1. Cuaresma es el tiempo que viene y va,
tiempo para vivirlo en camino,
sin instalarse, sin retenerlo, sin lamento,
con la esperanza siempre a flor de piel
y la mirada fija en otro tiempo,
la Pascua, que es definitiva.
Florentino Ulibarri
Texto: Mateo 4, 1-11. Primer domingo de Cuaresma –AComentarios y presentación; M.Asun Gutiérrez.
Música: Wind Spirit
2. Entonces el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera
a prueba.
2
Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre.
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Desierto de Judá
El Espíritu es protagonista en la vida de Jesús. Es el Espíritu quien le conduce
al desierto. No es una encerrona, es algo positivo que responde al plan de Dios.
A nosotr@s también nos invita el Espíritu a ir, con Jesús, al desierto. Lugar de
búsqueda, de decisiones, de austeridad, de escucha, de discernimiento, de oración,
de reflexión, de encuentro con un@ mism@ y con Dios.
Lugar de misericordia y de amor: De ti recuerdo tu cariño juvenil,
el amor de tu noviazgo, aquel seguirme tú por el desierto (Jr 2,2)
A Jesús, el Espíritu le hace sentir hambre de servicio, de humildad, de justicia,
de compasión, de entrega, de confianza... ¿También a mí?
3. El tentador se acercó entonces y le dijo:
-Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.
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Jesús le respondió:
-Está escrito: No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
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Las tentaciones ofrecen a Jesús un camino triunfalista:
utilizar el milagro fácil en provecho propio.
El objetivo es que Jesús actúe al margen del plan de Dios.
La tentación está en considerar la satisfacción de las necesidades materiales
como el objetivo último y definitivo.
¿De qué vivo? ¿Cuál es mi alimento para madurar y crecer?
Un buen alimento podía ser buscar el encuentro con la Palabra de Jesús,
escucharle en las personas que encuentre y en las circunstancias
y acontecimientos de cada día.
Recordando a tantas personas que carecen del pan material y de lo necesario para
sobrevivir, luchando por un mundo más justo, sin personas hambrientas.
4. Después el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y
le dijo:
-Si eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque está escrito:
Dará órdenes a sus ángeles para que te lleven en brazos, de modo que tu pie
no tropiece en piedra alguna.
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Jesús le dijo:
-También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.
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Es la tentación del afán de dominio, el deseo de poder. La alternativa que Jesús
propone a esta extendida y actual tentación es el servicio. En la última cena,
dedicándose a lavar los pies, nos deja en testamento la forma de ejercer el poder.
Y nos pide que lo hagamos en memoria suya.
Es es la tentación de la falta de responsabilidad: acudir a Dios para que nos dé
suerte o lo que creemos que necesitamos, de forma casi mágica, sin mover un dedo
por nuestra parte.
5. De nuevo lo llevó consigo el diablo a un monte muy alto, le mostró todos los reinos del
mundo con su gloria 9y le dijo:
-Todo esto te daré, si te postras y me adoras.
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Entonces Jesús le dijo:
-Márchate, Satanás, porque está escrito:
Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él le darás culto.
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La tentación de intentar utilizar y manipular a Dios, de querer ser como Dios,
hacer a Dios a nuestra medida,
puede presentarse hasta basándose en la Escritura.
Jesús no va a cerrar su corazón ni sus manos por el poder y las riquezas,
los necesita libres para abrazar, tocar leprosos, aliviar los cansancios del camino,
sanar heridas, devolver la dignidad y la alegría
y mostrar la compasión del Padre hacia las personas que le necesitan.
No va a cambiar el tesoro del Reino, que el Padre le ha confiado, por otros reinos.
Ha elegido libremente, con confianza inquebrantable,
seguir el camino que el Padre le va mostrando.
Adorar sólo a Dios nos hace personas libres y fraternas.
6. Entonces el diablo se alejó de él, y unos ángeles se acercaron y le servían.
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Con su victoria Jesús nos demuestra que todas las debilidades,
que sin duda tendremos, pueden ser superadas.
Como Él, contamos con la fuerza del Espíritu y la luz de la Palabra.
Sentir la tentación-prueba es bueno.
Nos ayuda a crecer y madurar, a ser más realistas, más fuertes,
más compasiv@s, más comprensiv@s.
Nos ayuda a sentir necesidad de oración constante y conversión permanente.
“Jesús tolera ser tentado para que en Él
aprendamos todos a triunfar”
(San Ambrosio).
7. Bendito seas, Padre, por este tiempo tan oportuno,
para la conversión y el encuentro, que Tú concedes gratis
a todos tus hijas e hijos que andamos desorientados por los caminos de la vida.
Bendito seas, Padre, porque llamas a cada hombre y mujer,
sea cual sea su historia o su vida, a emprender cada día,
de manera más personal y consciente, su compromiso de seguir a Jesús,
tu Hijo y nuestro Hermano.
Bendito seas, Padre, por despertarnos de nuestros dulces sueños,
tan vaporosos e infecundos, por interpelarnos en lo radical de la vida,
por liberarnos de nuestras falsas seguridades,
por poner al descubierto nuestros ídolos secretos que tanto defendemos
e intentamos justificar.
Bendito seas, Padre, porque nos das tu Espíritu,
el único que puede convertirnos, el único que puede darnos un corazón de hij@s,
el único que puede atravesar nuestros pensamientos,
el único que puede guiarnos por la senda del Evangelio,
el único que hace posible nuestra vuelta a tu seno.
¡Bendito seas, Padre, por este tiempo tan propicio!
Ulibarri Fl.