1. 5 claves para ser mejores personas
Por Alexander Dorado Albán
Lectura para la Meditación.
“Oh Dios, acude a librarme; Apresúrate, oh Dios, a socorrerme. 2 Sean avergonzados y confundidos Los que
buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados Los que mi mal desean. 3 Sean vueltos atrás, en pago de su
afrenta hecha, Los que dicen: !!Ah! !!Ah! 4 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre
los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios. 5 Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate a mí, oh Dios.
Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas.”SALMO 70
Navidad es la buena nueva de gran gozo; la pregunta es, ¿con que buena intención o nuevo y buen propósito
vamos a comenzar el nuevo año? Venimos, infortunadamente de una cultura religiosa que nos vendió la imagen,
la idea de un Dios Castigador, de un Dios que pasa cuentas de cobro a sus hijos; y realmente ese no es el Dios de
amor del cual habla la Biblia; venimos de una cultura que nos enseñó a hacer las cosas para “ganarnos” el favor
de Dios, para ganarnos su bendición; pero ese no es el Dios de gracia que la Biblia enseña; porque todo lo que
somos, tenemos y hacemos es por la gracia de Dios; pero es la actitud, la cultura del “peco, rezo y empato”, la
cultura del “doy una limosna y quedo a paz y salvo con la vida”; y resulta que si se tratara de dar ofrendas o
limosnas, o hacer obras de caridad para estar en paz con la vida y ganarse el favor de Dios, pero en realidad lo que
la Biblia enseña es algo muy diferente. Pero así hay personas, que piensan que por hacer obras de caridad ya
están a paz y salvo con la vida, pero siguen traficando, haciendo ilícitos, teniendo vicios, adicciones, pero creen
que por llevar a una fundación unos regalos, justifican todas sus acciones; o si a una iglesia llevan unos
jugueticos, con eso ya agradaron a Dios, pero no es así.
La pregunta es, ¿con que propósitos estoy comenzando el nuevo año? Porque si sigo siendo de aquellos que
ofrecen, una aparente palabra de amor, pero cargada de ironía y de sarcasmo, eso solo es amargura y
resentimiento. Por eso quiero, que meditemos en un salmo que es corto, pero que nos da cinco acciones claves
para ser mejores personas; para el año entrante podemos tener muchas metas, pero ninguna tan importante como
la meta de ser mejor persona, un mejor ser humano; y esta meta se cumple el propósito de la Teoterapia o del trato
de Dios en una persona, que es el amor, que marca la calidad de persona que podemos ser: “Pues el propósito de
este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida”. (1 Timoteo
1:5)
El rey David en el Salmo 70, que es una súplica por liberación, nos muestra una realidad bien critica en la que el
estaba; el tenía problemas como todos tenemos algún tipo de situación de problema; solo que los problemas del
rey David si que eran serios, porque eran problemas relacionados con tener enemigos. Una cosa es tener
problemas cotidianos como los que tenemos la mayoría de las personas, familiares, laborales, económicos; pero
los problemas del rey David eran de otra naturaleza, tenían que ver con enemigos declarados; hay muchas
situaciones en la vida, adversas, dolorosas, angustiantes, pero ninguna como tener un enemigo declarado; tener a
alguien que nos amenaza de muerte o a algunos de los de nuestra familia; alguien que ha prometido no descansar,
hasta acabar con su vida, su familia, con todo lo que tiene. Hay gente que es así; que en lugar de pensar en lo
bueno, piensan en lo malo; andan buscando venganzas, retaliaciones, lo único que quieren es el fin de una
persona; verla vencida, destruida.
2. En el discipulado hemos atendido a personas con problemas de esta naturaleza, por eso lo decimos con
conocimiento de causa; haymuchos problemas que uno pueda tener, personales, familiares, económicos,
situaciones de salud, pero ninguno en comparación, como tener un enemigo a muerte; una persona al acecho, y
que le lleva a vivir en zozobra y temor. El caso de David, es que no tenía uno sino muchos enemigos de esa
naturaleza y de esa magnitud, hombres y ejércitos que solo estaban buscando la másmínima oportunidad para
acabar con la vida de David. Luego, es de imaginarse, la angustia en la que puede vivir o estar una persona en
semejantes condiciones. Sin embargo, David no se dejó amilanar por los problemas, él sabía muy bien en quien
estaba su seguridad y confianza. Y esto nos lleva a admirar más a David. Porque si todos los días, uno se
encuentra con personas que al más leve pellizco que le pegue la vida, las personas o las circunstancias, se
descomponen, que tal si tuvieran problemas como los de David.Con todo y esto, en el Salmo 70, nos ofrece cinco
(5) acciones concretas, para ser mejores personas, tener una mejor calidad de vida, y salir adelante en aquello que
nos lo propongamos:
1. Colocar nuestra vida en las manos de Dios. “Oh Dios, acude a librarme; Apresúrate, oh Dios, a
socorrerme. 2 Sean avergonzados y confundidos Los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados
Los que mi mal desean. 3 Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, Los que dicen: !Ah! !Ah!”. Colocar
los problemas en las manos de Dios; y cualesquiera que sean estos problemas no son comparables a los que
tenía David. Su propioy amado hijo Absalón, salió por el desierto, persiguiéndolo y buscando matar a su
padre.Y era el hijo de sus afectos. Uno podría entender la rebeldía de un hijo, pero nunca que este atente
contra sus padres. La Biblia dice, “que el hijo que afrenta a sus padres, se le apagara su lámpara en lugar
oscuro y tenebroso y no habrá quien lo ayude”. El que levanta la mano contra el padre, incluso la voz. Esto
es para entender un poco, lo delicado que es afrentar o deshonrar a los padres. Agredir o afrentar, agredir,
deshonrar, a los padres. Tratemos de imaginar a que se refiere o que representa cuando dice, “se le apagar la
lámpara en lugar oscuro y tenebroso, y no habrá quien lo salve”. David vivió esa situación, y por eso el fin de
Absalón, tan triste y lamentable, porque afrento no solo al rey, al ungido de Dios, a quien tenía la autoridad,
sino ante todo, a su padre.
Lo importante aquí, y que debemos tener en cuenta, para ser mejores personas, es el consejo de David,
coloque sus problemas, sus asuntos en las manos de Dios. Permita que el se encargue de sus enemigos, no se
ponga a cazar peleas con los adversarios. El Dr. Néstor Chamorro, decía, “no tengo tiempo para odiar, solo
para amar”, y se refería específicamente a aquellos que le perseguían, que eran sus enemigos públicos,
declarados, que hicieron los mayores esfuerzos para destruirle. La vida es tan corta y limitada, que no se
puede desperdiciar peleando y odiando; por eso es mejor saludar, porque saludar es “dar salud”, y cuando uno
saluda, lo que da se le devuelve; porque en todo se aplica la ley de la siembra. Por eso, los consejos cargados
de ironía y sarcasmo, no sirven, porque no van llenos de amor sino de ira y amargura. En el sarcasmo, la
ironía, no hay amor, sino ira reprimida, hay rebeldía, anarquía, amargura, rencor, resentimiento. Ni hay que
ser un gran psicólogo para descubrir o discernir cuando un corazón está lleno de ira reprimida.
Coloque su vida, familia, trabajo, ministerio, sus problemas, los gajes del oficio, las situaciones difíciles,
adversas, molestas, absurdas, los obstáculos, los vecinos conflictivos, las “ex” del esposo, o los “ex” de la
esposa; porque a la gente las relaciones que ha tenido su pareja en el pasado, se les vuelven fantasmas; los
enemigos colóquelos en las manos de Dios. No se atormente cuidándose de sus enemigos, deje que Dios lo
cuide. Las personas que viven más llenas de temor, son las que viven cuidándose de todo lo que sucede a su
alrededor, viven atadas, encadenadas a sus miedos, temores y preocupaciones, “el temor pone lazo al
3. corazón”. Hay una poesía que se le otorga a Pablo Neruda que dice, más o menos así, “si yo tuviera la
oportunidad de volver a vivir, sería más feliz, andaría más tiempo descalzo en calles de piedra; usaría menos
paraguas y bolsas de agua caliente; disfrutaría más mañanas y atardeceres, bañaría más en ríos, saludaría más,
me amargaría menos la vida; dejaría de pensar tanto, cantaría más, me uniría a los pájaros cuando raya el alba
y le cantaría a Dios; haría más plegarias, me ocuparía mas de problemas reales y menos imaginarios; pero ya
es tarde para mí, estoy viejo y sé que esto muriendo”.
La vida uno se la inventa, la felicidad uno se la fábrica, todo está dado para ser felices, pero está en nuestras
manos, en nuestras decisiones. Hay personas que no solo insisten en cargar con sus problemas que aún no
logran resolver, sino que insisten en cargar con los problemas de otros. Y a Dios nos ha dado para ser felices,
solo es cuestión de disfrutar. Al punto al que queremos llegar, es que para ser mejores personas, resolver los
problemas, tener mejor calidad de vida, llevárnosla mejor con los demás, ser más felices, lograr que las cosas
se nos den, debemos colocar nuestra vida en las manos de Dios. Entregarle a él los problemas, cargas,
temores, dudas, aflicciones, no cargue con eso, ¿para qué? ¿Qué sentido tiene? Una vez un anciano estaba
haciendo “auto stop”, pidiendo que alguien lo llevara, el anciano llevaba un bulto al hombro. Al fin, alguien
se detuvo y le dijo al anciano que subiera al camión. La sorpresa que se llevó este hombre, al observar por el
espejo retrovisor, fue que efectivamente el anciano se había subido, pero aun llevaba en bulto al hombre,
habiéndolo podido descargar. Y lo mismo pasa con Dios, en lugar de entregarle el bulto al Señor, seguimos
llevando el bulto a cuestas, sobre el hombro. Entregue esa vida al Señor que es como un saco lleno de
anzuelos, enredada.
2. Tenga un espíritu alegre. “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan”. Por supuesto, que David deja
constancia que la alegría y el gozo se derivan de buscar y estar con Dios. Hay que gozarse de la vida, esto no
significa que seamos relajados y vagos, ser alegre no es andar en la vagancia y en la vacancia; la Biblia es
clara cuando dice, “él no trabaje, tampoco coma”; y algunos no trabajan, ¡pero comen! Trabajan como
enfermos y comen como alentados. Esa alegría, el rey David deja constancia de donde viene, de donde se
deriva, de estar de rodillas delante de Dios. Nadie tiene la culpa de la cara que tiene, pero sí de la cara que
pone. Si la forma de la cara no ayuda mucho, hay que trabajar con esfuerzo en la expresión del rostro; esto
nos lleva a arrodillarse más; para no andar con “cara dura” o “mano dura”, hay que arrodillarse más;
entregarle esa debilidad al Señor, para que él sea perfeccionándose en la debilidad. Porque la tendencia de la
gente es a juzgar según las apariencias, según lo que ve, sin saber lo que hay en el corazón del hombre. Se
menosprecia las virtudes de un siervo, porque no les gusta la fachada. Y algunos nunca entran al corazón del
siervo, porque se quedaron mirando la fachada. En Israel, los judíos se auto denominan “Zafra”, un cactus del
desierto, duro y espinoso por fuera, pero dulce y deleitoso por dentro; pero nadie se les atreve a acercárseles o
tocarles, porque es un cactus, pero quien omite la apariencia, se va a la dulzura que hay por dentro. Mucha
gente se queda con lo espinoso, y nunca descubre la miel. Parte de la miel del desierto, está en los cactus del
desierto. Muchos venimos de experiencias duras, que nos han endurecido; a fuerza de sobrevivir, pero sino
fiera así, la vida nos habría quebrado. Es como un huevo, que es frágil, pero cuando es pasado por el fuego,
por el agua hirviendo, ya no se rompe fácil, así se caiga, ya no se rompe, conserva su esencia, su alimento. El
padre en la fe decía, no hay discípulos favoritos o preferidos, sino que hay unos que se acercan más que otros.
Tenga un espíritu alegre. Comience el día como David, declarando, “este es el día que hizo el Señor, le
alegrare y me gozare en él”. El cantaba, “el gozo del Señor es mi fortaleza”; solo que este gozo, no es fruto de
la mente o del alma, sino del Espíritu; Jesús dijo: “cuando mi gozo este en vosotros, mi gozo será cumplido”.
4. 3. Cultive un lenguaje de bendición. “Y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios”.
Uno de los primeros seminarios que vamos a hacer al comenzar el año, es “COMO DOMAR LA LENGUA”,
“porque todo lo que dices, recibes”. Está demostrado que no estamos comunicando un lenguaje de bendición.
La biblia dice, “la vida y la muerte están en poder de la lengua”, “El que quiera ver días buenos, debe refrenar
su lengua”. Luego, si queremos que en el nuevo año nos vaya bien, necesariamente tenemos que aprender a
controlar ese pequeño timón, que es capaz de dirigir una gran nave, ese pequeño fuego que puede incendiar
un gran bosque. Para ver días buenos, hay que “amarrarse la lengua”; si algunos se muerden la lengua, “se
envenenan”. Por eso debo preguntarme, ¿Cuál es mi lenguaje? Porque si comiendo el día diciendo, “que día
tan difícil”, “que semana la que me espera”, “que mes tan duro”; si reina la crítica, la desazón; si soy de los
siempre me falta el centavo para el peso; si soy de los que me fijo en el punto negro en el telón blanco; no voy
hacer feliz, sino una persona inconforme, desabrida. ¿Cuál es nuestro lenguaje? Es un lenguaje cargado de
sátira, ironía, sarcasmo, reclamos, reproches, criticas, juzgamientos, señalamientos; estamos mas dados a
bendecir (bien decir) o maldecir; la maldición también es toda una sarta de críticas, chismes, juicios,
señalamientos; hay un lenguaje que se percibe cuando viene cargado de amor y cuando de otra cosa. Por eso
dice, David, “digan continuamente”; debe ser algo continuo, cultivar el lenguaje del amor, la fe, el aliento.
4. Maneje su vida personal en forma privada e íntima. “Yo estoy afligido y menesteroso”. Y si alguien debe
prestarle especial atención a este punto, son los padres; porque al fin de cuentas, los niños andan en otro
cuento; de ellos es el reino de los cielos, ellos no tienen problema. El rey David dice, “yo estoy afligido y
menesteroso”; esta es una tremenda lección. David no solo tenía la entereza, el coraje y la honestidad de
reconocer su realidad, sino que era consciente de cómo manejarla. Si algo debemos aprender es a manejar
nuestra vida personal en forma privada sin involucrar a otros innecesariamente. Un error es involucrar a
terceros de manera innecesaria en nuestros asuntos personales. Así estoy yo, así me siento; lo que está dando
a entender David, es que esa era su realidad, su problema, y que no es asunto de nadie más. Y en este punto
debemos tener en cuentas varios aspectos: a) nadie tiene la culpa de lo que a usted le pasa, b) no le cuente a
todo el mundo sus asuntos, no a todo el mundo le importa ni le van ayudar a solucionarlos, no busque la
compasión de los demásc) sea discreto, ¿porque hacer de su vida privada una comidilla publica, que todo el
mundo este hablado de Usted? d) Así usted este mal, está llamado a estar bien por los demás; que tremendo
este punto, principalmente cuando uno es padre, o líder. Usted es un ser humano y está en su derecho de
sentirse débil, pero quiébrese en la presencia de Dios, y no delante de los demás, menos delante de aquello
que no le pueden ayudar, o que necesitan verle fortalecido en el Señor. Así este que no aguanta; así se haya
acabado todo el combustible, así se le haya agotado hasta la última lagrima; tiene que estar bien; como el
payaso, este llorando en el camerino, tiene que salir, y hacer reír. Porque un público no va a buscar a un
payaso para que lo haga llorar, sino para que lo haga reír. Y entonces, que tremenda realidad, así este mal,
por su responsabilidad con los demás, tiene que estar bien. De allí la importancia de seguir la enseñanza del
Dr. Néstor Chamorro, “de rodillas solo ante Dios, para estar de pie ante la vida”. Por eso los padres, deben
tener mucha discreción y prudencia, para no estar contándole sus problemas a sus hijos menores; ellos no
tiene la estructura emocional para asimilarlos; no se esfuerce en tratar de explicar porque el papa se fue de la
casa, o porque la mama no ha vuelto; porque lo tiene que cambiar de colegio o porque no hay para el juguete;
el niño no va a entender esto; no le mienta, pero no cargue a sus hijos con sus problemas, que ni siquiera
usted es capaz de sobrellevarlos, mucho menos él.
5. Dependa de Dios. “Apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas”.
Deje que Dios se manifieste. En la libertad de un hijo a un padre, exprésele la angustia y la premura, el
5. sentido de urgencia que hay en su corazón; “no te demores”, “apresúrate”, “no tengo a nadie más”, “mándame
tu socorro y ayuda”, “no me dejes esperando”, “aquí me quedo, de aquí no me muevo”. Pero no sea de
aquellos cristianos, que le piden a Dios su favor, y ellos, por su cuenta, como dé lugar, y haciendo lo que sea
necesario según ellos, lo van a resolver. Y lo que hacen es, estorbar a Dios. Así no funciona, ¿para qué le
piden a Dios su favor, si de todas maneras, van a buscar resolverlo por su cuenta? Que Dios si le puede
dictar, dirigir o mostrar que hacer o hacia donde se debe dirigir o que hacer, es otro asunto; pero siguiendo
dirección. Dice el Salmo, “bienaventurado el hombre que tiene en Dios sus fuerzas, atravesando el valle de
lágrimas lo cambian en fuente; cuando la lluvia haya llenado los estanques, irán de poder en poder y verán a
Dios”.