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1. LA IMPORTANCIA DE LA AFECTIVIDAD Y LOS VALORES EN LA
EDUCACIÓN ACTUAL
Fabián Alberto Granda Vergara
Estudiante Licenciatura en Educación Física
Universidad de Antioquia – Sede Amalfi.
En la educación colombiana se desarrolla una problemática dentro de las aulas
de clase, donde la mayoría de los estudiantes demuestran gran desinterés por
el estudio y todo lo que tiene que ver con este, los conocimientos y habilidades
que se adquieren por medio de la interacción y el contacto con el contexto
escolar se vuelven inútiles para los estudiantes puesto que no los ayudan a
alcanzar sus objetivos o propósitos inmediatos.
Este problema se origina desde el hogar donde los jóvenes no reciben el
acompañamiento adecuado de sus padres o familiares durante los procesos
educativos y de interacción con el medio, donde se presentan situaciones que
dificultan el aprendizaje, como por ejemplo, el maltrato entre los estudiantes,
lo que demanda mucha confianza entre padre e hijo, o docente estudiante para
poder enfrentar la dificultad efectivamente; de modo que el estudiante se
fortalezca y aprenda algo que lo ayude y lo motive para enfrentar los siguientes
retos.
El desinterés de los docentes ante las problemáticas familiares y sociales de
los estudiantes produce mayor disgusto por el estudio, pues al no encontrar
apoyo en ninguna parte, el alumno busca refugio en diferentes contextos que
pueden ser no muy productivos para su bienestar personal, convenciéndose
que alejándose de contexto educativo, sus problemas terminaran y podrán ser
personas libres.
Aunque esta problemática cada día se nota más avanzada, se puede combatir
con estrategias basadas en un desarrollo afectivo que conlleve a la
concientización de los padres de familia sobre la importancia que tiene el
acompañamiento en los diferentes procesos educativos y el apoyo moral para
el adecuado desarrollo personal.
Los docentes también juegan un papel fundamental en el desarrollo y
desempeño de los estudiantes pues este es el encargado de dirigir los
conocimientos y formar los jóvenes como seres sociables, fundamentados por
2. la comunicación que será la precursora del éxito de todos los procesos que
adelanten los alumnos en su futuro, acercándolos a ser personas
competentes.
Pero lo mas importante es que los estudiantes se auto reconozcan como
personas capaces y autónomas, pues esto les permitirá confiar en sus
capacidades y responsabilizarse de sus acciones, obteniendo la capacidad de
aceptar los errores. Esto permitirá tener una actitud positiva ante la vida y las
personas que nos rodean y ser más resistentes ante las situaciones adversas.
Una educación adecuada solo se puede alcanzar fomentando espacios de
participación e integración donde el estudiante puede exponer sus diferentes
puntos de vista y este abierto a las sugerencias y críticas constructivas que lo
lleven a mejorar tanto individual como colectivamente. Donde su formación
este constituida en valores morales que los lleven a ser útiles y serviciales en
su comunidad.
Lo que (Rollano Vilaboa, 2004) afirma es que la educación en los valores
morales perfecciona al hombre en cuanto a ser hombre, en su voluntad, en su
libertad, en su razón. Se puede tener buena o mala salud, más o menos
cultura, por ejemplo, pero esto no afecta directamente al ser hombre. Sin
embargo vivir en la mentira, el hacer uso de la violencia o el cometer un fraude,
degradan a la persona, empeoran al ser humano, lo deshumanizan. Por el
contrario las acciones buenas, vivir la verdad, actuar con honestidad, el buscar
la justicia, le perfeccionan, estos valores morales surgen primordialmente en
el individuo por influjo y en el seno de la familia, entre ellos el respeto, la
tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo y la responsabilidad, como
algunos de los tantos existentes.
Para que se dé una transmisión de valores son de vital importancia la calidad
de las relaciones con las personas significativas en su vida, sus padres,
hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros. Es además
indispensable el modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren
al niño, para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Siendo de suma importancia la comunicación de la familia, en atención al
grado de madurez el niño se hará participe de esta comunicación abierta, en
la toma de decisiones y en aportaciones sobre asuntos familiares, estos
valores morales adquiridos en el seno de la familia ayudarán al ser humano a
insertarse eficaz y fecundamente en la vida social, no hay que olvidar el rol de
la familia ante la consolidación de los valores de cada uno de sus miembros.
3. La articulación de la educación con todos los elementos que conforman el
entorno de los estudiantes también es fundamental para la formación de
personas idóneas, basadas en valores y sentimientos. Lo que podría llevar al
sentido básico de la educación, el cual es la dimensión afectiva como proceso
de aprendizaje, orientando al uso de construcción de experiencias afectivo-
emocionales, tanto desde el punto de vista de los agentes educativos, como
desde la perspectiva de los procedimientos, de las finalidades y todas las
competencias a desarrollar.
Esto solo se podrá dar si todos los implicados en la educación de los niños
tienen una adecuada comunicación, lo cual se convierte en una segunda
problemática que perjudica el desarrollo del estudiante, esta radica en los
agentes educativos y los padres, quienes por múltiples razones no interactúan
ni tienen una comunicación continua, perjudicando los procesos de
aprendizaje del niño.
Como lo menciona (Acosta Mesas, 2003) los padres y profesores no se dan
cuenta que se vuelven ineficaces en el desempeño de sus tareas y que deben
dirigir sus esfuerzos hacia la educación emocional, la cual se puede convertir
en un recurso valioso e incorporable tanto en el hogar como en la escuela que
podría ayudarlos en su propia formación personal.
Por lo que surge esta pregunta, cuya respuesta ayudara a aclarar muchas
incógnitas sobre el tema, ¿puede ayudar la educación emocional a superar los
problemas al que se enfrenta el sistema educativo actualmente? La respuesta
a esta pregunta es afirmativa siempre que se fundamente en una
comunicación continua entre padres y profesores, dirigiendo sus esfuerzos en
un objetivo común que sería el adecuado desarrollo de los niños, lo que le
permitirá a estos tener un equilibrio emocional que los volverá menos
propensos a tener problemas interpersonales, o a ser menos violentos, a
rechazar las sustancias toxicas y a alcanzar bienestar y satisfacción personal.
Es claro también que dicho proceso es complejo y debe ser constante para
poder obtener los resultados deseados, teniendo claro que se pueden
presentar obstáculos educativos como la carencia de motivación y la falta de
dedicación y responsabilidades en los estudiantes. Por lo que es necesario
educar las emociones simultáneamente en que se realizan actividades de
educación en valores, por lo que estas tienen que estar estrictamente
4. articuladas con el resto de actividades que fomentan la convivencia y
favorecen los avances individuales de los alumnos.
No se puede dejar de lado la interacción y la adquisición de conocimientos
empíricos, pues estos elementos ayudan a la autoformación y formación de la
personalidad en el niño, lo que les permite ser seres únicos y con una
particularidad comunicacional especial que los guiara y determinara sus éxitos
en los diferentes proyectos en los que participen, ya sean personales, sociales
o laborales.
Educar para identificar y expresar emociones maximiza la eficacia de nuestros
elementos comunicativos. Todos los aspectos que influyen en la educación
de los niños son importantes y deben ser tenidos en cuenta para garantizar un
adecuado desarrollo, donde se integre la familia, la sociedad y la escuela, los
cuales ayudaran a la eficacia y la eficiencia del estudiante para llevarlo a
alcanzar la efectividad, por medio de la comunicación asertiva de todos estos
actores. Como lo indica (Barbero, 2003) estamos pasando de una sociedad
con un sistema educativo a una sociedad educativa, gracias a la comunicación
y sus medios que acercan los conocimientos a todo aquel que tenga la
disposición de aprender.
Referencias Bibliográficas
Acosta Mesas, A. (2003). Educación emocional y convivencia en el aula.
Secretaría General Técnica.
Barbero, J. M. (2003). La educación desde la comunicación. Bogota: Grupo
Editorial Norma.
Rollano Vilaboa, D. (2004). Educar en valores: cómo enfocar la educacion
hacia la ética. España: Ideas Propias, Editorial.