2. La llama es un gran
camélido originario de los
Andes de América del Sur,
particularmente de
Argentina, Bolivia, Chile y
Perú
3.
4. La llama (Lama glama) es un mamífero artiodáctilo
doméstico de la familia Camelidae, abundante en la
Puna o Altiplano de los Andes de Argentina, Bolivia,
Chile, Ecuador y Perú; Fue creado por los pueblos
andinos nativos mediante selección artificial a partir de
guanacos salvajes que fueron domesticados, del cual,
por lo tanto, la llama deriva. Según recientes estudios
de ADN, esto ocurrió, en principio de manera
independiente en tiempo y espacio, en sectores del sur
del Perú, norte de Chile, noroeste de Argentina, y el
oeste de Bolivia. Fue aprovechado al máximo por el
imperio Inca: era utilizado como animal para
sacrificios, se obtenía carne y lana de él, y era
aprovechado como animal de carga.
5.
6. Leyenda
Para los integrantes del Imperio Inca la creación de las llamas se
explica mediante un mito muy especial: el hijo de Manco
Cápac y Mama Ocllo (los fundadores míticos del Imperio Inca, en
una de sus leyendas), se enamoró de una de sus hermanas
menores que estaba destinada a ser una Virgen del Sol.
Obviamente el emperador inca prohibió el matrimonio y los
jóvenes desobedeciéndolo huyeron al campo, con lo que su
padre los condenó a muerte. La madre pidió clemencia al
dios Viracocha, quien se apiadó de ella convirtiéndolos en una
pareja de llamas. Un día Manco Cápac oyó hablar de la
existencia de dos animales que vagaban con una mirada
humana en sus ojos y ordenó que los capturasen y llevasen al
Cusco y cuando los tuvo delante, los reconoció y los mandó
sacrificar. Los espíritus emprendieron viaje por la vía láctea a la
morada de Viracocha. Se dice que cuando las llamas lleguen a su
destino, recuperarán su forma humana y regresarán al mundo
para un nuevo reino con armonía entre los hombres.
7.
8. Utilización de la llama
La llama sigue siendo utilizada por los
pobladores andinos por su lana, carne, y como
transporte de mercancía. Su fibra se usa para
tejer abrigos, sus intestinos para hacer cuerdas y
tambores, y su excremento como combustible.
Aún hoy, en el Perú y en las zonas andinas
de Bolivia y del noroeste de Argentina, su lana,
de buena calidad, es producida y comercializada.
Su población actual se estima en 1 a 3,5 millones
de cabezas.