Informe CPP: El carterismo y los carteristas

INFORME CPP: EL CARTERISMO Y LOS CARTERISTAS  
Informe elaborado por el Departamento de Comunicación de CPP Protección y Servicios, S.A.U.
Vía de los Poblados, 1. Edificio B, 2ª Planta. Parque Empresarial Alvento. 28033 · Madrid
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EL CARTERISMO Y LOS CARTERISTAS
INFORME ELABORADO POR CPP PROTECCIÓN Y SERVICIOS DE ASISTENCIA S.A.U.
ABRIL 2013
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CPP Protección y Servicios de Asistencia S.A.U. es una compañía de seguros y servicios de
asistencia que protege y ayuda a las personas cuando sufren ciertas eventualidades, como aquellas
derivadas de ser víctima de un carterista. Conscientes de la importancia de la prevención, es necesario
que todos conozcamos en detalle el fenómeno del ‘Carterismo’ para que las víctimas potenciales, todos
nosotros, sepamos cómo evitarlo o qué hacer si lo sufrimos. Esta labor de divulgación es parte del
compromiso de CPP con la protección de las personas y con nuestra misión de hacer a todos la vida
un poco más fácil. Por este motivo, durante 2013, lanzamos la campaña #StopCarterismo, una
investigación y posterior divulgación de todo lo relacionado con los carteristas: Dónde actúan, qué
trucos y técnicas utilizan, qué papel juega la distracción en todo esto, porqué nos distraemos unos más

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que otros, qué tipos de carteristas existen, qué hacer si ves a uno en plena acción o si,
lamentablemente, eres víctima de uno de ellos.
Para llevar a cabo esta campaña de divulgación, CPP agradece encarecidamente la
colaboración de los medios de comunicación para contribuir a concienciar a la población acerca de este
problema y, con ello, favorecer que los ciudadanos desarrollen hábitos de autoprotección y seguridad.
Así mismo, está en el interés de todos el que podamos disfrutar de ciudades más segura, más
cómodas para los turistas y más libres del problema de robo de carteras, bolsos o móviles, entre otros.
Por ello, invitamos a todos los ciudadanos a que colaboren en esta campaña difundiendo la información
contenida en este informe.
Este documento es parte de una campaña anual y ha sido posible gracias a la colaboración de
diversas fuentes especializadas en la lucha contra el Carterismo. Entre ellos, varios miembros de los
cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado especializados en luchar, cada día, para protegernos de
éste y de muchos otros riesgos que nos acechan.

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ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN AL CARTERISMO
2. RADIOGRAFÍA DE UN CARTERISTA
3. TIPOLOGÍA DE CARTERISTAS
4. DÓNDE ACTÚAN LOS CARTERISTAS
5. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS QUE EMPLEAN LOS CARTERISTAS
6. LEGISLACIÓN ACTUAL AL RESPECTO DEL CARTERISMO
7. CONSEJOS CONTRA EL CARTERISMO
8. EL CARTERISMO EN LA CULTURA
9. NOTICIAS DE ACTUALIDAD, VÍDEOS Y OTROS ENLACES DE INTERÉS
10. REFLEXIÓN FINAL

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1. INTRODUCCIÓN AL CARTERISMO
El Carterismo es la actividad que llevan a cabo los carteristas, una actividad ilícita que a veces
es un delito y a veces una falta, en ocasiones es considerada un hurto y en otras un robo, y que existe
desde que el hombre posee pertenencias que otros desean. El Carterismo ha evolucionado mucho
hasta nuestros días y ya no es lo que era. Hoy día, los carteristas son auténticos profesionales del
hurto y, aunque trabajan casi siempre en grupo y están perfectamente organizados, todavía no
es considerado como crimen organizado. En modo metafórico, podríamos describirlos como una
mezcla entre una jauría de lobos, ya que atacan en grupo, y una bandada de buitres, porque rondan a
sus víctimas hasta que éstas revelan alguna debilidad, sobre todo ancianos y turistas que muestran
algún signo de distracción siendo entonces cuando caen sobre ella para picotear lo que puedan.
Este informe pretende poner el foco en los carteristas para que la ciudadanía sepa protegerse
de este tipo de delincuentes. Pretende ayudar a la población a prevenir la acción de los carteristas y
para ello hemos analizado e investigado la actividad que éstos realizan en Madrid, como ejemplo de
metrópolis moderna que puede asemejarse a cualquier otra ciudad. Es importante recalcar que Madrid
no es una ciudad más problemática que otras, como Barcelona, Londres, París, México DF, Sao
Paulo, Roma o Nueva York, por mencionar algunas, o que los cientos de destinos turísticos del mundo
donde actúan los carteristas. En la misma semana que se publica este informe, hemos visto como el
famoso Museo del Louvre, en París, tuvo que cerrar sus puertas debido a la avalancha de rateros que
infestaban la zona y el propio museo. Las víctimas y los agentes
de seguridad privada se quejan de escupitajos, golpes, insultos y
amenazas y de que sus denuncias no dan resultado. Los vigilantes,
que afirmaban que la situación está fuera de control, decían tener
miedo porque se enfrentan a bandas organizadas cada vez más
violentas. La BBC, por su parte, publicaba al día siguiente un
reportaje especial sobre los carteristas del Metro de Londres,
donde las denuncias han crecido un 18% en el último año y, de
todas ellas, el 52% corresponden a teléfonos móviles. El
Carterismo es un problema global, que afecta a cualquier ciudad o
pueblo donde haya víctimas potenciales. La única diferencia que existe entre los diferentes países es la
legislación al respecto y las penas que llegan a recibir estos delincuentes en cada lugar.
Los carteristas no suelen ser violentos, por lo general, para no ser vistos y así evitar ser
detenidos, multados o penados. Sin embargo, a veces intimidan a sus víctimas o les agreden para
obtener su botín, algo que parece suceder cada día más. Por tanto, lejos debería quedar aquella
imagen de pillos buscavidas y pícaros inofensivos que robaban para comer. Los carteristas no son
tampoco víctimas del sistema, son delincuentes que te roban tu dinero, tu cartera, tu bolso, tu teléfono
móvil, tu maleta de viaje, tu maletín con el ordenador, tu cámara de fotos o cualquier otro objeto de
valor. Quien sí es una víctima potencial es cualquier de nosotros porque no sabemos que un
carterista es un carterista ya que son expertos en camuflarse.
Muchos son menores de edad, tendencia ésta que crece en los últimos
años ante la preocupación de las autoridades. Muchas bandas utilizan a
menores procedentes de otros países para delinquir. Éstas les exprimen
al máximo y cuando están fichados por la policía o no les son útiles por
cualquier otro motivo los devuelven a sus países de origen y se traen a
otros nuevos. Estos menores se encuentran en situación de riesgo y
desamparo. Tras localizar a los padres, éstos no se hacen cargo de ellos ni responsables por sus actos,
teniendo que ser trasladados al GRUME o, en su defecto, a los centros de acogida existentes de la
Comunidad de Madrid, donde no permanecen ni un día ya que no pueden retenerles y escapan.

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Aunque parezca una obviedad, hay carteristas porque hay víctimas a las que robar. Es
evidente que el culpable es el carterista pero también es cierto que todos podemos colaborar para
reducir o eliminar esta actividad. De hecho, muchas personas colaboran activamente de una u otra
forma. Algunos cuando ven a un carterista en plena acción alertando a su alrededor, una de las
mejores medidas disuasorias que existen según la policía. Otros avisando a las autoridades, como los
camareros o tenderos de zonas calientes de carterismo. Saben quiénes son y llaman a la policía
cuando les ven merodear. Y lo mismo ocurre con guardias de seguridad privada, profesionales del
transporte público, etc. La colaboración ciudadana es vital para reducir este problema.
Existen cuerpos especializados en España que patrullan a diario la
calle a la caza del carterista pero sólo pueden actuar cuando ya se haya
cometido el hurto o robo en cuestión, algo que dificulta prevenirlos. De hecho,
uno de los principales dificultades es que las víctimas, turistas
principalmente, no suelen denunciar los hechos. Prefieren evitar los
inconvenientes y trámites que supone tramitar la denuncia. Es muy importante
que las víctimas denuncien estos hechos ya que es la mejor forma de
combatirlo. De hecho, aquellos que cuentan con un seguro del hogar, del
móvil o de las tarjetas bancarias pueden optar a recuperar el valor económico
de lo robado, o parte de él, si acuden a comisaría y presentan la correspondiente denuncia. Sin
embargo, la mayoría de hurtos no son denunciados. Este dato lo corrobora la Comisaría de Distrito
Centro de Madrid, situada en pleno foco de acción de los carteristas de la capital, la que más
denuncias recibe de este tipo en toda Europa y la segunda en todo el mundo, después de la
neoyorquina del Bronx. No existen datos oficiales del volumen total de carteras, bolsos o móviles
robados en España cada año pero nos hacemos una idea aproximada del problema gracias a los datos
facilitados por fuente policiales. Los especialistas en hurtos de la capital estiman que habrá en Madrid,
como mínimo, en torno a 800 o 1.000 carteristas en activo cada día, que algunos visitan el centro de
forma esporádica y que otros “trabajan” permanentemente en la ciudad. Esta cifra aumenta en fechas
especiales, en temporada turística alta o durante la celebración de un acto deportivo o fiesta popular
relevante.
Continuando con la opinión que nos han facilitado diversas fuentes policiales, un carterista rara
vez se va de vacío a casa por lo que, sin riesgo a exagerar, ese millar de carteristas generará otro
millar de víctimas diarias, sólo en Madrid. La brigada móvil de la Policía Nacional suele registrar
más de 1.000 denuncias al mes sólo en el Metro y, en 2012, la Comisaría Centro registró 26.000
denuncias de hurto, el 60% del total de Madrid, donde puede haber alrededor de 40.000 denuncias
cada año. Estas denuncias a veces corresponden a pequeños hurtos en tiendas, robos de bicicletas,
etc. Dicho esto, también es cierto que la policía estima que se denuncian uno o dos de cada veinte
casos de hurto de carteras, bolsos o móviles. Algo que sucede en el resto del mundo, por lo que
el número total de hurtos de carteras, bolsos o móviles que se producen cada año en las ciudades y
zonas de interés turístico de todo el planeta es tan difícil de calcular como elevado.
Según las últimas estadísticas y estimaciones de la policía, puede estar produciéndose un leve
aumento de carteristas, ya que detienen a delincuentes sin antecedentes previos. Esto significa que o
bien antes no habían pasado por comisaría o bien son nuevos en la “profesión”.

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2. RADIOGRAFÍA DE UN CARTERISTA
1. Los carteristas son profesionales del hurto. Tienen jornada de trabajo, si se puede decir eso. Los
que actúan en el Metro lo hacen, sobre todo, de jueves a domingo. Los hay que madrugan para no
perderse la hora punta y no paran hasta haber conseguido lo que estimen oportuno. Los carteristas
carecen de cualquier medio de vida legal conocido y su sustento es el delito. No realizan ninguna
actividad laboral y sus ingresos dependen única y exclusivamente de la actividad delictiva continuada
que realizan. Son organizados, metódicos y conocen su público, sus enemigos, los riesgos y todo lo
que afecta a su “sector”.
2. Los carteristas adoran las aglomeraciones. Tienen claro
dónde ejecutar sus actividades delictivas. Por ello acuden a lugares
concurridos, donde les es fácil distraer a la víctima o que ésta se
despiste sola. Allí pueden camuflarse entre los demás viandantes,
esconderse de la policía y huir o deshacerse del material robado si
la situación lo requiere. Por esta razón, el transporte público en hora
punta, los grandes acontecimientos deportivos, los festejos
populares, las calles comerciales, los mercados, la cola de un
concierto o incluso una manifestación, son lugares habituales donde
podemos encontrarlos.
3. Los carteristas son expertos conocedores de la legislación. Saben lo que es una falta o un delito.
Conocen los entresijos y cómo funcionan los juzgados en el país en el que operen. En España, si
cuantificamos individualmente el valor económico de cada uno de sus robos, éstos no suelen superar
los 400€. De esta forma, es considerada una falta y no un delito y las penas o multas son menores.
Además, tienen la lección bien aprendida respecto a lo que pueden o no decir en comisaría y, según
informa la policía, muchos contratan a los mismos abogados,
letrados con experiencia en la defensa de este tipo de delincuentes
que saben cómo defenderles. Los que poseen años de experiencia
conocen bien las multas o penas que pueden recibir o cómo evitarlas
y, de hecho, suelen pagarlas porque saben que, de lo contrario, se
atienen a penas más duras. La percepción generalizada de que “los
carteristas entran por una puerta y salen por la otra” responde a
que su conocimiento de la legislación vigente les hace adaptar su
modus operandi para no entrar en prisión.
4. Los carteristas no suelen ser violentos. Aunque hay excepciones, por lo general no emplean la
violencia ya que ello influye en que sus actos puedan conllevar penas más severas e incluso el ingreso
en prisión. Dicho esto, si tiene que hacerlo para escapar o está convencido de que saldrá indemne de
la pelea, lo hará.
5. Los carteristas no suelen ser denunciados. Muchas denuncias no
lleguen a cursarse. A veces la víctima sí tiene la documentación y las tarjetas
bancarias porque el carterista lo ha devuelto hábilmente a su bolso o mochila,
quedándose únicamente con el dinero. Otras veces, la víctima no es
consciente de haber sufrido robo alguno. Ocurre también que algunos carteristas fingen ser buenos
ciudadanos y fingen recoger la cartera del suelo, tras sacar los billetes, avisando a su víctima de que se
las ha caído o de que alguien ha intentado robársela. La víctima sólo se da cuenta de que lo es cuando
va a pagar algo o usar su móvil. Demasiado tarde. En ese momento, puede ocurrir también que la
víctima piense que ha gastado ese dinero o que ha olvidado el teléfono en algún sitio. Muchas veces, la
víctima no puede describir al delincuente y ni se molesta en denunciarlo porque cree que no servirá de
nada. Lo cierto es que sin denuncia no hay nada que imputar a nadie, ni computa dicha falta o delito.

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Es como si no hubiese existido dicho hurto y no constará en las estadísticas. Por cada hurto
denunciado, fuentes policiales estiman que hay otros veinte no denunciados.
6. Los carteristas actúan en grupo y están muy organizados. Mantienen una jerarquía
perfectamente definida dentro de cada grupo. Uno de ellos selecciona o señala a la víctima, otro
perpetra el hurto, otro recibe la mercancía rápidamente y los demás facilitan el
robo distrayendo a la víctima o provocando una aglomeración momentánea
para acercarse a ella sin despertar sospechas. En todos los grupos de
carteristas el más hábil y respetado por el resto es quien sustrae el objeto de
valor. Suele ser quien más experiencia tiene, quien organiza la jornada del
grupo y quien reparte el botín al final del día. Ir en grupo les facilita las cosas
para perpetrar el robo pero además es una forma de entrenar a nuevos miembros para el futuro.
Podemos decir que es su particular escuela de carteristas. Además, los diversos grupos o clanes se
conocen entre ellos y se reparten las zonas de acción para no entorpecerse y actuar con tranquilidad y
sin competencia.
7. Los carteristas son expertos en el arte del camuflaje. Los que actúan en zonas
turísticas se visten y actúan como turistas. Los que lo hacen en calles comerciales
suelen llevar bolsas como si estuviesen comprando. Aquellos que actúan en hoteles
parecen viajeros recién llegados o a punto de irse. Los que cometen sus actos en
cafeterías o restaurantes podrían pasar por cualquier pareja de enamorados. Y todos ellos se camuflan
no sólo en la forma de vestir sino también en cómo hablan o cómo se dirigen a la gente. Los hay
incluso que se hacen pasar por policías, pidiendo la identificación a sus víctimas y robándoles cuando
éstas muestran dónde llevan cartera. Asimismo, cuando observan a sus víctimas lo hacen inclinando la
cabeza, mirando de reojo o fingiendo que miran otra cosa, como un periódico, el móvil, etc. Muchos
carteristas evitan el contacto visual. Un carterista rara vez te mirará a los ojos porque sabe que es la
mejor forma de que no le recuerdes.
8. Los carteristas son habituales y reincidentes. La policía tiene perfectamente
identificados a muchos de ellos, les conocen personalmente y, siempre que la
víctima denuncie el suceso, pueden acotar los sospechosos por la zona donde haya
ocurrido el suceso o la técnica concreta que hayan empleado en cuestión. Diversas
fuentes policiales aseguran que suelen detener al mismo carterista unas veinte veces
al año.
9. Los carteristas no roban para comer. Un carterista es un ladrón de guante blanco. Roba el objeto
de valor y lo vende en el mercado negro, o se hace con el efectivo y se deshace de la documentación y
tarjetas bancarias para no ser cazado con las pruebas del delito. Algunos revenden paquetes
completos de DNI y tarjetas bancarias a otros delincuentes especializados en fraudes por unos 30€, lo
cual hace que la víctima tenga más problemas. Hay carteristas que, además de lo que roban, generan
ingresos mediante estas actividades fraudulentas. Los hay que roban por encargo, desde perfumes de
hasta un jamón de pata negra. Los móviles inteligentes son uno de los objetos favoritos de los
carteristas. El destino de la mayoría de estos aparatos robados suele ser la
tienda de segunda mano, donde puede “colocarlos” por unos 80€. Si lo revende
directamente al público suelen sacarse unos 150€. Analizando las detenciones
de carteristas y otras informaciones policiales, se estima que un carterista
puede obtener cada año entre 20.000€ y 60.000€, dependiendo de su habilidad
y otros factores.
10. Los carteristas persiguen, principalmente pero no exclusivamente, a turistas y ancianos. El
Carterismo es, por ello, muy molesto no sólo para las víctimas sino para el sector turístico de cualquier
ciudad o país. En España, Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, así como la costa mediterránea,

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balear y canaria son sus principales lugares de acción. Existe constancia, en los historiales policiales
de estos delincuentes, de que muchos carteristas viajan por la geografía española en busca de sus
particulares chollos de temporada. Están en Madrid o Barcelona en Navidad y en las rebajas de Enero.
Acuden a festejos como el día del orgullo gay en la capital o eventos
como el Mobile World Congress de Barcelona. Si una ciudad celebra un
evento deportivo de gran magnitud allí estarán. No se pierden las fallas
de Valencia, la Semana Santa y la Feria de Sevilla y muchos
comienzan su verano en Sanfermines para luego recorrer la costa
mediterránea o viajar a Canarias o a las Islas Baleares y allí hacer su
particular agosto. Allá donde haya turistas, habrá carteristas. Los
turistas suelen llevar dinero en efectivo, se distraen con más facilidad y casi nunca denuncian. El poco
tiempo que tienen para disfrutar sus vacaciones no desean gastarlo en una comisaría. A veces no son
conscientes de haber sufrido el robo y, hasta pasado un tiempo, no se percatan. Piensan, además, que
no van a solucionar nada presentando una denuncia. Hay países con mayores índices de delincuencia
que protegen mucho a los turistas y emplean prácticas más severas contra los carteristas pero en
España, por muchas razones, es extraño que uno de ellos ingrese en prisión o, si es extranjero, sea
expulse del país. Diversos grupos sociales demandan más contundencia en la protección del turista,
tanto nacional como extranjero, a través de castigos más duros a los carteristas.

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3. TIPOLOGÍA DE CARTERISTAS
Según la técnica que emplean, el lugar donde actúan y otras variables, los carteristas pueden
ser catalogados en estos 10 grupos siguientes:
I. Ratas de metro: Son los más comunes. Casi la mitad de los hurtos de este tipo en Madrid se
producen bajo tierra, en la línea de metro. Son, en su gran mayoría, mujeres. Actúan siempre en grupo.
Una de ellas selecciona a su víctima con detenimiento y la señala como objetivo. Luego invaden su
espacio, colocándose muy cerca de ellas, y como van bien vestidas no despiertan sospechas. Una vez
señalada, utilizan el método del tapón. Aprovechan la subida o bajada de viajeros de los vagones, o el
final de una escalera mecánica, para provocar una leve aglomeración de personas. En ese momento,
la encargada de picar la mercancía pone en práctica su habilidad y se apodera de los efectos de la
víctima.
Esta no es la única forma ni el único lugar que tienen para
realizar sus robos. Lo hacen también en estaciones de autobuses o
de tren aprovechando un descuido del equipaje o de las
pertenencias del viajero. Las paradas de metro del aeropuerto y los
intercambiadores son especialmente peligrosos. A veces, usan una
prenda de vestir en el brazo para tapar el acto delictivo, abriendo la
mochila o el bolso, metiendo la mano en la chaqueta de la víctima,
etc. Otra técnica que utilizan para distraer a sus víctimas es la de
una mujer despampanante que se ofrece a un caballero, fingiendo estado de embriaguez que justifica
un manoseo que lejos de responder a una atracción sexual es, en realidad, un registro en busca de la
cartera o el móvil.
II. Lanceros y Chinaores: También actúan casi siempre dentro del suburbano,
aunque nos los encontramos en otros medios de transporte públicos como los
autobuses o los trenes. Los lanceros son muy hábiles con las manos y sus métodos
requieren de mucha destreza. Su depurada técnica consiste en utilizar un artilugio a
modo de pinzas y, cubriéndose con una chaqueta, extraen los billetes de las
carteras y de dentro de los bolsos con dicho artilugio. Los Chinaores, por su parte, utilizan otra técnica
por la cual, mediante una cuchilla de afeitar, una navaja o similar, rajan los forros de los bolsillos, las
mochilas o los bolsos para extraer las carteras o el móvil sin que la víctima se percate. En ocasiones lo
hacen cuando la víctima está durmiendo. O bien muy temprano, en días laborales, o bien cuando ésta
vuelve de fiesta, algo ebrios o adormilados, y son más vulnerables. Pero se dan muchos casos de
Chinaores que actúan sobre víctimas plenamente conscientes y, a veces, utilizan sus armas para
intimidar a sus víctimas e incluso la violencia para conseguir sus objetivos.
III. Carpeteras callejeras: Suelen ser mujeres que se hacen pasar por miembros
de una asociación de discapacitados o de niños pobres. Entran en contacto con
sus víctimas pidiéndoles un donativo, mostrándoles un impreso con aspecto oficial
en una carpeta para generar credibilidad y para que la víctima se fije en él. Incluso
puede que la víctima crea que están intentando timarla y se sienta seguro al
pensar que no se va a dejar engañar. En realidad, va a ser víctima de un robo.
Estas carteristas suelen tener como objetivo a personas de avanzada edad que
acaben de retirar efectivo de una sucursal bancaria. La víctima es previamente identificada dentro de la
sucursal o en el cajero y después es atacada, técnica denominada por la policía como El Cogotazo.
También los turistas, que son fácilmente identificables, son objetivo común de las carpeteras. Una vez
seleccionada la víctima la rodean entre dos o tres compinches y, en un momento de descuido, uno de
los integrantes del grupo le sustrae la cartera y el móvil.

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IV. Carpeteros de bar: El modus operandi es similar. Una carpeta con
una iniciativa para que la gente firme o para realizar un donativo, con la
particularidad de que suelen ser menores de 18 años, actúan
principalmente dentro de establecimientos de hostelería y buscan,
principalmente, móviles de alta gama depositados encima de las mesas.
Su forma de operar es colocando su carpeta encima del móvil, luego
distraen a la víctima y acaban llevándose el teléfono. Estos menores
conocen los lugares, principalmente pequeñas tiendas de reparación de teléfonos, donde vender
rápidamente los aparatos de alta gama sustraídos y desprenderse así de las pruebas del delito. Uno de
los últimos modelos de móvil más exitosos y lanzado al mercado recientemente suelen ser vendidos
por 40€, con urgencia, o por unos 150€ con menos prisa.
V. Claveteras: Aunque cada vez hay menos, todavía podemos encontrarlas en
lugares turísticos del centro de las ciudades. Esta especialidad de Carterismo
requiere de mucha habilidad y entrenamiento ya que la técnica empleada exige
mucha precisión. Muestran el ramo de claveles a los turistas y les piden un donativo,
la voluntad. Cuando éstos sacan la cartera, la clavetera coge una moneda como
donativo con los dedos gordo e índice mientras que usan, a modo de pinza, los dos
últimos dedos, el meñique y el anular, rodeados por una goma elástica para hacerse
con los billetes de la víctima sin que ésta se percate.
VI. Falsos turistas: Se trata de personas con aspecto impecable y buena
presencia. Actúan tanto en la vía pública como en el transporte público,
principalmente en el metro. A veces esperan en la boca de metro y observan a
sus posibles víctimas para identificar a una de ellas, sobre todo si lleva bolso o
mochila a la espalda, y posteriormente poder actuar. Se aproximan a ella poco a
poco, sin que ésta se dé cuenta, deambulando como la haría cualquier turista.
Una vez a su lado, le enseñan el mapa de la ciudad, que suelen conseguir de
forma gratuita en las oficinas de turismo de la ciudad, y le preguntan por alguna
atracción turística. Mientras la víctima fija su atención en el mapa y en indicarle
cómo llegar al lugar concreto, alguno de los compinches le sustrae la cartera, el
móvil, la cámara y demás objetos de valor. En ocasiones, se han dado casos de
mapas rociados con una droga empleada por violadores, más conocida como burundanga, que elimina
la voluntad de las personas que lo inhalan y se convierten en mansos y obedientes víctimas de los
delincuentes.
VII. Descuideros: El hurto al descuido es muy habitual. Ejecutan diversas fórmulas de
distracción o están atentos a momentos de descuido de sus víctimas. Los descuideros
actúan en centros comerciales, hoteles y establecimientos de hostelería como
cafeterías y restaurantes. Saben que hay cámaras de seguridad por lo que utilizan
gafas de sol, sombreros, gorras o pelucas para ocultar su rostro y no ser reconocidos
por la policía cuando revise las grabaciones. Suelen cambiar de ropa y visten de forma
totalmente normal. Para cometer el hurto, observan a sus víctimas sin llamar la
atención y se ayudan de algo que cubra inmediatamente el objeto robado, lo que
llaman la muleta. Suele ser una prenda de vestir que llevan colgada en el brazo o una
mochila vacía donde introducen lo robado. También suelen llevarse maletas de viaje,
maletines con ordenadores, etc. Existen variantes de descuideros según su especialización. Por
ejemplo, los que sustraen maletas, bolsas de viaje, cámaras fotográficas y cuantos efectos pueda llevar
el viajero. Actúan en estaciones de ferrocarril o autobús, puertos marítimos, aeropuertos y vestíbulos
de hoteles. Hay otros especializados en grandes almacenes y superficies comerciales.

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VIII. Ronaldinhos: Suelen ser de origen magrebí y merodean las zonas de ocio nocturno.
Actúan en pareja y principalmente por la noche, cuando sus víctimas están en estado de
embriaguez y son fácilmente engañadas. Dicho esto, seleccionan a la víctima
principalmente porque se encuentra sola en la vía pública. Simulando un juego de fútbol
con una pelota de papel o una lata intentan hacerle un regate a la víctima, una entrada o
una zancadilla, de ahí el nombre que reciben. En ese momento, uno de ellos le roba el
teléfono o la cartera a la víctima. Nochevieja es el momento preferido del año para
cometer este tipo de acto y a veces abrazan a sus víctimas efusivamente felicitándoles el año nuevo.
IX. El suplantador: Este tipo de ladrón va en aumento y actúa directamente en el
domicilio de la víctima. El delincuente se hace pasar por un trabajador de la
empresa proveedora del suministro del gas, de la luz, del teléfono, por un médico
o por cualquier otro tipo de servicio, y con la excusa de una revisión urgente
debido a una anomalía, o cualquier otra treta, consigue entrar en la casa de su
víctima. Suelen ir en parejas y casi siempre seleccionan a su víctima porque sea
una persona de avanzada edad que vive sola. Una vez dentro, uno de ellos se
dirige a revisar la caldera, por ejemplo, mientras el otro aprovecha cualquier
descuido de la víctima para sustraer el dinero, la cartera al completo, el móvil y
otros objetos de valor, como sus joyas, a sabiendas de que suelen tenerlas en las
mesitas de sus dormitorios.
X. Goteras: Son profesionales de la prostitución que cuando ejercen sus servicios
aprovechan para sustraerle al cliente lo que lleve de valor. Tras acordar el servicio en la
calle llevan a su víctima a la habitación de un hostal o pensión. Una vez allí, le ofrece
algo de beber y aprovechando un momento de distracción del cliente introducen en su
vaso una sustancia somnífera que le duerme. A esta técnica la llaman “el beso del
amor”. Una vez la droga ha surtido efecto, actúan con total tranquilidad. También actúan
a domicilio, entrando en la casa de la víctima y robándole empleando la misma técnica
que la descrita en el punto anterior.
Existen otros tipos de carteristas que utilizan otras técnicas, descritas más adelante en este
informe, que no se encuadran en ninguno de los grupos antes descritos.

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RADIOGRAFÍA DEL CARTERISTA
La siguiente figura no es el típico carterista sino un resumen de todos los tipos de
carteristas. Es nuestra particular Radiografía del Carterista. Lleva una carpeta, como los Carpeteros
de Bar. En la mano izquierda, un ramo de claveles, como las que te ofrecen las Claveteras para
despistarte. Una cámara de fotos colgada, como los Falsos turistas. Una cuchilla en el bolsillo, arma
de los Chinaores, y una pinza al lado, la que usan los Lanceros. Porta un collar de la paz, para
recordarnos que a los Carpeteros Callejeros que se hacen pasar por voluntarios de una ONG. Las
zapatillas de fútbol, para que no olvidemos que si un Ronaldinho nos intenta regatear tengamos
cuidado. Un sombrero, que hace que las cámaras de seguridad de un hotel, un centro comercial o una
estación de autobuses no identifiquen su rostro, técnica usada por los Descuideros. Y viste un traje,
como podría hacerlo una de esas Ratas de Metro para camuflarse entre los demás viajeros del
suburbano en hora punta, o un Suplantador, para entrar en nuestra casa y robarnos. Además, porta
un libro de leyes que nos recuerda que conocen bien la legislación que les atañe y un abrigo en el
brazo, su muleta para ocultar el robo.

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4. DÓNDE ACTÚAN LOS CARTERISTAS
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Los carteristas eligen el lugar de su actividad según su especialidad. Acuden donde hay
aglomeraciones o donde puedan provocarlas, donde puedan deshacerse fácilmente de las pruebas,
(cartera, bolso, maleta, etc.). Actúan donde uno de ellos pueda vigilar la zona, o donde haya estímulos
que distraigan a las víctimas o puedan confundirlas, donde puedan rozar a la víctima para averiguar
dónde está su cartera o su móvil, donde no resulte extraño tocar una parte del cuerpo de la víctima
para que no note el hurto en otra parte distinta, donde puedan hablar con la víctima el tiempo necesario
para despistarla. A continuación, los cinco tipos de lugares más habituales donde actúan los carteristas.
A) Transporte público: Buscan lugares cercanos a la salida y sin ángulo de cámara. En las
estaciones de transporte, hay que evitar distracciones como la actuación de músicos
espontáneos, de gente pidiendo, no dar cabezadas
incontroladas, no despistarse con llamadas telefónicas,
extremar la atención en la apertura y cierre de las puertas,
no dejarse distraer por broncas o discusiones, muchas
veces falsas.
B) Vía pública y aglomeraciones: Las aglomeraciones de hora
punta son momentos de especial riesgo. Las zonas muy concurridas de
grandes ciudades, como Las Ramblas de Barcelona o La Puerta del Sol de
Madrid, son lugares típicos de carteristas. Los espectáculos callejeros, los
conciertos, las colas, las manifestaciones, un extraño que te hace una
pregunta, alguien que te ofrece entradas de reventa para un evento y así
entrar en contacto con tu cartera y los pasos de cebra son sitios donde
normalmente actúan.
C) Cafeterías, bares, restaurantes: Saben aprovechar los momentos en los que nuestra atención
está puesta en otras cosas salvo en nuestros objetos personales. En cafeterías, bares y
restaurantes, donde vivimos momentos distendidos con amigos o compañeros, bajamos la
guardia. Hay que tener especial cuidado en las terrazas ya que son más accesibles para los
cacos. Cuidado con dejar el móvil sobre la mesa, el bolso en el respaldo de la silla, o alguien
que se acerca bajo el pretexto de pedir limosna o un donativo, normalmente con una carpeta o
similar que pondrá encima del móvil o cartera sin que te des cuenta y, al levantar la carpeta, se
llevará.
D) Zonas de copas y fiestas populares: Los ladrones aprovechan
que la gente puede ser más vulnerable con una chispa de
alegría en el cuerpo o en estado ebrio. Dejar tus objetos
personales fuera del alcance de tu vista en bares de copas o
permitir que los borrachos se te acerquen como si fuesen tus amigos puede ser peligroso.
Últimamente, la práctica habitual es hacerse pasar por promotores en las zonas de bares. Por
otro lado, las Fallas de Valencia, la Feria de Abril de Sevilla, los Sanfermines de Pamplona, la
Feria de Málaga, La Tomatina de Buñol, El Orgullo gay, La diada… Todas las fiestas populares
también hacen que los carteristas lo pasan muy bien.
E) Mercados, tiendas, centros comerciales: Los ladrones aprovechan estas situaciones porque
sus víctimas muestran dónde llevan su cartera y, las mujeres, abren el bolso con asiduidad.
Son zonas concurridas, donde se producen descuidos y en las que estamos atentos a otras
cosas. Es mejor no dejar el bolso en el carrito de la compra, incluso es mejor no llevarlo encima.
Si ves a un conocido y te paras a saludar el ladrón puede que se acerque y, sigilosamente,
introduzca la mano en tu bolso.

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MAPA DEL CARTERISMO DE MADRID: Como muestra el siguiente mapa, elaborada por CPP a partir
de la información recogida durante nuestra investigación con la policía y fuentes propias, éstos serían
los puntos calientes de la capital de España. Las zonas podrían aplicarse a cualquier capital del mundo.
Como hemos mencionado, de momento hemos investigado la actividad en Madrid, como
ejemplo que puede asemejarse a cualquier otra ciudad. Madrid no es más problemática que Barcelona,
por ejemplo, El Carterismo afecta a cualquier ciudad donde haya víctimas potenciales, especialmente
las que tienen un alto índice de visitas turísticas. Como vemos en este mapa interactivo, publicado por
Luis Benvenuty en La Vanguardia en 2011, se pueden observar varios puntos calientes de la ciudad
condal, en su mayoría relacionados con el transporte público. Se trata de una iniciativa loable por parte
de este periodista y un ejemplo de colaboración ciudadana.
http://www.lavanguardia.com/vida/20110713/54185101540/impunidad-en-el-metro.html

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5. TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS QUE EMPLEAN LOS CARTERISTAS
Los carteristas utilizan técnicas y estrategias muy diversas. A continuación, una docena de
ellas, las más comunes:
• Rozar ligeramente el contenido de los bolsillos: Así averiguan dónde llevas la cartera o el
móvil.
• Un empujón en un paso de peatones: La víctima levanta las manos para no chocarse con la
persona que lleva delante y, de esta forma, acceden a los bolsillos del pantalón.
• Aprovechar descuidos típicos: Gente en un parque que deja sus mochilas abiertas; Gente en
la playa que se duerme; Etc.
• Distraer: Enfocamos nuestra atención en una sola cosa y somos susceptibles al morbo. Por
eso, uno de ellos distrae mientras otro roba. Generar una pelea ficticia es un truco muy efectivo.
• Aprovecharse de la compasión de la gente: Dejar caer algo al suelo para que te agaches a
recogerlo; Fingir que no sabe nadar y cuando te lanzas a salvarle la vida olvidas tus
pertenencias en la toalla; Uno de los delincuentes acosa sexualmente, de forma fingida, a su
cómplice y espera a que la víctima salga en su ayuda
• El sexo: Una mujer atractiva que finge embriaguez y se agarra a un hombre y le manosea para
sustraerle algún bien.
• Uno de ellos grita “¡Me han robado la cartera!”: Los demás nos llevamos la mano a donde
tenemos la cartera o el móvil y así informamos al carterista compinche dónde debe buscar.
• Observar: Cuando estamos en el cajero, o al pagar algo, dónde guardamos la cartera. Además
evitan el contacto visual, inclinando su cabeza para observar desde la distancia.
• Camuflarse: De hombres de negocios, de mujeres con bebés, de turistas, de policías, etc.
• Mancharte la camisa: Inmediatamente después un compinche, haciéndose pasar por un buen
ciudadano, aparece con un pañuelo para limpiarte, no la mancha, sino la cartera.
• Taparte la visión: Un falso turista que te enseña un mapa; Un falso viajero de metro que lee
un periódico a tu lado; Una persona en la calle que se tapa el brazo con una chaqueta.
• Hacerte parar: Bloquear el paso en una escalera mecánica y provocar una aglomeración
momentánea; Pinchando la rueda de tu coche y fingir que te ayudan a cambiarla.
Triquiñuelas legales:
Para cometer sus fechorías, emplean estrategias para escapar de la justicia o evitar penas
mayores. No hay hurto, sino tentativa de hurto si no llegan a sacar el dinero de la billetera. No hay
violencia, si en el momento del hurto no se ha empleado. Aunque la haya después si hay forcejeo. No
tienen domicilio conocido, y citan albergues como lugar de residencia cuando son detenidos. Allí
recogen sus multas o citaciones judiciales. De esta forma, pesan sobre ellos múltiples ADP
(Averiguaciones de Domicilio y Paradero), que es cuando un juzgado desea notificarte que te presentes
a un juicio, tomarte declaración o hacerte entrega de una sentencia y no se te localiza. En algunos
casos madurará y se convertirá en una orden de detención y en otros, incluso prescribirá.

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6. LEGISLACIÓN ACTUAL RESPECTO AL CARTERISMO
Diferencia entre robo y hurto
Actualmente, debemos observar los delitos contra el
patrimonio y el orden socioeconómico tipificados en el
Código Penal Español de 1995, Ley Orgánica 10/1995, de
23 de noviembre, en su Título XIII. En él, los dos primeros
capítulos están destinados a los hurtos y robos. Debido a
que usamos estos dos conceptos indistintamente, de forma
errónea, es de capital importancia conocer el significado de
cada uno de ellos.
Delito de robo: Cuando existe violencia contra la víctima o utiliza la fuerza para acceder al lugar donde
está lo que han robado.
Artículo 237: "Son reos del delito de robo los que, con ánimo de lucro, se apoderaren de las cosas
muebles ajenas empleando fuerza en las cosas para acceder al lugar donde éstas se encuentran o
violencia o intimidación en las personas." Artículo 238: El robo con fuerza es cuando hay:
“Escalamiento, rompimiento de pared, techo o suelo, fractura de puerta o ventana, fractura de armarios,
arcas u otra clase de muebles u objetos cerrados o sellados, forzamiento de cerraduras o
descubrimiento de sus claves para sustraer su contenido, sea en el lugar del robo o fuera del mismo, o
uso de llaves falsas. Y el Artículo 239 especifica que son llaves falsas “las ganzúas u otros
instrumentos análogos, las llaves legítimas perdidas por el propietario u obtenidas por un medio que
constituye infracción penal, cualesquiera otras que no sean las destinadas por el propietario para abrir
la cerradura violentada por el reo, las tarjetas magnéticas o perforadas y los mandos o instrumentos de
apertura a distancia, así como la inutilización de sistemas específicos de alarma o guarda”. Artículo
240: "El culpable de robo con fuerza en las cosas será castigado con pena de prisión de uno a tres
años. Artículo 241: “Se impondrá pena de prisión de dos a cinco años cuando concurra alguna de las
circunstancias previstas en el artículo 235 o el robo se cometa en casa habitada, edificio o local
abiertos al público o en cualquiera de sus dependencias. Se considera casa habitada todo albergue
que constituya morada de una o más personas, aunque accidentalmente se encuentren ausentes de
ella cuando el robo tenga lugar. Se consideran dependencias de casa habitada o de edificio o local
abiertos al público, sus patios, garajes y demás departamentos o sitios cercados y contiguos al edificio
y en comunicación interior con él, y con el cual formen una unidad física”. Artículo 242: “El culpable de
robo con violencia o intimidación en las personas será castigado con pena de prisión de dos a cinco
años, sin perjuicio de la que pudiera corresponder a los actos de violencia física que realizase. Cuando
el robo se cometa en casa habitada o en cualquiera de sus dependencias, se impondrá la pena de
prisión de tres años y seis meses a cinco años. Las penas señaladas en los apartados anteriores se
impondrán en su mitad superior cuando el delincuente hiciere uso de armas u otros medios igualmente
peligrosos, sea al cometer el delito o para proteger la huida, y cuando atacare a los que acudiesen en
auxilio de la víctima o a los que le persiguieren. En atención a la menor entidad de la violencia o
intimidación ejercidas y valorando además las restantes circunstancias del hecho, podrá imponerse la
pena inferior en grado a la prevista en los apartados anteriores.”
Delito de hurto: Si no emplea la violencia contra las personas o las cosas.
Artículo 234: "El que, con ánimo de lucro, tomare las cosas muebles ajenas sin la voluntad de su
dueño, será castigado, como reo de hurto, con la pena de prisión de seis a dieciocho meses, si la
cuantía de lo sustraído excede de 400 euros. Con la misma pena se castigará al que, en el plazo de un
año, realice tres veces la acción descrita en el apartado 1 del artículo 623 de este Código, siempre que
el montante acumulado de las infracciones sea superior al mínimo de la referida figura del delito. (El
Art. 623 señala que "serán castigados con localización permanente de cuatro a 12 días o multa de uno
a dos meses: 1. Los que cometan hurto, si el valor de lo hurtado no excediera de 400€”.) Artículo 235:
“El hurto será castigado con la pena de prisión de uno a tres años: 1. Cuando se sustraigan cosas de
valor artístico, histórico, cultural o científico. 2. Cuando se trate de cosas de primera necesidad o
destinadas a un servicio público, siempre que la sustracción ocasionare un grave quebranto a éste o

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una situación de desabastecimiento. 3. Cuando revista especial gravedad, atendiendo al valor de los
efectos sustraídos, o se produjeren perjuicios de especial consideración. 4. Cuando ponga a la víctima
o a su familia en grave situación económica o se haya realizado abusando de las circunstancias
personales de la víctima. 5. Cuando se utilice a menores de catorce años para la comisión del delito”.
Artículo 236. “Será castigado con multa de tres a 12 meses el que, siendo dueño de una cosa mueble
o actuando con el consentimiento de éste, la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder,
con perjuicio del mismo o de un tercero, siempre que el valor de aquélla excediere de 400 euros.
Diferencia entre delito y falta:
Como hemos visto, esos 400€ establecen la diferencia entre un delito y una falta (Art.623.1CP).
Una falta o contravención, en Derecho penal, es una conducta antijurídica que pone en peligro algún
bien jurídico protegible, pero que es considerado de menor gravedad y que, por tanto, no es tipificada
como delito. Las faltas cumplen con todos los mismos requisitos que un delito (tipicidad, antijuridicidad
y culpabilidad) pero la diferencia es que la propia ley decide tipificarla como falta, en lugar de hacerlo
como delito, atendiendo a su menor gravedad.
Borrador de la reforma del código penal:
La reforma del Código Penal agrava los delitos de robo pero
despenaliza la mayoría de faltas, que pasarán a ser perseguidas
administrativamente en el ámbito de la Ley de Seguridad Ciudadana o por
la vía civil. Entre las agravantes del delito de robo, introduce el desamparo
de la víctima y el pillaje que puede darse en situaciones de catástrofe, la
profesionalidad; el portar armas, la participación de un grupo organizado, y
el hurto de conducciones de suministros eléctricos o de cableado de telecomunicaciones. El robo con
fuerza tendrá en cuenta el modo de comisión y la fuerza utilizada para abandonar el lugar, mientras
que el robo con violencia introduce un supuesto agravado para los delitos cometidos en
establecimientos abiertos al público. La agravación prevista para estos delitos, por los que se podrán
imponer medidas de seguridad a los delincuentes peligrosos, tendrá su reflejo en la estafa cuando sea
cometida por una organización criminal y la defraudación afecte a una pluralidad de personas.
La supresión de las faltas en el Código se hace en base al principio de intervención mínima del
Derecho penal con el objetivo de reducir el número de asuntos menores que sobrecargan los juzgados.
Se mantendrán algunas como delitos leves por ser de escasa gravedad con penas de multa. Esta
regulación se desarrollará en la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal y mientras tanto se resolverán en
juicios de faltas. La falta de hurto se sustituye por un delito leve de hurto que castigará los casos
en los que lo sustraído no supere los 1.000€, aunque para fijar este límite se tendrá en cuenta la
capacidad económica de la víctima. Actualmente, el límite del valor de lo sustraído estaba en
400€.
Para ofrecer una respuesta a la multi reincidencia y la delincuencia grave, se prevé que en el
caso de delincuencia profesional y organizada se les pueda condenar con el tipo agravado a penas de
uno a tres años de prisión e, incluso, en los casos más graves, de entre dos y cuatro años.
En Septiembre de 2012, el Gobierno estudió una posible modificación de la legislación penal
para endurecer las penas por hurto a fin de que, como reclaman los pequeños comerciantes, tengan
carácter disuasorio. Tras la conferencia sectorial de comercio interior, la Secretaría de Estado de
Comercio trasladó al Ministerio de Justicia la queja de los comerciantes acerca de que este delito "no
está suficientemente penalizado" en España. En todo caso, ha manifestado su apoyo a una legislación
"más disuasoria" para que el pequeño comercio "esté más protegido", ya que al existir penas reducidas
suele haber reincidencia. La seguridad en el comercio es uno de los diez ejes que recogerá el nuevo
Plan de Apoyo a la Competitividad del Comercio, que el Ministerio de Economía y Competitividad ha

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propuesto a las comunidades autónomas una vez que este año concluye la vigencia del plan 2009-
2012.
Porqué no es considerado crimen organizado:
Como hemos visto a lo largo de este informe, el Carterismo es una actividad delictiva que se
lleva a cabo, principalmente, a través de grupos bien organizados. Son profesionales del crimen y, sin
embargo, no se le considera crimen organizado, algo que ayudaría a perseguir con más dureza este
tipo de actividad. La razón por la que no es considerada crimen organizado es que no cumple con seis
de los puntos de la circular 2/2011 de 2 de junio de la Fiscalía General del Estado sobre la reforma del
Código Penal por Ley Orgánica 5/2010 en relación con las organizaciones y grupos criminales. Al
respecto, cabe señalar que en el marco de la investigación policial transnacional se establecieron
determinadas pautas a partir de las cuales cabe considerar que existe crimen organizado si se dan,
como mínimo, seis signos característicos de los siguientes. Según muestra este informe, el
Carterismo cumple con los puntos 1, 2, 3 y 5.
1. Existencia de un grupo de personas más o menos numeroso.
2. Reparto de tareas o de papeles entre los miembros del grupo con existencia de rígidas normas de
disciplina interna y de una jerarquía, a veces extravagante. Suele tener lugar una situación de
aislamiento como forma de protección de los cabecillas del grupo mediante la interposición de
testaferros, la autoinculpación de los subordinados en sede judicial o la utilización de personas físicas o
jurídicas interpuestas.
3. Actuación prolongada en el tiempo o indefinida.
4. Comisión de actos delictivos graves. Se despliegan habitualmente técnicas o métodos complejos de
ejecución para garantizar el éxito de las actividades delictivas. Cabría citar el uso de alta tecnología
para las comunicaciones, las destrezas financieras en el manejo de fondos o distintas formas de
relación con la función pública.
5. Actuaciones transnacionales o intensa movilidad territorial dentro del Estado.
6. Uso sistemático de la violencia o de la intimidación grave.
7. Utilización de instrumentos jurídicos legales para crear estructuras económicas o comerciales. Es
habitual el uso de cualificados profesionales o expertos para garantizar el éxito de sus actividades
delictivas.
8. Actividades de blanqueo de capitales.
9. Influencia sobre cargos públicos o personas que desempeñen su función en la esfera política,
medios de comunicación social, funcionarios de la Administración Pública, y/o de la Administración de
Justicia o sobre la actividad económica mediante la corrupción.
10. Finalidad primordial de obtención continuada de beneficios económicos o de cualquiera de las
diversas formas de influencia política, social o económica.

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7. CONSEJOS CONTRA EL CARTERISMO
Para evitar ser víctima de un Carterista:
•••• No te muestres despistado, deambulando, o mirando a tu alrededor como si estuvieses
perdido. Evitarás atraer la atención del carterista.
•••• No mires, observa. Si crees que alguien te sigue, párate en un escaparate para
comprobarlo o al doblar la esquina y confírmalo. El carterista se dará cuenta de que
sospechas y huirá.
CARTERA / BOLSO / MÓVIL:
•••• No lleves la cartera en el bolsillo de atrás del pantalón.
•••• Lleva el bolso o mochila bien cerrados, con cremallera y mejor delante que a la espalda.
•••• Al sacar tu cámara o móvil de la mochila o bolso, vuelve a cerrarlos mientras usas el
dispositivo. Tienes las manos ocupadas y tu atención fijada en otro lado y pueden
aprovecharlo.
•••• Evita llevar en el mismo sitio todo tu dinero, el DNI, las tarjetas, las llaves de casa o el
móvil.
•••• Evita llevar grandes cantidades de dinero en efectivo encima.
•••• Divide el efectivo que necesites más a mano y, el resto, ponlo más a salvo.
AGLOMERACIONES: (Vía pública, Metro, eventos deportivos, etc.)
•••• En una aglomeración o un tapón en el tránsito a pie, vigila especialmente.
•••• Ante situaciones extrañas, no sucumbas al morbo o a la tentación. Sigue tu camino.
•••• Ante ofertas suculentas, puede que te estén embaucando. No te fíes y sigue tu camino.
•••• Si escuchas monedas caer delante de ti, no te agaches a recogerlas.
•••• Si te avisan de un roto o una mancha en la ropa, no hagas caso.
EN MOMENTOS DE OCIO:
•••• En un bar, terraza o restaurante, no dejes nada en el respaldo de la silla o sobre la
mesa.
•••• En terrazas, la mochila nunca en el suelo. Asegúrala a la pata de la silla, utiliza un
candado para las cremalleras.
•••• Cuando saques tu cartera para pagar, asegúrate de devolverla a un lugar
completamente seguro, el carteristas puede estar observando.
•••• De marcha, por la noche, evita que se te acerquen demasiado los desconocidos.
DE VIAJE:
•••• No le quites ojo a tus pertenencias en ningún momento.
•••• Al sacar dinero del cajero, elige los del interior de la sucursal.
•••• En cajeros de calle, que nadie merodee a tu alrededor y, al teclear tu clave, con
discreción.
•••• Si viajas en autobús, cuidado en cuando éste pare, los delincuentes se acercan con
naturalidad al maletero y se llevan una bolsa cualquiera.
•••• El pasaporte, tarjetas y DNI, en la caja fuerte del hotel. Haz fotocopias.

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•••• Evita pantalones con bolsillos de fácil acceso. Mejor unos vaqueros o bolsillos con
cremallera. También hay pantalones con bolsillos en el interior de otros bolsillos o doble
cierre (cremallera y botón), cinturones con cremallera interior,
•••• Lleva una cartera señuelo, fácil de robar, y lo importante en otra, a salvo.
Qué hacer si eres víctima de un Carterista:
•••• No te pongas nervioso, ni pierdas la calma. Es la reacción típica pero te hará perder
tiempo.
•••• No le persigas ni te enfrentes a él o ella. Aunque no suelan emplear la violencia sí que
la utilizarán para evitar ser detenidos. Además, muchas veces van en grupo aunque tú
no lo veas.
•••• Bloquea inmediatamente las tarjetas bancarias y/o el teléfono móvil.
•••• Cambia las contraseñas de todos los servicios asociados al terminal (Redes sociales,
banca móvil, etc.).
•••• Presenta una denuncia en la comisaría de policía. No sólo es la mejor forma de
recuperar algo, sobre todo si lo tienes asegurado, sino de evitar más robos a otras
personas. Además, necesitarás copia de la denuncia si reclamas pagos fraudulentos
con tu tarjeta o llamadas con tu móvil.
•••• Informa a la policía de todos los detalles posibles: Cómo, cuándo y dónde sucedió.
•••• Acude a tu banco e informa de lo sucedido o llama a tu operadora. Lleva contigo la
denuncia y entrégales una copia.
•••• Inscríbete en listados de prevención del fraude.
•••• Denúncialo en las redes sociales y cuenta cómo y dónde ha sucedido al resto de la
población.
•••• No dejes que te amargue la existencia. Al fin y al cabo son cosas materiales. Es más
importante tu salud y tu felicidad. Aprende del error y enseña a los demás.
•••• Si has sido víctima de actos violentos o amenazas es normal que te afecte
psicológicamente. Háblalo con tus allegados, desahógate relatándolo y sé paciente
contigo mismo.
Qué hacer si ves a un Carterista en plena acción:
•••• Mantén la calma, no te enfrentes a ellos y haz sonar la alarma gritando “¡Cuidado,
Carterista!”.
•••• Llama al 091 o comunícalo a través de cualquier otra vía. Twitter, por ejemplo.
•••• Si ves a alguien que muestra algún signo de vulnerabilidad,
especialmente gente mayor y turistas, avísale de que tenga
cuidado u obsérvale mientras puedas para que nadie se
aproveche de él o de ella.
•••• La ley te permite retener a alguien que esté delinquiendo. No
estás obligado sino que estás en tu derecho. Si te ves en
situación de superioridad, con otros ciudadanos que te
ayuden, retenle llama a la policía para que lo detengan. Es
posible que tengas que acudir a juicio como testigo.

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Protégete para estar más tranquilo, por si acaso:
Aunque el disgusto es, más o menos, inevitable. Sí que puedes llevar a cabo una
autoprotección más activa si contratas alguno de los servicios que ofrece CPP. A continuación, se
resumen algunos de los beneficios con los que puedes contar. Es una forma de vivir más tranquilo y de
que cuando sufras un inconveniente de este tipo, cuentas con alguien que te haga la vida más fácil en
esos momentos de dificultad.
Card Protection Service ofrece asistencia para todas tus tarjetas. Cuenta con un servicio de
emergencia gratuito las 24 horas del día, 365 días del año y desde cualquier lugar del mundo. Desde
España, llamando al número 900 818 863, y desde el extranjero, llamando a cobro revertido al +34
913221719.
Además, incluye estos servicios:
 Bloqueo y remplazo de todas tus tarjetas, sin límite de número y de cualquier tipo (bancarias,
compras, sanitarias, etc.), para evitar su uso fraudulento.
 Bloqueo de la línea de teléfono móvil para evitar que realicen llamadas fraudulentas.
 Registro en el Fichero de Prevención del fraude Veraz-Persus.
 Si necesitas un cerrajero, CPP se encargará de gestionarlo.
 Localización de equipaje y objetos personales con los adhesivos identificativos.
 Servicio de ayuda para reponer documentos de identidad.
 Asistencia y orientación telefónica para casos de fraude en Internet, duplicidad de tarjetas, etc.
Y si te encuentras en el extranjero:
 Adelanto de dinero en efectivo en caso de no contar con otro medio de pago (hasta 1.200€).
 Adelanto de dinero para pagar el hotel: Por la estancia según reserva previa realizada (CPP
gestiona directamente con el hotel el adelanto. Hasta 1.200€).
 Adelanto de dinero para el transporte: CPP realizará la gestión de la compra del billete y se lo hará
llegar al cliente para que éste regrese a su domicilio permanente. (Hasta 1.200€).
CPP Alert sirve para prevenir y detectar el robo de identidad. El robo de identidad consiste en que
alguien se haga pasar por ti o utilice tu información personal o financiera sin tu conocimiento o
consentimiento de forma fraudulenta, lo cual puede suceder especialmente cuando te roban la cartera
con tus documentos personales o el móvil con datos sensibles. Con CPP Alert te beneficias de
asistencia telefónica por parte de expertos que te aconsejarán en todo momento, detectando si existe
fraude, y asesorándote para resolverlo.
 Para detectarlo, si alguien pide crédito en tu nombre te avisamos vía SMS o email con el servicio
de alertas de crédito y te facilitamos la inscripción en el fichero de prevención del fraude Veraz-
Persus.
 Para proteger tu ordenador, una protección extra con Panda Internet Security 2013.
 Para solucionarlo, el asesoramiento de especialistas en resolución del fraude de identidad y un
listado de abogados especializados en el tema.
CPP trabaja a través de operadoras de telefonía móvil y otros socios ofreciendo a sus clientes la
posibilidad de asegurar su móvil frente a una rotura o un robo. El servicio de atención telefónica y

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notificación de incidencias está disponible los 365 días del año, las 24h del día en el teléfono
gratuito 900 122 166. En función del precio del terminal, las coberturas llegan hasta los 750€ (o hasta
los 900€, por ejemplo en el caso del último modelo del iPhone).
 Reemplazo del móvil, por otro igual o de similares características y precio, tras el robo del terminal,
aunque se produzca dentro del vehículo tras forzado de cerradura o rotura de la ventana, o que el
incidente se haya producido en el extranjero.
 Reemplazo del móvil cuando la avería o el daño causado sea irreparable, incluidos los que son por
líquidos.
 Hasta 1.200€ en caso de que se hayan producido llamadas fraudulentas.
 Envío de un SMS a tres contactos que indique el asegurado para avisar de la incidencia.
 Si el asegurado lo desea, en esa llamada se le pasa con el contacto que desee.
 Bloqueo del terminal y la líneas a través del IMEI del móvil para que no sea usado con otra SIM.
Contactos útiles:
TELÉFONO DE EMERGENCIAS EN TODA ESPAÑA: 112
WEB:
Policía Nacional: www.policia.es/
Policía Municipal De Madrid: www.madrid.es/policia/
Mossos D’esquadra: http://www20.gencat.cat/portal/site/mossos
TWITTER:
Policía Nacional: @policia
Policía Municipal Madrid: @policiademadrid
Mossos D’esquadra: @mossoscat
Metro de Madrid: @metro_madrid
Metro de Barcelona: @metrobarcelona
Web oficial de la campaña #StopCarterismo: www.stopcarterismo.com

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8. EL CARTERISMO EN LA CULTURA
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El Carterismo existe desde que el hombre lleva encima
algún patrimonio que otro desea. El arte nos muestra que HAY
técnicas tan antiguas que resulta sorprendente que, después de
tantos siglos, no hayamos aprendido a protegernos
correctamente. Esta pintura del siglo XV de El Bosco, El
prestidigitador, muestra a un hombre distraído por un juego de
prestidigitación de un charlatán que resulta víctima de su
cómplice, quién raja su bolsa de dinero por la espalda y le roba.
Bajo la víctima, un niño contempla divertido la situación como
advirtiendo de que todo aquel que se deja engatusar puede
acabar sufriendo pérdidas económicas. Un siglo después, Pieter
Brueghel pinta El Misántropo (1568) que está más preocupado por sus problemas que por estar alerta
ante un posible robo. Y del XVII, rescatamos otras dos pinturas. La primera ambientada en un mercado,
de Louise Moillon, Market Scene with a Pickpocket, que advierte del riesgo que se corre en las zonas
comerciales, y la segunda de Georges de La Tour, The Fortune Teller (1639), donde vemos que los
carteristas son expertos en el arte del camuflaje y, si sus víctimas son señores de alta alcurnia, así se
vestirá para pasar desapercibidos.
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Los medios de comunicación también se hacen eco de estos hechos
desde hace siglos. A finales del XVIII, esta portada del diario de New Orleans
(1892) muestra como un desarrapado roba a un caballero. La distracción, una
vez más, vemos que es el mejor aliado del carterista. Y una cosa más
observamos en esta portada. El policía a la vuelta de la esquina preparado
para apresarle. También hoy día, al menos en España, sucede esto. Sólo
hasta que se produce el robo o el hurto puede la autoridad detener al
delincuente. Y en el S. XX, vemos esta noticia del New York Times (1922) que
denunciaba una técnica todavía empleada hoy día, The lush worker (el
trabajador borracho), que advertía que algunos
carteristas aprovechaban para deambular por la
noche, camuflados como trabajadores recién salidos de la oficina que,
fingiendo borrachera, se ganaban la confianza de sus víctimas. También en
el NY Times (1916) se denuncian las Lady pickpockets, mujeres con
aspecto sofisticado y buena apariencia que robaban en tiendas de la Quinta
Avenida o en lugares agradables donde la gente ni se imaginaba que
pudiese haber un delincuente. Según el artículo, trabajaban en grupo.
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El cine también ha retratado al carterista. L'insaisissable pickpocket (1908) fue quizá la
primera que lo hizo en profundidad, con un carterista evade constantemente a los policías manteniendo
en vilo al espectador con sus escapadas al límite. En Un ladrón en la alcoba (1932), Ernst Lubitschs
narra la historia de una carterista que se hace pasar por condesa y otro que a su vez se hace pasar por
Barón. Y en el filme titulado El carterista, de Robert Bresson (1959), vemos a otro carterista que no
roba por necesidad sino para sentirse valorado. Caso similar al de Harry dedos largos (1973), de
Bruce Geller, que muestra el día a día de un grupo de carteristas que trabajan muchas horas para
El Bosco, “El prestidigitador”, siglo XV
Market Scene with a Pick- pocket The Fortune TellerEl Misántropo

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lograr suficiente dinero como para poder vivir holgadamente. Más recientes y
cercanas resultan la saga de Ocean’s eleven, de Steven Soderbergh (2001),
donde un grupo se reúne para robar en un casino y uno de ellos, Matt Damon,
interpreta a Linus, un joven y talentoso carterista. En Las aventuras de Tintín:
el Secreto del Unicornio (2011), de Spielberg un coleccionista compulsivo de
carteras ajenas interviene al inicio de la trama. Y en nuestro país, tenemos 7
vírgenes (2005), de Alberto Rodríguez Librero, en la que un ladronzuelo de
barrio, Tano, hace de las suyas, y Ladrones (2007), de Jaime Marqués
Olarreaga, en el que Alex sale de un orfanato y sucumbe a la tentación del robo,
empleando técnicas carteristas.
En el mundo del espectáculo, el Pickpocketing es una tendencia en crecimiento. Es una
modalidad del ilusionismo que consiste en robar, de forma limpia, divertida y respetuosa, los elementos
que un espectador tiene en su poder. Francisco Aparicio, único Pickpocket clásico español que queda,
puede quitarte el reloj, la corbata, el teléfono, la cartera e incluso el cinturón a un voluntario que resulta
ser el único en la sala que no se percata de que está siendo desplumado. Mientras tanto, el público
disfruta observando cómo va quedándose sin sus objetos personales. Daniel de Benito, responsable de
la empresa The Magic Factory (www.magoenmadrid.com) y
representante del mencionado ilusionista, explica que “para el arte del
Pickpocketing se debe poseer no solo la habilidad manual, sino
también la verbal y gestual que le permita distraer a la víctima para
«robarle» sin que ésta se percate“. Según señala De Benito, “la clave
está en la práctica constante, en tener un buen maestro y en ir
aprendiendo poco a poco la psicología humana”. Temas como el
análisis de la percepción, el engaño, el comportamiento, los sentidos,
la atención y la transmisión de emociones y mensajes impactantes son
técnicas psicológicas que también emplean los carteristas reales.
“Lamentablemente, estas habilidades son usadas por muchos
malhechores para robar y no para entretener e ilusionar al público”,
advierten desde la madrileña escuela de magia The Magic Factory,
donde seleccionan muy estrictamente a quién transmiten sus
conocimientos y técnicas para evitar el uso indebido de éstas.
Los juegos de rol, también tienen carteristas. En el foro del Reino de
la Sombra, publicado por J.L. López Morales, se define al personaje Carterista
como “un ladrón que utiliza su habilidad para vaciar los bolsillos de los
incautos y huir antes de ser descubierto”. Le atribuyen dotes como la destreza, sabiduría, averiguación
de intenciones, recabar información, habilidad para el engaño y el sigilo. Jugar con un personaje
Carterista te asegura poder distraer al resto y esconderte a plena luz del día. Su entorno predilecto es
la ciudad, posee buenos reflejos, es rápido, se defiende bien y utiliza como armas sus puños y un puñal.
En el arte urbano también vemos este fenómeno. Así lo muestra
esta pintura en el suelo publicada recientemente por Gustavo Moreno en la
web sigojoven.com conde un turista de carne y hueso sufre el robo a
manos de la creación artística. Y en la literatura, nos hacemos eco de la
reciente publicación del autor japonés, Fuminori Nakamura, El Ladrón.
Novela ganadora del galardón de las letras más importante del país nipón
que cuenta la historia de un hábil carterista que roba por vicio y placer.
Dicen los que han leído la obra que la historia de este protagonista sin rostro engancha desde las
primeras páginas por, entre otras cosas, la precisión para el hurto que posee. Sus víctimas solo son
para él extraños, rostros sin nombre a los que robar, casi siempre ricos o con apariencia de serlo.

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