Las revoluciones de 1851 y 1859 en Chile se produjeron debido a la presión sobre las tierras mapuches por la venta de tierras a colonos chilenos y la expansión agrícola. Liderados por Manguin Huenu, los mapuches se unieron a los revolucionarios de Concepción en 1851 y 1859 para formar alianzas y atacar los asentamientos chilenos al sur del río Bío Bío. El gobierno chileno puso fin a las revueltas en 1859 con un plan para ocupar paulatinamente el territorio mapuche.