El documento discute los desafíos que enfrentan los diseñadores gráficos en la era de la globalización. Señala que debido a la influencia estadounidense, a menudo se adoptan estilos de diseño y tendencias de ese país. Sin embargo, también argumenta que los diseñadores no deben imitar todo lo extranjero y deben conservar elementos de su propia cultura. Además, sostiene que se debe encontrar un equilibrio entre seguir tendencias globales y mantener la identidad local.