SE DESCRIBE PARTE DEL TESTIMONIO DE UN JOVEN QUE CON VALOR, PACIENCIA Y FE EN EL SEÑOR SUPO Y APRENDIÓ COMO ENFRENTAR SU ENFERMEDAD, HABIÉNDONOS DEJADO UN EJEMPLO A IMITAR
Luisa de Marillac y la educación de las niñas pobres
ENFRENTANDO LA ENFERMEDAD
1. Enfrentando
la
enfermedad
Hay cosas en la vida que no podemos entender y por ello las catalogamos de injustas, absurdas
y hasta a veces, como errores de “alguien” más poderoso que nosotros.
Preguntar: ¿Por qué mueren los niños?, ¿Por qué nos da oportunidades para después
quitárnoslas?, ¿Por qué una enfermedad larga, dolorosa, para un final de muerte?, ¿Por qué existe
la gente mala?, etc.
En fin, nuestras mentes descubren lo finita que son ante la realidad de un Dios mucho más
grande y poderoso que amándonos más que nunca está presente en cada minuto de nuestra
existencia.
Elíseo Daniel ha sido uno de esos grandes ¿Por qué?, que nos hacen buscar a Dios, con
preguntas, con dolor, pero también con el sincero deseo de conocer que planes tenía Dios con él
y su vida, planes para los que estamos aquí, vivos por dentro y por fuera, que sentimos que algo
maravilloso debe quedar para nosotros de esa vida corta pero llena de Dios. Bien dice la Palabra
de Dios “En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo
tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él”. (Eclesiastés
7:14).
Conocimos y estuvimos en contacto con Elíseo Daniel desde niño, pudiendo observar su
desarrollo espiritual y material a través del tiempo.
Sin lugar a dudas Elíseo Daniel enfrentó grandes retos y se preparó para esta vida y para la
eternidad. Por ello he considerado conveniente resaltar algunas de sus experiencias y aflicciones
teniendo la seguridad que estas pueden servirnos de ayuda y estímulo frente a las circunstancias
y retos que nos trae la vida.
Su Preparación.
Siendo muy pequeño aprendió de la Palabra de Dios su condición de pecador delante del Señor,
pero también su necesidad de buscar al Salvador del mundo, nuestro Señor Jesucristo. Sin
embargo no fue sino a los 12 años (5-2-1984) cuando el comprendió que le era necesario el
arrepentimiento de sus pecados y la fe en el Señor Jesucristo. El siguió el consejo dado en la
2. Palabra, tal como lo describe el gran sabio Salomón “Acuérdate de tu creador en los días de tu
juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo
en ello contentamiento “. (Eclesiastés 12:1).
Su Paciencia.
Tenía 14 años cuando se le declaró la enfermedad que lo llevó por muchas pruebas, pero que
también sirvieron y servirán como ejemplo. En una forma silenciosa la enfermedad renal
llamada Glomerulonefritis, estaba lenta y progresivamente atacándolo y produciendo daños
irreversibles. Se realizaron los exámenes paraclínicos y se llegó a la conclusión que la única
solución estaba en el trasplante renal. Por muchos meses y años recibió tratamiento con diálisis
peritoneal y hemodiálisis, hasta que el 26 de Mayo de 1990 recibió su trasplante renal. Por varios
años funcionó muy bien hasta que de nuevo comenzaron los problemas por presentar rechazo.
Posteriormente presentó un cuadro grave de Peritonitis y sobrevivió a esta complicación,
comenzando de nuevo la espera para un nuevo trasplante, sin embargo, el deterioro de su salud
continuó.
Continuó su lucha férrea contra la enfermedad y sus complicaciones, con la seguridad de que
estaba en las manos del Señor. El podía decir: “Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis
súplicas; porque ha inclinado a mí su oído; por tanto, le invocaré en todos mis días. Me
rodearon ligaduras de muerte... Pues tú has librado mi alma de la muerte”. (Salmos 116 :1-
9). Sin embargo, estaba en los propósitos y designios de Dios llevárselo a su presencia, y es así
que el 14 de Mayo de 1996 ocurrió su partida.
Sus Metas. (Materiales y espirituales)
A pesar de su enfermedad que lo limitaba, Elíseo Daniel puso en evidencia una gran tenacidad y
perseverancia. Desde el punto de vista material obtuvo su grado de Técnico Superior en
Informática incorporándose posteriormente al mercado laboral, dando un buen ejemplo a los
demás jóvenes que sin estar afectados de enfermedades limitantes no se preparan por falta de
voluntad y perseverancia.
Desde el punto de vista sentimental estableció una relación afectiva que terminó en una feliz
unión matrimonial, llena de gran amor y satisfacciones.
En el aspecto espiritual observamos como fue desarrollándose y adquiriendo responsabilidades
en la congregación. Sin lugar a dudas Elíseo Daniel puso en práctica lo dicho por el Predicador
en (Eclesiastés 9:11) “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas”.
Su Apoyo Familiar y de Otros.
Padres: Su gran entrega, siempre dispuestos a ser de ayuda, animación y apoyo.
Hermanos: Tolerando y aceptando la gran atención que se le brindaba a su hermano.
Esposa: Gran Amor, con pleno conocimiento de las consecuencias de la enfermedad y de las
grandes posibilidades que existían de que Elíseo Daniel pasara a la eternidad en cualquier
momento, contrajo matrimonio para compartir el tiempo que Dios le brindara.
Abuelos: Consejeros
Tíos-Tías: Compañerismo y estimulo permanente.
Suegro: Ayuda Espiritual y amistad.
Hermanos en Cristo: Oración
Amigos: Apoyo y Estimulo
La partida de Elíseo Daniel es difícil de entenderla pero sabemos que fue la voluntad de Dios y
damos gracias al Señor que en su palabra encontramos explicación, consuelo y esperanza.
3. Creemos verdaderamente que la perfección del Señor se puso de manifiesto con su partida, ya
que las huellas que dejó aquí abajo son y serán claras evidencias de que estamos de paso, que no
somos dueños de nuestro comienzo ni de nuestro final y que nuestro destino como creyentes en
el Señor es el cielo. Es oportuno traer a nuestras mentes algunas citas bíblicas: “Perece el justo,
y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que delante
de la aflicción es quitado el justo”. Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los
que andan delante de Dios “. (Isaías 57:1-2).
“Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el
Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen “. (Apocalipsis
14:13).
De maneras misteriosas No juzguéis por los sentidos
Suele Dios aún obrar, Los designios del Señor
Y así sus maravillas Si parece que las pruebas
Por los suyos efectuar Contradicen su amor;
El cabalga sobre nubes Descansad en sus promesas
Y los vientos y tempestad En su gracia confiad;
Son sus siervos enviados Estas sombras son el manto
Para hacer su voluntad. Con que envuelve su bondad.
Dr. Luis A. Silva Cisneros y Dra. Rosa E. Martínez de Silva.