Más contenido relacionado Más de Mª del Consuelo García Cuesta (20) Adaptacion del cuento1.
ADAPATACION DEL CUENTO “ALICIA EN EL PAÍS DE LOS NÚMEROS”
Una niña llamada Alicia estaba sentada en el parque haciendo sus deberes de matemáticas,
cuando de repente como no le salió un problema dijo “las matemáticas no sirven para nada”.
Entonces apareció un curioso hombre que le dijo que eso no era así, que las matemáticas
están en todos los lugares y en todas las cosas que hacemos aunque no las veamos y se lo
quiso demostrar. Le invitó a que la siguiera pero antes se presentaron:
‐hola me llamo Lewis y te voy a demostrar que las matemáticas son maravillosas
‐yo soy Alicia y estoy segura que las matemáticas sólo sirven para aburrirnos no sirven para
nada.
Sígueme le dijo Lewis y se metieron por el tronco del árbol que estaba detrás de donde Alicia
hacia sus deberes, pasaron un túnel, al final del túnel había una puerta, Lewis dijo para que se
habrá hay que darle 3 golpes seguidos con el puño e invito a Alicia a hacerlo.
‐toc,toc, toc hizo Alicia.
Viste sabes contar, si no supieras contar hasta tres no podrías abrir la puerta. Sí¿ y qué? Dijo la
niña, eso no son matemáticas, Lewis le explicó que contar hasta tres y dar tres golpes era
saber que 1+1+1 son 3, los 3 golpes que había dado.
Alicia no muy convencida pasó la puerta, después de andar un buen rato se encontraron con 3
cartas, una azul, una roja y una verde. Las tres cartas le pidieron ayuda, tenía que ponerse en
el orden que le había dicho la Reina de Colores y no sabían cómo se hacía. 1º tenía que
sentarse el rojo, luego el verde y de último el azul, pero aún no había aprendido los conceptos
de primero y último y no sabía hacerlo. Entonces Alicia cogió al rojo luego al verde y más tarde
al azul y les explico que esa era la posición.
‐ni que fuera tan difícil pensó.
Lewis le explicó que para ella no era difícil por sabia matemáticas, sabía los números y además
hacer series que es lo que acababa de hacer con las cartas.
Más tarde apareció la Reina de los Colores con más cartas y le dijo:
‐Muy bien, ahora quiero que os coloquéis de la siguiente manera: 2 del mismo color, uno
distinto, etc.
2. La Reina venía acompañada de 1 carta roja, una azul y una amarilla.
Lewis invito a Alicia a ayudarlos para que cuando volviera la Reina de Colores no se disgustara,
bien ¿crees que podrás hacerlo? Alicia les contó a las cartas que eso mismo lo hacía en el cole
con los plastidecor, hacia series de colores e hizo lo mismo con ellos: colocó a los 2 rojos, 1
verde, los 2 azules y por último 1 amarillo cumpliendo así lo que mandara la Reina de Colores.
Al rato apareció la Reina y muy contenta los felicitó, en ese preciso momento pasaba corriendo
el Conejo Blanco que llegaba tarde y sin detenerse saludó.
Alicia cogió a Lewis de la mano y corrió a toda velocidad tras el conejo, se metieron por un
agujero que daba a un laberinto pero una vez allí perdieron de vista al Conejo por lo que
tuvieron que continuar solos. Otra vez tenían que elegir el número 1 o el 2 para ir por una de
las puertas, abrieron la 1 y siguieron su camino, cada vez que llegaban a un cruce se
encontraban una figura geométrica que tenía que nombrar en voz alta para que se abriera la
puerta.
La primera figura fue un circulo, la segunda un triángulo, la tercera un cuadrado, la cuarta un
rectángulo, hasta aquí todo bien pero la quinta ya no fue tan fácil, estaban delante de 2
triángulos uno boca arriba y otro boca abajo y sin juntar por el medio, Alicia no se acordaba de
su nombre y Lewis no podía ayudarla. Lewis le dijo acuérdate‐ tiene forma de cometa ¿como
era su nombre? Rombo dijo la niña. Viste cuantas matemáticas sabes, esto también pertenece
a ellas. Avanzaron por alguna que otra figura hasta llegar a una que Alicia nunca viera antes.
Lewis le explicó que había figuras que su nombre venía de su número de lados, por ejemplo
como ya había dicho antes la niña el hexágono tenía 6 lados.
‐cuenta sus lados
‐son 7 lados, hectágono!! Y si tiene ocho octágono!!
‐muy bien, ya te sabes las figuras más conocidas.
Al decir octágono se abrió una puerta donde estaba la Minovaca.
‐hola como podemos salir de aquí.
‐ja, ja , ja no podeis continuar vuestro camino hasta que me resuelvas unos problemas, esto es
el País de los Números.
3. Y la Minovaca le contó, tengo una problema me han regalado mis amigos 3 botes azules, y mis
abuelos 5 botes amarillos además yo ya tenía 3 iguales entonces no sé cuantos tengo ahora.
Es muy fácil dijo Alicia, los podemos poner todos en la mesa y los contamos.
‐ja, ja , ja así también se contarlos yo pero es que no tengo todos aquí.
Bueno lo podemos hacer con piedras pensó Alicia, cogemos 3 piedras y las juntamos, cogemos
5 distintas y las ponemos en otro montón, y por último, cogemos otras 3, y las contamos
todas, 3+5 son 8, 8+3 son 11. Esa es la solución tienes 11 botes.
‐¿podemos pasar ya? Dijo Alicia.
La Minovaca les dejo pasar y les recordó que tendrían que solucionar más problemas en el país
de las matemáticas.
Al cabo de un rato, la niña se dio cuenta de que el suelo del laberinto ya no era igual, estaba
cubierto de algo, era trigo, debían de estar cerca de la salida. Después de andar varios minutos
por el trigo se encontraron a un viejo anciano llamado Shirham, este le contó que todo el trigo
lo debía por una deuda, ya que hacía años, sin pensarlo bien, se comprometiera a fabricar
tanto trigo como números existen, sin darse cuenta que los números son infinitos y que nunca
podría llegar al último.
Alicia estaba un poco cansada y quería seguir su camino pero para pasar todo el trigo
necesitaban la alfombra mágica de Shirham, este prometió dejárselo si le ayudaba a juntar
cada animal con en su hábitat.
‐son los llamados conjuntos, cada animal de la primera columna tiene su hábitat en la segunda
columna y esta puede tener varios animales, inténtalo le dijo Lewis.
Tenía varios animales, león, cerdo, perro, tigre, gato, gallina, oveja y estos animales ponerlos
en el lugar que les correspondía o la selva, o la granja o como animales de compañía en casa.
Alicia cogió un bolígrafo y unió , león y tigre con la selva, cerdo, gallina y oveja con la granja y
perro y gato con la casa.
‐muy bien, os dejaré mi alfombra mágica. Buen viaje.
Poco más tarde se encontraron con otros dos habitantes del País de los Números, el Sombrero
Loco y la Liebre de Marzo, estaban tomando el té y un poco de tarta, Alicia que estaba cansada
y tenía hambre tomó asiento.
4. ‐Quieres mucho té o poco le dijo la libre
‐ un poco, por la mitad del vaso y también quiero un trozo de tarta
‐el trozo de tarta depende de en cuantos la cortemos para que sea más grande o más
pequeño, si la cortamos en muchos trozos, los trozos serán más pequeños pero si la cortamos
en poco serán más grandes. ¿como la corto?
‐somos 4 dijo Alicia, si cortas cada mitad en 4 trozos da 8 trozos 2 para cada uno, o también
puedes cortarla en 4 trozos enormes y cada uno tendremos nuestro gran trozo de tarta.
Como la Liebre no lo tenia muy claro Alicia pidió su cuaderno a Lewis y le hizo dos dibujos
según las posibilidades que le había explicado.
Lewis se quedó asombrado, ya que Alicia sabía muchas más matemáticas de lo que ella
pensaba, sabía contar, sabía las formas geométricas, hacer series de colores, sabía hacer
conjuntos de animales y además varias maneras de dividir una tarta para que comieran 4
personas.
Mucho tiempo después Alicia se metió por una oscura escalera y fue a dar a una sala donde
había un señor con barba blanca.
‐¿qué haces pregunto Alicia?
El señor le explico que tenía que hacer pulseras con pasta de distintos colores, alternando los
colores uno sí y uno no, además al terminar tenía que guardar las pulseras en paquetitos, 5 en
cada paquete y en total tenía que hacer 50,el pobre señor estaba agobiadísimo por lo que
Alicia se puso a ayudarle. Primero siguió la serie de colores cuando hay 5 en un montoncito los
metía en el paquetito.
El problema del señor era que no sabía cuantos paquetitos tenía que hacer, pero sabía que
tenía que hacer 50 pulseras por lo que Alicia le contó que eran 10 paquetes de 5.
‐muchas gracias niña, sin ti no lo haría bien.
Al terminar el recado el matemago enseñó a Alicia trucos, adivinanzas y cosas gracias de los
números.
‐¿qué es un pato y un silla?, un 24. Alicia no podía pasar de reírse.