2. Táctica del martillo y el yunque
Usada por Alejandro
Magno.
Esta táctica no podía
realizarse a menos que
los dos ejércitos tuvieran
más o menos el mismo
número de efectivos, ya
que consistía en encerrar
al contrario por los lados.
3. "El martillo"
Para llevar a las fuerzas enemigas lejos de su centro, la caballería
macedonia rodeaba los flancos del ejército contrario,
sistemáticamente por el flanco derecho que estaba comandado por
Alejandro en persona, para luego intentar hacer un hueco y
colocarse en las líneas enemigas, por lo que obligaban a sus
enemigos a reagruparse.
4. "El yunque"
Atacando por los flancos, la caballería macedonia sorprendía a las tropas
enemigas por la rapidez y fuerza de su impacto; en el centro, la falange y
los hipas pistas avanzaban para abrir el segundo frente. Una vez se le
cerraba el paso al enemigo, éste quedaba en una trampa. Generalmente,
esto causaba una gran confusión porque no podía distinguirse si las
unidades estaban dispersas o sólo mal coordinadas.
5. El círculo cántabroTáctica militar empleada en la antigüedad, y en menor
medida durante el Medievo, por la caballería ligera. Se sabe
por Flavio Arriano y por la adlocutio de Adriano que era la
forma más habitual de presentarse en combate por parte de
los cántabros, de ahí su nombre, y que tras las Guerras
Cántabras los romanos la adoptarían en su ejército.
En ella los jinetes formaban dos escuadrones armados con
jabalinas que simulaban una carga en hilera, unos por la
derecha y otros por la izquierda. En el momento previo de
chocar contra las líneas enemigas giraban hacia cada
extremo de sus flancos al tiempo que lanzaban los dardos y
se cubrían con sus escudos para posteriormente replegarse,
formando cada uno de ellos un semicírculo (ambos grupos
acababan formando un círculo completo). Esta acción se
repetía sucesivamente.
La táctica fue empleada fundamentalmente contra la
infantería y los arqueros. El movimiento constante de los
jinetes les daba ventaja frente a la lenta infantería y les
convertía en un difícil objetivo. La maniobra fue diseñada
para hostigar y desgastar a las fuerzas enemigas
compuestas por formaciones cerradas. Fue comúnmente
usada contra la infantería pesada, tales como las lentas
legiones romanas
6. Tortuga
Utilizado comúnmente por las legiones romanas durante el combate y muy
particularmente en los asedios. La primera mención que se conoce de esta
táctica es de Polibio en el siglo II a. C.
En la testudo, los infantes se cubrían con sus scutum solapándolos a modo
de caparazón, mientras que la primera fila de hombres protegía el frente de
la formación con los suyos levantándolos hasta el centro de su cara. En
caso de necesidad, los soldados de los flancos y los de la última fila podían
también cubrir los lados y la parte posterior de la formación, aunque
entonces la protección de la capa de escudos que cubría el cuadro era
inconclusa al reducirse su número.
7. Si esta táctica era utilizada correctamente, hay que tener en
cuenta que requería un gran entrenamiento para que fuese
efectiva. La testudo protegía a los legionarios de forma
excelente frente a los proyectiles, permitiéndolos
desplazarse sin miedo a ser alcanzados por flechas,
dardos, lanzas y demás armas arrojadizas. Así lo atestigua
Flavio Josefo al señalar su eficacia en el año 66 al sitiar las
legiones romanas Jerusalén:
Se deslizaban las flechas sin dañar, y [...] los soldados
pudieron, sin riesgo, minar la muralla y prepararse para
pegar fuego a la puerta del Templo.
Flavio Josefo. La guerra de los judíos
8. El disparo parto
Táctica militar originada por las tribus nómadas del norte de
Irán. Los escitas, persas aqueménidas y los partos están entre
los primeros en emplear esta táctica. Esta consistía en un
retirada fingida de los arqueros a caballo disparando tras sus
hombros. En un preciso momento y mientras los caballos
galopan, el jinete da vuelta para lanzar flechas hacia el ejército
enemigo. La respuesta resultaba en un enemigo compactado
para protegerse de las flechas, quedando de esta manera
vulnerable a las cargas de la caballería pesada, o bien
aprovechaban la retirada para correr tras los arqueros,
viéndose frente a una lluvia de flechas. Esta maniobra requiere
gran destreza ecuestre, ya que para disparar, el arquero debía
emplear el arco utilizando ambas manos, y en sus comienzos,
sólo se podía controlar el caballo con las piernas, pues
dispositivos como el estribo o la silla de montar estaban por ser
inventados. Con esto el disparo parto se hizo más sencillo,
siendo, sin embargo, una táctica capaz de ser realizada sólo
por los mejores jinetes. Los pueblos nómadas de Eurasia
serían bien conocidos por emplear esta táctica extensivamente
dentro de su manera de combatir. Entre estos están los turcos,
hunos y mongoles.
El nombre de "disparo parto" fue utilizado primeramente por
Roma, y se hizo famoso en Occidente tras la famosa batalla de
Carrhae, donde esta maniobra fue el elemento decisivo para la
victoria parta.
11. Cuenta la historia que la ciudad de Troya había sido asediada durante diez
largos años, pero los atacantes griegos, encabezados por Agamenón,
Ulises y otros no habían podido aún lograr salvar los muros de la ciudad. El
mayor de los griegos, Aquiles, había caído en la batalla, muerto por una
flecha que atravesó su talón. Ulises, viendo la situación, vio que la ciudad
jamás podía ser tomada la fuerza, por lo que hacía falta algo mejor…
Los griegos construyeron un enorme caballo de madera y se alojaron en el
interior con sus mejores guerreros. La figura del caballo era simbólica. Se
trataba de uno de los símbolos de Atenea, diosa de la guerra que había
apoyado a los griegos en su acoso a Troya. Además, en algunas leyendas
la figura del caballo era sagrada para los troyanos. Una vez que se acabó
de construir el caballo y los guerreros griegos se escondieron dentro, el
resto de los griegos simulaban que navegaban bien lejos, hasta Grecia,
renunciando a la guerra, cuando en realidad a donde se dirigían era a la
cercana isla de Tenedos a ocultarse y esperar acontecimientos.
12. Los troyanos no sabían muy bien qué hacer con
el caballo. Algunos sospechaban algo, sobre
todo porque conocían perfectamente la astucia
de Ulises. Laocoon (Laocoonte), sumo sacerdote
de Poseidón (o de Apolo según otros textos
históricos), era uno de los hombres que no se
fiaban nada del animal. No se cansó de advertir
que no podían confiarse de los griegos, aun
siendo un regalo como era. Incluso lanzó su
lanza sobre el caballo, quedando clavada en la
madera.
Según las versiones posteriores de la leyenda,
fue en este momento cuando los troyanos
capturaron a un joven llamado Sinon, quien había
ayudado a los griegos. Cuando le preguntaron
sobre el caballo, les dijo que los griegos
pensaban que Atenea les había abandonado y
que por eso habían construido el caballo para
intentar apaciguarse con ella.
13. Los troyanos pudieron ver una prueba más del enfado de Atenea
con los griegos. La diosa envió dos grandes serpientes marinas a
la ciudad, donde Laocoonte estaba sacrificando un toro al dios
Poseidón. Las serpientes devoraron primero a sus dos hijos, y
luego más tarde al propio Laocoonte. Los troyanos creyeron que
aquello fue en represalia por haberle arrojado la lanza a su
caballo así que decidieron tomar el caballo dentro de sus
murallas, con el fin de apaciguarse con la diosa.
Con el caballo ya dentro de las murallas de Troya, el ejército
griego regresó de Tenedos por la noche sin ser visto. Cuando
toda Troya dormía, Sinon liberó a los soldados que estaban en el
interior del caballo, y así se inició la destrucción de la ciudad. Los
soldados abrieron las puertas a sus compañeros, y Troya cayó
esa misma noche en manos griegas