4. LA CRISIS DE LA FILOSOFIA Y SU CRECIENTE RECUPERACION. Muchas personas han buscado ayuda profesional para resolver los problemas que las abruman. En otros tiempos, quizás habrían acudido a la consulta de un psicólogo, un psiquiatra, un asistente social, un consejero matrimonial o incluso a la del médico de cabecera para dar con el tratamiento que les curaría su enfermedad mental. O quizás habrían consultado sus dudas con un guía espiritual o recurrido a la religión en busca de orientación e instrucción moral. Y puede que a algunos de ellos les diera buen resultado. Ahora bien, también cabe que tuvieran que soportar largas conversaciones sobre su infancia, detallados análisis de sus pautas de comportamiento, recetas de antidepresivos o peroratas sobre la naturaleza pecaminosa del ser humano y el infinito perdón de Dios, sin que ninguno de estos trances llegara al meollo de su lucha interior.
5. Las personas que se enfrentan a diferentes situaciones necesitan términos suficientemente profundo y amplios para exponer sus inquietudes. Sirviéndose de sus respectivas filosofías de la vida, a veces valiéndose de los grandes pensadores del pasado logran construir un marco de referencia que les permite arrostrar cualquier situación y pasar al siguiente con fundamentos más sólidos y con un mayor entereza espiritual o filosófica. Lo que necesitan es diálogo, no un diagnóstico. Comprender nuestra propia filosofía puede ayudarnos a evitar, resolver o abordar muchos problemas. Nuestra filosofía también puede ser el origen de los problemas que padecemos, de modo que debemos evaluar las ideas que sostenemos para modelar un punto de vista que obre a favor nuestro, no en contra. Usted es capaz de cambiar sus creencias para resolver un problema, y este libro le enseñará cómo hacerlo.
6. TERAPIAS, TERAPIAS POR TODAS PARTES Y NI PENSAR EN PENSAR. El asesoramiento filosófico tampoco puede aplicarse a todo y es preciso que a veces recomiende asistencia psiquiátrica o psicológica a algunos de mis clientes, como complemento, en sustitución de un análisis filosófico de su situación, o como paso previo a éste. No obstante, el asesoramiento filosófico es, con mucho, el que ofrece una mayor variedad de enfoques prácticos y duraderos de los problemas más comunes que llevan a las personas a pedir ayuda, y obviamente llena los espacios en blanco que dejan otras clases de asesoramiento. Este capítulo examina la utilidad y las limitaciones de la psicología y la psiquiatría y muestra el sitio que ocupa la filosofía en este campo.
7. El segundo problema fundamental que presentan las terapias psiquiátricas y psicológicas es que imitan el modelo médico. Están reguladas por los estados como si fuesen disciplinas médicas y el seguro médico las cubre (al menos en parte). Los médicos reciben formación para diagnosticar y tratar las enfermedades físicas. Los psiquiatras y los psicólogos reciben formación para tratar las enfermedades mentales.
8. EL PROCESO PEACE: CINCO PASOS PARA ENFRENTARSE A LOS PROBLEMAS CON LA FILOSOFIA. El asesoramiento filosófico es más un arte que una ciencia y siempre es diferente con cada individuo. Tal como la terapia psicológica se presenta de infinitas maneras distintas, el asesoramiento filosófico tiene como mínimo tantas variantes como consejeros que lo practiquen. Usted puede reflexionar con filosofía sobre un problema por su cuenta o con la ayuda de un interlocutor no profesional. La gran pregunta es: «¿Cómo se hace?» Algunos consejeros filosóficos, entre los que destaca Gerd Achenbach, consideran justificado que no exista un método general que pueda explicarse o enseñarse. Al fin y al cabo, si no existe un método general para filosofar, ¿por qué tendría que haber uno para el asesoramiento filosófico?
9. Puede que consiga encontrar una filosofía que se haga eco de sus ideas en la obra de un filósofo conocido, tanto leyendo sus escritos como aprendiendo los aspectos más destacados con un filósofo de formación. Con toda seguridad usted posee una filosofía personal, aunque no lo suficientemente consciente o elaborada como para que pueda servirse de ella. Así pues, lo más probable es que necesite un guía, o un espejo, que le ayude a sacar su filosofía a la superficie, donde le sea posible verla y trabajar con ella. Una disposición se siente como algo genuinamente propio. Es más como desenterrar una piedra preciosa que como fabricar una herramienta. Si adopta una disposición filosófica que no sienta en su mero interno, lo único que estará haciendo será compensar su situación o racionalizarla. No hallará un alivio real y duradero.
10. LA ESCUELA NEW OLD. Mientras Europa seguía siendo el semillero del pensamiento filosófico, Estados Unidos de América se veía muy influenciado por lo que ocurría al otro lado del Atlántico. Dos pilares de la Constitución estadounidense, Benjamín Franklin y Thomas Jefferson, eran filósofos experimentales. O mejor dicho filósofos chapuceros, para utilizar una terminología ruda más acorde con el espíritu de la América primigenia. Inventores, naturalistas, coleccionistas de especies, estos padres fundadores siguieron la tradición empírica. Igual que sus colegas John Adams y Thomas Paine, también heredaron de los racionalistas un gusto por el poder de la razón y de los humanistas una celebración de la igualdad moral y del logro individual. No se me ocurre una mejor evidencia que la propia Constitución. La fundación de Estados Unidos de América debió mucho a la resonancia filosófica de sus creadores, un grupo de filósofos prácticos como no se ha vuelto a ver desde entonces.
11. La filosofía analítica surgió al mismo tiempo que el existencialismo, más o menos con el cambio de siglo. Análisis, en lenguaje filosófico, significa desmenuzar un concepto hasta sus partes más simples posibles para revelar su estructura lógica. Este campo del pensamiento aspiraba a explicar las cosas en función de sus estructuras lógicas y de las propiedades del lenguaje formal. Admiro a los pioneros de esta rama de la filosofía (Bertrand Russell, Gottiob Frege, Alfred Ayer y G. E. Moore) por su rigoroso» enfoque lógico. No obstante, en su rigor también excluyeron todo lo emocional, intangible y esencial, en otras palabras, todo lo demás.
14. LA BUSQUEDA DE UNA RELACION SENTIMENTAL. Aunque toda relación personal (con la familia, los amigos, los vecinos y los colegas) satisfaga en parte la bien guardada necesidad humana de contacto social, dicha necesidad se manifiesta más comúnmente en la búsqueda de una relación sentimental. No todo el mundo necesita o desea una relación amorosa estable, y algunas personas procuran ampliar constantemente su círculo de contactos sociales. Sin embargo, la mayor parte de las veces el vínculo de pareja sigue siendo la relación adulta por excelencia. Las personas involucradas en relaciones sentimentales tienen que invertir una gran cantidad de energía en mantener dichas relaciones, tal como comentaremos con más detalle en el capítulo 6. Aunque muchas personas no involucradas en una relación amorosa invierten la misma cantidad de energía en encontrar a su media naranja.
15. El mundo se ha hecho aún más pequeño y está mejor comunicado, y el acceso a Internet, el transporte aéreo generalizado y asequible, el desarraigo y la globalización han ido aproximando a las personas de la Tierra. McLuhan sólo hizo referencia al espacio físico, no al ciberespacio, y tampoco supo anticipar los efectos de la globalización. Con tantas relaciones humanas mediatizadas por dispositivos tecnológicos como el teléfono y los ordenadores, el contacto entre las personas pierde la intimidad necesaria para establecer relaciones individuales y a su vez comunidades.
16. MANTENER UNA RELACION. El equilibrio necesario para el buen funcionamiento de un ser vivo cambia de un modo constante, por lo que precisa pequeños ajustes una y otra vez. Si combinamos a dos seres vivos tan evolucionados y complejos como las personas, el trabajo para mantener la estructura (la relación) se duplica. Ambos individuos tienen sus respectivas necesidades y deseos, y la relación en sí presenta un conjunto suplementario de requisitos.
17. ACABAR UNA RELACION. Ninguna relación es perfecta porque las personas son imperfectas. Un mantenimiento cuidadoso es la clave de cualquier relación duradera, tal como vimos en el capítulo anterior. Los estragos que acarrea el final de un matrimonio, o de cualquier relación estable, deberían constituir un incentivo para que pusiéramos todo nuestro empeño en que la relación funcionase, antes de darnos por vencidos. Sin embargo, en muchas relaciones falla el mantenimiento o éste es en extremo unilateral, y los vínculos que nos unen se rompen. Definir los límites del mantenimiento es una de las tareas fundamentales en una relación, pero una vez alcanzado o superado ese límite, los filósofos tienen mucho que decir sobre cómo se debe proceder
18. VIDA FAMILIAR Y LUCHA. Lo único más complicado que una relación de amor entre dos personas es la compleja trama de interacciones que se crean en una familia. Cada individuo manifiesta su propia personalidad, sus preferencias, normas, actitudes, valores y puntos de vista filosóficos. En muchos de estos ámbitos, la naturaleza y la educación conspiran para crear un efecto solapado entre los miembros de la familia, pero nunca encajan a la perfección. Ahí es donde comienza el conflicto. Las relaciones familiares necesitan un cuidado y un mantenimiento esmerado, lo mismo que las relaciones de amor. O tal vez más, porque muchas relaciones familiares están intrínsecamente desequilibradas y porque, en general, no elegimos las relaciones familiares sino que nos vienen dadas. Uno suele elegir a su pareja, pero no a su familia.
19. Desde la perspectiva de un consejero filosófico, lo importante como padre es identificar los deberes y las obligaciones y explorar cómo desarrollarlos de una manera acorde a la propia visión filosófica. Aunque el rol de los padres es básico, todos los participantes en la estructura familiar, con inclusión de los hijos, tienen sus propias obligaciones hacia sí mismos y hacia los demás miembros de la familia. El mundo sería maravilloso si todos analizaran estas responsabilidades y las asumieran lo antes posible.
20. CUANDO EL TRABAJO NO FUNCIONA. El trabajo es una parte importante de la vida en general, por lo que muchos aspectos del ámbito laboral se solapan con otros temas de este libro. Algunos de los temas relacionados con el trabajo que mis clientes traen a mi despacho son, en el fondo, temas interpersonales a los que se aplica parte del capítulo 6, que trata del modo de conservar las relaciones. Y lo mismo ocurre con ciertas reflexiones de los capítulos sobre buscar y concluir relaciones y sobre la vida familiar. Algunos clientes intentan resolver conflictos éticos que se suscitan en el trabajo o examinar las implicaciones morales de dirigir a otras personas. Otros se debaten por encontrarle un sentido o propósito a su trabajo, ejercer un trabajo que les realice y establecer un equilibrio entre el trabajo y el resto de la vida. No obstante, como la mayoría de nosotros pasamos más tiempo trabajando que haciendo cualquier otra cosa, es importante considerar los temas específicos del trabajo como un capítulo aparte.
21. MEDIANA EDAD SIN CRISIS. En Occidente, hemos meditado poco sobre las etapas de la vida. Nos basta con las categorías de infancia y vida adulta, y esta última es considerada una vasta extensión de territorio indiferenciado, con tal vez una sola subdivisión para los «ancianos». Las mujeres disfrutan de la dudosa dicha de unas etapas biológicas más diferenciadas: menarquía, embarazo, maternidad y menopausia. La aceptación de períodos de la vida en que la energía se centra en aspectos diferentes contribuye a evitar el tipo de mentalidad de crisis que puede producirse si el cambio llega de forma inesperada. Sin embargo, el nexo unidimensional al ciclo reproductivo no tiene en cuenta las diversas facetas de la vida de toda persona. Y muchas etapas tienen una fuerte connotación negativa, como la incomodidad de la menstruación, el dolor de parto y lo indeseable de la vejez.
22. Tradicionalmente, los pensadores orientales consideran fases en la vida de toda persona y tienen una visión más integral, más positiva de cae etapa. Por ejemplo, Confucio reconocía que, en los diferentes períodos de la vida, la energía se concentra en distintos aspectos. El pensamiento tradicional hindú establece cuatro etapas de la vida: la de estudiante, la de cabeza de familia, la del retiro de los asuntos terrenales y la del perfecto desapego de la lucha mundanal.
23. ¿POR QUE UNA MORAL O UNA ETICA? Todo el mundo emplea a la ligera los calificativos «moral» y «ético», usándolos a menudo con redundancia como para darles más énfasis («Su conducta fue moral y ética», por ejemplo). Si pregunta a la gente cuál es la diferencia, la mayoría no tiene la menor idea; se limita a emplear la fórmula porque les suena bien. Sin embargo, podemos establecer una distinción entre ambos términos que creo que nos resultará útil. La ética se refiere a una teoría o sistema que describe qué es el bien y, por extensión, qué es el mal. La mitología y la teología son las fuentes más antiguas de ética, aunque en la actualidad se debaten más los sistemas filosóficos. La moral se refiere a las reglas que nos dicen lo que debemos hacer y lo que no. La moralidad divide a los actos en buenos y malos. La moral tiene que ver con la vida personal. La ética tiene que ver con las costumbres dadas por nuestros semejantes.
24. El desafío consiste en tener un sistema ético personal al que poder remitirse en busca de directrices morales. Tendrá que comenzar por pensar qué es bueno y qué es malo. Este problema ha desconcertado a los filósofos de todos los tiempos, así que no espere una respuesta completa e infalible al final de este capítulo. En La república. Platón presenta un diálogo en el que Sócrates le pide que defina el Bien: «¿Es conocimiento, placer, u otra cosa?» Ya le había propuesto varias virtudes, como la templanza y la justicia, pero enfrentado con tamaño reto, Sócrates contesta: «Me temo que está más allá de mis facultades.»
25. HALLAR SIGNIFICADO Y PROPOSITO. La primera clave es distinguir entre significado y propósito. Dichos términos suelen emplearse indistintamente, pero desearía señalar una diferencia entre ambos para ayudarle a aplicarlos a su propia vida. El propósito es un objeto último o un fin que ha de alcanzarse. Es una meta. El significado tiene que ver con el modo en que comprende su vida sobre una base continuada. El significado se encuentra en el modo en que ocurren las cosas, no necesariamente en el resultado final. La comprensión depende de la experiencia, y el significado (al igual que la experiencia) es muy personal.
26. Nos sentimos mucho más felices cuando creemos tener un propósito, aunque no sepamos cuál es en realidad, o pueda ser. No obstante, aún no sentimos más felices si lo conocemos porque, sabiendo el propósito, resulta más fácil comprender el significado. Hay muchas cosas con significado que no forman parte de nuestro propósito, pero no por ello son menos significativas. También podemos encontrar significado a nuestro alrededor sin conocer nuestro propósito (y, por tanto, sin saber lo que encaja en nuestro propósito). Igualmente, podría estar seguro de su propósito predominante y, aun así, luchar cada día contra la carencia de significado. Así pues, tener un propósito no garantiza que su vida sea significativa, por si acaso estuviera pensando en firmar con alguien que la ofreciera un propósito hecho a su medida.
27. PERCEPCIÓN RETROSPECTIVA DE VEINTE SOBRE VEINTE Quizá se dirige sin saberlo hacia algo (o ya está implicado en algo) que es importante para usted. una vida llena de sentido tiene siempre una pauta intrincada, y si va a ser intrincada, tendrá elementos que no comprenderemos mientras estén sucediendo. Eudora Welty recomienda «un constante respeto por lo desconocido en la vida humana y una idea de dónde hallar las hebras, cómo proseguir, cómo conectar; encuentra en lo espeso del enredo la hebra que sigue una clara trayectoria. Las hebras están todas ahí: para la memoria nunca nada se pierde realmente».