Un niño impedido siempre soñó con jugar béisbol, aunque sabía que era poco probable debido a su discapacidad. Un día, fue llevado a un juego y los jugadores le regalaron entradas, lo que hizo que fuera el mejor día de su vida. Más adelante, el equipo ganó el campeonato y se lo dedicaron a él, haciéndolo sentir muy feliz. Aunque no pudo cumplir su sueño de jugar, pudo ver muchos juegos de su equipo favorito.