2. Humanismo:
El humanismo es un movimiento
intelectual, filosófico y cultural europeo estrechamente ligado
al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en
la península Itálica (especialmente
en Florencia, Roma y Venecia) en personalidades como Dante
Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Busca la
Antigüedad Clásica y retoma el antiguo humanismo griego del
siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena parte de
Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando y
diversificando a merced de los cambios espirituales provocados
por la evolución social e ideológica de Europa,
fundamentalmente al coludir con los principios propugnados por
las reformas (luterana, calvinista, anglicana),
la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución
francesa del siglo XVIII. El movimiento, fundamentalmente
ideológico, tuvo así mismo una estética impresa paralela,
plasmada, por ejemplo, en nuevas formas de letra, como la
redonda conocida como letra humanística, evolución de las
letras Fraktur tardogóticas desarrollada en el entorno de los
humanistas florentinos como Poggio Bracciolini y de la
cancillería papal en Roma, que vino a sustituir mediante la
imprenta a la letra gótica medieval.
3. Características:
Uno de los rasgos distintivos más conocidos y destacados del
humanismo es su interés por lo "antiguo", por lo clásico, interés
en el que predomina el punto de vista de la investigación
filológica. Este interés provoca el desarrollo de la perspectiva
histórica en el acercamiento a otra cultura, por que se puede
afirmar que con el humanismo se consolida la historicidad como
clave del pensamiento europeo.
A diferencia de lo que ocurría en la edad media, donde el
hombre era considerado fundamentalmente desde una
perspectiva teológica, los humanistas valorarán el hombre desde
una perspectiva mundana, no-divina, es decir, el hombre será
visto como un ser natural e histórico. La religión, aparte de su
función redentora, es considerada ante todo en su función civil.
Así, tanto la religión como la tolerancia religiosa son
instrumentos válidos para asegurar el ideal de la paz civil. La
creencia en la unidad última de todas las religiones es afirmada,
consecuentemente, desde esta caracterización.
5. Renacimiento:
Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento
cultural que se produjo en Europa Occidental en los
siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el
campo de las artes, aunque también se produjo una renovación
en las ciencias, tanto naturales como humanas. Italia fue el lugar
de nacimiento y desarrollo de este movimiento.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas
del humanismo, que determinaron una nueva concepción del
hombre y del mundo. El nombre «renacimiento» se utilizó
porque este movimiento retomaba ciertos elementos de
la cultura clásica. El término se aplicó originariamente como una
vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la
contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de
un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la
Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva
forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques
en los campos de las artes, la política y las ciencias,
sustituyendo el teocentrismo medieval por
cierto antropocentrismo.
6. Características:
El ideal común de este período viene definido por la esperanza
de un renacer del ser humano a una vida verdaderamente
"humana", mediante el recurso a las artes, las ciencias, la
investigación... poniendo de manifiesto la consideración del ser
humano como ser natural, en oposición a la consideración
medieval del ser humano como ser-para-Dios.
El retorno a los antiguos significa no sólo la recuperación de su
obra, sino fundamentalmente el retorno al principio, a los
orígenes de la vida humana, cultural, del ser humano. Volver al
principio no significa volver a Dios, sino precisamente al terreno
del hombre y del mundo humano. De ahí la valoración del
pensamiento filosófico pre-cristiano. El retorno significa,
además, una conquista. La vuelta a los orígenes, al principio,
conlleva la conquista de la personalidad humana. El que este
retorno se efectúa mediante las artes y las ciencias, y no
mediante experiencias místicas interiores, por ejemplo, significa
una búsqueda de la objetividad. En efecto, sólo la objetividad
puede poner en evidencia el status original del hombre frente a
la naturaleza, es decir, manifestar su origen y su condición