1. TU TIEMPO EN EL TEMPLO
MAYR BAZURDO G.
AREA: RELIGIÓN
GRADO SEXTO
2. LA VOLUNTAD DE DIOS
A que llamamos la voluntad de Dios?
Las circunstancias y condiciones imperantes no son
siempre un factor ni un elemento decisivo al buscar
la voluntad de Dios, pero a veces sí son un indicio.
¡Muchas veces es así como Dios nos lleva a hacer
ciertas cosas: cierra unas puertas y abre otras! Por lo
tanto, es prudente preguntarse: ¿En qué dirección
parece Dios moverse? ¿Dónde se abren
oportunidades para servirle? ¿En qué sentido parece
Dios suministrarnos las facilidades y los medios?
3. Si Dios señala un camino, da los medios para llegar a
destino. ¡Y cuando abre ciertas puertas, es porque señala
en esa dirección! Él no abre puertas por las que no quiere
que entres. Dios crea determinadas situaciones
especiales que son oportunidades de oro. ¡No defraudes
a Dios dejando escapar esas oportunidades que Él te da,
esas puertas que Él te abre! ¡En tanto Dios te bendiga,
haga que lleves fruto y que seas una bendición para los
demás, sigue adelante! ¡Entra por esas puertas y
aprovecha las oportunidades de oro!
¡Señor, guíanos y condúcenos según lo que Tú sepas
que es mejor! ¡Sabemos que si seguimos Tus
indicaciones y hacemos Tu voluntad, Señor, Tú abrirás las
puertas, nos ayudarás y todo saldrá como Tú quieras!
4. COMPARTIR Y CARIDAD
No hace falta ser millonario para dar de lo que
se tiene. No hay un solo hijo de Dios que no
esté en condiciones de dar algo para ayudar a
personas menos favorecidas. Aunque te
parezca que no te lo puedes permitir, o aunque
no puedas dar mucho al principio, ten presente
que Dios bendice a los dadivosos. Si no eres
rico, con mayor razón deberías practicar la
generosidad: así Dios podrá bendecirte y
multiplicar lo que tienes.
6. La economía de Dios y la del mundo se rigen por
principios contrarios. En el mundo, lo normal es
pensar: «Cuando tenga millones, entonces
comenzaré a dar». El Señor, en cambio, nos
exhorta: «Comienza dando lo que tienes ahora,
que Yo te daré más». El hombre dice: «Yo
primero. La primera ley de la naturaleza es el
instinto de conservación». Por contraste, Dios
dice: «Preocúpate primero de Mí y de los Míos, y
Yo cuidaré de ti»1. La persona que da nunca es
pobre. El que reparte con generosidad aunque
tenga bien poco no puede ser pobre, pues Dios lo
bendice con mucho más.
1.Mateo 6:33
7. CONSEJOS PARA HOY
Claves para la buena comunicación
Keith Phillips
La buena comunicación depende de unos pocos principios cardinales.
Si aprendemos a aplicarlos, tenemos grandes posibilidades de labrar
relaciones felices y productivas.
Sinceridad. Para empezar una relación con buen pie hay que ser
sincero y franco.
Tacto. Aunque es imperativo ser sincero, también es importante
expresarse con gentileza y consideración, sobre todo con personas
susceptibles y cuando se traten temas delicados.
Sabiduría. La sabiduría nos enseña a tener tacto. Las páginas de la
Biblia contienen gran cantidad de consejos prudentes aplicables a la
vida cotidiana. También es posible imbuirse de sabiduría para hacer
frente a las situaciones particulares que uno vive pidiéndosela a Dios.
La Biblia promete que nos será concedida1, pero tenemos que
pedírsela.
8. Amor. Puede que no hagamos ni digamos todo
a la perfección; pero si los demás ven que
estamos motivados por el amor, los enredos o
malentendidos de poca monta no pasan a
mayores.
Oración. Hay veces en que rezar con una
persona sobre una situación que la afecta a ella
y también a ti es lo mejor que se puede hacer
para llegar a un buen entendimiento.
Optimismo. Un carácter optimista suele
suscitar reacciones igualmente positivas.
9. Sentido de la oportunidad. Tan importante como saber
qué decir es saber elegir el momento para decirlo, y
reconocer también cuándo conviene quedarse callado.
Mostrarse accesible. El diccionario define a una persona
accesible como «de fácil acceso o trato; abordable;
afable». Si alguien sabe que te tomarás la molestia de
escucharlo, puedes tener la certeza de que te has ganado
su amistad.
Prestar atención. Es recomendable que escuches lo que
te quieren decir los demás sin interrumpirlos, ni apurarlos,
ni terminar las frases por ellos. Escuchar con atención es
la mejor manera de fomentar un diálogo constructivo.
10. Amplitud de miras. Las opiniones de las personas y
su forma de abordar los problemas son tan diversas
como las mismas personas. Permitir que la otra parte
exprese lo que piensa y lo que siente manifiesta
respeto y propicia intercambios fructíferos y positivos.
La gente se sentirá mucho más cómoda con nosotros
y acudirá a pedirnos consejo si sabe que la
escucharemos con una actitud abierta, aunque no
siempre coincidamos con sus puntos de vista.
Empatía. Debemos ser sensibles a lo que complace
o desagrada a los demás, a sus necesidades y
estados de ánimo. Pongámonos en el lugar del otro.
Sigamos la Regla de Oro2
11. Sentido del humor. Unas cuantas risas pueden resultar muy
oportunas para evitar que un intercambio de difícil pronóstico se
torne demasiado intenso. Mejor no tomarse las cosas a la
tremenda.
Claridad. Habría menos malentendidos entre las personas si
estas no se anduvieran con tantos rodeos y no recurrieran a
tantas insinuaciones. Es mejor decir las cosas sin ambages que
dejar intrigado al interlocutor. Si no estamos seguros de que nos
entendió, mejor preguntárselo.
Esfuerzo. A veces cuesta comunicarse; no hay vuelta que darle.
Constancia. Las personas que se comunican con frecuencia se
entienden mejor y tienen mayores probabilidades de resolver sus
diferencias en cuanto surgen. ■
Santiago 1:5
Mateo 7:12