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Construcción artesanal
de
cañas de bambú para la pesca a mosca
Wayne Cattanach
Copyrigth © 2000 by Wayne Cattanach
Ilustraciones © Wayne Cattanach
Impreso en España, salvo que alguien lo lleve al extranjero.
En ese caso procédase de la forma acostumbrada
Encontrarlo en librerías de momento y
desgraciadamente nos es imposible garantizarlo
Traducción de nuestro amigo deLARIOJA
Versión particular basada en el libro original aportado porEL DEL TORNO GUAY
Maquetación y montaje realizados por un servidor,AL para los amigos
Las correcciones fueron efectuadas por algunos entusiastas anónimos
Primera revisión efectuada porEL DEL PIORNO (Seguro que algo se les escapó)
Si encuentras citas que no casen bien, de veras que lo sentimos
Esta versión es gratuita, no permitas que nadie te engañe
CONTENIDOS
Prólogo.................................................................vii
Agradecimientos..................................................ix
Introducción.........................................................xi
Vocabulariobásico.............................................xiii
1 Orígenes.................................................................1
2 Pasospreliminares................................................9
3 Trabajo con los cepillos.....................................23
4 Corteycepillado.................................................37
5 Moldeprimario....................................................47
6 El proceso de atado............................................57
7 Creación de los ángulos.....................................71
8 Pegado de la caña...............................................95
9 Lasvirolas..........................................................105
10 Empuñadura y anillas.......................................123
11 El proceso de acabado.....................................137
12 Portacarretes y tubos.......................................149
13 Reparación de cañas........................................159
14 Detalles de acabado.........................................167
Apéndices
A Chequeo paso a paso......................................169
B Chequeo de herramientas...............................173
C Tapers................................................................175
D El diseño de colores.........................................191
E Relacionessociales..........................................193
F Proveedores.............................. ........................195
G El carácter de la caña de mosca......................199
PROLOGO
En los años que han pasado desde que
apareció la primera edición de este libro, el arte
delaelaboracióndecañasdebambúhaproducido
una subcultura social. Muchos de nosotros
sentimosquelosartesanosestabanancladosauna
moda.Laconexiónactualconotrosconstructores
es tan fácil como usar el correo electrónico en la
superautopistadelainformación,olaconversación
cara a cara en uno de los muchos congresos
organizados o inorganizados que se celebran a lo
largo del año ( ver apéndice E).
El resultado de estos contactos es una
crecienteindustriacaseradeartesanosaficionados,
o individuos que rompen momentáneamente con
los sinsabores de sus días de trabajo dedicándose
a trabajar el bambú. Algunas de las mejores cañas
de bambú jamás hechas son construidas hoy en
día por estas dedicadas personas. Y debido a su
continuointerés porelavanceenlaconstrucción,
notieneninconvenienteencompartirlosmétodos
y técnicas que han ido aprendiendo a lo largo del
tiempo.
Pero detrás de la habilidad de cada
constructor también descubrirás personalidades
únicasyvariadas.Estabuenagentehaceelmundo
más agradable, y yo me siento afortunado de
conoceramuchosdeellos.Hecompartidoalgunos
momentosconellosenlosclubs,asícomoenalgún
que otro río truchero. Una rara mezcla de bambú,
truchas, un café, una cerveza, es la base de la
formación de una verdadera amistad.
De una forma personal, parece que puedes
distinguirunosciertossignosdelpasodeltiempo,
pero no puedes hacerlo con otros. Yo siempre he
compartidolasaventurasdepescaconmifamilia.
Alolargodelosaños,MattyLyndihanaprendido
el arte de la construcción de cañas. ( Y, sí, hay
una caña dorada, e incluso un carrete dorado o
dos; ver apéndice D ).
Juntos hemos compartido momentos
especiales en el taller de trabajo así como en los
mágicosríos,enlomásprofundodelbosque.Pero
haceunosañosMattsefuelejos,alauniversidad.
Ahora es el momento de Lyndi, a la que estoy
enseñando una nueva aventura de la educación.
El taller será un lugar diferente.
AGRADECIMIENTOS
Es un desafío construir una caña de bambú,
pero es más desafío aún escribir un libro. Aunque
he dado muchas conferencias sobre el tema, la
transformación de la palabra al texto escrito ha
sido una experiencia difícil. Afortunadamente,
varios amigos me han ayudado y alentado a lo
largo del camino. Una persona en particular ha
hecho posible este libro: Carlos Santos.
Conocí a Carlos a través de nuestro mutuo
interés en la construcción de cañas. El soñaba con
hacer su propia caña de bambú, pero estaba
peleándose con las circunstancias y buscando
consejo. A través de nuestras conversaciones
descubrimos que teníamos muchos intereses
comunes, y a lo largo de los años hemos hecho un
gran lazo de amistad. Aunque no nos conocimos
en persona hasta hace un año, considero a Carlos
como un viejo amigo.
Otras personas que me han dado una
importante asistencia y consejo para completar
este proyecto han sido Ron Barch, Glen
Blackwood,BobHoeskstrayJoeLoverti.Yestoy
en deuda con Nick y Tony Lyons, Don Sedgwick
yJayMcCullough,deLyonsPress,porsusánimos
y asistencia editorial.
Finalmente, debo dar las gracias a mi esposa,
“Ben”, y a nuestros hijos Matt y Lyndi, por su
paciencia, comprensión y ayuda.
INTRODUCCIÓN
Una definición simple de la función de una
cañademosca,esquetienequetransmitirlaener-
gía que aplica el pescador, hasta la línea de pesca.
La línea, a su vez, tiene que extenderse en toda su
longitud,yportantollevarconellalamoscaelegi-
da. Necesito reseñar encarecidamente que una
caña de mosca debe estar hecha con materiales
fuertes y a la vez flexibles. Debe ser capaz de so-
portar las fuerzas que se necesitan para efectuar
ellance,sinsufrirningúndaño.Finalmente,lacaña
ideal debe tener unas características apropiadas a
cada pescador.
Por supuesto, cada uno de nosotros tene-
mos nuestro estilo de pesca. Un tipo particular de
trucha o salmón, por ejemplo, atrae nuestra aten-
ción. O puede ser que sientas pasión por un pe-
queño y limpio arroyo de montaña, que requiera
cañas ligeras y una delicada presentación. Como
resultado, hay muchos factores que influyen en la
concepcióndenuestracañaideal,algunosdeellos
reales, y otros imaginarios. Y estas características
de la caña perfecta son tan variadas como los in-
dividuos que las van a usar.
Comoconstructordecañas,tengomispro-
pias preferencias en la fabricación, y podrás ver-
las desarrolladas en las páginas de este manual de
construcción. Pero también quiero compartir lo
que he aprendido por mi propia experiencia a lo
largo de los años, y lo aprendido de mis compa-
ñeros constructores de cañas. Espero poder ayu-
dar a otros artesanos a encontrar nuevos caminos
para aprovechar viejos métodos, y a descubrir
nuevas técnicas y diseños en su búsqueda de la
caña perfecta.
Antes de comenzar, permitidme ofrecer el
principiodemuchassugerenciasdecómoorgani-
zar vuestros proyectos de construcción. He in-
cluido en el apéndice A una detallada lista de los
pasos necesarios en la fabricación de una caña de
bambú. Es posible que quieras fotocopiar estas
páginas y colgarlas en la pared o en un tablón de
anuncios en tu zona de trabajo. Esta lista te ayu-
dará a estar organizado e incluso a ahorrar algo
de tiempo.
La lista de herramientas del apéndice B es
igualmenteimportante.Puedeservircomolistade
la compra antes de comenzar a trabajar, y como
un manual de referencia para elaborar tus méto-
dos de trabajo. De nuevo, puedes colocar una
copia en el lugar conveniente. Detalles de fabri-
cantes de estas herramientas, así como de su pre-
paraciónymantenimientoestánincluidoseneltex-
to.
Lassiguientespáginasteayudaránadefinir
la anatomía básica de una caña y sus partes. Tó-
mateunmomentoparaleeryasimilarestostérmi-
nos. Una vez que entiendas la nomenclatura de
las partes y los procesos, encontrarás que las ins-
trucciones son relativamente fáciles de seguir.
Finalmente, espero que esta edición revi-
sada de mi libro te proporcione horas de placer
en tus exploraciones en el arte de la construcción
de cañas. Es un mapa de carreteras detallado para
conseguir el fin deseado: tu propia caña de bam-
bú.
VOCABULARIO BASICO
La Caña ( 7´6´´, 2/2, #4, acción rápida)
Longitud: La longitud total de la caña una vez
ensamblada. En los Estados Unidos, la longitud
se da en pies y pulgadas.
Tramos: Se refiere al número de secciones que
se necesitan ensamblar para conseguir la longitud
total.Estenúmeroaparecedespuésdelalongitud,
a la izquierda de la barra.
Secciones: Uno de los tramos o partes de la caña.
Puede ser descrito como sección inferior, sección
media, o sección superior.
Puntales: Tradicionalmente, las cañas de bambú
se fabrican con dos puntales. Ocasionalmente,
cadaunodeestospuntalessehaceparadiferentes
usos (uno para WF o moscas ahogadas, y el otro
para DF o moscas secas). El número de puntales
siguealaindicacióndelnúmerodesecciones,ala
derecha de la barra.
Nº de línea: El número de línea para el que la
caña fue pensada va precedido del signo “#”. En
la actualidad se usa el método de la AFTMA,
representado por un número. Anteriormente, el
peso de la línea era indicado por una palabra
multiletra, en la que cada letra representaba un
diámetro específico de parte de la línea (HDH,
por ejemplo).
Acción: Una palabra o palabras usadas para
describir subjetivamente el carácter de una caña y
la manera en la que lanza. Ejemplos son: rápida,
media,lenta,ninfera,parabólicaysemiparabólica.
Listones: Una subsección de la caña, de forma
triangular. Seis listones (triangulares) se pegan
juntos para obtener una sección hexagonal.
Bambú: También conocido como Arundinaria
amabilis, “the lovely reed”, o por el nombre
tradicional “Tonkin”. La palabra “Tonkin” fue
usada por primera vez por “The Montague Rod
Company”, que fue la primera en usar este tipo
de bambú en 1898.
Mango o empuñadura: Hecha de anillos de
corcho, la empuñadura normalmente varía en
longituddeacuerdoalusoalquesevayaadestinar
la caña. Se puede hacer de una de las muchas
formas tradicionales (cigarro, halfwells, u otras),
o de una forma personalizada.
Anillos de corcho:Llamados monedas debido a
su forma, se pueden encontrar en ¼ y en ½
pulgada de grosor, y están clasificados según sus
poros o defectos. Flor, Superflor, Champagne, y
5 estrellas son algunas de las clasificaciones.
Algunos nombres se usan en la industria, y otros
son dados por los proveedores locales.
Portacarrete: La pieza que sujeta el carrete a la
caña. Puede ser de gran variedad de formas y
tamaños: dos anillos deslizantes, sujeción inferior
por anillo deslizante, sujeción inferior con rosca,
sujeción superior por anillo deslizante y sujeción
superior con rosca.
Sello del portacarrete: Añadido por el
constructor, se suele poner un sello para
personalizar la caña. Normalmente se graba un
nombre con la palabra “maker” detrás.
Virolas: Las partes macho y hembra usadas para
ensamblar la caña. Las cañas baratas suelen llevar
virolas de cobre niqueladas. Las mejores virolas
se hacen de níquel-plata al 18%.
Anilla de punta: Es la anilla de la punta de la
caña. Se construye con un tubo y un pequeño aro
soldadointeriormente.Eltubodebeserdeltamaño
adecuado para encajar en el final de la sección de
bambú.Estetamañonormalmentesedaensesenta
y cuatroavas partes de pulgada (por ejemplo: 5/
64).
Anillas serpentiformes: Anillas de acero fino,
conlaformaimaginariadeunaserpiente.Lasanillas
tradicionales americanas giran hacia la derecha,
mientras que las versiones inglesas lo hacen hacia
la izquierda. Las terminaciones pueden variar
desde pintadas (japonesas), hasta cromadas.
Anilla de salida: Esta es la primera anilla de la
caña comenzando desde la empuñadura. Está
construida con un aro interior montado sobre un
soportedeacero.Elarointeriorpuedeserdeágata
o de otro material resistente a la abrasión. Las
anillassintéticasactualesofrecenmenorresistencia
al lance, pero tienen detractores porque no van
mucho con el aspecto tradicional de las cañas de
bambú.
Anillado y “tipping”: El anillado de hilo se usa
para montar los diferentes elementos en la caña.
El término “tipping” se refiere a las vueltas
decorativas que se colocan en los anillados,
normalmente sólo unas pocas vueltas. Tomar
especial nota de los siguientes ejemplos:
Virola: El anillado refuerza la unión con la
caña.
Empuñadura: El anillado se coloca junto al
final de la empuñadura. Añade un elemento de
transición entre el corcho y el bambú.
Firma: este es el anillado que bordea la
información sobre la caña o la firma del
constructor. Se usa para acentuar o destacar lo
escrito sobre la caña.
Cliente: Similar al anillado de la firma, hace
destacar el nombre del cliente, si se pone.
Intermedios: Anillados adicionales a lo largo
de la caña y al lado de las virolas. Dan un toque
estético al terminado final de la caña.
Winding check: Un anillo de metal o goma
colocado como transición entre la empuñadura y
elbambú.Laopciónidealesqueseaexactamente
del mismo diámetro que la caña. A menudo se ve
como una parte de la caña que puede alargar la
vidadelamisma, evitandoeldeteriorodelmango.
Sujeta moscas:Unadecoraciónfuncionalque
normalmente se monta justo encima de la
empuñadura.Laformacomúnesunanillometálico
anillado a la caña por sus dos extremos. Sujeta la
mosca mientras no se lanza.
Inscripciones: Una caña construida a mano
puede incluir el nombre del cliente, así como la
información técnica (longitud, nº de línea, nº de
secciones, nº de puntales y acabado).
1
1
ORIGENES
El bambú de Tonkin
El cortado y atado de bambú para la
construcción de cañas de pesca comenzó en
China antes de Cristo. Sin embargo, la evolu-
ción de estas ancestrales cañas hasta las em-
pleadas hoy en día, ha sido un proceso lento.
En Inglaterra, una nación impregnada de
la historia de la pesca a mosca, los primeros
constructores de cañas experimentaron amplia-
mente con muchos de los materiales exóticos
que se podían obtener en las muchas colonias
de Imperio Británico. La lista incluía yari-yari,
greenheart, fresno y tilo americano. Cada es-
pecie gozó de un periodo de popularidad du-
rante el cual fueron consideradas como el ma-
terial correcto para la fabricación de cañas.
No fue hasta mediados del siglo XIX
cuando el bambú empezó a ser utilizado por
los artesanos ingleses y norteamericanos. Ini-
cialmente, sólo los puntales se hacían de bam-
bú, procedente de Calcuta. A finales de siglo
las cañas hechas totalmente de bambú de
Calcuta habían copado la industria.
El bambú Tonkin (llamado así por mu-
chos importadores), och´a kon chuk, o “tea stick
bambú” (como lo conocen los cultivadores), no
fue empleado para la construcción de cañas
hasta 1930. El profesor F.A. MClure, que viajó
a China en 1927 como experto en botánica a la
Universidad de Lignan, clasificó varias espe-
cies no conocidas de bambú en China. Entre
ellas estaba el bambú Tonkin, al que dio el nom-
bre científico de Arundinaria amabilis, o
“lovely reed”.
El A. Amabilis se cultiva en las colinas
que bordean el río Sui en los cantones colin-
dantes de Kwangsi y Kwantung. El área total
cultivada es tan solo de 20 ó 30 millas cuadra-
das. Es la única zona del mundo en la que esta
especie posee las características demandadas
por los constructores de cañas.
Cultivada en plantaciones (como los ár-
boles de Navidad en Norteamérica), las cañas
de bambú Tonkin pueden alcanzar alturas de
unos 40 pies (12,192 metros).
La zona ampliada muestra la región, a ambos
lados del río Sui, en la que crece el bambú
Tonkin de la mejor calidad.
2
Una vez recolectadas, las cañas
se cortan en varias piezas y se llevan
al río Sui para su limpieza y endere-
zado. Las cañas, llamadas “culms” por
los constructores de cañas, son en-
tonces clasificadas, atadas en paque-
tes y transportadas río abajo para su
posterior exportación a todo el mun-
do.
Las cañas con el mayor diáme-
tro se usan para la fabricación de ca-
ñas de pesca, así como para acceso-
rios. Las secciones inferiores se usan
a veces para hacer cañas de juguete
para niños. En Europa, estas seccio-
nes se usan para bastones de esquí y
trineo, aunque he oído de algunas
cañas de pesca hechas con este mate-
rial.
El bambú Tonkin que se expor-
tó a los Estados Unidos antes del em-
bargo Truman de 1950 tenía de 46 pulgadas a,
como mucho, 8 ó 9 pies de longitud. El embar-
go, iniciado y extendido por el comunismo im-
pidió la importación de bambú, y de otros mu-
chos objetos chinos, desde 1950 a 1970. Cuan-
do el comercio del bambú fue restaurado des-
pués de 1970, los “culms” se empezaron a cor-
tar a 12 pies (3,65 m) de longitud y a atar en
paquetes de 25 piezas. Recientemente se ha re-
ducido el número de piezas por paquete de 25
a 20. El embargo, combinado con la aparición
de la fibra de vidrio y su producción en masa,
conllevaron el final de la edad dorada del bam-
bú.
El bambú Tonkin en la actualidad se pue-
de obtener en dos calidades, dependiendo del
diámetro. El pequeño es de 1 ¾ a 2 pulgadas
(44,4 a 50,8 m/m) de diámetro. El grande, que
es más difícil de conseguir, tiene de 2 a 2 ½
pulgadas (50,8 a 63,5 m/m). Normalmente se
envían cantidades menores a un paquete por
UPS. Debido a las restricciones en la longitud
de los envíos, los “culms” de 12 pies (3,65 m)
se cortan en dos mitades cuando se envían.
Uno de los pocos importadores de bam-
bú Tonkin que queda es Charles H. Demarest,
Inc. Este negocio de generaciones ha conocido
la transformación desde la edad dorada de la
construcción de cañas de bambú a comienzos
del siglo XX, a través del embargo Truman,
hasta la reducida producción actual. (Para ma-
yor información sobre la compra de bambú
Tonkin, ver apéndice F).
Nótese que en la parte baja del paquete abierto hay una pequeña
pieza de bambú dentro de uno de los “culms”. Sirve para usarla
como asidero para el transporte.
Tamaño contra calidad
Como el bambú Tonkin se puede conse-
guir en más de un tamaño, ¿cómo saber cual de
ellos elegir? Si estás considerando la compra
de un paquete entero, o más, la decisión es in-
cluso más problemática. Nuestra sociedad ac-
tual está anclada en la idea de que lo más gran-
de es lo mejor, lo cual no es siempre así. Cada
tamaño de bambú tiene sus ventajas e inconve-
nientes; conocer sus características te ayudará
a tomar la decisión correcta.
3
El diámetro mayor (de 50,8 a 63,5 m/m)
se encuentra en el límite superior del bambú
Tonkin. Sólo raramente se encuentran “culms”
tan gruesos. En muchos años, yo sólo he visto
unos pocos que pasaran de las 3 pulgadas (76,2
m/m). Este diámetro normalmente posee gran
cantidad de fibras de potencia, lo que es muy
importante si lo que piensas es hacer cañas pe-
sadas de más de línea 5. Con este gran diáme-
tro de bambú, también puedes obtener más ti-
ras para esas veces en las que quieres hacer una
caña para más de un número de línea (varios
puntales) o con una potencia extra. Y una gran
circunferencia significa que la superficie brillante
del bambú será, inicialmente, algo más plana.
Pero estas ventajas tienen un precio. Ge-
neralmente, el bambú de mayor diámetro tiene
más defectos, que tu puedes ser capaz o no de
solucionar. Si lo que quieres es hacer cañas de
color amarillo, tendrás que hacer algunos cam-
bios en el bambú. Por último, el precio de los
“culms” de mayor diámetro es bastante supe-
rior al resto.
Estrictamente, es una cuestión de núme-
ros. Para poder suministrar las cantidades de
bambú de este tipo que se demandan, los pro-
ductores chinos pueden a veces no disponer del
necesario, debido a que la mayoría del bambú
cosechado está en un rango de 44,45 a 50,8
milímetros.
Fabricar, no montar
Es una terminología distinta, que debe-
mos a uno de los pioneros en la construcción
de cañas, H.L. Leonard. Marcado en la parte
baja de sus portacarretes aparecía la palabra
“maker” (constructor). Hoy se acepta común-
mente la definición de que una persona que fa-
brica el componente base de la caña, el blank,
es un “maker”. Un “builder” (montador) es al-
guien que compra los componentes (incluido
el blank) y los monta para hacer la caña.
Forma hexagonal
La mayoría de las cañas modernas de
bambú están hechas con seis tiras unidas para
formar un hexágono. Los constructores de ca-
ñas han experimentado con 3, 4, 5 e incluso 12
tiras, variando los ángulos de las mismas. Pero
las cañas hexagonales son consideradas las
mejores y las más prácticas.
Partes y componentes
La pared del bambú está formada por una
cara exterior dura, brillante, que protege a la
planta de los insectos y enfermedades. Inme-
diatamente debajo de la capa brillante hay un
estrato de fibras paralelas de celulosa que dis-
minuye gradualmente, llamadas fibras de po-
tencia por los constructores de cañas.
Antes y después. A la izquierda una vista del canto de
una caña de bambú. A la derecha un trozo de sección
de una caña terminada.
Una tapa inferior de portacarretes Leonard de los años
veinte mostrando el uso del término “maker”
(constructor).
4
Las fibras de potencia van de nudo a nudo
en anillos concéntricos y son los que dan fuer-
za a la estructura cilíndrica. Las fibras de po-
tencia están unidas entre si por una sustancia
llamada lignina. Aunque las fibras de potencia
crecen amontonadas, se mantienen separadas,
y no se tocan unas con otras. En este punto,
aparece una sustancia pegajosa oscura, llama-
da “pith”, que crece a una profundidad de 3/16
de pulgada (4,76 m/m).
En cada nudo, (que pronto empezarás a
aborrecer), las fibras de potencia de un tramo
se encuentran con las del siguiente, entrelazán-
dose como cuando cruzamos los dedos de las
manos. También en el nudo, en el interior de la
caña de bambú, el “pith” forma un puente, a
través de toda la caña, que mantiene las pare-
des unidas y ayuda a dar consistencia y a so-
portar el peso.
La calidad del bambú
Los “culms” de bambú normalmente se
recolectan cortándolos con un machete. Para
no tener que agacharse continuamente, los cam-
pesinos cortan el “culm” a la altura que consi-
deran cómoda cuando se está de pie, que viene
a ser a unas 24 pulgadas (60,96 cm.) del suelo.
En este punto, el espacio entre nudos es de unas
10 a 12 pulgadas (25,4 a 30,48 cm.), pero se va
incrementando gradualmente a medida que as-
cendemos por la caña. A los 12 pies (3,65 me-
tros), el espacio entre nudos se ha incrementado
hasta 18 ó 20 pulgadas (45,72 ó 50,8 cm.); vuel-
ve a disminuir a medida que superamos este
punto.
Tres cortes de una sección de caña en los que se ven las diferentes formas tradicionales de las cañas de bambú.
Una geometría exacta juega un importante papel en el complejo funcionamiento de una caña de mosca.
5
En una inspección de la cantidad de fi-
bras de potencia, éstas aparecen en 5,08 m/m
en la parte inferior, decreciendo a 2,03 m/m,
más o menos, a 3,65 metros de altura. El peso
aproximado de un “culm” de 50,8 m/m de diá-
metro es de 7 a 9 libras (3,17 a 4,08 kg.). Los
“culms” con menos peso tienen menor canti-
dad de fibras de potencia.
El bambú Tonkin usado actualmente se
corta en el octavo año de vida. De todo el bam-
bú cortado, sólo uno de cada cinco “culms” se
selecciona para su envío. Los “culms” desecha-
dos no se desperdician: se suelen emplear lo-
calmente para diversos usos, como cercados,
construcción, etc.
El objetivo es hacer una caña de cada
“culm”. Intentar aumentar este porcentaje puede
ser contraproducente. Incluso con este porcen-
taje de 1:1, el bambú es el componente más
barato de una caña de mosca.
Protección personal
Durante el libro, aludiré a lo cortantes que
son las tiras de bambú, y a la importancia de
tener bien afiladas las herramientas como cu-
chillas y cepillos. Los constructores de cañas,
especialmente los noveles, deben tener mucha
precaución, y protegerse contra los inevitables
cortes.
Inicialmente, siempre llevarás guantes
protectores cuando trabajes con estas herra-
mientas. Sin embargo, pronto te darás cuenta
que hay tareas delicadas que requieren destre-
za manual. Tendrás que dejarlos aparte cuando
llegues al punto en el que el trabajo tiene que
ser muy fino.
Recuerdo claramente la noche que afilé
la cuchilla de mi cepillo 212. Estaba calculando
la profundidad de corte, así que dejé la cuchilla
sin apretar del todo. Probé el cepillo con una
pasada en el banco de trabajo, lo suficiente como
para que la cuchilla saltara del cepillo. En el
camino hasta el suelo, la cuchilla rozó mi rodi-
lla derecha, dejándome una cortada muy fea,
no sólo en mis vaqueros, sino también en la pier-
na.
Otros daños que también sufren muchos
constructores de cañas son causados por la parte
del día que reservan para la fabricación de ca-
ñas. La mayoría de los constructores amateurs
se ponen manos a la obra después del trabajo,
por la noche. Verdaderamente, la mayoría del
tiempo disponible para la construcción de ca-
ñas es cuando la mujer y los hijos están ya en la
cama. Cuando se está cansado es mucho más
fácil equivocarse. Aumentas mucho las posibi-
lidades de hacerte daño y de estropear alguna
parte de la caña. El trabajar el bambú es exci-
tante y placentero, pero tienes que saber cuan-
do parar.
Usa el sentido común y observa las nor-
mas de seguridad de todo tu equipo.
El cuchillo de cortar bambú
Al principio empecé usando un froe, un
cuchillo al cual golpeaba con un mazo. En
Norteamérica, los froes se usan para cortar ti-
ras de cedro para los tejados. El froe de bambú
es usado por los constructores japoneses para
cortar el bambú para la construcción. El mío es
de 21,59 centímetros de longitud, que es la más
cómoda para golpear con un mazo o para gi-
rarlo para abrir los “culms”. El cuchillo está
hecho con tres láminas de metal unidas. Cada
lámina está templada a una dureza diferente para
maximizar su utilidad, e incluye una zona más
blanda para absorber la energía del golpe del
mazo, y otra zona más dura que es la zona del
filo.
Un “froe” para bambú modificado usado para cortar
el bambú en tiras.
6
Anteriormente he usado varios tipos de
cuchillos e instrumentos de corte para abrir el
bambú, pero tengo que advertir algo: los cu-
chillos de monte y otros cuchillos de acero tem-
plado pueden saltar y hacerse añicos cuando se
golpean con un mazo. Yo he roto varios cuchi-
llos de monte muy caros al primer golpe del
mazo de madera. Tienes que ser extremadamen-
te cuidadoso para seleccionar el cuchillo apro-
piado para el corte del bambú.
capas de cartón fino y unas vueltas de cinta ais-
lante. Posiblemente sea un método un poco
basto, pero funciona bien. El cartón protege la
mano cuando golpeas el froe con el mazo y
ayuda a la hora de girarlo lateralmente. Podía
haber adaptado un mango de madera para dar
un mejor aspecto al froe, pero es más impor-
tante el funcionamiento que el aspecto.
Fabricar un froe
No es demasiado difícil fabricarse un froe.
Todo lo que necesitas es un trozo de acero tem-
plado (comúnmente llamado CRS). Servirá una
pieza de 4,76 a 6,35 m/m de gruesa por 31,75
m/m de ancho y de unos 25,4 centímetros de
longitud. Se deben afilar los 7,2 primeros cen-
tímetros. Incluso si el acero no es templado, el
filo durará mucho. Una vez que has iniciado el
corte, será la parte ancha del froe, y no el con-
tacto del filo la que irá haciendo que el bambú
se abra. Una pequeña inclinación lateral del froe
será necesaria en los pasos más delicados del
corte.
El froe modificado
Si construyes tu mismo el froe, o si lo
compras, tendrás que hacer una modificación:
añadir un mango cómodo. A todos los froes
que tengo les he forrado el mango con unas
Mazo de goma
Puedes usar el mazo que quieras para
golpear el froe. Sin embargo, el mazo de
goma tiene una serie de ventajas. Primero,
tiene una gran área de golpeo. También se
nota mucho menos el golpe del mazo en la
mano. Y normalmente, un mazo de goma
suele costar menos que otro tipo de marti-
llos.
Abrir el bambú
Cuando recibas un pedido de bam-
bú, el primer paso para
preparar los “culms”
para almacenarlos o
usarlos es abrirlos. Esto
permite que el bambú se
conserve perfecto. A
menos que lo abras, un
“culm” seco tiene ten-
dencia a rajarse por
múltiples sitios. El abrir-
lo también permite que
la parte interior se seque
apropiadamente.
Un mazo de madera y una navaja: mis originarias
herramientas de corte.
Una vista lateral de una
grieta por sequedad, que
siempre comienzan desde el
extremo inferior.
7
El bambú recién llegado puede tener al-
gunas grietas o rajas. Las grietas pueden estar
en la parte inferior, en la superior o incluso en
el centro. El corte debe comenzarse por la par-
te inferior, donde hay mayor concentración de
fibras de potencia, por lo que la tensión es mu-
cho mayor. En un “culm” apropiado, el corte
será progresivo. (Es similar a la forma en la que
un bajo de pesca transmite la energía del lado
más grueso al lado más fino).
Si hay alguna grieta en la parte inferior,
simplemente usa el froe y el mazo para conti-
nuar esta grieta hasta pasar el segundo o tercer
nudo. Si no hay ninguna grieta, debes comen-
zar una. Comenzando por la parte inferior, co-
loca el cuchillo en el “culm” y suavemente gol-
pea con el mazo. Una vez que se ha abierto la
grieta, continua golpeando suavemente hasta
pasar el segundo o tercer nudo.
Una zona templada y seca de la casa es el
sitio ideal de almacenaje del bambú. Una es-
quina tranquila o apartada del sótano o del ga-
raje es lo mejor para guardarlo. Te debo adver-
tir, sin embargo, que los “culms” abiertos pue-
den producir sonoros chasquidos. A mediano-
che, el “crack” del bambú puede ser bastante
molesto.
9
2
PASOS PRELIMINARES
Evaluación
Muchas veces he oído la historia de una
vieja compañía de bambú que montó una fábri-
ca y toda su maquinaria enteramente para el
bambú rechazado y no apto. Cuando la empre-
sa recibió un vagón de tren lleno de bambú, el
50% del envío tuvo que ser apartado y destina-
do a ser quemado como combustible. Con esto
no quiero decir que tengas que rechazar la mi-
tad del bambú que recibas, pero habrá defectos
que serán demasiado grandes. Algunos
“culms”requieren tanto esfuerzo para clasificar-
los y aprovecharlos, que no merecen la pena.
Algunos defectos físicos, por supuesto,
deben salvarse. Esto incluye nudos demasiado
prominentes, marcas de crecimiento y zonas
quemadas durante el proceso de enderezado.
Los nudos demasiado prominentes dejan una
cicatriz en el bambú cuando la planta va cre-
ciendo. Los campesinos retiran estas zonas de
crecimiento como parte de la poda regular, pero
siempre queda una pequeña acanaladura en la
superficie del bambú. Normalmente son de 6,35
a 9,52 m/m de anchura, pero se pueden evitar
al cortar el bambú.
Puede haber agujeros causados por pe-
queños insectos que taladran el tronco del bam-
bú mientras crece. Similares a los del maíz y
del pino, estos insectos ven el tronco del bam-
bú como un buen lugar para vivir y como una
fuente de alimento. Sus agujeros, que son pa-
recidos al cráter de un volcán, normalmente se
ven en la superficie brillante del bambú. Sin
embargo, los insectos pueden no ser detecta-
dos si atacaron el bambú en un estado tempra-
no. Las zonas infectadas de insectos se mostra-
rán internamente como de un color negruzco.
Cuando encuentro un agujero en la superficie,
normalmente lo taladro con una broca de 4,5
m/m, de manera que vea bien el agujero cuan-
do vaya a usar el “culm”. Los agujeros ocultos
sólo pueden ser encontrados con una cuidado-
sa inspección de las tiras recién cortadas. Pue-
de ser que sólo haya uno o dos agujeros, pero
incluso si sólo ves uno, asegúrate de inspeccio-
nar bien todas las tiras de ese “culm” por si
hubiera una infestación mayor.
El bambú Tonkin se cultiva en plantacio-
nes, todas ellas en la misma zona geográfica,
pero por muchos campesinos diferentes. Para
distinguir sus plantas de las que hay en las par-
celas adyacentes, cada agricultor graba una
marca identificativa en caracteres chinos en la
superficie brillante del bambú. En los tiempos
anteriores al embargo, estas marcas eran mu-
cho más pequeñas que las que hacen ahora. Las
marcas anteriores al embargo ocupaban un área
de aproximadamente 31,75 m/m por 20,32 cen-
tímetros; ahora, estos caracteres suelen ocupar
algo más de 63,5 m/m por 60,9 centímetros del
“culm”. Las zonas del “culm” donde se inscri-
ben estas marcas deben ser evitadas al cortar.
(De todas formas, siempre dicen cosas intere-
santes; yo he guardado bastantes marcas de
estas, anteriores y posteriores al embargo, con
el fin de traducirlas).
El bambú Tonkin puede crecer a veces
torcido, como la mayoría de las plantas y árbo-
les. Los fuertes vientos, las raíces pequeñas y
un almacenaje incorrecto pueden ocasionar la
10
curvatura de la caña. Los agricultores, deseo-
sos de ampliar sus cosechas y adaptarlas a las
medidas estándar de envío, enderezarán cual-
quier “culm” que pueda estar torcido o curva-
do. Los agricultores calientan las zonas torci-
das con una pequeña llama y los colocan en unos
caballetes semejantes a una silla de montar.
Aplican presión hasta que la curvatura desapa-
rece. Este método daña enormemente las va-
liosas fibras de potencia y hace la zona endere-
zada inútil para su uso. En el momento en que
veas un “culm” con una zona de color diferen-
te, normalmente marronácea, esto indica que
ha sido enderezado, y no se debe usar.
Otro defecto que no daña físicamente la
caña una vez construida, pero que se debe evi-
tar, son las marcas del agua. Ya que suele haber
pequeñas marcas de humedad en la superficie
del bambú, el usar o no estos “culms” es una
decisión personal. Muchos constructores cui-
dadosos evitan usar este bambú, ya que creen
que esto es descuidar la apariencia final. Por
otro lado, si el “culm” se destina a ser flameado,
las marcas de humedad pueden dar carácter a
la caña una vez terminada.
Las fibras de potencia idóneas
Quizá el paso más importante en la cons-
trucción de cañas es determinar la densidad de
fibras de potencia necesaria para hacer una caña
en particular. Este parece ser el punto de más
desavenencias en el tema que nos ocupa.
Para hacer esta discusión más simple,
examinaré el taper de una caña común para tru-
cha, una siete pies seis pulgadas, de dos piezas,
para línea 4. Cada sección es de unos 1,14 me-
tros de longitud. Asumiendo que tienes un
“culm” de tres metros, los 1,5 metros inferio-
res se deben usar para la sección inferior de la
caña; y usa los 1,5 metros superiores para el
puntal de la caña.
Un nudo demasiado
prominente o una
cicatriz son defectos
comunes en los
“culms” de bambú.
Una marca de
c r e c i m i e n t o
deformará la
superficie brillante
en esa sección.
Una sección
contraída por el
enderezamiento
por calor no es
útil.
Cada sección de caña debe proceder de una parte concreta del “culm”.
11
Para cañas de tres pie-
zas, los puntales se deben ha-
cer de la mitad superior del
“culm”, y la pieza intermedia
y el talón, de la parte inferior
del “culm”. Esto es especial-
mente importante si el “culm”
se cortó en dos piezas para su
envío.
Para distinguir las fibras
de potencia, lija el final de cada
mitad del “culm” con papel de
lija del nº 100 y un taco. El taco
de lijado que yo recomiendo es
uno de goma dura fabricado
por 3M y que se usa común-
mente en carpintería. La ver-
sión más pesada, comparada
7 ‘ 6’’ # 4
PUNTAL
00 0,070
05 0,081
10 0,094
15 0,115
20 0,134
25 0,146
30 0,155
35 0,170
40 0,192
45 0,203
TALON
45 0,203
50 0,214
55 0,225
60 0,237
65 0,246
70 0,257
75 0,268
80 0,275
85 0,275
90 0,275
con las versiones de plástico, hace más fácil el
lijado.
Calibre contra micrómetro
Durante el trabajo de fabricación de una
caña de bambú tendrás que tomar cientos de
medidas con precisión. Hay varias ventajas en
usar un calibre mejor que un micrómetro. Con
un simple movimiento del pulgar, el calibre ofre-
ce la ventaja de la velocidad. También permite
leer las medidas directamente. Si ya tienes un
micrómetro, úsalo. Pero si necesitas comprar
un aparato de medida, gasta un poco de dinero
extra y compra un buen calibre con un rango
de al menos 100 m/m.
Medida de las fibras de potencia
Ahora, echa un pequeño vistazo a la sec-
ción final del “culm”. Tienes que buscar una
línea blanca que delimita donde las fibras de
potencia marrón oscuro pasan de estar
interconectadas a estar rodeadas del “pith”. Haz
una ligera marca con un lapicero afilado en este
punto en cada una de las dos mitades del “culm”
de bambú.
Un ejemplo
de lista de
medidas.
Una vista de una sección
acabada en la que se ven
las sólidas fibras de
potencia.
Una comparación entre
el extremo de un puntal
acabado de línea 4 y la
“o” del reverso de un
cuarto de dólar.
Dos tipos de calibres aptos para efectuar medidas precisas.
12
Recuerda asociar la densidad de fibras de
potencia de la mitad inferior con el talón de la
caña, y la densidad de fibras de potencia de la
mitad superior con el puntal de la caña. Si la
densidad de fibras de potencia es mayor que la
mitad de las medidas del taper del talón o del
puntal, entonces el “culm” se puede usar para
la caña que estás planeando. Si las fibras de po-
tencia no son suficientes, deja ese “culm” para
usarlo en la posible fabricación de una caña de
acción más ligera.
Ten en cuenta que un constructor de ca-
ñas debe pretender usar sólo la mayor densidad
posible de fibras de potencia en el producto fi-
nal. Si se hace una caña usando las fibras de
potencia menos densas y luego creemos que es
una caña poco potente, será imposible discer-
nir cual es la causa: el tipo de taper usado o la
calidad del bambú.
Posiblemente, al final serás capaz de juz-
gar el contenido de fibras de potencia con tan
solo sopesar un “culm”. No es magia, sólo es
sentido común. El peso de las fibras de poten-
cia compactas es bastante mayor que el peso
del resto.
Probando el bambú
Aunque el bambú Tonkin se ha venido
usando para la fabricación de cañas de mosca
desde principios de siglo, hay muy pocos datos
publicados sobre su dureza o resistencia. Qui-
zá nunca nadie haya sentido la necesidad de
conocer esta información, o quizá nadie la haya
compartido. (Everett Garrison asignó valores
admisibles al material, que emparejó con sus
cálculos matemáticos de diseño de cañas. Pero
aparentemente éste fue el final de su investiga-
ción).
Debido a que el bambú Tonkin es un ma-
terial natural, se puede asumir que hay una ven-
tana muy amplia de posible variación. Pero ¿cuál
es la amplitud del rango de valores? ¿Y cómo
afectan al material las variables externas, como
un almacenaje excesivamente largo o inapro-
piado?
En el camino de intentar obtener respues-
tas a estas preguntas, ideé un invento al que
afectuosamente llamé “Cane-o-Tine”. El pro-
pósito de este banco de pruebas es medir el
punto de rotura de los tamaños específicos de
las tiras de bambú. El “Cane-o Tine” consiste
en dos brazos de soporte separados 15 centí-
metros con un corte en forma de “V” en sus
partes superiores. Centrada entre los dos bra-
zos hay una cuchilla deslizante hecha de mate-
rial de 12 m/m de espesor. En la parte superior
de la cuchilla hay una superficie amplia desti-
nada a soportar el peso.
Las tiras de bambú objeto de test son de
30 centímetros de longitud, tratadas
térmicamente y cepilladas en forma de triángu-
lo de 4 m/m de altura (con las fibras de poten-
cia más fuertes).
El invento propio, “Cane-O-Tine”, usado para testar
el punto de rotura de las tiras de bambú.
13
Las tiras se colocaron en los soportes, con
la cara brillante hacia arriba, sobresaliendo lo
mismo por los dos lados.
Entonces bajé la cuchilla y
añadí varios pesos en
intérvalos de tiempo regu-
lares hasta que la tira se
rompió. El resultado de este primitivo test re-
veló que se necesitaban de 3 a 3,5 kilos de peso
para romper las tiras.
Tengo que añadir que he estado fabrican-
do cañas durante muchos años sin preguntar-
me la resistencia de mis materiales antes de
idear este invento.
Lijadoras
El uso de una lijadora automática puede
acelerar mucho la preparación inicial de las áreas
de nudos. La mayoría de los acoplamientos de
las modernas lijadoras funcionan muy bien, par-
ticularmente si añades una pieza de Plexiglás
sobre el fieltro de la lijadora. Esto le da al papel
de lija una superficie más rígida con la que
muchos nudos se lijan me-
jor. Sin el Plexiglás, el fiel-
tro de la superficie lijadora
se acopla al contorno del
nudo, y se obtienen peo-
res resultados.
El autor sentado en su banco, limando pacientemente
un nudo.
Los diferentes ángulos de la lima al desgastar un nudo.
Un nudo antes del limado. Un cuidadoso limado ha reducido ahora el nudo
sin dañar las fibras de potencia.
14
Nudos
El área de los nudos tiene que recibir es-
pecial atención, porque una cualidad de una
caña de bambú de calidad es que sus nudos tie-
nen que ser alisados sin cortar ninguna fibra de
potencia. Examina diferentes cañas a través de
la historia y verás que los más respetables cons-
tructores de cañas siempre han alisado los nu-
dos. Los fabricantes orientales no han hecho lo
mismo. Su método es simplemente lijar los nu-
dos, dejando así varias capas de fibras de po-
tencia cortadas. Cuando se revisa cuidadosa-
mente, las fibras cortadas aparecen como de-
dos de la mano por debajo y por encima del
nudo.
Preparación de los nudos
El primer paso en la preparación del
“culm” de bambú es la reducción de la altura
de los nudos. Inicialmente, esto se hace con una
lima y posteriormente con papel de lija.
Usa la lima suavemente y con poca pre-
sión. Primero, coloca el “culm” sobre una zona
de trabajo sólida. Sujeta el “culm” con la mano
izquierda y la lima con la derecha. Si eres zur-
do, hazlo al revés. Coloca suavemente la lima y
haz girar el “culm”. La lima debe mantenerse
paralela a la superficie del “culm”. Si mantie-
nes la lima en la parte más alta del nudo, es más
fácil hacer que la lima trabaje bien.
Solo se debe aplicar una presión mode-
rada. Aplicar demasiada presión hará que pier-
das el control de la lima. Pasar los bordes de la
lima por la capa brillante del “culm” puede da-
ñar las fibras de potencia más superficiales. Yo
normalmente limo hasta que he eliminado unos
6 m/m de la zona brillante del anillo del nudo.
Después de repasar todos los nudos con
la lima, cambia al papel de lija. Esto es esencial
para prevenir que dejemos estrías en la superfi-
cie del bambú. Debido a que estas estrías se
harán más notorias en los pasos sucesivos, será
difícil que puedas eliminarlas sin lijar también
las valiosas fibras de potencia.
Usa una lija del nº 100, y comienza a lijar
de la misma forma que hiciste con la lima.
Mantén la lija paralela a la superficie del “culm”,
y usa la misma técnica rotatoria. Si el área del
nudo es tan lisa que también lijas las zonas ad-
yacentes además del nudo, prueba usando so-
lamente las esquinas de la lija.
A medida que vas lijando, el pequeño valle
que forma el nudo irá lentamente desaparecien-
do. Para de lijar cuando todavía quede una tira
de superficie brillante de aproximadamente 1,6
m/m de anchura. En este punto, la superficie
brillante comenzará a aparecer de color verdo-
so.
Usar la acción rotatoria es importante
para ir quitando material uniformemente en la
superficie curvada del “culm”, que ya de por si
es una tarea difícil. Si el anillo de superficie bri-
llante no es de una anchura uniforme, concen-
tra tu esfuerzo en las áreas más anchas. Evita
crear zonas llanas a medida que lijas.
La lima
Uno de los métodos de construcción que
he cambiado después de los años es el lijado.
Ya no lo uso. En cuanto mi hijo Matt, comenzó
a fabricar cañas, empezó a preparar el área del
nudo solamente con la lima. Siendo cuidadoso,
era capaz de retirar todo el sobrante del anillo
del nudo sin dañar la superficie brillante y sin
dejar estrías debidas a la lima. Esta es una for-
ma de ahorrar tiempo eliminando el uso de la
lija. Y con la práctica, podrás incrementar el
grano de la lima, de una muy fina a otra más
gruesa.
Hay una precaución que hay que añadir
al uso de la lima. Si aplicas demasiada presión,
puedes perder el control de la lima. Si la lima
resbala fuera del anillo del nudo, por ejemplo,
su esquina afilada eliminará la superficie bri-
llante en el punto de contacto. Esto podría da-
ñar las fibras de potencia.
Adicionalmente, puedes girar lentamen-
te el “culm” mientras limas el anillo del nudo.
15
Esto evitará la aparición de zonas planas y per-
mite a la lima una mayor eficacia para mante-
ner la circunferencia del “culm”.
En la mayoría de los casos, los dos mon-
tículos que forman el área del nudo sobresal-
drán del “culm”. Sin embargo, hay excepcio-
nes. Ocasionalmente, un nudo completo, o parte
de él, estará más profundo con relación a las
zonas adyacentes. Esto hace muy difícil el li-
mado del nudo sin dañar las zonas cercanas.
Un método alternativo en estos casos es
girar la lima y usar solamente el canto. Otro
truco es elegir una lima con un lado liso y usar
el pulgar de tu mano izquierda como guía. Co-
loca el pulgar al lado del nudo, y la lima contra
el pulgar. Haciendo esto con cuidado, el pulgar
evitará que el canto de la lima contacte con la
zona exterior, evitando así dañarla.
Sabrás que ya has preparado el área del
nudo, retirando suficiente material, cuando ya
no puedas cogerlo con las uñas. Un buen indi-
cador es la suciedad que se va depositando bajo
el anillo a medida que el bambú crece. Cuando
la suciedad desaparece, ese es al final del ani-
llo. Aquí, de nuevo, es conveniente practicar
con distintas limas y presiones. También es una
buena idea usar un “culm” de prácticas para las
primeras veces.
El corte del “culm”
Yo prefiero trabajar con tiras cortadas que
tengan una anchura de entre 4,5 a 6 m/m. Y
debido a que normalmente trabajo con “culms”
de 50 m/m de diámetro, o de 157 m/m de cir-
cunferencia, suelo obtener 24 tiras por “culm”.
Una vista esquemática de los diferentes pasos desde el “culm” hasta la sección completa.
16
Comenzando con un “culm” completo,
previamente abierto, primero córtalo en dos
piezas. Usando el corte hecho al abrirlo, córta-
lo nuevamente en el lado exactamente opues-
to. Esto te dará dos piezas con una circunfe-
rencia aproximada de 78 m/m.
Cortando desde la parte inferior del
“culm” hacia la superior se trabaja mejor. Co-
loca el cuchillo en el corte primario y sobre el
otro lado sin cortar. Inicia el corte golpeando
con el mazo. Una vez iniciado el corte, extién-
delo a lo largo del “culm” inclinando lateral-
mente la hoja del cuchillo. A medida que el corte
se va extendiendo, síguelo con el cuchillo. Si
llegas a un punto en el que el cuchillo se atasca,
gira lentamente la hoja otra vez o da un golpe
ligero con el mazo.
Una vez que el “culm” está abierto en dos
piezas, verás unas pequeñas piezas que unen
las paredes del bambú a nivel de los nudos. Es-
tas membranas dan fuerza al bambú, permitién-
dole crecer hasta una gran altura. El grueso de
estas membranas puede eliminarse usando un
martillo de carpintero. Después los alisarás
eliminandolo por completo.
Después de que el “culm” está cortado
por la mitad, cada pieza se corta en tres. Ayu-
dándote de una regla flexible como guía, haz
unas marcas con lapicero para indicar los pun-
tos de corte en el canto del “culm”. Para co-
menzar el corte, coloca el cuchillo en una de
las marcas con la inclinación necesaria para que
el cuchillo se dirija al centro de la circunferen-
cia formada por el “culm”. Esto dará unos án-
gulos uniformes a las tiras cortadas. Entonces
vete bajando el cuchillo a lo largo del “culm”
golpeando con el mazo o inclinando el cuchi-
llo. Cuando termines tendrás seis piezas de la
misma anchura.
Comenzando el corte con el “froe”.
Una vista superior de cómo (izquierda) y como no (derecha) debe apoyar en el “culm”.
17
Llegados a este punto, el corte debe ser
más o menos recto, ya sea golpeando el cuchi-
llo, o ladeándolo a lo largo de la longitud del
“culm”. Para las siguientes dos series conven-
dría que abrieras el “culm” ladeando el cuchi-
llo. Por seguridad, una vez comenzado el cor-
te, con el lado afilado del cuchillo, es mejor darle
la vuelta de manera que usemos ahora el lado
romo. Sujetando las tiras en la mano izquierda
y el cuchillo en la derecha, ladea el cuchillo y
avanza en el corte.
El proceso de corte continua partiendo
las seis piezas por la mitad. De nuevo marca el
canto, y usando esta marca y el centro imagi-
nario de la circunferencia, obtén el ángulo ade-
cuado. Esto te dará 12 piezas de aproximada-
mente 12,7 m/m de anchura. Para finalizar, corta
estas doce piezas por la mitad para obtener 24
tiras, cada una de las cuales deberá tener 6,35
m/m.
Uso este método para las dos mitades del
“culm”. Para ser perfecto, la sección superior
se debería cortar en tiras más estrecha, pero
no he tenido nunca éxito al hacerlo. Cualquiera
de los intentos que he hecho para obtener ma-
yor número de tiras ha acabado en fracaso.
Precaución
Durante los primeros estadios del corte
del “culm” (aquellos en los que es necesario
llevar el froe a lo largo de todo el “culm”), de-
bes tener especial precaución. Trabaja de ma-
nera que si el froe se escapa del “culm” puedas
evitar un accidente. Una tendencia natural es
trabajar con el “culm” frente a ti, con tu brazo
sujetando el froe en dirección a tu cuerpo. En
esta posición, tu brazo hace de guía para que el
froe se dirija hacia tus piernas en el caso de que
se escape del “culm”.
Una posición segura es colocar el “culm”
un poco más cerca de ti y sujetar el froe con tu
codo doblado a 90º. En otras palabras, cuando
mires tu antebrazo, debe estar horizontal y no
vertical. En esta posición, si el froe se escapa
del “culm”, saldrá hacia un lado, lejos de tu
cuerpo.
Caminando
Justamente cuando este ejercicio comien-
za a parecer fácil, puedes llevarte una sorpresa
poco apetecible. Cortar el “culm” puede ser
divertido, e incluso cortar las mitades hasta
obtener seis piezas, parece no ser un desafío.
Los problemas comienzan, sin embargo, cuan-
Esquema de los pasos desde el “culm” hasta la sección completa.
18
do intentas sacar doce tiras, y ciertamente au-
mentan al sacar las 24 tiras. El reto es que en
algunos “culms” la grieta se va hacia un lado.
De hecho, el corte puede incluso salir hasta el
borde, dejándote con una tira triangular en lu-
gar de con la tira uniforme de 6,35 m/m que
intentabas sacar.
La forma de controlar el camino que si-
gue el corte es flexionar el lado más ancho con-
tra el cuchillo de corte. Esto crea una ligera
inclinación en la tira. Al mismo tiempo debes
inclinar la hoja de manera que el filo empuje
contra la pieza doblada. Y se debe ir más lento
y con más cuidado.
Para ilustrar como se deben flexionar las
tiras, intenta este ejercicio con una tira de 6,35
m/m. Sujeta la tira en tus manos con una sepa-
ración de unas 30,48 centímetros. Ahora gira
las muñecas de forma que los pulgares empu-
jen hacia fuera. Esto forzará a la tira a
flexionarse alejándose de ti. De la misma for-
ma, girando las muñecas, de forma que los pul-
gares empujen hacia adentro, la tira se flexionará
hacia ti.
Imagina que estoy cortando una tira con
el bambú sujeto en mi mano izquierda y el cu-
chillo en la derecha. En este punto, el corte se
ha desviado del centro y deja la tira cercana a
mi más ancha que la otra. Para corregir este
problema, giro mi mano izquierda alejando el
pulgar. Esto aplicará presión contra el cuchillo,
ladeándolo. Contrarrestando esta presión con
el froe en mi mano derecha, al bambú se flexiona
con la presión. No es necesario aplicar mucha
presión para obtener un buen resultado.
Ahora, con la tira flexionada, gira el cu-
chillo de manera que el filo empuje hacia la tira
flexionada. En estos casos es en los que yo giro
el cuchillo: Ahora el filo viene hacia mi.
Si estás entre los nudos, puedes no avan-
zar nada hasta que llegues a cortar estos nu-
dos. Una vez que cortas uno de ellos, sin em-
bargo, detente con el fin de comprobar que no
te hayas desviado del centro. Si no te has des-
viado, puedes seguir cortando sin flexionar el
bambú. Pero si todavía no has centrado el cu-
chillo, mantén la flexión hasta que el cuchillo
vaya al centro.
Un aguzamiento en la tira de bambú indica un corte
descontrolado.
Usando esta técnica, se puede corregir el corte hacia el
centro.
El esquema superior es una curva hacia fuera; el
inferior es una curva hacia adentro.
Una vista más definida y detallada del control de
la flexión.
19
Un error común al cortar es intentar em-
pujar el cuchillo usando el filo. Esto es un error
porque el corte avanza mucho mejor ladeando
ligeramente el cuchillo. Después de cada incli-
nación coloca el cuchillo a unos 15 centímetros
del pico de la “V” que se forma y repite el pro-
ceso. Usa esta técnica para toda la longitud de
la tira.
También es un error no mantener el cu-
chillo perpendicular al canto de la tira que estás
cortando. Una posición inapropiada acabará en
un ángulo incorrecto y afectará a como la tira
encaja en el molde de desbaste primario.
Otro método de corte
He notado que el método de corte de ca-
ñas descrito anteriormente no es igual de fácil
para todo el mundo. Mi hija, Lyndi, por ejem-
plo, tiene problemas con esta técnica, al igual
que otros constructores de cañas. A los trece
años, Lyndi no tenía los músculos de la muñeca
lo suficientemente fuertes como para poder
flexionar correctamente las tiras de bambú.
Como alternativa, un tornillo de banco firme-
mente sujeto le servía como soporte para el
cuchillo.
El corte se inicia con el froe. Sin embar-
go, en lugar de sujetar esta herramienta en la
mano para hacer el corte, sujeta el froe en el
tornillo con el lado de corte mirando hacia ti.
Entonces coloca el “culm” contra el froe en el
punto en que el corte ya ha sido iniciado y vete
empujando.
Esta fuerza de empuje hará que el corte
vaya avanzando. Si el corte comienza a des-
viarse del centro, puedes forzarlo a seguir cen-
trado empujando con el cuerpo. La tira necesi-
ta flexionarse hacia el lado más ancho, como
explique antes, pero ahora puedes usar todo el
cuerpo para hacer fuerza, y no sólo tus muñe-
cas. Cuando la tira se doble en la dirección apro-
piada, empuja para continuar con el corte.
Este procedimiento requiere un poco más
de tiempo que el primer método, pero también
funciona muy bien. Pero claro, Lyndi siempre
puede pedir ayuda a papá si se ve mal. Normal-
mente cuatro manos son mejor que dos.
Desviaciones en el corte
Uno de los problemas que se pueden pre-
sentar durante el corte del “culm” son las des-
viaciones en el ángulo de corte. Uso este tér-
mino para describir aquellas ocasiones en las
que el froe se desvía del ángulo deseado. Re-
cuerda que el froe debe estar siempre perpen-
dicular a la superficie del “culm” durante el
corte.
Corregir una desviación en el ángulo de
corte una vez que comienza sólo es cuestión de
sujetar fuertemente el bambú y forzar el froe
para que vuelva a la trayectoria correcta. Cuan-
do estás cortando las dos mitades del “culm”
en seis tiras puedes ver la trayectoria del froe
fácilmente. Una vez que comienzas a cortar las
siguientes series de tiras, sujetando el bambú
con las manos, es fácil dejar que el froe se la-
dee, y variar el ángulo de corte.
El problema con las desviaciones en el
ángulo es que después las tiras no encajan bien
en el molde de desbaste y puedes tener proble-
mas para obtener correctamente los ángulos de
60º. Para poder encajar las tiras la primera vez,
al menos uno de los ángulos debe ser correcto:
7,5º.
Afortunadamente, el problema de las des-
viaciones en los ángulos se puede reducir más
tarde. Cuando eliges las seis tiras para formar
cada sección, tendrás que seleccionarlas y cor-
tarlas a una longitud cómoda para trabajar. En
este momento tienes que procurar eliminar las
desviaciones en el corte y otros defectos. Una
vez que las tiras están seleccionadas (pero an-
tes de cortarlas), se puede cambiar su posición
y así eliminar las secciones no apropiadas.
Si las tiras están seleccionadas y corta-
das a la longitud apropiada. pero no se han po-
dido evitar todas las desviaciones en el corte,
entonces hace falta un pequeño cepillado preli-
20
Eliminar las paredes interiores
Algunos manuales sobre la construcción
de cañas sugieren, que cuando el “culm” está
cortado en dos mitades, se deben retirar los
anillos interiores rascándolos con una gubia o
minar. Para cepillar una desviación hasta el án-
gulo apropiado, apoya la tira sobre el lado bue-
no y cepilla un poco a mano hasta obtener el
ángulo deseado. Se puede comprobar si el án-
gulo ya es el correcto metiendo la tira en el
molde de desbaste primario, y ajustarlo un poco
más si es necesario.
formón. Parece lógico: cuanto más quites en
estas áreas antes de seguir cortando el “culm”,
más fácil será el corte. Cuando he puesto en
práctica esta técnica, sin embargo, no he podi-
do manejar bien la gubia. Conseguí eliminar toda
la pared interior, pero no quedó una superficie
lo suficientemente lisa, y eso hizo que el corte
posterior no fuera nada fácil.
El listón ideal
A medida que vayas practicando el arte
de cortar el bambú, llegará un momento en el
que domines perfectamente la técnica. La an-
chura de las tiras será uniforme y los cantos
tendrán el ángulo idóneo para encajarlas en el
molde de desbaste primario. Pero como en otros
muchos aspectos de la vida, lo que hace falta es
mucha práctica. Hoy en día, después de mu-
chos años de ensayos y errores, solamente cor-
to las tiras que necesito para hacer una caña.
Pero si tú estás comenzando, mi recomenda-
ción es que cortes todo el bambú que tengas a
mano; y disfruta haciéndolo.
El flameado
Para algunos aficionados a la pesca, no
hay nada más excitante que el aspecto motea-
do de una caña de bambú que haya sido
flameada. Con sus muchos tonos de marrón,
incluso con marcas de humedad (lo peor en
cañas claras de un solo tono) pueden lucir un
aspecto impresionante. Muchas de las cañas
clásicas antiguas eran flameadas en un
tono u otro, y tarde o temprano, la
mayoría de los constructores de cañas
lo hacen así en alguna ocasión. (Cuan-
do experimento con alguna técnica
nueva, siempre uso piezas de prueba
primero. Esto me permite probar mi
equipo y mi habilidad sin gastar gran-
des cantidades de material y de tiem-
po en proyectos fallidos).Un detalle del anillo interior del “culm”.
El flameado del bambú produce un aspecto sombreado
muy atractivo.
21
Como los mecánicos profesionales, ten-
go variedad de sopletes para las diferentes ta-
reas. He encontrado dos de ellos que van muy
bien para flamear. El primero es un soplete de
propano que uso para soldar tubos de cobre
cado por BernzOmatic. Esta unidad se acopla
a una botella de 14 litros de propano y tiene
autoencendido. La llama se puede encender o
apagar con un dedo. Podrás encontrarlo en una
ferretería industrial o en un almacén de fonta-
nería al por mayor.
Las características que hacen que estos
dos sopletes sean excelentes para el flameado
es que su llama toma forma de pala ancha. Este
es justamente el punto distintivo de la llama.
De esta forma, la llama abarca una superficie
mayor con la misma intensidad calórica.
Para flamear, he encontrado que lo me-
jor es cortar el “culm” en dos mitades y colo-
carlas boca abajo sobre una zona segura. Esto
se debe hacer, por supuesto, al aire libre. Ha-
cerlo así te dará una mayor libertad de movi-
mientos, haciendo el trabajo más fácil y segu-
ro, sin que tengas que sujetar con la mano la
caña caliente. Si flameas el “culm” en una sola
pieza, debe tener un corte de arriba abajo. Esto
evitará que el “culm” se agriete durante las fuer-
tes dilataciones y contracciones causadas por
la aplicación del calor.
Hay dos tipos básicos de flameado: dan-
do un tono oscuro uniforme, o dando un tono
moteado o atigrado. Cada uno requiere un mé-
todo diferente. Para dar un tono uniforme, mue-
ve el soplete paralelo al “culm”. Para dar un
efecto moteado, muévelo perpendicular al
“culm”, manteniendo una distancia uniforme
desde la punta de la llama hasta la superficie
del bambú. Dejar 38 m/m entre cada pasada
suele dar buenos resultados.
Usando el soplete T-550, la punta de la
llama debe tocar ligeramente la superficie del
bambú, y moverla a una velocidad de más o
menos 5 a 10 centímetros por segundo. Co-
mienza siempre por un extremo del “culm” y
dirígete al otro, ya sea con pasadas rectas o en
espiral. Esto también sacará la humedad a la
parte exterior del “culm”. Otros procedimien-
tos diferentes pueden eliminar totalmente la
humedad y dejar zonas quemadas en la caña.
grandes ( de más de 15 centímetros). Es un
“Turbo Torch” con una boquilla T-7 y una sali-
da de unas 150.000 BTUs.
La próxima vez que bajes al sótano, mira
tu caldera , y mira la
capacidad calórica.
Probablemente será
menor que la de este
soplete.
El otro soplete
de propano que uso
tiene la décima parte
de capacidad calórica
que el primero. Es un
“SureFire” modelo T-
550 (ahora conocido
como TS4000), fabri-
El “turbo Torch” comercializado
Un soplete fácil de encontrar:
el “BenzOmatic”.
22
La punta del soplete, la posición y la trayectoria, vistas desde el extremo del “culm”.
Cuando llegues a la zona del nudo, tráta-
la como al resto del “culm”, manteniendo el
soplete a la misma distancia y velocidad. A
medida que mueves el soplete sobre la superfi-
cie de la caña, notarás que la capa brillante tien-
de a “explotar” o a formar pompas cuando la
llama pasa sobre ella. No tengas pánico: el ali-
sado y terminado final vendrán más tarde.
¿Cuánto hay que flamear? Este es un
asunto de ensayos y errores propios, así como
del gusto de cada uno. La superficie puede pa-
recer negra, pero lo que estás buscando es el
tono apropiado de las fibras de potencia más
externas que se encuentran unas milésimas más
abajo. Como ya he sugerido, prueba esta técni-
ca de flameado en una pieza de prácticas pri-
mero. Flamea una pieza y líjala con papel de
lija del nº 220 para ver los resultados, tomando
nota de la distancia y velocidad del soplete. El
tono apropiado lo obtendrás con la práctica.
Intenta también ver el trabajo de otros cons-
tructores de cañas. Pronto empezarás a ver los
detalles y comenzarás a desarrollar tu propia
sensación de cómo debe ser tu caña ideal de
bambú.
Las ventajas del flameado
Además del beneficio de poder disimular
las manchas de humedad del bambú, flamear el
“culm” también reduce la humedad. Esto te fa-
vorecerá más tarde a la hora de cortar y cepi-
llar las tiras de bambú.
Evitar lo barato
Algunas lecciones de la vida pueden ser
descorazonadoras. El soplete más barato y más
fácil de encontrar es el que suelen tener la ma-
yoría de las tiendas, y su llama no es la más
apropiada. No caigas en la tentación de com-
prarlo. Con el tiempo te darías cuenta de que la
baja temperatura de salida de estos sopletes, a
fuerza de insistir para dejar la superficie como
tu quieres, acaba carbonizando las fibras de
potencia, dejándolas inservibles.
La mejor analogía que he encontrado es
que es como quemar un filete de carne. Con
poca temperatura, la carne estará hecha por
dentro antes de que el exterior se queme. Pero
con mucha temperatura, la superficie se que-
mará, mientras que el interior estará todavía
crudo. Esto es importante si quieres que tu caña
quede preciosa, y tu bambú útil.
23
3
TRABAJO CON LOS CEPILLOS
Los cepillos
La herramienta que mejor represen-
ta al arte de construir cañas es el cepillo, el
útil más básico y comúnmente usado por
todos los constructores de cañas. Y de los
muchos cepillos que se pueden encontrar,
el Stanley 9 ½ es, con mucho, el más po-
pular. Después de probar una gran varie-
La última versión de esta herramienta es
el Stanley G12-020. En la parte posterior iz-
dad de cepillos para las diferentes etapas
de la construcción de una caña, me quedo
quierda del cuerpo está marcado “12-020”. Sin
embargo, si buscas este cepillo en una ferrete-
con el Stanley 9 ½ para todos mis trabajos.
Cuando uso el término genérico de 9 ½ ,
me estoy refiriendo a un grupo de cepillos dise-
ñados a partir del Stanley 9 ½ original. Este es
un cepillo totalmente ajustable, con ajuste de la
boca delantera, ajuste fino de la cuchilla, y ajuste
lateral de la cuchilla también. Incorpora un sis-
tema rápido de cambio de cuchilla. Todas estas
características hacen del 9 ½ el modelo ideal
para trabajos delicados, lo que es esencial en la
precisión necesaria para la construcción de ca-
ñas.
El modelo 9 ½ original es fácilmente iden-
tificable por el sello que lleva en el lateral iz-
quierdo del cuerpo. Este cepillo también incor-
pora una rueda de ajuste y un botón de guía en
latón. El modelo 9a es una copia del 9 ½ , ex-
cepto en que las partes de latón han sido susti-
tuidas por acero. La Record Company of
England todavía fabrica el modelo 9a, que aún
se encuentra en Estados Unidos.
El antiguo y el nuevo: el 9 ½ de mi abuelo y el más reciente
G12-020.
Nótese que el cepillo está marcado como “G12-020”, mientras
que en la caja viene como “12-920”.
24
ría local ten en cuenta que en la caja ahora vie-
ne marcado como “G12-920”. Este es el nú-
mero nuevo del cepillo, y viene marcado por la
norma de calidad ISO 9000. Ha sido reforma-
do con un sistema de rueda de presión directa
para el ajuste de la cuchilla. (Los modelos 9 ½
y 9a llevaban una ruleta giratoria que movía un
brazo que era el que cambiaba la cuchilla de
posición).
Hasta hace poco tiempo, la elección de
un cepillo de ajuste fino estaba limitada a los
Stanley o los Record. Ahora, Lie-Nielsen
Toolworks ha añadido una versión del 9 ½ a su
catálogo. (Más tarde haré mención al modelo
212 que esta compañía ha fabricado durante
años). Tom Lie-Nielsen y su compañía se han
forjado una excelente reputación en la fabrica-
ción de cepillos para trabajos finos, estando a
la altura del legendario 9 ½.
El cuerpo principal del cepillo Lie-Nielsen
está hecho de acero fundido, con los reglajes
de la cuchilla acabados en bronce. El ajuste y el
acabado son excelentes, sin que necesite nada
más. Después de un ligero afilado de la cuchi-
lla, está listo para su uso. También hay que te-
ner en cuenta, respecto al presupuesto, que el
cepillo Lie-Nielsen cuesta algo más del doble
que el Stanley o el Record, después de añadir-
les una buena cuchilla.
Ángulos bajos, no
A través de las muchas crónicas sobre la
fabricación de cañas, hay muchas referencias al
uso del cepillo Stanley 60 ½. Es muy similar en
funciones al modelo 9 ½ (ajustes delanteros y
laterales de la cuchilla), excepto en que el án-
gulo de la cuchilla es algo menor, de unos 12
grados.
Como otros muchos constructores de
cañas, compré uno para mi arsenal de herra-
mientas. Pero cuando intente usarlo, tuve pro-
blemas. Debido al ángulo tan bajo de la
cuchilla, el bambú se rajaba delante de la
cuchilla, resultando esto en una pérdida
de control. Mi 60 ½ descansa ahora en
la estantería de “intentos fallidos” de mi
sótano.
Honradamente, debo decir que al-
gunos constructores de cañas han usado
satisfactoriamente los cepillos de ángulo
bajo. Conversando con estos constructores,
aprendí recientemente el truco de su éxito: Cam-
biaban el ángulo de corte de la cuchilla de los
30º estándar, a 40º (aproximadamente). Cam-
biando este ángulo, el resultado es que el ángu-
lo de ataque de la cuchilla es el mismo que en el
9 ½, cuya cuchilla tiene un ángulo de 30º.
Preparación del cepillo
Incluso si acabas de comprar un cepillo
nuevo, tendrás que prepararlo adecuadamente
para tus proyectos de construcción de cañas.
El área más crítica a tener en cuenta es la
planicidad de la base. Si la base está algo cón-
cava (y la mayoría lo están), tendrás proble-
Una comparación de los sistemas nuevo y antiguo de ajuste de
la cuchilla.
La versión Lie-Nielsen de 9 ½.
25
mas para cepillar las tiras correctamente. El
problema de usar una base que no sea comple-
tamente lisa es que el bambú se puede levantar
del molde. Y una vez que se levanta, eliminarás
más material del necesario, no respetando las
medidas deseadas de las tiras de bambú.
Para revisar tu cepillo, lo primero que
necesitas es ajustarlo para un corte de 0´005
pulgadas (0,127 m/m), con una apertura de boca
de 0´014 a 0´020 pulgadas (0,355 a 0,508 m/
m). Aplica la misma presión a los ajustes de la
boca y de la cuchilla que la que usarás más tar-
de. Una presión moderada es suficiente para
sujetar ambas de una forma segura. Una vez
que tienes los ajustes correctos, mete la cuchi-
lla en el cuerpo hasta que no puedas notarla
cuando pases el pulgar.
Lo siguiente que necesitas es una super-
ficie perfectamente lisa. Una pieza de Plexiglass
de 6 m/m de espesor, o la mesa de una sierra
servirán. Pega un papel de lija del nº 400 (seca
o al agua) sobre la superficie lisa, con la cara
abrasiva hacia arriba. Con una ligera presión,
coloca el cepillo sobre la lija y muévelo adelan-
te y atrás. Con unas pocas pasadas bastará.
Ahora gira el cepillo para inspeccionarlo. Si la
superficie de la base no muestra evidencias de
desgaste justo delante y detrás de la cuchilla,
entonces la base necesita más revisión.
Después de la revisión, puedes decidir si
la base está lisa o si hay que seguir lijando. Si
continuas lijando, verás que las zonas pulidas
van aumentando hasta que toda la base tiene
un brillo uniforme. Puedes usar, incluso, papel
de lija del nº 1.500 después del de 400. La lija
de 1.500 dará a la base un acabado de espejo.
Este acabado tan fino no hace que el cepillo
deslice mejor, pero impresionará a tus amigos
cuando vengan a ver tu taller.
Dos ejemplos de problemas que pueden aparecer si la
cuchilla no está plana.
Lijando la base de un cepillo.
Un detalle de la zona inicial de contacto, indicando
que la base esta curvada.
Una base alisada apropiadamente
26
Una precaución. Puedes pensar que la
base del cepillo se puede alisar con una piedra
esmeril. Yo lo intenté una vez. Cuando sujetas
el cepillo en un tornillo de banco, la presión en
los laterales del cepillo hace que la base se com-
be. Esmerilas la superficie perfectamente lisa,
pero cuando retiras la presión de las mordazas
del tornillo de los laterales del cepillo, la base
vuelve a su forma, y te quedas con una base
cóncava.
Hace poco intenté otro sistema. Antes de
lijar la base, coloqué una cuña de 0,0127 m/m
entre la lija y la superficie sobre la que asienta.
Entonces lijé la base como antes. Al terminar,
tenía un suave rebaje en la base, que evita que
cepille el metal de los moldes, como me pasaba
antes.
La cuchilla
Durante años, nunca pude conseguir un
corte tan fino con los modelos actuales de
do por un lado, o el doble de
que en esa parte del cepillo. Con el tiempo he
añadido varias versiones nuevas más del Stanley
a mi grupo de herramientas.
Una noche, mientras afilaba la cuchilla de
mi cepillo, me di cuenta de que el área de apo-
yo de la cuchilla no estaba lo suficientemente
bien mecanizada. Al no tener identificados to-
dos mis cepillos, no sabía cuanto tiempo había
usado éste en particular. Este descubrimiento
me hizo revisar y clasificar los cepillos. Des-
pués de esto, coloque todos los cepillos que
tengo en el banco de trabajo, con las cuchillas
quitadas. Decidí que lo mejor era repasar el área
de apoyo de la cuchilla de todos ellos.
Para llevar a cabo esto, retiré la cuchilla,
la sujeción de la cuchilla y finalmente, el pie
ajustable delantero. Con papel de lija del nº 220,
envolviendo la base de un cepillo, lijé la super-
ficie de asiento para eliminar cualquier eviden-
cia del mecanizado. Fui descendiendo el grano
de la lija a 400, 1000, hasta que tuve una su-
perficie de espejo.
Mientras hacía esto, reflexioné en cómo
había limpiado el cepillo de mi abuelo. Estaba
bastante oxidado, así que para dejarlo brillan-
te, sin quitarle la pátina, lo froté con lana de
acero 0000 y le aplique vaselina. Esta es un
consejo que me dio un vendedor de herramien-
tas antiguas.
Stanley, como lo conseguía con
el modelo original de mi abue-
lo. Antes de que me
malentendáis, debo decir que
los nuevos Stanley se pueden
ajustar a un mínimo de 0´001
pulgadas (0,025 m/m). Sin em-
bargo, el de mi abuelo permitía
un ajuste menor de 0´0005 pul-
gadas (0,012 m/m) de corte.
Esto no es nada más que me-
dia milésima de pulgada mira-
Un cepillo con la cuchilla desmontada, listo para re-alisar el área de la
cuchilla.
precisión, si lo miramos por
otro lado. Con ambos cepillos se puede cortar
un cabello humano varias veces.
El problema era otro que he pasado por
alto. Cuando compré y regulé mi modelo ac-
tual de Stanley, el área de apoyo de la cuchilla (
la superficie que toca la parte más baja de la
cuchilla) estaba mecanizada con una razonable
calidad. Por eso decidí no hacer ningún reto-
27
Entonces, usando lana de acero y una
grasa con base de teflón, pulí el asiento de las
cuchillas. Mi idea era que el lubricante se intro-
dujera en los poros del hierro fundido para con-
seguir una superficie lo más deslizante posible.
Al final conseguí incrementar la finura del
corte de los nuevos cepillos. Interiormente, sin
embargo, todavía siento que el cepillo de mi
abuelo cortaba mejor que este. O quizá sólo
sea un sentimiento emocional.
Tensión de apriete
Uno de los puntos débiles del diseño de
los Stanley es el tornillo de ajuste de la cuchi-
lla. Se supone que tiene que controlar la pre-
sión que se ejerce sobre la cuchilla. Sin embar-
go, se afloja tan fácilmente que constantemen-
te se desajusta. He tenido este problema duran-
te años, y finalmente tomé la decisión de usar
sellador para reducir este movimiento del tor-
nillo.
Pero tuve que tomar otras decisiones. La
primera fue determinar la tensión que debía apli-
car a la cuchilla. Debido al control tan fino que
hace falta, esta tensión debe ser regulada al mí-
nimo. Tienes que permitir que la cuchilla se
deslice razonablemente fácil. Un exceso de pre-
sión hará que la cuchilla salte o se mueva sin
control, haciendo difícil conseguir ajustes muy
finos.
La segunda, ya que puede haber ligeras
diferencias de medida de una cuchilla a otra,
fue asignar una cuchilla a cada cepillo. Esto sig-
nifica que no puedo tener una cuchilla afilada
de reserva, y tengo que interrumpir el cepillado
cuando necesito afilarla. (Esto puede evitarse
si compras varias cuchillas a la vez. En cada
remesa de cuchillas, el grosor es constante, con
pocas variaciones de una remesa a otra. Pero
siempre hay desventajas en intentar usar más
de una cuchilla con el mismo cepillo).
Luego está la elección de la fuerza del
sellador. Después de pensarlo, elegí usar el
Loctite 242, que no es muy fuerte, y así permi-
tir un posterior cambio de cuchilla. Evité usar
el más fuerte (Loctite 721), que podría no de-
jar aflojar el tornillo de nuevo. Mi sugerencia a
los diseñadores de los Stanley sería añadir una
junta de nylon a este tornillo para evitar movi-
mientos indeseados.
Aplicando Loctite al tornillo de sujeción de la cuchilla.
Ajuste del corte
Cada vez que retires la cuchilla de un ce-
pillo y la vuelvas a colocar, hace falta algún li-
gero reajuste. La incidencia de esto se puede
reducir siguiendo unos pocos pasos muy sim-
ples.
El primero, es retirar todas las virutas.
Casi todas las veces que quitas una cuchilla,
encuentras bajo ella alguna viruta de bambú.
Para asegurar que las superficies estén bien lim-
pias, retira las virutas de la cavidad del cuerpo
del cepillo y del tornillo con una brocha.
Otro paso es ensamblar el cepillo de nue-
vo sobre una superficie lisa. Así podrás tener la
seguridad de que la punta de la cuchilla y la
base del cepillo están totalmente alineadas y de
que la cuchilla está correctamente ajustada al
tope. Pero antes de ponerte a trabajar con él de
nuevo, revisa todas las partes cuidadosamente.
28
El alineamiento de la cuchilla y la base
requiere una especial atención. Con el cepillo
en la mano, dale la vuelta y sujétalo en una po-
sición en la que puedas ver bien la cuchilla y la
base. Mirando el cepillo desde atrás, y con un
ángulo bajo, coloca el canto de la cuchilla y el
canto del pie delantero uno contra otro. Si es
necesario, usa el ajuste lateral para alinearlos.
Finalmente, inspecciona el asiento de la
cuchilla midiendo la profundidad de corte en
alguna varilla que no estés usando en ese mo-
mento. Otra posibilidad es atornillar una pieza
de madera de unos 30 centímetros al final del
banco de trabajo para realizar estas pruebas.
Revisa siempre la profundidad de corte y haz
los ajustes necesarios antes de seguir cepillan-
do. En la mayoría de los casos será necesario
retocar la cuchilla para obtener un corte más
fino. Es difícil volver a colocar la cuchilla y pre-
tender que el corte sea el mismo que antes de
quitarla.
Aquí es donde he apreciado el sistema de
cerrojo del nuevo modelo G 12-020. Para reti-
rar la cuchilla sólo hace falta un ligero giro en
el sentido contrario a las agujas del reloj. Lue-
go, con un giro en el sentido de las agujas del
reloj vuelve a su punto original. Esto liberará la
cuchilla lo justo para poder retirarla. Y al colo-
carla volverá a ser aprisionada en su sitio. Con
un rápido ajuste, volverás enseguida al trabajo.
Cuchillas de repuesto
La idea de tener varias cuchillas afiladas
al mismo tiempo, listas para su uso, está muy
bien. Pero hay una pega: el tiempo extra que
perderás reajustando cada cuchilla. Esto es
como resultado de que todas las cuchillas no
son exactamente iguales. Incluso si al principio
dos cuchillas son iguales, con el paso del tiem-
po terminarán siendo diferentes, como resulta-
do del afilado.
Cuchillas de acero
Al cabo de unos años, la calidad del filo
de las cuchillas que vienen con los cepillos ha
ido a menos. La cuchilla del 9 ½ de mi abuelo,
por ejemplo, mantenía el filo en perfectas con-
diciones por mucho más tiempo. Pero la cuchi-
lla que viene con el G 12-202 que compré hace
poco no tiene un buen filo.
La razón puede ser que las característi-
cas que muchos carpinteros buscan en un cepi-
llo hayan cambiado. En los tiempos de mi abuelo
todo se hacía a mano y era crucial para los car-
pinteros que las herramientas tuvieran un buen
filo. Hoy en día, gracias a las modernas máqui-
nas, el carpintero sólo se tiene que preocupar
de que la cuchilla de su cepillo no se oxide de-
masiado en el fondo de su caja de herramien-
tas.
Esta resistencia al oxidamiento se consi-
gue añadiendo cromo al acero. Sin embargo,
los cristales de cromo son de mayor tamaño
que las moléculas del acero al carbono, resul-
tando en que es más comprometido conseguir
un buen filo. Piensa en la cuchilla como si fuera
una acera, con la parte fina representada por el
acero al carbono, y siendo el cromo las piedras
que asoman en la superficie. Las cuchillas con
aleación de cromo pueden ser una fuente de
quebraderos de cabeza para los constructores
de cañas poco puestos en el tema.
Afortunadamente, la solución es sencilla.
Simplemente reemplaza la cuchilla por una cu-
chilla “Hock”. Ron Hock, un fabricante de cu-
chillas de Fort Bragg, California, hace sus lá-
minas de acero al carbono templado, lo que
produce filos de muy larga duración. A todos
los nuevos constructores de cañas a los que he
Hock, símbolo de calidad en cuchillas.
29
Cepillado perfecto
Es posible que halláis oído que el bambú
Tonkin puede contener grandes cantidades de
arena silícea, quizá introducida en las plantas
en crecimiento por los fuertes vientos. Unido
esto a las mínimas tolerancias que se requieren
en nuestro trabajo, puede entender la necesi-
dad de afilar las cuchillas. Este es un aspecto
en el que no me canso de insistir: Muchos de
los frustrantes problemas que aparecen en la
construcción de cañas de bambú provienen di-
rectamente del uso de cuchillas mal afiladas.
Cuando tengas duda, reafila. Lleva unos pocos
minutos, y puede evitarte horas de sufrimiento.
Piedras de afilar
Otro aspecto que la mayoría de los po-
tenciales constructores de cañas desconocen,
es el de las piedras de afilar. Una vez, le pedí a
un carpintero que me enseñara como afilaba él
las cuchillas de sus cepillos. Fue a su potente
lijadora de cinta, y comenzó a lijar la cuchilla
del cepillo. Y, ciertamente, la cuchilla cortaba
bien el pino que usaba en su carpintería. Pero la
superficie del filo tenía varias bocas, lo que se-
ría desastroso para trabajar con el bambú.
Pero no fue hasta que hablé con un
tallador de madera, cuando entendí el valor de
las piedras de afilar. Cuanto más fina es la su-
perficie del filo, insistió, más fino es el corte.
Una cuchilla mal afilada arranca las fibras, mien-
tras que una bien afilada las corta limpiamente.
La finura de la superficie del filo es muy impor-
tante.
Si vas a una ferretería local, las piedras
de afilar que se suelen encontrar son la “Coarse
Crystolon”, o posiblemente la “India
Combination”. El grano de estas piedras es de
100 a 220, y producen un filo lo suficientemen-
te bueno como para trabajar la madera. Pero
para el corte tan fino que deseamos los cons-
tructores de cañas es esencial una piedra con
un grano de entre 6000 y 8000. Este tipo de
afilado tan fino sólo se obtiene con las piedras
de agua.
Por otra parte, una piedra de agua de gra-
no 6000 a 8000, solamente pule. Para el afila-
do que necesitamos, yo recomiendo una piedra
de agua que esté en un rango de entre 1000 a
1500. La solución que he encontrado es una
piedra “King” combinada. Tiene, en un lado,
un grano de 1000 para el afilado, y otro lado
con un grano de 6000 para el pulido. Todo por
unos 20$.
La mayoría de las piedras de agua requie-
ren un remojado previo antes de usarlas, nor-
malmente de unos 20 minutos. Sin embargo,
hay una forma simple de tener tu piedra lista en
el momento que la necesites: Guardarla sumer-
gida en agua. Yo uso un tubo de plástico con
tapa ajustable para que no se escape el agua. Si
tu taller de trabajo puede estar sujeto a bajas
temperaturas, también se pueden guardar en una
solución anticongelante sin que sufran ningún
daño.
recomendado esta marca me han comentado
que es mucho más fácil cepillar las tiras de bam-
bú con estas cuchillas de alta calidad.
El alisado de una piedra de agua se pue-
de realizar lijándola. Un trozo de Plexiglass, con
un trozo de lija de 220, seca o al agua, va bien
para esto. Simplemente, con la piedra húmeda,
lija el lado que lo necesite hasta que la superfi-
cie vuelva a mostrar de nuevo signos de
abrasión.
La superficie de la piedra
Uno de los inconvenientes de usar pie-
dras de agua es que se gastan rápidamente. De-
pendiendo de la piedra, puede ocurrir en unos
pocos afilados. Normalmente el centro de la
piedra se desgasta más que los lados. Y en este
punto es posible que la piedra pierda también
su capacidad abrasiva. Este efecto se puede
rebajar moviendo la cuchilla sobre toda la su-
perficie de la piedra cuando afilamos. Pero tar-
de o temprano el problema aparecerá.
30
La piedra “Nagura”
Otra opción es usar una piedra “Nagura”.
Esta es una piedra abrasiva soluble en agua que
acelerará el proceso de pulido. La piedra se
humedece con agua y se frota en una superficie
de grano 6000 hasta que se forma una ligera
pasta.
Los diamantes son para siempre
Una de las novedades en el mundo del
afilado son las piedras de diamante, una mezcla
de níquel-plata y una base plástica. Las partí-
culas calibradas de diamante van unidas a una
base precisa de níquel-plata. Esto es posible
porque la plata está hábilmente combinada con
pequeños huecos para recoger el metal proce-
dente del afilado.
Las piedras de diamante se pueden usar
secas o ligeramente humedecidas. Como en
otras piedras, un lubricante acelerará el afilado
al eliminar el exceso de polvo de metal. Las
partículas de diamante acabarán embotándose
con el polvo de metal, pero se recuperan fácil-
mente cepillando con un cepillo de dientes y un
estropajo blando.
Una ventaja clara de las piedras de dia-
mante es su superficie indestructible en com-
paración con la de las piedras de agua tradicio-
nales, que la tienen muy blanda. La dura super-
ficie de las piedras de diamante es ideal para
mantener un nivel constante en la planicidad de
las cuchillas. El inconveniente obvio de las pie-
dras de diamante es su alto precio.
Comparativa de piedras
Hacer un repaso de las diferentes piedras
de afilar que se pueden encontrar hoy puede
ayudar a comparar sus calidades de abrasión.
He tomado estos datos de tamaño de partícu-
las y equivalencias de grano de los catálogos
de los fabricantes.
tras afilamos las cuchillas, yo recomiendo el uso
de una guía. Hay personas que creen que se
puede sujetar la cuchilla con la mano mientras
se afila. En teoría, es así, pero es muy difícil
sujetarla con un ángulo constante. Cualquier
variación en el ángulo causará un cambio en la
superficie de la cuchilla, resultando en un esca-
so o nulo afilado del filo.
Las guías de afilado
Para mantener un ángulo constante mien- La guía de afilado “Veritas” “sobre la piedra.
Medium diamond (blue) 320 500
Soft Arkansas 500 1,000
Hard Arkansas (white) 700 2,000
Fine diamond
(DMT-red, 30 micron) 600 2,000
Fine diamond
(3M-white, 20 micron) 800 3,000
Hard Arkansas (black) 900 4,000
Extra-fine diamond
(DMT-green, 9 micron) 1,200 6,000
Extra-fine
(3M-blue, 10 micron) 1,800 8,000
Comparativa de piedras
31
Hay dos ti-
pos básicos de
guías de afilado.
Yo llamo al prime-
ro, “sobre la pie-
dra”, ya que se
mueve unida a la
cuchilla sobre la
superficie de la
piedra. El segundo
es “fuera de la piedra”. Esta tiene una rueda
que se desplaza sobre la misma superficie so-
bre la que descansa la piedra.
Si usas una sola piedra para el afilado y
pulido, debes usar una guía “sobre la piedra”.
De esta forma el ángulo de la cuchilla no cam-
biará. El único inconveniente es que la guía tam-
bién se desgasta, además de la piedra.
Si usas una piedra de doble cara (una para
afilar, otra para pulir), entonces recomiendo una
guía “fuera de la piedra”. Mantendrá constante
el ángulo y no desgastará la piedra prematura-
mente.
Stop block
Un “stop block” es un artilugio que he
fabricado en madera. Consiste en una pequeña
pieza de contrachapado (10 x 17 x 1,2 centí-
metros) con otra pieza sujeta a 2,54 centíme-
tros de uno de los extremos largos. Lo uso para
sujetar siempre igual la cuchilla en la guía. Esto
reduce al mínimo la cantidad de metal que eli-
mino durante el afilado. Sin el “stop block”,
puedes cambiar la cantidad de cuchilla expues-
ta, lo que puede resultar en ligerísimos cam-
bios del ángulo de la cuchilla.
Stop block modificado
Ken Rongey, un constructor de cañas lo-
cal y amigo, me enseñó un tipo diferente de
“stop block” una vez que le pedí prestada su
piedra de diamante. Su “stop block” estaba
construido para una guía de afilado Veritas (“so-
bre la piedra”). No sólo tenía un tope para ase-
gurar la correcta exposición de la cuchilla (28,57
milímetros) para obtener un ángulo de 30º, sino
que también tenía un tope lateral que sujetaba
y guiaba el costado de la cuchilla. Debido a la
finura del canto de la cuchilla, el “stop block”
simple puede permitir, a veces, que la cuchilla
quede torcida en la guía. Pero con la adición de
este tope lateral, la cuchilla siempre queda bien
escuadrada en la guía de afilado.
La guía de afilado “General”
“fuera de la piedra”.
Un esquema del tope de ajuste de las cuchillas.
Ken Rongey diseñó este tope de ajuste para el autor.
El tope de ajuste usado para colocar la cuchilla en la
sujeción.
32
Alisado de la cuchilla
El filo de la cuchilla no quedará bien si la
parte de atrás de la cuchilla no está perfecta-
mente lisa. Aunque algunos constructores de
cañas defienden el uso de una pieza de acero y
polvo de grafito para desgastar la cuchilla, yo
prefiero usar una piedra de agua, comenzando
por el lado de grano 1000.
Coloca la cuchilla plana sobre la piedra.
Entonces, con una ligera presión, comienza un
movimiento adelante-atrás. Observa cuidado-
samente el progreso. Gradualmente verás que
las superficies desgastadas irán aumentando
hasta hacerse todas una. Gira entonces la pie-
dra a la cara de grano 6000 y repite el proceso
para pulir la cuchilla. Repite el movimiento ade-
lante-atrás y, gradualmente, la superficie de la
cuchilla irá tomando el aspecto de un espejo. A
menos que la cuchilla esté curvada, quedará
perfectamente alisada.
El afilado
Debido a que yo afilo sobre el mismo
banco de trabajo donde también cepillo, decidí
que necesitaba una superficie resistente al agua
en la que colocar mi piedra de afilar. De otra
forma, la superficie de madera podría retener
humedad y entrar en contacto con los moldes
de acero, creando un problema de oxidamiento.
Al final opté por una pieza de nylon de 15 x 61
x 1,2 centímetros, que compré en un comer-
ciante local de plásticos. Otra alternativa es
comprar una pieza de Plexiglás. En ambos ca-
sos, el resultado es una superficie resistente al
agua en la que trabajar.
Mi guía de afilado “General” va bien con
la cuchilla sobresaliendo una pulgada de la su-
jeción. Esto deja la base de la sujeción 6,35 m/
m fuera de la piedra cuando la cuchilla se afila a
30º. Cuando se monta en un Stanley 9 ½, da un
ángulo de ataque sobre la superficie del bambú
de 51º. Aquí es donde es muy importante que
el “stop block” deje siempre la cuchilla a una
pulgada de la sujeción. Si esta longitud cambia,
lo hará también el ángulo, y hará que el tiempo
de afilado se alargue debido al metal adicional
que hay que eliminar para formar el nuevo án-
gulo.
Antes de comenzar a afilar, debes decidir
el ángulo que prefieres. Yo uso un ángulo de
La rebaba se elimina con una piedra de diamante fina.
30º, medi-
do con un
transporta-
dor de án-
gulos. En
la guía
“General”,
por ejem-
plo, pon la
El ángulo correcto de la cuchilla
para cepillar el bambú.
flecha en el 1. Recuerda que este es el ángulo
que estás buscando cuando la cuchilla descan-
sa sobre la piedra de afilar.
El afilado se debe hacer con el lado de
grano 1000 de la piedra. Para obtener el mejor
resultado, mueva la cuchilla adelante y atrás con
una ligera presión. La superficie de la piedra se
33
debe mantener siempre mojada. Esto despla-
zará las partículas de metal, evitando así que
queden embotadas en la superficie de la pie-
dra. Después de varias pasadas, inspecciona la
superficie afilada. Verás así donde el metal va
siendo eliminado. Toca el borde de la cuchilla
para ver si se forma una rebaba. El afilado con-
tinuará hasta que la cuchilla presente una reba-
ba a lo largo de la anchura del filo y todas las
posibles mellas hayan desaparecido.
Sin quitar la cuchilla de la sujeción, co-
lócala con la parte superior del corte sobre la
piedra. Con una pequeña presión, da dos o tres
pasadas. Tantea la rebaba. Continua haciendo
esto hasta que la rebaba desaparezca por com-
pleto.
El siguiente paso es el pulido de la cu-
chilla. Usando el lado de grano 6000 de la pie-
dra “Nagura”, humedécela y aplícala a la su-
Inspeccionando la formación de la rebaba.
perficie a pulir hasta que se forme una suave
pasta. Ahora repite el mismo procedimiento
anterior, con el movimiento adelante-atrás, has-
ta que se forme una rebaba en el filo. Entonces
gírala y elimina la rebaba.
El afilado y pulido sólo lleva unos minu-
tos. Si usas una cuchilla “Hock”, puede que lleve
un poco más. Sin embargo, la cuchilla “Hock”
no se desafila tanto como la Stanley original.
Después de la formación de la rebaba, el alisado de la
cara se aumenta con la piedra de agua.
Entonces se elimina la rebaba.
34
Hay gente que también está a favor del
uso de un ángulo compuesto o filo de doble
ángulo. El primer corte está afilado con un án-
gulo de 25º, y se añade después un segundo
ángulo de 30º. Se le da el ángulo de 30º sola-
mente a la punta del filo (sobre 1,58 m/m). Este
método acorta el tiempo de afilado y propor-
ciona el mismo ángulo de ataque sobre la su-
perficie del bambú.
He probado ambos métodos, y creo que
el sistema del ángulo simple funciona mejor. Pri-
mero, el filo de doble ángulo no dura tanto como
el de ángulo simple; el doble ángulo no tiene
suficiente resistencia como para absorber la
presión del cepillado. Y segundo, con el pe-
queño ángulo secundario (25º), las virutas de
bambú no salen tan fácilmente. Pero, ciertamen-
te, esta es un área en la que puedes experimen-
tar. Prueba con diferentes ángulos y combina-
ciones para ver cual es la que más te convence.
Aquí se ve el alisado del filo de una cuchilla recién afilada. Nótese la gran calidad del reflejo.
He probado incluso con filos convexos, que
básicamente es lo mismo que el método del
doble ángulo. Y he tenido buenos resultados
con todas las técnicas.
Una vez que tengas la cuchilla afilada,
deberás protegerla con una ligera capa de acei-
te. Yo suelo usar un aceite lubricante de todo
uso (3 en 1). Si voy a guardar alguna cuchilla
de repuesto, también la envuelvo en un trapo
humedecido de aceite para prevenir el óxido.
Una piedra de diamante basta eliminará rápidamente cualquier malla de la cuchilla.
Método alternativo
Durante años, seguí la misma rutina de
afilado. Pero un viaje de fin de semana al
Catskills me cambió la rutina. Miles Tiernan,
un constructor de cañas y un loco de las tru-
chas, me llevaba por la noche por Ohio y Nue-
va York. A las tres de la mañana, con una taza
de café, surgió una discusión sobre el afilado.
35
Miles había estado usando una piedra de
diamante (roja) para lo que él llamaba su
“lijadora”. La usaba para eliminar las mellas del
filo, o para cuando necesitaba retirar un exce-
so de metal de la cuchilla. Después usaba una
piedra de agua de grano 1000-6000 para ter-
minar el trabajo. Si necesitaba un acabado bri-
llante, sólo usaba la piedra de agua. Debido al
cambio de piedras usaba una guía “sobre la pie-
dra” “Veritas”.
Después de probar este método durante
unos días, encontré que en verdad se ahorra
mucho tiempo. Este método también amplía el
periodo de uso de las piedras de agua, ya que
se usan menos frecuentemente.
Piedras de agua motorizadas
Aunque creas que las piedras de afilado
motorizadas te ahorrarán mucho tiempo, no es
así. Probé una hace unos años y no observé nin-
gún ahorro de tiempo. También es algo más
caro. La piedra que yo usé costaba varios cien-
tos de dólares. En realidad, sólo son realmente
útiles para afilar las largas cuchillas de los cepi-
llos eléctricos de 30,48 centímetros.
36
4
CORTADO Y ALISADO
Sacrificar algunos “culms”
Algunos constructores de cañas están
excesivamente preocupados por el número de
cañas que pueden hacer con cada “culm” de
bambú. Otros intentan hacer buenas cañas de
“culms” cuestionables por su escasa cantidad
de fibras de potencia o por otros defectos ma-
yores. Incluso si las cañas son para tu uso per-
sonal, hay que tener en cuenta unas normas.
Como ya mencioné anteriormente, es una bue-
na idea ser muy selectivo en la elección del bam-
bú. Deja unos pocos “culms”, o parte de ellos,
para los experimentos. Ya mencioné esto antes
cuando hablé del flameado, y además podemos
encontrar nuevas técnicas que requieran algo
de práctica.
Recuerdo a un constructor de cañas no-
vato que debería haber tenido esto en cuenta
cuando le envié algo de corcho seleccionado
especialmente. Finalmente vi la caña a la que
iba destinado el corcho, y noté que el mango
había sido hecho de un stock mediocre. En lu-
gar de usar el corcho bueno, había gastado los
cien anillos de primera calidad que le envié en
la fabricación de mangos de prueba.
Es el mismo error que usar el mejor bam-
bú que tengas para fabricar tu primera caña. Lo
correcto es justamente lo contrario. Comienza
con el que tú creas que es el peor “culm” que
tengas. Practica el corte, enderezado y cepilla-
do con unas cuantas tiras de bambú. Después,
déjalas a un lado, y comienza tu primera caña
con un segundo “culm”. Hay una curva de
aprendizaje tremenda cuando empiezas a cons-
truir cañas de bambú.
Un esquema de los diferentes métodos de alternado de
nudos.
37
He regalado bastantes “culms” a nuevos
constructores de cañas aconsejándoles que
practiquen con ellos antes de comenzar con ta-
reas serias. Esto es de sentido común, y se pue-
de aplicar a cada estadio de la fabricación de
cañas, desde el corte del bambú, hasta el cepi-
llado o barnizado.
Métodos de alternado de nudos
Hay cuatro métodos comunes de alter-
nar los nudos del bambú. El primero es 2 x 2 x
2. Cada nivel de nudos tiene dos de ellos a la
misma altura en caras opuestas. El segundo mé-
todo es 3 x3 x 3, en el cual, cada nivel de nudos
tiene tres nudos colocados en caras alternati-
vas. El tercero es el método Garrison, que ali-
nea los nudos en la misma secuencia que el or-
den de encendido de un motor de seis cilindros,
a medida que giramos la caña: 1-5-3-6-4-2. Fi-
nalmente, muchos constructores de cañas usan
un método “mezclador”, mezclando las tiras de
diferentes “culms” en una misma caña. Sólo se
debe estar seguro de que las secciones así com-
pletadas no tengan nudos adyacentes.
Neutralizar las tensiones
Si un “culm” de bambú tiene cualquier
retorcimiento, golpe (ligeras marcas), o relieve
extraño, el diámetro total en ese nivel normal-
mente se ve afectado. Esto es más evidente una
vez que has cortado las tiras y las has colocado
unas junto a otras. Una ventaja adicional del
método 2 x 2 x 2 es que las tiras similares, en
caras opuestas, tienen tendencia a neutralizarse
una a las otra.
Para tener un ejemplo visual de este efec-
to, haz dos pequeños cortes en un trozo de pa-
pel para dividirlo en tres partes. Entonces en-
rolla el papel en forma de cilindro con la base
de las marcas una opuesta a la otra. Traza una
línea en la mitad de las dos marcas y tendrás
una línea paralela al cilindro. Lo mismo ocurre
con las tensiones naturales en el método 2 x 2 x
2. Cuanto más tardes en atar las tiras para el
tratamiento de calor y de pegado, las caras
opuestas tienden a neutralizarse. Este es, defi-
nitivamente, el método que yo recomiendo.
Alternando los nudos
Una vez que has elegido tu método de
alineamiento de nudos, el siguiente paso es pre-
pararlos. Una buena técnica visual es colocar
las seis tiras alineadas en el banco de trabajo.
Este es un alternado tradicional 2 x 2 x 2.
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Construcción artesanal de cañas de bambú para la pesca a mosca - Wayne Cattanach

  • 1. Construcción artesanal de cañas de bambú para la pesca a mosca Wayne Cattanach
  • 2. Copyrigth © 2000 by Wayne Cattanach Ilustraciones © Wayne Cattanach Impreso en España, salvo que alguien lo lleve al extranjero. En ese caso procédase de la forma acostumbrada Encontrarlo en librerías de momento y desgraciadamente nos es imposible garantizarlo Traducción de nuestro amigo deLARIOJA Versión particular basada en el libro original aportado porEL DEL TORNO GUAY Maquetación y montaje realizados por un servidor,AL para los amigos Las correcciones fueron efectuadas por algunos entusiastas anónimos Primera revisión efectuada porEL DEL PIORNO (Seguro que algo se les escapó) Si encuentras citas que no casen bien, de veras que lo sentimos Esta versión es gratuita, no permitas que nadie te engañe
  • 3. CONTENIDOS Prólogo.................................................................vii Agradecimientos..................................................ix Introducción.........................................................xi Vocabulariobásico.............................................xiii 1 Orígenes.................................................................1 2 Pasospreliminares................................................9 3 Trabajo con los cepillos.....................................23 4 Corteycepillado.................................................37 5 Moldeprimario....................................................47 6 El proceso de atado............................................57 7 Creación de los ángulos.....................................71 8 Pegado de la caña...............................................95 9 Lasvirolas..........................................................105 10 Empuñadura y anillas.......................................123 11 El proceso de acabado.....................................137 12 Portacarretes y tubos.......................................149 13 Reparación de cañas........................................159 14 Detalles de acabado.........................................167 Apéndices A Chequeo paso a paso......................................169 B Chequeo de herramientas...............................173 C Tapers................................................................175 D El diseño de colores.........................................191 E Relacionessociales..........................................193 F Proveedores.............................. ........................195 G El carácter de la caña de mosca......................199
  • 4. PROLOGO En los años que han pasado desde que apareció la primera edición de este libro, el arte delaelaboracióndecañasdebambúhaproducido una subcultura social. Muchos de nosotros sentimosquelosartesanosestabanancladosauna moda.Laconexiónactualconotrosconstructores es tan fácil como usar el correo electrónico en la superautopistadelainformación,olaconversación cara a cara en uno de los muchos congresos organizados o inorganizados que se celebran a lo largo del año ( ver apéndice E). El resultado de estos contactos es una crecienteindustriacaseradeartesanosaficionados, o individuos que rompen momentáneamente con los sinsabores de sus días de trabajo dedicándose a trabajar el bambú. Algunas de las mejores cañas de bambú jamás hechas son construidas hoy en día por estas dedicadas personas. Y debido a su continuointerés porelavanceenlaconstrucción, notieneninconvenienteencompartirlosmétodos y técnicas que han ido aprendiendo a lo largo del tiempo. Pero detrás de la habilidad de cada constructor también descubrirás personalidades únicasyvariadas.Estabuenagentehaceelmundo más agradable, y yo me siento afortunado de conoceramuchosdeellos.Hecompartidoalgunos momentosconellosenlosclubs,asícomoenalgún que otro río truchero. Una rara mezcla de bambú, truchas, un café, una cerveza, es la base de la formación de una verdadera amistad. De una forma personal, parece que puedes distinguirunosciertossignosdelpasodeltiempo, pero no puedes hacerlo con otros. Yo siempre he compartidolasaventurasdepescaconmifamilia. Alolargodelosaños,MattyLyndihanaprendido el arte de la construcción de cañas. ( Y, sí, hay una caña dorada, e incluso un carrete dorado o dos; ver apéndice D ). Juntos hemos compartido momentos especiales en el taller de trabajo así como en los mágicosríos,enlomásprofundodelbosque.Pero haceunosañosMattsefuelejos,alauniversidad. Ahora es el momento de Lyndi, a la que estoy enseñando una nueva aventura de la educación. El taller será un lugar diferente.
  • 5. AGRADECIMIENTOS Es un desafío construir una caña de bambú, pero es más desafío aún escribir un libro. Aunque he dado muchas conferencias sobre el tema, la transformación de la palabra al texto escrito ha sido una experiencia difícil. Afortunadamente, varios amigos me han ayudado y alentado a lo largo del camino. Una persona en particular ha hecho posible este libro: Carlos Santos. Conocí a Carlos a través de nuestro mutuo interés en la construcción de cañas. El soñaba con hacer su propia caña de bambú, pero estaba peleándose con las circunstancias y buscando consejo. A través de nuestras conversaciones descubrimos que teníamos muchos intereses comunes, y a lo largo de los años hemos hecho un gran lazo de amistad. Aunque no nos conocimos en persona hasta hace un año, considero a Carlos como un viejo amigo. Otras personas que me han dado una importante asistencia y consejo para completar este proyecto han sido Ron Barch, Glen Blackwood,BobHoeskstrayJoeLoverti.Yestoy en deuda con Nick y Tony Lyons, Don Sedgwick yJayMcCullough,deLyonsPress,porsusánimos y asistencia editorial. Finalmente, debo dar las gracias a mi esposa, “Ben”, y a nuestros hijos Matt y Lyndi, por su paciencia, comprensión y ayuda.
  • 6. INTRODUCCIÓN Una definición simple de la función de una cañademosca,esquetienequetransmitirlaener- gía que aplica el pescador, hasta la línea de pesca. La línea, a su vez, tiene que extenderse en toda su longitud,yportantollevarconellalamoscaelegi- da. Necesito reseñar encarecidamente que una caña de mosca debe estar hecha con materiales fuertes y a la vez flexibles. Debe ser capaz de so- portar las fuerzas que se necesitan para efectuar ellance,sinsufrirningúndaño.Finalmente,lacaña ideal debe tener unas características apropiadas a cada pescador. Por supuesto, cada uno de nosotros tene- mos nuestro estilo de pesca. Un tipo particular de trucha o salmón, por ejemplo, atrae nuestra aten- ción. O puede ser que sientas pasión por un pe- queño y limpio arroyo de montaña, que requiera cañas ligeras y una delicada presentación. Como resultado, hay muchos factores que influyen en la concepcióndenuestracañaideal,algunosdeellos reales, y otros imaginarios. Y estas características de la caña perfecta son tan variadas como los in- dividuos que las van a usar. Comoconstructordecañas,tengomispro- pias preferencias en la fabricación, y podrás ver- las desarrolladas en las páginas de este manual de construcción. Pero también quiero compartir lo que he aprendido por mi propia experiencia a lo largo de los años, y lo aprendido de mis compa- ñeros constructores de cañas. Espero poder ayu- dar a otros artesanos a encontrar nuevos caminos para aprovechar viejos métodos, y a descubrir nuevas técnicas y diseños en su búsqueda de la caña perfecta. Antes de comenzar, permitidme ofrecer el principiodemuchassugerenciasdecómoorgani- zar vuestros proyectos de construcción. He in- cluido en el apéndice A una detallada lista de los pasos necesarios en la fabricación de una caña de bambú. Es posible que quieras fotocopiar estas páginas y colgarlas en la pared o en un tablón de anuncios en tu zona de trabajo. Esta lista te ayu- dará a estar organizado e incluso a ahorrar algo de tiempo. La lista de herramientas del apéndice B es igualmenteimportante.Puedeservircomolistade la compra antes de comenzar a trabajar, y como un manual de referencia para elaborar tus méto- dos de trabajo. De nuevo, puedes colocar una copia en el lugar conveniente. Detalles de fabri- cantes de estas herramientas, así como de su pre- paraciónymantenimientoestánincluidoseneltex- to. Lassiguientespáginasteayudaránadefinir la anatomía básica de una caña y sus partes. Tó- mateunmomentoparaleeryasimilarestostérmi- nos. Una vez que entiendas la nomenclatura de las partes y los procesos, encontrarás que las ins- trucciones son relativamente fáciles de seguir. Finalmente, espero que esta edición revi- sada de mi libro te proporcione horas de placer en tus exploraciones en el arte de la construcción de cañas. Es un mapa de carreteras detallado para conseguir el fin deseado: tu propia caña de bam- bú.
  • 7.
  • 8. VOCABULARIO BASICO La Caña ( 7´6´´, 2/2, #4, acción rápida) Longitud: La longitud total de la caña una vez ensamblada. En los Estados Unidos, la longitud se da en pies y pulgadas. Tramos: Se refiere al número de secciones que se necesitan ensamblar para conseguir la longitud total.Estenúmeroaparecedespuésdelalongitud, a la izquierda de la barra. Secciones: Uno de los tramos o partes de la caña. Puede ser descrito como sección inferior, sección media, o sección superior. Puntales: Tradicionalmente, las cañas de bambú se fabrican con dos puntales. Ocasionalmente, cadaunodeestospuntalessehaceparadiferentes usos (uno para WF o moscas ahogadas, y el otro para DF o moscas secas). El número de puntales siguealaindicacióndelnúmerodesecciones,ala derecha de la barra. Nº de línea: El número de línea para el que la caña fue pensada va precedido del signo “#”. En la actualidad se usa el método de la AFTMA, representado por un número. Anteriormente, el peso de la línea era indicado por una palabra multiletra, en la que cada letra representaba un diámetro específico de parte de la línea (HDH, por ejemplo). Acción: Una palabra o palabras usadas para describir subjetivamente el carácter de una caña y la manera en la que lanza. Ejemplos son: rápida, media,lenta,ninfera,parabólicaysemiparabólica. Listones: Una subsección de la caña, de forma triangular. Seis listones (triangulares) se pegan juntos para obtener una sección hexagonal. Bambú: También conocido como Arundinaria amabilis, “the lovely reed”, o por el nombre tradicional “Tonkin”. La palabra “Tonkin” fue usada por primera vez por “The Montague Rod Company”, que fue la primera en usar este tipo de bambú en 1898. Mango o empuñadura: Hecha de anillos de corcho, la empuñadura normalmente varía en longituddeacuerdoalusoalquesevayaadestinar la caña. Se puede hacer de una de las muchas formas tradicionales (cigarro, halfwells, u otras), o de una forma personalizada. Anillos de corcho:Llamados monedas debido a su forma, se pueden encontrar en ¼ y en ½ pulgada de grosor, y están clasificados según sus poros o defectos. Flor, Superflor, Champagne, y 5 estrellas son algunas de las clasificaciones. Algunos nombres se usan en la industria, y otros son dados por los proveedores locales.
  • 9. Portacarrete: La pieza que sujeta el carrete a la caña. Puede ser de gran variedad de formas y tamaños: dos anillos deslizantes, sujeción inferior por anillo deslizante, sujeción inferior con rosca, sujeción superior por anillo deslizante y sujeción superior con rosca. Sello del portacarrete: Añadido por el constructor, se suele poner un sello para personalizar la caña. Normalmente se graba un nombre con la palabra “maker” detrás. Virolas: Las partes macho y hembra usadas para ensamblar la caña. Las cañas baratas suelen llevar virolas de cobre niqueladas. Las mejores virolas se hacen de níquel-plata al 18%. Anilla de punta: Es la anilla de la punta de la caña. Se construye con un tubo y un pequeño aro soldadointeriormente.Eltubodebeserdeltamaño adecuado para encajar en el final de la sección de bambú.Estetamañonormalmentesedaensesenta y cuatroavas partes de pulgada (por ejemplo: 5/ 64). Anillas serpentiformes: Anillas de acero fino, conlaformaimaginariadeunaserpiente.Lasanillas tradicionales americanas giran hacia la derecha, mientras que las versiones inglesas lo hacen hacia la izquierda. Las terminaciones pueden variar desde pintadas (japonesas), hasta cromadas. Anilla de salida: Esta es la primera anilla de la caña comenzando desde la empuñadura. Está construida con un aro interior montado sobre un soportedeacero.Elarointeriorpuedeserdeágata o de otro material resistente a la abrasión. Las anillassintéticasactualesofrecenmenorresistencia al lance, pero tienen detractores porque no van mucho con el aspecto tradicional de las cañas de bambú. Anillado y “tipping”: El anillado de hilo se usa para montar los diferentes elementos en la caña. El término “tipping” se refiere a las vueltas decorativas que se colocan en los anillados, normalmente sólo unas pocas vueltas. Tomar especial nota de los siguientes ejemplos: Virola: El anillado refuerza la unión con la caña. Empuñadura: El anillado se coloca junto al final de la empuñadura. Añade un elemento de transición entre el corcho y el bambú. Firma: este es el anillado que bordea la información sobre la caña o la firma del constructor. Se usa para acentuar o destacar lo escrito sobre la caña. Cliente: Similar al anillado de la firma, hace destacar el nombre del cliente, si se pone. Intermedios: Anillados adicionales a lo largo de la caña y al lado de las virolas. Dan un toque estético al terminado final de la caña. Winding check: Un anillo de metal o goma colocado como transición entre la empuñadura y elbambú.Laopciónidealesqueseaexactamente del mismo diámetro que la caña. A menudo se ve como una parte de la caña que puede alargar la vidadelamisma, evitandoeldeteriorodelmango. Sujeta moscas:Unadecoraciónfuncionalque normalmente se monta justo encima de la empuñadura.Laformacomúnesunanillometálico anillado a la caña por sus dos extremos. Sujeta la mosca mientras no se lanza. Inscripciones: Una caña construida a mano puede incluir el nombre del cliente, así como la información técnica (longitud, nº de línea, nº de secciones, nº de puntales y acabado).
  • 10. 1 1 ORIGENES El bambú de Tonkin El cortado y atado de bambú para la construcción de cañas de pesca comenzó en China antes de Cristo. Sin embargo, la evolu- ción de estas ancestrales cañas hasta las em- pleadas hoy en día, ha sido un proceso lento. En Inglaterra, una nación impregnada de la historia de la pesca a mosca, los primeros constructores de cañas experimentaron amplia- mente con muchos de los materiales exóticos que se podían obtener en las muchas colonias de Imperio Británico. La lista incluía yari-yari, greenheart, fresno y tilo americano. Cada es- pecie gozó de un periodo de popularidad du- rante el cual fueron consideradas como el ma- terial correcto para la fabricación de cañas. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando el bambú empezó a ser utilizado por los artesanos ingleses y norteamericanos. Ini- cialmente, sólo los puntales se hacían de bam- bú, procedente de Calcuta. A finales de siglo las cañas hechas totalmente de bambú de Calcuta habían copado la industria. El bambú Tonkin (llamado así por mu- chos importadores), och´a kon chuk, o “tea stick bambú” (como lo conocen los cultivadores), no fue empleado para la construcción de cañas hasta 1930. El profesor F.A. MClure, que viajó a China en 1927 como experto en botánica a la Universidad de Lignan, clasificó varias espe- cies no conocidas de bambú en China. Entre ellas estaba el bambú Tonkin, al que dio el nom- bre científico de Arundinaria amabilis, o “lovely reed”. El A. Amabilis se cultiva en las colinas que bordean el río Sui en los cantones colin- dantes de Kwangsi y Kwantung. El área total cultivada es tan solo de 20 ó 30 millas cuadra- das. Es la única zona del mundo en la que esta especie posee las características demandadas por los constructores de cañas. Cultivada en plantaciones (como los ár- boles de Navidad en Norteamérica), las cañas de bambú Tonkin pueden alcanzar alturas de unos 40 pies (12,192 metros). La zona ampliada muestra la región, a ambos lados del río Sui, en la que crece el bambú Tonkin de la mejor calidad.
  • 11. 2 Una vez recolectadas, las cañas se cortan en varias piezas y se llevan al río Sui para su limpieza y endere- zado. Las cañas, llamadas “culms” por los constructores de cañas, son en- tonces clasificadas, atadas en paque- tes y transportadas río abajo para su posterior exportación a todo el mun- do. Las cañas con el mayor diáme- tro se usan para la fabricación de ca- ñas de pesca, así como para acceso- rios. Las secciones inferiores se usan a veces para hacer cañas de juguete para niños. En Europa, estas seccio- nes se usan para bastones de esquí y trineo, aunque he oído de algunas cañas de pesca hechas con este mate- rial. El bambú Tonkin que se expor- tó a los Estados Unidos antes del em- bargo Truman de 1950 tenía de 46 pulgadas a, como mucho, 8 ó 9 pies de longitud. El embar- go, iniciado y extendido por el comunismo im- pidió la importación de bambú, y de otros mu- chos objetos chinos, desde 1950 a 1970. Cuan- do el comercio del bambú fue restaurado des- pués de 1970, los “culms” se empezaron a cor- tar a 12 pies (3,65 m) de longitud y a atar en paquetes de 25 piezas. Recientemente se ha re- ducido el número de piezas por paquete de 25 a 20. El embargo, combinado con la aparición de la fibra de vidrio y su producción en masa, conllevaron el final de la edad dorada del bam- bú. El bambú Tonkin en la actualidad se pue- de obtener en dos calidades, dependiendo del diámetro. El pequeño es de 1 ¾ a 2 pulgadas (44,4 a 50,8 m/m) de diámetro. El grande, que es más difícil de conseguir, tiene de 2 a 2 ½ pulgadas (50,8 a 63,5 m/m). Normalmente se envían cantidades menores a un paquete por UPS. Debido a las restricciones en la longitud de los envíos, los “culms” de 12 pies (3,65 m) se cortan en dos mitades cuando se envían. Uno de los pocos importadores de bam- bú Tonkin que queda es Charles H. Demarest, Inc. Este negocio de generaciones ha conocido la transformación desde la edad dorada de la construcción de cañas de bambú a comienzos del siglo XX, a través del embargo Truman, hasta la reducida producción actual. (Para ma- yor información sobre la compra de bambú Tonkin, ver apéndice F). Nótese que en la parte baja del paquete abierto hay una pequeña pieza de bambú dentro de uno de los “culms”. Sirve para usarla como asidero para el transporte. Tamaño contra calidad Como el bambú Tonkin se puede conse- guir en más de un tamaño, ¿cómo saber cual de ellos elegir? Si estás considerando la compra de un paquete entero, o más, la decisión es in- cluso más problemática. Nuestra sociedad ac- tual está anclada en la idea de que lo más gran- de es lo mejor, lo cual no es siempre así. Cada tamaño de bambú tiene sus ventajas e inconve- nientes; conocer sus características te ayudará a tomar la decisión correcta.
  • 12. 3 El diámetro mayor (de 50,8 a 63,5 m/m) se encuentra en el límite superior del bambú Tonkin. Sólo raramente se encuentran “culms” tan gruesos. En muchos años, yo sólo he visto unos pocos que pasaran de las 3 pulgadas (76,2 m/m). Este diámetro normalmente posee gran cantidad de fibras de potencia, lo que es muy importante si lo que piensas es hacer cañas pe- sadas de más de línea 5. Con este gran diáme- tro de bambú, también puedes obtener más ti- ras para esas veces en las que quieres hacer una caña para más de un número de línea (varios puntales) o con una potencia extra. Y una gran circunferencia significa que la superficie brillante del bambú será, inicialmente, algo más plana. Pero estas ventajas tienen un precio. Ge- neralmente, el bambú de mayor diámetro tiene más defectos, que tu puedes ser capaz o no de solucionar. Si lo que quieres es hacer cañas de color amarillo, tendrás que hacer algunos cam- bios en el bambú. Por último, el precio de los “culms” de mayor diámetro es bastante supe- rior al resto. Estrictamente, es una cuestión de núme- ros. Para poder suministrar las cantidades de bambú de este tipo que se demandan, los pro- ductores chinos pueden a veces no disponer del necesario, debido a que la mayoría del bambú cosechado está en un rango de 44,45 a 50,8 milímetros. Fabricar, no montar Es una terminología distinta, que debe- mos a uno de los pioneros en la construcción de cañas, H.L. Leonard. Marcado en la parte baja de sus portacarretes aparecía la palabra “maker” (constructor). Hoy se acepta común- mente la definición de que una persona que fa- brica el componente base de la caña, el blank, es un “maker”. Un “builder” (montador) es al- guien que compra los componentes (incluido el blank) y los monta para hacer la caña. Forma hexagonal La mayoría de las cañas modernas de bambú están hechas con seis tiras unidas para formar un hexágono. Los constructores de ca- ñas han experimentado con 3, 4, 5 e incluso 12 tiras, variando los ángulos de las mismas. Pero las cañas hexagonales son consideradas las mejores y las más prácticas. Partes y componentes La pared del bambú está formada por una cara exterior dura, brillante, que protege a la planta de los insectos y enfermedades. Inme- diatamente debajo de la capa brillante hay un estrato de fibras paralelas de celulosa que dis- minuye gradualmente, llamadas fibras de po- tencia por los constructores de cañas. Antes y después. A la izquierda una vista del canto de una caña de bambú. A la derecha un trozo de sección de una caña terminada. Una tapa inferior de portacarretes Leonard de los años veinte mostrando el uso del término “maker” (constructor).
  • 13. 4 Las fibras de potencia van de nudo a nudo en anillos concéntricos y son los que dan fuer- za a la estructura cilíndrica. Las fibras de po- tencia están unidas entre si por una sustancia llamada lignina. Aunque las fibras de potencia crecen amontonadas, se mantienen separadas, y no se tocan unas con otras. En este punto, aparece una sustancia pegajosa oscura, llama- da “pith”, que crece a una profundidad de 3/16 de pulgada (4,76 m/m). En cada nudo, (que pronto empezarás a aborrecer), las fibras de potencia de un tramo se encuentran con las del siguiente, entrelazán- dose como cuando cruzamos los dedos de las manos. También en el nudo, en el interior de la caña de bambú, el “pith” forma un puente, a través de toda la caña, que mantiene las pare- des unidas y ayuda a dar consistencia y a so- portar el peso. La calidad del bambú Los “culms” de bambú normalmente se recolectan cortándolos con un machete. Para no tener que agacharse continuamente, los cam- pesinos cortan el “culm” a la altura que consi- deran cómoda cuando se está de pie, que viene a ser a unas 24 pulgadas (60,96 cm.) del suelo. En este punto, el espacio entre nudos es de unas 10 a 12 pulgadas (25,4 a 30,48 cm.), pero se va incrementando gradualmente a medida que as- cendemos por la caña. A los 12 pies (3,65 me- tros), el espacio entre nudos se ha incrementado hasta 18 ó 20 pulgadas (45,72 ó 50,8 cm.); vuel- ve a disminuir a medida que superamos este punto. Tres cortes de una sección de caña en los que se ven las diferentes formas tradicionales de las cañas de bambú. Una geometría exacta juega un importante papel en el complejo funcionamiento de una caña de mosca.
  • 14. 5 En una inspección de la cantidad de fi- bras de potencia, éstas aparecen en 5,08 m/m en la parte inferior, decreciendo a 2,03 m/m, más o menos, a 3,65 metros de altura. El peso aproximado de un “culm” de 50,8 m/m de diá- metro es de 7 a 9 libras (3,17 a 4,08 kg.). Los “culms” con menos peso tienen menor canti- dad de fibras de potencia. El bambú Tonkin usado actualmente se corta en el octavo año de vida. De todo el bam- bú cortado, sólo uno de cada cinco “culms” se selecciona para su envío. Los “culms” desecha- dos no se desperdician: se suelen emplear lo- calmente para diversos usos, como cercados, construcción, etc. El objetivo es hacer una caña de cada “culm”. Intentar aumentar este porcentaje puede ser contraproducente. Incluso con este porcen- taje de 1:1, el bambú es el componente más barato de una caña de mosca. Protección personal Durante el libro, aludiré a lo cortantes que son las tiras de bambú, y a la importancia de tener bien afiladas las herramientas como cu- chillas y cepillos. Los constructores de cañas, especialmente los noveles, deben tener mucha precaución, y protegerse contra los inevitables cortes. Inicialmente, siempre llevarás guantes protectores cuando trabajes con estas herra- mientas. Sin embargo, pronto te darás cuenta que hay tareas delicadas que requieren destre- za manual. Tendrás que dejarlos aparte cuando llegues al punto en el que el trabajo tiene que ser muy fino. Recuerdo claramente la noche que afilé la cuchilla de mi cepillo 212. Estaba calculando la profundidad de corte, así que dejé la cuchilla sin apretar del todo. Probé el cepillo con una pasada en el banco de trabajo, lo suficiente como para que la cuchilla saltara del cepillo. En el camino hasta el suelo, la cuchilla rozó mi rodi- lla derecha, dejándome una cortada muy fea, no sólo en mis vaqueros, sino también en la pier- na. Otros daños que también sufren muchos constructores de cañas son causados por la parte del día que reservan para la fabricación de ca- ñas. La mayoría de los constructores amateurs se ponen manos a la obra después del trabajo, por la noche. Verdaderamente, la mayoría del tiempo disponible para la construcción de ca- ñas es cuando la mujer y los hijos están ya en la cama. Cuando se está cansado es mucho más fácil equivocarse. Aumentas mucho las posibi- lidades de hacerte daño y de estropear alguna parte de la caña. El trabajar el bambú es exci- tante y placentero, pero tienes que saber cuan- do parar. Usa el sentido común y observa las nor- mas de seguridad de todo tu equipo. El cuchillo de cortar bambú Al principio empecé usando un froe, un cuchillo al cual golpeaba con un mazo. En Norteamérica, los froes se usan para cortar ti- ras de cedro para los tejados. El froe de bambú es usado por los constructores japoneses para cortar el bambú para la construcción. El mío es de 21,59 centímetros de longitud, que es la más cómoda para golpear con un mazo o para gi- rarlo para abrir los “culms”. El cuchillo está hecho con tres láminas de metal unidas. Cada lámina está templada a una dureza diferente para maximizar su utilidad, e incluye una zona más blanda para absorber la energía del golpe del mazo, y otra zona más dura que es la zona del filo. Un “froe” para bambú modificado usado para cortar el bambú en tiras.
  • 15. 6 Anteriormente he usado varios tipos de cuchillos e instrumentos de corte para abrir el bambú, pero tengo que advertir algo: los cu- chillos de monte y otros cuchillos de acero tem- plado pueden saltar y hacerse añicos cuando se golpean con un mazo. Yo he roto varios cuchi- llos de monte muy caros al primer golpe del mazo de madera. Tienes que ser extremadamen- te cuidadoso para seleccionar el cuchillo apro- piado para el corte del bambú. capas de cartón fino y unas vueltas de cinta ais- lante. Posiblemente sea un método un poco basto, pero funciona bien. El cartón protege la mano cuando golpeas el froe con el mazo y ayuda a la hora de girarlo lateralmente. Podía haber adaptado un mango de madera para dar un mejor aspecto al froe, pero es más impor- tante el funcionamiento que el aspecto. Fabricar un froe No es demasiado difícil fabricarse un froe. Todo lo que necesitas es un trozo de acero tem- plado (comúnmente llamado CRS). Servirá una pieza de 4,76 a 6,35 m/m de gruesa por 31,75 m/m de ancho y de unos 25,4 centímetros de longitud. Se deben afilar los 7,2 primeros cen- tímetros. Incluso si el acero no es templado, el filo durará mucho. Una vez que has iniciado el corte, será la parte ancha del froe, y no el con- tacto del filo la que irá haciendo que el bambú se abra. Una pequeña inclinación lateral del froe será necesaria en los pasos más delicados del corte. El froe modificado Si construyes tu mismo el froe, o si lo compras, tendrás que hacer una modificación: añadir un mango cómodo. A todos los froes que tengo les he forrado el mango con unas Mazo de goma Puedes usar el mazo que quieras para golpear el froe. Sin embargo, el mazo de goma tiene una serie de ventajas. Primero, tiene una gran área de golpeo. También se nota mucho menos el golpe del mazo en la mano. Y normalmente, un mazo de goma suele costar menos que otro tipo de marti- llos. Abrir el bambú Cuando recibas un pedido de bam- bú, el primer paso para preparar los “culms” para almacenarlos o usarlos es abrirlos. Esto permite que el bambú se conserve perfecto. A menos que lo abras, un “culm” seco tiene ten- dencia a rajarse por múltiples sitios. El abrir- lo también permite que la parte interior se seque apropiadamente. Un mazo de madera y una navaja: mis originarias herramientas de corte. Una vista lateral de una grieta por sequedad, que siempre comienzan desde el extremo inferior.
  • 16. 7 El bambú recién llegado puede tener al- gunas grietas o rajas. Las grietas pueden estar en la parte inferior, en la superior o incluso en el centro. El corte debe comenzarse por la par- te inferior, donde hay mayor concentración de fibras de potencia, por lo que la tensión es mu- cho mayor. En un “culm” apropiado, el corte será progresivo. (Es similar a la forma en la que un bajo de pesca transmite la energía del lado más grueso al lado más fino). Si hay alguna grieta en la parte inferior, simplemente usa el froe y el mazo para conti- nuar esta grieta hasta pasar el segundo o tercer nudo. Si no hay ninguna grieta, debes comen- zar una. Comenzando por la parte inferior, co- loca el cuchillo en el “culm” y suavemente gol- pea con el mazo. Una vez que se ha abierto la grieta, continua golpeando suavemente hasta pasar el segundo o tercer nudo. Una zona templada y seca de la casa es el sitio ideal de almacenaje del bambú. Una es- quina tranquila o apartada del sótano o del ga- raje es lo mejor para guardarlo. Te debo adver- tir, sin embargo, que los “culms” abiertos pue- den producir sonoros chasquidos. A mediano- che, el “crack” del bambú puede ser bastante molesto.
  • 17. 9 2 PASOS PRELIMINARES Evaluación Muchas veces he oído la historia de una vieja compañía de bambú que montó una fábri- ca y toda su maquinaria enteramente para el bambú rechazado y no apto. Cuando la empre- sa recibió un vagón de tren lleno de bambú, el 50% del envío tuvo que ser apartado y destina- do a ser quemado como combustible. Con esto no quiero decir que tengas que rechazar la mi- tad del bambú que recibas, pero habrá defectos que serán demasiado grandes. Algunos “culms”requieren tanto esfuerzo para clasificar- los y aprovecharlos, que no merecen la pena. Algunos defectos físicos, por supuesto, deben salvarse. Esto incluye nudos demasiado prominentes, marcas de crecimiento y zonas quemadas durante el proceso de enderezado. Los nudos demasiado prominentes dejan una cicatriz en el bambú cuando la planta va cre- ciendo. Los campesinos retiran estas zonas de crecimiento como parte de la poda regular, pero siempre queda una pequeña acanaladura en la superficie del bambú. Normalmente son de 6,35 a 9,52 m/m de anchura, pero se pueden evitar al cortar el bambú. Puede haber agujeros causados por pe- queños insectos que taladran el tronco del bam- bú mientras crece. Similares a los del maíz y del pino, estos insectos ven el tronco del bam- bú como un buen lugar para vivir y como una fuente de alimento. Sus agujeros, que son pa- recidos al cráter de un volcán, normalmente se ven en la superficie brillante del bambú. Sin embargo, los insectos pueden no ser detecta- dos si atacaron el bambú en un estado tempra- no. Las zonas infectadas de insectos se mostra- rán internamente como de un color negruzco. Cuando encuentro un agujero en la superficie, normalmente lo taladro con una broca de 4,5 m/m, de manera que vea bien el agujero cuan- do vaya a usar el “culm”. Los agujeros ocultos sólo pueden ser encontrados con una cuidado- sa inspección de las tiras recién cortadas. Pue- de ser que sólo haya uno o dos agujeros, pero incluso si sólo ves uno, asegúrate de inspeccio- nar bien todas las tiras de ese “culm” por si hubiera una infestación mayor. El bambú Tonkin se cultiva en plantacio- nes, todas ellas en la misma zona geográfica, pero por muchos campesinos diferentes. Para distinguir sus plantas de las que hay en las par- celas adyacentes, cada agricultor graba una marca identificativa en caracteres chinos en la superficie brillante del bambú. En los tiempos anteriores al embargo, estas marcas eran mu- cho más pequeñas que las que hacen ahora. Las marcas anteriores al embargo ocupaban un área de aproximadamente 31,75 m/m por 20,32 cen- tímetros; ahora, estos caracteres suelen ocupar algo más de 63,5 m/m por 60,9 centímetros del “culm”. Las zonas del “culm” donde se inscri- ben estas marcas deben ser evitadas al cortar. (De todas formas, siempre dicen cosas intere- santes; yo he guardado bastantes marcas de estas, anteriores y posteriores al embargo, con el fin de traducirlas). El bambú Tonkin puede crecer a veces torcido, como la mayoría de las plantas y árbo- les. Los fuertes vientos, las raíces pequeñas y un almacenaje incorrecto pueden ocasionar la
  • 18. 10 curvatura de la caña. Los agricultores, deseo- sos de ampliar sus cosechas y adaptarlas a las medidas estándar de envío, enderezarán cual- quier “culm” que pueda estar torcido o curva- do. Los agricultores calientan las zonas torci- das con una pequeña llama y los colocan en unos caballetes semejantes a una silla de montar. Aplican presión hasta que la curvatura desapa- rece. Este método daña enormemente las va- liosas fibras de potencia y hace la zona endere- zada inútil para su uso. En el momento en que veas un “culm” con una zona de color diferen- te, normalmente marronácea, esto indica que ha sido enderezado, y no se debe usar. Otro defecto que no daña físicamente la caña una vez construida, pero que se debe evi- tar, son las marcas del agua. Ya que suele haber pequeñas marcas de humedad en la superficie del bambú, el usar o no estos “culms” es una decisión personal. Muchos constructores cui- dadosos evitan usar este bambú, ya que creen que esto es descuidar la apariencia final. Por otro lado, si el “culm” se destina a ser flameado, las marcas de humedad pueden dar carácter a la caña una vez terminada. Las fibras de potencia idóneas Quizá el paso más importante en la cons- trucción de cañas es determinar la densidad de fibras de potencia necesaria para hacer una caña en particular. Este parece ser el punto de más desavenencias en el tema que nos ocupa. Para hacer esta discusión más simple, examinaré el taper de una caña común para tru- cha, una siete pies seis pulgadas, de dos piezas, para línea 4. Cada sección es de unos 1,14 me- tros de longitud. Asumiendo que tienes un “culm” de tres metros, los 1,5 metros inferio- res se deben usar para la sección inferior de la caña; y usa los 1,5 metros superiores para el puntal de la caña. Un nudo demasiado prominente o una cicatriz son defectos comunes en los “culms” de bambú. Una marca de c r e c i m i e n t o deformará la superficie brillante en esa sección. Una sección contraída por el enderezamiento por calor no es útil. Cada sección de caña debe proceder de una parte concreta del “culm”.
  • 19. 11 Para cañas de tres pie- zas, los puntales se deben ha- cer de la mitad superior del “culm”, y la pieza intermedia y el talón, de la parte inferior del “culm”. Esto es especial- mente importante si el “culm” se cortó en dos piezas para su envío. Para distinguir las fibras de potencia, lija el final de cada mitad del “culm” con papel de lija del nº 100 y un taco. El taco de lijado que yo recomiendo es uno de goma dura fabricado por 3M y que se usa común- mente en carpintería. La ver- sión más pesada, comparada 7 ‘ 6’’ # 4 PUNTAL 00 0,070 05 0,081 10 0,094 15 0,115 20 0,134 25 0,146 30 0,155 35 0,170 40 0,192 45 0,203 TALON 45 0,203 50 0,214 55 0,225 60 0,237 65 0,246 70 0,257 75 0,268 80 0,275 85 0,275 90 0,275 con las versiones de plástico, hace más fácil el lijado. Calibre contra micrómetro Durante el trabajo de fabricación de una caña de bambú tendrás que tomar cientos de medidas con precisión. Hay varias ventajas en usar un calibre mejor que un micrómetro. Con un simple movimiento del pulgar, el calibre ofre- ce la ventaja de la velocidad. También permite leer las medidas directamente. Si ya tienes un micrómetro, úsalo. Pero si necesitas comprar un aparato de medida, gasta un poco de dinero extra y compra un buen calibre con un rango de al menos 100 m/m. Medida de las fibras de potencia Ahora, echa un pequeño vistazo a la sec- ción final del “culm”. Tienes que buscar una línea blanca que delimita donde las fibras de potencia marrón oscuro pasan de estar interconectadas a estar rodeadas del “pith”. Haz una ligera marca con un lapicero afilado en este punto en cada una de las dos mitades del “culm” de bambú. Un ejemplo de lista de medidas. Una vista de una sección acabada en la que se ven las sólidas fibras de potencia. Una comparación entre el extremo de un puntal acabado de línea 4 y la “o” del reverso de un cuarto de dólar. Dos tipos de calibres aptos para efectuar medidas precisas.
  • 20. 12 Recuerda asociar la densidad de fibras de potencia de la mitad inferior con el talón de la caña, y la densidad de fibras de potencia de la mitad superior con el puntal de la caña. Si la densidad de fibras de potencia es mayor que la mitad de las medidas del taper del talón o del puntal, entonces el “culm” se puede usar para la caña que estás planeando. Si las fibras de po- tencia no son suficientes, deja ese “culm” para usarlo en la posible fabricación de una caña de acción más ligera. Ten en cuenta que un constructor de ca- ñas debe pretender usar sólo la mayor densidad posible de fibras de potencia en el producto fi- nal. Si se hace una caña usando las fibras de potencia menos densas y luego creemos que es una caña poco potente, será imposible discer- nir cual es la causa: el tipo de taper usado o la calidad del bambú. Posiblemente, al final serás capaz de juz- gar el contenido de fibras de potencia con tan solo sopesar un “culm”. No es magia, sólo es sentido común. El peso de las fibras de poten- cia compactas es bastante mayor que el peso del resto. Probando el bambú Aunque el bambú Tonkin se ha venido usando para la fabricación de cañas de mosca desde principios de siglo, hay muy pocos datos publicados sobre su dureza o resistencia. Qui- zá nunca nadie haya sentido la necesidad de conocer esta información, o quizá nadie la haya compartido. (Everett Garrison asignó valores admisibles al material, que emparejó con sus cálculos matemáticos de diseño de cañas. Pero aparentemente éste fue el final de su investiga- ción). Debido a que el bambú Tonkin es un ma- terial natural, se puede asumir que hay una ven- tana muy amplia de posible variación. Pero ¿cuál es la amplitud del rango de valores? ¿Y cómo afectan al material las variables externas, como un almacenaje excesivamente largo o inapro- piado? En el camino de intentar obtener respues- tas a estas preguntas, ideé un invento al que afectuosamente llamé “Cane-o-Tine”. El pro- pósito de este banco de pruebas es medir el punto de rotura de los tamaños específicos de las tiras de bambú. El “Cane-o Tine” consiste en dos brazos de soporte separados 15 centí- metros con un corte en forma de “V” en sus partes superiores. Centrada entre los dos bra- zos hay una cuchilla deslizante hecha de mate- rial de 12 m/m de espesor. En la parte superior de la cuchilla hay una superficie amplia desti- nada a soportar el peso. Las tiras de bambú objeto de test son de 30 centímetros de longitud, tratadas térmicamente y cepilladas en forma de triángu- lo de 4 m/m de altura (con las fibras de poten- cia más fuertes). El invento propio, “Cane-O-Tine”, usado para testar el punto de rotura de las tiras de bambú.
  • 21. 13 Las tiras se colocaron en los soportes, con la cara brillante hacia arriba, sobresaliendo lo mismo por los dos lados. Entonces bajé la cuchilla y añadí varios pesos en intérvalos de tiempo regu- lares hasta que la tira se rompió. El resultado de este primitivo test re- veló que se necesitaban de 3 a 3,5 kilos de peso para romper las tiras. Tengo que añadir que he estado fabrican- do cañas durante muchos años sin preguntar- me la resistencia de mis materiales antes de idear este invento. Lijadoras El uso de una lijadora automática puede acelerar mucho la preparación inicial de las áreas de nudos. La mayoría de los acoplamientos de las modernas lijadoras funcionan muy bien, par- ticularmente si añades una pieza de Plexiglás sobre el fieltro de la lijadora. Esto le da al papel de lija una superficie más rígida con la que muchos nudos se lijan me- jor. Sin el Plexiglás, el fiel- tro de la superficie lijadora se acopla al contorno del nudo, y se obtienen peo- res resultados. El autor sentado en su banco, limando pacientemente un nudo. Los diferentes ángulos de la lima al desgastar un nudo. Un nudo antes del limado. Un cuidadoso limado ha reducido ahora el nudo sin dañar las fibras de potencia.
  • 22. 14 Nudos El área de los nudos tiene que recibir es- pecial atención, porque una cualidad de una caña de bambú de calidad es que sus nudos tie- nen que ser alisados sin cortar ninguna fibra de potencia. Examina diferentes cañas a través de la historia y verás que los más respetables cons- tructores de cañas siempre han alisado los nu- dos. Los fabricantes orientales no han hecho lo mismo. Su método es simplemente lijar los nu- dos, dejando así varias capas de fibras de po- tencia cortadas. Cuando se revisa cuidadosa- mente, las fibras cortadas aparecen como de- dos de la mano por debajo y por encima del nudo. Preparación de los nudos El primer paso en la preparación del “culm” de bambú es la reducción de la altura de los nudos. Inicialmente, esto se hace con una lima y posteriormente con papel de lija. Usa la lima suavemente y con poca pre- sión. Primero, coloca el “culm” sobre una zona de trabajo sólida. Sujeta el “culm” con la mano izquierda y la lima con la derecha. Si eres zur- do, hazlo al revés. Coloca suavemente la lima y haz girar el “culm”. La lima debe mantenerse paralela a la superficie del “culm”. Si mantie- nes la lima en la parte más alta del nudo, es más fácil hacer que la lima trabaje bien. Solo se debe aplicar una presión mode- rada. Aplicar demasiada presión hará que pier- das el control de la lima. Pasar los bordes de la lima por la capa brillante del “culm” puede da- ñar las fibras de potencia más superficiales. Yo normalmente limo hasta que he eliminado unos 6 m/m de la zona brillante del anillo del nudo. Después de repasar todos los nudos con la lima, cambia al papel de lija. Esto es esencial para prevenir que dejemos estrías en la superfi- cie del bambú. Debido a que estas estrías se harán más notorias en los pasos sucesivos, será difícil que puedas eliminarlas sin lijar también las valiosas fibras de potencia. Usa una lija del nº 100, y comienza a lijar de la misma forma que hiciste con la lima. Mantén la lija paralela a la superficie del “culm”, y usa la misma técnica rotatoria. Si el área del nudo es tan lisa que también lijas las zonas ad- yacentes además del nudo, prueba usando so- lamente las esquinas de la lija. A medida que vas lijando, el pequeño valle que forma el nudo irá lentamente desaparecien- do. Para de lijar cuando todavía quede una tira de superficie brillante de aproximadamente 1,6 m/m de anchura. En este punto, la superficie brillante comenzará a aparecer de color verdo- so. Usar la acción rotatoria es importante para ir quitando material uniformemente en la superficie curvada del “culm”, que ya de por si es una tarea difícil. Si el anillo de superficie bri- llante no es de una anchura uniforme, concen- tra tu esfuerzo en las áreas más anchas. Evita crear zonas llanas a medida que lijas. La lima Uno de los métodos de construcción que he cambiado después de los años es el lijado. Ya no lo uso. En cuanto mi hijo Matt, comenzó a fabricar cañas, empezó a preparar el área del nudo solamente con la lima. Siendo cuidadoso, era capaz de retirar todo el sobrante del anillo del nudo sin dañar la superficie brillante y sin dejar estrías debidas a la lima. Esta es una for- ma de ahorrar tiempo eliminando el uso de la lija. Y con la práctica, podrás incrementar el grano de la lima, de una muy fina a otra más gruesa. Hay una precaución que hay que añadir al uso de la lima. Si aplicas demasiada presión, puedes perder el control de la lima. Si la lima resbala fuera del anillo del nudo, por ejemplo, su esquina afilada eliminará la superficie bri- llante en el punto de contacto. Esto podría da- ñar las fibras de potencia. Adicionalmente, puedes girar lentamen- te el “culm” mientras limas el anillo del nudo.
  • 23. 15 Esto evitará la aparición de zonas planas y per- mite a la lima una mayor eficacia para mante- ner la circunferencia del “culm”. En la mayoría de los casos, los dos mon- tículos que forman el área del nudo sobresal- drán del “culm”. Sin embargo, hay excepcio- nes. Ocasionalmente, un nudo completo, o parte de él, estará más profundo con relación a las zonas adyacentes. Esto hace muy difícil el li- mado del nudo sin dañar las zonas cercanas. Un método alternativo en estos casos es girar la lima y usar solamente el canto. Otro truco es elegir una lima con un lado liso y usar el pulgar de tu mano izquierda como guía. Co- loca el pulgar al lado del nudo, y la lima contra el pulgar. Haciendo esto con cuidado, el pulgar evitará que el canto de la lima contacte con la zona exterior, evitando así dañarla. Sabrás que ya has preparado el área del nudo, retirando suficiente material, cuando ya no puedas cogerlo con las uñas. Un buen indi- cador es la suciedad que se va depositando bajo el anillo a medida que el bambú crece. Cuando la suciedad desaparece, ese es al final del ani- llo. Aquí, de nuevo, es conveniente practicar con distintas limas y presiones. También es una buena idea usar un “culm” de prácticas para las primeras veces. El corte del “culm” Yo prefiero trabajar con tiras cortadas que tengan una anchura de entre 4,5 a 6 m/m. Y debido a que normalmente trabajo con “culms” de 50 m/m de diámetro, o de 157 m/m de cir- cunferencia, suelo obtener 24 tiras por “culm”. Una vista esquemática de los diferentes pasos desde el “culm” hasta la sección completa.
  • 24. 16 Comenzando con un “culm” completo, previamente abierto, primero córtalo en dos piezas. Usando el corte hecho al abrirlo, córta- lo nuevamente en el lado exactamente opues- to. Esto te dará dos piezas con una circunfe- rencia aproximada de 78 m/m. Cortando desde la parte inferior del “culm” hacia la superior se trabaja mejor. Co- loca el cuchillo en el corte primario y sobre el otro lado sin cortar. Inicia el corte golpeando con el mazo. Una vez iniciado el corte, extién- delo a lo largo del “culm” inclinando lateral- mente la hoja del cuchillo. A medida que el corte se va extendiendo, síguelo con el cuchillo. Si llegas a un punto en el que el cuchillo se atasca, gira lentamente la hoja otra vez o da un golpe ligero con el mazo. Una vez que el “culm” está abierto en dos piezas, verás unas pequeñas piezas que unen las paredes del bambú a nivel de los nudos. Es- tas membranas dan fuerza al bambú, permitién- dole crecer hasta una gran altura. El grueso de estas membranas puede eliminarse usando un martillo de carpintero. Después los alisarás eliminandolo por completo. Después de que el “culm” está cortado por la mitad, cada pieza se corta en tres. Ayu- dándote de una regla flexible como guía, haz unas marcas con lapicero para indicar los pun- tos de corte en el canto del “culm”. Para co- menzar el corte, coloca el cuchillo en una de las marcas con la inclinación necesaria para que el cuchillo se dirija al centro de la circunferen- cia formada por el “culm”. Esto dará unos án- gulos uniformes a las tiras cortadas. Entonces vete bajando el cuchillo a lo largo del “culm” golpeando con el mazo o inclinando el cuchi- llo. Cuando termines tendrás seis piezas de la misma anchura. Comenzando el corte con el “froe”. Una vista superior de cómo (izquierda) y como no (derecha) debe apoyar en el “culm”.
  • 25. 17 Llegados a este punto, el corte debe ser más o menos recto, ya sea golpeando el cuchi- llo, o ladeándolo a lo largo de la longitud del “culm”. Para las siguientes dos series conven- dría que abrieras el “culm” ladeando el cuchi- llo. Por seguridad, una vez comenzado el cor- te, con el lado afilado del cuchillo, es mejor darle la vuelta de manera que usemos ahora el lado romo. Sujetando las tiras en la mano izquierda y el cuchillo en la derecha, ladea el cuchillo y avanza en el corte. El proceso de corte continua partiendo las seis piezas por la mitad. De nuevo marca el canto, y usando esta marca y el centro imagi- nario de la circunferencia, obtén el ángulo ade- cuado. Esto te dará 12 piezas de aproximada- mente 12,7 m/m de anchura. Para finalizar, corta estas doce piezas por la mitad para obtener 24 tiras, cada una de las cuales deberá tener 6,35 m/m. Uso este método para las dos mitades del “culm”. Para ser perfecto, la sección superior se debería cortar en tiras más estrecha, pero no he tenido nunca éxito al hacerlo. Cualquiera de los intentos que he hecho para obtener ma- yor número de tiras ha acabado en fracaso. Precaución Durante los primeros estadios del corte del “culm” (aquellos en los que es necesario llevar el froe a lo largo de todo el “culm”), de- bes tener especial precaución. Trabaja de ma- nera que si el froe se escapa del “culm” puedas evitar un accidente. Una tendencia natural es trabajar con el “culm” frente a ti, con tu brazo sujetando el froe en dirección a tu cuerpo. En esta posición, tu brazo hace de guía para que el froe se dirija hacia tus piernas en el caso de que se escape del “culm”. Una posición segura es colocar el “culm” un poco más cerca de ti y sujetar el froe con tu codo doblado a 90º. En otras palabras, cuando mires tu antebrazo, debe estar horizontal y no vertical. En esta posición, si el froe se escapa del “culm”, saldrá hacia un lado, lejos de tu cuerpo. Caminando Justamente cuando este ejercicio comien- za a parecer fácil, puedes llevarte una sorpresa poco apetecible. Cortar el “culm” puede ser divertido, e incluso cortar las mitades hasta obtener seis piezas, parece no ser un desafío. Los problemas comienzan, sin embargo, cuan- Esquema de los pasos desde el “culm” hasta la sección completa.
  • 26. 18 do intentas sacar doce tiras, y ciertamente au- mentan al sacar las 24 tiras. El reto es que en algunos “culms” la grieta se va hacia un lado. De hecho, el corte puede incluso salir hasta el borde, dejándote con una tira triangular en lu- gar de con la tira uniforme de 6,35 m/m que intentabas sacar. La forma de controlar el camino que si- gue el corte es flexionar el lado más ancho con- tra el cuchillo de corte. Esto crea una ligera inclinación en la tira. Al mismo tiempo debes inclinar la hoja de manera que el filo empuje contra la pieza doblada. Y se debe ir más lento y con más cuidado. Para ilustrar como se deben flexionar las tiras, intenta este ejercicio con una tira de 6,35 m/m. Sujeta la tira en tus manos con una sepa- ración de unas 30,48 centímetros. Ahora gira las muñecas de forma que los pulgares empu- jen hacia fuera. Esto forzará a la tira a flexionarse alejándose de ti. De la misma for- ma, girando las muñecas, de forma que los pul- gares empujen hacia adentro, la tira se flexionará hacia ti. Imagina que estoy cortando una tira con el bambú sujeto en mi mano izquierda y el cu- chillo en la derecha. En este punto, el corte se ha desviado del centro y deja la tira cercana a mi más ancha que la otra. Para corregir este problema, giro mi mano izquierda alejando el pulgar. Esto aplicará presión contra el cuchillo, ladeándolo. Contrarrestando esta presión con el froe en mi mano derecha, al bambú se flexiona con la presión. No es necesario aplicar mucha presión para obtener un buen resultado. Ahora, con la tira flexionada, gira el cu- chillo de manera que el filo empuje hacia la tira flexionada. En estos casos es en los que yo giro el cuchillo: Ahora el filo viene hacia mi. Si estás entre los nudos, puedes no avan- zar nada hasta que llegues a cortar estos nu- dos. Una vez que cortas uno de ellos, sin em- bargo, detente con el fin de comprobar que no te hayas desviado del centro. Si no te has des- viado, puedes seguir cortando sin flexionar el bambú. Pero si todavía no has centrado el cu- chillo, mantén la flexión hasta que el cuchillo vaya al centro. Un aguzamiento en la tira de bambú indica un corte descontrolado. Usando esta técnica, se puede corregir el corte hacia el centro. El esquema superior es una curva hacia fuera; el inferior es una curva hacia adentro. Una vista más definida y detallada del control de la flexión.
  • 27. 19 Un error común al cortar es intentar em- pujar el cuchillo usando el filo. Esto es un error porque el corte avanza mucho mejor ladeando ligeramente el cuchillo. Después de cada incli- nación coloca el cuchillo a unos 15 centímetros del pico de la “V” que se forma y repite el pro- ceso. Usa esta técnica para toda la longitud de la tira. También es un error no mantener el cu- chillo perpendicular al canto de la tira que estás cortando. Una posición inapropiada acabará en un ángulo incorrecto y afectará a como la tira encaja en el molde de desbaste primario. Otro método de corte He notado que el método de corte de ca- ñas descrito anteriormente no es igual de fácil para todo el mundo. Mi hija, Lyndi, por ejem- plo, tiene problemas con esta técnica, al igual que otros constructores de cañas. A los trece años, Lyndi no tenía los músculos de la muñeca lo suficientemente fuertes como para poder flexionar correctamente las tiras de bambú. Como alternativa, un tornillo de banco firme- mente sujeto le servía como soporte para el cuchillo. El corte se inicia con el froe. Sin embar- go, en lugar de sujetar esta herramienta en la mano para hacer el corte, sujeta el froe en el tornillo con el lado de corte mirando hacia ti. Entonces coloca el “culm” contra el froe en el punto en que el corte ya ha sido iniciado y vete empujando. Esta fuerza de empuje hará que el corte vaya avanzando. Si el corte comienza a des- viarse del centro, puedes forzarlo a seguir cen- trado empujando con el cuerpo. La tira necesi- ta flexionarse hacia el lado más ancho, como explique antes, pero ahora puedes usar todo el cuerpo para hacer fuerza, y no sólo tus muñe- cas. Cuando la tira se doble en la dirección apro- piada, empuja para continuar con el corte. Este procedimiento requiere un poco más de tiempo que el primer método, pero también funciona muy bien. Pero claro, Lyndi siempre puede pedir ayuda a papá si se ve mal. Normal- mente cuatro manos son mejor que dos. Desviaciones en el corte Uno de los problemas que se pueden pre- sentar durante el corte del “culm” son las des- viaciones en el ángulo de corte. Uso este tér- mino para describir aquellas ocasiones en las que el froe se desvía del ángulo deseado. Re- cuerda que el froe debe estar siempre perpen- dicular a la superficie del “culm” durante el corte. Corregir una desviación en el ángulo de corte una vez que comienza sólo es cuestión de sujetar fuertemente el bambú y forzar el froe para que vuelva a la trayectoria correcta. Cuan- do estás cortando las dos mitades del “culm” en seis tiras puedes ver la trayectoria del froe fácilmente. Una vez que comienzas a cortar las siguientes series de tiras, sujetando el bambú con las manos, es fácil dejar que el froe se la- dee, y variar el ángulo de corte. El problema con las desviaciones en el ángulo es que después las tiras no encajan bien en el molde de desbaste y puedes tener proble- mas para obtener correctamente los ángulos de 60º. Para poder encajar las tiras la primera vez, al menos uno de los ángulos debe ser correcto: 7,5º. Afortunadamente, el problema de las des- viaciones en los ángulos se puede reducir más tarde. Cuando eliges las seis tiras para formar cada sección, tendrás que seleccionarlas y cor- tarlas a una longitud cómoda para trabajar. En este momento tienes que procurar eliminar las desviaciones en el corte y otros defectos. Una vez que las tiras están seleccionadas (pero an- tes de cortarlas), se puede cambiar su posición y así eliminar las secciones no apropiadas. Si las tiras están seleccionadas y corta- das a la longitud apropiada. pero no se han po- dido evitar todas las desviaciones en el corte, entonces hace falta un pequeño cepillado preli-
  • 28. 20 Eliminar las paredes interiores Algunos manuales sobre la construcción de cañas sugieren, que cuando el “culm” está cortado en dos mitades, se deben retirar los anillos interiores rascándolos con una gubia o minar. Para cepillar una desviación hasta el án- gulo apropiado, apoya la tira sobre el lado bue- no y cepilla un poco a mano hasta obtener el ángulo deseado. Se puede comprobar si el án- gulo ya es el correcto metiendo la tira en el molde de desbaste primario, y ajustarlo un poco más si es necesario. formón. Parece lógico: cuanto más quites en estas áreas antes de seguir cortando el “culm”, más fácil será el corte. Cuando he puesto en práctica esta técnica, sin embargo, no he podi- do manejar bien la gubia. Conseguí eliminar toda la pared interior, pero no quedó una superficie lo suficientemente lisa, y eso hizo que el corte posterior no fuera nada fácil. El listón ideal A medida que vayas practicando el arte de cortar el bambú, llegará un momento en el que domines perfectamente la técnica. La an- chura de las tiras será uniforme y los cantos tendrán el ángulo idóneo para encajarlas en el molde de desbaste primario. Pero como en otros muchos aspectos de la vida, lo que hace falta es mucha práctica. Hoy en día, después de mu- chos años de ensayos y errores, solamente cor- to las tiras que necesito para hacer una caña. Pero si tú estás comenzando, mi recomenda- ción es que cortes todo el bambú que tengas a mano; y disfruta haciéndolo. El flameado Para algunos aficionados a la pesca, no hay nada más excitante que el aspecto motea- do de una caña de bambú que haya sido flameada. Con sus muchos tonos de marrón, incluso con marcas de humedad (lo peor en cañas claras de un solo tono) pueden lucir un aspecto impresionante. Muchas de las cañas clásicas antiguas eran flameadas en un tono u otro, y tarde o temprano, la mayoría de los constructores de cañas lo hacen así en alguna ocasión. (Cuan- do experimento con alguna técnica nueva, siempre uso piezas de prueba primero. Esto me permite probar mi equipo y mi habilidad sin gastar gran- des cantidades de material y de tiem- po en proyectos fallidos).Un detalle del anillo interior del “culm”. El flameado del bambú produce un aspecto sombreado muy atractivo.
  • 29. 21 Como los mecánicos profesionales, ten- go variedad de sopletes para las diferentes ta- reas. He encontrado dos de ellos que van muy bien para flamear. El primero es un soplete de propano que uso para soldar tubos de cobre cado por BernzOmatic. Esta unidad se acopla a una botella de 14 litros de propano y tiene autoencendido. La llama se puede encender o apagar con un dedo. Podrás encontrarlo en una ferretería industrial o en un almacén de fonta- nería al por mayor. Las características que hacen que estos dos sopletes sean excelentes para el flameado es que su llama toma forma de pala ancha. Este es justamente el punto distintivo de la llama. De esta forma, la llama abarca una superficie mayor con la misma intensidad calórica. Para flamear, he encontrado que lo me- jor es cortar el “culm” en dos mitades y colo- carlas boca abajo sobre una zona segura. Esto se debe hacer, por supuesto, al aire libre. Ha- cerlo así te dará una mayor libertad de movi- mientos, haciendo el trabajo más fácil y segu- ro, sin que tengas que sujetar con la mano la caña caliente. Si flameas el “culm” en una sola pieza, debe tener un corte de arriba abajo. Esto evitará que el “culm” se agriete durante las fuer- tes dilataciones y contracciones causadas por la aplicación del calor. Hay dos tipos básicos de flameado: dan- do un tono oscuro uniforme, o dando un tono moteado o atigrado. Cada uno requiere un mé- todo diferente. Para dar un tono uniforme, mue- ve el soplete paralelo al “culm”. Para dar un efecto moteado, muévelo perpendicular al “culm”, manteniendo una distancia uniforme desde la punta de la llama hasta la superficie del bambú. Dejar 38 m/m entre cada pasada suele dar buenos resultados. Usando el soplete T-550, la punta de la llama debe tocar ligeramente la superficie del bambú, y moverla a una velocidad de más o menos 5 a 10 centímetros por segundo. Co- mienza siempre por un extremo del “culm” y dirígete al otro, ya sea con pasadas rectas o en espiral. Esto también sacará la humedad a la parte exterior del “culm”. Otros procedimien- tos diferentes pueden eliminar totalmente la humedad y dejar zonas quemadas en la caña. grandes ( de más de 15 centímetros). Es un “Turbo Torch” con una boquilla T-7 y una sali- da de unas 150.000 BTUs. La próxima vez que bajes al sótano, mira tu caldera , y mira la capacidad calórica. Probablemente será menor que la de este soplete. El otro soplete de propano que uso tiene la décima parte de capacidad calórica que el primero. Es un “SureFire” modelo T- 550 (ahora conocido como TS4000), fabri- El “turbo Torch” comercializado Un soplete fácil de encontrar: el “BenzOmatic”.
  • 30. 22 La punta del soplete, la posición y la trayectoria, vistas desde el extremo del “culm”. Cuando llegues a la zona del nudo, tráta- la como al resto del “culm”, manteniendo el soplete a la misma distancia y velocidad. A medida que mueves el soplete sobre la superfi- cie de la caña, notarás que la capa brillante tien- de a “explotar” o a formar pompas cuando la llama pasa sobre ella. No tengas pánico: el ali- sado y terminado final vendrán más tarde. ¿Cuánto hay que flamear? Este es un asunto de ensayos y errores propios, así como del gusto de cada uno. La superficie puede pa- recer negra, pero lo que estás buscando es el tono apropiado de las fibras de potencia más externas que se encuentran unas milésimas más abajo. Como ya he sugerido, prueba esta técni- ca de flameado en una pieza de prácticas pri- mero. Flamea una pieza y líjala con papel de lija del nº 220 para ver los resultados, tomando nota de la distancia y velocidad del soplete. El tono apropiado lo obtendrás con la práctica. Intenta también ver el trabajo de otros cons- tructores de cañas. Pronto empezarás a ver los detalles y comenzarás a desarrollar tu propia sensación de cómo debe ser tu caña ideal de bambú. Las ventajas del flameado Además del beneficio de poder disimular las manchas de humedad del bambú, flamear el “culm” también reduce la humedad. Esto te fa- vorecerá más tarde a la hora de cortar y cepi- llar las tiras de bambú. Evitar lo barato Algunas lecciones de la vida pueden ser descorazonadoras. El soplete más barato y más fácil de encontrar es el que suelen tener la ma- yoría de las tiendas, y su llama no es la más apropiada. No caigas en la tentación de com- prarlo. Con el tiempo te darías cuenta de que la baja temperatura de salida de estos sopletes, a fuerza de insistir para dejar la superficie como tu quieres, acaba carbonizando las fibras de potencia, dejándolas inservibles. La mejor analogía que he encontrado es que es como quemar un filete de carne. Con poca temperatura, la carne estará hecha por dentro antes de que el exterior se queme. Pero con mucha temperatura, la superficie se que- mará, mientras que el interior estará todavía crudo. Esto es importante si quieres que tu caña quede preciosa, y tu bambú útil.
  • 31. 23 3 TRABAJO CON LOS CEPILLOS Los cepillos La herramienta que mejor represen- ta al arte de construir cañas es el cepillo, el útil más básico y comúnmente usado por todos los constructores de cañas. Y de los muchos cepillos que se pueden encontrar, el Stanley 9 ½ es, con mucho, el más po- pular. Después de probar una gran varie- La última versión de esta herramienta es el Stanley G12-020. En la parte posterior iz- dad de cepillos para las diferentes etapas de la construcción de una caña, me quedo quierda del cuerpo está marcado “12-020”. Sin embargo, si buscas este cepillo en una ferrete- con el Stanley 9 ½ para todos mis trabajos. Cuando uso el término genérico de 9 ½ , me estoy refiriendo a un grupo de cepillos dise- ñados a partir del Stanley 9 ½ original. Este es un cepillo totalmente ajustable, con ajuste de la boca delantera, ajuste fino de la cuchilla, y ajuste lateral de la cuchilla también. Incorpora un sis- tema rápido de cambio de cuchilla. Todas estas características hacen del 9 ½ el modelo ideal para trabajos delicados, lo que es esencial en la precisión necesaria para la construcción de ca- ñas. El modelo 9 ½ original es fácilmente iden- tificable por el sello que lleva en el lateral iz- quierdo del cuerpo. Este cepillo también incor- pora una rueda de ajuste y un botón de guía en latón. El modelo 9a es una copia del 9 ½ , ex- cepto en que las partes de latón han sido susti- tuidas por acero. La Record Company of England todavía fabrica el modelo 9a, que aún se encuentra en Estados Unidos. El antiguo y el nuevo: el 9 ½ de mi abuelo y el más reciente G12-020. Nótese que el cepillo está marcado como “G12-020”, mientras que en la caja viene como “12-920”.
  • 32. 24 ría local ten en cuenta que en la caja ahora vie- ne marcado como “G12-920”. Este es el nú- mero nuevo del cepillo, y viene marcado por la norma de calidad ISO 9000. Ha sido reforma- do con un sistema de rueda de presión directa para el ajuste de la cuchilla. (Los modelos 9 ½ y 9a llevaban una ruleta giratoria que movía un brazo que era el que cambiaba la cuchilla de posición). Hasta hace poco tiempo, la elección de un cepillo de ajuste fino estaba limitada a los Stanley o los Record. Ahora, Lie-Nielsen Toolworks ha añadido una versión del 9 ½ a su catálogo. (Más tarde haré mención al modelo 212 que esta compañía ha fabricado durante años). Tom Lie-Nielsen y su compañía se han forjado una excelente reputación en la fabrica- ción de cepillos para trabajos finos, estando a la altura del legendario 9 ½. El cuerpo principal del cepillo Lie-Nielsen está hecho de acero fundido, con los reglajes de la cuchilla acabados en bronce. El ajuste y el acabado son excelentes, sin que necesite nada más. Después de un ligero afilado de la cuchi- lla, está listo para su uso. También hay que te- ner en cuenta, respecto al presupuesto, que el cepillo Lie-Nielsen cuesta algo más del doble que el Stanley o el Record, después de añadir- les una buena cuchilla. Ángulos bajos, no A través de las muchas crónicas sobre la fabricación de cañas, hay muchas referencias al uso del cepillo Stanley 60 ½. Es muy similar en funciones al modelo 9 ½ (ajustes delanteros y laterales de la cuchilla), excepto en que el án- gulo de la cuchilla es algo menor, de unos 12 grados. Como otros muchos constructores de cañas, compré uno para mi arsenal de herra- mientas. Pero cuando intente usarlo, tuve pro- blemas. Debido al ángulo tan bajo de la cuchilla, el bambú se rajaba delante de la cuchilla, resultando esto en una pérdida de control. Mi 60 ½ descansa ahora en la estantería de “intentos fallidos” de mi sótano. Honradamente, debo decir que al- gunos constructores de cañas han usado satisfactoriamente los cepillos de ángulo bajo. Conversando con estos constructores, aprendí recientemente el truco de su éxito: Cam- biaban el ángulo de corte de la cuchilla de los 30º estándar, a 40º (aproximadamente). Cam- biando este ángulo, el resultado es que el ángu- lo de ataque de la cuchilla es el mismo que en el 9 ½, cuya cuchilla tiene un ángulo de 30º. Preparación del cepillo Incluso si acabas de comprar un cepillo nuevo, tendrás que prepararlo adecuadamente para tus proyectos de construcción de cañas. El área más crítica a tener en cuenta es la planicidad de la base. Si la base está algo cón- cava (y la mayoría lo están), tendrás proble- Una comparación de los sistemas nuevo y antiguo de ajuste de la cuchilla. La versión Lie-Nielsen de 9 ½.
  • 33. 25 mas para cepillar las tiras correctamente. El problema de usar una base que no sea comple- tamente lisa es que el bambú se puede levantar del molde. Y una vez que se levanta, eliminarás más material del necesario, no respetando las medidas deseadas de las tiras de bambú. Para revisar tu cepillo, lo primero que necesitas es ajustarlo para un corte de 0´005 pulgadas (0,127 m/m), con una apertura de boca de 0´014 a 0´020 pulgadas (0,355 a 0,508 m/ m). Aplica la misma presión a los ajustes de la boca y de la cuchilla que la que usarás más tar- de. Una presión moderada es suficiente para sujetar ambas de una forma segura. Una vez que tienes los ajustes correctos, mete la cuchi- lla en el cuerpo hasta que no puedas notarla cuando pases el pulgar. Lo siguiente que necesitas es una super- ficie perfectamente lisa. Una pieza de Plexiglass de 6 m/m de espesor, o la mesa de una sierra servirán. Pega un papel de lija del nº 400 (seca o al agua) sobre la superficie lisa, con la cara abrasiva hacia arriba. Con una ligera presión, coloca el cepillo sobre la lija y muévelo adelan- te y atrás. Con unas pocas pasadas bastará. Ahora gira el cepillo para inspeccionarlo. Si la superficie de la base no muestra evidencias de desgaste justo delante y detrás de la cuchilla, entonces la base necesita más revisión. Después de la revisión, puedes decidir si la base está lisa o si hay que seguir lijando. Si continuas lijando, verás que las zonas pulidas van aumentando hasta que toda la base tiene un brillo uniforme. Puedes usar, incluso, papel de lija del nº 1.500 después del de 400. La lija de 1.500 dará a la base un acabado de espejo. Este acabado tan fino no hace que el cepillo deslice mejor, pero impresionará a tus amigos cuando vengan a ver tu taller. Dos ejemplos de problemas que pueden aparecer si la cuchilla no está plana. Lijando la base de un cepillo. Un detalle de la zona inicial de contacto, indicando que la base esta curvada. Una base alisada apropiadamente
  • 34. 26 Una precaución. Puedes pensar que la base del cepillo se puede alisar con una piedra esmeril. Yo lo intenté una vez. Cuando sujetas el cepillo en un tornillo de banco, la presión en los laterales del cepillo hace que la base se com- be. Esmerilas la superficie perfectamente lisa, pero cuando retiras la presión de las mordazas del tornillo de los laterales del cepillo, la base vuelve a su forma, y te quedas con una base cóncava. Hace poco intenté otro sistema. Antes de lijar la base, coloqué una cuña de 0,0127 m/m entre la lija y la superficie sobre la que asienta. Entonces lijé la base como antes. Al terminar, tenía un suave rebaje en la base, que evita que cepille el metal de los moldes, como me pasaba antes. La cuchilla Durante años, nunca pude conseguir un corte tan fino con los modelos actuales de do por un lado, o el doble de que en esa parte del cepillo. Con el tiempo he añadido varias versiones nuevas más del Stanley a mi grupo de herramientas. Una noche, mientras afilaba la cuchilla de mi cepillo, me di cuenta de que el área de apo- yo de la cuchilla no estaba lo suficientemente bien mecanizada. Al no tener identificados to- dos mis cepillos, no sabía cuanto tiempo había usado éste en particular. Este descubrimiento me hizo revisar y clasificar los cepillos. Des- pués de esto, coloque todos los cepillos que tengo en el banco de trabajo, con las cuchillas quitadas. Decidí que lo mejor era repasar el área de apoyo de la cuchilla de todos ellos. Para llevar a cabo esto, retiré la cuchilla, la sujeción de la cuchilla y finalmente, el pie ajustable delantero. Con papel de lija del nº 220, envolviendo la base de un cepillo, lijé la super- ficie de asiento para eliminar cualquier eviden- cia del mecanizado. Fui descendiendo el grano de la lija a 400, 1000, hasta que tuve una su- perficie de espejo. Mientras hacía esto, reflexioné en cómo había limpiado el cepillo de mi abuelo. Estaba bastante oxidado, así que para dejarlo brillan- te, sin quitarle la pátina, lo froté con lana de acero 0000 y le aplique vaselina. Esta es un consejo que me dio un vendedor de herramien- tas antiguas. Stanley, como lo conseguía con el modelo original de mi abue- lo. Antes de que me malentendáis, debo decir que los nuevos Stanley se pueden ajustar a un mínimo de 0´001 pulgadas (0,025 m/m). Sin em- bargo, el de mi abuelo permitía un ajuste menor de 0´0005 pul- gadas (0,012 m/m) de corte. Esto no es nada más que me- dia milésima de pulgada mira- Un cepillo con la cuchilla desmontada, listo para re-alisar el área de la cuchilla. precisión, si lo miramos por otro lado. Con ambos cepillos se puede cortar un cabello humano varias veces. El problema era otro que he pasado por alto. Cuando compré y regulé mi modelo ac- tual de Stanley, el área de apoyo de la cuchilla ( la superficie que toca la parte más baja de la cuchilla) estaba mecanizada con una razonable calidad. Por eso decidí no hacer ningún reto-
  • 35. 27 Entonces, usando lana de acero y una grasa con base de teflón, pulí el asiento de las cuchillas. Mi idea era que el lubricante se intro- dujera en los poros del hierro fundido para con- seguir una superficie lo más deslizante posible. Al final conseguí incrementar la finura del corte de los nuevos cepillos. Interiormente, sin embargo, todavía siento que el cepillo de mi abuelo cortaba mejor que este. O quizá sólo sea un sentimiento emocional. Tensión de apriete Uno de los puntos débiles del diseño de los Stanley es el tornillo de ajuste de la cuchi- lla. Se supone que tiene que controlar la pre- sión que se ejerce sobre la cuchilla. Sin embar- go, se afloja tan fácilmente que constantemen- te se desajusta. He tenido este problema duran- te años, y finalmente tomé la decisión de usar sellador para reducir este movimiento del tor- nillo. Pero tuve que tomar otras decisiones. La primera fue determinar la tensión que debía apli- car a la cuchilla. Debido al control tan fino que hace falta, esta tensión debe ser regulada al mí- nimo. Tienes que permitir que la cuchilla se deslice razonablemente fácil. Un exceso de pre- sión hará que la cuchilla salte o se mueva sin control, haciendo difícil conseguir ajustes muy finos. La segunda, ya que puede haber ligeras diferencias de medida de una cuchilla a otra, fue asignar una cuchilla a cada cepillo. Esto sig- nifica que no puedo tener una cuchilla afilada de reserva, y tengo que interrumpir el cepillado cuando necesito afilarla. (Esto puede evitarse si compras varias cuchillas a la vez. En cada remesa de cuchillas, el grosor es constante, con pocas variaciones de una remesa a otra. Pero siempre hay desventajas en intentar usar más de una cuchilla con el mismo cepillo). Luego está la elección de la fuerza del sellador. Después de pensarlo, elegí usar el Loctite 242, que no es muy fuerte, y así permi- tir un posterior cambio de cuchilla. Evité usar el más fuerte (Loctite 721), que podría no de- jar aflojar el tornillo de nuevo. Mi sugerencia a los diseñadores de los Stanley sería añadir una junta de nylon a este tornillo para evitar movi- mientos indeseados. Aplicando Loctite al tornillo de sujeción de la cuchilla. Ajuste del corte Cada vez que retires la cuchilla de un ce- pillo y la vuelvas a colocar, hace falta algún li- gero reajuste. La incidencia de esto se puede reducir siguiendo unos pocos pasos muy sim- ples. El primero, es retirar todas las virutas. Casi todas las veces que quitas una cuchilla, encuentras bajo ella alguna viruta de bambú. Para asegurar que las superficies estén bien lim- pias, retira las virutas de la cavidad del cuerpo del cepillo y del tornillo con una brocha. Otro paso es ensamblar el cepillo de nue- vo sobre una superficie lisa. Así podrás tener la seguridad de que la punta de la cuchilla y la base del cepillo están totalmente alineadas y de que la cuchilla está correctamente ajustada al tope. Pero antes de ponerte a trabajar con él de nuevo, revisa todas las partes cuidadosamente.
  • 36. 28 El alineamiento de la cuchilla y la base requiere una especial atención. Con el cepillo en la mano, dale la vuelta y sujétalo en una po- sición en la que puedas ver bien la cuchilla y la base. Mirando el cepillo desde atrás, y con un ángulo bajo, coloca el canto de la cuchilla y el canto del pie delantero uno contra otro. Si es necesario, usa el ajuste lateral para alinearlos. Finalmente, inspecciona el asiento de la cuchilla midiendo la profundidad de corte en alguna varilla que no estés usando en ese mo- mento. Otra posibilidad es atornillar una pieza de madera de unos 30 centímetros al final del banco de trabajo para realizar estas pruebas. Revisa siempre la profundidad de corte y haz los ajustes necesarios antes de seguir cepillan- do. En la mayoría de los casos será necesario retocar la cuchilla para obtener un corte más fino. Es difícil volver a colocar la cuchilla y pre- tender que el corte sea el mismo que antes de quitarla. Aquí es donde he apreciado el sistema de cerrojo del nuevo modelo G 12-020. Para reti- rar la cuchilla sólo hace falta un ligero giro en el sentido contrario a las agujas del reloj. Lue- go, con un giro en el sentido de las agujas del reloj vuelve a su punto original. Esto liberará la cuchilla lo justo para poder retirarla. Y al colo- carla volverá a ser aprisionada en su sitio. Con un rápido ajuste, volverás enseguida al trabajo. Cuchillas de repuesto La idea de tener varias cuchillas afiladas al mismo tiempo, listas para su uso, está muy bien. Pero hay una pega: el tiempo extra que perderás reajustando cada cuchilla. Esto es como resultado de que todas las cuchillas no son exactamente iguales. Incluso si al principio dos cuchillas son iguales, con el paso del tiem- po terminarán siendo diferentes, como resulta- do del afilado. Cuchillas de acero Al cabo de unos años, la calidad del filo de las cuchillas que vienen con los cepillos ha ido a menos. La cuchilla del 9 ½ de mi abuelo, por ejemplo, mantenía el filo en perfectas con- diciones por mucho más tiempo. Pero la cuchi- lla que viene con el G 12-202 que compré hace poco no tiene un buen filo. La razón puede ser que las característi- cas que muchos carpinteros buscan en un cepi- llo hayan cambiado. En los tiempos de mi abuelo todo se hacía a mano y era crucial para los car- pinteros que las herramientas tuvieran un buen filo. Hoy en día, gracias a las modernas máqui- nas, el carpintero sólo se tiene que preocupar de que la cuchilla de su cepillo no se oxide de- masiado en el fondo de su caja de herramien- tas. Esta resistencia al oxidamiento se consi- gue añadiendo cromo al acero. Sin embargo, los cristales de cromo son de mayor tamaño que las moléculas del acero al carbono, resul- tando en que es más comprometido conseguir un buen filo. Piensa en la cuchilla como si fuera una acera, con la parte fina representada por el acero al carbono, y siendo el cromo las piedras que asoman en la superficie. Las cuchillas con aleación de cromo pueden ser una fuente de quebraderos de cabeza para los constructores de cañas poco puestos en el tema. Afortunadamente, la solución es sencilla. Simplemente reemplaza la cuchilla por una cu- chilla “Hock”. Ron Hock, un fabricante de cu- chillas de Fort Bragg, California, hace sus lá- minas de acero al carbono templado, lo que produce filos de muy larga duración. A todos los nuevos constructores de cañas a los que he Hock, símbolo de calidad en cuchillas.
  • 37. 29 Cepillado perfecto Es posible que halláis oído que el bambú Tonkin puede contener grandes cantidades de arena silícea, quizá introducida en las plantas en crecimiento por los fuertes vientos. Unido esto a las mínimas tolerancias que se requieren en nuestro trabajo, puede entender la necesi- dad de afilar las cuchillas. Este es un aspecto en el que no me canso de insistir: Muchos de los frustrantes problemas que aparecen en la construcción de cañas de bambú provienen di- rectamente del uso de cuchillas mal afiladas. Cuando tengas duda, reafila. Lleva unos pocos minutos, y puede evitarte horas de sufrimiento. Piedras de afilar Otro aspecto que la mayoría de los po- tenciales constructores de cañas desconocen, es el de las piedras de afilar. Una vez, le pedí a un carpintero que me enseñara como afilaba él las cuchillas de sus cepillos. Fue a su potente lijadora de cinta, y comenzó a lijar la cuchilla del cepillo. Y, ciertamente, la cuchilla cortaba bien el pino que usaba en su carpintería. Pero la superficie del filo tenía varias bocas, lo que se- ría desastroso para trabajar con el bambú. Pero no fue hasta que hablé con un tallador de madera, cuando entendí el valor de las piedras de afilar. Cuanto más fina es la su- perficie del filo, insistió, más fino es el corte. Una cuchilla mal afilada arranca las fibras, mien- tras que una bien afilada las corta limpiamente. La finura de la superficie del filo es muy impor- tante. Si vas a una ferretería local, las piedras de afilar que se suelen encontrar son la “Coarse Crystolon”, o posiblemente la “India Combination”. El grano de estas piedras es de 100 a 220, y producen un filo lo suficientemen- te bueno como para trabajar la madera. Pero para el corte tan fino que deseamos los cons- tructores de cañas es esencial una piedra con un grano de entre 6000 y 8000. Este tipo de afilado tan fino sólo se obtiene con las piedras de agua. Por otra parte, una piedra de agua de gra- no 6000 a 8000, solamente pule. Para el afila- do que necesitamos, yo recomiendo una piedra de agua que esté en un rango de entre 1000 a 1500. La solución que he encontrado es una piedra “King” combinada. Tiene, en un lado, un grano de 1000 para el afilado, y otro lado con un grano de 6000 para el pulido. Todo por unos 20$. La mayoría de las piedras de agua requie- ren un remojado previo antes de usarlas, nor- malmente de unos 20 minutos. Sin embargo, hay una forma simple de tener tu piedra lista en el momento que la necesites: Guardarla sumer- gida en agua. Yo uso un tubo de plástico con tapa ajustable para que no se escape el agua. Si tu taller de trabajo puede estar sujeto a bajas temperaturas, también se pueden guardar en una solución anticongelante sin que sufran ningún daño. recomendado esta marca me han comentado que es mucho más fácil cepillar las tiras de bam- bú con estas cuchillas de alta calidad. El alisado de una piedra de agua se pue- de realizar lijándola. Un trozo de Plexiglass, con un trozo de lija de 220, seca o al agua, va bien para esto. Simplemente, con la piedra húmeda, lija el lado que lo necesite hasta que la superfi- cie vuelva a mostrar de nuevo signos de abrasión. La superficie de la piedra Uno de los inconvenientes de usar pie- dras de agua es que se gastan rápidamente. De- pendiendo de la piedra, puede ocurrir en unos pocos afilados. Normalmente el centro de la piedra se desgasta más que los lados. Y en este punto es posible que la piedra pierda también su capacidad abrasiva. Este efecto se puede rebajar moviendo la cuchilla sobre toda la su- perficie de la piedra cuando afilamos. Pero tar- de o temprano el problema aparecerá.
  • 38. 30 La piedra “Nagura” Otra opción es usar una piedra “Nagura”. Esta es una piedra abrasiva soluble en agua que acelerará el proceso de pulido. La piedra se humedece con agua y se frota en una superficie de grano 6000 hasta que se forma una ligera pasta. Los diamantes son para siempre Una de las novedades en el mundo del afilado son las piedras de diamante, una mezcla de níquel-plata y una base plástica. Las partí- culas calibradas de diamante van unidas a una base precisa de níquel-plata. Esto es posible porque la plata está hábilmente combinada con pequeños huecos para recoger el metal proce- dente del afilado. Las piedras de diamante se pueden usar secas o ligeramente humedecidas. Como en otras piedras, un lubricante acelerará el afilado al eliminar el exceso de polvo de metal. Las partículas de diamante acabarán embotándose con el polvo de metal, pero se recuperan fácil- mente cepillando con un cepillo de dientes y un estropajo blando. Una ventaja clara de las piedras de dia- mante es su superficie indestructible en com- paración con la de las piedras de agua tradicio- nales, que la tienen muy blanda. La dura super- ficie de las piedras de diamante es ideal para mantener un nivel constante en la planicidad de las cuchillas. El inconveniente obvio de las pie- dras de diamante es su alto precio. Comparativa de piedras Hacer un repaso de las diferentes piedras de afilar que se pueden encontrar hoy puede ayudar a comparar sus calidades de abrasión. He tomado estos datos de tamaño de partícu- las y equivalencias de grano de los catálogos de los fabricantes. tras afilamos las cuchillas, yo recomiendo el uso de una guía. Hay personas que creen que se puede sujetar la cuchilla con la mano mientras se afila. En teoría, es así, pero es muy difícil sujetarla con un ángulo constante. Cualquier variación en el ángulo causará un cambio en la superficie de la cuchilla, resultando en un esca- so o nulo afilado del filo. Las guías de afilado Para mantener un ángulo constante mien- La guía de afilado “Veritas” “sobre la piedra. Medium diamond (blue) 320 500 Soft Arkansas 500 1,000 Hard Arkansas (white) 700 2,000 Fine diamond (DMT-red, 30 micron) 600 2,000 Fine diamond (3M-white, 20 micron) 800 3,000 Hard Arkansas (black) 900 4,000 Extra-fine diamond (DMT-green, 9 micron) 1,200 6,000 Extra-fine (3M-blue, 10 micron) 1,800 8,000 Comparativa de piedras
  • 39. 31 Hay dos ti- pos básicos de guías de afilado. Yo llamo al prime- ro, “sobre la pie- dra”, ya que se mueve unida a la cuchilla sobre la superficie de la piedra. El segundo es “fuera de la piedra”. Esta tiene una rueda que se desplaza sobre la misma superficie so- bre la que descansa la piedra. Si usas una sola piedra para el afilado y pulido, debes usar una guía “sobre la piedra”. De esta forma el ángulo de la cuchilla no cam- biará. El único inconveniente es que la guía tam- bién se desgasta, además de la piedra. Si usas una piedra de doble cara (una para afilar, otra para pulir), entonces recomiendo una guía “fuera de la piedra”. Mantendrá constante el ángulo y no desgastará la piedra prematura- mente. Stop block Un “stop block” es un artilugio que he fabricado en madera. Consiste en una pequeña pieza de contrachapado (10 x 17 x 1,2 centí- metros) con otra pieza sujeta a 2,54 centíme- tros de uno de los extremos largos. Lo uso para sujetar siempre igual la cuchilla en la guía. Esto reduce al mínimo la cantidad de metal que eli- mino durante el afilado. Sin el “stop block”, puedes cambiar la cantidad de cuchilla expues- ta, lo que puede resultar en ligerísimos cam- bios del ángulo de la cuchilla. Stop block modificado Ken Rongey, un constructor de cañas lo- cal y amigo, me enseñó un tipo diferente de “stop block” una vez que le pedí prestada su piedra de diamante. Su “stop block” estaba construido para una guía de afilado Veritas (“so- bre la piedra”). No sólo tenía un tope para ase- gurar la correcta exposición de la cuchilla (28,57 milímetros) para obtener un ángulo de 30º, sino que también tenía un tope lateral que sujetaba y guiaba el costado de la cuchilla. Debido a la finura del canto de la cuchilla, el “stop block” simple puede permitir, a veces, que la cuchilla quede torcida en la guía. Pero con la adición de este tope lateral, la cuchilla siempre queda bien escuadrada en la guía de afilado. La guía de afilado “General” “fuera de la piedra”. Un esquema del tope de ajuste de las cuchillas. Ken Rongey diseñó este tope de ajuste para el autor. El tope de ajuste usado para colocar la cuchilla en la sujeción.
  • 40. 32 Alisado de la cuchilla El filo de la cuchilla no quedará bien si la parte de atrás de la cuchilla no está perfecta- mente lisa. Aunque algunos constructores de cañas defienden el uso de una pieza de acero y polvo de grafito para desgastar la cuchilla, yo prefiero usar una piedra de agua, comenzando por el lado de grano 1000. Coloca la cuchilla plana sobre la piedra. Entonces, con una ligera presión, comienza un movimiento adelante-atrás. Observa cuidado- samente el progreso. Gradualmente verás que las superficies desgastadas irán aumentando hasta hacerse todas una. Gira entonces la pie- dra a la cara de grano 6000 y repite el proceso para pulir la cuchilla. Repite el movimiento ade- lante-atrás y, gradualmente, la superficie de la cuchilla irá tomando el aspecto de un espejo. A menos que la cuchilla esté curvada, quedará perfectamente alisada. El afilado Debido a que yo afilo sobre el mismo banco de trabajo donde también cepillo, decidí que necesitaba una superficie resistente al agua en la que colocar mi piedra de afilar. De otra forma, la superficie de madera podría retener humedad y entrar en contacto con los moldes de acero, creando un problema de oxidamiento. Al final opté por una pieza de nylon de 15 x 61 x 1,2 centímetros, que compré en un comer- ciante local de plásticos. Otra alternativa es comprar una pieza de Plexiglás. En ambos ca- sos, el resultado es una superficie resistente al agua en la que trabajar. Mi guía de afilado “General” va bien con la cuchilla sobresaliendo una pulgada de la su- jeción. Esto deja la base de la sujeción 6,35 m/ m fuera de la piedra cuando la cuchilla se afila a 30º. Cuando se monta en un Stanley 9 ½, da un ángulo de ataque sobre la superficie del bambú de 51º. Aquí es donde es muy importante que el “stop block” deje siempre la cuchilla a una pulgada de la sujeción. Si esta longitud cambia, lo hará también el ángulo, y hará que el tiempo de afilado se alargue debido al metal adicional que hay que eliminar para formar el nuevo án- gulo. Antes de comenzar a afilar, debes decidir el ángulo que prefieres. Yo uso un ángulo de La rebaba se elimina con una piedra de diamante fina. 30º, medi- do con un transporta- dor de án- gulos. En la guía “General”, por ejem- plo, pon la El ángulo correcto de la cuchilla para cepillar el bambú. flecha en el 1. Recuerda que este es el ángulo que estás buscando cuando la cuchilla descan- sa sobre la piedra de afilar. El afilado se debe hacer con el lado de grano 1000 de la piedra. Para obtener el mejor resultado, mueva la cuchilla adelante y atrás con una ligera presión. La superficie de la piedra se
  • 41. 33 debe mantener siempre mojada. Esto despla- zará las partículas de metal, evitando así que queden embotadas en la superficie de la pie- dra. Después de varias pasadas, inspecciona la superficie afilada. Verás así donde el metal va siendo eliminado. Toca el borde de la cuchilla para ver si se forma una rebaba. El afilado con- tinuará hasta que la cuchilla presente una reba- ba a lo largo de la anchura del filo y todas las posibles mellas hayan desaparecido. Sin quitar la cuchilla de la sujeción, co- lócala con la parte superior del corte sobre la piedra. Con una pequeña presión, da dos o tres pasadas. Tantea la rebaba. Continua haciendo esto hasta que la rebaba desaparezca por com- pleto. El siguiente paso es el pulido de la cu- chilla. Usando el lado de grano 6000 de la pie- dra “Nagura”, humedécela y aplícala a la su- Inspeccionando la formación de la rebaba. perficie a pulir hasta que se forme una suave pasta. Ahora repite el mismo procedimiento anterior, con el movimiento adelante-atrás, has- ta que se forme una rebaba en el filo. Entonces gírala y elimina la rebaba. El afilado y pulido sólo lleva unos minu- tos. Si usas una cuchilla “Hock”, puede que lleve un poco más. Sin embargo, la cuchilla “Hock” no se desafila tanto como la Stanley original. Después de la formación de la rebaba, el alisado de la cara se aumenta con la piedra de agua. Entonces se elimina la rebaba.
  • 42. 34 Hay gente que también está a favor del uso de un ángulo compuesto o filo de doble ángulo. El primer corte está afilado con un án- gulo de 25º, y se añade después un segundo ángulo de 30º. Se le da el ángulo de 30º sola- mente a la punta del filo (sobre 1,58 m/m). Este método acorta el tiempo de afilado y propor- ciona el mismo ángulo de ataque sobre la su- perficie del bambú. He probado ambos métodos, y creo que el sistema del ángulo simple funciona mejor. Pri- mero, el filo de doble ángulo no dura tanto como el de ángulo simple; el doble ángulo no tiene suficiente resistencia como para absorber la presión del cepillado. Y segundo, con el pe- queño ángulo secundario (25º), las virutas de bambú no salen tan fácilmente. Pero, ciertamen- te, esta es un área en la que puedes experimen- tar. Prueba con diferentes ángulos y combina- ciones para ver cual es la que más te convence. Aquí se ve el alisado del filo de una cuchilla recién afilada. Nótese la gran calidad del reflejo. He probado incluso con filos convexos, que básicamente es lo mismo que el método del doble ángulo. Y he tenido buenos resultados con todas las técnicas. Una vez que tengas la cuchilla afilada, deberás protegerla con una ligera capa de acei- te. Yo suelo usar un aceite lubricante de todo uso (3 en 1). Si voy a guardar alguna cuchilla de repuesto, también la envuelvo en un trapo humedecido de aceite para prevenir el óxido. Una piedra de diamante basta eliminará rápidamente cualquier malla de la cuchilla. Método alternativo Durante años, seguí la misma rutina de afilado. Pero un viaje de fin de semana al Catskills me cambió la rutina. Miles Tiernan, un constructor de cañas y un loco de las tru- chas, me llevaba por la noche por Ohio y Nue- va York. A las tres de la mañana, con una taza de café, surgió una discusión sobre el afilado.
  • 43. 35 Miles había estado usando una piedra de diamante (roja) para lo que él llamaba su “lijadora”. La usaba para eliminar las mellas del filo, o para cuando necesitaba retirar un exce- so de metal de la cuchilla. Después usaba una piedra de agua de grano 1000-6000 para ter- minar el trabajo. Si necesitaba un acabado bri- llante, sólo usaba la piedra de agua. Debido al cambio de piedras usaba una guía “sobre la pie- dra” “Veritas”. Después de probar este método durante unos días, encontré que en verdad se ahorra mucho tiempo. Este método también amplía el periodo de uso de las piedras de agua, ya que se usan menos frecuentemente. Piedras de agua motorizadas Aunque creas que las piedras de afilado motorizadas te ahorrarán mucho tiempo, no es así. Probé una hace unos años y no observé nin- gún ahorro de tiempo. También es algo más caro. La piedra que yo usé costaba varios cien- tos de dólares. En realidad, sólo son realmente útiles para afilar las largas cuchillas de los cepi- llos eléctricos de 30,48 centímetros.
  • 44. 36 4 CORTADO Y ALISADO Sacrificar algunos “culms” Algunos constructores de cañas están excesivamente preocupados por el número de cañas que pueden hacer con cada “culm” de bambú. Otros intentan hacer buenas cañas de “culms” cuestionables por su escasa cantidad de fibras de potencia o por otros defectos ma- yores. Incluso si las cañas son para tu uso per- sonal, hay que tener en cuenta unas normas. Como ya mencioné anteriormente, es una bue- na idea ser muy selectivo en la elección del bam- bú. Deja unos pocos “culms”, o parte de ellos, para los experimentos. Ya mencioné esto antes cuando hablé del flameado, y además podemos encontrar nuevas técnicas que requieran algo de práctica. Recuerdo a un constructor de cañas no- vato que debería haber tenido esto en cuenta cuando le envié algo de corcho seleccionado especialmente. Finalmente vi la caña a la que iba destinado el corcho, y noté que el mango había sido hecho de un stock mediocre. En lu- gar de usar el corcho bueno, había gastado los cien anillos de primera calidad que le envié en la fabricación de mangos de prueba. Es el mismo error que usar el mejor bam- bú que tengas para fabricar tu primera caña. Lo correcto es justamente lo contrario. Comienza con el que tú creas que es el peor “culm” que tengas. Practica el corte, enderezado y cepilla- do con unas cuantas tiras de bambú. Después, déjalas a un lado, y comienza tu primera caña con un segundo “culm”. Hay una curva de aprendizaje tremenda cuando empiezas a cons- truir cañas de bambú. Un esquema de los diferentes métodos de alternado de nudos.
  • 45. 37 He regalado bastantes “culms” a nuevos constructores de cañas aconsejándoles que practiquen con ellos antes de comenzar con ta- reas serias. Esto es de sentido común, y se pue- de aplicar a cada estadio de la fabricación de cañas, desde el corte del bambú, hasta el cepi- llado o barnizado. Métodos de alternado de nudos Hay cuatro métodos comunes de alter- nar los nudos del bambú. El primero es 2 x 2 x 2. Cada nivel de nudos tiene dos de ellos a la misma altura en caras opuestas. El segundo mé- todo es 3 x3 x 3, en el cual, cada nivel de nudos tiene tres nudos colocados en caras alternati- vas. El tercero es el método Garrison, que ali- nea los nudos en la misma secuencia que el or- den de encendido de un motor de seis cilindros, a medida que giramos la caña: 1-5-3-6-4-2. Fi- nalmente, muchos constructores de cañas usan un método “mezclador”, mezclando las tiras de diferentes “culms” en una misma caña. Sólo se debe estar seguro de que las secciones así com- pletadas no tengan nudos adyacentes. Neutralizar las tensiones Si un “culm” de bambú tiene cualquier retorcimiento, golpe (ligeras marcas), o relieve extraño, el diámetro total en ese nivel normal- mente se ve afectado. Esto es más evidente una vez que has cortado las tiras y las has colocado unas junto a otras. Una ventaja adicional del método 2 x 2 x 2 es que las tiras similares, en caras opuestas, tienen tendencia a neutralizarse una a las otra. Para tener un ejemplo visual de este efec- to, haz dos pequeños cortes en un trozo de pa- pel para dividirlo en tres partes. Entonces en- rolla el papel en forma de cilindro con la base de las marcas una opuesta a la otra. Traza una línea en la mitad de las dos marcas y tendrás una línea paralela al cilindro. Lo mismo ocurre con las tensiones naturales en el método 2 x 2 x 2. Cuanto más tardes en atar las tiras para el tratamiento de calor y de pegado, las caras opuestas tienden a neutralizarse. Este es, defi- nitivamente, el método que yo recomiendo. Alternando los nudos Una vez que has elegido tu método de alineamiento de nudos, el siguiente paso es pre- pararlos. Una buena técnica visual es colocar las seis tiras alineadas en el banco de trabajo. Este es un alternado tradicional 2 x 2 x 2.