2. El nacimiento de la sociedad
clasista
Las medidas puestas en marcha por los liberales a partir de 1833
liquidaron la sociedad característica del Antiguo Régimen,
sentando las bases de una nueva sociedad clasista.
La nobleza española, uno de los grupos beneficiarios de la
desamortización, vio surgir una burguesía nacida al abrigo de la
industrialización. En Castilla y León se fortaleció una burguesía
agraria y financiera con la venta de los bienes comunales.
Este proceso de modernización generó complejos problemas de
adaptación . El primero fue como dar cabida a los obreros
industriales y a los campesinos. El segundo, cómo resolver los
antagonismos entre el obrero y el burgués.
3. Los estratos superiores
1.1.1 La aristocracia
La nobleza desapareció como categoría en los censos oficiales, pero no
perdió su lugar predominante en la estructura social.
La nobleza latifundista de mediados del siglo resultó beneficiada por la
desamortización : por el contrario, la desvinculación de los
patrimonios favoreció la desaparición de muscas casas de la vieja
hidalguía.
4. Los estratos superiores
1.1.2 La iglesia y el clero
La iglesia católica representó una fuerza social de gran influencia en la
vida pública española durante gran parte del siglo XIX.
Sin embargo, los sucesos ocurridos tras la muerte de Fernando VII
pusieron de manifiesto la ruptura de los lazos que, la había vinculado
con el pueblo. Entre las causas de la ruptura, el alzamiento carlista; el
resentimiento de quienes fueron vasallos de abades y priores; el deseo
de la burguesía de adueñarse de las tierras y solares de monasterios y
conventos.
5. Los estratos superiores
1.1.3 La nueva clase ascendente: la burguesía
En Cataluña, la burguesía se vinculo a la industria textil. En otros
puntos , como Bilbao, Cádiz, Málaga… predominó la burguesía
mercantil.
Barcelona, se acumularon capitales comerciales e industriales.
Madrid, concentraba la alta burguesía de financieros y contratistas del
Estado.
Los burgueses triunfaron en todos los campos de la vida española: a través
del sufragio censitario y a través de la prensa compartió con la
aristocracia sus gustos, estilo de vida y títulos.
Las agitaciones del Sexenio revolucionario sirvieron para intensificar la
conciencia de la clase de la burguesía en clara reacción frente a las
organizaciones obreras. Renunció a sus veleidades progresistas para
abandonarse en los cómodos brazos de la Restauración, al amparo del
ejércitos ,le brindó la consecución de sus ideales políticos y sociales.
6. La nueva estructura social: las
clases medias o pequeña burguesía
Los intelectuales poseían una instrucción superior a la del resto de las clases,
lo que les permitió gozar de cierta dignidad económica e intervenir en la vida
pública.
El ejército fue uno de los grupos sociales más importantes de la vida española.
Sus generales, jefes formaron parte de las clases medias, fue llamado en
repetidas ocasiones por clase dirigente para arbitrar conflictos políticos. Los
generales gozaban del poder y de la influencia. La oficialidad se formaba en
centros de enseñanza específicos.
La revolución de 1868 les sorprendió por su marcado carácter democrático y su
actitud antimilitarista.
Los artesanos formaron la base de las clases medias. Sin embargo, entraron en
crisis al no poder resistir el impacto de la introducción de la máquina de vapor.
Algunos de ellos pasaron a engrosas las filas del proletariado. Serían, los
pequeños industriales y los dueños de medianos y pequeños comercios los que
formarían la nueva base de las clases medias.
7. Las clases populares
1.3.1 El campesinado agrario
A mediados de siglo, cerca del 55% de la pobación agraria española
era jornalera, 11% era arrendataria y 34% ,propietaria. Era
lógico el anhelo generalizado de tierra entre el campesinado
español. Las medidas adoptadas por la burguesía liberal
provocaron , en general, la transferencia de la propiedad
eclesiástica a la aristocracia y a la burguesía .La presión social
existente entre los campesinos se manifestó, en ocasiones, en la
ocupación violenta del suelo, como ocurrió en Casabermeja en
1840.
La venta de bienes propios y comunes provocó en Andalucía una
oleada de agitaciones.
Todo ello explica el rápido desarrollo de las doctrinas
internacionalistas en regiones de predominio agrario, caso de
Andalucía.
8. Las clases populares
1.3.2 El obrero industrial
La mentalidad obrera, durante las décadas centrales del siglo XIX fue un
fruto de la evolución social en la única región realmente industrializada
del país: Cataluña.
Su situación en las fases iniciales del desarrollo industrial fue realmente
calamitosa: excesiva duración de la jornada de trabajo, inseguridad del
empleo, salario muy bajo y desamparo absoluto ante la enfermedad.
Además, las condiciones en las que trabajaban eran infrahumanas.
9.
10. La vida cotidiana en la España del
siglo XIX
2.1.1 Los ensanches y la vida urbana
Las ciudades vivieron una profunda transformación. La aparición de los
llamados ensanches, consistentes en barrios trazados a cordel con las
calles que se cortaban perpendicularmente y en las que se asentaban las
viviendas de las clases medias y incipiente burguesía.
Fue cuando se produjo en la mayor parte de las ciudades españolas la
caída y la destrucción de los recintos de murallas.
Las ciudades estrenan el alumbrado de gas en sus calles principales, se
realizan los primeros ensayos de transporte público y empieza a
funcionar un nuevo invento revolucionario: el ferrocarril.
Las capas sociales de mayor inquietud intelectual debían tener un gran
deseo de estar informadas, a la vista del número de periódicos que se
editaba en Madrid.
11.
12. La vida cotidiana en la España del
siglo XIX
2.1.2 La vida cotidiana de la aristocracia
La nobleza, de señorial, se convirtió en una aristocracia patrimonial.
Muchas familias se lanzaron al mundo de los negocios y de las finanzas.
Además, se construyeron nuevas residencias en los nuevos barrios
elegantes.
La aristocracias marcó pues el tono de la vida de aquella sociedad. El
lugar de encuentro eran los casinos, los cafés y también el Teatro Real.
La indumentaria cambió a lo largo del siglo. EL traje masculino,
recargado y lleno de adornos, desapareció para hacerse más sobrio. En
cuanto a las damas, abundaban los encajes, arabescos, bordados de
oros y la mantilla.
13.
14. La vida cotidiana en la España del
siglo XIX
2.1.3 La vida cotidiana de las clases medias
Escasas en número, pues, solo suponían el 2.67% del total, tenían un verdadero
afán por imitar en sus modos de vida a la aristocracia. Desarrollaron por esta
razón, una verdadera obsesión por lo antiguo.
El elemento fundamental para entender la vida cotidiana de este grupo es la
vivienda. A través de la misma, podemos determinar las más importantes
familias.
El ritmo de la vida cotidiana vino configurado por el ocio, el trabajo y la fiesta.
En el terreno de la fiesta, los toros son la gran pasión del siglo.
15. La vida cotidiana en la España del
siglo XIX
2.1.4 La vida cotidiana de las clases populares
urbanas
La nueva sociedad que se articuló afectó también en su estructura de las llamadas
clases populares urbanas.
En este entorno social, la vivienda se reduce -cuando aún podemos hablar de
casas- a una habitación central, las relaciones sociales de las clases populares
suelen realizarse en la calle, en la plaza o en la taberna.
Las jornadas laborales se alargaron considerablemente respecto a las épocas
anteriores: diez o doce horas; a veces, más.
16. La vida cotidiana en la España del
siglo XIX
2.2 La vida cotidiana en el medio rural
A la amplia masa de campesinos y jornaleros, les amenazaba la enfermedad , el
paro y la miseria.
Los sistemas de producción seguían anclados en el pasado y apegados a una
rutina de siglos.
Más que en la ciudad, en el campo, el plan era la base de la alimentación.
Algunas verduras y legumbres secas aderezadas con patatas. La caza fugitiva
proporcionaba algo de carne. Las familias con algunos recursos resolvían el
aprovisionamiento de carne a través de la matanza de algún cerdo.
17. La vida cotidiana en la España del
siglo XIX
2.3 La mentalidad y las creencias
Se sistematizaba la educación, pero se temía que las masas populares adquiriesen un
mínimo de instrucción. Podrían leer textos republicanos o socialistas que estimularan la
sublevación.
La burguesía, recurrió a la Iglesia para instrumentralizar en su beneficio el sistema educativo
y, consecuentemente, los planteamientos ideológicos. Sin embargo, una verdadera oleada
de anticlericalismo sacudió a la sociedad isabelina.
Las creencias y devociones continuaron mezclándose con las celebraciones. Las romerías
siguieron siendo festejos populares que, en muchas ocasiones, contaban con el rechazo
del claro. El Corpus y la Semana Santa fueron manifestaciones importantes.
18. Enseñanza y educación
Durante el siglo XIX, la educación recibió en España un
notable impulso a raíz de las nuevas ideas surgidas de la
Revolución Francesa y de la Revolución Industrial.
La primera postulaba una educación al alcance de todos. La
segunda, planteaba la urgencia de preparar personas
eficaces al servicio de un proceso de industrialización.
El Estado, acometía el problema de la instrucción pública y se
atribuía el derecho de orientar, organizar e impartir
instrucción en todos sus grados y formas. Comenzaba a
hacerse realidad un sistema de educación pública.
19. Enseñanza y educación
El Plan General de Instrucción Pública del Duque de Rivas
sirvió para regular la Enseñanza Primaria.
Plan Pidal, Ley de Instrucción Pública (Ley de Moyano),
organización de la enseñanza en tres grados: la instrucción
primaria, con dos etapas- enseñanza elemental y primaria-, en
las que se aplicaba el principio de la gratuidad relativa.
La enseñanza media, a través de la cual se logró la implantación
definitiva de los Institutos de Segunda Enseñanza
La enseñanza universitaria, con su división en Facultades,
Enseñanzas técnicas y profesionales, sólo los estudios en
establecimientos públicos tenían validez académica. Con esta ley
se lograba la definitiva secularización de la enseñanza.
Con todo , desde mediados del siglo se instalaron en España
numerosas órdenes que se dedicaron a la educación de la
infancia y de la juventud de ambos sexos.
20. Enseñanza y educación
Una de las creaciones educativas más relevantes fue la
Institución libre de Enseñanza, estrechamente
vinculada al krausismo.
En el programa krausista se hallaba implícita una reforma de
la persona como requisito imprescindible para una
transformación de la sociedad, y esa reforma sólo se podía
lograr a través de la educación.
Ya en el siglo XX nación la Junta para la Ampliación de
Estudios e Investigaciones Científicas , el Centro de
Estudios Históricas y la Residencia de Estudiantes.