1. PEREGRINACIÓN A SAN JUAN DE ÁVILA – ALMODOVAR DEL CAMPO
¿Qué es un Jubileo?
Un Jubileo o Año Santo es un tiempo en el que la Iglesia se introduce en un proceso de
carácter espiritual y pastoral, vivido personal y comunitariamente, encaminado a renovar su fe y su
misión por medio de la conversión a Cristo.
Sería conveniente iniciar un proceso de revisión de vida y de discernimiento espiritual ayudados por
la meditación del Evangelio de cada día; intensificar el tiempo de la oración personal; ofrecernos a
colaborar en las tareas pastorales de nuestras comunidades; realizar el gesto de desprendernos de las
cosas y de los gastos superfluos; y comprometernos a compartir nuestro tiempo y nuestros bienes en
beneficio de tantos hermanos necesitados: ancianos; enfermos; personas que sufren; familias que
pasan necesidad...
Peregrinar hasta la tierra natal de san Juan de Ávila
Además de las propuestas que acabamos de ofrecer, uno de los elementos que configuran
nuestro Año Santo es la acción de peregrinar hasta la Almodóvar del Campo, tierra natal de san
Juan de Ávila. El hecho de peregrinar es una invitación a salir de nosotros mismos y a caminar
hacia un nuevo encuentro con Jesucristo, con la Iglesia y con el mundo, animados por la convicción
de que sólo en el encuentro con el Señor y con los hermanos somos capaces de purificar nuestra fe y
nuestro testimonio.
¿Qué es la indulgencia plenaria?
El deseo de recibir la gracia de la conversión en este Año Jubilar, encuentra uno de sus
dones en la Indulgencia Plenaria dispensada por el Vicario de Cristo. Esta gracia extraordinaria nos
asegura la remisión total de nuestros pecados y de la huella negativa con que éstos gravan nuestra
vocación bautismal a reproducir la imagen de Cristo y ser sus testigos.
La indulgencia puede recibirse para uno mismo y también puede ofrecerse solidariamente por los
difuntos. El modo de acoger este don restaurador es celebrar la confesión sacramental (que puede
hacerse ocho días antes u ocho días después de participar en la Misa Jubilar); recibir la Comunión
Eucarística y orar por las intenciones del Papa.
BIOGRAFÍA DE SAN JUAN DE ÁVILA
Nace en Almodóvar del Campo el seis de
enero de 1499 o 1500. Es hijo único de Alonso Ávila y
Catalina Gijón. Una familia cristiana de buena posición
económica.
En 1513 se traslada a Salamanca para estudiar Leyes
en la Universidad. Permanece allí cuatro cursos. En
1517 abandona los estudios y regresa a casa de sus
padres, donde hace vida retirada y de oración durante
tres años. De esta forma, en 1520 marcha a la
Universidad de Alcalá, donde estudia Artes y
Teología, con el propósito de recibir la ordenación
sacerdotal. Aquí establece amistad con D. Pedro
Guerrero, futuro Arzobispo de Granada. Mueren sus
padres.
Es ordenado sacerdote en 1526 celebrando la primera Eucaristía en la parroquia de
Almodóvar del Campo. Durante la peregrinación, el visitante podrá orar justo en el lugar donde
estaba el altar, señalado ahora con un relieve de bronce. Para festejar su ordenación sacerdotal, Juan
de Ávila invitó a comer a doce pobres, vendió sus bienes, y los distribuyó entre los necesitados.
Después de esto, marchó a Sevilla con la intención de embarcarse hacia México con el primer
obispo de Tlaxcala.
2. Pero las cosas tampoco ahora serían como Juan las tenía pensadas, nunca llegaría a embarcar
para ir a América. El arzobispo de Sevilla, sorprendido por la fe del santo, le invita a evangelizar
Andalucía. Con el paso de los años sería llamado Apóstol de Andalucía.
Comenzó su ministerio con gran éxito en Écija, Lebrija y Alcalá de Guadaira. En 1530, en
Écija, se convirtió la joven Doña Sancha Carrillo, a quien dirigirá los escritos del Audi, filia.
Como no era extraño en la época, en 1531 es denunciado a la Inquisición, siendo encarcelado en
espera de juicio. El tiempo en prisión lo aprovechó para escribir la primera versión del Audi, Filia.
El 16 de junio de 1533 es absuelto de los cargos de los que le acusaban, predicando con éxito
notable ante los propios inquisidores en la Colegiata de El Salvador de Sevilla.
En 1534 se traslada a Córdoba, donde era Obispo fray Juan Álvarez de Toledo, O.P., y allí se
incardina y de donde sería para siempre sacerdote diocesano. Allí conoce a fray Luis de Granada,
con quien inició una profunda amistad.
Más tarde, en otoño de 1536, va a Granada, donde el arzobispo D. Gaspar de Ávalos le ofrece una
canonjía magistral que, como otros cargos de más importancia, san Juan de Ávila no aceptó.
El 20 de enero de 1537 predica en la ermita de San Sebastián, y convierte a Juan Ciudad (San
Juan de Dios), vendedor de libros y aventurero portugués. Un año después, también en Granada,
predica la Bula de la Cruzada. En las actas del Cabildo figura por primera vez con el título
de “Maestro”, grado que debió conseguir poco antes. También en Granada funda el Colegio,
después Seminario Conciliar, de San Carlos y, sin dejar la predicación ni la dirección espiritual,
interviene en la fundación de los colegios de Santa Catalina, de los Abades y de San Miguel.
Aquí san Juan de Ávila, junto al también manchego santo Tomás de Villanueva, es precursor
de los Seminarios, lugares para la formación de sacerdotes que se instituirían oficialmente años
más tarde, en el Concilio de Trento (1545-1563).
El 26 de mayo de 1539 predica en Granada en las honras fúnebres del cabildo a la Emperatriz
Isabel, esposa de Carlos V. Aquí tiene lugar la conversión del Marqués de Lombay (San
Francisco de Borja), que había llegado a Granada acompañando el cadáver de la Emperatriz.
El mismo año le otorgan poderes para la construcción de
un colegio en Baeza, que cinco años más tarde (1544)
vería la luz, convirtiéndose en una floreciente universidad.
Esta es la “gran obra” de Juan de Ávila.
En 1545 marcha a Montilla (Córdoba) llamado por la
marquesa de Priego para que atendiera espiritualmente a
sus hijos, los condes de Feria. Vivirá en una casa modesta,
rechazando los lujosos lugares que le ofrecían. Un año
después, los condes de Feria lo llaman a Zafra
(Badajoz). Predica allí la cuaresma y se dedica a misionar
en aquellas regiones extremeñas. De regreso a Montilla, se
encuentra en Palma del Río con fray Luis de Granada, su
gran amigo, que le insta a publicar el Audi, filia. Siempre
fiel y obediente a la Iglesia, prefiere esperar a conocer los
decretos tridentinos. A pesar de esto, la obra se publicará
en 1556 sin autorización de Juan de Ávila y será incluida
en el Índice de libros prohibidos. Finalmente, revisada,
verá la luz en 1574.
En 1550 pasa por Córdoba para agilizar la fundación del Colegio. Francisco de Borja entra en la
Compañía de Jesús, y Juan de Dios muere en Granada, aclamado como santo. San Ignacio desea
que el Maestro se haga jesuita, pero él continúa evangelizando como clérigo secular,
incardinado en la Diócesis de Córdoba. Este año funda el Colegio de San Nicasio en Priego
(Córdoba).
En 1551 comienzan sus enfermedades y no puede acompañar a D. Pedro Guerrero, Arzobispo de
Granada, que desea llevarle como teólogo suyo a la segunda sesión del concilio de Trento. Escribe
para él el primer Memorial de reforma, muy considerado en el concilio. Dos años más tarde logra,
al fin, la fundación del Estudio General de Córdoba. Además, lleva a cabo una gran misión
3. popular que, rebasando los límites de Andalucía, alcanza a localidades de La Mancha y
Extremadura.
En 1554 debido a su quebrantada salud, se retira definitivamente a Montilla. Lleva una vida
austera de oración, estudio, confesionario y predicación. Ultima algunas de sus obras e intercambia
abundante correspondencia epistolar. Mientras, siguen funcionando sus quince Colegios para la
formación de futuros sacerdotes, los Estudios Generales y la Universidad, a los que no deja de
atender. Crece el número de discípulos.
El 10 de mayo de 1569 muere al amanecer, con gran fama de santidad, en su humilde casa de
Montilla. El día anterior recibió el Viático y la Extremaunción. Estuvo preparándose, con el
Crucifijo entre las manos, para el definitivo encuentro con el Señor.
Fue beatificado el 6 de abril de 1894, por el papa León XIII. En 1946 fue declarado por Pío
XII Patrono del clero secular español y el 31 de mayo de 1970 sería canonizado por el papa
Pablo VI.
El 7 de octubre de 2012 Benedicto XVI proclama a San Juan de Ávila Doctor de la Iglesia
universal junto con santa Hildegarda de Bilgen en la Santa Misa de apertura del Sínodo de los
Obispos "La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana".