo observaban
atentos, incluso Alec –Puede utilizar la sangre de cualquier demonio
que esté dispuesto, algo que no le causara problemas, hay una larga
fila de estos esperando su turno para colaborar en la destrucción de
los Nephilim. A eso hay que agregar que entre más poderoso sea el
demonio donante, mas poder cae sobre los Cazadores Oscuros.
Probablemente por ello utilizo a Lilith la primera vez, es un demonio
superior.
-¿No crees que sea su sangre la que utiliza aun? –Alec cuestiono
intrigado.
Magnus lo miro a los ojos –Lo dudo –Dijo. -Lilith está débil y Sebastian
no se arriesgaría con ella de nuevo.
-Ciertamente –Dijo Micah rompiendo el lazo de miradas que
mantenían Alec y Magnus –Tiene de donde elegir.
-No en realidad –Corrigió Alec –Son pocos los demonios que están por
encima de Lilith, por ahora solo puedo pensar en cinco.
Magnus se estremeció, Alec era una persona que prefería leer sobre
demonios que luchar contra ellos, era estudioso y el pensar que entre
esos cinco nombres en su cabeza estaba el de su padre lo angustio de
sobremanera.
-¡Maldición! –Dijo Oscar y todos siguieron su mirada.
Un líder de tropa estaba reuniendo a las líneas que habían sido
elegidos como refuerzos, a su lado estaba Meliorn al parecer apoyando
en organizar.
-Chicos tenemos que irnos –Dijo Aline.
Los cinco Nephilim comenzaron a moverse hacia el portal, Isabelle
sujeto a su hermano.
-¿No llevaras un arco?
-No hay tiempo de ir por uno, pero tengo suficientes armas conmigo.
Cazadores y submundos comenzaron a cruzar el portal hacia la
batalla.
-Tengo que irme.
-Espera –Dijo Magnus, el cual se acerco a ellos, estiro ambas manos y
en ellas aparecieron un arco y flechas –Usa este.
Alec los tomo renuente. -¿De dónde lo sacaste?
Magnus sonrió y señalo hacia una de las tiendas, -De ese cuarto de
armas.
Alec no pudo evitar regresar su sonrisa con otra.
-Gracias –Y se unió a Micah que estaba esperándolo a unos metros
Meliorn estaba justo al lado del portal cuando ambos chicos lo
atravesaron, Magnus noto un cambio de color en él, fue tan solo un
segundo, justo antes de que Alec lo atravesara seguido de Micah. Pero
a pesar de ser peculiar esto no lo alarmo de ninguna manera.
* * * * *
Aline luchaba espalda con espalda con Helen, Oscar estaba cerca de
ellas blandiendo su espada con destreza y terminando con cada
demonio que se le ponía enfrente.
-Aquí ayudaría un arco. –Dijo Oscar resintiendo la ausencia de Alec y
Micah.
-¿Dónde están esos dos? –Pregunto Aline.
-Estaban detrás de nosotros –Contesto Helen. –Ya deberían estar aquí.
Los chicos no tenían mucha libertad para preocuparse por Alec y
Micah, ya que la batalla se estaba tornando más difícil de lo esperado,
hicieron lo posible por resistir pero el panorama era desolador, una vez
más los superaban en número.
Oscar se enfrento a un enorme demonio Dragón el cual esquivo su
ataque, lo tomo fuertemente por sus brazos, y enterró su afilado
cuerno en su estomago, Oscar grito por el dolor, Aline y Helen no
dudaron al ir en su ayuda, Helen logro que el demonio lo liberara y
Aline lo atravesó con su espada, el demonio se convirtió en cenizas,
ambas chicas tomaron a Oscar para llevarlo al otro lado del portal. Un
general Cazador de Sombras hizo el aviso.
-¡RETIRADA! –Grito para asombro de todos.
Las chicas no dudaron y corrieron tan rápido como les fue posible con
Oscar a cuestas, pasaron a través del portal y cayeron derrumbadas
sobre el suelo, de inmediato recibieron ayuda de un Hermano
Silencioso que se estaba encargando de la terrible herida de Oscar.
Jace e Isabelle permanecían parados cerca del portal, ansiosos por ver
a Alec volver, los minutos transcurrían y no había señales de él o
Micah, el general Cazador de Sombras cruzo ayudando a un hombre
lobo mal herido, lo que salió de su boca provoco en los chicos más que
angustia, desolación.
-¡CIERREN EL PORTAL! –Dijo –No hay más sobrevivientes.
-¡NO! –Grito Jace –Mi hermano sigue ahí.
El general lo miro –Lo siento, no hay nadie más.
Jace mostro su runa parabatai oscura y brillante sobre su piel.
-¡Él no está muerto! –Dijo y volteo hacia Isabelle, Magnus y los demás
–No está muerto –Repitió.
Magnus no dudo y saco debajo de sus ropas la pequeña bolsa que
tenía el cabello de Alec.
-Lo encontrare –Dijo, y de sus manos salieron chispas azules, en su
mirada se notaban la angustia y determinación.
* * * * *
Alec cruzo el portal seguido de Micah, esperaban ver el caos propio de
la batalla, no cabían es su asombro al ver a su alrededor, no había
nadie en el lugar, se encontraban en una especie de llano, rodeado de
un bosque espeso, miraban a todas direcciones, buscando pistas de lo
que estaba ocurriendo, de pronto Alec corrió hacia el centro del llano.
-¿Qué es eso? –Dijo al ver velas sobre el suelo.
Micah lo siguió. -El portal no está –Dijo para agregar un punto más a
lo ya sumamente raro.
Ambos se detuvieron al filo de lo que parecía un Pentagrama.
-¿Qué diablos? –Dijo Micah.
Alec tomo su arco y preparo una flecha, nada estaba bien. Micah tomo
una espada de su espalda.
-Tenemos que encontrar la manera de irnos de aquí. –Dijo Alec
sombríamente.
-Buen consejo –Respondió Micah.
Decidieron regresar hacia los arboles cuando algo los detuvo.
-¿Te vas tan rápido? –Dijo una voz proveniente de entre las líneas de
arboles –Alexander no puedo permitir eso.
Alec volteo, no había forma de no reconocer esa voz.
-Sebastian –Dijo, su voz irreconocible a sus propios oídos.
-Necesito que te quedes –Dijo Sebastian mirando a Alec directamente –
Si lo haces sin resistencia, dejare que tu amigo se valla.
-Generosa tu oferta –Dijo Micah –Pero tendremos que rechazarla.
Sebastian abrió la boca para responder pero para su propio asombro,
Alec se movió sin titubear y lanzo una flecha en su dirección,
Sebastian apenas tuvo tiempo de esquivarla.
-Corre –Dijo a Micah.
-No sin ti.
Alec entendió realmente que Micah no se iría sin él y después de
lanzar un par de flechas mas, se resigno a irse, no podía permitir que
lastimara a Micah. Corrían entre los grandes árboles cuando se dieron
cuenta de que los perseguían.
-Es persistente –Dijo Micah -¿Crees que quiera una cita?
-Creo que quiere usarme para llegar a Jace.
-Eso tiene sentido –Dijo Micah mientras seguían corriendo.
Dos sujetos se les interpusieron, los chicos se prepararon para la
batalla.
-¿Estos son… esos Cazadores Oscuros de los que hablan?
-Si –Dijo Alec tenso.
Micah noto en la postura de su amigo que tal vez no era el mejor
momento para bromear. Alec preparo su arco con una flecha en él. En
ese momento y sin que ninguno de los dos chicos se lo esperara,
fueron sujetados firmemente por otro par de Cazadores Oscuros cada
uno, Micah se preparo para zafarse, había podido hasta con cuatro
Cazadores sobre él en los entrenamientos, pero no le dieron tiempo.
Micah escucho a Alec soltar un grito desgarrador, al mirar se quedo
atónito, uno de los Cazadores Oscuros estaba sacando una daga del
costado de su cuerpo, la sangre de su amigo brillaba en el filo de la
daga y surgía de entre sus ropas.
-¡ALEC! –Grito con desesperación. Y miro como una segunda daga
perforaba el estomago de Alec y lo hacía caer al suelo.
-¡Imbécil! –Aspecto un Oscuro reprendiendo a su compañero –Lo
necesita vivo, ¿Recuerdas?
-Oops –Se burlo el sujeto.
Micah despertó de su asombro, la adrenalina y el terror lo inundaron
al mirar a Alec sufriendo de terribles heridas, de inmediato decidió
entrar en acción ya que Alec podría no tener mucho tiempo, se las
ingenio para liberarse de quienes lo sujetaban, lanzo dos dagas hacia
quienes intentaron tomar a Alec y sin piedad corto a los otros dos
Oscuros que le hicieron frente.
Micah tomo a Alec e intento alejarlo del peligro, corrió con él apoyado
sobre sus hombros hacia los adentros del bosque, podía escuchar a su
alrededor que estaban siguiéndolos o por lo menos buscándolos, esto
último le daba una oportunidad.
Se detuvo, coloco a Alec en el suelo y comenzó a trazar Iratzes lo más
rápido que pudo, escuchaba a los Oscuros cada vez más cerca.
-¡Maldición! –Decía angustiado, si los encontraban no había muchas
posibilidades de sobrevivir y Alec estaba muy mal herido, la pérdida de
sangre lo había afectado mucho.
-Oye, oye –Decía Micah palmeando el rostro de Alec para mantenerlo
consiente. –Tienes que resistir, Alec, solo un poco.
Alec lo miro, su vista era borrosa, no recordaba haber visto a Micah
tan angustiado antes.
-Escucha –Dijo Micah –Magnus vendrá por ti, tienes que aguantar.
Alec rio débilmente ante el comentario de su amigo, apenas podía
mantenerse despierto.
-No creí… -Dijo –Que fueras… De los que leen ese tipo de… Novelas
románticas…
-Sé lo que digo.
-Micah… ¿Por qué vendría por mí?
Alec tosió y surgió sangre de su boca, los Oscuros estaban ya muy
cerca.
-Te daré tiempo –Dijo Micah más para sí mismo.
-¿Qué?
-Solo resiste Alec, te daré tiempo para que venga a ayudarte.
Alec entendió lo que pretendía hacer y sujeto con la fuerza que le fue
posible la muñeca de Micah.
-No, quédate aquí…
-Si me quedo no podre protegerte, necesito alejarlos.
-¡No! –Intento gritar pero su voz salía débil de su cuerpo. -Micah…
-Créeme Alec, Magnus vendrá por ti.
-Micah… Son demasiados…
-Te veré pronto. –Dijo y se levanto.
Alec distinguió como se alejaba su amigo sin poder hacer nada, no
paso mucho tiempo antes de que perdiera por completo el
conocimiento.
* * * * *
Magnus y los chicos lograron encontrar la ubicación de Alec, utilizaron
un portal, los Cazadores vestían ya su equipo de batalla, lo primero
que pudo ser vislumbrado por ellos al atravesar el portal fue a Alec,
tendido en el suelo, inconsciente y con claras heridas.
Magnus de inmediato se inclino hacia él -¡Dios no! –Exclamo e inicio la
minuciosa inspección del cuerpo de Alec, sus hermanos estaban a su
alrededor, Jace trazo una Iratze en su costado. Miro como Magnus
estaba haciendo lo mayor posible para curarlo, esto hizo que de alguna
manera a Jace le entrara una sensación de alivio, tenía que
controlarse ya que el fuego celestial podía salir y hacerle daño.
-Tenemos que asegurar el área, -Dijo, deseaba quedarse a lado de su
parabatai pero para propio bien de Alec necesitaba saber que el área
era segura.
Clary asintió hacia Jace, noto el dolor y la angustia. Simón tomo a
Isabelle del brazo la cual estaba arrodillada a lado de Alec. Miraba
fijamente como salían chispas azules de las manos de Magnus, sabía
que tenía que ir con Jace y los demás así que busco el rostro del brujo.
-¿Magnus?
-Estará bien –Dijo firmemente sin despegar la atención de las heridas
del chico.
Era todo lo que necesito escuchar, se levanto y miro hacia Jace.
-Busquemos al bastardo que hizo esto a nuestro hermano.
Los Nephilim junto a Simón corrieron hacia los alrededores dejando al
brujo curando a Alec. Magnus hizo correr una ola de magia por el
cuerpo de Alec, esto lo hizo despertar como si hubiera recibido una
sesión de electrochoques.
Alec respiro fuerte y profundo, se levanto precipitadamente hasta casi
sentarse, Magnus lo sujeto, buscaba con desesperación sus ojos,
necesitaba la seguridad de verlos brillantes e intensos como siempre.
-Tranquilo, tranquilo, -Decía el brujo a Alec, -Todo está bien,
Alexander, mírame por favor.
Alec miraba en todas direcciones, sumamente confundido, no
recordaba con claridad lo que había pasado.
Magnus sujeto el rostro de Alec, fue como verlo por primera vez, el
alivio de verlo despierto lo inundo.
-Viniste –Dijo Alec aun notablemente confuso mirando incrédulo a los
ojos dorado verdoso de Magnus.
-Claro que vine, Alexander…
Magnus no pudo mas, había pensado en la posibilidad de Alec
lastimado, era una guerra lo que se vivía después de todo, pero el
pensar que había muerto, aunque haya sido por tan solo unos
segundos antes de que Jace mostrara su runa parabatai, y el ahora
ver sus hermosos ojos y sentir la piel suave de su rostro nuevamente
entre sus manos lo sobrepaso, Magnus se inclino hacia él, necesitaba
besarlo, besarlo con desesperación y no le importaría nada, todo lo que
quería era a Alec, a unos centímetros de sus anhelados labios, este
hablo.
-Micah –Dijo Alec.
-¿Qué? –Magnus retrocedió.
-Micah se fue –Inesperadamente se altero –Magnus, tenemos que
encontrarlo.
Alec se desenredo del agarre de Magnus y corrió hacia donde sabia se
había dirigido su amigo. Magnus se resigno a seguirlo de cerca.
Alec corría lo más rápido que le era posible, sus heridas estaban
cerradas pero aun no en su totalidad sanadas, cada paso le provocaba
una oleada de dolor, pero tenía que encontrar a Micah, necesitaba
saber que estaba bien, escucharon entre los arboles lo que parecía
una batalla, al llegar al lugar, miro como Jace, Isabelle y Simón
luchaban contra un significativo número de Cazadores Oscuros, miro
mas allá de ellos y noto a Clary inclinada hacia alguien que yacía en el
suelo, presumiblemente trazando runas de curación.
-Micah –Dijo Alec y corrió hacia ellos atravesando entre los
combatientes.
Magnus corrió con él pero se detuvo en seco al mirar en el suelo el
pentagrama, no tenía mucho sentido que estuviera algo como eso en
ese lugar pero no había tiempo de hacer preguntas, siguió su camino
al lado de Alec.
Clary levanto su mirada hacia Alec el cual estaba ahí parado mirando
con horror el estado de su amigo, Magnus paso a un lado de él y
comenzó con el propósito de curarlo.
-Las runas no funcionan -Dijo Clary sumamente decaída mirando a
Magnus. -¿Podrás ayudarlo?
-Lo intentare –Dijo Magnus –Ayuda a tus amigos Clary, te necesitan.
Clary se levanto y se unió a la batalla al lado de Jace, Alec despertó de
su aturdimiento y se arrodillo a lado de Micah mientras Magnus lo
cubría con su magia. Pasaron unos interminables minutos antes de
que Micah diera señales de vida, Alec se miraba como si por fin
hubiera comenzado a respirar, Magnus lo noto.
-Hare lo que pueda –Dijo tristemente mirando hacia Alec, tenía que
explicarle que Micah estaba demasiado herido, que había la muy
amplia posibilidad de que no lograra sobrevivir. –Alexander…
Magnus fue interrumpido por el grito de Simón llamando a Isabelle,
esto alarmo a Alec, ambos miraron y notaron a la Cazadora luchando
contra un fornido Oscuro que la tenia contra un árbol intentando
cortar el aire de su garganta. Alec no dudo, tomo la espada que estaba
cerca de ellos y corrió hacia su hermana.
Magnus siguió con la sanación de Micah, después de unos minutos
hizo pasar a través de su cuerpo energía para reanimarlo como lo
había hecho con Alec pero a diferencia de este, Micah apenas logro
abrir los ojos,
-Lo quiere –Dijo mirando a Magnus. –El lunático quiere a Alec.
Magnus pensó que de alguna forma Micah estaba delirando, lo que
decía no tenía sentido. ¿Por qué Sebastian se interesaría
particularmente por Alec? En ese momento Alec regreso a su lado.
-¿Isabelle? –Pregunto Magnus.
-Los están controlando –Dijo Alec sin mirarlo, Magnus noto que tenia
una de sus manos sobre su costado, una de sus heridas se había
abierto. –Alec… -Dijo el brujo angustiado.
-Por favor, -Lo interrumpió –Ayúdalo, no te preocupes por mí.
Magnus siguió con la casi imposible tarea, Micah miro a Alec y sonrió
débilmente.
-Te lo dije. –Dijo a su amigo.
Alec se inclino más hacia él para lograr escucharlo. –No hables, ahorra
energía, te pondrás bien.
-Tal vez, nadie te lo ha dicho… pero… eres un pésimo mentiroso…
-Te pondrás bien –Repitió Alec y miro hacia Magnus, concentrado en
las múltiples heridas de Micah.
Alec sintió la mano de Micah en su rostro para girarlo hacia él.
-Deja de ver mis heridas… -Dijo –Mírame, necesito… decirte algo.
-¿Y no podrías esperar a estar mejor?
Micah sabía que eso no iba a pasar.
-¿Recuerdas… lo que hablamos en el Lago Lyn?
Alec puso su mano bajo la cabeza de Micah para sostenerla -¿La
historia del caracol? –Alec sabía que no era a eso a lo que se refería,
pero siempre había hecho bromas en los peores momentos, los nervios
simplemente lo traicionaban, lo odiaba pero no podía evitarlo.
Micah asentó una sonrisa en su rostro –Eres todo un caso…
Lightwood… pero… me refería a lo que… me preguntaste.
-Lo recuerdo –Dijo Alec, le era imposible no mirar esporádicamente
hacia las manos de Magnus encargándose de las heridas que no
disminuían –Pero, no entiendo, ¿Qué pasa con eso?
-Te mentí.
Magnus noto que Alec se sorprendió mucho con lo que le dijo Micah,
no tenía alguna idea de en lo que se estaban refiriendo pero sin duda
había causado impacto en ambos.
Micah miro la sorpresa en Alec.
-Lo siento –Dijo –Esto debe ser lo ultimo… que querías escuchar…
yo…
Alec se altero y sujeto el rostro de su amigo –No, Micah, yo lo siento,
fue mi actitud la que te hizo mentir, si no hubiera actuado tan egoísta,
tu…
-Nada hubiera cambiado…
Micah tosió agónicamente, haciendo surgir sangre de su boca. Alec se
altero aun más, levanto al chico y lo sujeto fuertemente entre sus
brazos.
-Deja de hablar, te pondrás bien. –Dijo cerca de su oído.
Magnus miraba a ambos en silencio, Alec aun no se percataba de que
había dejado de intentar curarlo, había hecho lo posible, pero por
desgracia no había sido suficiente. La batalla a su alrededor había
terminado, sus hermanos lo observaban cautelosos a unos metros.
Esperando lo peor.
-Oye Alec –Dijo Micah haciendo caso omiso a la recomendación de su
amigo. –Recuerda… No te rindas con el idiota. –Dijo muy débilmente,
no había forma de que Magnus lo escuchara.
-Ya basta, deja de hablar. –Exigió Alec.
Micah respiro profundo o lo intento.
-Bueno, es un poco irónico, ¿No es así?
-¿A qué te refieres?
-Todo el esfuerzo para convencerte de que no estoy enamorado de ti, y
aquí estoy, muriendo en tus brazos.
-Te pondrás bien –Repitió Alec, Era algo que dudaba, pero también, lo
que más deseaba en ese momento.
Micah coloco su mano débilmente sobre el cabello de Alec.
-Le hablare a mi hermano de ti. –Dijo. Y Magnus noto que sonreía.
Alec se aferro aun mas a él, después de unos segundos sintió como su
mano bajaba y caía sin vida a su costado. Nunca más volvería a sentir
la mano de Micah jugando con su cabello.
* * * * *
No recuerdo la última vez que escribí en mi diario, no
había sentido la necesidad de hacerlo, había pasado
las últimas semanas pensando en un amor no
correspondido, pero ahora, solo puedo pensar en ti.
Pienso en lo mucho que quiero explicarte lo que
significaste en mi vida, la manera en que poco a poco
te acercaste a mí, tan natural, me enseñaste que no
hace falta ser un parabatai o tener la misma sangre
de alguien para ser un verdadero amigo.
Me mostraste que era capaz de acercarme a una
persona, por querer hacerlo, y no por circunstancias no
controlables.
Gracias por haberme enseñado, por haberme
protegido, por haberme amado como lo hiciste.
Gracias por haber llegado a mi vida y por quedarte
para siempre.
AVE ATQUE VALE Cazador de Sombras.
AVE ATQUE VALE Querido Micah.
* * * * *
El funeral de Micah fue uno de los más concurridos a los que alguna
vez haya asistido Alec, había personas de todas las edades pero sobre
todo de chicos que incluso habían viajado de otros institutos para
estar presentes, de cierta forma no le extraño, Micah siempre había
sido del tipo amistoso y ahora podía confirmar el poder que tenia sobre
las personas, el poder que ahora era consiente incluso llego a tener
sobre él. Se llevo a cabo la cremación con un respeto inquebrantable,
La cónsul hablo de lo respetable que siempre fue su familia y de la
terrible perdida al ser tan joven, su tío hablo de su infancia, de la
tragedia de su familia y como lo había tomado como un verdadero
héroe. Nada de lo que se dijo le sorprendió, todo lo dicho era obvio,
incluso se molesto, ya que solo decían cosas triviales propias de los
funerales, se resigno a seguir escuchando sin notar la esencia de
Micah en las palabras.
Una vez que la ceremonia termino la gente se disperso, excepto un
grupo de jóvenes que se quedaron, Alec se aparto de su propio grupo y
se acerco a ellos, sentía curiosidad de saber lo que hablaban, todos
ellos se estaban turnando para contar una anécdota de Micah, como lo
conocieron, como coqueteaba con literalmente cualquiera, haya sido
hombre o mujer, como intento jugar una broma en el instituto de
Londres y termino con una bolsa llena de Pixis en su ropero por más
de una semana, esto último le saco a Alec una inevitable sonrisa,
incluso Aline contribuyo a la conversación contando como él y Oscar
había hecho una apuesta para ver con quien saldría primero una chica
del instituto de España. La chica en cuestión se puso de pie y
sonriendo melancólicamente dijo: Micah gano. A lo que todos
sonrieron, Alec se quedo con ellos hasta muy tarde, escuchando la
esencia de Micah en cada palabra.
* * * * *
Alec se encontraba en su habitación, había pasado un día desde el
funeral de su amigo. Se encontraba aun en una especie de
aturdimiento por la pérdida de Micah, por su confesión al morir y
sobre todo por la culpa, Micah realmente nunca le había insinuado
nada al respecto, Alec se castigaba él mismo pensando en la manera
en que le había hablado de lo mucho que amaba a Magnus, mientras
él escuchaba sin protestar, Alec sabía perfectamente lo que era sufrir
por amor, lo mataba pensar que Micah sufrió lo mismo por su causa.
Llevo sus manos al rostro, se había vuelto insoportable pensar en
aquello. En ese momento se abrió la puerta de su habitación y su
hermana entro lentamente.
-Hola –Dijo dulcemente.
Alec asintió hacia ella.
-¿Te sientes un poco más tranquilo? –Pregunto.
-Supongo –Dijo Alec, Isabelle sintió como su corazón se destrozaba, lo
odiaba, odiaba ver a su hermano tan vulnerable.
-Alec –Comenzó Isabelle, intentando buscar las palabras. –Hum. Te
buscan abajo.
-Bien, dile a Aline y Helen que pasen. –Alec sabía que Oscar seguía en
el hospital, ni siquiera había podido adquirir permiso para asistir al
funeral de su amigo.
Isabelle se encogió de hombros –Lo que pasa es que no son ellas
quienes te buscan.
-¿Quién entonces? –Pregunto sincero, no podía pensar en alguien más.
-Magnus –Dijo.
Isabelle noto incluso el cambio en la respiración de Alec, el cual aparto
la mirada, ahora la fijaba al suelo.
-¿Le dijiste que estoy aquí?
-No –Explico su hermana –Jace atendió la puerta, yo escuche cuando
preguntaba por ti y vine a avisarte.
-Entonces –Dijo Alec, su voz se escuchaba áspera, pensó Isabelle. -Por
favor dile que no estoy.
Isabelle abrió mucho los ojos -¿Bromeas?
Alec volteo hacia su hermana y sin decir palabra esta entendió que no
bromeaba en lo absoluto. Pero no entendía el por qué de su
comportamiento, pero tampoco lo cuestionaría, no era ella la que
acababa de perder a uno de sus mejores amigos.
-Bien –Dijo Isabelle tristemente –Le diré a Magnus que no estás.
Su hermana dio la vuelta para salir de la habitación y entregar el
mensaje, camino despacio esperanzada a que quizás cambiara de
opinión, llego a la puerta y Alec no lo hizo.
CONTINUARA. . .
MayGraciela♥

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  • 1. Alec despertó aturdido, con dolor de cabeza y odiando la luz del sol en sus ojos, se incorporo y miro a Micah dormido en una silla no muy lejos de él. Tomo una almohada, la que arrojo en su dirección golpeándolo justo en el rostro, Micah despertó exaltado, manoteando en todas direcciones y casi cayendo de la silla. -¿Cuál es tu problema? –Exigió hacia Alec. -Eso me gustaría saber, ¿Qué diablos me dieron? -Nosotros nada. –Micah tallo sus ojos –Fue el estúpido Peri con problemas hormonales que quiso vengarse o el Ángel sabrá que… -¿Y qué paso? -¿No recuerdas nada? –Micah se miraba algo temeroso. -No –Dijo -¿Por qué? ¿Paso algo? -Nada grave –Se miraba más relajado, aunque odiaba recordar lo sucedido la noche anterior. –Dijiste un par de cosas raras. -¡Por el Ángel! –Dijo Alec –Dime por favor que no llame a Magnus. Nop –Micah sonrió –Intentaste proponerle matrimonio sin embargo, pero te persuadí para que lo dejaras para hoy. -¿Bromeas? -No –Dijo serio –Así que, ¿Qué pensaste? -¿Sobre qué? –Alec ya se estaba levantando de la cama. -¿Le pedirás matrimonio? -No es graciosos Micah.
  • 2. -De hecho… -Como sea, -Dijo Alec poniéndose sus zapatos. –Gracias por evitar que hiciera el ridículo. -Para eso están los amigos. -Así que… Salimos intactos ¿No? -Si –Dijo Micah secamente –Completamente intactos. * * * * * -¡Magnus! –Llamo Isabelle al brujo. –Tengo lo que me pediste. Isabelle extendió su mano y se lo entrego, este observo el objeto y sonrió, era un mechón de oscuro y brillante cabello, no le quedo ninguna duda, era de Alec. -Te servirá, ¿Cierto? -Por su puesto, Isabelle esto es de lo mejor que pudiste conseguir, algo así nunca fallara en un rastreo. Isabelle se miro complacida y aliviada. Magnus la miro suspicaz. -¿Puedo preguntar cómo fue que lo conseguiste? –Magnus se imagino una muy probable simpática historia. -Tranquilo –Dijo Isabelle –No se dio cuenta, me imagine que no querías que lo supiera. -¿Por qué piensas eso? -Se lo hubieras pedido tú mismo –Dijo Isabelle casual. –Está bien, Magnus sé que no quieres que se haga ilusiones contigo y me parece
  • 3. muy considerado de tu parte, tienes razón, ya es hora de que se valla olvidando de ti. Magnus odio las palabras de Isabelle y al parecer no lo disimulo. -Eso es lo que quieres, ¿No? –Pregunto la Nephilim, considerando seriamente si había dicho algo terriblemente malo. Magnus no contesto, solo presiono el cabello de Alec en su mano, Isabelle miro como lo metía en una pequeña bolsa de terciopelo color violeta que colgaba de un fino lazo dorado, que después colgó de su cuello y oculto bajo su ropa a la altura de su pecho, la chica pensó que no podía haber un lugar más seguro que ese. En ese momento se les acercaron Jace, Clary y Simón, Magnus comenzó a explicarles lo que había encontrado acerca de la realización de la Copa Oscura y el poder que podría llegar a adquirir, los chicos lo escuchaban muy atentos. Definitivamente Magnus era mucho más útil que la misma Clave. Pensó Isabelle y agradeció mil veces internamente el que cuidara de Alec y fuera amigo suyo. * * * * * Alec y Micah estaban desayunando en un establecimiento cerca de la plaza del Ángel, estaban en una de las mesas del exterior, observaban como se había reunido un escuadrón para hacer las labores de limpieza de la fiesta de la noche pasada. -Estas muy callado –Dijo Alec y miro a Micah -¿Hay algo que haya pasado anoche que quieras discutir? -Cuando hablaste de tu boda con Magnus –Comenzó. Noto que Alec se arrepintió de haber preguntado al casi atragantarse con una porción de comida, –Dijiste que eras desgraciado, diste a entender que algo así nunca podría pasar, ¿De verdad piensas así? -Algo así nunca podría pasar –Confirmo Alec.
  • 4. -¿Por qué? –Siguió indagando -¿Por qué él es un subterráneo? O ¿Por qué en este momento están separados? -Ambas –Alec movía su comida con el tenedor de un lado del plato al otro, sin probar bocado. -¿Eso significa que te rendiste con él? Alec suspiro fuerte –Es solo que… Ya no se qué hacer, ya ni siquiera tolera estar cerca de mí. ¿Qué se supone que debo de hacer con eso? -No rendirte –Micah miro fijamente a los ojos azules de su amigo –Alec, solo, no te rindas, tienes que buscar tu felicidad y eso por extraño que parezca y poniendo en duda tu cordura, eso es Magnus. -¿No pensabas que era un idiota? –Alec regreso a su comida. -Es un idiota, -Afirmo –Pero no se trata de mi, si no de ti. -Tengo miedo –Alec no podía evitar ser sincero con sus sentimientos. – Me asusta pensar que por tanto molestarlo, termine odiándome, algo así no podría soportarlo… ¿Sabes? hace poco me dijo que era mucho más probable que nos convirtiéramos en amigos a que volvamos a estar juntos… Supongo que eso es inevitable. -Eso no va a pasar. –Dijo Micah seguro, estaba convencido de que Magnus amaba a Alec lo había demostrado preocupándose por él y por la charla que tuvieron la noche anterior, pero era algo que no podía decirle a Alec. -¿Acaso no estuviste la última vez que me hablo? –Pregunto Alec incrédulo. -Y ¿Acaso no dije que es un idiota?
  • 5. -¿Esto significa que tomaras tu propio consejo e iras tras tu ex? –Alec se dio cuenta de que había adquirido la habilidad de desviar la conversación de sí mismo, algo que definitivamente había adquirido de Magnus. -Yo no estoy enamorado de mi ex –Confeso Micah sonriendo. Y tras la mirada que le dedico Alec continúo. –Yo no soy como tu Alec. Hasta ahora era de los incrédulos que difícilmente creía en el amor. -¿Hasta ahora? Hasta ahora que me enamore de ti, Pensó. No lo dijo. -Hasta ahora que te veo con Magnus… -¿Crees que alguna vez te enamores de alguien? –Tenía que admitir que era útil esta nueva y no muy grata habilidad. -Si –Dijo seguro –Pero lo que me interesa es encontrar a alguien que me quiera como tú lo quieres a él. Alec bajo su mirada, el ser reconocido por algo como eso no era muy común, sintió como se sonrojaba. -La encontraras –Dijo tímido –A la persona que te quiera como mereces, la encontraras. Micah sonrió a su amigo y alboroto su cabello enérgicamente. -Vamos al Gard –Dijo –Algo me dice que será un largo día. Al llegar al Gard se unieron a Oscar, Helen y Aline, estos los pusieron al tanto de una batalla que se estaba dando origen por la frontera norte de Idris y que tenían que estar atentos ya que podían ser llamados como refuerzos en cualquier momento.
  • 6. Refuerzos, Pensó Alec, eso era bueno, la falta de juicio al enviar el numero erróneo de combatientes a la batallas estaba causando estragos en su mente, ya que era algo muy extraño cuando se hablaba de La Clave organizando sus filas, esto inevitablemente le había sembrado la posibilidad de un infiltrado entre los miembros del Consejo, que al parecer se estaba encargando de sabotear cada batalla provocando mayor número de bajas. -Debemos ir al campamento entonces –Aline lo despertó de su ensimismamiento. Al llegar ahí se unieron al grupo conformado por sus amigos, Alec se mantuvo detrás de ellos mirando al suelo, claramente incomodo. A Magnus le fue imposible no recordar la primera vez que lo miro, tímido, detrás de su grupo, sintiéndose inseguro aun bajo su propia piel, buscando lo más posible de no llamar la atención y capturando de inmediato y sólidamente la de Magnus, este sintió su corazón estremecerse y su pecho siendo inundado por los sentimientos que inútilmente había intentado reprimir. Lo abrumo la necesidad de Alec, de sus labios, sus brazos, su voz… Jace aclaro escandalosamente su garganta, Magnus se dio cuenta de que había estado mirando fijamente hacia Alec. -¿Nos decías? –Jace intentaba esconder una sonrisa sin mucho éxito. Magnus se compuso lo mas que pudo –Es todo –Dijo. –Nunca se había escuchado algo parecido, así que la mayoría en el tema son meras conjeturas. -¿Y qué piensas? –Jace pregunto sincero y mirando al rostro del brujo. –Magnus ¿Tu qué opinas? -Opino que Sebastian tiene muchos puntos que lo favorecen. Mientras que los suyos difícilmente usan la copa en un humano por el peligro que implica, este aspecto no le importa al lunático en lo absoluto. El porcentaje de veinte por ciento le parece maravilloso, un costo justo
  • 7. para reunir su batallón, además, -Continuo. Todos lo observaban atentos, incluso Alec –Puede utilizar la sangre de cualquier demonio que esté dispuesto, algo que no le causara problemas, hay una larga fila de estos esperando su turno para colaborar en la destrucción de los Nephilim. A eso hay que agregar que entre más poderoso sea el demonio donante, mas poder cae sobre los Cazadores Oscuros. Probablemente por ello utilizo a Lilith la primera vez, es un demonio superior. -¿No crees que sea su sangre la que utiliza aun? –Alec cuestiono intrigado. Magnus lo miro a los ojos –Lo dudo –Dijo. -Lilith está débil y Sebastian no se arriesgaría con ella de nuevo. -Ciertamente –Dijo Micah rompiendo el lazo de miradas que mantenían Alec y Magnus –Tiene de donde elegir. -No en realidad –Corrigió Alec –Son pocos los demonios que están por encima de Lilith, por ahora solo puedo pensar en cinco. Magnus se estremeció, Alec era una persona que prefería leer sobre demonios que luchar contra ellos, era estudioso y el pensar que entre esos cinco nombres en su cabeza estaba el de su padre lo angustio de sobremanera. -¡Maldición! –Dijo Oscar y todos siguieron su mirada. Un líder de tropa estaba reuniendo a las líneas que habían sido elegidos como refuerzos, a su lado estaba Meliorn al parecer apoyando en organizar. -Chicos tenemos que irnos –Dijo Aline. Los cinco Nephilim comenzaron a moverse hacia el portal, Isabelle sujeto a su hermano.
  • 8. -¿No llevaras un arco? -No hay tiempo de ir por uno, pero tengo suficientes armas conmigo. Cazadores y submundos comenzaron a cruzar el portal hacia la batalla. -Tengo que irme. -Espera –Dijo Magnus, el cual se acerco a ellos, estiro ambas manos y en ellas aparecieron un arco y flechas –Usa este. Alec los tomo renuente. -¿De dónde lo sacaste? Magnus sonrió y señalo hacia una de las tiendas, -De ese cuarto de armas. Alec no pudo evitar regresar su sonrisa con otra. -Gracias –Y se unió a Micah que estaba esperándolo a unos metros Meliorn estaba justo al lado del portal cuando ambos chicos lo atravesaron, Magnus noto un cambio de color en él, fue tan solo un segundo, justo antes de que Alec lo atravesara seguido de Micah. Pero a pesar de ser peculiar esto no lo alarmo de ninguna manera. * * * * * Aline luchaba espalda con espalda con Helen, Oscar estaba cerca de ellas blandiendo su espada con destreza y terminando con cada demonio que se le ponía enfrente. -Aquí ayudaría un arco. –Dijo Oscar resintiendo la ausencia de Alec y Micah. -¿Dónde están esos dos? –Pregunto Aline.
  • 9. -Estaban detrás de nosotros –Contesto Helen. –Ya deberían estar aquí. Los chicos no tenían mucha libertad para preocuparse por Alec y Micah, ya que la batalla se estaba tornando más difícil de lo esperado, hicieron lo posible por resistir pero el panorama era desolador, una vez más los superaban en número. Oscar se enfrento a un enorme demonio Dragón el cual esquivo su ataque, lo tomo fuertemente por sus brazos, y enterró su afilado cuerno en su estomago, Oscar grito por el dolor, Aline y Helen no dudaron al ir en su ayuda, Helen logro que el demonio lo liberara y Aline lo atravesó con su espada, el demonio se convirtió en cenizas, ambas chicas tomaron a Oscar para llevarlo al otro lado del portal. Un general Cazador de Sombras hizo el aviso. -¡RETIRADA! –Grito para asombro de todos. Las chicas no dudaron y corrieron tan rápido como les fue posible con Oscar a cuestas, pasaron a través del portal y cayeron derrumbadas sobre el suelo, de inmediato recibieron ayuda de un Hermano Silencioso que se estaba encargando de la terrible herida de Oscar. Jace e Isabelle permanecían parados cerca del portal, ansiosos por ver a Alec volver, los minutos transcurrían y no había señales de él o Micah, el general Cazador de Sombras cruzo ayudando a un hombre lobo mal herido, lo que salió de su boca provoco en los chicos más que angustia, desolación. -¡CIERREN EL PORTAL! –Dijo –No hay más sobrevivientes. -¡NO! –Grito Jace –Mi hermano sigue ahí. El general lo miro –Lo siento, no hay nadie más. Jace mostro su runa parabatai oscura y brillante sobre su piel.
  • 10. -¡Él no está muerto! –Dijo y volteo hacia Isabelle, Magnus y los demás –No está muerto –Repitió. Magnus no dudo y saco debajo de sus ropas la pequeña bolsa que tenía el cabello de Alec. -Lo encontrare –Dijo, y de sus manos salieron chispas azules, en su mirada se notaban la angustia y determinación. * * * * * Alec cruzo el portal seguido de Micah, esperaban ver el caos propio de la batalla, no cabían es su asombro al ver a su alrededor, no había nadie en el lugar, se encontraban en una especie de llano, rodeado de un bosque espeso, miraban a todas direcciones, buscando pistas de lo que estaba ocurriendo, de pronto Alec corrió hacia el centro del llano. -¿Qué es eso? –Dijo al ver velas sobre el suelo. Micah lo siguió. -El portal no está –Dijo para agregar un punto más a lo ya sumamente raro. Ambos se detuvieron al filo de lo que parecía un Pentagrama. -¿Qué diablos? –Dijo Micah. Alec tomo su arco y preparo una flecha, nada estaba bien. Micah tomo una espada de su espalda. -Tenemos que encontrar la manera de irnos de aquí. –Dijo Alec sombríamente. -Buen consejo –Respondió Micah. Decidieron regresar hacia los arboles cuando algo los detuvo.
  • 11. -¿Te vas tan rápido? –Dijo una voz proveniente de entre las líneas de arboles –Alexander no puedo permitir eso. Alec volteo, no había forma de no reconocer esa voz. -Sebastian –Dijo, su voz irreconocible a sus propios oídos. -Necesito que te quedes –Dijo Sebastian mirando a Alec directamente – Si lo haces sin resistencia, dejare que tu amigo se valla. -Generosa tu oferta –Dijo Micah –Pero tendremos que rechazarla. Sebastian abrió la boca para responder pero para su propio asombro, Alec se movió sin titubear y lanzo una flecha en su dirección, Sebastian apenas tuvo tiempo de esquivarla. -Corre –Dijo a Micah. -No sin ti. Alec entendió realmente que Micah no se iría sin él y después de lanzar un par de flechas mas, se resigno a irse, no podía permitir que lastimara a Micah. Corrían entre los grandes árboles cuando se dieron cuenta de que los perseguían. -Es persistente –Dijo Micah -¿Crees que quiera una cita? -Creo que quiere usarme para llegar a Jace. -Eso tiene sentido –Dijo Micah mientras seguían corriendo. Dos sujetos se les interpusieron, los chicos se prepararon para la batalla. -¿Estos son… esos Cazadores Oscuros de los que hablan? -Si –Dijo Alec tenso.
  • 12. Micah noto en la postura de su amigo que tal vez no era el mejor momento para bromear. Alec preparo su arco con una flecha en él. En ese momento y sin que ninguno de los dos chicos se lo esperara, fueron sujetados firmemente por otro par de Cazadores Oscuros cada uno, Micah se preparo para zafarse, había podido hasta con cuatro Cazadores sobre él en los entrenamientos, pero no le dieron tiempo. Micah escucho a Alec soltar un grito desgarrador, al mirar se quedo atónito, uno de los Cazadores Oscuros estaba sacando una daga del costado de su cuerpo, la sangre de su amigo brillaba en el filo de la daga y surgía de entre sus ropas. -¡ALEC! –Grito con desesperación. Y miro como una segunda daga perforaba el estomago de Alec y lo hacía caer al suelo. -¡Imbécil! –Aspecto un Oscuro reprendiendo a su compañero –Lo necesita vivo, ¿Recuerdas? -Oops –Se burlo el sujeto. Micah despertó de su asombro, la adrenalina y el terror lo inundaron al mirar a Alec sufriendo de terribles heridas, de inmediato decidió entrar en acción ya que Alec podría no tener mucho tiempo, se las ingenio para liberarse de quienes lo sujetaban, lanzo dos dagas hacia quienes intentaron tomar a Alec y sin piedad corto a los otros dos Oscuros que le hicieron frente. Micah tomo a Alec e intento alejarlo del peligro, corrió con él apoyado sobre sus hombros hacia los adentros del bosque, podía escuchar a su alrededor que estaban siguiéndolos o por lo menos buscándolos, esto último le daba una oportunidad. Se detuvo, coloco a Alec en el suelo y comenzó a trazar Iratzes lo más rápido que pudo, escuchaba a los Oscuros cada vez más cerca.
  • 13. -¡Maldición! –Decía angustiado, si los encontraban no había muchas posibilidades de sobrevivir y Alec estaba muy mal herido, la pérdida de sangre lo había afectado mucho. -Oye, oye –Decía Micah palmeando el rostro de Alec para mantenerlo consiente. –Tienes que resistir, Alec, solo un poco. Alec lo miro, su vista era borrosa, no recordaba haber visto a Micah tan angustiado antes. -Escucha –Dijo Micah –Magnus vendrá por ti, tienes que aguantar. Alec rio débilmente ante el comentario de su amigo, apenas podía mantenerse despierto. -No creí… -Dijo –Que fueras… De los que leen ese tipo de… Novelas románticas… -Sé lo que digo. -Micah… ¿Por qué vendría por mí? Alec tosió y surgió sangre de su boca, los Oscuros estaban ya muy cerca. -Te daré tiempo –Dijo Micah más para sí mismo. -¿Qué? -Solo resiste Alec, te daré tiempo para que venga a ayudarte. Alec entendió lo que pretendía hacer y sujeto con la fuerza que le fue posible la muñeca de Micah. -No, quédate aquí… -Si me quedo no podre protegerte, necesito alejarlos.
  • 14. -¡No! –Intento gritar pero su voz salía débil de su cuerpo. -Micah… -Créeme Alec, Magnus vendrá por ti. -Micah… Son demasiados… -Te veré pronto. –Dijo y se levanto. Alec distinguió como se alejaba su amigo sin poder hacer nada, no paso mucho tiempo antes de que perdiera por completo el conocimiento. * * * * * Magnus y los chicos lograron encontrar la ubicación de Alec, utilizaron un portal, los Cazadores vestían ya su equipo de batalla, lo primero que pudo ser vislumbrado por ellos al atravesar el portal fue a Alec, tendido en el suelo, inconsciente y con claras heridas. Magnus de inmediato se inclino hacia él -¡Dios no! –Exclamo e inicio la minuciosa inspección del cuerpo de Alec, sus hermanos estaban a su alrededor, Jace trazo una Iratze en su costado. Miro como Magnus estaba haciendo lo mayor posible para curarlo, esto hizo que de alguna manera a Jace le entrara una sensación de alivio, tenía que controlarse ya que el fuego celestial podía salir y hacerle daño. -Tenemos que asegurar el área, -Dijo, deseaba quedarse a lado de su parabatai pero para propio bien de Alec necesitaba saber que el área era segura. Clary asintió hacia Jace, noto el dolor y la angustia. Simón tomo a Isabelle del brazo la cual estaba arrodillada a lado de Alec. Miraba fijamente como salían chispas azules de las manos de Magnus, sabía que tenía que ir con Jace y los demás así que busco el rostro del brujo. -¿Magnus?
  • 15. -Estará bien –Dijo firmemente sin despegar la atención de las heridas del chico. Era todo lo que necesito escuchar, se levanto y miro hacia Jace. -Busquemos al bastardo que hizo esto a nuestro hermano. Los Nephilim junto a Simón corrieron hacia los alrededores dejando al brujo curando a Alec. Magnus hizo correr una ola de magia por el cuerpo de Alec, esto lo hizo despertar como si hubiera recibido una sesión de electrochoques. Alec respiro fuerte y profundo, se levanto precipitadamente hasta casi sentarse, Magnus lo sujeto, buscaba con desesperación sus ojos, necesitaba la seguridad de verlos brillantes e intensos como siempre. -Tranquilo, tranquilo, -Decía el brujo a Alec, -Todo está bien, Alexander, mírame por favor. Alec miraba en todas direcciones, sumamente confundido, no recordaba con claridad lo que había pasado. Magnus sujeto el rostro de Alec, fue como verlo por primera vez, el alivio de verlo despierto lo inundo. -Viniste –Dijo Alec aun notablemente confuso mirando incrédulo a los ojos dorado verdoso de Magnus. -Claro que vine, Alexander… Magnus no pudo mas, había pensado en la posibilidad de Alec lastimado, era una guerra lo que se vivía después de todo, pero el pensar que había muerto, aunque haya sido por tan solo unos segundos antes de que Jace mostrara su runa parabatai, y el ahora ver sus hermosos ojos y sentir la piel suave de su rostro nuevamente entre sus manos lo sobrepaso, Magnus se inclino hacia él, necesitaba besarlo, besarlo con desesperación y no le importaría nada, todo lo que
  • 16. quería era a Alec, a unos centímetros de sus anhelados labios, este hablo. -Micah –Dijo Alec. -¿Qué? –Magnus retrocedió. -Micah se fue –Inesperadamente se altero –Magnus, tenemos que encontrarlo. Alec se desenredo del agarre de Magnus y corrió hacia donde sabia se había dirigido su amigo. Magnus se resigno a seguirlo de cerca. Alec corría lo más rápido que le era posible, sus heridas estaban cerradas pero aun no en su totalidad sanadas, cada paso le provocaba una oleada de dolor, pero tenía que encontrar a Micah, necesitaba saber que estaba bien, escucharon entre los arboles lo que parecía una batalla, al llegar al lugar, miro como Jace, Isabelle y Simón luchaban contra un significativo número de Cazadores Oscuros, miro mas allá de ellos y noto a Clary inclinada hacia alguien que yacía en el suelo, presumiblemente trazando runas de curación. -Micah –Dijo Alec y corrió hacia ellos atravesando entre los combatientes. Magnus corrió con él pero se detuvo en seco al mirar en el suelo el pentagrama, no tenía mucho sentido que estuviera algo como eso en ese lugar pero no había tiempo de hacer preguntas, siguió su camino al lado de Alec. Clary levanto su mirada hacia Alec el cual estaba ahí parado mirando con horror el estado de su amigo, Magnus paso a un lado de él y comenzó con el propósito de curarlo. -Las runas no funcionan -Dijo Clary sumamente decaída mirando a Magnus. -¿Podrás ayudarlo?
  • 17. -Lo intentare –Dijo Magnus –Ayuda a tus amigos Clary, te necesitan. Clary se levanto y se unió a la batalla al lado de Jace, Alec despertó de su aturdimiento y se arrodillo a lado de Micah mientras Magnus lo cubría con su magia. Pasaron unos interminables minutos antes de que Micah diera señales de vida, Alec se miraba como si por fin hubiera comenzado a respirar, Magnus lo noto. -Hare lo que pueda –Dijo tristemente mirando hacia Alec, tenía que explicarle que Micah estaba demasiado herido, que había la muy amplia posibilidad de que no lograra sobrevivir. –Alexander… Magnus fue interrumpido por el grito de Simón llamando a Isabelle, esto alarmo a Alec, ambos miraron y notaron a la Cazadora luchando contra un fornido Oscuro que la tenia contra un árbol intentando cortar el aire de su garganta. Alec no dudo, tomo la espada que estaba cerca de ellos y corrió hacia su hermana. Magnus siguió con la sanación de Micah, después de unos minutos hizo pasar a través de su cuerpo energía para reanimarlo como lo había hecho con Alec pero a diferencia de este, Micah apenas logro abrir los ojos, -Lo quiere –Dijo mirando a Magnus. –El lunático quiere a Alec. Magnus pensó que de alguna forma Micah estaba delirando, lo que decía no tenía sentido. ¿Por qué Sebastian se interesaría particularmente por Alec? En ese momento Alec regreso a su lado. -¿Isabelle? –Pregunto Magnus. -Los están controlando –Dijo Alec sin mirarlo, Magnus noto que tenia una de sus manos sobre su costado, una de sus heridas se había abierto. –Alec… -Dijo el brujo angustiado. -Por favor, -Lo interrumpió –Ayúdalo, no te preocupes por mí.
  • 18. Magnus siguió con la casi imposible tarea, Micah miro a Alec y sonrió débilmente. -Te lo dije. –Dijo a su amigo. Alec se inclino más hacia él para lograr escucharlo. –No hables, ahorra energía, te pondrás bien. -Tal vez, nadie te lo ha dicho… pero… eres un pésimo mentiroso… -Te pondrás bien –Repitió Alec y miro hacia Magnus, concentrado en las múltiples heridas de Micah. Alec sintió la mano de Micah en su rostro para girarlo hacia él. -Deja de ver mis heridas… -Dijo –Mírame, necesito… decirte algo. -¿Y no podrías esperar a estar mejor? Micah sabía que eso no iba a pasar. -¿Recuerdas… lo que hablamos en el Lago Lyn? Alec puso su mano bajo la cabeza de Micah para sostenerla -¿La historia del caracol? –Alec sabía que no era a eso a lo que se refería, pero siempre había hecho bromas en los peores momentos, los nervios simplemente lo traicionaban, lo odiaba pero no podía evitarlo. Micah asentó una sonrisa en su rostro –Eres todo un caso… Lightwood… pero… me refería a lo que… me preguntaste. -Lo recuerdo –Dijo Alec, le era imposible no mirar esporádicamente hacia las manos de Magnus encargándose de las heridas que no disminuían –Pero, no entiendo, ¿Qué pasa con eso? -Te mentí.
  • 19. Magnus noto que Alec se sorprendió mucho con lo que le dijo Micah, no tenía alguna idea de en lo que se estaban refiriendo pero sin duda había causado impacto en ambos. Micah miro la sorpresa en Alec. -Lo siento –Dijo –Esto debe ser lo ultimo… que querías escuchar… yo… Alec se altero y sujeto el rostro de su amigo –No, Micah, yo lo siento, fue mi actitud la que te hizo mentir, si no hubiera actuado tan egoísta, tu… -Nada hubiera cambiado… Micah tosió agónicamente, haciendo surgir sangre de su boca. Alec se altero aun más, levanto al chico y lo sujeto fuertemente entre sus brazos. -Deja de hablar, te pondrás bien. –Dijo cerca de su oído. Magnus miraba a ambos en silencio, Alec aun no se percataba de que había dejado de intentar curarlo, había hecho lo posible, pero por desgracia no había sido suficiente. La batalla a su alrededor había terminado, sus hermanos lo observaban cautelosos a unos metros. Esperando lo peor. -Oye Alec –Dijo Micah haciendo caso omiso a la recomendación de su amigo. –Recuerda… No te rindas con el idiota. –Dijo muy débilmente, no había forma de que Magnus lo escuchara. -Ya basta, deja de hablar. –Exigió Alec. Micah respiro profundo o lo intento. -Bueno, es un poco irónico, ¿No es así?
  • 20. -¿A qué te refieres? -Todo el esfuerzo para convencerte de que no estoy enamorado de ti, y aquí estoy, muriendo en tus brazos. -Te pondrás bien –Repitió Alec, Era algo que dudaba, pero también, lo que más deseaba en ese momento. Micah coloco su mano débilmente sobre el cabello de Alec. -Le hablare a mi hermano de ti. –Dijo. Y Magnus noto que sonreía. Alec se aferro aun mas a él, después de unos segundos sintió como su mano bajaba y caía sin vida a su costado. Nunca más volvería a sentir la mano de Micah jugando con su cabello. * * * * * No recuerdo la última vez que escribí en mi diario, no había sentido la necesidad de hacerlo, había pasado las últimas semanas pensando en un amor no correspondido, pero ahora, solo puedo pensar en ti. Pienso en lo mucho que quiero explicarte lo que significaste en mi vida, la manera en que poco a poco te acercaste a mí, tan natural, me enseñaste que no hace falta ser un parabatai o tener la misma sangre de alguien para ser un verdadero amigo. Me mostraste que era capaz de acercarme a una persona, por querer hacerlo, y no por circunstancias no controlables. Gracias por haberme enseñado, por haberme protegido, por haberme amado como lo hiciste. Gracias por haber llegado a mi vida y por quedarte para siempre. AVE ATQUE VALE Cazador de Sombras.
  • 21. AVE ATQUE VALE Querido Micah. * * * * * El funeral de Micah fue uno de los más concurridos a los que alguna vez haya asistido Alec, había personas de todas las edades pero sobre todo de chicos que incluso habían viajado de otros institutos para estar presentes, de cierta forma no le extraño, Micah siempre había sido del tipo amistoso y ahora podía confirmar el poder que tenia sobre las personas, el poder que ahora era consiente incluso llego a tener sobre él. Se llevo a cabo la cremación con un respeto inquebrantable, La cónsul hablo de lo respetable que siempre fue su familia y de la terrible perdida al ser tan joven, su tío hablo de su infancia, de la tragedia de su familia y como lo había tomado como un verdadero héroe. Nada de lo que se dijo le sorprendió, todo lo dicho era obvio, incluso se molesto, ya que solo decían cosas triviales propias de los funerales, se resigno a seguir escuchando sin notar la esencia de Micah en las palabras. Una vez que la ceremonia termino la gente se disperso, excepto un grupo de jóvenes que se quedaron, Alec se aparto de su propio grupo y se acerco a ellos, sentía curiosidad de saber lo que hablaban, todos ellos se estaban turnando para contar una anécdota de Micah, como lo conocieron, como coqueteaba con literalmente cualquiera, haya sido hombre o mujer, como intento jugar una broma en el instituto de Londres y termino con una bolsa llena de Pixis en su ropero por más de una semana, esto último le saco a Alec una inevitable sonrisa, incluso Aline contribuyo a la conversación contando como él y Oscar había hecho una apuesta para ver con quien saldría primero una chica del instituto de España. La chica en cuestión se puso de pie y sonriendo melancólicamente dijo: Micah gano. A lo que todos sonrieron, Alec se quedo con ellos hasta muy tarde, escuchando la esencia de Micah en cada palabra. * * * * *
  • 22. Alec se encontraba en su habitación, había pasado un día desde el funeral de su amigo. Se encontraba aun en una especie de aturdimiento por la pérdida de Micah, por su confesión al morir y sobre todo por la culpa, Micah realmente nunca le había insinuado nada al respecto, Alec se castigaba él mismo pensando en la manera en que le había hablado de lo mucho que amaba a Magnus, mientras él escuchaba sin protestar, Alec sabía perfectamente lo que era sufrir por amor, lo mataba pensar que Micah sufrió lo mismo por su causa. Llevo sus manos al rostro, se había vuelto insoportable pensar en aquello. En ese momento se abrió la puerta de su habitación y su hermana entro lentamente. -Hola –Dijo dulcemente. Alec asintió hacia ella. -¿Te sientes un poco más tranquilo? –Pregunto. -Supongo –Dijo Alec, Isabelle sintió como su corazón se destrozaba, lo odiaba, odiaba ver a su hermano tan vulnerable. -Alec –Comenzó Isabelle, intentando buscar las palabras. –Hum. Te buscan abajo. -Bien, dile a Aline y Helen que pasen. –Alec sabía que Oscar seguía en el hospital, ni siquiera había podido adquirir permiso para asistir al funeral de su amigo. Isabelle se encogió de hombros –Lo que pasa es que no son ellas quienes te buscan. -¿Quién entonces? –Pregunto sincero, no podía pensar en alguien más. -Magnus –Dijo. Isabelle noto incluso el cambio en la respiración de Alec, el cual aparto la mirada, ahora la fijaba al suelo.
  • 23. -¿Le dijiste que estoy aquí? -No –Explico su hermana –Jace atendió la puerta, yo escuche cuando preguntaba por ti y vine a avisarte. -Entonces –Dijo Alec, su voz se escuchaba áspera, pensó Isabelle. -Por favor dile que no estoy. Isabelle abrió mucho los ojos -¿Bromeas? Alec volteo hacia su hermana y sin decir palabra esta entendió que no bromeaba en lo absoluto. Pero no entendía el por qué de su comportamiento, pero tampoco lo cuestionaría, no era ella la que acababa de perder a uno de sus mejores amigos. -Bien –Dijo Isabelle tristemente –Le diré a Magnus que no estás. Su hermana dio la vuelta para salir de la habitación y entregar el mensaje, camino despacio esperanzada a que quizás cambiara de opinión, llego a la puerta y Alec no lo hizo. CONTINUARA. . . MayGraciela♥