HOMILÍA DEL DOMINGO 2º DE NAVIDAD. DIA 3 DE ENERO DEL 2016
SESIÓN CUARTA DE RELAJACIÓN-MEDITACIÓN. ORAR CON LAS MANOS
1. ORACION CON LAS MANOS
(En las pausas, poner música suave)
- Adopta la postura que te va a permitir este rato de meditación.
Sepárate de los quehaceres habituales y entra en contacto contigo
mismo y desde la realidad profunda de Dios en
tu vida.
- Espalda recta..., los hombros y los brazos relajados...,pesados...
- El rostro expresando sosiego..., calma..., paz...
- No tengas prisas... Vive el contacto con tu cuerpo, contigo
mismo. Vívelo en presencia del Señor, tratando de ser verdad,
tratando de respirar tu silencio, tu paz...
- Pregúntate si hay algo que interfiera tu estar bien ahora...
y obsérvalo.
- Si has observado algo que interfiere tu estar bien ahora,
distáncialo levemente del núcleo de tu persona y déjalo ahí,
ya lo atenderás mas tarde. Ahora respira. Eres consciente de
ti... Ve, poco a poco, aflojando tus tensiones.
- Si todavía te llega alguna otra distorsión, se consciente
de ella... obsérvala desde la inmovilidad de tu cuerpo, desde
la calma y la paz de tu mente...
(Pausa silenciosa: 1/2 minuto)
- Si todavía observas alguna tensión en tu cuerpo, date cuenta
de ella e invítala suavemente a aflojarse, soltarse, relajarse.
(Pausa silenciosa: 1/2 minuto)
- Vamos a hacer una oración con las manos. El gesto de nuestras
manos va a ser el lenguaje ante el Señor.
- Tus gestos significativos nos van a permitir explorar nuestra
necesidad (somos un haz de necesidades). Nuestra identificación:
quienes somos..., quien soy yo... Y nuestra capacidad
de ofrecimiento, de don gratuito...
- Para ello, muy relajadamente, vamos a dejar que nuestras manos se
abran sobre nuestros muslos. Sobre nuestras rodillas,
expresando silenciosamente petición, necesidad. Como sentados
en el camino de la vida, expresemos nuestra necesidad de los
otros, necesidad del otro...
- Deja que tus manos tomen conciencia de su postura, abiertas,
vacías, aptas para recibir, expresando silenciosamente tantas
cosas como necesitan. Captando tantas cosas como reciben, constatando
tantas cosas de las cuales carecen...
- Deja que tus manos se abran ahora ante Dios, prolongando tu
2. deseo, expresando tu actitud de humilde y sencilla petición.
- EL no necesita las palabras de tu boca ... Lee en tus manos
tu necesidad..., tu deseo...
(Pausa silenciosa: 1/2 minuto)
- Experiméntate a ti mismo durante unos instantes:
PIDE... DESEA... NECESITA...
(Pausa silenciosa: 1/2 Minuto)
- Deja que tus manos se cierren. Junta la una con la otra,
constatando que tienes tu vida EN TUS MANOS: Que eres artífice
de tu identificación, que hay algo que palpita ahí, y ese algo
eres tu...
- Se consciente de ti mismo, de tus posibilidades, de tu realidad...
- Tus manos cerradas, están responsabilizándose de todo lo que eres
tú.
- Están afirmándose como llenas de una vida que palpita en ellas,
que tiene un nombre, una historia, un perfil.
- Siéntete en contacto contigo mismo...
- Poco a poco, cuando hayas captado tu verdad, tu autenticidad,
deja que tus manos se eleven, ofreciéndose. Que lleguen hasta
la altura de tus hombros, abiertas, con las palmas hacia arriba,
dándose, dándote..., sabiendo que solo posees lo que das.
Sabiéndote capaz de entregarte a Dios para cada uno de los
hombres que aparecen en tu historia.
- Siente tus manos abiertas, diciéndose generosamente en su
ofertorio, dándose en su actitud. Yendo más allá de ellas mismas.
- Siempre en contacto con tus sentimientos, con tus imágenes y
con tu cuerpo, CON TUS MANOS REPITE ESTOS TRES GESTOS:
NECESIDAD... IDENTIFICACION... OFRECIMIENTO.
- Repítelo cuantas veces quieras en presencia del Señor...
(Música suave: de 1 a 5 minutos)