3. EXCMO AYUNTAMIENTO
DE
POZO ALCÓN
El Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Pozo Alcón, una
vez consultados los portavoces del Partido Socialista Obrero
Español y del Partido Andalucista, Srs. Cruz Lozano y Moya Ruiz,
respectivamente, somete al Pleno, para su aprobación la presente:
MOCIÓN
El día, 2 de Febrero, del año en curso, tuvo lugar el fallecimiento de DON
FRANCISCO RODRÍGUEZ MONGE. "Paco" (como era conocido por todos
los poceños), hecho que produjo una gran consternación en nuestro pueblo, pues
se trataba de una persona muy querida y respetada por todos los sectores de
nuestra Comunidad.
No te recordaremos por haber protagonizado acontecimientos
extraordinarios, ni ejecutado proyectos de gran envergadura. Te recordaremos por
tu sentido de la solidaridad, de la lealtad, por tu talante conciliador, por tu
responsabilidad... por llenar de "sentido común" cada acto de tu vida cotidiana,
por ver siempre el lado amable de las cosas, por enseñamos que merece la pena
luchar por conseguir objetivos que, por humildes que parezcan, ayudan a hacer
más llevadera esta vida azarosa que nos ha tocado en suerte. Recordaremos tu
disponibilidad para participar en cualquier evento, sin importarte el papel que se
te asignaba ni quien lo organizaba, tu única preocupación era la finalidad; sirva de
ejemplo tu impagable labor desempeñada en nuestra Parroquia.
Fuiste un ejemplo de Profesional Responsable; cuando repartías butano,
instalabas antenas de TV, o atendías a tus paisanos en aquel Banco Hispano
Americano (hoy Santander) en el que, curiosamente, casi todos queríamos
conocer la opinión de Paco, para saber que la gestión se había resuelto
correctamente. Y qué decir de tus años de Juez de Paz, etapa en la que llenaste de
dignidad el cargo; buscaste la conciliación, ejerciste de "hombre bueno" con la
mayor sencillez, y resolviste los problemas burocráticos con diligencia y
cordialidad.
4. Por tu humildad, sencillez y generosidad, el Ayuntamiento de Pozo Alcón,
en representación de todos los poceños, quiere incorporar tu nombre a la lista de
personas ilustres que se han distinguido por su servicio desinteresado a la
Comunidad. Por todo ello, el Pleno de este Ayuntamiento, por unanimidad, te
nombra, a título póstumo, HIJO PREDILECTO DE POZO ALCÓN, haciendo
entrega, a tu esposa e hijos, de la correspondiente Medalla y de un Pergamino que
recuerde este momento en que, un Pueblo agradecido, se manifiesta orgulloso de
contar con hijos como tú.
En Pozo Alcón, Noviembre de 2014
El Alcalde,
Fdo: José Amador Fernández
Momento de la votación de la MOCIÓN.
27 de Noviembre de 2014.
5. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“No se nos va de la cabeza su compañía, tanta bondad como
se nos ha ido de pronto y tan pronto…”
Antoñita Ruiz Almazán
Tengo que deciros que no puedo concentrarme para escribir sobre mi
marido, es algo que me rebasa, muy duro para mí, no hay palabras para
explicar todo lo que siento… La cabeza me estalla y me duele el corazón de
tanto estrujarlo, de tanto pensar, llorar y ver a mis hijos en la flor de la vida
sin su padre, y a mí tan sola en este mundo tan grande. Ellos me tienen a mí
y yo también los tengo a ellos pero la figura de un padre, de un marido, es
irreemplazable. Es muy grande este dolor y su recuerdo imborrable. No se
nos va de la cabeza su compañía, tanta bondad como se nos ha ido de
pronto y tan pronto… Se nos ha hecho tarde muy temprano.
Él es el rayo de luz que ilumina mis mañanas y la sombra que avanza
conmigo durante todo el día… Entre Dios, tú y mis hijos me sostenéis y me
dais la fuerza necesaria para seguir adelante: “Dios me lo dio, Dios me lo
quitó”, hágase su voluntad.
Para mí esto es muy
difícil decirlo… Una cosa
es decirlo y otra muy
distinta es sentirlo y
pasarlo pero me queda la
esperanza de que desde
arriba nos verá y pedirá a
Dios por nosotros y nos
ayudará a todos como aquí
en la tierra lo hacía con su
pueblo y por su gente y
que nos veremos en el día
de la resurrección…
No puedo verte con los ojos de la carne pero con los ojos del alma te veo
todos los días. Siempre te tengo presente. Te veo andando por las calles de
tu pueblo, donde has dejado la huella de tus pies impresa en las baldosas de
El Paseo, en los adoquines subiendo y bajando al banco, al juzgado, al
ayuntamiento, a nuestra casa y a tu casa, porque tú no te olvidabas de
nadie…
6. PACO RODRÍGUEZ
Pero donde más te veo es saliendo y entrando a tu parroquia
y me parece que te voy a ver salir o entrar a la sacristía o en la
entrada clavando con chinchetas en el corcho las cuentas de la
parroquia. O poniendo una bombilla subido a una inmensa
escalera, que a veces sujetábamos entre Paco, el párroco, Eloy
o yo.
A tu parroquia la has querido y cuidado como a la niña de tus ojos. Te
gustaba y la has disfrutado como nadie, y la has servido porque de verdad
la has amado.
Con mucha ilusión, con mucho esfuerzo y mucho cariño, tú, junto con
otros, os dedicasteis a esta difícil y agradable labor de remodelación de
nuestra parroquia, Ntra. Sra. De la Encarnación, estando ahí y ayudando a
D. Antonio Vela Aranda, que era el párroco que entonces teníamos. Y
mereció la pena este trabajo porque ahí está nuestra iglesia, la de todos:
bonita donde las haya, maravillosa, espléndida, la casa de Dios, la casa del
Padre donde todos sus hijos poceños cabemos… Y los que vengan.
¿Qué puedo yo deciros de mi marido que vosotros no sepáis, pueblo de
Pozo Alcón? Vuestro paisano, vuestro amigo, vuestro vecino… Si habéis
estado con él o ido con él en la infancia y en la juventud a la escuela, al
fútbol, que tanto le gustaba, a bañarse en Peralta, a jugar a Pico-Campo, a
su tienda, a la mili…
PACO, como todos lo llamábais, o Paco “el Talabartero”, o Paco “el del
banco” o Paco “el Juez de Paz”, fuiste el mejor juez de Pozo Alcón, hasta
en Cazorla y en Jaén lo reconocieron. ¡Qué buen trabajo hiciste allí! Lleno
de humanidad, de alivio y de esperanza para muchos que lo necesitaban por
su sencillez y su cercanía.
Todos lo querían porque escuchaba a todo el que se acercaba a él, para
todos estaba y por eso lo echa de menos la gente que ya no lo ve bajar por
la calle Malla para venir a su casa. Le echan de menos las mujeres que
recogían a sus hijos en el colegio: les falta su saludo, su sonrisa, un “adiós”,
un “hasta luego” y alguna caricia para con los niños que sus madres
llevaban de la mano. Él no vivió para que se notara su presencia, por eso
ahora valoramos y sentimos más su ausencia.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
7. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Hemos podido ver y apreciar en este tiempo, tanto mis
hijos como yo, que el pueblo es sabio y que cuanto dice y
comenta es absolutamente verdadero.
Habéis sentido su muerte de verdad, lo recordáis con mucho cariño y
habéis dicho cosas maravillosas que no se nos olvidarán jamás. Lo habéis
querido y lo queréis. Él también os quería, a su pueblo y a su gente. Por
eso para él no había otro pueblo como el suyo. Nunca quiso salir de aquí.
Cuando yo le decía antes de casarnos que Pozo Alcón estaba muy lejos de
mi pueblo o de Jaén, él me decía que no, que el que estaba lejos era mi
pueblo, no el suyo. A su pueblo siempre lo dejaba muy bien fuera donde
fuera y hablara con quien hablara.
Yo vine aquí soltera de maestra en el curso 1972-1973, o sea, que llevo
aquí la friolera de 42 largos años. Soy de Carchelejo y me encanta mi
pueblo, pero con el pasar de los años también me siento de aquí, como
mis hijos y mi marido, y mira por donde Dios me tenía aquí guardado al
mejor hombre de Pozo Alcón: a Paco Rodríguez Monge, que fue mi
marido y tras unos dos años de noviazgo nos casamos en 1977 en la
parroquia de Ntra. Sra. De los Ángeles de mi pueblo, Carchelejo.
8. PACO RODRÍGUEZ
Una vez ya casados y nuestros hijos nacidos, le
propusieron irse una vez a Córdoba y otra vez a Linares de
director pero nunca salió de aquí, pues decía que no quería
dejar a su mujer e hijos, a su familia, a sus amigos ni a su
pueblo por un cargo mejor y unas pesetas más, que él estaba
bien aquí en Pozo Alcón, que es donde quería estar y que no le importaban
mucho los cargos ni las representaciones, que a él le gustaba su trabajo y
que con trabajar y hacerlo bien le bastaba.
En otra ocasión y por un tiempo, lo trasladaron a Úbeda sustituyendo a
alguien de aquella sucursal. El director de Pozo Alcón, viendo que el
tiempo pasaba y Paco no volvía, llamó al director de Úbeda diciéndole que
cuándo le iba a devolver a Paco, que lo estaba necesitando… Y el director
de Úbeda le contestó diciendo: “Yo te mando a tres empleados de la
sucursal de Úbeda y tú me dejas a Paco”… Los compañeros le decían:
“Pero bueno, Paco, ¿es que tú te lo cargas todo? Si te van a pagar lo
mismo…” Y él les decía que lo sabía: “Pero y lo contento que yo me voy
de aquí con el deber cumplido. Duermo a pierna suelta”. Como siempre se
quitaba importancia, añadía “no es que yo haga más que nadie. Yo me
pongo a trabajar con ganas y alegría y, la verdad, es que se me pasa el
tiempo volando y si todo me sale redondo, aprieto más en el trabajo porque
me animo más”.
Era sencillo, y en el trabajo más silencioso que locuaz. De ahí que su
silencio a veces fuera más elocuente. Él no tenía que cambiar mucho de su
natural forma de ser: bondadoso, caritativo, firme y decidido, siempre con
una sonrisa. Yo misma, a veces, le decía “no te rías que no sé lo que quieres
decir con esa sonrisa”.
El primer deber de un hombre es ser uno mismo, y siempre fue él mismo.
No tenía trampa ni doblez. Le definían sus pequeños detalles y de esos él
tenía muchos. Era grande en la limpieza de corazón y en tener el alma
libre.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
9. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Echó mucho de menos no poder estudiar, circunstancias de la
vida, pero era intuitivo, gustaba de la palabra de Dios, no
tenía mucho don de palabra, pero tampoco palabrería, por
eso no dio charlas ni pregones (aunque se lo propusieron
varias veces) pero
en su pueblo y en sus
múltiples trabajos iba
predicando con su buen
ejemplo. No sabía decir que no
cuando se trataba de arrimar el
hombro o hacer un bien por
cualquiera. No preguntaba qué
había que hacer ni a quién, él
se lanzaba a lo que fuera…
Nunca tuvo un mal sinsabor
con la gente, ni quería herir a
nadie, por eso sufrió algún
contratiempo que no debió
ocurrir jamás.
Tanto mis hijos como yo,
estamos agradecidos a todo el
pueblo de Pozo Alcón y a
todos los que hay fuera y que
lo han conocido y que han
trabajado con él, pues debido
a todos vosotros se le hace
este homenaje con tanto cariño y amistad. Si alguien no te ha querido, se
lo han perdido. Se han perdido tu forma de ser, se han perdido tu bondad,
tu compañía, tu querer colaborar en todo y con todos, tú no rechazabas a
nadie.
Agradecemos a nuestro Ayuntamiento el nombramiento de mi esposo,
padre de mis hijos, como hijo predilecto de Pozo Alcón y todo lo que este
homenaje conlleva. Con la certeza de que su recuerdo perdurará en
nuestros corazones, me reconforta saber que nos reuniremos con él en la
Resurrección final.
10. PACO RODRÍGUEZ
“...no había nada más ajeno a su persona que el
rencor, la envidia o el deseo de venganza...”
Francisco Javier Rodríguez Ruiz
Difícil es resumir en pocas líneas la semblanza de una persona que
pasa por tu vida pisando fuerte; Pero mucho más lo es todavía cuando se
trata de aquella que se refiere al HOMBRE que me dio la vida hace ya
treinta y cuatro años. Necesitaría más de uno y dos, y tres folios como este
que ahora se me presenta en blanco para hablar de TI…………..
Pero como siempre me has enseñado a no dejar mis quehaceres a
medias, y me has inculcado tanto la perseverancia en poner de manifiesto
mis posibilidades, voy a conseguir darle forma breve a lo mucho que tengo
que hablar de TI; a lo mucho QUE TE QUIERO.
Mi padre falleció un domingo 2 de febrero de hace ahora casi un
año. Después de una enfermedad que en apariencia, no era especialmente
de riesgo. Había sufrido un fuerte resfriado que se tradujo días más tarde en
una neumonía bilateral afectando a ambos pulmones. Las interminables
horas y días pasaban sin que aquel maldito mal desapareciera o remitiese
por lo que todos y todas nos pusimos en lo peor pero TÚ, todavía seguías
pensando en nosotros cuando te durmieron aquella mañana. “¡Ya veréis
cuando mi familia venga y me vea así!, ¿y mi madre?”; Esas fueron tus
últimas palabras. Parecías escucharme aunque nadie me decía que me
escuchabas cuando al oído te susurraba en esa cama, que todo estaba bien.
Sólo te pedía con ahínco que respiraras por ti mismo mientras te acariciaba
la cara cuando en realidad, te hubiese dado mis pulmones para TI.
Mi padre tenía 66 años. Había
nacido en el pueblo de Pozo Alcón el 26 de
julio de 1947 no pudiendo tener mejores
padres que a Mónica (bendita abuela signo
de resignación y entereza) y a José;
Esfuerzo, tenacidad, sacrificio y afán de
superación personificada que nos inculcó a
esta extensa familia de la que PACO, desde
el cielo, tan orgulloso se siente. Fue el segundo de siete hermanos a los que
siempre ha referido una palabra de amor. Presumía de los logros de cada
uno de ellos con una pasión indescriptible; Diría yo que los amaba
profundamente y sabed que desde arriba, os cuida.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
11. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Después de haber estudiado en el colegio público de Ntra.
Sra. De los Dolores, comenzó a trabajar en la tienda de su padre,
mi abuelo. No era aquel el momento de continuar unos estudios
pero a mi PADRE, bien le hubiese gustado como me decía,
haber conocido y aprendido por ejemplo otros idiomas (será
quizás que se lleva en los genes porque mi hermana y mi tía
Mª Ángeles, ahí es nada).
Trabajó cara al público y
también, como dice algún buen
amigo suyo, como gato en los
tejados reparando antenas de
televisión. La ilusión de verlo
todo desde arriba lo hacía
crecer como persona sin un
retroceso que se volvería
imparable. Se involucraba en la
mecánica de las cosas y a la
vez, hacía labores de reparto de butano con sus hermanos hasta que se
adentró en la aventura de la banca no sin antes, realizar algunos cursos de
formación en la afamada empresa Philips mientras que también, hacía el
servicio militar y paraba bajo meta los balones que venían envenenados de
los rivales de los que se defendía con la camiseta de portero y el escudo de
Pozo Alcón. Su amadísimo pueblo.
Por el año 1974, conoció a la que es otro referente en la vida de
mi hermana y en la del que escribe. Mi MADRE Dña. Antonia Ruiz
Almazán. Ella había venido a Pozo Alcón para trabajar en el colegio que
me enseñó todo y al que tanto le agradezco y debo. Mi madre era maestra
y a enseñar vino a esta villa con la inestimada suerte de conocer a mi
padre con el que formó una familia que bien cuidada está desde lo más
alto y convencido estoy de ello. PACO y Antoñita tuvieron dos hijos.
Francisco Javier y Mari Carmen. Los dos queridos y arropados por las
familias de ambos ya que en Carchelejo y Jaén, también se encuentra la
otra familia de mi padre que lo ha querido como a un hijo y hermano
desde el comienzo de todo.
Después de concluir su misión en la empresa bancaria, dedicó su
tarea una vez más al servicio de su amado pueblo como Juez de Paz
durante algunos años y hasta el final de sus días en los que sus vecinos/as,
manifestaron su buen hacer al frente de esta institución. Pero más
importante que su trayectoria profesional, ha sido su trayectoria como
persona.
12. PACO RODRÍGUEZ
Si pudiera resumir su vida en pocas palabras diría:
Que fue un hombre bueno y justo. Sobre todo JUSTO.
Generoso, afable, con un gran sentido del humor al que no
faltaba una pizca de ironía pues aún recuerdo y recordaré
mientras despierte su sonrisa pícara. Sobre todo aquella que
esbozaba al
tratar algunos
aspectos y/o
temas en los que
como buenos
oradores
discerníamos.
Preocupado por
los demás y
siempre
dispuesto a
escuchar y a
ayudar a quien
fuera: a un
vecino, a un
pariente, a un
estudiante, a un
colega; A
alguien que
estaba siendo
claramente desfavorecido por esta sociedad en la que nos ha tocado
vivir…..A todos y a todas. Tenía mi padre un extraordinario espíritu de
imparcialidad y ecuanimidad que son IMPRESCINDIBLES para un Juez
de Paz. Era un hombre pacífico, paciente, comprensivo y dotado de una
calma que sorprendía a cualquier interlocutor. En tal sentido, no había
nada más ajeno a su persona que el rencor, la envidia o el deseo de
venganza. Tal vez estas virtudes eran en alguna medida el resultado de los
mismos golpes que a veces da la vida y que amoldan el carácter. Jamás una
palabra que engrandeciera a lo económico, jamás un enhorabuena para
cuando alguien deseaba lo ajeno y siempre un ánimo ferviente y un consejo
para que sus hijos, lucháramos bajo el escudo y la bandera de la
honestidad, la perseverancia, la tenacidad y el esfuerzo.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
13. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Nunca tuvo participación directa en lo político
porque así lo quiso pero, sufría con todo lo que pudiera
suponer una restricción a la independencia de la justicia
por parte del poder político.
Mi PADRE tenía y así lo recuerdo, un espíritu enciclopedista.
Un ansia de saber insaciable y de aprender cada día, de superación sin
límites y de bondad. Así se fue. Con inmensa bondad y generosidad. Se
interesaba por lo desconocido y jamás le abandonaba la curiosidad por
ser mejor puesto que lo óptimo para ÉL, siempre era mejorable. Era un
hombre motivante
que motivaba, que
ilusionaba, que se
crecía con los logros
de mi hermana y
míos.
Jamás un
intento tan siquiera
de arrojar la toalla
he podido sospechar
en su persona.
Atento a lo que
necesitábamos.
Vigilante, alerta cual
águila con sus crías para evitarles caídas bruscas y MAESTRO porque
acompañó hasta el final a quien escribe, incluso postrado y casi inerte
sobre aquel colchón. Me aconsejó durante su vida y me demostró además
de un AMOR desmesurado, su comprensión a pesar de lo distinto en la
forma de pensar porque MI PADRE, era así: IRREPETIBLE, ÚNICO,
EL MEJOR.
Me viene ahora a la memoria y con esto “tengo” que concluir,
una frase de Juan Luis Vives. Humanista, filósofo y pedagogo español
que sabiamente decía: “¡Cuán grande riqueza es, aún entre los pobres;
ser hijo de un buen padre!”
Y eso, has sido TÚ para mí. Riqueza infinita.
Hasta siempre PAPÁ. TE QUIERO PAPÁ.
14. PACO RODRÍGUEZ
“Su fuerza de voluntad y su fe en lo que tenía entre manos lo
hacían inagotable y perseverante.”
María del Carmen Rodríguez Ruiz
Hablar de mi padre es empezar a recordar y ser incapaz de parar.
Son tantos los momentos a su lado, y todos tan buenos, que me es
sumamente difícil elegir unos u otros y dejar de escribir sin tener la
sensación de que me quedo corta. Es difícil además expresar con palabras
todo lo que mi padre significa para mí y, sobre todo, recordar una y otra vez
que se ha ido demasiado pronto.
En la calle, mi padre era una persona
afable donde las haya. De pequeña,
recuerdo ir cogida de su mano por el
pueblo y, como persona tímida que soy,
veía con asombro que no había momento
en que no se parara a saludar o a hablar
con alguien. Conocía a todo el mundo, y
todos lo conocían a él y tanto en unos
como en otros, siempre veía caras
amables. Había más de una persona que,
aprovechando que yo estaba con mi
padre, me contaba alguna anécdota de él
cuando era un niño, cosa que a ambos
nos hacía mucha gracia, y me encantaba
oír esas historias, pues me mostraban
una parte de la vida de mi padre que
nunca llegué a conocer del todo por
mucho que oyera hablar de esos días en los que yo ni existía. Tanto de la
época en la que mi padre era pequeño, en la escuela, como de joven,
cuando trabajaba en la tienda de mi abuelo José, todo lo que he oído y oigo
ha contribuido a acrecentar aún más, si cabe, la admiración que siempre he
sentido por él.
En casa, no nos ha faltado un padre cariñoso, bromista, siempre de buen
humor y serio y firme cuando mi hermano y yo pedíamos a gritos una
buena reprimenda. Era un “manitas” extraordinario. Estar a su lado era
aprender constantemente de todo lo que hacía porque no podía estar parado
mucho tiempo; siempre tenía algo pendiente, y además tenía la habilidad de
hacer que las cosas fueran o parecieran fáciles.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
15. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
No estudió, aunque le habría gustado, pero
la curiosidad por aprender y superarse en aquello que se le
resistía le movía a estar en constante evolución. Era
autosuficiente, no le gustaba depender de unos y de otros y
rara vez pedía ayuda para sí, no tanto por orgullo como por apuro. Por
eso, en mi opinión, aprendía cuanto podía y estaba en su mano para poder
él solo resolver lo que se le presentase. Yo lo considero un autodidacta en
este aspecto, y esto unido a su capacidad de darse a los demás, hacía que
mi padre fuera una persona servicial en todos los ámbitos de su vida, tanto
familiar y personal, como laboral y profesional. Y puedo decir con total
certeza que disfrutaba siendo útil a los demás, esa era su mayor
recompensa.
Trabajó de
manera
incansable en el
banco y muchas
eran las tardes
que tenía que
volver al trabajo
para terminar o
“cuadrar caja”,
cosa que mi
hermano y yo no sabíamos lo que era, pero sonaba a que había que hacer
muchas cuentas y sabíamos que ese día mi padre volvería tarde. Más de
una vez, junto a mi madre, nos ayudaba con nuestros primeros deberes o
nos pedía que leyéramos en voz alta cuando estábamos aprendiendo a leer.
Recuerdo con especial cariño el momento de irnos a la cama. Mi padre
venía primero a mi habitación para darme “el beso de buenas noches” y
siempre me contaba algún cuento, alguna anécdota de cuando era
pequeño, me enseñaba alguna oración que había aprendido de mi abuela o
me daba ánimos si al día siguiente tenía algún examen. Luego, iba a la
habitación de mi hermano y siempre nos despedíamos con un “hasta
mañana”: “Hasta mañana, papá; Hasta mañana, Carmelilla”.
16. PACO RODRÍGUEZ
Nos enseñó con su ejemplo y su forma de ser que las personas
no valen más cuanto más dinero tienen. Que la felicidad no se
consigue a base de acumular bienes materiales. Que una
familia sin amor, no tiene nada. Nos enseñó a no crecernos ni
creernos más que nadie por mucho que consiguiéramos en la
vida porque no todo el mundo tenía las mismas oportunidades. La
humildad era uno de sus principales rasgos y nos bastaba con ver su
manera de actuar día a día para darnos cuenta. Con sus actos, transmitía
todos estos valores sin decir una palabra. Nos mostraba su admiración
cuando, ya siendo adultos, avanzamos en los estudios y conseguimos
nuestros primeros logros. Él nos mostraba su admiración... Por mucho que
le dijéramos o le dijeran, no era consciente del todo de lo que él
representaba para nosotros y para muchas personas, aun sin haber
estudiado. Nos sentíamos queridos y valorados por nuestros padres y esto
no solamente nos fue suficiente para tener una infancia feliz; esto nos
llenaba todos los días y nos sigue llenando en nuestras vidas.
Su labor en la Iglesia y como Juez de Paz no me corresponde a mí
comentarla pero por lo que veía día a día, sé que se volcaba. Las
representaciones le importaban muy poco, hasta se ponía nervioso si
alguien le decía que tenía que presentarse a alcalde o que algún año tendría
que ser pregonero de las fiestas del pueblo. Era algo que, según él, no
podía ser ni hacer cualquiera y siempre tenía en mente a alguien que lo
podría hacer mejor que él. Aquí reside, a mi parecer, la esencia de mi
padre. Él se consideraba una persona corriente y sencilla, ni mejor ni peor
que nadie. Tantas veces lo escuché quitándose importancia diciendo que lo
que él hacía lo podía hacer cualquiera, que estaba al alcance de todo el
mundo y que no se sentía nada especial porque lo hacía de corazón, tanto
dentro como fuera de su casa. Precisamente escribiendo estas líneas, caigo
en la cuenta de que no sé hasta qué punto se consideraría merecedor
de este libro y demás cosas que se le puedan hacer, pero lo cierto es que
se lo ha ganado porque, muy al contrario de lo que él pensaba, lo que mi
padre hacía no podía y, de hecho, no lo hacía cualquiera. Su fuerza de
voluntad y su fe en lo que tenía entre manos lo hacían inagotable y
perseverante.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
17. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Estos y muchos más recuerdos son los que tengo de mi padre
y, tanto cuando estaba en vida como después de su partida, no
he dejado de escuchar palabras de cariño hacia él por parte de
quienes lo conocían, más o menos allegados,
lo cual contribuye a reforzar aún más la imagen que tengo de él
y que siempre, siempre
conservaré. Como me dijo
una amiga el día de su adiós,
todo ese cariño que le mostró
y le muestra la gente será
algo que nos acompañará
siempre y, sin duda, nos
sentimos afortunados y
agradecidos de haberlo tenido
con nosotros y tan cerca de
nosotros.
Lo echamos en falta en cada
rincón de mi casa y en cada
rincón de este pueblo. En
todos los lugares que
frecuentábamos con él y
cuando estamos con gente
que solía estar con él. Es
decir, siempre. En cada día,
en cada fecha, en cada
momento existe un vacío que
no se llenará nunca y echamos de menos su sonrisa, sus palabras de ánimo
y su vitalidad. Él está con nosotros en cada paso que damos y sabemos con
certeza que nos querría ver bien. Esa era su prioridad, que su familia
estuviese bien, y eso intentamos.
Gracias a todas aquellas personas que nos han mostrado su apoyo, y cuyo
cariño y afecto hacia mi padre les ha movido a darnos palabras de ánimo o
a recordar momentos de su vida que siempre nos encanta escuchar. Nos
consuela saber que volveremos a verle y que, de alguna forma, no sabemos
cómo, continúa estando con nosotros.
18. PACO RODRÍGUEZ
“...no conocía el desaliento y tampoco rehuía el esfuerzo y
el trabajo...”
Familia Rodríguez Monge
Su madre Mónica, hermanas Mª Ángeles, Maricarmen y sus hermanos Pepe, Tomás, Ángel y
Manolo.
“ y dormirás soñando en un misterio” Ángel Ganivet
Corría el año 1947 en su mes de julio, cuando en el seno de la familia
formada por Don José Rodríguez Antiñolo y Dña Mónica Monge Iruela, el
26 de dicho mes, día de Santa Ana patrona de Pozo Alcón, nació el segundo
de sus hijos, al que dieron por nombre Francisco. Su nombre se debió al de
su abuelo materno el “Tío Paco el Molinero”. El 2 de febrero de 2014, Paco,
nuestro hermano e hijo nos dejó para siempre.
Entre esas dos fechas, 26 de julio de 1947 y 2 de febrero de 2014, cabe
una vida que pudo ser más larga, pero también más corta. Las líneas que
siguen nunca nos hubiera gustado tenerlas que escribir, pero el recuerdo que,
de nuestro hermano e hijo tenemos es tan grande que aunque dolorosas nos
produce gozo el escribirlas.
En “Descripción del problema de la muerte”, en Ángel Ganivet, se
puede leer la siguiente anécdota:
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
19. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Un día Ganivet, aún niño, para cortar la rama de una
higuera que sombreaba en demasía el jardín, trepó al
árbol. Cae, se rompe la pierna y empieza a formarse la
gangrena. 60 días en el lecho. Los médicos no se
deciden a operarle, creen que va a morir de un momento
a otro. La vida y la muerte. Ganivet pensó que había
que terminar de una vez o curarse, y decidió vivir.
No cabe duda de que nuestro hermano decidió vivir, pero en él no
se dio el resultado de Ganivet.
De nuestro hermano, todo lo que podamos escribir, se puede pensar
que es poco objetivo, sin embargo gran parte de las reflexiones que
siguen, nos las han hecho llegar los/as que le conocían. Nosotros, sus
hermanas y hermanos, nos hemos ratificado -si es que era necesario-, en
la gran persona que era Paco. Pues, las muestras y manifestaciones de
reconocimiento, de todas las personas que le conocían, son innumerables.
En los años de su juventud, cuando le hubiera encantado estudiar
para formarse intelectualmente, Él no pudo hacerlo, como tampoco,
algunos de sus otros hermanos. En los tiempos que corrían, muy pocas
familias podían invertir en la formación académica de todos sus hijos e
hijas; en esta familia tampoco se pudo. Este hecho no amilanó en ningún
caso a nuestro hermano, siempre decidido a formarse, algunos de sus
mejores amigos estaban estudiando y el decidió hacerse autodidacta. Las
inquietudes de nuestro hermano eran infinitas, no conocía el desaliento y
tampoco rehuía el esfuerzo y el trabajo, este hecho le lleva a captar
todo el conocimiento próximo a Él. Tenía ocho o diez años, cuando
estando aún en la Escuela, se aproximó al oficio de carpintero,
recordamos de esa época como fue capaz de construirse un carrito todo de
madera, rueda incluida que hacía las delicias suyas y la envidia de los
demás. Le utilizaba para trasportar la cartera del cole, como si en aquella
época fuese, como en la actualidad, que los niños deben llevar una carga
importante de material. Esta aproximación a la carpintería, quizá, le sirvió
para que durante su estancia en Murcia, cumpliendo el servicio militar,
consiguiera un dinero realizando trabajos de carpintería por las tardes.
Pronto, como todos los hermanos y hermanas, se incorpora a labores de
ayuda en la tienda que regentaban nuestro padre y nuestro tío Ángel, que
con el paso del tiempo, no sólo es ayuda si no que es actividad laboral
completa. Aún en edad escolar nosotros, como gran parte de la niñería del
pueblo fuimos requeridos como ayuda a las labores paternas.
20. PACO RODRÍGUEZ
Él no se resistía a aprender, lo que le lleva a asistir a la
escuela nocturna para terminar la escolaridad, que no pudo
completar en su tiempo. Mostrando así, una vez más, las
ansias de conocimiento que tenía y que no abandonó jamás.
En la segunda mitad de la década de los sesenta, comienza a
extenderse la televisión en Pozo Alcón, la curiosidad y las ganas de
aprender de nuestro hermano hace que se desplace a Sevilla donde cursa
estudios de radio y televisión. Recordamos como una vez de vuelta al
pueblo y con un material, que nos resultaba altamente desconocido,
lámparas, circuitos, bobinas, soldador, estaño…, nuestro hermano
construyó un aparato de televisión, sin mueble pero que recibía imágenes y
sonido. En esa época era fácil ver a Paco deambular por los tejados de
Pozo Alcón, colocando antenas de televisión, que en algunos casos
llegaban a alcanzar alturas superiores a los 15 metros.
El cuidado y el perfeccionismo con que siempre hacía las cosas, nos
hace recordar como Él junto a nosotros, sus hermanos y hermanas,
montaba bicicletas marca BH, que se vendían en la tienda de nuestro padre
y de nuestro tío Ángel (los talabarteros). Las bicicletas equipadas con luz,
dinamo, porta-equipos, herramientas, etc. eran la delicia de Paco.
Imborrable la imagen de cómo consiguió que mi padre le adjudicara una
de esas bicicletas, cuando lo más parecido que teníamos era una bici roja,
sin frenos, sin guardabarros, pues con ellos hubiera sido imposible frenar;
el freno era la suela del calzado contra la cubierta de esa bici. Ni que decir
tiene que el cuidado, que nuestro hermano dedicaba a su bicicleta, nos
demuestra de nuevo lo que ha sido un continuo en toda su vida: el cuidado
y conservación de todo aquello que le rodeaba.
Su entusiasmo por la formación intelectual y académica, le sirvió
pare poder entrar a trabajar en el único banco, que por esa época había en
Pozo Alcón, Banco Hispano Americano. Entró joven y dedicó toda su vida
laboral a dicha entidad. Recordad como atendía a los usuarios del banco,
como conocía a toda la clientela; todos deseaban ser atendidos por Paco.
De la misma forma ayudaba a sus compañeros y, una vez más, muestra el
grado de implicación en todo lo que hacía. Algunas veces le
recriminábamos, por el tesón con que defendía a la entidad para la que
trabajaba, pero esa ha sido su forma de ser.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
21. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Una vez acabada su vida laboral, su implicación para con el
pueblo ha sido mayor aún si cabe. Desde su puesto de Juez de
Paz ha atendido infinidad de casos, mediando entre litigadores
y consiguiendo, en la mayoría de los casos, un arreglo
satisfactorio para las partes litigantes.
Su colaboración con la Iglesia Parroquial de Pozo Alcón, ha sido
excepcional, lo mismo abría la Iglesia que la cerraba. Durante su
reconstrucción regateaba los precios de las vidrieras, ayudaba a los
albañiles, carpinteros, electricistas, etc. Si se producía una inundación, ahí
estaba Paco con la fregona recogiendo agua. Si había que preparar la
botijuela, ahí estaba Paco. Si había que hacer publicidad para algún acto
parroquial que conllevaba un posible ingreso económico para el
mantenimiento del templo, ahí estaba Paco. Si había que vender lotería,
Paco estaba dispuesto. Para nosotros sus hermanas y hermanos representa
el espejo en el que queremos mirarnos, sabiendo que cuanto más nos
parezcamos a Él, mejores seremos. Aunque, estamos convencidos de que
tan sólo podremos acercarnos, pero nunca igualarnos. Nuestro Paco ha
sido único. En nuestro entorno familiar, Paco con mucho ha sido el más
familiar. Recordamos el conocimiento que tenía de toda la familia, extensa
y dispersa. Paco era muy cariñoso y campechano con la gente, se llevaba
bien con todo el mundo. Siempre ha hecho amigos por donde ha ido y
siempre ha sido muy familiar. Cómo quería a nuestros abuelos, con que
cariño trataba a la abuela Ramona y cómo se preocupaba por el abuelo
Paco, cuando casi no podía andar y le ayudaba a volver del huerto. A
NUESTROS PADRES como los respetaba y con qué ternura los trataba.
Acompañó, ayudó y estuvo siempre pendiente de nuestro padre hasta que
este abandonó este mundo y con mayor ahínco, si cabe, se dedicó a nuestra
madre de la que estaba pendiente, siempre y en todo momento, era raro el
día que no pasaba por casa de nuestra madre más de dos veces, hasta que
Él abandonó este mundo. Desde que nos dejó, los demás hermanos,
hermanas, intentamos suplirle, aun cuando sabemos que no lo
conseguiremos.
La familia ya no será igual sin Él. El dolor que nos produce su
ausencia, debemos transformarlo en gozo por haber tenido la suerte de
compartir más de 66 años con nuestro querido, recordado, bondadoso y
excepcional hermano e hijo PACO. Agradecer a la Corporación municipal
de Pozo Alcón, con su alcalde a la cabeza, por la deferencia que han tenido
para con nuestro hermano, al concederle la mención de Hijo predilecto de
Pozo Alcón. GRACIAS.
22. PACO RODRÍGUEZ
El mes de enero de 2014 se nos escapó de las manos sin saber que estaba
ocurriendo y es que a todos nos faltó ese mes para haber podido decirle a
nuestro cuñado Paco unas palabras de consuelo. Disculpas y ánimo.
Nati y M. Carmen Ruiz
____________________________________________________________
Pensamos que cuando una buena persona como Paco, que tanto ha hecho
por lo demás, se va antes de tiempo, sigue trabajando allí donde se
encuentre a favor de los suyos, familia, amigos, vecinos, tal como lo hacía
en la tierra. Asi pues, el consuelo que nos queda es saber que , nuestro
querido Paco, intercederá por nosotros cada vez que lo recordemos.
Un fuerte abrazo
Familia Ruiz Galiano
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
23. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“...era una fuente donde beber e inspirarme...”
Alberto Maza
ADIÓS AMIGO PACO
La muerte de mi amigo, cuñado PACO ha sido un auténtico mazazo,
además por lo inesperado que fue, porque era un gran amigo y para mi,
un referente como hombre durante su vida.
Tuve el privilegio de contar con su amistad, por lo que he sentido su
pérdida desde lo mas profundo de mi corazón.
Para mí, PACO era una fuente donde beber e inspirarme. El espejo
donde se puede mirar un hombre HONESTO-LIMPIO-AMABLE-
PACIENTE y, sobre todo, BUENO. De hecho ha sido un auténtico
hombre paciente, sacrificado con los demás amante de su familia y sobre
todo BONDADOSO Y HONRADO en su forma de ser.
Se me agolpan ahora, en estos tristes momentos muchos recuerdos
suyos respecto a mi. Recuerdo cuando me llevó en su mercedes el día que
me casé con su hermana Mª Carmen, mi mujer. Cuando los bautizos y
comuniones de mis hijas sus sobrinas. Con una sonrisa, sin un mal gesto
para nosotros.
Como hombre, PACO ha sido referente para varias generaciones, para
todos los que le hemos visto y hemos compartido momentos, ratos, días,
años con ÉL. Su concepto e interpretación de la vida era tan puro como el
de su alma. Un hombre de grandísima personalidad y de una naturalidad
impresionante a la hora de afrontar el día a día.
Desde aquí mi mas sentido pesar, desde estas líneas escritas con un
intenso dolor quiero mostrar mi mas profundo respeto y admiración a
quien fuera un hombre bueno y mi gran amigo -..MI AMIGO PACO.
24. PACO RODRÍGUEZ
“Siempre desinteresado y feliz con todo lo que hacía.”
Bienvenida y Loli.
Nosotras, tías políticas
de Paco, debemos y queremos
sumarnos a este grupo de gente
que colabora en su merecido
homenaje. También formamos
parte de los que le conocimos
bien y le quisimos.
Creemos que
coincidiremos con todos en
destacar de él sus grandiosas
virtudes y cualidades, y no hay
que extenderse demasiado para hacerlo.
Siempre iba deprisa, los “buenos días” o las “buenas tardes” las
daba a la gente llamándoles por su nombre y con una sonrisa en la boca.
Sencillo, humilde, amigo de sus amigos, con gran disponibilidad para todo,
así como de responsabilidad en sus tareas. Siempre desinteresado y feliz
con todo lo que hacía.
Si nosotros sentimos su ausencia, ¡cuánto más su familia!
Una mañana de Viernes Santo lo vi llorar mientras escuchaba a su
mujer, Antoñita, cantar una saeta a nuestro Padre Jesús Nazareno. Era
emotivo, buen marido, buen padre y entrañable como hijo. Un día estando
yo con su madre llegó él y mantuvimos el siguiente diálogo que jamás
olvidaré:
-¡Tía Bienve, qué alegría me da que estés aquí con mi madre!
-Paco, ¿cuántas veces vienes al día a ver a tu madre? - le dije.
-Tía, cuando me levanto mis pies ya saben el camino.
Querido sobrino, seguras estamos que tendrás el premio en el
Cielo de todo lo bueno que has sembrado en La Tierra.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
25. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“...siempre has sido una persona fuerte y activa...”
Tus primos: Francisco, Antonio, Andrés,
Paquita y Pepe Monge Carpio.
Querido primo
Paco:
Ahora que se te va
a hacer un homenaje de
tus familiares, amigos,
compañeros de trabajo,
etc, nos unimos al
mismo, recordándote
cuando de pequeños
nos juntábamos, todos
los primos, en casa de
los abuelos, Paco y
Ramona y, cómo tú te
cogías del hierro que
sujetaba la parra , que
había en el patio, y
hacías la bandera. Y, es
que siempre has sido
una persona fuerte y activa.
Como creyente activo, que has sido, tenemos que creer las palabras
del Apóstol Pablo en la 1ª a los Corintios, 15:12 que, como cristianos
tenemos que creer en la Resurrección, y Jesucristo lo reafirmó en las
palabras del Evangelio de Juan, 5:28, donde se nos recuerda que será una
maravilla que nos podamos ver de nuevo.
Esperando se cumplan esas palabras y podamos juntarnos de nuevo
con los abuelos.
26. PACO RODRÍGUEZ
“ ...por tu forma de ser supiste llegar a todos nosotros..”
La familia Rodríguez Torres
La muerte te miró de frente, demasiado pronto, sin permitirnos
una despedida y en ese momento formaste parte de nuestros recuerdos, que
son muchos.
Al recordar, con tristeza por tu ausencia, nos alegran buenos
momentos a tu lado. Eras familiar y cariñoso, sociable y protector, siempre
sonriendo; por tu forma de ser supiste llegar a todos nosotros. Echamos
de menos tu vitalidad, tu simpatía, tu proximidad.
Nuestras vivencias, no solo vienen de nuestra relación familiar,
que no es poco, sino por el trabajo de nuestros padres; cuantos momentos en
aquella pequeña tienda por encima de la fuente Taza, las matanzas, aquel
viaje a la playa, inolvidable; aquellos momentos de complicidad en nuestra
adolescencia, aquellos guateques, esa excursiones al río, las fiestas, siempre
juntos.
Compartimos tu boda, en
Carchelejo y el nacimiento de tus
hijos, en los que vemos algo de tí, por
lo que sigues viviendo en cada gesto
de tu hijo Francisco y en el parecido
con IVP, Carmen, recordamos cosas
de ti en ellos, aunque quizás el gusto
por el picante, creo que no lo han
heredado, al menos como a ti te
gustaba y que nosotros no tendremos
ningún problema en continuar esta
tradición familiar ¿Cuántos trabajos
hiciste? Muchos, porque incluso
jubilado no paraste de hacer cosas,
estabas en todos sitios y supiste hacerte querer por todo el pueblo. Este
homenaje es una prueba de ello, que nos llena de orgullo.
Te quedaron cosas por hacer y compartir con nosotros, pero en
cada cosa que hagamos estarás presente porque siempre estuviste y siempre
estarás.
La familia Rodríguez Torres te manda un beso enorme allá donde
estés primo Paco.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
27. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“..ha dejado en todos los que le conocimos y le disfrutamos
ese sentimiento de serenidad con el que vivió...”
Sebastián Generoso
No siempre la vida le regala a uno la proximidad de una persona
excepcional. Mucho menos encontrarla en la propia familia.
Años atrás, las circunstancias nos trajeron a Paco al seno familiar
y, como era lógico, llegó con la sabiduría de la persona sencilla y llana
que fue siempre.
Sin una palabra mal sonante, sobrado de prudencia, supo hacerse
querer y respetar de esa forma que solo las grandes personas lo hacen, sin
estridencias, sin alzar la voz, sin una sola arista.
Como lo trajo, la vida nos lo arrebató y hasta en eso fue ejemplar.
Pero cuando su espacio se encontró vacío, descubrimos las huellas de su
paso por la vida.
Sólo los
mejores sobreviven a
su tiempo y uno de
ellos es Paco, que ha
dejado en todos los
que le conocimos y le
disfrutamos ese
sentimiento de
serenidad con el que
vivió.
Allá donde está, nos ve recordarle.
Como el brindis torero… Paco, va por ti.
28. PACO RODRÍGUEZ
“Te echo de menos Paco, y te echamos en falta
todos los que tuvimos la suerte de conocerte y quererte...”
Francisco Rodríguez Torrecillas
¡Qué difícil escribir este texto!
Ojalá nunca hubiera tenido que redactarlo y me asaltan las dudas a
la hora de expresarme al poner palabras en él. Las escribo casi un año
después de la peor época de mi vida, en la que en dos meses perdí a mi
padre y al padre de mi otra mitad: Francisco Rodríguez Monge, “Paco”, al
que recordaré, como muchas cosas en mi vida, y en cada una de ellas es
uno de mis ejemplos a seguir en la tarea que es pasar por este mundo.
Admiraba su dedicación, afán, espíritu, capacidad de trabajo y de
colaboración, no por ser protagonista, no le gustaban las medallas, creo
que este libro no le gustaría, ni mandando ni dirigiendo sino haciendo lo
mismo que cualquiera o lo que nadie quería hacer y sólo lo hacía por
ayudar.
Hablar de todo lo que hacía por su parroquia como católico o por
Pozo Alcón como ciudadano está de más. Todos los que lo conocimos lo
sabemos.
Pero era alguien tan simple, y a la vez tan difícil, como un buen
hombre. Para ser un héroe basta un momento. Pasamos al lado de un
accidente, ayudamos, salvamos a alguien y somos héroes. Ser un buen
hombre es mucho más difícil, hace falta toda una vida de rectitud,
educación, lealtad, honradez y respeto para lograrlo. Paco, sin duda, lo
consiguió.
Cuando en 2011 me cayeron encima mis responsabilidades de
concejal, le dije a mi madre que me daba mucho respeto el puesto y que
echaba en falta que mi padre me pudiera aconsejar, ya que por su
enfermedad no podía. Mi madre no dudó mucho y me dijo que el mejor
para esa tarea era Paco “el de Joseíllo” o “el Talabartero”, como prefiera la
gente. En aquella época, su hija todavía no me echaba cuentas, a pesar de
mi insistencia.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
29. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Cuando perdí a mi padre el 30 de noviembre de 2013,
algo del dolor me mitigó la idea de que Paco sustituyera
en cierta manera su figura. Él sería mi consejero y compañero
en mis decisiones y obligaciones. Quedaríamos a ver partidos
o tomar algo, celebraría con él Navidades, fiestas, etc. Pero
Dios el 2 de febrero de 2014 pensó otra cosa. En mi casa me enseñaron
que Dios no se equivoca nunca pero esta es una de las veces que no
consigo entenderlo.
Se fue muy pronto, sin avisar, sin darse cuenta de que se iba y sin
darnos tiempo a despedirlo.
La vida quiso que Paco fuera mi vecino, mi amigo, el padre de
uno de mis mejores amigos y, ante todo, el padre de Mª Carmen, de su
Carmelilla, como le gustaba llamarla.
De todas las cosas que me dijo, la que más recuerdo y tengo
presente es “te llevas lo mejor de mi casa”. Decirte desde aquí, Paco, que
lo sé, que lo tengo en cuenta, es mi mayor orgullo e intentaré ser digno y
merecerlo.
Te echo de menos Paco, y te echamos en falta todos los que
tuvimos la suerte de conocerte y quererte. Dentro de mucho tiempo
(eso espero) nos veremos. Mientras tanto, cuida de nosotros.
30. PACO RODRÍGUEZ
“El mejor marido y padre,
buen hermano, hijo, amigo, compañero...”
Rocío Sánchez Cárdenas
Pasados ya los meses del fallecimiento de Paco,
se me ofrece la posibilidad tan inestimada de escribir unas breves líneas sobre
un hombre que en muy poco tiempo escribió notas de peso en mi vida.
Poco he podido conocerte. Muchísimo menos de lo que a mí me
hubiese gustado, pero el suficiente como para tener la absoluta certeza de lo
mucho que te has preocupado de tu familia. Antoñita, Mari Carmen y Francisco
Javier han sido el mecanismo que movieron el motor de tu corazón, y ése es el
mismo que sigue latiendo, porque, a veces, y viendo a tu hijo a mi lado, siento
que sigues entre nosotros.
De tu biografía poco puedo
comentar. Mucho he escuchado, pero
poco conozco sobre tus tareas y
dedicaciones, que pocas no han sido.
Hombre dedicado y desinteresado,
compañía del que la necesitaba y entrega
a los demás sin pedir un simple nada,
servicial, inestimable hombre que mucho
pudo enseñarme y que poco me duró en
la vida, pues te fuiste de ella apenas sin
entrar. El mejor marido y padre, buen hermano, hijo, amigo, compañero.
Quiero decirte desde estas líneas, que seguro te llegarán, que
Alejandro siempre va a saber de ti. Todavía recuerda alguna broma que le
hacías y que siempre te han caracterizado para con los más pequeños. Siempre
le hablaremos de un hombre justo, bueno, pacífico, dispuesto y honrado para
con todo y con todos. Siempre le inculcaré que sin sembrar nada se recoge y
que siempre se fije en la figura de este hombre, que se fue con un cariño y un
amor por parte de su familia, de su pueblo y de sus seres más queridos. Algo
que en pocas ocasiones he visto repetido en otras personas. Por mi parte, queda
en mí el dolor y la pena más profunda porque no hayas llegado a conocer a tus
nietos. No tengas la menor duda de que serán lo que soñaste para ellos y de que
siempre conocerán al abuelo que todo niño desea tener, puesto que TÚ ERAS
ÚNICO entre todos los hombres de bien que existen en este cruel mundo en el
que nos ha tocado vivir.
Puesto que mis padres me han enseñado a creer, te digo hasta luego.
Quizás no he de olvidarte y por eso esbozo un "hasta luego". No sé si me
quisiste, pero sí sé que te quería y de lo que no dudo todavía es que quizás
demasiado nos unía. HASTA SIEMPRE PACO. MI ABRAZO ETERNO.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
31. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“Paco no sólo prestó su mano, sino que se dio por
entero a la Parroquia...”
Antonio Vela Aranda
Párroco de Santa María De los Reales Alcázares
y San Pablo y Arcipreste de Úbeda
“PACO” UN HOMBRE DE FE, UN HOMBRE DE IGLESIA
Cuando tienes que hablar de una persona de la talla de Paco, es
demasiado fácil, porque no salen nada más que palabras de halago, para
quien se dio por entero a su familia, a su trabajo, a la Iglesia y a su
querido pueblo de Pozo Alcón. Yo me voy a centrar en su dedicación a
la Iglesia.
Cuando llegué a Pozo Alcón en el 1998, conocí a Paco, como
vecino y como empleado de banco, siempre con un comportamiento
intachable hacia mi persona. Ya colaboraba en la Parroquia, en el Consejo
de asuntos económicos, pero su labor se remitía a la asistencia de
reuniones y despejar algunas incógnitas que surgían a la hora de presentar
las cuentas de la parroquia ante el obispado; un buen asesor financiero.
Cuando se jubiló de la banca, le dije que me echase una mano;
Paco no sólo prestó su mano, sino que se dio por entero a la
Parroquia, convirtiéndose en un puntal imprescindible para su buen
funcionamiento y la buena marcha.
Cuando, por fin, nos arriesgamos a emprender la gran reforma del
templo, allí estaba él disponible para todo lo que hiciese falta. La Iglesia
se convirtió en su mayor preocupación; esta fue una época que
afrontamos todos los que estábamos implicado, con una gran ilusión.
Paco vivió estos momentos dándose por entero al proyecto de reforma,
haciéndolo casi suyo. Cuantos días llegaba a mi despacho, diciendo: ¡D.
Antonio, no he dormido en toda la noche pensando en tal o cual cosa..!
Paco fue el alma de la Parroquia. Quizá nunca tuve oportunidad
de agradecérselo lo suficiente, pero es que no hay palabras para agradecer
los desvelos que tuvo por la Iglesia; seguro que todo lo que hizo, lo hizo
por su fe en Dios, por eso yo creo que el Padre celestial lo habrá
recompensando, no me cabe la menor duda de que goza de la presencia
amorosa del Padre.
32. PACO RODRÍGUEZ
Dicen que Dios se lleva primero a la gente buena, él fue un hombre
extraordinario, que quizá no tendría que haberse ido tan pronto. Cuando
ocurren hechos como el de su muerte, uno puede llegar a sentir, coraje,
rabia, pero a los creyentes ( y Paco lo era) no nos queda la impotencia, sino
que nos queda la ESPERANZA; la esperanza de saber que, como dice el
libro del Apocalipsis, “él goza ya de ese mundo nuevo, donde no hay ni
luto, ni llanto, ni dolor, sólo paz y eternidad…”
Dios eterniza todo lo bueno que hemos hecho. Él fue de esas
personas que pasan sin hacer apenas ruido, pero que al final se convierte en
imprescindible; lo ha sido para muchas personas; para mi lo fue: lo fue,
como colaborador, como hermano y como amigo. Se ha quedado en el
corazón de mucha gente y por eso Dios lo ha hecho eterno en todos
nosotros. Tampoco me cabe la menor duda que, desde el cielo, intercede al
Padre por todos los que nos hemos cruzado con él a lo largo de su vida.
Tengo la seguridad de que si algo le está pidiendo al Padre es por sus hijos y
por su pueblo, que tanto amó.
Paco, gracias por haber existido, gracias por haberte conocido,
gracias por haber tenido el privilegio de ser tu amigo. Tu existencia ha sido
un bálsamo para los que hemos tenido la suerte a ver compartido tu vida.
¡Gracias por haber sido así!
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
33. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“… Un amigo incondicional, una persona con la
que podías contar para todo.”
Manuel García Pérez.
Párroco de la Inmaculada Concepción de Huelma.
«Un amigo es un tesoro».
Dice el proverbio: «el que encuentra un amigo encuentra un tesoro» y yo
tuve la suerte de encontrarlo hace ya diez años.
Sí, Paco Rodríguez ha sido
un amigo para mí, porque
amigos son dos compañeros que
marchan juntos y son capaces de
pensar, hacer y compartir
muchas cosas. Sí, un amigo
incondicional, una persona con
la que podías contar para
todo, para lo bueno y para lo
malo. Siempre estaba ahí, con su
sonrisa y su bien hacer, preocupándose por todos, sin hacer acepción de personas,
ni de clases. Saludaba a todo el mundo con amabilidad. Era un hombre muy
responsable en su trabajo, con su familia y sus amigos.
Supongo que si alguien que no lo conoció lee estas letras podría decir que
siempre se habla bien de los que ya no están físicamente a nuestro lado. Pero en
este caso estoy seguro que no exagero e incluso me quedo corto. Para los que le
hemos conocido no descubro nada nuevo e incluso seguro que ya estará dicho,
pero es lo que siento y el recuerdo que mi memoria guarda de él. Estoy
convencido, es más, estoy seguro que desde el cielo sigue siendo el mismo y
continua preocupándose por todos nosotros y, además, me lo imagino riéndose,
con esa sonrisa llena de amor.
Estas letras quieren ser, aunque torpemente escritas, un canto a la amistad
verdadera. El recién proclamado beato Pablo VI lo decía con palabras más
elegantes: «La amistad crea una armonía de sentimientos y de gustos que
prescinde del amor de los sentidos, pero, en cambio, desarrolla hasta grados
muy elevados, e incluso hasta el heroísmo, la dedicación del amigo al amigo.
Será fácil, pura, fuerte la amistad, si está sostenida y alimentada por aquella
peculiar y sublime comunión de amor, que un alma cristiana debe tener con
Cristo Jesús».
Estos son mis sentimientos hacia un amigo de verdad y al que siempre
recordaré y llevo en el corazón. Amigo Paco gracias por ser mi amigo.
34. PACO RODRÍGUEZ
“...un hombre cabal, sin dobleces y generoso como pocos...”
Jesús Castro
Yo era un cura recién salido del cascarón, como tantos otros
novatos que llegaron antes y han llegado después a aquella
comarca, donde da sus últimos coletazos la hermosa Sierra de Cazorla,
junto a la Virgen de Tíscar. Y es que los destinos montañosos y fronterizos
son muy propios para que los curas jóvenes se vayan curtiendo, vayan
aprendiendo de la familiaridad y cercanía de las pequeñas comunidades
como Hinojares y Fontanar, al amparo de otros pastores más expertos,
como fue Manolo García para mí en su tiempo de párroco de Pozo Alcón.
También se nos pone a tiro de los jóvenes, por eso de que llevamos la
energía del que empieza, de ahí que formara parte del profesorado el IES
Guadalentín, bregando con los chicos y chicas, inventando mil historias para
educar, junto a docentes que amaban su profesión y con los que guardo
memorables recuerdos y amistad. Fueron sólo tres años, pero qué intensos,
cuántas vivencias y cómo me ha marcado la sencillez y vitalidad de las
gentes de esa tierra.
En esta oportunidad de escribir que se me brinda, quisiera detenerme en
una persona de lo “mejorcito”, como solemos decir, que ha parido esos
pueblos. Como si de la lluvia entre pinares que recala en el pantano de la
“Bolera”, de los arroyos que tintinean por las calles de los fontaneros, de los
veneros que bendicen las tortas de S. Marcos y de la “Cueva del Agua” que
moja el manto de la Virgen de Tíscar, se hubiera empapado la tierra y hecho
crecer un fruto único: el de un hombre cabal, sin dobleces y generoso
como pocos, Paco Rodríguez, “nuestro” Paco.
Aún recuerdo una de las primeras veces, sino la primera, que me encontré
con él y su mujer, Antoñita, allí en el bar de enfrente de la Iglesia del Pozo.
Yo aún no conocía a nadie en el pueblo. Estaba apoyado en la barra
tomándome un bocadillo, con mi camiseta a favor de los derechos de los
inmigrantes, mis pantalones desmontables de camuflaje, aterrizando del
verano en África. Cualquiera diría que era el nuevo cura de Hinojares y
Fontanar. Se ve que Paco tenía un sexto sentido para detectar el olor a
clérigo, así que se acercó a aquel extraño. Poco le importó que tuviera aire
“hippie”, se me ofreció a todo lo que necesitara, estaba recién llegado y
había que echarme una mano. En aquel momento pensé que era sólo un
cumplido, como mucha gente que se te presenta el primer día que llegas a
una Parroquia y te dice “aquí tiene usted su casa” y ahí se queda la cosa. No,
en el caso de Paco, lo dijo y lo cumplió.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
35. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
A partir de entonces se encargó de llevarme la economía
de mis dos parroquias. Con lo desastre que yo soy para las
cuentas y lo poco que sabía, su ayuda fue una bendición. La de
veces que tenía que ir detrás
mía pidiéndome los papeles del mes, ¡cuánto
tormento le daba y qué paciencia tenía! Más
de una vez tuve que llamarle para que me
hiciera alguna chapuza, o me llamara a un
electricista, para que me llevara a algún sitio
porque tenía el coche en el taller. Yo lo veía,
no era sólo conmigo… Con cualquiera, tenía
puesto el mono de trabajo siempre y siempre
estaba tratando de resolverle papeletas a los
demás. El caso que no era un hombre sólo de
acción, lo era también de reflexión, de
profundidad y de fe: Dar un consejo, poner
una palabra de verdad en una discusión,
escuchar al que venía desesperado,… A él se
le buscaba, porque siempre respondía…
como una roca en medio de la tormenta, no se iba… permanecía. Y en otras
ocasiones era él el que se te acercaba para preguntarte, para animarte, para
ofrecerse… Cómo se echa de menos en nuestros días gente así, cuando la
mayoría va a su “bola” y es sólo preocuparse de uno mismo lo que prima.
Creo que hablar de Paco es también hablar de Antoñita, su esposa. Se ha
dicho que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, y en este
caso se cumple. No creo equivocarme si digo que Paco sin ella no habría
sido el mismo. La disponibilidad, la bondad y la ternura que reflejaban
siempre como pareja nos ha animado a tod@s y de eso tiene mucha culpa
Antoñita. Sé que el vacío que ha dejado no viene siendo nada fácil para ella,
para su familia, ni para nadie… Pero aquí viene la última parte que ambos
dos nos han enseñado, y es que la fe en el Dios verdadero da confianza y
fortaleza, y que el Amor no se acaba, sino que es paciente; al despedirte,
Paco, nos has dicho “hasta luego” para volver a reencontrarnos. Sólo falta
esperar un poco, pero no de cualquier manera, hay que hacerlo como tú, con
el mono de trabajo y siempre dispuestos a ofrecerse... así nos lo enseñaste.
Con inmenso cariño. Un fuerte abrazo.
36. PACO RODRÍGUEZ
No “pasó” de los demás, sino que se “implicó” dando
siempre soluciones cuando otros solo “daban voces”.
Francisco Daniel Villacañas Moreno.
Párroco de Pozo Alcón
“Recuerda (hijo mío): estar vivo o muerto no es lo más
importante. Lo que realmente cuenta, lo que debe contar para mí y para
los demás, son las razones por las que vivimos y la causa por la que
estamos dispuestos a morir”. Estas palabras no son de alguien importante
ni de un estudioso del pasado. Son las palabras que Anthony Bloom
(monje ortodoxo) recuerda que le dijo su padre al volver de un
campamento y recoge en su libro “Al atardecer de la vida” (Ed.
Sígueme). Yo las refiero a Paco. Él hizo lo que San Pedro dijo sobre Jesús:
“Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el Mal, porque
Dios estaba con Él” (Hch 10, 38). Y es que, contra el “todo da igual”
imperante, Paco respondió con el ejemplo de su vida. No “pasó” de los
demás, sino que se “implicó” dando siempre soluciones cuando otros
solo “daban voces”. Y es que, como dice el Señor, “la boca siempre
habla de lo que está lleno el corazón. El hombre bueno saca cosas buenas
del bien que tiene dentro” (Mt 12, 34b-35a).
Llegué por casualidad (o por designio del Espíritu Santo) hace casi
cinco años a este pueblo y Paco me acogió como un amigo. “Quien
encuentra a un amigo, encuentra un tesoro” (Prov 17, 17). Fue de los
cristianos que se encuentra uno en las parroquias que son auténticamente
buenos, sin doble intención ni ganas de aparentar. Simplemente de las
personas que te quieren y están siempre ahí. Su ejemplo me sirvió para
buscar soluciones, y no sucumbir a la tentación del enfado. Me enseñó a
ser siempre útil para el hermano, buscando el nexo de unión entre partes
supuestamente irreconciliables. Fue para mí maestro en sencillez, estando
a mi lado en una procesión o conmigo cargando sacos o quitando agua de
la iglesia y los salones parroquiales.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
37. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
Consagró
su vida al servicio, fue su
razón para vivir y la labor
que desarrolló hasta morir.
¡Muchas han sido las horas
que ha dedicado a cualquier
actividad a favor de la
parroquia para ir pagando el
famoso préstamo (al cual no
ha podido sobrevivir)!. Y
siempre con su sonrisa. Sólo
lo veía enfadado cuando
otros colaboradores no
trabajaban con esa ilusión o
desinterés o cuando eran
pocos los que ayudaban. Pero
tenía una palabra para dejar
un sabor positivo ante
cualquier problema.
Pero no os
preocupéis porque, aunque
no lo tenemos físicamente
aquí, él está con nosotros. Seguro que está viéndonos con su cara
colorada como cuando le agradecías su labor, sus consejos o le decías lo
grande que era. Él nos ha enseñado que hay cosas por las que entregar la
vida. Él lo hizo ayudando, movido por su cariño a todos y por su fe.
Gracias Paco por todo lo bueno que nos has dejado.
¡Gracias!
38. PACO RODRÍGUEZ
“Era un testigo de la alegría que da la esperanza al ser humano”
Sergio de la Fuente Cueto.
Párroco de Fontanar e Hinojares
Nunca es fácil hablar de cómo es una persona, pues cuando
profundizamos en el interior del
alma humana vemos la parte de
las personas que más nos ha
calado y tendemos a magnificar
determinadas cualidades para
bien o para mal. Sin embargo al
recordar a Paco lo primero que
me viene a la cabeza es la
imagen de él subido al tejado de
la torre de la iglesia con una
sonrisa amplia y sincera; esa
sonrisa que surge del fondo del
alma que agradece a dios la
oportunidad de poder hacer algo
en favor de los demás. Paco era
un hombre de sonrisa serena y mirada honda, de haber caminado muchas
leguas de tiempo en compañía de la humanidad para aprender a ver las
posibilidades de toda persona de enmendar su camino.
Paco era, es y será para siempre un hombre del que aprender a
enfrentarse al mundo con esperanza, un cristiano genuino, que era capaz de
pensar en los demás antes que en sí mismo. Era un testigo de la alegría
que da la esperanza al ser humano, amigo sincero y trabajador
incansable; buscador de la justicia y la paz.
Recuerdo esa imagen junto a la cruz de la torre de la iglesia, o en la
beatificación de Lolo en Linares, siempre alegre a pesar de la inclemencia
del tiempo. En el tiempo que he pasado en Pozo Alcón he visto a Paco
siempre, por eso hoy creo que la mejor forma de hablar de él es como «el
Hombre que estaba ahí», el amigo que permanece que ama en todo
momento y en tiempos de angustia es como un hermano (cfr. Prov 17, 17).
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
39. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“Un nombre breve pero un hombre inmenso en su vivencia”.
Martín Chognika.
Paco una Rosa inmortal por su fragancia.
Soy Martín Chognika, sacerdote africano, estudiante en Madrid.
Estuve en el Pozo todo el mes de julio 2012. Allí descubrí la figura de un
hombre pequeño de estatura pero grande de corazón. Un nombre breve
pero un hombre inmenso en su vivencia. Un correo que recibí del
párroco del Pozo antes de mi llegada al pueblo me descubrió su nombre
detrás de lo cual se escondía una inmensa bondad.
Julio 2012 fue un mes de epifanía (significa revelación) en el Pozo;
una epifanía que se ha extendido hasta Madrid, una epifanía que dura
siempre. Era la epifanía de una rosa cuya fragancia dura siempre, tal el
sello bautismal en el hombre. Paco Rodríguez es una rosa que se ha
marchitado, por cierto, pero que cada vez más fragancia da.
En efecto la fragancia de bondad y de amor que derrama es inmortal.
Ya que el amor verdadero nunca muere. Pues Dios es amor nos dice San
Juan. En menos de un mes, Paco Rodríguez dejó una huella, mejor dicho,
un sello de amor y de sencillez alegre en mi corazón. Paco es una rosa que
siempre quiere abrirse para entregar la fragancia de su generosidad, de su
paciencia, de su disponibilidad y de sencillez cercana. Las pocas veces
que tuvo que atravesar Madrid, siempre ha expresado la esperanza alegre
de volverme a ver y a saludar. Paco Rodríguez es de esta especie de rosa
que contagia con su alegría, su respeto al ser humano, a los pequeños
como a los grandes. Se iba siempre a los problemas con serenidad y
optimismo.
Paco, eres una rosa que derrama su fragancia eternamente.
Paco, eres un océano de bondad y de amor.
Paco, eres una fuente de paz.
Paco, eres un pozo generoso en el Pozo.
Paco, vive siempre en Dios fuente de vida y en nosotros.
40. PACO RODRÍGUEZ
“...aprecié que Paco era la personificación de la sencillez,
de la amistad, persona ponderada y empática...”
Pablo Vidal Plaza
FRANCISCO RODRIGUEZ. MONGE, cariñosamente "Paquillo"
para algunos; para mí, siempre PACO.
Conocí a Paco en el mes de abril de 1.975, mi empresa me envió a
trabajar a Pozo Alcón; y tuve la suerte, como se suele decir, de dar con dos
compañeros que, además fueron mis amigos y consejeros: Santos y Paco.
En muy poco tiempo tuve en Paco además de un compañero, un
amigo. Irradiaba muchas virtudes, particularmente aprecié que Paco era la
personificación de la sencillez, de la amistad, persona ponderada y
empática; en ésta enmarco su servicio a los demás, que no servilismo,
porque nunca buscó el recibir nada a cambio de su ayuda; sencillamente
porque no daba importancia a nada que hiciera pura ayudar a los demás. En
definitiva, Paco era un hombre digno de confianza; hijo respetuoso y
amante de sus padres, cariñoso con las personas, en especial con los niños;
era difícil encontrar a Paco enfadado por algo, siempre disponía de tiempo
para escuchar y ayudar.
Tuve la suerte de vivir y trabajar con Paco durante dos años y
mantuvimos nuestra amistad hasta que se fue. El pasado verano intenté
hablar con él y, al no localizarlo en su casa pregunté en la oficina de la que
fue nuestra empresa; de esta forma me enteré de que ¡¡¡nos había dejado!!!
D.E.P.
Estoy convencido del acierto de los "Poceños" al distinguir a Paco
"Hijo Predilecto de Pozo Alcón". Enhorabuena a Antoñita y a sus hijos; con
todo derecho deben sentirse orgullosos de su esposo y padre.
Dios, estoy seguro, lo tiene a su lado; estará solucionando
pequeñas "averías" allá arriba.
Jaén, Octubre 2.014
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
41. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“...con Paco era muy fácil llevarse bien,...”
Paco “El Cordobés”
“PAQUILLO” sobre todo un amigo.
A principios de 1.979, la Empresa en la que
trabajaba me ofreció la posibilidad de ocupar un
puesto de más responsabilidad en la Sucursal de
Pozo Alcón Alcón.
Confieso que no sabía dónde estaba este
pueblo, pero también confieso, que tanto mi familia
como yo, lloramos cuando tuvimos que
abandonarlo por traslado a otra Oficina.
En la Sucursal de Pozo Alcón había tres
compañeros que me recibieron con los brazos
abiertos y desde el primer momento me dieron su confianza, colaboración
y comprensión.
Uno de ellos era Francisco Rodríguez, que desde el principio, se
ofreció para ayudarme en todo lo que fuera menester, tanto en trabajo
diario como fuera de él.
Con el paso del tiempo, no mucho, pasamos de compañeros a
amigos, ya que con Paco era muy fácil llevarse bien, pues lo daba todo
sin pedir nada a cambio.
Recuerdo una anécdota en la que se demuestra como era Paco,
siempre pensando en los demás. El Banco nos mandó hacer un curso en
Jaén. Nos tuvimos que alojar en un Hotel y desde que llagamos toda la
preocupación de Paco era que no me dejaría dormir porque roncaba. A la
mañana siguiente me dijo que no había pegado ojo en toda la noche, ya
que yo roncaba más que él.
Durante los años que trabajamos juntos compartimos muchas
vivencias, tanto laboral como familiarmente, que hicieron que nos
conociéramos mejor y consolidáramos nuestra amistad para siempre.
Amigo, mi familia y yo no te olvidamos.
42. PACO RODRÍGUEZ
“... una persona que inspiraba confianza y tranquilidad...”
César Albusac Amador
Corría al año 1985 cuando me incorporé en el Banco Hispano
Americano Sucursal de Pozo Alcón, procedente de la oficina de origen en
Sabadell (Barcelona).
Aquella
mañana de mi primer
día, me abrió la
puerta de la oficina
una persona jovial,
simpática, cordial, de
aquellas que cuando
llevas un rato con
ellas parece que las
conoces de toda la
vida.
En aquellos años, donde todavía en Banca se realizaban trabajos
propios de dicha actividad, la figura de esta persona para la Entidad era
primordial, y me atrevería a decir que única e irreemplazable. El
conocimiento profundo de todos y cada uno de los clientes de la Oficina,
tanto a nivel personal (les conocía a ellos y a sus familiares) como a nivel
profesional (entre otras cosas era digno el verlo recitar, cómo se sabía de
memoria el número de cuenta de todos ellos), hacía de él, una persona
que inspiraba confianza y tranquilidad, pero sobre todo, con la que
olvidabas tus problemas y te sentías relajado, gracias a la alegría y
simpatía que le caracterizaba y con la que siempre te trataba.
Los que en su día le tratábamos con asiduidad, podemos dar fe de
ese carácter tan ameno, que ha hecho que le sigamos manteniendo vivo en
el recuerdo, ya que su amistad perdurará en el tiempo. Siempre te
recordaremos “amigo Paco”.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
43. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“...más que un jefe, un amigo.”
Matilde Rodríguez
Febrero del 94. Traslado a Pozo Alcón desde Linares. Cuando
llego me encuentro una oficina viejísima, muy pequeña y
superpoblada de empleados (¡¡siete!!). Entre ellos, el subdirector,
Paco. Aún lo recuerdo acercándose a presentarse con una sonrisa de
bienvenida. Desde entonces, más que un jefe, un amigo.
Durante todos estos años, siempre estuvo ahí, dispuesto a
echarte una mano, a gastarte una broma, a hacerte un favor. A
invitarte a un “cafelillo” mientras te ponía al día de las cosas que
pasaban en el pueblo, a organizar las cenas de Navidad o la” ligá”
de las fiestas a sus compañeros del banco, ya que, aunque jubilado,
nunca dejó de ser el compañero de todos. Siempre dispuesto a
ayudar en lo que fuera y a quien fuera.
Paco, siempre te recordaremos.
44. PACO RODRÍGUEZ
“pude apreciar en Paco su espíritu de colaboración con
los compañeros y el trato amable y cercano con los clientes”
Fernando Lallena López
Banco Central-Hispano (años 1993-1998)
Cuando conocí a Paco Rodríguez, acababa de tomar posesión de la
sucursal del pueblo como director. Llegué un lunes del mes de
septiembre de 1993 a Pozo Alcón. Sus habitantes estaban animados y
entretenidos con los puestos del mercadillo. Haciéndome hueco entre la
multitud, mientras oía sonoras voces que distraían mi atención, conseguí
llegar hasta la oficina, que antiguamente se encontraba en la Plaza del
Ayuntamiento.
Desde un principio, pude apreciar en Paco su espíritu de
colaboración con todos los compañeros y el trato amable y cercano
con todos los clientes.
Durante los cinco años que estuve al frente de la oficina, tuve tiempo de
descubrir que Paco, era un excelente profesional, incansable trabajador,
responsable de sus tareas, siempre dispuesto a ayudar a todo aquel que
precisara de sus consejos, era el más buscado y apreciado por los clientes.
Vivimos juntos, buenos y malos momentos, como en cualquier otro
trabajo, pero nunca podré olvidar su buen humor, su talante positivo, sus
ganas de trabajar y su afán de superación.
En todo momento agradecí su franqueza cuando no compartíamos
opiniones, su toma de decisiones en mi ausencia, su simpatía, su buen
hacer, su forma de afrontar el trabajo con alegría que contagiaba al resto
de la plantilla y el buen ambiente que creaba en nuestra labor diaria.
Si desde algún lugar nos está mirando, espero que mis palabras las
sienta cerca, igual que en el día de hoy, nos acompaña su presencia.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
45. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“...y esa disposición casi enfermiza hacia los demás...”
José Hernández
Hace casi 16 años que vine a Pozo Alcón y me han sucedido a lo
largo de estos años muchas cosas, unas buenas, otras no tanto, pero sí
puedo decir que la mejor con mucho, ha sido conocerte. No diré lo que
todos dicen, la gran persona que eres, lo BUENO que eres,……, eso ya lo
sabes tú y lo sabe todo el mundo. Lo que sí quiero decir es que has sido la
persona que más has influido en mí en estos años. En nuestras
conversaciones,
en tus consejos,
en tu forma de
ser, en tu forma
de afrontar los
problemas y
adversidades
que han sido
bastantes, lo que
me decías en
nuestros
innumerables desayunos, tu forma de ver la vida, tu buen humor siempre (o
casi siempre), la adoración que profesas a tu familia, a tu esposa, a tus
hijos, el no decir nunca no, y esa disposición casi enfermiza hacia los
demás, tus peleas con la informática, tus bailes con Antoñita, tus enfados
que no duraban más de un minuto, las cosas que te enfadaban e indignaban
y que siempre tratabas de solucionar sin hacer ruido, sin molestar a nadie y
sin dar publicidad de ello. Hay un millón de cosas más que decir pero me
vas a permitir que queden para ti y para mí. Me está costando bastante
escribir esto por lo que tú ya sabes, pero sí quiero que todo el mundo sepa,
lo que te quiero, lo que te admiro.
Se dice que tus mejores amigos son lo que tuviste en tu juventud y
que perduran a lo largo de toda tu vida, pero yo te digo que en mi caso no
es cierto y que junto a esos amigos, mis mejores amigos, estás tú.
Bueno Paco ahora sí me despido, como no pude hacer la última vez
que te vi, te acuerdas, te dije que así hablaban los viejos y que razón tenías.
Bueno adiós Paco, el hombre más BUENO que he conocido.
46. PACO RODRÍGUEZ
“Siempre tenía una sonrisa franca y unas palabras positivas”
Antonio Bueno González
Mi relación con nuestro querido y añorado Paco se
inicia a través de su esposa Antoñita, pues ambos somos de
Carchelejo, un entrañable
pueblecito serrano de la
provincia de Jaén, del que
también Paco se sentía
parte. De siempre me ha
llamado la atención su
sencillez, su educación, su
semblante sonriente y su
amabilidad con todos. Me
lo encontraba muchas
veces en la plaza del pueblo, donde tienen la casa familiar Antoñita, su
hermano y sus hermanas, al lado de la Iglesia, muy frecuentada por todos
ellos. Andaba en animados corrillos de amigos, sintiéndose uno más, con su
discreción, capacidad de escucha y su verbo fácil y agradable. Con frecuencia
pasaba paseando por la puerta de mi casa, en la calle Ermita, y siempre tenía
una sonrisa franca y unas palabras positivas. Estoy convencido de que era
un hombre bueno en el sentido machadiano y daba abundantes muestras de
ello. Y se ve que a los buenos Dios también los necesita arriba.
Nos unía también un sentido vital de familia. Paco ha sido un marido
ejemplar y un padre amantísimo (lo sé de primera mano). Y, por encima de
todo, compartíamos la devoción a la Santísima Virgen del Rosario, Patrona de
Carchelejo. La primera visita era a la Iglesia y allí estaba el primero en la
plaza, para honrarla en los muchos actos que en su honor se organizan,
especialmente en agosto y en octubre. ¡Cuánto disfrutó y se emocionó cuando
Antoñita fue la pregonera de la Virgen en el año 2012! Y también unos años
antes cuando un grupo de Pozo Alcón, al que ellos y sus hijos pertenecen, fue
a cantarle a la Virgen. Quiso la providencia que falleciera el 2 de febrero, día
de La Candelaria, y que sus amigos de Carchelejo nos enterásemos de la triste
noticia en la procesión y la misa que preceden a la rifa de la torta y los
pichones (para conmemorar la visita del Niño Jesús al Templo), todo ello para
honrar a nuestra Patrona. A ella se lo encomendamos desde esa misma tarde,
con la seguridad de que lo tenía ya en su regazo, velando por nosotros.
Gracias, Paco, por todo lo que nos diste en vida, por tu amistad y tu
cariño, que calaron tan hondo que nunca te olvidaremos.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
47. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“...esa eterna sonrisa, esa amabilidad
y ese darse a los demás...”
Ángel Manuel del Barrio Quiñones
A MI AMIGO PACO
Pasa el tiempo y hace casi un año que nos dejaste y parece que fue ayer.
Ni un solo día ha pasado en que por uno u otros motivos no me haya
acordado de ti.
Cuando salgo a la Sierra siempre recuerdo que decías que te engañaba
y que no volverías a salir...pero repetías.
Ya escribí en algunas redes sociales sobre tu persona e igualmente lo
hice en el Pregón de las Fiestas de nuestro pueblo, Pozo Alcón.
Siempre tendré presente
esa anécdota, no contada,
cuando hace unos tres
años, después de una ruta
por la Sierra del Pozo, por
la noche, estando en mi
casa tuve un ataque de
ansiedad y pensé que no
salía. Te llamé y me
acompañaste al Centro de
Salud; mientras yo todo
asustado, con una pastilla
bajo la lengua esperaba a que bajara la tensión arterial, tú no parabas de
hablarme y con esa eterna sonrisa, tratando de que el miedo me
abandonara....ese miedo que luego sentí al verte por última vez y constatar
que me podría haber tocado a mi. Aquí vino a cumplirse ese dicho: los
amigos siempre están para cuando se necesitan.
Tú lo estuviste, una pena que yo no lo estuviera... aunque siempre tendré
presente, esa eterna sonrisa, esa amabilidad y ese darse a los demás;
fuiste único e irrepetible.
Hasta siempre amigo Paco.
Tu amigo Manolo "El Largo".
48. PACO RODRÍGUEZ
Cuatro palabras han estado muy presentes en tu vida:
Amistad ,Trabajo, amor al Pozo y Familia
Javier Gimeno
A MI AMIGO PACO
En septiembre de 1969 me destinaron como Maestro a Pozo Alcón y en el
1970 te conocí. Nuestro común amigo, Manolo del Barrio, te presentó como
“Paco, el de Joseillo”. Estabas en un tejado poniendo una antena, bajaste con
una agilidad y destreza que me sorprendió. Desde ese momento comenzó una
amistad que ha perdurado a pesar de la distancia y el tiempo.
Recuerdo los partidos de fútbol o los combates de Urtain que veíamos en
los bares, terminando después en tu casa, cenando los huevos fritos con patatas
que tu madre, con paciencia y cariño nos dejaba hechos.
También los viajes en el Seat segoviano a Granada a ver el fútbol, o
aquella noche en vela esperando el amanecer para pescar unas truchas en la
cola del pantano: parecía que iba a ser “coser y cantar” pero con la cucharilla
no entraban y tú decías: Déjame, que las cojo a mano….” ¡Cuantas veces
recordarías esta anécdota durante nuestros encuentros!...
En el 72 me marché de Pozo Alcón,
pero nos seguimos viendo: a veces bajaba
yo desde Madrid, o venías tú a los cursos
que te mandaba el banco y así continuamos
en contacto y siempre el Pozo por medio.
Hace unos años subiste a Molina con
tu mujer, Manolo y Maruja. Siempre
recordaré esos días. Después bajé yo al
Pozo y durante nuestros paseos mañaneros
me hablabas de tu tarea como juez, de tu
familia, de la iglesia, del proyecto de hacer
el camino de Santiago juntos que, por unas
cosas u otras, se nos quedó en “el camino”.
Luego comprabas el pan y a desayunar, y
por la tarde, nuestros chatos en Faustino.
Cuatro palabras han estado muy
presentes en tu vida: Amistad (muy
amigo de tus amigos), Trabajo (trabajador
infatigable y leal), amor al Pozo (siempre
en tu corazón) y Familia (Antonia, Fco. Javier ,Mª del Carmen, Mónica, José,
tus hermanos…). Sólo me queda darte las GRACIAS por haber sido mi amigo
y haber contribuido con esta amistad al amor que yo también tengo a Pozo
Alcón.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
49. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“siempre antepusiste el interés de los demás al tuyo propio”
Simón Torres Vela
Querido Paco:
Te escribo esta carta porque no tuve la oportunidad de despedirme
de ti. Te fuiste inesperada y rápidamente y cuando me enteré de tu
enfermedad y fui a verte al hospital de Baza, ya era tarde. Te encontré postrado
en una cama completamente sedado y no pudimos decirnos adiós.
Durante el tiempo que estuve allí me vinieron a la memoria muchos
recuerdos y vivencias compartidas contigo. Además de primos segundos, mi
padre se refería a ti como mi sobrino Paco el hijo de mi primo José, fuimos
amigos desde nuestra más tierna infancia.
Recordé nuestras correrías en la escuela, nuestra convivencia en aquel
campamento de verano de la OJE con 10 ó 12 años, nuestros primeros
escarceos amorosos en aquellos guateques de los años 60 que organizábamos
en nuestras casas, los partidos de fútbol en “La Higuerilla”, las fiestas de
Nochevieja….
Empezaste a trabajar muy joven, primero en el mundo de la televisión,
colocando las primeras antenas que poblaron los tejados de nuestras casas y
después en el Banco Hispano donde terminaste tu vida laboral. Recuerdo
cuando, estando yo estudiando, nos íbamos a Baza con mi hermano Santos y
me pagabais los gastos que yo no podía afrontar porque no tenía un sueldo
como vosotros.
Después sentamos la cabeza y tanto tú como yo encontramos nuestra media
naranja. Tú te pusiste novio con Antonia y yo con Amparo. Nos casamos en
septiembre de 1977 con una semana de diferencia, creo que tú te casaste el día
17 y yo el 24. Nos encontramos en el Puerto de la Cruz en Tenerife, donde los
dos pasamos nuestra luna de miel. Qué tiempos aquellos.
En estos últimos años nos veíamos menos al yo estar fuera de Pozo Alcón,
sin embargo, siempre que nos veíamos nos dábamos un abrazo que expresaba
el cariño y el afecto que nos teníamos.
Siempre fuiste una persona muy activa y después de tu jubilación has
llenado tu tiempo haciendo lo que mejor se te daba. Hacer el bien y ayudar a
los demás.
Como juez de paz, como colaborador desinteresado en la Parroquia, en
Cáritas o en las Hermandades de Semana Santa, siempre antepusiste el
interés de los demás al tuyo propio. Te has ido muy pronto pero con la
mochila repleta.
A Antonia y tus hijos le entregarán la medalla con tu nombramiento como
Hijo Predilecto de nuestro pueblo. Sin duda nadie mejor que tú para tener un
reconocimiento tan merecido. He tenido la suerte de conocerte y el privilegio
de contar con tu amistad. Gracias por todo lo que nos diste.
Hasta siempre querido amigo.
50. PACO RODRÍGUEZ
“Era la dedicación, el esfuerzo y la tenacidad para aprender
y sobre todo el comportamiento humano hacia los
compañeros y clientes”.
Santos Torres Vela
NECESITAMOS CON URGENCIA ”REVOLUCIONARIOS
DEL BIEN” QUE PREDIQUEN CON SU BUEN EJEMPLO
Hace prácticamente un año que nos dejaste para irte a la otra vida. En
el recuerdo quedan incontables años de convivencia desde la pronta edad
de los 7 años.
Tengo tantos recuerdos, que sería imposible resumir en una cuartilla
de papel la nostalgia de los momentos vividos: cuando fundamos con
otros la Asociación Juvenil el 68 o de los viajes realizados en el coche del
butano para ir a jugar al fútbol o viendo las películas en el cine de La Cruz
y sin olvidar los guateques de Navidad.
Donde más me impactó mi primo Paco fue durante 25 años que
trabajamos en la misma empresa. Era la dedicación, el esfuerzo y la
tenacidad para aprender y sobre todo el comportamiento humano
hacia los compañeros y clientes. Nunca se olvidaba de felicitar a todos
en Navidad. Muchos emigrantes recordaran a Paco el del Banco que les
mandaba mensualmente a Suiza los periódicos y revistas. Y así un montón
de anécdotas. Su recuerdo nos servirá de motivación para esforzarnos por
cambiar lo que va mal….. primero en nosotros y luego en la sociedad..
Considero que personas como “El Tito” tan comprometido con su pueblo
y sus gentes merecen que nos acordemos siempre de ellos.
Nunca te olvidaré. Nos veremos en la otra vida.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
51. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“Quisiera hablar contigo desde la lejanía y entablar
una pequeña conversación, en la que tú sólo escuches
y yo sea el ponente.”
Pepe Bustos
SABOR DE AMIGOS
CARTA A UN AMIGO QUE SE FUE
Mi querido y recordado
“TITO”: Lo lamento, no pude
mandarte esta carta antes,
acabo de releerla y siento una
necesidad inmensa de
enviártela, con el afán de que
sepas cuanto he sentido tu
partida. Eras seductor,
conversador rutilante, culto,
apasionado, nada
intransigente, si moderado,
trabajador empedernido…
Quisiera hablar contigo desde la lejanía y entablar una pequeña
conversación, en la que tú sólo escuches y yo sea el ponente. Estoy
seguro estarás de acuerdo, púes no sabrías decir que no. ¡Verdad que
recuerdas aquellos momentos que te voy a comentar! Pienso cuando venias
a Granada, las cervezas que nos bebíamos con tu hermano, la circuncisión,
las jornadas de reparto de butano con la famosa Tempo, cuando apenas
había bicicletas y tú eras un delfín en el manejo de ellas (aquellas subidas a
la caseta de la Julia), el manejo que tenías en la colocación de antenas , tu
famoso “picante”, me contabas que hasta en las reuniones con el Banco a la
hora de comer llevabas en el bolsillo de la chaqueta esa “guindilla” que
adorabas…..¡ Seguro que si lo recuerdas!.
Bueno…., dejo de escribirte, púes se acerca la hora de la salida del
“Gran Pan de Mirasoles” (Sol). Aunque, sí te quiero decir: Gracias, por los
momentos que compartimos y mil gracias más; tu vida fue corta, pero tu
recuerdo permanecerá en mi para siempre.
Adiós amigo, cuídate donde estés, fuiste una persona sencilla, muy
sencilla y además un hombre bueno.
Hasta siempre.
52. PACO RODRÍGUEZ
“Especialmente emotivo y entrañable...”
Pepe Balaguer
¿Qué decir de Paco?
Son tantas las vivencias compartidas, que de pronto se
agrupan todas en mi mente.
Tuve la suerte de conocerlo desde niño y al vivir nuestras
familias en casas colindantes, desarrollamos las diversas etapas de la
vida en una gran unión. Cuántos juegos, cuántos buenos ratos,
primeros coches, viajes, amigos…Nuestros trabajos en Pozo Alcón,
fue una gran suerte trabajar en el mismo lugar para que siguiera
nuestra amistad.
No olvidaré cuando llegado el momento de las
prejubilaciones me decía:-¿qué voy a hacer yo ahora? Aún me siento
útil.
Yo intentaba convencerle de que se adaptaría a esa nueva
vida, pero Paco era distinto, no se dio por vencido y pronto
empezaron nuevas actividades. Por un lado el Juzgado de Paz donde
encontró la oportunidad de desarrollar sus aptitudes y conocimiento
del pueblo para realizar una gran labor. También la Iglesia, donde fue
un incansable colaborador siempre dispuesto a ayudar en cuanto se
le demandara.
Especialmente emotivo y entrañable, amigo de sus amigos,
dando todo por su mujer e hijos, llevando diariamente la alegría a su
madre.
He sido un privilegiado al tenerlo como compañero de ruta.
Su recuerdo vivirá siempre entre todos los que le conocimos.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
53. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“Un hombre de bien es una persona justa, sencilla,
prudente, honrada, veraz”.
María del Carmen Torres Vela
“Hagamos elogio de los hombres de bien” (Eclto 44, 1ª).
Me parece un buen comienzo para escribir sobre mi primo,
vecino y amigo Paco. Porque yo me pregunto, y ¿qué es un hombre de
bien? Ante esa pregunta, aparecen en mi mente y en mi corazón muchas
personas. Y una de ellas es Paco. Es verdad que el Señor se lo ha llevado
de entre nosotros prematuramente, pero la vida no consiste en cumplir
muchos años, en llegar a la ancianidad, sino en pasar por ella “haciendo
el bien”, en sembrar sin esperar recoger el fruto.
Un hombre de bien es una persona justa, sencilla, prudente,
honrada, veraz. Un hombre de bien hace favores a todos, sin mirar a
quien. Un hombre de bien no busca el aplauso, ni los primeros puestos,
ni salir en la foto, sino servir, ayudar, ser útil. “Porque si uno no vive
para servir, no sirve para vivir”.
Un hombre de bien es un buen padre, ¡ahí tenemos a sus hijos!,
es un buen esposo, ¡que lo diga Antoñita!, es un buen hijo ¡miremos a su
madre!, es un buen profesional, ¡hablemos con los que han ido al banco
o al juzgado de paz en su jubilación!. Un hombre de bien es Paco
porque, aunque se haya ido, nos ha dejado sus frutos y estará siempre en
la memoria colectiva de nuestro pueblo como un hombre bueno y
sencillo. Me gusta terminar con estos versos de Antonio Machado:
“Y más que un hombre
al uso que sabe su doctrina
soy, en el buen sentido de la palabra
bueno”.
54. PACO RODRÍGUEZ
“Te recuerdo como una persona que siempre
estaba dispuesta para todo...”
Andrés Iruela Moreno
Amigo Paco, unas palabras para decirte; desde que te fuiste, no pasa
un día ni una noche en la que no me acuerde de ti y de tu familia.
Te recuerdo como una
persona que siempre estaba
dispuesta para todo; no sabías
decir que no. El último trabajo que
hicimos juntos fue el Belén del
2013, con nuestros amigos José
Lara Moreno y José María Pérez
Vico.
Dejaste un vacío muy grande
en nuestra Parroquia. Pienso que
estás en un sitio bueno; tú te
mereces todo lo mejor: pide por
nosotros a ver si algún día
podemos llegar a imitarte.
Paco, como tú sabes yo voy
a Misa los sábados, pero desde
que te fuiste no sé por qué miro
donde habitualmente se sienta tu
madre e imagino verte a su lado,
como siempre.
Paco, recuerdo cuando estabas en el Banco, atendías a todas las
personas por igual, con una sonrisa siempre en los labios.
Tu último trabajo ha sido como Juez de Paz y el pueblo te recuerda
como una persona muy sencilla y muy amable. También has llevado
muchísimo trabajo en la parroquia; te echamos mucho en falta y te pido
ruegues por todos nosotros, en especial por mí, lo necesito. Y sin más, tu
hermano en CRISTO.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
55. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“Pronto descubriste que la felicidad no está en las
cosas que se hacen, sino en el cómo se hacen”
Nolasco Monge García
Con la distancia, los contornos de las cosas se suavizan y sus
colores se difuminan perdiendo un poco de realidad. Sin embargo, nadie
pretende ver un paisaje introduciéndose en el mismo porque no lo podría
captar en su grandeza, porque lo que ganaría en detalles, lo perdería en
el conjunto. Con esa distancia, te veo conviviendo en esos periodos de la
vida en los que valores como la amistad, la generosidad, la sinceridad…
tienen tanta importancia para el desarrollo de la futura personalidad. No
puedo olvidar como con tu balón (que entonces había poquísimos y con
tu bicicleta (que entonces eran rarísimas) pasábamos las horas en la
calle, que era nuestro colegio. Después, con el paso del tiempo, cuando
surgen otros intereses y otros deseos, vivimos otra etapa maravillosa en
el seno de aquella extraordinaria pandilla que tuvimos la suerte de
formar.
Y de ahí, y a
muchísima
velocidad, la mayoría
de edad, nuevas
amistades, trabajo,
familia…, etapas
lógicas que hacen
que cada uno ocupe
el lugar que la vida
tiene reservado.
Pronto descubriste
que la felicidad no
está en las cosas que
se hacen, sino en el
cómo se hacen y que la mejor manera de hacerlas, es viviendo
dedicado a los demás, prestándose siempre, ayudando siempre,
sonriendo siempre… haciendo tuyo el dicho “sonríe siempre que puedas
porque nunca se sabe a quién vas a enamorar con tu sonrisa” Te has ido,
pero has dejada sembrada una buena semilla. ¡Ojalá dé buen fruto y lo
que es más importante, sepamos recogerlo!
56. PACO RODRÍGUEZ
“Quiero pensar, que la muerte de mi amigo Paco, es un mal
sueño, del que quiero despertar”.
Sebastián Crespo
Mezcua
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros
que luchan un año y son mejores. Pero hay los que luchan toda una vida,
bajo el prisma de la bondad y la honestidad, esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht
Paco era de estos últimos. Paco era imprescindible.
Humildad, cercanía, espíritu de sacrificio, poco amigo de la
notoriedad, entregado por completo a su familia, a sus amigos, a su
Parroquia y comprometido activamente con la Solidaridad. Así era él.
Creo estar viviendo un mal sueño desde aquel 2 de febrero de
2014. Aún creo que algún día lo volveré a ver, doblando la esquina de mi
casa, camino de su paseo diario. Paseo, que muchas
veces hemos hecho juntos. Era un buen
conversador. El paseo con él, se hacía corto y
ameno. De nuestras conversaciones se deducía la
tremenda sensibilidad de la que hacía gala en su actividad diaria en el
juzgado; su mujer y sus hijos eran su gran pasión y el bienestar de los
mismos su objetivo prioritario.
En una ocasión, hablando de la cantidad de tiempo que dedicaba a
su Parroquia, y relacionada con ella a actividades solidarias, yo le
comentaba: ¿cuándo sacas tiempo para ti?, me contestó que disfrutaba
haciendo lo que hacía y que además lo hacía sin esperar nada a cambio.
Creo que le ponía cara y le daba pleno sentido a esta frase de Jacinto
Benavente: “La alegría de hacer el bien está en sembrar, no en recoger”.
Mi amigo Paco se merecía este homenaje en vida. El mejor
homenaje que podemos tributarle ya, es que permanezca en nuestra
memoria y que cojamos el testigo de sus valores. Estés donde estés, recibe
este abrazo de tu amigo….. Sebas.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
57. PACO RODRÍGUEZ
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S
“Tu sombra es alargada, ya te digo, tiene la misma
longitud que la distancia que hay entre La Tierra y El Cielo”.
Juan Francisco Andrade Bellido
TU SOMBRA
Hay una sombra muy larga, que a veces nos persigue por la plaza: una
sombra de alguien que lleva una carpeta. Y yo la reconozco a poco que me
fije, pues, si te soy sincero. no he dejado de verla nunca realmente.
Mi mayor recuerdo de tu vida es esa sombra persistente y afanosa,
caminando aprisa y sin descanso, como si te faltase tiempo para todo. He
seguido tu rastro muchas veces, creyendo que algún día te vería, y es verdad
que no te he visto, pero he divisado tu sombra en los caminos y cruzando de
tu casa hasta la iglesia. Tu sombra es alargada., ya te digo, tiene la misma
longitud que la distancia que hay entre La Tierra y El Cielo.
Imagino que ahora estás muy ocupado, pues siempre lo estuviste y
supongo que siempre lo estarás. Es el destino de los hombres y mujeres que
nacieron para ayudar a los demás. Pero algún dio, tómate unas cortas
vacaciones y baja por aquí para que hablemos de esas cosas que dejamos de
decirnos. Tú me contarás qué gente está contigo, además de los que todos
conocemos, y quizá me sorprendas. Yo te contaré que hay más luz en la
Tierra, desde que llevas las cuentas del Cielo. Y tú sonreirás al escucharme,
entre modesto y complacido, y me dirás seguramente: "Hago lo que puedo,
pero es que había aquí tanto desorden... ". Y yo te responderé que lo sabía,
que era cuestión de tiempo que te dieran una copia de las llaves. Y, sin dejar
de sonreír, tú me comentarás que es demasiado grande El Cielo para llevarlo
sólo una persona y que pronto tendrás que buscar un ayudante. Y te marcharás
sabiendo lo difícil que es hacer lo que tú haces, ese hermoso cometido que te
han dado. Porque restar la claridad de donde sobra para proporcionársela a los
que están faltos de ella, es una misión reservada a los ángeles del cielo. Pero
debes sentirte orgulloso porque es tanta la necesidad de luz en este mundo,
como ele sonrisas. Por eso, cuando las nubes desaparecen a velocidad de
vértigo, esas nubes que no producen lluvia sino oscuridad, también sé que
eres tú quien las aparta a manotazos para que se ilumine cada lugar que
albergue a alguien que sufra. Para que se llenen de luz los hospitales y las
cuevas, las iglesias y las chabolas. No dejes de caminar mientras sonríes. Ya
sé que tienes poco tiempo y mucho trabajo, pero busca un momento en el día
para ejercitar las piernas. Y aunque no camines, sé que, sonriendo de esa
manera tan raya, cuando el sol esté en lo más alto, veremos tu inconfundible
sombra sobre la plaza, porque siempre estarás sobre nosotros.
58. PACO RODRÍGUEZ
“...todos sabéis con qué sencillez y con qué
encanto ha trabajado en todos sitios...”
Antonio Jurado
A MI BUEN AMIGO PACO RODRIGUEZ: UN HOMBRE BUENO
Desde que me propusieron colaborar en el merecido homenaje que se le
va a ofrecer en Pozo Alcón a un muy buen amigo mío, mediante la edición de
un libro, pensé en las distintas épocas de mi vida en las que me relacioné con
él, y en su constante y variada actividad con la comunidad, pues todos conocen
cómo ha sido de relevante la presencia de Paco en la Iglesia, en su trabajo en el
Banco, en las hermandades, en el juzgado, etc. Y todos sabéis con qué
sencillez y con qué encanto ha trabajado en todos sitios.
Respecto a mis anécdotas personales, recuerdo que a mi me gustaba
juntarme con gente mayor porque me sentía protegido y cómodo. Con especial
cariño recuerdo una en concreto:
yo no había cumplido aún la
mayoría de edad, citando fuimos
un día a Baza, a la discoteca Las
Conchas. Aparte de mi, iban
Paco, El Largo, Javier y alguno
más que ya no recuerdo, dado el
tiempo transcurrido. No me
dejaban entrar en la discoteca y
entonces Paco se plantó delante
de los porteros y les dijo que si no veían el "peazo de tío" que era yo, que si no
se daban cuenta de lo alto que era, mucho más grande que él, y de que casi
tenía su edad. Todo esto lo dijo con su peculiar sencillez y simpatía, de modo
que los convenció y me dejaron entrar, lo que fue para mi una gran alegría,
pues era la primera vez que entraba en una discoteca tan famosa en la comarca.
Ya mayor, recuerdo otra anécdota de una vez que fuimos en su mercedes
a Jaén al fútbol con su hermano Pepe, y antes de ver el partido, fuimos a
Carchelejo a dejar unos muebles y cosas que nos encamó su mujer. Antoñita.
Después de vuelta del viaje, llegamos al bar Centro su hermano Pepe, él y yo, y
nos tomamos unas cervezas y unas tapas. No olvidaré con la gracia con qué
decía que habíamos estado más tiempo en el bar cerca de nuestras casas, que en
el trayecto de Pozo a Jaén, ida y vuelta.
DESCANSA EN PAZ, TE LO MERECES (LA FAMILIA JURADO)
PD: Mi madre también recuerda que pasaba por su puerta cuando iba a lo de
su madre por la noche, en una época en la que yo me encontraba trabajando fuera y
le decía: "si algo necesitas; ya sabes dónde estoy". Y si tenía basura, se la tiraba.
S
E
M
B
L
A
N
Z
A
S