1. Algunas reflexiones sobre el Islam
Observa la foto de una mezquita verde y blanco que ha sido recién pintada. ¿Es esto
en África, India, o el Medio Oriente? No, en absoluto. Está en el país sudamericano
de Guyana.
Me desperté, salté de la cama, me puse las sandalias y salí a dar un paseo con el
sonido de muchas aves que se hallaban en los árboles de jacaranda de New
Amsterdam, Guyana, en la ciudad holandesa en la costa norte de América del Sur.
Con tantas personas que ya estaban afuera, al amanecer del día, me puse a buscar
un lugar tranquilo para orar. La mezquita - ¿por qué no? En Costa Rica a menudo
encontré refugio en las grandes iglesias de San José y de Cartago, siempre
tranquilas, siempre abiertas al público.
Aquí no me decepcioné tampoco. Sólo la parte principal de la mezquita estaba
cerrada, así que fui hasta una empinada escalera de caracol que me llevaba al
segundo balcón de su único minarete. Era la posada del muecín. Y allí, con una
preciosa vista de la ciudad, salpicada de plantas de plátanos, flamboyanes y
cocoteros a lo largo del río Berbice (justo abajo de lo que había sido la comunidad
morava de Pilgerhut) me puse a orar el Kyrie Eleison hasta que un sonido lejano y
muy por debajo, en el patio, me llamó la atención.
Un joven con una bicicleta se quedó allí con el ceño fruncido hacia mí. “¿Qué
quieres? " -gritó-.
Bajando las escaleras de dos en dos, pronto me encontré cara a cara con Shan
Mohammed Abdul Razack , un indio del este , de diecinueve años , que se presentó
como el Imán asistente . Cortante al principio, rápidamente se ablandó cuando le
dije que había estado orando. “Vamos adentro, y te diré acerca de la oración ", me
dijo, sacando un manojo de llaves.
Durante los siguientes 45 minutos, Shan Mohammed y yo no sólo recorrimos cada
rincón de la mezquita, arriba y abajo, sino que muy pronto nos hicimos amigos.
Interesado en aprender español, me pidió que le ayudara con su última lección,
mientras él me contaba todo acerca de su reciente viaje a la Meca y acerca del curso
de formación que había hecho en Medina, en Arabia Saudita. "Pagan nuestro viaje
", me dijo, "y nos tratan muy bien. "
Típico de Guyana, Shan Mohammed me contó que su padre era hindú y que su
madre era de la Iglesia de Cristo. Había intentado ser parte de ambas religiones (en
tiempos distintos), pero sin éxito alguno, y ahora él estaba lleno de Islam, una
palabra que significa paz (de S-L-M, pronunciada Salaam en árabe o Shalom en
hebreo), es decir, de la paz verdadera a través de la sumisión a Dios.
2. Interesante, me dije a mí mismo. ¿La gente islámica es realmente un modelo de
paz? Y luego, ¿qué podemos decir de los cristianos, los supuestos seguidores de
Jesús, el Príncipe de Paz?
Esta imagen, por ejemplo, no es de otra iglesia destruida por los terroristas
islámicos. Muestra las ruinas de una de las tres mezquitas en Yelwa , Nigeria, que
fueron quemadas por milicias cristianas de la región, con el torso desnudo, pintado
con carbón, en un saqueo de 24 horas, violando y matando a diestra y siniestra.
Doscientos cincuenta víctimas musulmanas enterrados en una fosa común, y
cientos de desaparecidos. Bueno, quizás eso fue sólo un hecho aislad, ¿algo que sólo
ocurre en África? Ojalá fuera así.
Desde el nacimiento del Islam, 600 años después de Cristo, los musulmanes (los
que andan en el camino islámico) han permanecido bajo ataque casi constante de
parte de los cristianos del norte de Europa y, más recientemente, de Estados
Unidos. Cientos de miles de personas - y por ahora, millones - de soldados
cristianos, empezando con las Cruzadas y la Reconquista de España en la Edad
Media, hasta el ataque de EUA contra Afganistán e Irak, se han manifestado en
contra de los países islámicos en el norte de África y en el Medio Oriente. No ha
pasado ni un solo día en los últimos veinte años sin que haya soldados cristianos
que conocen la Biblia y que cargan una, que le apunten con ametralladoras a las
mujeres y a los niños musulmanes, volando por encima en aviones militares,
poniendo sus tanques y hummers en aldeas aterrorizadas, con pistolas apuntando
todas direcciones, o bombardeando ciudades islámicas por la noche, poniéndolas
en llamas.
¿Terrorismo cristiano?
Los musulmanes con mucha razón hablan del terrorismo cristiano, la infiltración
cristiana, y la determinación cristiana de destruir todo lo que ellos creen y
defienden.
Imagina a las tropas islámicas entrando en Pennsylvania o en Wisconsin, para
hacer lo que las tropas estadounidenses están haciendo en Pakistán hoy.
Durante más de mil años, los musulmanes sólo nos han pagado con la misma
moneda - y eso, durante las últimas décadas, en intentos enormemente reducidos,
casi patéticos, de alejar a las fuerzas mucho más poderosas y destructivas del
Occidente cristiano. Un mundo cristiano que ataca no solamente con bombas,
tanques y aviones de combate (además de la constante amenaza de armas de
destrucción masiva, como por ejemplo la guerra nuclear) , sino que también ataca a
través de las películas, las modas, la música, y los valores tan degradados de la
sociedad occidental corrupta hasta la médula .
3. Tristemente, aquí no estoy hablando de los católicos romanos de la época medieval,
ni tampoco estoy hablando siquiera de puros "cristianos nominales" solamente.
He pasado casi siete de los últimos cincuenta años, en los Estados Unidos de
América. ¿Qué es lo que vi? Vi terroristas cristianos " nacidos de nuevo " a la
derecha, a la izquierda, y a donde mirara. Vi iglesias evangélicas que enarbolen el
pabellón exactamente con la misma bandera que aparece en los aviones F-16 de
batalla, junto con los estandartes "Apoyamos a nuestras tropas " y " Dios bendiga a
los Estados Unidos " pegados en coches y en todos lados. Vi gente común, gente
agradable y amigable, temerosa de Dios, agricultores, amas de casa y empresarios,
diciendo: " Oremos por nuestras tropas," aplaudiendo la guerra, enviando a sus
hijos a la batalla, tan llenos de fanatismo, propaganda y paranoia antimusulmanes, que me recuerdan el espíritu de mi abuelo de: " ¡Abajo los hunos.”
Un buen hombre que visitaba a menudo a nuestra comunidad Elmendorf en
Estados Unidos, anciano de una iglesia pentecostal en Iowa, llegó un día con fotos
de su hijo , que servía en Irak como soldado. ¿Nos mostró una foto de soldados con
sus gorras sonriendo para una foto grupal? No esta vez. Nos mostró una foto de
soldados estadounidenses vestidos en camuflaje apuntando con sus armas hacia un
joven iraquí herido, de rodillas con los ojos vendados, levantando sus manos,
deshilachadas, chorreando sangre. “Sólo estaban teniendo un poco de diversión
con uno de los cautivos", se rió el anciano pentecostal.
¿Por qué los musulmanes se sienten agraviados por los cristianos?
Vivimos al lado del país más poblado del mundo musulmán, a saber, Indonesia, y
trabajamos con inmigrantes musulmanes en todo momento. Se han convertido en
grandes amigos de nosotros, pero sí, también hemos visto (y nos hemos
estremecido ante) las fotos de cristianos sin cabeza arrastrados por las calles de ese
país, así como de cristianos recibiendo patadas, siendo torturados, y siendo
asesinados en Indonesia y en otros países musulmanes. Atrocidades casi tan malas
como las cometidos por los reyes "cristianos" de la Inglaterra medieval. También
hemos visto las fotos de Al Ghraib, la tortura en las bases militares de Estados
Unidos, y Susan y yo vivimos durante veinte años en América Latina, saturados con
los horrores de Fort Benning.
“Los que tomen la espada, " dijo Jesús, " por la espada perecerán. " Los cristianos,
en Indonesia (Sumatra), siguen saliendo en las noticias por protestar contra las
leyes que quieren mantener a las mujeres musulmanas usando vestidos y velos.
Insisten en que es inconstitucional y que atenta contra los derechos de las mujeres.
La mayoría de las mujeres cristianas (a las cuales dichas leyes no se aplican), visten
con pantalones cortos, se ponen en maquillaje, y se cortan el pelo. Los hombres
cristianos, incluyendo hasta a pastores, con frecuencia tienen el cabello largo, y las
4. iglesias cristianas en Indonesia son conocidas por tocar y cantar música pop o rock
(todo esto se puede ver en directo a través de Internet), identificándose claramente
con la escena religiosa norteamericana. Portar armas, la defensa propia, y servir en
el ejército, para los cristianos indonesios no está mal. De hecho, ellos ven al ejército
estadounidense, y al movimiento feminista occidental, como mensajeros de
liberación. Y, gracias a su teología evangélica, ven el triunfo militar final del estado
de Israel como una parte central del plan de Dios para la raza humana.
¿Todavía te es de extrañar que los musulmanes ataquen?
Cuanto más escucho las historias de tipo de La-Voz-de-los-Mártires en tierras
musulmanas, más sospecho de todo esto. Le disparan a una señora cristiana en
Somalia por negarse a llevar el velo. Atacan a soldados cristianos en Afganistán por
pasar Biblias. Mmm. Todo esto suena más como una repetición del libro de los
mártires de Foxe - personas que mueren en conflictos político-religiosos, no tanto
por lo que creen, sino por el lado de la lucha que han decidido apoyar .
Cualquier conflicto que demoniza a sus opositores, convirtiéndolos en monstruos
temibles, para impulsar el apoyo en contra de ellos, o para encender el fervor
misionero, es un conflicto en el que los verdaderos seguidores de Jesús no pueden
tomar parte. Sí, la Buena Nueva de Jesús debe llegar a las tierras musulmanas.
Pero nunca jamás va a lograr lo correcto, en barras y estrellas.
Hacer causa común con los evangélicos estadounidenses para llegar al mundo
musulmán es como llevar esvásticas para alcanzar a los judíos, o como tocar música
rock para atraer a los amish. ¿A quién vas a obtener? Muchas de las misiones
modernas (sin importar todas las historias de milagros y de visiones que se narran
en torno a ellas) prosperan debido a su atractivo para las mujeres musulmanas muy
deseosas de deshacerse de sus velos, ponerse pantalones vaqueros, y lograr la
igualdad con sus esposos, o para los jóvenes musulmanes adictos a I-pods ,
teléfonos móviles y estrellas de Hollywood .
El trabajo misionero en medio de la lucha político-religioso y social se convierte
fácilmente en una cuestión menos que honorable de cambiar de bando. Las
personas que trabajan fuera de ambos bandos tienen más que ofrecer. Jesús,
siempre y únicamente ofrece la cruz.
Mi amigo musulmán, Issam
Los aterradores musulmanes. Los terroristas musulmanes - la mayor amenaza
(debido a su alta tasa de natalidad) para Europa y América. Como algunos de
ustedes me cuentan sobre esto, tengo que hablarles de mi amigo Issam.
5. Issam subió a mi autobús en Copenhague, Dinamarca. Tenía cabellos blancos, no
hablaba inglés ni cualquier otro idioma escandinavo, y tenía un problema. Llevaba
muchas bolsas y cajas, a bordo de un autobús casi lleno, y descubrió que su asiento
asignado ya había sido tomado. Él sacó su boleto, comprobó el número, señaló y
gesticuló. Pero el corpulento sueco que había tomado su asiento se limitó a mirar
por la ventana y no le hizo caso.
Issam , desorientado , y con el bus ya empezando a moverse, parecía a punto de
llorar . En lugar de tratar de explicar, simplemente le dejé mi asiento, le indiqué
que lo tomara y encontré espacio en otro lugar. Me dio las gracias efusivamente, en
el idioma que hablaba.
Más tarde, después de cambiar de autobuses en Bremen, Alemania, Issam y yo nos
encontramos juntos en un gran autobús de Elblag (Elbing , Westpreussen) con
rumbo a Amsterdam. Después de hurgar en sus bolsas, poniendo en orden algunas
cosas, Issam se inclinó y me hizo señas para que me uniera a él.
En su muy limitado holandés y con gestos de la mano, me dijo que venía de Bagdad
en Irak. Su vida como profesional (no conseguí ver en qué) se había derrumbado en
la guerra. Pero aquí, en la tenue luz de un autobús polaco, avanzando a lo largo de
la autopista, a las diez y media de la noche, el viejo Issam estaba de vuelta en un
mundo que conocía. El mundo de la amable hospitalidad islámica. Yo no lo podía
creer
De sus bolsas Issam había sacado una tetera de plata y un termo, con té caliente,
muy dulce. Me sirvió una taza con el estilo de un camarero en la Rue de Rivoli . A
continuación, en un paño, expuso grandes piezas planas de pan redondo, un poco
como las tortillas que comimos en Sinaloa. Khubz , lo llamó , y lo escribió con una
mano temblorosa , en mi libreta. Con eso sirvió carne caliente, picante y muy
buena. A eso le llamó Kabab , y cuando vio que me gustó, me siguió ofreciendo más
y más.
Me sentía preocupado. Esta era obviamente la comida del anciano para el viaje. Me
dijo que su esposa estaba todavía en Bagdad, y que estaba trabajando en lo que
pudo en Amsterdam, donde algunos de sus hijos vivían. Pero insistió en ofrecerme
de su alimento. Teniendo una sola naranja, la partió y me dio una generosa mitad.
Hablamos de Bagdad y de Simbad el Marino. De Khalil Ghibran y Nasruddin, de
Dios, de Jesús y de la vida en paz. Hasta que llegamos a la estación de Amstel en
Amsterdam y tuvimos que desearnos las buenas noches; el viejo Issam y yo tuvimos
un gran tiempo juntos.
Una mayor amenaza para el cristianismo
6. No, amigos, no veo a la "amenaza musulmana ", como a la cosa más grande por la
que tengamos que preocuparnos en nuestro tiempo. (Una amenaza de ingeniería,
altamente politizada con nada más que las motivaciones económicas.) En todo
caso, veo a la sociedad occidental como una amenaza mucho mayor para el Islam
que lo que el Islam es para nosotros. Nuestro mayor peligro viene de adentro. El
peligro de perder todo lo que nos queda de valor en el aplastante anonimato sin
sentido de la moda de un solo mundo, la música de un solo mundo, el pensamiento
de un solo mundo y de la vida y las metas de un solo mundo.
Sí, el mundo musulmán que maneja armas necesita a Jesús. Sin embargo, el
mundo pentecostal y el mundo bautista que maneja armas lo necesita de igual
manera. O quizás más.
¿No deberían las personas que profesan el nombre de Cristo ser de los primeros
que lo siguieran en el paraíso de verdadera Shalom / Salaam (paz) del corazón que
viene por medio de la fe y la sumisión a Dios?
Islam. Hace mucho tiempo nos enteramos de lo que significa. Y ni Mahoma ni Billy
Graham nos van a llevar allí.
-Peter Hoover