1. PLAN DE VIDA
Por Alexander Dorado Alban
Una primera acción precede a multitud de acciones, siempre hay que
dar un primer paso en una caminata de mil kms. En todo proceso de
planeación, lo primero es apartar un tiempo quieto para estar con Dios,
un tiempo para orar y pedirle a Dios dirección, sabiduría.
Salomón era un hombre privilegiado, su padre David, lo había dejado en
el trono, en un palacio como rey. La era Davídica, es la era de la
espada; la era salomónica es la era de la Palabra; a Salomón le
correspondió presidir con sabiduría, pero él no conoció la espada, ni fue
a la guerra.
Los padres se esfuerzan para que a sus hijos les toque una suerte
mejor; que ellos no tengan que pagar el elevado precio que le ha
correspondido pagar a sus padres. Salomón era consciente de sus
limitaciones a pesar de tenerlo todo, por eso lo primero que hace es
subir a Gabaón, a ofrecer sacrificio a Dios.
Las personas quieren que Dios las bendiga, pero no se esfuerzan en
buscar a Dios; si las personas ofrecieran a Dios, todo el tiempo,
esfuerzo, trabajo que dedican a otras cosas, si lo hicieran con el mismo
ahínco, su vida sería muy diferente. Porque la vida y los resultados son
fruto de nuestra condición espiritual.
1 Reyes 3
“Salomón fue a Gabaón, subió al lugar alto, y ofreció en el altar de Dios
mil holocaustos”. Es una tarea ardua que demanda gran esfuerzo. Fue
una larga y extenuante jornada, pero que significó para Salomón,
resultados muy gratificantes. Él lo tenía todo, pero había necesidades
que solo Dios podría suplir en Salomón.
¿A quien Dios se le aparece y le habla? A quien le busca, a quien se
esfuerza, a quien ofrece sacrificio. A quien se presenta en el altar con
ofrenda; pero lo hace con un corazón limpio, agradecido, reconciliado,
grato a los ojos de Dios. Ofreciendo aquel sacrificio que Dios no
desprecia.
2. Dios habla a Salomón y le dice: “Pide lo que quieras que yo te de.”
Salomón reconocía sus debilidades: “soy joven, e inexperto, no se
entrar ni salir.” Pero también era consciente de la inmensa
responsabilidad que descansaba sobre sus hombros. Por eso no duda, y
de manera decidida y resuelta, demanda a Dios sabiduría.
A nivel personal, yo me he declarado totalmente incapaz o impotente de
lograr mis sueños, o alcanzar mis metas separado de Dios. Para mi es
claro, que “separado de él nada puedo hacer.” Solo en sociedad con
Dios, lograré mis metas, en su nombre haré proezas. Si tan solo tengo
en el mis fuerzas.
Unos de los peligros en los que ha caído la iglesia actual, es en un
“cristianismo light”, sin esfuerzo, se ha cambiado el poder de la
predicación, por el poder de la persuasión, de las palabras persuasivas
de humana sabiduría; una fe inspirada en la auto ayuda y no en la
ayuda de Dios; en la superación persona, y no en formación.
Se ha cambiado el mensaje de Dios por el de los hombres; es urgente
que aprendamos a identificar y a discernir estas cosas; la doctrina de
Cristo no se puede cambiar por la “exitologia” que se enseña en la
iglesia actual; por mensajes positivistas, dirigidos a la mente, al alma,
pero no al espíritu.
Es mandatorio, discernir entre la logoterapia y la teoterapia; entre la
Palabra de Dios y la palabrería humana; nos venimos a la Casa de Dios
a recibir mensajes al alma, sino terapia de Dios al espíritu. El problema
es promover el facilismo, la ley del menor esfuerzo; por eso la gente ya
no quiere subir al lugar alto y mucho menos a ofrecer sacrificios.
Dios le dice a Salomón, “pide lo que quieras que yo te de.” Es en estos
momentos, en que debemos saber pedir, y no dejarnos llevar por “los
deseos de los ojos, los deseos de la carne o la vanagloria de la vida.”
Hay personas que se acercan a Dios para pedir cosas vanas,
superficiales, superfluas.
Recuerde que tener todo lo que se quiere, no necesariamente es lo que
nos hace felices; hay personas que tiene todo lo que quieren, pero no lo
que necesitan. Salomón, consciente de sus necesidades y de sus
responsabilidades, sabía que era lo que había de pedirle a Dios, el
precisaba de manera urgente de la sabiduría de Dios.
3. Agradó tanto a Dios la petición de Salomón, que no solo le dio sabiduría,
ciencia, inteligencia, entendimiento, como ningún hombre lo ha tenido
jamás; sino que también le dio aquello que él no pidió, riquezas, gloria,
honra, la vida de sus enemigos. Y esto se aplica a Salomón, y aquellos
que seguimos su ejemplo.
En la familia de la CEPC, hemos recibido una gran herencia; a través del
Dr. Chamorro, nuestro padre en la fe, recibimos múltiples e inolvidables
enseñanza, que han servido para guiarnos por el camino de la vida,
como aquella memorable enseñanza, “una vida tenemos y no la
podemos perder, gastar ni desperdiciar, sino aprovechar.”
La vida es tiempo, y este pasa volando; por eso debemos entender que
el recurso más importante con el cual contamos es el tiempo; como dice
el Salmo 90, “enséñanos a contar de tal manera los días, que traigamos
al corazón sabiduría.” La manera más común de desaprovechar la vida
es desperdiciando el tiempo.
Efesios 5:15-17
“Mirad con diligencia como andéis, no como necios sino como sabios;
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos…”
Isaías 55:8-9
Asegúrese que sus planes sean los planes de Dios, nada resulta nada
más frustrante que apostarle a algo que tiende directo al fracaso.
Algunos no se meten en los planes de Dios, pero si quieren que Dios se
meta en los planes de ellos. Pero hay una clara diferencia entre los
planes de Dios y los planes nuestros.
En el CF1 se nos enseña 5 pasos para conocer la voluntad de Dios; no
es una fórmula mágica pero si una guía efectiva. Cualquier plan humano
no es comparable con los planes de Dios, porque la voluntad de Dios es
buena, agradable y perfecta. Nada resulta más frustrante que apoyar la
escalera en la pared equivocada.
Esos 5 pasos son:
1. Uso de una mente renovada
2. Guía escritural
3. Guía del Espíritu Santo
4. 4. El consejo del líder
5. El papel de las circunstancias
Jeremías 29:11
Las personas no tienen claridad sobre la finalidad que quieren darle a su
vida, un propósito rector. No saben que es lo que quieren, de donde
viene o hacia donde van. Los pensamientos que Dios tiene acerca de
nosotros son pensamientos de bien y nunca de mal, para darnos el fin
que esperamos.
Pero debemos ser sensibles a la voz de Dios, que es lo que él quiere que
hagamos. No perder de vista la finalidad, el propósito final o superior.
Hoy en día es fácil distraerse, la gente vive por emociones y no por
principios y prioridades; por eso cambian de planes con frecuencia. “el
hombre de doble animo es inconstante en todos sus caminos.”
¿Qué es aquello que necesitamos fortalecer para lograr nuestros planes?
Comprender y disfrutar de la paternidad de Dios
Fortalecer la autoestima
Recibir formación personal
Disfrutar de una ambiente y espíritu de familia
Tener discípulos
¿Qué hacer entonces?
1. Comience por “escribir la visión en tablas y corra el que leyere por
ella.” (Habacuc 2:2-3)
2. Recibir sabiduría de Dios para implementar una estrategia efectiva
para alcanzar la visión. (Daniel 10:1) Que y el Cómo para lograr la
visión.
3. Ponga la mirada en los objetivos, pero en objetivos validos. Tenga
la visión de la Puerta De Oro y no de la Cúpula dorada. (Podemos
estar en el lugar equivocado)
4. Tenga una visión positiva del año. Si Usted piensa que le va air
bien, o mal, en casos tiene la razón. “Confirme a su fe le será
dado.” “Cuál es el pensamiento en su corazón, tal es él.”
5. 5. Enfocarse en los resultados, “por los frutos los conoceréis.”
a. Vivir por principios y no por emociones
b. Por prioridades más que por presiones
c. Hechos más que palabras
d. Resultados más que explicaciones. Es la única manera de
ganar credibilidad.
6. Revise sus metas, asegúrese que sean adecuadas. Usted puede
tener muchas metas, pero hay una meta superior a otras, la meta
de ser mejor persona. Un patán puede lograr tener un rolex, pero
seguirá siendo un patán, solo que tiene un rolex.
7. Trabaje su realidad presente y su realidad futura. Jesús dijo: “Mi
testimonio es verdadero, porque sé de dónde vengo y a donde
voy.” Haga una radiografía de su realidad presente y proyéctese a
la realidad que desea alcanzar a corto, mediano o largo plazo.
(corto plazo: 1-2 años; Mediano plazo: 2-5 años; Largo plazo: 5
años en adelante) Y esto para cada una de las áreas de la vida.