1. El niño con Obesidad: ¿es culpable?
Médicos, maestros, las corporaciones de alimentos, la televisión, el gobierno, incluso
los padres de un niño con problemas de peso los acusan de ser negligentes, glotones y
flojos. Sin embargo, no hay evidencias que demuestren que algunos de los estereotipos
de estos niños y adultos sea verdad. Son excusas, por desconocimiento o por interés,
para evadir la responsabilidad y trasferir la culpa al más débil. La principal
consecuencia de esta actitud de la comunidad, promovida desde los propios médicos y
el sistema de salud, es el estereotipo que la sociedad tiene hacia la persona con
problemas de peso. Quienes se benefician de ese estereotipo son la industria
farmacéutica, la televisión, la industria alimentaria y quienes participan en la industria
para la reducción de peso (un gran negocio regulado pero no supervisado), mientras los
principales perjudicadas son quienes padecen una enfermedad: la obesidad, quienes son
sujetos a burlas y a discriminación en las escuelas, en el trabajo, por los amigos, e
incluso por la propia familia.
La obesidad es una enfermedad multifactorial que incluye factores hereditarios. Más de
la mitad de los hijos de obesos tienen obesidad. Los factores ambientales se inician o
aumentan en el embarazo. Un embarazo inadecuadamente controlado aumenta el riesgo
de obesidad. Ese riesgo suele aumentar en los primeros meses de vida debido a la
inclusión de leche de fórmula en los primeros días y meses de vida (y que se hace en los
hospitales públicos y privados), las probaditas antes de los 12 meses de vida, de agua
con azúcar, con miel, o de jugos, de sodas y de comida chatarra (a la que son tan
aficionadas las abuelas), ya que estas costumbres, preparan a los bebes para hacerlos
niños y adultos obesos, con diabetes y con colesterol alto. Hasta mucho mas tarde los
niños tienen voluntad de lo que comen y de lo que se mueven. En la niñez, quienes
determinan lo que comen, lo que se compra para la casa o lo que se le enseña con el
ejemplo a los hijos, son los padres. Y quienes tienen la responsabilidad de aumentar el
aprendizaje sobre la salud de los padres son los médicos, los maestros y el sistema de
salud y educativo. Para hacerlo, tienen la desinteresada ayuda de la TELEVISION, la
industria alimentaria y la farmacéutica. Mismas que hacen sus enormes ganancias
mediante los anuncios y ventas de leche y alimentos para bebe, jugos y sodas, y la
comida chatarra. Cuando el niño, aparentemente tiene voluntad para decidir, su
organismo ya esta predeterminado en un porcentaje muy alto, por razones genéticas,
pre-natales y postnatales, para ser obeso.
A pesar de estar predeterminado para ser obeso, en la escuela, en las fiestas, en la
televisión, en la calle, se facilita estilos de vida NO saludables. Lo que esta a su
alrededor son estímulos para comer y beber chatarra y para estar sentado viendo la
televisión o jugando video juegos. Nuevamente ninguno de esos entornos los ha
escogido ningún niño. Tampoco ha tenido, como sus padres, la oportunidad para
castigar, mediante el voto, a los gobiernos que han permitido un ambiente que
promueve la obesidad y un duopolio televisivo irresponsable y avaricioso. Esta
bombardeado por la televisión, la radio, los espectaculares, las calles, las escuelas, las
fiestas infantiles, los abuelos, y los padres por ambientes que lo hacen comer de mas,
que lo premian con comida y que lo hacen ser mas sedentario, enfrente de la televisión,
“para que no moleste”.
En ese contexto, el cinismo de la televisión, de algunos médicos, de la industria
farmacéutica, de la alimentaria y de las empresas que comercializan los aparatos para
hacer ejercicio, y del gobierno que lo permite, y que, aunque este prohibido por la ley,
anuncian medidas falsas e inseguras para bajar de peso, que ayuda a la promoción del
2. estereotipo. Anuncios que indican que si no se baja de peso, la responsabilidad es de la
familia o de quien tiene problemas de peso.
Eso si es una violación a la ética médica y a la responsabilidad política. ¿Cuantos
gobernantes han sido despedidos por promoverlo o permitirlo? ¿Cuantas concesiones de
radio y televisión se han suspendido por ello?
Dr. Arturo Jiménez Cruz