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Historia de un alma 
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Historia de un alma 
Manuscritos Autobiográficos de 
S 
anta Teresa de Lisieux 
Nueva versión traducida directamente del Facsímil de la 
Edición del Centenario a cargo de 
Secundino Pérez Treceño 
Editorial Asociación Bendita María 
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© Secundino Pérez Treceño 
© Asociación Bendita María 
Avenida Pablo VI, 9 - Local 12 A 
28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid) 
Pedidos: Teléfono 91 759 79 68 
www.buenanueva.es 
Maquetación: Jesús Esteban Barranco 
Realización: Dayenu Grupo de Comunicación 
Ilustración de cubierta: 
Teresa, a los veintidós años. 
Protagonista de una obra de teatro 
escrita por ella, vestida de Juana de Arco. 
ISBN: 978-84-941803-4-7 
Depósito Legal: M-5229-2014 
Queda prohibida, salvo excepción 
prevista por la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, 
comunicación pública y transformación 
de esta obra o de cualquiera de sus partes, 
sin contar con autorización de los titulares 
de la propiedad intelectual. La infracción 
de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (artículos 270 y siguientes) 
del Código Penal). 
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A los Padres Carmelitas 
Luciano Sancho, Santiago Guerra y Francisco Brändle. 
Y a Victoria Serrano Blanes, 
Consejera de Redacción de la Revista Buenanueva. 
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Índice 
Presentación general...................................................................................................... 9 
1. Introducción a los Manuscritos Autobiográficos............................................ 11 
2. Datos biográficos de Teresa de Lisieux................................................................ 18 
2 
.1. Cronología................................................................................................................ 18 
2 
.2. Algunas referencias post mortem................................................................. 21 
3. Bibliografía......................................................................................................................... 23 
4. Nuestra edición-traducción de Manuscritos Autobiográficos de Teresa 
de Lisieux, «Historia de un Alma»......................................................................... 24 
Historia de un alma.......................................................................................................... 31 
1. Manuscrito A................................................................................................................... 33 
2. Manuscrito B.................................................................................................................... 137 
3. Manuscrito C.................................................................................................................... 147 
4. Apéndices........................................................................................................................... 183 
4 
.1. Historia de la pecadora convertida y muerta por amor...................... 183 
4 
.2. Billete que llevaba Teresa sobre su corazón el día de la profesión. 184 
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.3. Acto de ofrenda al Amor Misericordioso.................................................. 185 
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PRESENTACIÓN GENERAL 
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1. Introducción a los Manuscritos Autobiográficos 
Las circunstancias por las que pasaron los Manuscritos Autobiográficos de Teresa son bien conocidas en la actualidad gracias al trabajo del P. François de Sainte Marie. Brevemente resumidas, podríamos decir que su historia comienza con una reunión, de las que no hubo muchas, ni mucho menos, en vida de Teresa, entre las cuatro hermanas carmelitas, en las que la voz cantante la llevó la pequeña de la familia, dada su espontaneidad, su carisma, su alegría natural y, sobre todo, su libertad. Recordaban momentos entrañables de su vida en Alençon, primero, y en los Buissonnetes, después. De esta reunión habla la Santa en el Manuscrito A, que comienza a escribir en 1895 por encargo expreso de M. Inés, su hermana Paulina, quien se resistió al principio a la demanda insistente de Sor María del Sagrado Corazón, su hermana María, madrina de Teresa. Pero al final cedió y le encargó a Teresa que recopilase los recuerdos que conservaba tan vivamente en su mente y los escribiese. Teresa de Lisieux, como su Madre Teresa de Ávila, saltan los límites de los encargos que reciben y redactan unos escritos que poco tienen que ver con las previsiones iniciales, elaborando verdaderos tratados de espiritualidad para provecho de cuantos nos acerquemos a ellos. 
Una vez concluido el primer manuscrito, ante la atracción que todas las hermanas carmelitas sienten por la senda que sigue Teresa en su camino hacia la perfección religiosa, de nuevo su hermana María le solicita que le explique por dónde va, cuál es ese camino, la vía, dice siempre Teresa, que sigue. Y Teresa le 
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redacta muy brevemente una reducida carta en la que le explica cuál es esa vía. Pero María le responde de una manera tal que Teresa le llegará a decir: «No habéis entendido nada». Y se explaya en una nueva misiva, más extensa, que dará pie a un nuevo Manuscrito, el B, que es la quintaesencia de lo que Teresa es, vive, siente, experimenta, a lo que se siente llamada, a una entrega total a Dios, exactamente igual que la de Jesús su Esposo. Este Manuscrito solamente ya valdría para otorgarle a Teresa el título, nada exagerado, de Maestra espiritual, al lado de sus Santos Padres Reformadores, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. 
Enterada la M. María de Gonzaga de lo que se cocía en la celda de Teresa, le ordena a esta que escriba también, dedicadas a ella, por supuesto, sus impresiones, sus vivencias, desde su entrada en el Carmelo, ante instancias sutiles de M. Inés, que quede todo dicho. Así queda configurado el Manuscrito C, en el que las páginas sobre su prueba de la fe y sus experiencias sobre la caridad son verdaderas joyas evangélicas. 
Y ya tenemos la Historia de un Alma que se editó en 1898, un año después de su muerte, una edición de 2000 ejemplares que se agota apenas salida a la calle. Pero se edita no como Teresa la había escrito, sino con profundas modificaciones. M. Inés queda un tanto asustada de la incandescencia de algunas de sus expresiones y las suaviza. Corrige su ortografía, su puntuación, y la adapta a las diversas peripecias de su vida post mortem, para favorecer en todo lo posible su glorificación inmediata, que ve como una especie de canonización del hogar familiar. Pero no solo existen estas modificaciones de Paulina, al fin y al cabo su hermana le había dado ese permiso, sino que M. María de Gonzaga, llevada de un anhelo irresistible de ser la depositaria de tal legado, exige que se hagan las modificaciones necesarias para dar a entender que toda la Historia de un Alma estaba dedicada por la Santa a ella misma, lo cual supone un arduo trabajo que da a la herencia teresiana un sesgo que ella nunca jamás pretendió ni se identificó con él. 
Por otra parte M. Inés, añade un capítulo escrito por ella misma tratando de explicar a su hermana y, al mismo tiempo, redactar como una especie de pequeña hagiografía con un fin muy claro: la exaltación a los altares de su hermana lo antes posible, viendo en ello no solamente la glorificación de Teresa, sino un reconocimiento de la labor desarrollada por sus padres y por sus hermanas en el hogar paterno: yo diría que la pretensión era que en Teresa se canonizase a la familia Martin-Guerin, como ya señalamos arriba. M. Inés, siempre tuvo dotes de mando, tanto en los Buissonnets, como en el Carmelo y, quizá, una cierta ambición, legítima, no me cabe ninguna duda, de dirigir el Carmelo muy de otra manera a como lo hacía la un tanto despótica, áspera M. Gonzaga. 
Por otra parte, Teresa misma alienta a su publicación cuanto antes para que nadie pueda poner obstáculos insuperables y su mensaje llegue a todo el 
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mundo, con su nueva vía de acceso a las abundantes riquezas de la gracia de Dios. Para ella la publicación es una urgencia. 
Una vez fallecida M. Inés, el P. François de Sainte Marie recibe el permiso del Carmelo para realizar un trabajo exhaustivo de recuperación de los escritos de la Santa tal y como salieron de su mano. Desde ese momento podemos tener acceso a los manuscritos teresianos y traducirlos, ofrecérselos al público, en su plena identidad. O casi. En el TOTUM se habla «hacia una versión definitiva». 
Pasemos ahora a otros puntos de interés. Teresa sabe que no puede limitarse a contar sus recuerdos familiares de la infancia y adolescencia, ni mucho menos hacer hagiografías de sus queridos padres y reflejar las excelencias cristianas del hogar paterno. Por ello se inventó como excusa que va a escribir tal y como le venga, sin preocuparse del estilo y demás rasgos secundarios, porque su fin principal es «cantar las misericordias del Señor» y las gracias que ha tenido a bien conceder a su hijita. Se ve a sí misma como una niña que se ha arrojado a los brazos plenos de ternura de un Padre que no puede abandonarla nunca, aunque lo pueda parecer. Y así lo hace. Espontaneidad, ironía, humor, naturalidad, efervescencia, sinceridad, experiencia viva de su nulidad sin el auxilio de su Amado, y una profundísima fidelidad a Dios y a su actuación en el alma de su hija, unida a una actitud reverencial hacia quienes ostentan en su nombre la autoridad. Y por supuesto, una idea clarísima de lo que representa la pobreza en el espíritu, que Jesús declaró bienaventurada. Teresa llega a sentirse abrasada y quiere abrasar, incendiar el mundo y a los seres en ese mismo Amor que ella vive, siente y padece, porque no se puede amar sin dar la vida por quienes se ama, ya que amor con amor se paga. Un nivel de autoexigencia hacia la máxima perfección que cada alma pueda alcanzar sin dejarse nada para sí misma, ni de sí misma, en el empeño. Es este nivel de exigencia el que aterra a su hermana María del Sagrado Corazón, a quien llega a decir que no ha entendido nada de lo que le ha escrito. ¿Por qué no quedarse en la ladera? ¿Por qué hay que subir a la cima con lo que cuesta y con lo que exige? Teresa dirá porque es ahí donde te quiere Jesús, porque es ahí donde Él subió, y es lo que pide a sus esposas. 
No podemos olvidarnos de una clave que es fundamental en la escritura y en el mensaje teresiano. Teresa escribe desde el presente, y su presente es el Carmelo de Lisieux, es decir, no es alguien que escribe dejando de lado su situación actual, su Sitz im Leben, que dicen los alemanes, su contexto vital, con todas las implicaciones que esto conlleva. A pesar de que su espontaneidad la llevaría, naturalmente, a hablar de tú, jamás lo hará, ni siquiera en el anuscrito A, el de su vida familiar. La familiaridad solo se la permite en las aposiciones, «mi querida Madre», pero no solo cuando se refiere a su hermana Paulina, sino también cuando se refiere a su hermana María o a M. Gonzaga. Todo lo demás está redactada con una fidelidad absoluta a las normas vigentes en el 
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Carmelo entonces, donde no existía la «propiedad privada», sino que todo, absolutamente todo, era «nuestro», «nuestra», «vuestro» o «vuestra»; y donde el lenguaje utilizado para dirigirse a sus hermanas de religión era siempre el plural, que nosotros hemos traducido por «vos» y no por «usted», porque creemos que era así como se hablaba entonces. Y si en las series bien hechas programadas por las TV se respeta ese trato no tenemos por qué cambiarlo como si fuera obsoleto en los escritos de la época, porque obsoleto lo puede ser ahora, no entonces, y nosotros estamos traduciendo un mensaje de entonces y no de ahora, que vale para ahora y para siempre, pero no es lo mismo. Nos parece que hacerlo de otra manera es reescribir a Teresa, no trasladar lo que Teresa escribió y como lo escribió. 
En el Manuscrito C verán que Teresa tiene claro, muy claro, que su familia, sus hermanas, no son las de la sangre, las biológicas, sino todas las monjas del Carmelo con las cuales vive. Fiel a Jesús, lo es hasta en esto y no hace sino llevar a la práctica lo que ya dejó dicho Él en el Evangelio: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Los que cumplen la voluntad de mi Padre, esos son mi madre y mis hermanos». Y Teresa lo vive como si fueran dichas a ella esas palabras de su Esposo Amado. Siempre se manifestó contraria a tener contactos vis a vis con sus hermanas carnales. El subrayado que en el Manuscrito C folio 9rº de las palabras «en famille», en familia, refiriéndose a todo el Carmelo lexoviense, muestra a las claras que para Teresa, su familia no son las hermanas Martin, sino todas las hermanas del convento. Esto hay que tenerlo, como decimos, muy claro. 
De la misma manera que, aunque los Manuscritos estén dedicados a personas concretas, Teresa escribe para la Humanidad, quiere que su «evangelio», su «buena noticia» no quede entre los muros de un convento, sino que llegue a todo el mundo, pues se siente portadora de una noticia tan buena que todos los seres deben estar en condiciones de acceder a ella. Como su Madre Santa Teresa, la abulense universal, dirá que escribe por obediencia, pero la verdad es que se desvive por escribir; tienen, las dos, Madre e Hija, unas ganas locas por hacer llegar a los hombre y mujeres de su tiempo y de los tiempos futuros, el mensaje del que se sienten y se ven a sí mismas portadoras, en nombre de Aquel que suscita profetas hasta de las piedras. 
Ahora bien, no porque Teresa esté circunscrita a una realidad concreta y a una época histórica determinada, no se ve capaz de romper con aquello que traslada una imagen distorsionada del Buen Dios que se le revela en su interior. Esta es otra clave de lectura teresiana. Teresa rompe, dinamita la espiritualidad de su tiempo y la de todos los tiempos en que a Dios se le ha proyectado como justiciero inmisericorde, como el guerrero que descarga con todo furor su espada sobre el pobre pecador sin darle tiempo a arrepentirse; en definitiva, un 
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dios vengativo, cruel, que espera airado y descarga su golpe mortal sobre quien le ofende. Por ello había muchas víctimas que se ofrecían como pararrayos a la justicia divina, era el jansenismo que en todas las épocas, en la nuestra también, está latente y a la espera de la menor oportunidad para ocupar los espacios. Teresa quiere un Dios justo, porque sabe que esa justicia, la verdadera justicia, tiene en cuenta la debilidad humana, las circunstancias vitales, las carencias personales, las inclinaciones herenciales, etc., de cada ser. Y Dios es justo, pero su justicia no es aséptica, no está carente de humanidad y siempre está matizada por el Amor, porque Dios es Amor y acoge al hijo pródigo y está sentado, con Jesús, su Hijo, a la mesa de los pecadores, a quienes ha venido a sanar porque son los que lo necesitan. Teresa recupera para la Humanidad el Dios de Jesús, el Evangelio de Jesús. Por ello no es de extrañar, sino todo lo contrario, una intuición genial, propia del genio teresiano, que los dos superiores generales del Carmelo, con motivo del Centenario cumplido en 1997, titulasen así su carta a la humanidad: Teresa de Lisieux, una vuelta al Evangelio. Teresa sin Evangelio, sentido, vivido, experimentado, sobre el que cimenta toda su vida y todo su mensaje, no es Teresa. Y esta quizá sea su mayor aportación al mundo de todas las épocas: Vuelvan al Evangelio, pero no para especializarse en él, elaborar tesis que asombren al mundo, realizar exégesis deslumbrantes, nada de eso, sino para vivirlo, para experimentarlo, para hacerlo vida propia, la esencia de nuestro pensar, ser y querer. Y actuar. En Teresa de Lisieux tenemos a una testigo que, sin tener nunca ni siquiera sueños extraordinarios, ni la más mínima experiencia mística sobrenatural, ni atisbos de éxtasis, arrobamientos y demás componentes de misticismos de otra época, lo que le confiere una actualidad muy superior, permítasenos la expresión, sin nada eso, insistimos, le dice al ser de hoy que no hay intermedios, no hay concesiones a la galería, no hay «nadismos» que valgan, ni siquiera el «casi», ni el «bastante», sino el TODO. «Lo escojo TODO». «TODO es gracia». No hay medias tintas, ni comodidades tan apetecibles como engañosas y limitativas. Y eso es lo que, creo, y afirmo, quiere el ser, quiere la Humanidad de hoy: Plenitud. Si me lo siguen permitiendo, es el «TODISMO» frente al «nadismo», el casi o el bastante. Por ello, hacemos hincapié en esto, sus hermanas no acaban de entenderla. Porque esto supone un extremo nivel de autoexigencia permanente, y eso no está al alcance de todos. Teresa es ENTERA y es VERDADERA. Y así se da. Y así se entrega. Como Jesús, su Amado. 
Finalmente, en Teresa se repiten expresiones, palabras, verbos con profusión, a veces, incluso en nuestra traducción, que sigue paso a paso y letra a letra su originalidad, cuando uno se siente inclinado a echar mano de algún sinónimo castellano. Por otra parte, les invitamos a hacer una lectura creativa, por ejemplo, y, como una especie de guía, fíjense en las mayúsculas y minúsculas, Teresa no las reparte así como así, como le sale, de eso nada, están escritas y utilizadas HISTORIA DE UN ALMA.indd 15 13/03/14 10:54
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con toda intención, no son aleatorias, son intencionadas e intencionales. Así pasa incluso con su expresión preferida «el Buen Dios», pero también «el buen Dios»; repito, les invitamos a que vean, cuando usa una y cuando usa otra, una pista, observando los estados de ánimo de Teresa. Y lo mismo podemos decir de otras. Nos manifestamos dispuestos a recibir cualquier tipo de sugerencia, opinión, crítica… sobre esta nuestra edición de los Manuscritos Autobiográficos de la nueva Doctora de la Iglesia, que no recibió enseñanza reglada, salvo su estancia, breve, en la Abadía. El Espíritu sigue soplando donde quiere y sobre quien quiere. Gracias a Dios. 
Una palabra final. Hay libros que se esfuerzan tanto en cargar las tintas sobre la rutinaria vida religiosa de la mayoría de las monjas carmelitas que compartieron con Teresa su estancia en el Carmelo de Lisieux, que la llegan a tildar de vulgar, de acomodaticia, casi como si de un profesionalismo externo y meramente cumplidor se tratase, que ante tal mediocridad, la santidad teresiana es menos explicable todavía, y más excelsa, por ir contra corriente. Tampoco es eso. La gloria de Teresa no se hace «más grande» por comparación con el entorno en que se desarrolla, sino por sí misma, porque Teresa camina hacia la santidad desde los más tiernos años de su infancia. El Carmelo no es más que otra etapa, la que la llevará hasta la cima, pero no por contraposición a las medianías. Si se me permitiera un símil, diría sin ningún temor que Teresa de Lisieux es la Mozart de la santidad, niños siempre, prodigios desde su más tierna infancia, genios en todo momento, maduros cada uno en su especialidad, pero unos críos encantadores que arrastran, envuelven y elevan, conducen al alma, al espíritu un poco más allá, y hacen que los ojos se pierdan semicerrados en lontananza. 
Una nota breve añadida, un inciso: Jean François Six, con su tendencia a los descubrimientos espectaculares sobre la Santa, enunciaba un hallazgo definitivo en la espiritualidad teresiana-lexoviense, su impronta trinitaria, hasta ahora, hasta él, poco destacada, cuando es la raíz de todo. No creo que haya una santidad que no sea trinitaria y ahí están los maestros del Carmelo para confirmarlo. Y los de otras órdenes, o de laicos, estos menos porque el Vaticano se cuida muy mucho de canonizar laicos y laicas. Pues, siendo eso así, Six vuelve a meter la pata: el rasgo trinitario por antonomasia lo testimoniará Isabel Catez, en religión, Isabel de la Trinidad, pronto, esperamos, canonizada. La espiritualidad de Teresa es «jesulógica», y es desde Jesús, vivo y viviente, resucitador y resucitado, incansable maestro itinerante y paz interior para todo quien se relacionaba con él, como Teresa vive y recibe todo lo demás, aquello que se da por añadidura. Teresa «vive» a Jesús, vive con Jesús, vive en Jesús, o si lo prefieren es Jesús quien vive, ocupa todo el espacio, se adueña por completo del ser de Teresa hasta con-fundirse en una sola y única identidad. Aquí está toda raíz de la santidad de Teresa, toda su vida. 
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De la misma manera, no se pueden tampoco cargar las tintas sobre los presuntos fallos, debilidades, desatenciones, asperezas, inhibiciones, de sus padres, que llegan a hacerle exclamar a uno cuando los lee: «pero Teresa es un oasis en medio de tanta y tamaña mediocridad cuando no algo peor». Se hace referencia al excesivo tiempo que le ocupa el taller a su madre, de manera que deja todo lo demás de lado incluida la atención a sus hijas, sobre todo las más pequeñas, encargando de este trabajo a sus hijas mayores. Se insiste menos en el dilentantismo del padre, que llega a encargar el trabajo de la joyería a un subalterno, mientras él se dedica al cultivo del espíritu y a su permanente ansia de viajar. Quizá en ello se puede encontrar una explicación del trabajo exhaustivo de Celia, su esposa, para que el hogar familiar no se resintiera económicamente por ello. No creo que la preocupación por una economía saneada en un hogar de siete personas, deba tomarse como un baldón, sino todo lo contrario, como algo natural y digno de alabanza; de la misma manera que no es criticable que el Sr. Martin se muestre preocupado por la evolución negativa de unos fondos en el mercado de valores. Son preocupaciones normales, lógicas, en cualquier familia por muy religiosa que sea. Es más, según he podido comprobar, en las familias religiosas, ahora mismo, ocupa un lugar preponderante, su nivel de ingresos, lo cual no es censurable, ni mucho menos, a nadie, religiosos/as incluidos, les ha dado Dios el mandato de vivir en la miseria, o de desatender ningún aspecto de nuestra humanidad, de nuestra necesidad vital. 
Por ello Teresa no es un oasis, ni en el Carmelo, ni en su familia. Lejos de ella esta afirmación, la rechazaría de plano. Como tampoco estaría de acuerdo con quien pueda afirmar que no quería a su madre, que prefería a la niñera-nodriza, Rosa Taillé, porque su madre no podía darle el alimento de vida, y su nodriza sí. ¡Qué aberración! Si Teresa se echa a los brazos de Rosa cuando van por ella o la traen a casa después de su amamantamiento, no creo que sea porque rechace a su madre, sino porque los bebés de meses, lo mismo que las crías de los animalitos, se ciñen con fuerza a quien les proporciona lo que ellos necesitan primordialmente en esos momentos, pero no porque amen a alguien y aborrezcan a otros. No han llegado afortunadamente a eso. Perdonen por la expresión, pero creo que es una aberración, repito. Los libros citados en la bibliografía de J. F. Six van por ahí. Es una pena porque, por lo demás, aportan mucho y bueno sobre Teresa. 
Que el Espíritu les guíe en esta lectura: es Evangelio puro. Acompañado de la Imitación y de San Juan de la Cruz. Teresa es quien mejor sabe leer e interpretar e incorporar a su vida las enseñanzas de este Gran Doctor del Amor. Y demos gracias a Dios. 
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2. Datos biográficos de 
Teresa de Lisieux 
2.1. Cronología 
Teresa nace el 2 de enero de 1893, jueves, en Alençon. Sus padres son: Louis Martin (22-8-1823 / 29-7-1894) y Celia Guerin (23-12-1831 / 28-8-1877). Louis Martin es relojero, Celia se dedica al encaje, llegando a tener un taller en su casa con algunas empleadas. Celia murió tempranamente a causa de un cáncer de mama. Es de notar que los padres de Teresa se casaron a edad tardía para la época y que hicieron propósito de evitar la relación sexual, hasta que por consejo de un sacerdote que los guiaba espiritualmente y les hizo ver que el mandato de Dios es el de creced y multiplicaos, rompieron ese compromiso. Llegan a tener nueve hijos, cuatro de ellos mueren al poco de nacer, aunque uno de ellos llega a un año. 
Cuando Teresa nace, el hogar Martin-Guerin cuenta ya con otras cuatro hijas: Paulina, luego Madre Inés, María, luego Sor María del Sagrado Corazón, Leonia, que al final ingresó en la Visitación después de varios intentos de vida religiosa en diferentes comunidades, y Celina, luego Sor Genovea de Santa Teresa, carmelita descalza en el Convento de Lisieux como sus otras tres hermanas citadas. Luego solo Leonia no fue descalza. 
De bebé es entregada a una nodriza, Rosa Taillé, quien se encarga de amamantarla, pues su madre, que probablemente ya estaba atacada en sus inicios por el cáncer de mama, no puede proporcionarle el alimento necesario. Teresa siempre estará muy agradecida a Rosa, aunque no la nombra en su Historia de un Alma, sino, y muy poco, a través de las cartas de su madre. 
A los cuatro años muere su madre y la familia se traslada a los Buissonnetes, un caserío ubicado en Lisieux, donde vive su tío Isidoro Guerin casado con Celine Fournet, y sus dos primas, Juana, luego esposa del Dr. La Neéle, que atenderá a Teresa ya avanzada la tuberculosis, y María, luego carmelita descalza en el mismo monasterio que sus primas con el nombre de Sor María de la Eucaristía, fallecida también de tuberculosis en 1905. 
En 1882 Paulina, su madrecita, entra en el Carmelo. De ello Teresa se ha enterado por sorpresa. Esto le produce una nueva orfandad, que le hace arrojarse a los brazos de su Madrina, su hermana María. En diciembre, dos meses después de la pérdida de Paulina, cae gravemente enferma. Nadie cree que va a salir de esta enfermedad, se toman medidas extraordinarias y desesperadas, se encargan misas… Pero el día 13 de mayo, «ve» la sonrisa de la Virgen María y queda curada de forma súbita. 
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En 1884 recibe la primera comunión, día excelso y repleto de gracias, también en mayo; la confirmación el 14 de junio. Por estas fechas y en las inmediatas anteriores recibe formación en la Abadía, donde no es feliz. Mientras está con ella Celina, aguanta; pero cuando su hermana sale por edad, no resiste y acaba volviendo al hogar paterno, recibiendo a partir de entonces clases particulares en casa de una institutriz, en Lisieux. 
En 1886, después de la misa del Gallo, al regresar a casa, su padre, fatigado, pronuncia unas fatídicas palabras a la hora en que Teresa ha de recoger los regalos dejados sobre los zapatos en la chimenea: «Menos mal que este será el último año». Estas palabras taladraron el corazón de Teresa, pero le hacen dar un salto cualitativo: se acabaron las niñerías, hay que ser mujer. Comienza entonces la carrera de gigante. Se hizo adulta, así, de repente. 
Decide entrar en el Carmelo a los quince años. Tiene que sortear impedimentos que le llegan de todas partes, incluso de su otra familia, su tío Isidoro, sobre todo, que llega a decir que necesitará un milagro para cambiar de opinión, pero con el apoyo de la suya propia, con su padre a la cabeza. 
Viaje a Roma. Aún no tiene quince años. Viaje que le enseña más que todos los años anteriores y la afirma en su vocación carmelitana y en su misión: rezar por los sacerdotes. Ve el mundo y sus miserias. Quiere volar por encima de todo eso. Incluso llega a atreverse a plantear abiertamente el tema de su entrada a León XIII, quien le dice que se hará la voluntad de Dios. 
Y justo al año siguiente, el 9 de abril de 1888 cumple su sueño de entrar en el Carmelo a los quince años en la fiesta de la Anunciación. 
El 23 de junio se produce el momento quizá más dramático para la nueva carmelita: Su padre desaparece, y permanecen sin noticias suyas hasta el día 27, en que vuelve a casa después de haber sido encontrado por Celina y María, su prima, en el puerto de El Havre. Hoy diríamos que el alzhéimer se había manifestado. De aquí hasta su final, el Sr. Martin pasará un calvario del que en muy pocas ocasiones se dará cuenta. Y sus hijas y su familia también. Teresa, reaccionando como una santa, dirá que ese tiempo fue un tiempo de gracias inestimables. 
En el Carmelo Teresa va recibiendo varios empleos: refectorio, sacristana, y realizando diversas tareas. Tiene fama de poco mañosa y de lenta. Pero va creciendo espiritualmente, intuye su pequeña vía, llamada comunmente «caminito», aunque ella no llega a denominarlo con esta palabra, siempre escribe «pequeña vía» o «atajo» o incluso «ascensor» que la eleva a Dios sin que tenga que subir peldaño a peldaño la escalera de la perfección, y encuentra su lugar en la Iglesia y en la Humanidad, ser el corazón, ser el Amor. 
Es nombrada ayudante de Maestra de Novicias por la reelegida M. María de Gonzaga, como Priora de la Comunidad, que llegará a decir que 
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si tuviera que elegir una sustituta suya al frente, nombraría a Sor Teresa, porque a sus veinticuatro años tiene una madurez superior a todas las demás hermanas, y eso que jamás la entendió, y sí la trató muy desconsideradamente. En este trabajo, se dará cuenta de que en la vida religiosa también hay quien se instala, quien no quiere llegar a darlo todo y a darse del todo, sino que se acomoda y se dedica a cumplir simplemente. Por ello aumentará su nivel de exigencia a las novicias, que llegarán hasta a desear no volver a hablar con ella. Confiesa no sentirse querida por ellas, pero sabe que una religiosa no puede ni debe acomodarse o concederse licencias que disminuyan la entrega de sí misma a Dios. 
En 1895 entra Celina en el Carmelo y será una de las novicias que más le hagan sufrir a Teresa. Ella resalta en el Manuscrito C un día en el fue probada casi hasta el límite por una novicia que le había proporcionado un gran disgusto, hasta decir que el cáliz estaba lleno: fue Celina quien le hizo este regalo. 
En 1895 recibe el encargo de Madre Inés de Jesús de redactar la historia de la familia, en base a sus recuerdos de infancia, pero Teresa sobrepasa esos límites y escribe todo un tratado de espiritualidad que alcanzará su cumbre el Manuscrito B, «encargado» por su otra hermana Sor María del Sagrado Corazón, y que culminará con el encargo de M. Gonzaga sobre sus años en el Carmelo. El día 9 de junio Teresa realizará un acto tan simbólico como revolucionario para la espiritualidad de la época: se ofrece espontáneamente al Amor Misericordioso de Dios al ver que lo habitual era ofrecerse como víctimas a la justicia divina para parar los rayos de su ira por el pecado del mundo. 
En 1896, el día 3 de abril, se produce la primera hemoptisis durante la noche del Viernes Santo. Aun así, pedirá llevar en todo su rigor la Semana de la Pasión de su Amado Jesús. Como premio a tanta fidelidad, recibe el día 5, Pascua, su entrada «en las más espesas tinieblas», la llamada «Noche de la fe», durante la cual no cantará lo que cree, sino lo que quiere creer, y se sentará a la mesa de los impíos para compartir con ellos el drama de su impiedad, y que haya allí, en esa mesa, «al menos un corazón que ama a Dios». 
Durante el último tramo del priorato de Madre Inés de Jesús, esta decide hermanarla con un sacerdote-misionero que ha pedido las oraciones y los sacrificios de una hermana carmelita mientras que ofrece tenerla presente cada vez que celebre misa. Este sacerdote, el abate Belière, no dará muchas señales de vida, como indica la propia Santa. Esta fraternidad espiritual la completará Madre Gonzaga cuando le solicite que sea ella, también, quien se hermane con el abate Roulland, que había de partir para las misiones, proporcionándole a Teresa una de las grandes alegrías de su vida, ya que, confiesa, hubiera deseado que alguno de sus hermanos biológicos, fallecidos muy pronto, si hubiese vivido, le hubiera dado esa gran alegría de ser sacerdote. 
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El 8 de septiembre comienza el maravilloso Manuscrito B, toda una síntesis de su espiritualidad, envuelto en un aliento poético y una audacia espiritual sublimes, supremos. 
En 1897 la enfermedad se hace incurable, será todo un martirio aceptado y asumido, sobrellevado en paz y siempre manifestado con el típico y simbólico humor teresiano. Comienzan a recoger sus testimonios, sus frases, sus palabras, lo que luego conformará los volúmenes editados con el título Últimas conver saciones, donde este humor alcanza cimas de ironía. M. Gonzaga le encarga, por sugerencia muy convincentemente presentada por Madre Inés, muy sutil, no cabe duda, que escriba sus recuerdos desde su entrada en el Carmelo. Es el Manuscrito C, en el que se pueden leer las páginas de más fina y sutil ironía de Teresa. Y que hacen reír, sin duda. Leyéndolas, no extraña nada que fuera de las más deseadas en las recreaciones: donde estaba ella reinaba la alegría, el buen humor, la risa, ¿por qué no? 
Después de meses de sufrimiento y de dolor, también por las penas causadas a la comunidad y sobre todo a sus cuidadoras, y de tener que oír algunas expresiones muy ofensivas, su hermana Celina llegará a decir que se está atendiendo a una santa, pero allí no huele precisamente a rosas. Teresa, exhausta, fallece el 30 de septiembre de 1897 a las 19,20. 
2.2. Algunas referencias post mortem 
1898.- El 30 de septiembre salen de la imprenta los primeros 2000 ejemplares de la Historia de un Alma, así bautizada por M. Inés, quien ha modificado el texto de manera considerable, en todos los aspectos, aunque no llega a hacerlo irreconocible. 
1899.- 2.ª edición de 4000 ejemplares. La primera se agotó muy pronto. 
1901.- Primera versión en otra lengua, el inglés. 
1907.- El nuevo obispo de Bayeux-Lisieux pide a la Comunidad que anoten recuerdos, etc., referentes a Teresa. Justo al año siguiente se produce el primer milagro atribuido a Teresa: la curación de una niña de cuatro años al tocar su sepultura. 
1909.- Se designa al postulador y al vicepostulador de la causa, con lo que se abre el proceso de beatificación y canonización de Teresa. El Carmelo recibe miles de cartas de todas las partes que manifiestan su admiración, cariño y devoción por Teresa. Mientras, su Historia de un Alma se va traduciendo a idiomas múltiples y variados, el cingalés, por ejemplo. 
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1910.- Se exhuman sus restos que son trasladados de lugar, realizándose una segunda exhumación en 1917, la definitiva, llevándolos al lugar en el que hoy se levanta una Basílica. 
1921.- Benedicto XV la proclama Venerable y enfatiza la infancia espiritual como vía. 
1923.- Beatificación de Teresa por Pío XI que la proclama «estrella de su pontificado » 
1925.- Canonización de Teresa por Pío XI ante 6000 peregrinos. Se fija su fiesta para el día 1 de octubre. Teresa es proclamada patrona, con S. Francisco Javier, de las Misiones. 
1932.- El congreso celebrado en Lisieux pide que Teresa sea declarada Doctora de la Iglesia. 
1937.- Se inaugura la Basílica de Lisieux, con homilía del Cardenal Pacelli, después Pío XII. 
1944.- Teresa es nombrada por Pío XII patrona secundaria de Francia, al igual que Juana de Arco. 
1951.- Muere Madre Inés, su hermana Paulina, lo que significa que los escritos de la Santa podrán ser editados tal y como ella los escribió. Esto se produce en 1956, con una edición facsímil, después de un arduo trabajo del P. Farnçois de Sainte Marie, OCD. Sus introducciones y los peritajes realizados para restablecer con la mayor fidelidad posible el texto original, son de capital importancia para todos los amantes de Teresa. Al año siguiente, 1957, esta edición se hará llegar al pueblo en general a través de edición impresa. 
1971.- Publicación de las obras teresianas en una edición especial conocida como del Centenario, incluyendo la Correspondencia general, es decir, las cartas escritas a Teresa por diversas personas a lo largo de su vida. Y una profunda revisión de Últimas Conversaciones. 
1992.- Publicación del «TOTUM», las Obras Completas en un solo tomo, según la NEDC, Nouvelle Edition Du Centenaire, Nueva Edición Del Cen tenario. 
1997.- Proclamación de Teresa de Lisieux como Doctora de la Iglesia por parte de Juan Pablo II. 
2003.- Año en el que las reliquias teresianas llegan a España en su periplo a lo largo y ancho de Europa. 
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3. Bibliografía 
Haremos referencia a algunos de los títulos más significativos, solamente. 
Ed. Monte Carmelo: Obras Completas de Santa Teresa de Lisieux. De aquí se extractó la Historia de un Alma, todo ello a cargo del P. Emeterio García Setién. Posteriormente se revisó este texto y se realizó una nueva versión a cargo del P. Ordóñez de acuerdo con la NEDC, pero con un cambio inaceptable: utiliza el «tú», el «mi». Teresa nunca lo hizo. Es un cambio que reescribe a Teresa, no es ella ya la que habla; es el traductor quien la hace hablar como él quiere que hable, algo inaceptable, pues, como lo sería en las ediciones de Sta Teresa de Jesús: adaptar sus expresiones, un tanto oscuras y difíciles de entender, al castellano actual, o sus maneras de dirigirse a Dios como Su Majestad por ejemplo. 
EDE (Editorial de espiritualidad), Historia de un alma. Edic. de Alberto Barrientos y Felipe Barthez. Muy inexacta respecto del original teresiano y poco respetuosa con el mismo. No hay actualización de esta versión. Se mueve entre la Historia de un Alma de M. Inés, no de Teresa, y los Manuscritos Autobiográficos. Llega a eliminar hasta frases y dulcifica las fuertes expresiones de la Santa 
Manuscritos Autobiográficos, publicado en México por el P. Nazario, Argimiro Ruano. Bastante fiel al original. Creo que está ya descatalogada. 
Historia de un alma: edición de EDIBESA, a cargo del P. Vicente Martínez Blat, gran conocedor de la Santa, y una traducción que es, sin duda, la mejor, la más fiel al espíritu y a la letra de Teresa, pero no traducida del facsímil, sino de la edición del P. Conrad de Meester 
Santa Teresita día a día: por el mismo padre y en la misma editorial. 
Guy Gaucher, publica en M. C. La Pasión de Teresa de Lisieux, estudio serio y profundo. 
Conrad de Meester, OCD, publica Dinámica de la Confianza en M. C. Una tesis con lo que esto conlleva. Buen estudio de la vía teresiana. 
Del mismo autor Con las manos vacías, estudio sencillo pero vital y fiel de Teresa. 
Teresa de Lisieux: Vida. Doctrina. Ambiente. Ed. M. C. Varios especialistas. 
Pierre Descouvemont - Helmuth Niils Loose: Teresa y Lisieux. Album fotográfico y datos biográficos, con estudio de los principales temas teresianos. Libro fundamental. 
Jean Guitton: El genio de Teresa de Lisieux. 
Jean François Six: La verdadera infancia de Teresa de Lisieux. 
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Idem: Teresa de Lisieux en el Carmelo. Sobre las obras de Six ya hablamos en la introducción. Solo destacar que la aplicación del psicoanálisis desde el presente hacia el pasado lleva a exageraciones y a tremendos errores de interpretación. 
P. Marie-Eugene de l’Ènfant Jesus: Tu amor creció conmigo. 
Hans Urs von Balthasar: Teresa de Lisieux, historia de una misión. Profundo. Clásico. 
Idem: Si no os hacéis como este niño. Un opúsculo sobre esa escena del Evangelio con Teresa de Lisieux al fondo 
Rosario Ramos: En la entraña de Teresa de Lisieux. Tesis doctoral. Bien enfocada. 
Se pueden consultar también los dos números especiales de Revista de Espiri tualidad sobre Teresa con motivo del Centenario de su muerte, así como el especial de la Revista Monte Carmelo. 
Y las Actas del Congreso que se celebró en España, coordinado por Emilio Martínez, actualmente Vicario General de la Orden, con intervenciones destacadas de los principales especialistas, alguna de ellas también desentona del buen nivel general. 
Quien desee documentarse más, habrá de acudir a libros publicados en francés por las editoriales Carmel, Cerf y DDB principalmente. 
También existe en M. C. un Diccionario de Teresa de Lisieux y una edición de los Procesos. 
4. Nuestra edición-traducción de 
Manuscritos Autobiográficos de 
Teresa de Lisieux Historia de un Alma 
Nos hemos decidido a realizar y presentar al público una nueva traducción de los Manuscritos Autobiográficos de Teresa de Lisieux, conocidos en el mundo entero como Historia de un Alma, que fue su título inicial, porque estábamos insatisfechos sobre cómo se habían editado hasta ahora, con modificaciones de forma y de fondo, en algunos casos, contrarios al espíritu y a la letra de la Santa. Vamos a señalar algunas, sin ánimo de polemizar, sino únicamente para remarcar aquello que creemos no es ni forma parte del estilo de Teresa, alterando no solo la letra, sino también el espíritu de la santa lexoviense. Desde HISTORIA DE UN ALMA.indd 24 13/03/14 10:54
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este punto de partida, recuperamos el «vos» que preferimos al «usted», porque creemos que era la forma de hablarse entre las hermanas del Carmelo. Teresa de Lisieux nunca jamás se refirió a sus hermanas carmelitas, ni habló con ellas dentro del Claustro, ni siquiera en el estado de licencia, permiso, utilizando el «tú». El hecho de que aparezca el vos-usted en sus manuscritos no hace sino reflejar lo escrupulosa que era ella ante el cumplimiento de las normas carmelitanas que exigían ese trato. Por lo tanto en este punto no hubo corrección por parte de M. Inés, su hermana Paulina, sino su manera habitual de expresión, repito, como lo exigían las normas del Claustro. De hecho nuestra Santa, habituada a hablar en el mundo con toda su natural espontaneidad, viveza, cuando entra en el Carmelo, no la pierde, pero la adapta, es decir, si antes habla de «mi habitación », mis pajarillos»…, en el Carmelo hablará de «nuestra» celda, por ejemplo; se cuida mucho en sus manuscritos de usar ese «mi» «mis», con el fin de indicar con ello que las cosas no eran propiedad de nadie, sino que estaban a su uso. Emplear el tú supone contradecir a la propia Santa, e incumplir respecto de ella, formas que eran muy respetadas, aceptadas y asumidas por ella, que se esforzaba en cumplir hasta en sus más mínimos detalles tanto la Regla como los usos del Carmelo. Y así se lo exigía a sus novicias. La fidelidad de Teresa a esta Regla y Normas fue, desde el principio, de una escrupulosidad absoluta. No se hace ningún bien a la Santa haciéndola expresarse de otra manera, en virtud de su espontaneidad y familiaridad con sus hermanas, siendo así que, mientras vivió en el Carmelo, sus lazos con ellas eran estrictamente los de la Comunidad en Religión, lo que no era obstáculo para que, si se les otorgaba licencia, hablaran de cosas relacionadas con la familia, su niñez, y temas parecidos, de los que únicamente hace referencia a una de ellas, pero podía haber dicho: «Estando de licencia con María mi querida Madrina», pues no, la llama Sor María del Sagrado Corazón, que era su nombre en religión. Repito: es apoderarse del mensaje teresiano y trasladarlo como ella no lo escribió ni quiso que se escribiese; de lo contrario, un ser libre como ella lo hubiera expresado de esa manera. Lo hizo de otra, la que debía utilizar, sin más. Ese mensaje traducido de esa manera no es el de Teresa, por más que pueda ser más entendible por los lectores y lectoras de hoy. Pero si lo creemos necesario en Teresa de Lisieux, ¿por qué no lo hacemos también con Teresa de Ávila o con Juan de la Cruz o con…? Y además estos son mucho más dificultosos de leer dado el castellano antiguo. Pero lo que en los dos Padres Reformadores del Carmelo se considera no ya necesario sino intocable, y si hay alguna disputa es por hacer valer una presunta mayor fidelidad al texto salido de sus manos, ¿por qué sí puede uno darse a sí mismo licencia para modificar sustancialmente la forma de expresión de Teresa de Lisieux? Inaceptable desde todos los puntos de vista. ¿Cuántas expresiones de Teresa de Jesús habría que cambiar para hacerlas compatibles con la forma habitual de dirigirse 
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a Dios hoy día, y sin embargo se conservan? ¿Es que con Teresita, la ñoña, la infantil, la ingenua, uno se puede permitir ciertas licencias que contravienen su respeto profundísimo por los usos establecidos? No, rotundamente no; el mensaje de Teresa, como el de cualquiera de los que han aportado a la Humanidad riquezas inmensas en bien de su camino hacia la liberación integral, debe ser trasladado conforme nos fue dado, en el siglo XVI y el XIX. Lo contrario es reescribir a Teresa, no trasladar lo que nos dejó y cómo nos lo dejó. Teresa es una plena mujer, no es ninguna niña: a sus veinticuatro años ha conquistado unas cimas tan elevadas no ya de perfección, sino de madurez humana, que al Buen Dios le pareció que podía llevarse consigo a ese monumento de mujer que Él mismo había ido formando. Su reciedumbre, su incandescencia, su abrasamiento, su camino, son suyos, nos los ha legado. Teresa ni es ñoña, ni es infantil, ni es insulsa, ni es en diminutivo. Quien se adentre en el estudio de esta Santa modelada por el sufrimiento, en continua búsqueda de la verdad, lo que le hará llegar a unas alturas de humildad dificilmente constatables en la mayoría, con una naturaleza recia, fuerte, incandescente, con una capacidad de discernimiento impensable en una muchacha de su edad, se dará cuenta de que está frente no ya a una santa enorme, sino al lado de una mujer de cuerpo y alma enteras, eso es Teresa ante todo; luego vendrá todo lo demás. Por eso, repetimos, nos ha legado sus escritos, pero no nos ha dicho a cada uno que podemos hacer con ellos lo que queramos; solo le dio permiso a su hermana Paulina, M. Inés, que fue la primera que se asustó ante sus fortísimas expresiones, y las dulcificó, contribuyendo con ello, sin querer, quizá, a construir esa imagen falsa y falseada de su hermana como niñita, mimadita, insulsilla, ñoña. Nada más lejos de la realidad. Por ello nosotros hemos querido rescatar el espíritu y la letra de Teresa. Si lo hemos logrado, nos consideraremos satisfechos. Les invitamos a leer a Teresa como ella vivió, sin concesiones a la vulgaridad de un «tú», o de un amor que abraza al mundo, cuando ella dijo con toda intención que lo que hace el Amor del Buen Dios es ABRASAR el mundo. Parece lo mismo, pero no es igual. Y Teresa va por esto último, no por lo primero. Ardor, quemar, abrasar, guerra a las más leves faltas en sus novicias, buscar, en fin. Lean el Manuscrito B con toda atención, tratando de captar la profundidad del mensaje teresiano y el nivel de intensa, extrema exigencia que describe, y juzguen por ustedes mismos si esto se lleva bien con dulcificaciones manipuladoras y tergiversadoras. 
Después de pensarlo detenidamente y de dudar bastante, hemos decidido trasladar a nuestro idioma este mensaje de salvación, de maduración humana, de liberación evangélica, tal como ella nos lo legó: observarán deficiencias en la puntuación, sobre todo; casi nunca escribe los tres puntos suspensivos de rigor, sino que los distribuye conforme el eco que quiere transmitir, uso irregular de la coma, etc. Hemos ido comprobando palabra por palabra y signo por signo, 
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teniéndonos que decidir por uno cuando la cosa no estaba demasiado clara, por ejemplo en el tema del punto y coma y los dos puntos. Así que tienen ante ustedes una versión ceñida hasta en el más mínimo de los detalles al texto y a su contexto. Teresa decía «Sólo quiero la verdad», durante toda su vida y, sobre todo, ante su temprana muerte. Esa verdad sobre cada uno, que tanto nos cuesta aceptar, que hacemos lo posible por rehuirla, ella la abrazó y la asumió con una valentía y un coraje sin igual, y de ahí se lanzó al abandono en las manos de Dios y a la confianza en su misericordia, que la elevaron a unas cimas de santidad inigualables, porque el más pequeño será el más grande, como el que más se humille será más ensalzado. Siguiéndola a ella, hemos preferido traducir su texto tal y como aparece en la edición facsímil del mismo. Ha sido una tarea ardua, pero creemos que ha valido la pena. Por ello, no habrá divisiones en capítulos, ni orientaciones sobre los temas tratados en cada uno, según se ha hecho hasta ahora en la mayoría de las traducciones. Usted, lector, sabrá perfectamente componerlos. 
Otra observación. Hay una expresión francesa «à son insu» que literalmente se puede traducir «a sus espaldas», pero también equivale a «sin saberlo». Nos hemos decidido por esta última, pues no va en contra de lo que nos parece quiso decir la Santa. Hay dos veces más en que Teresa dice «sin saberlo», en sus manuscritos, una de ellas referida a su padre, precisamente. Lo verán ustedes. Bueno, pues en esas dos veces utiliza la expresión «sans savoir», que es lo normal en un escrito tan familiar como el de Teresa. ¿Por qué, pues, «à son insu», cuando está hablando de la severidad de M. Gonzaga hacia ella en sus primeros movimientos dentro ya del Carmelo? Si se dan cuenta tanto nuestros «sin saberlo», como «a sus espaldas» vienen a querer indicar lo mismo. El texto está dedicado a su hermana Paulina, M. Inés de Jesús. Teresa le está diciendo a esta que, sin que ella se enterase, M. Gonzaga le obsequiaba con un trato muy acorde con su carácter propio y su desafecto hacia M. Inés. Si esta se hubiese enterado de todo ello, se habría quejado ante su Priora y le hubiera exigido con delicadeza y diplomacia que dejara de hacerlo, con lo cual se hubiera producido una situación que nuestra Santa no quería ni en broma, pues ella había ingresado en el Carmelo no por estar con sus hermanas mayores, sino «por Jesús sólo», y Él estaba actuando a través de su superioras. Una prueba más de su fidelidad extrema a la Regla, y una muestra más de esa inteligencia iluminada de la que era portadora. Lean bajo este prisma las primeras páginas del M. C y verán cómo concuerdan con esta impresión. Ustedes, en su lectura creativa, opten por la que les parezca más acorde con Teresa. 
Hay una traducción en una editorial carmelitana que modifica sustancialmente, en algunos casos, el mensaje teresiano en su fondo. Llegan a suprimir hasta frases enteras, y desde el comienzo. Utilizan verbos castellanos que no se HISTORIA DE UN ALMA.indd 27 13/03/14 10:54
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avienen bien con los usados por Teresa, quizá porque las expresiones teresianos son fuertes, directas, sin subterfugios, y eso no se aviene bien con el pretendido casi infantilismo de ella, no es lo mismo que el Amor de Dios «abrasa al mundo », que decir «abraza», por poner un ejemplo. ¿Cuál les parece que es la expresión más fuerte? La primera, ¿verdad? Pues esa es la de la Santa. Y la edición sigue circulando sin revisión, hasta ahora. 
Sí queremos referirnos aquí a la realizada por el P. Vicente Martínez Blat, OCD. Hace una traducción estupenda, gran conocedor de la Santa, no se asusta ante ciertas expresiones de Teresa y las traduce tal cual. Es muy fiel y muy teresiana. Pero incurre en algo que nos parece un error, mínimo, pero error. No respeta la ortografía de la Santa, sobre todo en el tema del uso de los signos de puntuación que, como verán, Teresa los usa de una manera un tanto extraña. Por lo demás, es una traducción fidelísima. Para nosotros, sin duda, la mejor. Si no hubiera echado mano de la numeración de los párrafos, hubiera sido más fiel. Teresa no escribe para ser numerada como los Evangelios, capítulos, versículos. Teresa escribe de seguido y nos parece que lo más adecuado es hacerlo así, sin explicación alguna sobre los temas tratados en cada presunto capítulo o párrafo. 
Sí adoptamos la numeración clásica en folios, colocándola entre paréntesis (1rº), (1vº), indicando en qué folio de cada Manuscrito se puede encontrar la referencia que se busca. 
Si han leído hasta aquí, ya sabrán por qué hemos emprendido esta tarea. Fidelidad extrema al fondo y a la forma, incluso utilizando, como ella, el signo de interrogación cuando lo requerido sería el de admiración. Hemos respetado hasta la repetición del mismo vocablo, como hace Teresa, sin sustituir por sinónimos lo que suena a repeticiones, aliteraciones varias y continuas. Si en algún caso muy aislado se ha hecho, es únicamente porque ese sinónimo no afecta para nada a la forma propia de la Santa: Dos ejemplos: el adverbio «souvent», que es utilizado profusamente por Teresa, nosotros lo hemos traducido casi siempre por su equivalente «a menudo», alguna vez también por «frecuentemente », pero muy escasas. El otro ejemplo podría ser: [80vº] «…. de ce Père qui ne fut apprécié que de moi»: la expresión «ne… que…» es quizá la más utilizada por Teresa; NO fue apreciado MAS que… «No más que, nadie más que», casi siempre, la hemos traducido así salvo en dos o tres ocasiones en que nos ha parecido más apropiado «sino» o «solo». Es lo mismo, se podría haber hecho más veces. No altera nada, no es sustancial. Es, pues, una edición que no dudamos en calificar de servil respecto del texto primigenio, contrastando las ediciones francesas del TOTUM y de Cerf, en edición separada, con la edición FACSÍMIL del Centenario. Hemos tenido en cuenta también la estupenda introducción de la edición facsímil francesa, y los excelentes peritajes realizados por expertos sobre el texto de la Santa, concretamente los Sres. Trillat y Michaud. 
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La cantidad de palabras utilizadas por la Santa llega a 1543, palabra arriba, palabra abajo (decimos esto por si nos ha fallado la suma). O sea, que su diccionario constaba de estas palabras. Hay algunas mucho más empleadas que otras: «amour, âme, chercher». Es muy significativo lo de este verbo que equivale a «buscar», que lo usa 122 veces, nada menos. O «brûler», 48. Buscar y quemar, abrasar. Ustedes pueden incidir sobre esto en su lectura creativa, verán que es algo más que una simple curiosidad. Vean qué palabras utiliza más, y lo hace porque quiere hacerlo, porque le son instrumentos necesarios para decir lo que quiere decir, como lo quiere decir. 
Hemos de señalar, igualmente, que a veces hemos considerado colocar entre corchetes algunas expresiones que nos parece se entienden mejor en nuestro idioma, sin por ello romper ni alterar el sentido del texto de la Santa, como también algunas partículas que ella olvidó, por descuido simplemente, ya que, como indicamos, y como ella misma nos dice, su escritura estaba muy limitada a los tiempos de ocio o dedicación personal, que eran mínimos, o era continuamente interrumpida con la mejor intención, por sus hermanas. 
Partimos de un principio básico: Teresa dice lo que dice y lo dice como lo dice con plena conciencia de lo que dice y de cómo lo está diciendo, en este caso, escribiendo, porque tiene muy claro desde nada más recibir el encargo, de que no se va a quedar en el pequeño círculo de la familia biológica, ni siquiera en el Carmelo, sino que va a saltar las paredes del mismo y se va a instalar en el corazón mismo del mundo; en otras palabras, sabe que su mensaje se va a difundir por todas las partes y que va a llegar a lugares insospechados, y, si no lo sabe a ciencia cierta, lo intuye: de ahí el permiso que da a su hermana para que haga con ellos lo que estime oportuno y que le pida que se publique muy pronto, para evitar impedimentos que podrían obstaculizarlo. Por lo tanto, su referencia a que al fin y al cabo escribe así porque es como una niña que le cuenta las cosas a su madrecita y por lo tanto no se tiene que ocupar del estilo, siendo así que los premios en la Abadía se los llevaba en estilo, es decir, redacción, no deja de ser un subterfugio para velar, no tanto como para que no se vea su intención, su verdadera razón para hacerlo tal y como lo hizo: su mensaje debe ser asequible a todo el mundo, debe trasladar a un mundo enfrascado en peleas dialécticas y de otro tipo mucho más violento, la necesidad ineludible de la ternura, que al fin y a la postre no es más que una imagen de la ternura de quien nos ama tal como somos, nos acepta así y nos lleva en su corazón. Una vez más lo decimos, respetar hasta en el más mínimo detalle esto, es ser fiel a Teresa y a su mensaje. 
Tampoco vamos a poner notas explicativas. Creemos que en una lectura creativa debe ser quien lee un texto el que debe acudir a otras fuentes con el fin de profundizar más en el conocimiento de la autora, si se siente inclinado a ello. HISTORIA DE UN ALMA.indd 29 13/03/14 10:54
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Nos queda solamente, agradecer a quienes nos lean, la confianza que en nosotros depositan y que estamos abiertos a todo tipo de sugerencias y críticas, que serán bienvenidas. 
Que la lectura de este mensaje tan actual de esta mujer, porque Teresa es primero una gran mujer, después todo lo que cada quien quiera, sirva de alimento espiritual y de aliento para escalar las más altas cimas de la realización plena de nuestra persona, un viaje al interior de la fe, de la mano del Amor que, en lenguaje teresiano, abarca todas las vocaciones. En confianza y abandono, es decir, en la paz de Jesús. 
Solo nos queda insistir en que les invitamos a mantener contacto, del tipo que prefieran, siguiendo las referencias que damos en las páginas de inicio. Y darles las gracias y pedirles de antemano perdón por las posibles erratas. 
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1. Manuscrito A 
(2rº) J.M.J.T. Enero 1895 
Jesús + 
Historia primaveral de una pequeña florecilla escrita por ella misma y dedicada a la Reverenda Madre Inés de Jesús. 
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Es a vos, mi Madre querida, a vos que sois dos veces mi Madre, a quien yo voy a confiar la historia de mi alma….. El día en que me pedisteis que lo hiciera, me pareció que eso disiparía mi corazón al ocuparlo en sí mismo, pero después Jesús me ha hecho sentir que al obedecer sencillamente le sería agradable; además no voy a hacer más que una única cosa: Comenzar a cantar lo que debo repetir eternamente – «¡¡¡Las Misericordias del Señor!!!»…….. 
Antes de coger la pluma, me arrodillé delante de la estatua de María (esa que nos ha dado tantas pruebas de las maternales preferencias de la Reina del Cielo para con nuestra familia), le he suplicado que guíe mi mano a fin de que no trace ni una sola línea que no le sea agradable. A continuación abriendo el Santo Evangelio, mis ojos han caído [se han topado con] sobre estas palabras: - «Jesús habiendo subido a un monte, llamó a Él a los que le plugo; y ellos vinieron a Él. (St Marcos, cap. III, v. 13). He ahí en verdad el misterio de mi vocación, de mi vida toda entera y sobre todo el misterio de los privilegios de Jesús sobre mi 
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alma….. Él no llama a los que son dignos de ello, sino a los que le place o como lo dice St Pablo - : «Dios tiene piedad de quien Él quiere y Él hace misericordia a quien Él quiere hacer misericordia. No es pues la obra de quien quiere ni de quien corre, sino de Dios que hace misericordia.» (Ep. a los Rom. Cap. IX, v. 15 y 16). Durante mucho tiempo me he preguntado por qué el buen Dios tenía preferencias, por qué todas las almas no recibían un igual grado de gracias, me extrañaba al verLe prodigar favores extraordinarios a los Santos que le habían (2vº) ofendido como St. Pablo, St. Agustín y a los que Él forzaba por así decir a recibir sus gracias o bien al leer la vida de Santos a los que Nuestro Señor se complació en acariciar desde la cuna hasta la tumba, sin dejar sobre su paso ningún obstáculo que les impidiese elevarse hacia Él y previniendo esas almas con tales favores que no pudieran empañar el brillo inmaculado de su vestidura bautismal, me preguntaba por qué los pobres salvajes por ejemplo morían en gran número antes incluso de haber oído pronunciar el nombre de Dios……… Jesús se ha dignado instruirme en este misterio, ha puesto delante de mis ojos el libro de la naturaleza y he comprendido que todas las flores que Él ha creado son bellas, que el esplendor de la rosa y la blancura del Lirio no eclipsan el perfume de la pequeña violeta o la simplicidad encantadora de la margarita…. He comprendido que si todas las florecillas quisiesen ser rosas, la naturaleza perdería su adorno primaveral, los campos no estarían ya esmaltados de florecillas……. 
Así es [ocurre] en el mundo de las almas que es el jardín de Jesús. Él ha querido crear a los grandes santos que pueden ser comparados a los Lirios y a las rosas pero también los ha creado más pequeños y estos deben contentarse con ser margaritas o violetas destinadas a alegrar las miradas del buen Dios cuando Él las abaja a sus pies, la perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que Él quiere que seamos………… 
He comprendido también que el amor de Nuestro Señor se revela tanto en el alma más sencilla que en nada se resiste a su gracia como en el alma más sublime, en efecto siendo lo propio del amor abajarse [humillarse], si todas las almas se pareciesen a las de los Santos doctores que han iluminado a la Iglesia (3rº) con la claridad de su doctrina, parece que el buen Dios no descendería tan abajo al venir hasta su corazón, pero Él ha creado al niño que no sabe nada y no deja oír más que débiles gemidos, Él ha creado al pobre salvaje que no tiene para conducirse más que la ley natural y es hasta su corazón que Él se digna abajarse, son sus flores de los campos cuya simplicidad le cautiva…. Al descender así el Buen Dios muestra su grandeza infinita. De la misma manera que el sol alumbra al mismo tiempo a los cedros y a cada pequeña flor como si ella fuese la única sobre la tierra, así también Nuestro Señor se ocupa tan particularmente de cada alma como si ella no tuviese semejantes y como en la naturaleza, todas las estaciones están concertadas [dispuestas] de manera que haga eclosión el 
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día señalado la más humilde margarita, del mismo modo todo se ordena al bien de cada alma. 
Sin duda, mi Madre querida, os preguntáis con asombro adónde quiero llegar, pues hasta aquí nada he dicho aún que se parezca a la historia de mi vida, pero me habéis pedido que escriba sin coacción lo que me viniese al pensamien to, no es pues mi vida propiamente dicha lo que voy a escribir [relatar], son mis pensamientos sobre las gracias que el Buen Dios se ha dignado concederme. Me encuentro en una época de mi existencia en la que puedo echar una mirada sobre el pasado, mi alma se ha madurado en el crisol de las pruebas exteriores e interiores, levanto la cabeza y veo que en mí se realizan las palabras del salmo XXII. (El Señor es mi Pastor, no careceré de nada, me hace reposar en pastos agradables y fértiles: me conduce dulcemente a lo largo de las aguas. Él conduce mi alma sin fatigarla………. Pero así cuando descienda al valle de las sombras de la muerte no temeré mal alguno porque ¡vos estaréis conmigo, Señor!........) Siempre el Señor ha sido para mí compasivo y lleno de dulzura… ¡Lento para castigar y abundante en misericordias!..(Ps. CII, v. 8.) Así pues, Madre mía, con gozo voy a cantar a su lado las misericordias del Señor… Para vos únicamente voy a escribir la historia de la florecilla recogida por Jesús, por lo tanto voy a hablar con abandono, sin inquietarme por el estilo ni por las numerosas digresiones que voy a hacer. Un corazón de madre comprende siempre a su hija aunque no sepa más que balbucir, así que estoy segura de ser comprendida y adivinada por vos que ¡habéis formado mi corazón y le habéis ofrecido a Jesús!..... 
Me parece que si una florecilla pudiese hablar, diría simplemente lo que el Buen Dios ha hecho por ella sin tratar de esconder sus favores, bajo pretexto de una falsa humildad no diría que está falta de gracia y sin perfume, que el sol le ha arrebatado su brillo y que las tormentas han roto su tallo cuando reconoce en sí misma todo lo contrario. La flor que va a contar su historia se alegra de tener que hacer públicas las deferencias completamente gratuitas de Jesús, reconoce que nada en ella le hacía capaz de atraer sus divinas miradas y [que] su sola misericordia ha hecho todo lo que de bien hay en ella…. Es Él quien la ha hecho nacer en una tierra santa y como impregnada toda ella de un perfume virginal. Es Él quien la hizo preceder por ocho Lirios resplandecientes de blancura. En Su amor, ha querido preservar a su florecilla del soplo envenenado del mundo, apenas su corola comenzaba a entreabrirse este divino Salvador la trasplantó a la montaña del Carmelo donde ya las dos Azucenas que la habían sostenido y dulcemente arropado en la primavera de su vida expandían (4rº) su suave perfume…. Siete años han transcurrido desde que la florecilla ha echado raíces en el jardín del Esposo de las vírgenes y ahora tres Azucenas balancean junto a ella sus corolas perfumadas; un poco más lejos otra azucena se abre bajo las miradas de Jesús, y los dos tallos benditos que han producido esas flores están ahora 
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reunidos para la eternidad en la Celestial Patria….. Allí se han encontrado a las cuatro Azucenas que la tierra no vio abrirse…. ¡Oh! que Jesús se digne no dejar por mucho tiempo sobre la orilla extraña [extranjera] las flores quedadas en el exilio [destierro]; ¡que pronto el ramo de Azucenas esté completo en el Cielo! 
Acabo, Madre mía, de resumir en pocas palabras lo que el buen Dios ha hecho por mí, ahora voy a entrar en detalle en mi vida de niña, sé que allí donde cualquier otra no vería más que un relato aburrido vuestro corazón mater nal hallará encantos… Además los recuerdos que voy a evocar son también los vuestros ya que es a vuestro lado que se ha desarrollado mi infancia y que tengo la dicha de contar con unos Padres sin igual que nos rodearon de los mismos cuidados y las mismas ternuras. ¡Oh! ¡que se dignen bendecir a la más pequeña de sus hijas y le ayuden a cantar las misericordias divinas!.... 
En la historia de mi alma hasta mi entrada en el Carmelo distingo tres periodos bien distintos, el primero a pesar de su corta duración no es el menos fecundo en recuerdos; se extiende desde el despertar de mi razón hasta la partida de nuestra Madre querida hacia la patria de los Cielos. 
(4vº) El Buen Dios me hizo la gracia de abrir mi inteligencia [muy temprano] en muy buena hora y de grabar tan profundamente en mi memoria los recuerdos de mi infancia que me parece que las cosas sucedieron ayer. Sin duda, Jesús quería, en su amor, hacerme conocer la Madre incomparable que me había dado, ¡pero que su mano Divina tenía prisa por coronar en el Cielo!.... 
Toda mi vida el buen Dios se ha complacido en rodearme de amor, ¡mis primeros recuerdos están impregnados de sonrisas y de las caricias más tiernas!.... pero si Él había puesto en torno a mí mucho amor, también lo había puesto en mi corazoncito, creándolo amoroso y sensible, por ello amaba yo mucho a Papá y a Mamá y les demostraba mi ternura de mil maneras, pues era muy expansiva. Solamente que los medios que empleaba eran a veces extraños, como lo prueba este pasaje de una carta de Mamá – «La bebé es un duende sin igual viene a acariciarme deseándome la muerte: - «¡Oh! ¡Bien quisiera que te murieras, mi pobre Mamita!...» Se la reprende, ella dice: - «Es porque te vayas al Cielo ya que tú dices que es preciso morir para ir allá.»¡Desea igualmente la muerte a su padre cuando está en sus excesos de amor!» 
(5rº)El 25 de Junio de 1874 cuando tenía apenas 18 meses, he aquí lo que mamá decía de mí : «Vuestro padre acaba de instalar un columpio, Celina está con una alegría sin parangón, pero hay que ver a la pequeña balancearse; es de risa, se sostiene como una joven, no hay peligro de que suelte la cuerda pues cuando no va demasiado fuerte grita, la atamos por delante con otra cuerda y a pesar de ello no estoy tranquila cuando la veo encaramada allá arriba». 
«Me ha ocurrido una divertida aventura últimamente con la pequeña. Tengo costumbre de ir a la misa de las 5 h y 1/2, en los primeros días no me atrevía 
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a dejarla, pero viendo que no se despertaba nunca terminé por decidirme a dejarla. La acuesto en mi cama y aproximo la cuna tan cerca que es imposible que se caiga, un día olvidé acercar la cuna. Llego y la pequeña no estaba en mi cama, en ese mismo instante oigo un grito, miro y la veo sentada encima de una silla frente al cabecero de mi cama, su cabecita estaba recostada sobre la almohada y ahí dormía [con] un mal sueño pues estaba molesta.-. No he podido explicarme cómo se había caído sentada sobre esa silla, ya que estaba acostada. He dado gracias al Buen Dios porque no le haya sucedido nada, es en verdad providencial debía haber rodado por tierra, su buen Ángel ha velado por ella y las almas del purgatorio a las que hago todos los días una oración por la pequeña la han protegido, así es como yo lo compongo…. ¡componedlo vosotras como queráis!.....» 
Al final de la carta mamá añadía: «He ahí a la pequeña bebé que viene a pasarme su manita por la cara y a abrazarme. Esta pobre pequeña no quiere dejarme ni un momento, está continuamente conmigo, le gusta mucho salir al jardín (5vº) pero si yo no estoy allí ella no quiere quedarse ahí y llora hasta [que] la traen de vuelta…»( He aquí un pasaje de otra carta): «La pequeña Teresa me preguntaba el otro día si ella iría al cielo? Yo le dije que sí, si era muy prudente [sensata] y me responde: «Sí, pero si yo no fuese buena iría al infierno… pero yo sé muy bien lo que haría, me echaría a volar hacia ti que estarás en el Cielo, ¿qué haría el Buen Dios para agarrarme?... ¿tú me sujetarías tan fuerte en tus brazos? » He visto en sus ojos que creía positivamente que el Buen Dios no podría [no le podía hacer] nada si ella estaba en brazos de su madre….. 
«María quiere mucho a su hermanita, la encuentra muy mona, [otra cosa] sería muy difícil pues esta pobre pequeña tiene gran temor de causarle pena alguna. Ayer quise darle una rosa sabiendo que esto le hace dichosa, pero ella se puso a suplicarme que no la cortase, María lo había prohibido, estaba roja de emoción, a pesar de ello le he dado dos, no se atrevía a aparecer por casa. Yo tuve a bien decirle que las rosas eran mías, «pero no decía ella son de María…» Es una niña que se emociona muy fácilmente. Cuando ha cometido una pequeña torpeza [falta], es preciso que todo el mundo lo sepa. Ayer habiendo roto un pequeño trozo del empapelado [tapiz], estaba en un estado que daba lástima, luego era preciso decírselo muy rápido a su Padre; él llegó cuatro horas después, no pensábamos ya en ello, pero ella se acercó enseguida a decirle a María:«Deprisa dí a Papá que he rasgado el papel.» Ahí está ella como un criminal que espera su condena, pero tiene en su cabecita la idea de que se le va a perdonar más fácilmente si se acusa.» 
(4vº,suite) Amaba mucho a mi querida madrina. Sin comprenderlo ponía gran atención en todo lo que se hacía y se decía a [mi] alrededor, me parece que juzgaba las cosas como ahora. Escuchaba muy atentamente lo que María enseñaba a Celina a fin de hacer[obrar] como ella; [ texto rayado ilegible](6rº) 
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después de su salida de la Visitación, para obtener el favor de ser admitida en la habitación durante las lecciones que impartía a Celina, era muy prudente [me portaba muy bien] y hacía todo lo que ella quería, así me colmaba de regalos que a pesar de su poco valor me causaban mucho placer [me ponían muy contenta]. 
Estaba muy orgullosa de mis dos hermanas mayores, pero la que era mi ideal desde niña, era Paulina…. Cuando comenzaba a hablar y Mamá me preguntaba –«¿En qué piensas?» la respuesta era invariable -«En Paulina….» Otra vez dejaba ir mi dedito sobre los cristales y decía -«Yo escribo: Paulina..» A menudo oía decir que seguramente Paulina sería religiosa, entonces sin tener demasiada idea de lo que ello era [significaba] pensaba: Yo también seré reli giosa. Este es uno de [mis] primeros recuerdos y luego, ¡jamás he cambiado de resolución!....... Fuisteis vos pues, mi Madre querida, a quien escogió Jesús para prometerme a Él, no estabais entonces a mi lado, pero ya se había formado un vínculo entre nuestras almas…. erais mi ideal, yo quería ser semejante a vos y es vuestro ejemplo el que desde la edad de dos años me arrastró hacia el Esposo de las vírgenes…..¡Oh! ¡qué dulces reflexiones quisiera confiaros! --- Mas debo proseguir con la historia de la florecilla, su historia completa y general, pues si quisiese hablar con detalle de sus relaciones con «Paulina», ¡tendría que dejar de lado todo lo demás!.....--- 
Mi querida Leonita tenía también un importante lugar en mi corazón. Me quería mucho, por la tarde era ella la que me cuidaba cuando toda la familia se iba a pasear;… Me parece oír aún las amables canciones que entonaba a fin de dormirme…. en todo buscaba el medio de darme contento también yo habría estado muy triste por causarle pena. 
(6vº) Me acuerdo muy bien [de] su primera comunión, sobre todo del momento en que me tomó en sus brazos para hacerme entrar con ella a la rectoría, ¡me parecía tan bello ser llevada por una hermana mayor toda de blanco como yo!.... Al atardecer se me acostó temprano pues era demasiado pequeña para quedarme a la gran cena pero aún veo a Papá que se acercó a los postres llevando a su reinecita porciones de tarta…..--- Al día siguiente o pocos días después fuimos a casa de la compañerita de Leonia, creo que ese es el día en que nuestra buena Madrecita nos llevó detrás de una pared para darnos a beber vino después de la comida (que nos había servido la pobre señora Dagorau,) pues no quería causarle pena a la buena mujer, pero tampoco quería que echásemos en falta nada….. ¡Ah! ¡cuán delicado es el corazón de una Madre, cómo traduce su ternura en mil cuidados previsores en los que nadie pensaría!...........[texto rayado ilegible] 
Ahora me queda hablar de mi querida Celina, la compañerita de mi infancia pero los recuerdos son de tal abundancia que no sé cuáles elegir. Voy a extraer algunos pasajes de las cartas que mamá os escribía a la Visitación, pero no voy 
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a copiarlo todo sería demasiado largo…. El 10 de Julio de 1873 (el año de mi nacimiento) he aquí lo que decía –«La nodriza ha traído a la pequeña Teresa el Jueves, no hacía más que reír, era sobre todo Celinita quien le agradaba reía a carcajadas con ella, se diría que tiene ya ganas de jugar, eso vendrá pronto, se tiene tiesa sobre sus piernecitas como una pequeña estaca. Creo que andará muy pronto y que tendrá buen carácter, parece muy inteligente y tiene buena pinta de predestinada….» 
(7rº) Pero fue sobre todo desde mi separación de la nodriza cuando mostré mi afecto para con mi querida Celinita. Nos entendíamos muy bien, solamente que yo era muy viva y bien mucho menos ingenua que ella; aunque era tres años y medio más joven, me parecía que éramos de la misma edad. 
He aquí un pasaje de una carta de Mamá que os mostrará cuán dulce era Celina y yo mala [traviesa] – «Mi Celinita está totalmente inclinada a la virtud, es el sentimiento íntimo de su ser, tiene un alma cándida y horror al mal. Pero el huroncito no sé muy bien qué se hará, es tan pequeño, tan despistado, tiene una inteligencia superior a Celina, pero es mucho menos dulce y sobre todo de una terquedad casi invencible, cuando dice «no» nada puede hacerle ceder, así se la metiera un día entero en el sótano que dormiría allí antes de decir «sí»………………………………. 
«Tiene sin embargo un corazón de oro, es muy cariñosa y muy sincera, resulta curioso verla correr detrás de mí para hacerme su confesión – Mamá he empujado a Celina solo una vez, la he sacudido una vez, pero no lo volveré a hacer más – (Es así con todo lo que hace). El jueves por la tarde salimos a pasear al lado de la estación, ella por supuesto ha querido entrar en la sala de espera para ir a buscar a Paulina, corría delante con una alegría que nos producía placer, pero cuando ha visto que nos teníamos que volver sin subirnos al tren para ir a buscar a Paulina, lloró durante todo el camino de regreso.» 
Esta última parte de la carta me recuerda la dicha que sentía al veros volver de la Visitación, vos, madre mía, me cogíais en vuestro brazo y María tomaba a Celina, entonces os hacía mil carantoñas y me inclinaba (7vº) hacia atrás con el fin de admirar vuestra gran trenza… después me dabais una tableta de chocolate que habíais guardado tres meses. ¡Imaginad qué reliquia era para mí!.... Recuerdo también el viaje que hice a Le Mans, era la primera vez que iba en tren. ¡Qué alegría verme viajar sola con Mamá!.. Sin embargo no sé por qué me eché a llorar y la pobre Madrecita no pudo presentar a mi tía de Le Mans más que una fea mujercita todo roja por las lágrimas que había vertido por el camino…. No he conservado ningún recuerdo del locutorio sino solamente el momento en que mi tía me pasó un ratoncito blanco y una cestita de papel bristol llena de bombones en la que brillaban dos bonitas sortijas de azúcar, justo del grosor de mi dedo, inmediatamente exclamé –«¡Qué dicha habrá una sortija para Celina!» 
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Pero ¡oh dolor! cojo mi cesta por el asa, doy la otra mano a Mamá y salimos, al cabo de algunos pasos miro mi cesta y veo que mis bombones estaban casi todos esparcidos en la calle, como las piedras de pulgarcito….. Miro más aún y veo que una de las preciosas sortijas había seguido la suerte fatal de los bombones…. ¡No tenía nada que dar a Celina!... entonces mi dolor estalla, exijo volver sobre mis pasos, mamá no parece prestarme atención a mí. Esto era demasiado, a mis lágrimas les siguen mis gritos… No podía comprender que ella no participase de mi pena y eso aumentaba en mucho mi dolor… 
Vuelvo ahora a las cartas en las que mamá os habla de Celina y de mí, es el mejor medio que puedo emplear para haceros conocer bien mi carácter, he aquí un pasaje donde mis defectos brillan con vívido fulgor – «He ahí (8rº) a Celina que se divierte con la pequeña con el juego del cubo, disputan de vez en cuando, Celina cede para tener una perla para su corona. Me veo obligada a corregir a esta pobre bebé que se coge unos cabreos espantosos cuando las cosas no van según su idea, [se revuelca en tierra como una desesperada] {este texto anterior está rayado e ilegible} creyendo que todo está perdido, hay momentos en los que esto es más fuerte que ella, y se sofoca por ello. Es una niña exuberante, es sin embargo muy gentil y muy inteligente, se da cuenta [de] todo.» Veis, Madre mía, ¡cuán lejos estaba de ser una chiquilla sin defectos! ni siquiera se podía decir de mí «que estaba tranquila cuando dormía» pues por la noche era aún más inquieta que por el día, enviaba a paseo todas las mantas y después (totalmente dormida) me daba golpes contra el respaldo de mi camita, el dolor me despertaba entonces decía:-«¡Mamá me he golpeado!...» Esta pobre Madrecita tenía que levantarse y constataba que en efecto tenía chichones en la frente, que me había golpeado, me tapaba bien, después volvía a acostarse pero al cabo de un rato volvía a empezar a estar golpeada, al punto de que fue necesario atarme en mi cama. Todos los anocheceres Celinita venía a anudar los numerosos cordones destinados a impedir al duendecito golpearse y despertar a su mamá, al salir bien ese medio, hizo que fuese en adelante buena al dormir…….. Existe otro defecto que tenía (estando despierta) y del que Mamá no habla en sus cartas, era un gran amor propio. No voy a ofreceros más que dos ejemplos a fin de no hacer mi relato demasiado largo. – Un día Mamá me dice –«Mi pequeña Teresa, si quieres besar el suelo voy a darte cinco céntimos.» Cinco céntimos eran para mí toda una fortuna, para ganarla no tenía necesidad de abajar mucho mi esta tura, pues mi pequeña talla no ponía una gran distancia entre yo y el suelo, sin embargo mi dignidad se rebeló ante (8vº) la idea de besar el suelo, manteniéndome bien derecha le digo a Mamá -¡Oh! no mi Madrecita, ¡prefiero no tener los cinco céntimos!... 
Otra vez debíamos ir a Grogny a casa de Mme Mommier. Mamá dice a María que me ponga mi bonito vestido azul Cielo guarnecido de encajes pero 
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sin dejarme los brazos desnudos a fin de que el Sol no los tostase. Yo me dejaba vestir con la indiferencia que deben tener las niñas de mi edad, pero interiormente pensaba que hubiera estado mucho más mona con mis bracitos desnudos. 
Con un natural como el mío, si hubiese sido educada por unos Padres sin virtud o incluso, tal como Celina era mimada por Luisa, me habría vuelto muy mala y quizá me habría perdido…. Pero Jesús vigilaba sobre su pequeña prometida, Él quiso que todo girase para su bien incluso sus defectos que corregidos tempranamente le han servido para crecer en la perfección… Como yo tenía amor propio y también amor al bien tan pronto como comencé a pensar seriamente (lo hice desde muy pequeña) era suficiente con que se dijese que una cosa no estaba bien para que no me quedasen ganas de hacérmelo repetir dos veces…. Veo con placer en las cartas de Mamá que al crecer le proporcionaba más consuelo. No teniendo sino buenos ejemplos en torno a mí, quería naturalmente seguirlos. He aquí lo que ella escribía en 1876 – «Hasta Teresa quiere a veces unirse para hacer las prácticas… Es una niña encantadora, es fina como la sombra, muy viva, pero su corazón es sensible. Celina y ella se quieren mucho, se bastan ellas dos para divertirse, todos los días en cuanto han comido Celina va a coger su gallito ella atrapa de una sola vez la gallina de Teresa, yo misma no puedo hacerlo pero ella es tan viva que al primer brinco lo consigue; luego llegan las dos con sus animales a sentarse en la esquina (9rº) del fuego y se distraen así durante mucho tiempo. (Era Rosita quien me había regalado el gallo y la gallina y yo le había dado el gallo a Celina). El otro día Celina había dormido conmigo, Teresa se había acostado en la segunda planta en la cama de Celina había suplicado a Luisa que la bajase de planta para vestirla.. Luisa sube a buscarla, encuentra la cama vacía. Teresa había oído a Celina y había bajado con ella. Luisa le dice:»-¿No quieres pues bajar para vestirte?» - ¡Oh no! mi pobre Luisa, somos como las dos gallinitas, ¡no nos podemos separar! Y al decir esto se abrazaban y se apretujaban las dos… Luego a la tarde Luisa, Celina y Leonia salieron al círculo católico y abandonaron a esta pobre Teresa que comprendía bien que ella era demasiado pequeña para ir allí, decía : - «¡Si al menos quisieran acostarme en la cama de Celina!...» Pero no, no se quiso [no pudo ser]… ella no dijo nada, y se quedó sola con su lamparita, un cuarto de hora más tarde dormía con un profundo sueño…» 
Otro día Mamá escribía también: «Celina y Teresa son inseparables, no se puede ver dos niñas que se quieran mejor, cuando María viene a buscar a Celina para darle su clase, esta pobre Teresa es toda lágrimas. ¡Ay [por desgracia] qué va a ser de ella, su amiguita se va!... María siente piedad de ella la coge también y esta pobre pequeña se sienta en una silla durante dos o tres horas, le damos cuentas para enhebrar o un trapo para coser, no osa rebullirse, y lanza a menudo profundos suspiros. Cuando su aguja se desenhebra, tarta de volverla a 
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enhebrar es curioso contemplarla, no pudiendo conseguirlo, y no atreviéndose a importunar a María; enseguida se ven dos gruesas lágrimas que se deslizan por sus mejillas… María (9vº) la consuela rápidamente, le reenhebra la aguja, y el pobre angelito sonríe a través de sus lágrimas…» 
Recuerdo que en efecto yo no podía quedarme sin Celina, prefería levantarme de la mesa antes de haber terminado mi postre a no seguirla, tan pronto como ella se levantaba. Me removía en mi gran silla, solicitando se me bajase y luego íbamos a jugar juntas; a veces íbamos con la pequeña «prefecta», lo que me agradaba mucho por el parque y todos los bellos juguetes que nos enseñaba, pero era sobre todo por complacer a Celina por lo que iba allí deseando mejor quedarnos en nuestro jardincito para rascar las paredes, pues arrancábamos todas las lentejuelas brillantes que allí se encontraban y luego íbamos a vendérselas a Papá que nos las compraba muy seriamente. 
El domingo, como yo era demasiado pequeña para ir a los oficios, mamá se quedaba a cuidar de mí, yo era muy buena y no andaba más que de puntillas durante la misa, pero así que veía abrirse la puerta, era una explosión de alegría sin igual, me precipitaba al encuentro de mi preciosa Hermanita que entonces «estaba engalanada como una capilla..»….. y le decía: «¡Oh! mi Celinita, ¡dame rápido pan bendito!» A veces ella no tenía, habiendo llegado demasiado tarde… ¿Cómo hacer entonces? Era imposible pasarme sin él, esa era «mi misa»… El remedio fue encontrado muy pronto.- «Tú no tienes pan bendito, pues bien, ¡hazlo!» Dicho y hecho, Celina coge una silla, abre el armario empotrado, atrapa el pan, corta una rebanada y muy seriamente recita un Ave María lo levanta y después me lo presenta y yo luego de [haber] hecho la señal de la Cruz con [el pan] , lo como con una gran devoción, encontrando su sabor (10rº) por completo igual (10rº) al del pan bendito…… A menudo hacíamos juntas conferencias espirituales, he aquí un ejemplo que tomo de las cartas de mamá – «Nuestras dos queridas pequeñas Celina y Teresa son ángeles de bendición, pequeñas naturalezas angélicas. Teresa es la alegría, la dicha de María y su gloria, es increíble cuán orgullosa está de ella. Es verdad que tiene réplicas muy raras a su edad, aventaja en ello a Celina que le dobla la edad. Celina decía el otro día: - «¿Cómo puede ser que el buen Dios pueda estar en una hostia tan pequeña?» La pequeña dijo: «Eso no es tan asombroso ya que el buen Dios es todopoderoso.»-«¿Qué quiere decir Todopoderoso?» - «Pues es hacer todo lo que Él quiere!...» 
Un día, Leonia pensando que era demasiado mayor para jugar a las muñecas viene a encontrarse con nosotras dos con una canastilla repleta de vestidos y de bonitos retales destinados a sacar otros de ellos, arriba estaba recostada su muñeca. – «Tened mis hermanitas, nos dice, escoged, os doy todo esto.» Celina alargó la mano y cogió un paquetito de trencillas que le gustaba. Después de un 
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momento de reflexión yo extendí mi mano a mi vez diciendo: - «¡Yo lo escojo todo!» y tomo el cestito sin más ceremonia, los testigos de la escena hallaron la cosa muy justa, Celina misma no pensó en quejarse por ello (por otra parte a ella no le faltaban juguetes, su padrino la colmaba de regalos y Luisa encontraba el medio de procurarle todo lo que deseaba). 
Este pequeño rasgo de mi infancia es el resumen de toda mi vida, más tarde cuando la perfección se me apareció, comprendí que para llegar a ser una santa hacía falta sufrir mucho, buscar siempre lo más perfecto y olvidarse de sí misma, he comprendido que había muchos grados en la perfección y que cada alma (10vº) era libre de responder a las proposiciones de Nuestro Señor, de hacer poco o mucho por Él, en una palabra elegir entre los sacrificios que Él pide. Entonces como en esos días de mi niñez exclamé: «Dios Mío, yo lo escojo todo. No quiero ser una santa a medias, no me da miedo sufrir por vos, no temo más que una cosa, conservar mi voluntad, tomadla, pues «¡Yo escojo todo» lo que vos queráis!...» 
Es preciso que me detenga, no debo hablaros aún de mi juventud, sino del Duendecito de cuatro años. Me acuerdo de un sueño que debí tener a esa edad y que está profundamente grabado en mi imaginación. Una noche, soñé que salía para ir a pasear sola por el jardín, llegada bajo las escaleras que había que subir para llegar allí, me detuve sobrecogida de espanto. Delante de mí, junto al cenador, se encontraba un barril de cal y sobre ese barril dos horribles diablillos danzaban con una agilidad sorprendente a pesar de las planchas que tenían en los pies; de repente, arrojaron sobre mí sus ojos, llameantes, luego al mismo tiempo, parecieron mucho más asustados que yo, se precipitaron debajo del barril y fueron a esconderse en la ropería que se encontraba enfrente. Viéndolos tan poco valientes quise saber lo que iban a hacer y me acerqué a la ventana. Los pobres diablillos estaban corriendo sobre las mesas y no sabiendo cómo hacer para huir de mi mirada, a veces se asomaban a la ventana observando con aire inquieto si yo estaba aún allí y al verme siempre empezaban a correr de nuevo como unos desesperados. --- Sin duda este sueño no tiene nada de extraordinario, no obstante creo que el Buen Dios ha permitido que me acuerde de él a fin de demostrarme que un alma en estado de gracia no tiene nada que temer de unos demonios que son unos cobardes, capaces de huir ante la mirada de un niño…………………………… 
(11rº) He aquí aún un pasaje que encuentro en las cartas de mamá. Ya esta pobre Madrecita presentía el fin de su destierro: «Las dos pequeñas no me inquietan, están tan bien las dos, son naturalezas escogidas, ciertamente serán buenas, María y tú podréis perfectamente educarlas. Celina jamás comete la menor falta voluntaria. La pequeña será buena también, no mentiría por todo el oro del mundo, tiene el espíritu como no he visto nunca en ninguna de vosotras. 
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«El otro día estaba en casa del tendero con Celina y Leonia, hablaba de sus prácticas y discutía fuerte con Celina, la señora le dice a Luisa: ¿Qué quiere decir pues, cuando juega en el jardín [no] se le oye hablar más que de prácticas. Mme. Gaucherin asoma la cabeza por su ventana para tratar de comprender qué quiere expresar este debate sobre prácticas?... Esta pobre pequeña constituye nuestra dicha, será buena, se ve ya el germen, no habla más que del buen Dios, no faltaría por nada a hacer sus oraciones. Quisiera que tú la vieses recitar pequeños cuentos [fábulas], jamás he visto nada tan gracioso, encuentra para todo la única expresión que es preciso darle y el tono, pero es sobre todo cuando dice: - Niñito de cabeza rubia, ¿dónde crees tú [pues] que está el buen Dios? Cuando llega a esto: - Está allá en lo alto en el Cielo azul, vuelve su mirada a lo alto con una expresión angelical, no nos cansamos de hacérselo repetir tan bello es, ¡hay algo tan celestial en su mirada que nos quedamos arrebatados!......» 
¡Oh Madre mía! Qué feliz era a esta edad, comenzaba ya a disfrutar de la vida, la virtud tenía para mí encantos y estaba me parece en las mismas disposiciones que me encuentro ahora, teniendo ya un gran (11vº) dominio sobre mis actos. -- ¡Ah! ¡qué rápidamente han pasado los años soleados de mi pequeña infancia, pero qué dulce huella han dejado en mi alma! Recuerdo con gozo los días en que papá nos llevaba al pabellón, los más pequeños detalles se han grabado en mi corazón…. Me acuerdo sobre todo de los paseos del Domingo, en los que siempre nos acompañaba mamá… Siento aún las impresiones profundas y poéticas que nacían [surgían] en mi alma a la vista de los campos de trigo esmaltados de acianos y de flores silvestres. Ya amaba yo las lejanías… El espacio y los pinos gigantescos cuyas ramas tocaban la tierra dejaban en mi corazón una impresión semejante a aquella que vuelvo a sentir aún hoy a la vista de la naturaleza… Con frecuencia durante esos largos paseos, nos encontrábamos pobres y era siempre Teresita quien se encargaba de darles limosna, de lo que era muy dichosa, pero a veces también, Papá dándose cuenta de que la caminata era demasiado larga para su reinecita, la hacía volver más temprano que los demás a casa (para su gran descontento), entonces para consolarla Celina llenaba de margaritas su bonita cestita y se las entregaba a la vuelta, pero ¡ay! la pobre abuelita encontraba que su hijita tenía demasiadas, así que cogía una buena parte de ellas para su santa Virgen…… Esto no agradaba a la pequeña Teresa pero se guardaba bien de no decir nada al respecto habiendo tomado la buena costumbre de no quejarse jamás, tanto cuando se le quitaba lo que era de ella, como cuando era acusada injustamente prefería callarse y no excusarse, lo cual no era mérito de su parte, sino virtud natural….¡Qué pena que esta buena disposición se haya desvanecido!...(12rº) ¡Oh! verdaderamente todo me sonreía sobre la tierra: encontraba flores por cada uno de mis pasos y mi feliz carácter contribuía también a volver mi vida agradable, pero un nuevo periodo iba a comenzar para 
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mi alma, debía pasar por el crisol de la prueba y sufrir desde mi infancia a fin de poder ser ofrecida más temprano a Jesús. Así como las flores de la primavera empiezan a germinar bajo la nieve y se abren a los primeros rayos del Sol, así la florecilla cuyos recuerdos escribo ha debido pasar por el invierno de la prueba… 
Todos los detalles de la enfermedad de nuestra madre querida están todavía presentes en mi corazón, me acuerdo sobre todo de las últimas semanas que pasó en la tierra, nosotras éramos, Celina y yo, como pobrecitas exiladas, todas las mañanas, Mme Leriche venía a buscarnos y pasábamos la jornada en su casa. Un día no habíamos tenido tiempo de hacer nuestra oración antes de partir y durante el trayecto Celina me dijo muy bajo: «¿Hemos de decirle que no hemos hecho nuestra oración?..» – «¡Oh! sí» le respondí, entonces muy tímidamente se lo dijo a Mme Leriche, ella nos respondió –«Pues bien, hijitas mías, id a hacerla» y luego metiéndonos a las dos en una gran habitación, salió… Entonces Celina me miró y dijimos: «¡Ah! no es como Mamá….¡ella siempre nos hacía hacer nuestra oración!...» [hacía con nosotras]. Jugando con las niñas siempre nos perseguía el pensamiento de nuestra Madre querida, una vez Celina habiendo recibido un bello albaricoque se inclinó y me dice muy bajo: «No lo vamos a comer, voy a dárselo a Mamá.» ¡Ay! esta pobre Madrecita estaba ya demasiado enferma para comer los frutos de la tierra, no debía ya hartarse más que en el Cielo de la gloria de Dios y beber con Jesús el vino misterioso del que [Él] habló en su última Cena, diciendo que lo compartiría con nosotros en el reino de su Padre. 
La ceremonia conmovedora de la extremaunción está también impresa en mi alma, aún veo el lugar en el que yo estaba al lado de Celina, nosotras todas [las cinco] estábamos(12vº) por rango de edad y ese pobre Padrecito estaba allí [y] también sollozaba……. 
El día, o al día siguiente de la partida de Mamá me tomó en sus brazos diciéndome: -«Ven a abrazar una última vez a tu pobre Madrecita.» Y yo sin decir nada, acerqué mis labios a la frente de mi Madre querida….. No recuerdo haber llorado mucho, no hablaba a nadie de los profundos sentimientos que experimentaba…… Miraba y escuchaba en silencio….. nadie tenía tiempo de ocuparse de mí por ello veía muchas cosas que habrían querido ocultarme, una vez me encontré frente a la tapa del ataúd… me detuve largo tiempo a considerarla [mirarla] jamás había visto aquello, sin embargo comprendía…… era tan pequeña que a pesar de la poco elevada estatura de Mamá me veía obligada 
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  • 1. 1 Historia de un alma HISTORIA DE UN ALMA.indd 1 13/03/14 10:54
  • 2. 2 HISTORIA DE UN ALMA.indd 2 13/03/14 10:54
  • 3. 3 Historia de un alma Manuscritos Autobiográficos de S anta Teresa de Lisieux Nueva versión traducida directamente del Facsímil de la Edición del Centenario a cargo de Secundino Pérez Treceño Editorial Asociación Bendita María HISTORIA DE UN ALMA.indd 3 13/03/14 10:54
  • 4. 4 © Secundino Pérez Treceño © Asociación Bendita María Avenida Pablo VI, 9 - Local 12 A 28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid) Pedidos: Teléfono 91 759 79 68 www.buenanueva.es Maquetación: Jesús Esteban Barranco Realización: Dayenu Grupo de Comunicación Ilustración de cubierta: Teresa, a los veintidós años. Protagonista de una obra de teatro escrita por ella, vestida de Juana de Arco. ISBN: 978-84-941803-4-7 Depósito Legal: M-5229-2014 Queda prohibida, salvo excepción prevista por la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra o de cualquiera de sus partes, sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (artículos 270 y siguientes) del Código Penal). HISTORIA DE UN ALMA.indd 4 13/03/14 10:54
  • 5. 5 A los Padres Carmelitas Luciano Sancho, Santiago Guerra y Francisco Brändle. Y a Victoria Serrano Blanes, Consejera de Redacción de la Revista Buenanueva. HISTORIA DE UN ALMA.indd 5 13/03/14 10:54
  • 6. 6 HISTORIA DE UN ALMA.indd 6 13/03/14 10:54
  • 7. 7 Índice Presentación general...................................................................................................... 9 1. Introducción a los Manuscritos Autobiográficos............................................ 11 2. Datos biográficos de Teresa de Lisieux................................................................ 18 2 .1. Cronología................................................................................................................ 18 2 .2. Algunas referencias post mortem................................................................. 21 3. Bibliografía......................................................................................................................... 23 4. Nuestra edición-traducción de Manuscritos Autobiográficos de Teresa de Lisieux, «Historia de un Alma»......................................................................... 24 Historia de un alma.......................................................................................................... 31 1. Manuscrito A................................................................................................................... 33 2. Manuscrito B.................................................................................................................... 137 3. Manuscrito C.................................................................................................................... 147 4. Apéndices........................................................................................................................... 183 4 .1. Historia de la pecadora convertida y muerta por amor...................... 183 4 .2. Billete que llevaba Teresa sobre su corazón el día de la profesión. 184 4 .3. Acto de ofrenda al Amor Misericordioso.................................................. 185 HISTORIA DE UN ALMA.indd 7 13/03/14 10:54
  • 8. 8 HISTORIA DE UN ALMA.indd 8 13/03/14 10:54
  • 9. 9 PRESENTACIÓN GENERAL HISTORIA DE UN ALMA.indd 9 13/03/14 10:54
  • 10. 10 HISTORIA DE UN ALMA.indd 10 13/03/14 10:54
  • 11. 11 1. Introducción a los Manuscritos Autobiográficos Las circunstancias por las que pasaron los Manuscritos Autobiográficos de Teresa son bien conocidas en la actualidad gracias al trabajo del P. François de Sainte Marie. Brevemente resumidas, podríamos decir que su historia comienza con una reunión, de las que no hubo muchas, ni mucho menos, en vida de Teresa, entre las cuatro hermanas carmelitas, en las que la voz cantante la llevó la pequeña de la familia, dada su espontaneidad, su carisma, su alegría natural y, sobre todo, su libertad. Recordaban momentos entrañables de su vida en Alençon, primero, y en los Buissonnetes, después. De esta reunión habla la Santa en el Manuscrito A, que comienza a escribir en 1895 por encargo expreso de M. Inés, su hermana Paulina, quien se resistió al principio a la demanda insistente de Sor María del Sagrado Corazón, su hermana María, madrina de Teresa. Pero al final cedió y le encargó a Teresa que recopilase los recuerdos que conservaba tan vivamente en su mente y los escribiese. Teresa de Lisieux, como su Madre Teresa de Ávila, saltan los límites de los encargos que reciben y redactan unos escritos que poco tienen que ver con las previsiones iniciales, elaborando verdaderos tratados de espiritualidad para provecho de cuantos nos acerquemos a ellos. Una vez concluido el primer manuscrito, ante la atracción que todas las hermanas carmelitas sienten por la senda que sigue Teresa en su camino hacia la perfección religiosa, de nuevo su hermana María le solicita que le explique por dónde va, cuál es ese camino, la vía, dice siempre Teresa, que sigue. Y Teresa le HISTORIA DE UN ALMA.indd 11 13/03/14 10:54
  • 12. 12 redacta muy brevemente una reducida carta en la que le explica cuál es esa vía. Pero María le responde de una manera tal que Teresa le llegará a decir: «No habéis entendido nada». Y se explaya en una nueva misiva, más extensa, que dará pie a un nuevo Manuscrito, el B, que es la quintaesencia de lo que Teresa es, vive, siente, experimenta, a lo que se siente llamada, a una entrega total a Dios, exactamente igual que la de Jesús su Esposo. Este Manuscrito solamente ya valdría para otorgarle a Teresa el título, nada exagerado, de Maestra espiritual, al lado de sus Santos Padres Reformadores, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Enterada la M. María de Gonzaga de lo que se cocía en la celda de Teresa, le ordena a esta que escriba también, dedicadas a ella, por supuesto, sus impresiones, sus vivencias, desde su entrada en el Carmelo, ante instancias sutiles de M. Inés, que quede todo dicho. Así queda configurado el Manuscrito C, en el que las páginas sobre su prueba de la fe y sus experiencias sobre la caridad son verdaderas joyas evangélicas. Y ya tenemos la Historia de un Alma que se editó en 1898, un año después de su muerte, una edición de 2000 ejemplares que se agota apenas salida a la calle. Pero se edita no como Teresa la había escrito, sino con profundas modificaciones. M. Inés queda un tanto asustada de la incandescencia de algunas de sus expresiones y las suaviza. Corrige su ortografía, su puntuación, y la adapta a las diversas peripecias de su vida post mortem, para favorecer en todo lo posible su glorificación inmediata, que ve como una especie de canonización del hogar familiar. Pero no solo existen estas modificaciones de Paulina, al fin y al cabo su hermana le había dado ese permiso, sino que M. María de Gonzaga, llevada de un anhelo irresistible de ser la depositaria de tal legado, exige que se hagan las modificaciones necesarias para dar a entender que toda la Historia de un Alma estaba dedicada por la Santa a ella misma, lo cual supone un arduo trabajo que da a la herencia teresiana un sesgo que ella nunca jamás pretendió ni se identificó con él. Por otra parte M. Inés, añade un capítulo escrito por ella misma tratando de explicar a su hermana y, al mismo tiempo, redactar como una especie de pequeña hagiografía con un fin muy claro: la exaltación a los altares de su hermana lo antes posible, viendo en ello no solamente la glorificación de Teresa, sino un reconocimiento de la labor desarrollada por sus padres y por sus hermanas en el hogar paterno: yo diría que la pretensión era que en Teresa se canonizase a la familia Martin-Guerin, como ya señalamos arriba. M. Inés, siempre tuvo dotes de mando, tanto en los Buissonnets, como en el Carmelo y, quizá, una cierta ambición, legítima, no me cabe ninguna duda, de dirigir el Carmelo muy de otra manera a como lo hacía la un tanto despótica, áspera M. Gonzaga. Por otra parte, Teresa misma alienta a su publicación cuanto antes para que nadie pueda poner obstáculos insuperables y su mensaje llegue a todo el HISTORIA DE UN ALMA.indd 12 13/03/14 10:54
  • 13. 13 mundo, con su nueva vía de acceso a las abundantes riquezas de la gracia de Dios. Para ella la publicación es una urgencia. Una vez fallecida M. Inés, el P. François de Sainte Marie recibe el permiso del Carmelo para realizar un trabajo exhaustivo de recuperación de los escritos de la Santa tal y como salieron de su mano. Desde ese momento podemos tener acceso a los manuscritos teresianos y traducirlos, ofrecérselos al público, en su plena identidad. O casi. En el TOTUM se habla «hacia una versión definitiva». Pasemos ahora a otros puntos de interés. Teresa sabe que no puede limitarse a contar sus recuerdos familiares de la infancia y adolescencia, ni mucho menos hacer hagiografías de sus queridos padres y reflejar las excelencias cristianas del hogar paterno. Por ello se inventó como excusa que va a escribir tal y como le venga, sin preocuparse del estilo y demás rasgos secundarios, porque su fin principal es «cantar las misericordias del Señor» y las gracias que ha tenido a bien conceder a su hijita. Se ve a sí misma como una niña que se ha arrojado a los brazos plenos de ternura de un Padre que no puede abandonarla nunca, aunque lo pueda parecer. Y así lo hace. Espontaneidad, ironía, humor, naturalidad, efervescencia, sinceridad, experiencia viva de su nulidad sin el auxilio de su Amado, y una profundísima fidelidad a Dios y a su actuación en el alma de su hija, unida a una actitud reverencial hacia quienes ostentan en su nombre la autoridad. Y por supuesto, una idea clarísima de lo que representa la pobreza en el espíritu, que Jesús declaró bienaventurada. Teresa llega a sentirse abrasada y quiere abrasar, incendiar el mundo y a los seres en ese mismo Amor que ella vive, siente y padece, porque no se puede amar sin dar la vida por quienes se ama, ya que amor con amor se paga. Un nivel de autoexigencia hacia la máxima perfección que cada alma pueda alcanzar sin dejarse nada para sí misma, ni de sí misma, en el empeño. Es este nivel de exigencia el que aterra a su hermana María del Sagrado Corazón, a quien llega a decir que no ha entendido nada de lo que le ha escrito. ¿Por qué no quedarse en la ladera? ¿Por qué hay que subir a la cima con lo que cuesta y con lo que exige? Teresa dirá porque es ahí donde te quiere Jesús, porque es ahí donde Él subió, y es lo que pide a sus esposas. No podemos olvidarnos de una clave que es fundamental en la escritura y en el mensaje teresiano. Teresa escribe desde el presente, y su presente es el Carmelo de Lisieux, es decir, no es alguien que escribe dejando de lado su situación actual, su Sitz im Leben, que dicen los alemanes, su contexto vital, con todas las implicaciones que esto conlleva. A pesar de que su espontaneidad la llevaría, naturalmente, a hablar de tú, jamás lo hará, ni siquiera en el anuscrito A, el de su vida familiar. La familiaridad solo se la permite en las aposiciones, «mi querida Madre», pero no solo cuando se refiere a su hermana Paulina, sino también cuando se refiere a su hermana María o a M. Gonzaga. Todo lo demás está redactada con una fidelidad absoluta a las normas vigentes en el HISTORIA DE UN ALMA.indd 13 13/03/14 10:54
  • 14. 14 Carmelo entonces, donde no existía la «propiedad privada», sino que todo, absolutamente todo, era «nuestro», «nuestra», «vuestro» o «vuestra»; y donde el lenguaje utilizado para dirigirse a sus hermanas de religión era siempre el plural, que nosotros hemos traducido por «vos» y no por «usted», porque creemos que era así como se hablaba entonces. Y si en las series bien hechas programadas por las TV se respeta ese trato no tenemos por qué cambiarlo como si fuera obsoleto en los escritos de la época, porque obsoleto lo puede ser ahora, no entonces, y nosotros estamos traduciendo un mensaje de entonces y no de ahora, que vale para ahora y para siempre, pero no es lo mismo. Nos parece que hacerlo de otra manera es reescribir a Teresa, no trasladar lo que Teresa escribió y como lo escribió. En el Manuscrito C verán que Teresa tiene claro, muy claro, que su familia, sus hermanas, no son las de la sangre, las biológicas, sino todas las monjas del Carmelo con las cuales vive. Fiel a Jesús, lo es hasta en esto y no hace sino llevar a la práctica lo que ya dejó dicho Él en el Evangelio: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Los que cumplen la voluntad de mi Padre, esos son mi madre y mis hermanos». Y Teresa lo vive como si fueran dichas a ella esas palabras de su Esposo Amado. Siempre se manifestó contraria a tener contactos vis a vis con sus hermanas carnales. El subrayado que en el Manuscrito C folio 9rº de las palabras «en famille», en familia, refiriéndose a todo el Carmelo lexoviense, muestra a las claras que para Teresa, su familia no son las hermanas Martin, sino todas las hermanas del convento. Esto hay que tenerlo, como decimos, muy claro. De la misma manera que, aunque los Manuscritos estén dedicados a personas concretas, Teresa escribe para la Humanidad, quiere que su «evangelio», su «buena noticia» no quede entre los muros de un convento, sino que llegue a todo el mundo, pues se siente portadora de una noticia tan buena que todos los seres deben estar en condiciones de acceder a ella. Como su Madre Santa Teresa, la abulense universal, dirá que escribe por obediencia, pero la verdad es que se desvive por escribir; tienen, las dos, Madre e Hija, unas ganas locas por hacer llegar a los hombre y mujeres de su tiempo y de los tiempos futuros, el mensaje del que se sienten y se ven a sí mismas portadoras, en nombre de Aquel que suscita profetas hasta de las piedras. Ahora bien, no porque Teresa esté circunscrita a una realidad concreta y a una época histórica determinada, no se ve capaz de romper con aquello que traslada una imagen distorsionada del Buen Dios que se le revela en su interior. Esta es otra clave de lectura teresiana. Teresa rompe, dinamita la espiritualidad de su tiempo y la de todos los tiempos en que a Dios se le ha proyectado como justiciero inmisericorde, como el guerrero que descarga con todo furor su espada sobre el pobre pecador sin darle tiempo a arrepentirse; en definitiva, un HISTORIA DE UN ALMA.indd 14 13/03/14 10:54
  • 15. 15 dios vengativo, cruel, que espera airado y descarga su golpe mortal sobre quien le ofende. Por ello había muchas víctimas que se ofrecían como pararrayos a la justicia divina, era el jansenismo que en todas las épocas, en la nuestra también, está latente y a la espera de la menor oportunidad para ocupar los espacios. Teresa quiere un Dios justo, porque sabe que esa justicia, la verdadera justicia, tiene en cuenta la debilidad humana, las circunstancias vitales, las carencias personales, las inclinaciones herenciales, etc., de cada ser. Y Dios es justo, pero su justicia no es aséptica, no está carente de humanidad y siempre está matizada por el Amor, porque Dios es Amor y acoge al hijo pródigo y está sentado, con Jesús, su Hijo, a la mesa de los pecadores, a quienes ha venido a sanar porque son los que lo necesitan. Teresa recupera para la Humanidad el Dios de Jesús, el Evangelio de Jesús. Por ello no es de extrañar, sino todo lo contrario, una intuición genial, propia del genio teresiano, que los dos superiores generales del Carmelo, con motivo del Centenario cumplido en 1997, titulasen así su carta a la humanidad: Teresa de Lisieux, una vuelta al Evangelio. Teresa sin Evangelio, sentido, vivido, experimentado, sobre el que cimenta toda su vida y todo su mensaje, no es Teresa. Y esta quizá sea su mayor aportación al mundo de todas las épocas: Vuelvan al Evangelio, pero no para especializarse en él, elaborar tesis que asombren al mundo, realizar exégesis deslumbrantes, nada de eso, sino para vivirlo, para experimentarlo, para hacerlo vida propia, la esencia de nuestro pensar, ser y querer. Y actuar. En Teresa de Lisieux tenemos a una testigo que, sin tener nunca ni siquiera sueños extraordinarios, ni la más mínima experiencia mística sobrenatural, ni atisbos de éxtasis, arrobamientos y demás componentes de misticismos de otra época, lo que le confiere una actualidad muy superior, permítasenos la expresión, sin nada eso, insistimos, le dice al ser de hoy que no hay intermedios, no hay concesiones a la galería, no hay «nadismos» que valgan, ni siquiera el «casi», ni el «bastante», sino el TODO. «Lo escojo TODO». «TODO es gracia». No hay medias tintas, ni comodidades tan apetecibles como engañosas y limitativas. Y eso es lo que, creo, y afirmo, quiere el ser, quiere la Humanidad de hoy: Plenitud. Si me lo siguen permitiendo, es el «TODISMO» frente al «nadismo», el casi o el bastante. Por ello, hacemos hincapié en esto, sus hermanas no acaban de entenderla. Porque esto supone un extremo nivel de autoexigencia permanente, y eso no está al alcance de todos. Teresa es ENTERA y es VERDADERA. Y así se da. Y así se entrega. Como Jesús, su Amado. Finalmente, en Teresa se repiten expresiones, palabras, verbos con profusión, a veces, incluso en nuestra traducción, que sigue paso a paso y letra a letra su originalidad, cuando uno se siente inclinado a echar mano de algún sinónimo castellano. Por otra parte, les invitamos a hacer una lectura creativa, por ejemplo, y, como una especie de guía, fíjense en las mayúsculas y minúsculas, Teresa no las reparte así como así, como le sale, de eso nada, están escritas y utilizadas HISTORIA DE UN ALMA.indd 15 13/03/14 10:54
  • 16. 16 con toda intención, no son aleatorias, son intencionadas e intencionales. Así pasa incluso con su expresión preferida «el Buen Dios», pero también «el buen Dios»; repito, les invitamos a que vean, cuando usa una y cuando usa otra, una pista, observando los estados de ánimo de Teresa. Y lo mismo podemos decir de otras. Nos manifestamos dispuestos a recibir cualquier tipo de sugerencia, opinión, crítica… sobre esta nuestra edición de los Manuscritos Autobiográficos de la nueva Doctora de la Iglesia, que no recibió enseñanza reglada, salvo su estancia, breve, en la Abadía. El Espíritu sigue soplando donde quiere y sobre quien quiere. Gracias a Dios. Una palabra final. Hay libros que se esfuerzan tanto en cargar las tintas sobre la rutinaria vida religiosa de la mayoría de las monjas carmelitas que compartieron con Teresa su estancia en el Carmelo de Lisieux, que la llegan a tildar de vulgar, de acomodaticia, casi como si de un profesionalismo externo y meramente cumplidor se tratase, que ante tal mediocridad, la santidad teresiana es menos explicable todavía, y más excelsa, por ir contra corriente. Tampoco es eso. La gloria de Teresa no se hace «más grande» por comparación con el entorno en que se desarrolla, sino por sí misma, porque Teresa camina hacia la santidad desde los más tiernos años de su infancia. El Carmelo no es más que otra etapa, la que la llevará hasta la cima, pero no por contraposición a las medianías. Si se me permitiera un símil, diría sin ningún temor que Teresa de Lisieux es la Mozart de la santidad, niños siempre, prodigios desde su más tierna infancia, genios en todo momento, maduros cada uno en su especialidad, pero unos críos encantadores que arrastran, envuelven y elevan, conducen al alma, al espíritu un poco más allá, y hacen que los ojos se pierdan semicerrados en lontananza. Una nota breve añadida, un inciso: Jean François Six, con su tendencia a los descubrimientos espectaculares sobre la Santa, enunciaba un hallazgo definitivo en la espiritualidad teresiana-lexoviense, su impronta trinitaria, hasta ahora, hasta él, poco destacada, cuando es la raíz de todo. No creo que haya una santidad que no sea trinitaria y ahí están los maestros del Carmelo para confirmarlo. Y los de otras órdenes, o de laicos, estos menos porque el Vaticano se cuida muy mucho de canonizar laicos y laicas. Pues, siendo eso así, Six vuelve a meter la pata: el rasgo trinitario por antonomasia lo testimoniará Isabel Catez, en religión, Isabel de la Trinidad, pronto, esperamos, canonizada. La espiritualidad de Teresa es «jesulógica», y es desde Jesús, vivo y viviente, resucitador y resucitado, incansable maestro itinerante y paz interior para todo quien se relacionaba con él, como Teresa vive y recibe todo lo demás, aquello que se da por añadidura. Teresa «vive» a Jesús, vive con Jesús, vive en Jesús, o si lo prefieren es Jesús quien vive, ocupa todo el espacio, se adueña por completo del ser de Teresa hasta con-fundirse en una sola y única identidad. Aquí está toda raíz de la santidad de Teresa, toda su vida. HISTORIA DE UN ALMA.indd 16 13/03/14 10:54
  • 17. 17 De la misma manera, no se pueden tampoco cargar las tintas sobre los presuntos fallos, debilidades, desatenciones, asperezas, inhibiciones, de sus padres, que llegan a hacerle exclamar a uno cuando los lee: «pero Teresa es un oasis en medio de tanta y tamaña mediocridad cuando no algo peor». Se hace referencia al excesivo tiempo que le ocupa el taller a su madre, de manera que deja todo lo demás de lado incluida la atención a sus hijas, sobre todo las más pequeñas, encargando de este trabajo a sus hijas mayores. Se insiste menos en el dilentantismo del padre, que llega a encargar el trabajo de la joyería a un subalterno, mientras él se dedica al cultivo del espíritu y a su permanente ansia de viajar. Quizá en ello se puede encontrar una explicación del trabajo exhaustivo de Celia, su esposa, para que el hogar familiar no se resintiera económicamente por ello. No creo que la preocupación por una economía saneada en un hogar de siete personas, deba tomarse como un baldón, sino todo lo contrario, como algo natural y digno de alabanza; de la misma manera que no es criticable que el Sr. Martin se muestre preocupado por la evolución negativa de unos fondos en el mercado de valores. Son preocupaciones normales, lógicas, en cualquier familia por muy religiosa que sea. Es más, según he podido comprobar, en las familias religiosas, ahora mismo, ocupa un lugar preponderante, su nivel de ingresos, lo cual no es censurable, ni mucho menos, a nadie, religiosos/as incluidos, les ha dado Dios el mandato de vivir en la miseria, o de desatender ningún aspecto de nuestra humanidad, de nuestra necesidad vital. Por ello Teresa no es un oasis, ni en el Carmelo, ni en su familia. Lejos de ella esta afirmación, la rechazaría de plano. Como tampoco estaría de acuerdo con quien pueda afirmar que no quería a su madre, que prefería a la niñera-nodriza, Rosa Taillé, porque su madre no podía darle el alimento de vida, y su nodriza sí. ¡Qué aberración! Si Teresa se echa a los brazos de Rosa cuando van por ella o la traen a casa después de su amamantamiento, no creo que sea porque rechace a su madre, sino porque los bebés de meses, lo mismo que las crías de los animalitos, se ciñen con fuerza a quien les proporciona lo que ellos necesitan primordialmente en esos momentos, pero no porque amen a alguien y aborrezcan a otros. No han llegado afortunadamente a eso. Perdonen por la expresión, pero creo que es una aberración, repito. Los libros citados en la bibliografía de J. F. Six van por ahí. Es una pena porque, por lo demás, aportan mucho y bueno sobre Teresa. Que el Espíritu les guíe en esta lectura: es Evangelio puro. Acompañado de la Imitación y de San Juan de la Cruz. Teresa es quien mejor sabe leer e interpretar e incorporar a su vida las enseñanzas de este Gran Doctor del Amor. Y demos gracias a Dios. HISTORIA DE UN ALMA.indd 17 13/03/14 10:54
  • 18. 18 2. Datos biográficos de Teresa de Lisieux 2.1. Cronología Teresa nace el 2 de enero de 1893, jueves, en Alençon. Sus padres son: Louis Martin (22-8-1823 / 29-7-1894) y Celia Guerin (23-12-1831 / 28-8-1877). Louis Martin es relojero, Celia se dedica al encaje, llegando a tener un taller en su casa con algunas empleadas. Celia murió tempranamente a causa de un cáncer de mama. Es de notar que los padres de Teresa se casaron a edad tardía para la época y que hicieron propósito de evitar la relación sexual, hasta que por consejo de un sacerdote que los guiaba espiritualmente y les hizo ver que el mandato de Dios es el de creced y multiplicaos, rompieron ese compromiso. Llegan a tener nueve hijos, cuatro de ellos mueren al poco de nacer, aunque uno de ellos llega a un año. Cuando Teresa nace, el hogar Martin-Guerin cuenta ya con otras cuatro hijas: Paulina, luego Madre Inés, María, luego Sor María del Sagrado Corazón, Leonia, que al final ingresó en la Visitación después de varios intentos de vida religiosa en diferentes comunidades, y Celina, luego Sor Genovea de Santa Teresa, carmelita descalza en el Convento de Lisieux como sus otras tres hermanas citadas. Luego solo Leonia no fue descalza. De bebé es entregada a una nodriza, Rosa Taillé, quien se encarga de amamantarla, pues su madre, que probablemente ya estaba atacada en sus inicios por el cáncer de mama, no puede proporcionarle el alimento necesario. Teresa siempre estará muy agradecida a Rosa, aunque no la nombra en su Historia de un Alma, sino, y muy poco, a través de las cartas de su madre. A los cuatro años muere su madre y la familia se traslada a los Buissonnetes, un caserío ubicado en Lisieux, donde vive su tío Isidoro Guerin casado con Celine Fournet, y sus dos primas, Juana, luego esposa del Dr. La Neéle, que atenderá a Teresa ya avanzada la tuberculosis, y María, luego carmelita descalza en el mismo monasterio que sus primas con el nombre de Sor María de la Eucaristía, fallecida también de tuberculosis en 1905. En 1882 Paulina, su madrecita, entra en el Carmelo. De ello Teresa se ha enterado por sorpresa. Esto le produce una nueva orfandad, que le hace arrojarse a los brazos de su Madrina, su hermana María. En diciembre, dos meses después de la pérdida de Paulina, cae gravemente enferma. Nadie cree que va a salir de esta enfermedad, se toman medidas extraordinarias y desesperadas, se encargan misas… Pero el día 13 de mayo, «ve» la sonrisa de la Virgen María y queda curada de forma súbita. HISTORIA DE UN ALMA.indd 18 13/03/14 10:54
  • 19. 19 En 1884 recibe la primera comunión, día excelso y repleto de gracias, también en mayo; la confirmación el 14 de junio. Por estas fechas y en las inmediatas anteriores recibe formación en la Abadía, donde no es feliz. Mientras está con ella Celina, aguanta; pero cuando su hermana sale por edad, no resiste y acaba volviendo al hogar paterno, recibiendo a partir de entonces clases particulares en casa de una institutriz, en Lisieux. En 1886, después de la misa del Gallo, al regresar a casa, su padre, fatigado, pronuncia unas fatídicas palabras a la hora en que Teresa ha de recoger los regalos dejados sobre los zapatos en la chimenea: «Menos mal que este será el último año». Estas palabras taladraron el corazón de Teresa, pero le hacen dar un salto cualitativo: se acabaron las niñerías, hay que ser mujer. Comienza entonces la carrera de gigante. Se hizo adulta, así, de repente. Decide entrar en el Carmelo a los quince años. Tiene que sortear impedimentos que le llegan de todas partes, incluso de su otra familia, su tío Isidoro, sobre todo, que llega a decir que necesitará un milagro para cambiar de opinión, pero con el apoyo de la suya propia, con su padre a la cabeza. Viaje a Roma. Aún no tiene quince años. Viaje que le enseña más que todos los años anteriores y la afirma en su vocación carmelitana y en su misión: rezar por los sacerdotes. Ve el mundo y sus miserias. Quiere volar por encima de todo eso. Incluso llega a atreverse a plantear abiertamente el tema de su entrada a León XIII, quien le dice que se hará la voluntad de Dios. Y justo al año siguiente, el 9 de abril de 1888 cumple su sueño de entrar en el Carmelo a los quince años en la fiesta de la Anunciación. El 23 de junio se produce el momento quizá más dramático para la nueva carmelita: Su padre desaparece, y permanecen sin noticias suyas hasta el día 27, en que vuelve a casa después de haber sido encontrado por Celina y María, su prima, en el puerto de El Havre. Hoy diríamos que el alzhéimer se había manifestado. De aquí hasta su final, el Sr. Martin pasará un calvario del que en muy pocas ocasiones se dará cuenta. Y sus hijas y su familia también. Teresa, reaccionando como una santa, dirá que ese tiempo fue un tiempo de gracias inestimables. En el Carmelo Teresa va recibiendo varios empleos: refectorio, sacristana, y realizando diversas tareas. Tiene fama de poco mañosa y de lenta. Pero va creciendo espiritualmente, intuye su pequeña vía, llamada comunmente «caminito», aunque ella no llega a denominarlo con esta palabra, siempre escribe «pequeña vía» o «atajo» o incluso «ascensor» que la eleva a Dios sin que tenga que subir peldaño a peldaño la escalera de la perfección, y encuentra su lugar en la Iglesia y en la Humanidad, ser el corazón, ser el Amor. Es nombrada ayudante de Maestra de Novicias por la reelegida M. María de Gonzaga, como Priora de la Comunidad, que llegará a decir que HISTORIA DE UN ALMA.indd 19 13/03/14 10:54
  • 20. 20 si tuviera que elegir una sustituta suya al frente, nombraría a Sor Teresa, porque a sus veinticuatro años tiene una madurez superior a todas las demás hermanas, y eso que jamás la entendió, y sí la trató muy desconsideradamente. En este trabajo, se dará cuenta de que en la vida religiosa también hay quien se instala, quien no quiere llegar a darlo todo y a darse del todo, sino que se acomoda y se dedica a cumplir simplemente. Por ello aumentará su nivel de exigencia a las novicias, que llegarán hasta a desear no volver a hablar con ella. Confiesa no sentirse querida por ellas, pero sabe que una religiosa no puede ni debe acomodarse o concederse licencias que disminuyan la entrega de sí misma a Dios. En 1895 entra Celina en el Carmelo y será una de las novicias que más le hagan sufrir a Teresa. Ella resalta en el Manuscrito C un día en el fue probada casi hasta el límite por una novicia que le había proporcionado un gran disgusto, hasta decir que el cáliz estaba lleno: fue Celina quien le hizo este regalo. En 1895 recibe el encargo de Madre Inés de Jesús de redactar la historia de la familia, en base a sus recuerdos de infancia, pero Teresa sobrepasa esos límites y escribe todo un tratado de espiritualidad que alcanzará su cumbre el Manuscrito B, «encargado» por su otra hermana Sor María del Sagrado Corazón, y que culminará con el encargo de M. Gonzaga sobre sus años en el Carmelo. El día 9 de junio Teresa realizará un acto tan simbólico como revolucionario para la espiritualidad de la época: se ofrece espontáneamente al Amor Misericordioso de Dios al ver que lo habitual era ofrecerse como víctimas a la justicia divina para parar los rayos de su ira por el pecado del mundo. En 1896, el día 3 de abril, se produce la primera hemoptisis durante la noche del Viernes Santo. Aun así, pedirá llevar en todo su rigor la Semana de la Pasión de su Amado Jesús. Como premio a tanta fidelidad, recibe el día 5, Pascua, su entrada «en las más espesas tinieblas», la llamada «Noche de la fe», durante la cual no cantará lo que cree, sino lo que quiere creer, y se sentará a la mesa de los impíos para compartir con ellos el drama de su impiedad, y que haya allí, en esa mesa, «al menos un corazón que ama a Dios». Durante el último tramo del priorato de Madre Inés de Jesús, esta decide hermanarla con un sacerdote-misionero que ha pedido las oraciones y los sacrificios de una hermana carmelita mientras que ofrece tenerla presente cada vez que celebre misa. Este sacerdote, el abate Belière, no dará muchas señales de vida, como indica la propia Santa. Esta fraternidad espiritual la completará Madre Gonzaga cuando le solicite que sea ella, también, quien se hermane con el abate Roulland, que había de partir para las misiones, proporcionándole a Teresa una de las grandes alegrías de su vida, ya que, confiesa, hubiera deseado que alguno de sus hermanos biológicos, fallecidos muy pronto, si hubiese vivido, le hubiera dado esa gran alegría de ser sacerdote. HISTORIA DE UN ALMA.indd 20 13/03/14 10:54
  • 21. 21 El 8 de septiembre comienza el maravilloso Manuscrito B, toda una síntesis de su espiritualidad, envuelto en un aliento poético y una audacia espiritual sublimes, supremos. En 1897 la enfermedad se hace incurable, será todo un martirio aceptado y asumido, sobrellevado en paz y siempre manifestado con el típico y simbólico humor teresiano. Comienzan a recoger sus testimonios, sus frases, sus palabras, lo que luego conformará los volúmenes editados con el título Últimas conver saciones, donde este humor alcanza cimas de ironía. M. Gonzaga le encarga, por sugerencia muy convincentemente presentada por Madre Inés, muy sutil, no cabe duda, que escriba sus recuerdos desde su entrada en el Carmelo. Es el Manuscrito C, en el que se pueden leer las páginas de más fina y sutil ironía de Teresa. Y que hacen reír, sin duda. Leyéndolas, no extraña nada que fuera de las más deseadas en las recreaciones: donde estaba ella reinaba la alegría, el buen humor, la risa, ¿por qué no? Después de meses de sufrimiento y de dolor, también por las penas causadas a la comunidad y sobre todo a sus cuidadoras, y de tener que oír algunas expresiones muy ofensivas, su hermana Celina llegará a decir que se está atendiendo a una santa, pero allí no huele precisamente a rosas. Teresa, exhausta, fallece el 30 de septiembre de 1897 a las 19,20. 2.2. Algunas referencias post mortem 1898.- El 30 de septiembre salen de la imprenta los primeros 2000 ejemplares de la Historia de un Alma, así bautizada por M. Inés, quien ha modificado el texto de manera considerable, en todos los aspectos, aunque no llega a hacerlo irreconocible. 1899.- 2.ª edición de 4000 ejemplares. La primera se agotó muy pronto. 1901.- Primera versión en otra lengua, el inglés. 1907.- El nuevo obispo de Bayeux-Lisieux pide a la Comunidad que anoten recuerdos, etc., referentes a Teresa. Justo al año siguiente se produce el primer milagro atribuido a Teresa: la curación de una niña de cuatro años al tocar su sepultura. 1909.- Se designa al postulador y al vicepostulador de la causa, con lo que se abre el proceso de beatificación y canonización de Teresa. El Carmelo recibe miles de cartas de todas las partes que manifiestan su admiración, cariño y devoción por Teresa. Mientras, su Historia de un Alma se va traduciendo a idiomas múltiples y variados, el cingalés, por ejemplo. HISTORIA DE UN ALMA.indd 21 13/03/14 10:54
  • 22. 22 1910.- Se exhuman sus restos que son trasladados de lugar, realizándose una segunda exhumación en 1917, la definitiva, llevándolos al lugar en el que hoy se levanta una Basílica. 1921.- Benedicto XV la proclama Venerable y enfatiza la infancia espiritual como vía. 1923.- Beatificación de Teresa por Pío XI que la proclama «estrella de su pontificado » 1925.- Canonización de Teresa por Pío XI ante 6000 peregrinos. Se fija su fiesta para el día 1 de octubre. Teresa es proclamada patrona, con S. Francisco Javier, de las Misiones. 1932.- El congreso celebrado en Lisieux pide que Teresa sea declarada Doctora de la Iglesia. 1937.- Se inaugura la Basílica de Lisieux, con homilía del Cardenal Pacelli, después Pío XII. 1944.- Teresa es nombrada por Pío XII patrona secundaria de Francia, al igual que Juana de Arco. 1951.- Muere Madre Inés, su hermana Paulina, lo que significa que los escritos de la Santa podrán ser editados tal y como ella los escribió. Esto se produce en 1956, con una edición facsímil, después de un arduo trabajo del P. Farnçois de Sainte Marie, OCD. Sus introducciones y los peritajes realizados para restablecer con la mayor fidelidad posible el texto original, son de capital importancia para todos los amantes de Teresa. Al año siguiente, 1957, esta edición se hará llegar al pueblo en general a través de edición impresa. 1971.- Publicación de las obras teresianas en una edición especial conocida como del Centenario, incluyendo la Correspondencia general, es decir, las cartas escritas a Teresa por diversas personas a lo largo de su vida. Y una profunda revisión de Últimas Conversaciones. 1992.- Publicación del «TOTUM», las Obras Completas en un solo tomo, según la NEDC, Nouvelle Edition Du Centenaire, Nueva Edición Del Cen tenario. 1997.- Proclamación de Teresa de Lisieux como Doctora de la Iglesia por parte de Juan Pablo II. 2003.- Año en el que las reliquias teresianas llegan a España en su periplo a lo largo y ancho de Europa. HISTORIA DE UN ALMA.indd 22 13/03/14 10:54
  • 23. 23 3. Bibliografía Haremos referencia a algunos de los títulos más significativos, solamente. Ed. Monte Carmelo: Obras Completas de Santa Teresa de Lisieux. De aquí se extractó la Historia de un Alma, todo ello a cargo del P. Emeterio García Setién. Posteriormente se revisó este texto y se realizó una nueva versión a cargo del P. Ordóñez de acuerdo con la NEDC, pero con un cambio inaceptable: utiliza el «tú», el «mi». Teresa nunca lo hizo. Es un cambio que reescribe a Teresa, no es ella ya la que habla; es el traductor quien la hace hablar como él quiere que hable, algo inaceptable, pues, como lo sería en las ediciones de Sta Teresa de Jesús: adaptar sus expresiones, un tanto oscuras y difíciles de entender, al castellano actual, o sus maneras de dirigirse a Dios como Su Majestad por ejemplo. EDE (Editorial de espiritualidad), Historia de un alma. Edic. de Alberto Barrientos y Felipe Barthez. Muy inexacta respecto del original teresiano y poco respetuosa con el mismo. No hay actualización de esta versión. Se mueve entre la Historia de un Alma de M. Inés, no de Teresa, y los Manuscritos Autobiográficos. Llega a eliminar hasta frases y dulcifica las fuertes expresiones de la Santa Manuscritos Autobiográficos, publicado en México por el P. Nazario, Argimiro Ruano. Bastante fiel al original. Creo que está ya descatalogada. Historia de un alma: edición de EDIBESA, a cargo del P. Vicente Martínez Blat, gran conocedor de la Santa, y una traducción que es, sin duda, la mejor, la más fiel al espíritu y a la letra de Teresa, pero no traducida del facsímil, sino de la edición del P. Conrad de Meester Santa Teresita día a día: por el mismo padre y en la misma editorial. Guy Gaucher, publica en M. C. La Pasión de Teresa de Lisieux, estudio serio y profundo. Conrad de Meester, OCD, publica Dinámica de la Confianza en M. C. Una tesis con lo que esto conlleva. Buen estudio de la vía teresiana. Del mismo autor Con las manos vacías, estudio sencillo pero vital y fiel de Teresa. Teresa de Lisieux: Vida. Doctrina. Ambiente. Ed. M. C. Varios especialistas. Pierre Descouvemont - Helmuth Niils Loose: Teresa y Lisieux. Album fotográfico y datos biográficos, con estudio de los principales temas teresianos. Libro fundamental. Jean Guitton: El genio de Teresa de Lisieux. Jean François Six: La verdadera infancia de Teresa de Lisieux. HISTORIA DE UN ALMA.indd 23 13/03/14 10:54
  • 24. 24 Idem: Teresa de Lisieux en el Carmelo. Sobre las obras de Six ya hablamos en la introducción. Solo destacar que la aplicación del psicoanálisis desde el presente hacia el pasado lleva a exageraciones y a tremendos errores de interpretación. P. Marie-Eugene de l’Ènfant Jesus: Tu amor creció conmigo. Hans Urs von Balthasar: Teresa de Lisieux, historia de una misión. Profundo. Clásico. Idem: Si no os hacéis como este niño. Un opúsculo sobre esa escena del Evangelio con Teresa de Lisieux al fondo Rosario Ramos: En la entraña de Teresa de Lisieux. Tesis doctoral. Bien enfocada. Se pueden consultar también los dos números especiales de Revista de Espiri tualidad sobre Teresa con motivo del Centenario de su muerte, así como el especial de la Revista Monte Carmelo. Y las Actas del Congreso que se celebró en España, coordinado por Emilio Martínez, actualmente Vicario General de la Orden, con intervenciones destacadas de los principales especialistas, alguna de ellas también desentona del buen nivel general. Quien desee documentarse más, habrá de acudir a libros publicados en francés por las editoriales Carmel, Cerf y DDB principalmente. También existe en M. C. un Diccionario de Teresa de Lisieux y una edición de los Procesos. 4. Nuestra edición-traducción de Manuscritos Autobiográficos de Teresa de Lisieux Historia de un Alma Nos hemos decidido a realizar y presentar al público una nueva traducción de los Manuscritos Autobiográficos de Teresa de Lisieux, conocidos en el mundo entero como Historia de un Alma, que fue su título inicial, porque estábamos insatisfechos sobre cómo se habían editado hasta ahora, con modificaciones de forma y de fondo, en algunos casos, contrarios al espíritu y a la letra de la Santa. Vamos a señalar algunas, sin ánimo de polemizar, sino únicamente para remarcar aquello que creemos no es ni forma parte del estilo de Teresa, alterando no solo la letra, sino también el espíritu de la santa lexoviense. Desde HISTORIA DE UN ALMA.indd 24 13/03/14 10:54
  • 25. 25 este punto de partida, recuperamos el «vos» que preferimos al «usted», porque creemos que era la forma de hablarse entre las hermanas del Carmelo. Teresa de Lisieux nunca jamás se refirió a sus hermanas carmelitas, ni habló con ellas dentro del Claustro, ni siquiera en el estado de licencia, permiso, utilizando el «tú». El hecho de que aparezca el vos-usted en sus manuscritos no hace sino reflejar lo escrupulosa que era ella ante el cumplimiento de las normas carmelitanas que exigían ese trato. Por lo tanto en este punto no hubo corrección por parte de M. Inés, su hermana Paulina, sino su manera habitual de expresión, repito, como lo exigían las normas del Claustro. De hecho nuestra Santa, habituada a hablar en el mundo con toda su natural espontaneidad, viveza, cuando entra en el Carmelo, no la pierde, pero la adapta, es decir, si antes habla de «mi habitación », mis pajarillos»…, en el Carmelo hablará de «nuestra» celda, por ejemplo; se cuida mucho en sus manuscritos de usar ese «mi» «mis», con el fin de indicar con ello que las cosas no eran propiedad de nadie, sino que estaban a su uso. Emplear el tú supone contradecir a la propia Santa, e incumplir respecto de ella, formas que eran muy respetadas, aceptadas y asumidas por ella, que se esforzaba en cumplir hasta en sus más mínimos detalles tanto la Regla como los usos del Carmelo. Y así se lo exigía a sus novicias. La fidelidad de Teresa a esta Regla y Normas fue, desde el principio, de una escrupulosidad absoluta. No se hace ningún bien a la Santa haciéndola expresarse de otra manera, en virtud de su espontaneidad y familiaridad con sus hermanas, siendo así que, mientras vivió en el Carmelo, sus lazos con ellas eran estrictamente los de la Comunidad en Religión, lo que no era obstáculo para que, si se les otorgaba licencia, hablaran de cosas relacionadas con la familia, su niñez, y temas parecidos, de los que únicamente hace referencia a una de ellas, pero podía haber dicho: «Estando de licencia con María mi querida Madrina», pues no, la llama Sor María del Sagrado Corazón, que era su nombre en religión. Repito: es apoderarse del mensaje teresiano y trasladarlo como ella no lo escribió ni quiso que se escribiese; de lo contrario, un ser libre como ella lo hubiera expresado de esa manera. Lo hizo de otra, la que debía utilizar, sin más. Ese mensaje traducido de esa manera no es el de Teresa, por más que pueda ser más entendible por los lectores y lectoras de hoy. Pero si lo creemos necesario en Teresa de Lisieux, ¿por qué no lo hacemos también con Teresa de Ávila o con Juan de la Cruz o con…? Y además estos son mucho más dificultosos de leer dado el castellano antiguo. Pero lo que en los dos Padres Reformadores del Carmelo se considera no ya necesario sino intocable, y si hay alguna disputa es por hacer valer una presunta mayor fidelidad al texto salido de sus manos, ¿por qué sí puede uno darse a sí mismo licencia para modificar sustancialmente la forma de expresión de Teresa de Lisieux? Inaceptable desde todos los puntos de vista. ¿Cuántas expresiones de Teresa de Jesús habría que cambiar para hacerlas compatibles con la forma habitual de dirigirse HISTORIA DE UN ALMA.indd 25 13/03/14 10:54
  • 26. 26 a Dios hoy día, y sin embargo se conservan? ¿Es que con Teresita, la ñoña, la infantil, la ingenua, uno se puede permitir ciertas licencias que contravienen su respeto profundísimo por los usos establecidos? No, rotundamente no; el mensaje de Teresa, como el de cualquiera de los que han aportado a la Humanidad riquezas inmensas en bien de su camino hacia la liberación integral, debe ser trasladado conforme nos fue dado, en el siglo XVI y el XIX. Lo contrario es reescribir a Teresa, no trasladar lo que nos dejó y cómo nos lo dejó. Teresa es una plena mujer, no es ninguna niña: a sus veinticuatro años ha conquistado unas cimas tan elevadas no ya de perfección, sino de madurez humana, que al Buen Dios le pareció que podía llevarse consigo a ese monumento de mujer que Él mismo había ido formando. Su reciedumbre, su incandescencia, su abrasamiento, su camino, son suyos, nos los ha legado. Teresa ni es ñoña, ni es infantil, ni es insulsa, ni es en diminutivo. Quien se adentre en el estudio de esta Santa modelada por el sufrimiento, en continua búsqueda de la verdad, lo que le hará llegar a unas alturas de humildad dificilmente constatables en la mayoría, con una naturaleza recia, fuerte, incandescente, con una capacidad de discernimiento impensable en una muchacha de su edad, se dará cuenta de que está frente no ya a una santa enorme, sino al lado de una mujer de cuerpo y alma enteras, eso es Teresa ante todo; luego vendrá todo lo demás. Por eso, repetimos, nos ha legado sus escritos, pero no nos ha dicho a cada uno que podemos hacer con ellos lo que queramos; solo le dio permiso a su hermana Paulina, M. Inés, que fue la primera que se asustó ante sus fortísimas expresiones, y las dulcificó, contribuyendo con ello, sin querer, quizá, a construir esa imagen falsa y falseada de su hermana como niñita, mimadita, insulsilla, ñoña. Nada más lejos de la realidad. Por ello nosotros hemos querido rescatar el espíritu y la letra de Teresa. Si lo hemos logrado, nos consideraremos satisfechos. Les invitamos a leer a Teresa como ella vivió, sin concesiones a la vulgaridad de un «tú», o de un amor que abraza al mundo, cuando ella dijo con toda intención que lo que hace el Amor del Buen Dios es ABRASAR el mundo. Parece lo mismo, pero no es igual. Y Teresa va por esto último, no por lo primero. Ardor, quemar, abrasar, guerra a las más leves faltas en sus novicias, buscar, en fin. Lean el Manuscrito B con toda atención, tratando de captar la profundidad del mensaje teresiano y el nivel de intensa, extrema exigencia que describe, y juzguen por ustedes mismos si esto se lleva bien con dulcificaciones manipuladoras y tergiversadoras. Después de pensarlo detenidamente y de dudar bastante, hemos decidido trasladar a nuestro idioma este mensaje de salvación, de maduración humana, de liberación evangélica, tal como ella nos lo legó: observarán deficiencias en la puntuación, sobre todo; casi nunca escribe los tres puntos suspensivos de rigor, sino que los distribuye conforme el eco que quiere transmitir, uso irregular de la coma, etc. Hemos ido comprobando palabra por palabra y signo por signo, HISTORIA DE UN ALMA.indd 26 13/03/14 10:54
  • 27. 27 teniéndonos que decidir por uno cuando la cosa no estaba demasiado clara, por ejemplo en el tema del punto y coma y los dos puntos. Así que tienen ante ustedes una versión ceñida hasta en el más mínimo de los detalles al texto y a su contexto. Teresa decía «Sólo quiero la verdad», durante toda su vida y, sobre todo, ante su temprana muerte. Esa verdad sobre cada uno, que tanto nos cuesta aceptar, que hacemos lo posible por rehuirla, ella la abrazó y la asumió con una valentía y un coraje sin igual, y de ahí se lanzó al abandono en las manos de Dios y a la confianza en su misericordia, que la elevaron a unas cimas de santidad inigualables, porque el más pequeño será el más grande, como el que más se humille será más ensalzado. Siguiéndola a ella, hemos preferido traducir su texto tal y como aparece en la edición facsímil del mismo. Ha sido una tarea ardua, pero creemos que ha valido la pena. Por ello, no habrá divisiones en capítulos, ni orientaciones sobre los temas tratados en cada uno, según se ha hecho hasta ahora en la mayoría de las traducciones. Usted, lector, sabrá perfectamente componerlos. Otra observación. Hay una expresión francesa «à son insu» que literalmente se puede traducir «a sus espaldas», pero también equivale a «sin saberlo». Nos hemos decidido por esta última, pues no va en contra de lo que nos parece quiso decir la Santa. Hay dos veces más en que Teresa dice «sin saberlo», en sus manuscritos, una de ellas referida a su padre, precisamente. Lo verán ustedes. Bueno, pues en esas dos veces utiliza la expresión «sans savoir», que es lo normal en un escrito tan familiar como el de Teresa. ¿Por qué, pues, «à son insu», cuando está hablando de la severidad de M. Gonzaga hacia ella en sus primeros movimientos dentro ya del Carmelo? Si se dan cuenta tanto nuestros «sin saberlo», como «a sus espaldas» vienen a querer indicar lo mismo. El texto está dedicado a su hermana Paulina, M. Inés de Jesús. Teresa le está diciendo a esta que, sin que ella se enterase, M. Gonzaga le obsequiaba con un trato muy acorde con su carácter propio y su desafecto hacia M. Inés. Si esta se hubiese enterado de todo ello, se habría quejado ante su Priora y le hubiera exigido con delicadeza y diplomacia que dejara de hacerlo, con lo cual se hubiera producido una situación que nuestra Santa no quería ni en broma, pues ella había ingresado en el Carmelo no por estar con sus hermanas mayores, sino «por Jesús sólo», y Él estaba actuando a través de su superioras. Una prueba más de su fidelidad extrema a la Regla, y una muestra más de esa inteligencia iluminada de la que era portadora. Lean bajo este prisma las primeras páginas del M. C y verán cómo concuerdan con esta impresión. Ustedes, en su lectura creativa, opten por la que les parezca más acorde con Teresa. Hay una traducción en una editorial carmelitana que modifica sustancialmente, en algunos casos, el mensaje teresiano en su fondo. Llegan a suprimir hasta frases enteras, y desde el comienzo. Utilizan verbos castellanos que no se HISTORIA DE UN ALMA.indd 27 13/03/14 10:54
  • 28. 28 avienen bien con los usados por Teresa, quizá porque las expresiones teresianos son fuertes, directas, sin subterfugios, y eso no se aviene bien con el pretendido casi infantilismo de ella, no es lo mismo que el Amor de Dios «abrasa al mundo », que decir «abraza», por poner un ejemplo. ¿Cuál les parece que es la expresión más fuerte? La primera, ¿verdad? Pues esa es la de la Santa. Y la edición sigue circulando sin revisión, hasta ahora. Sí queremos referirnos aquí a la realizada por el P. Vicente Martínez Blat, OCD. Hace una traducción estupenda, gran conocedor de la Santa, no se asusta ante ciertas expresiones de Teresa y las traduce tal cual. Es muy fiel y muy teresiana. Pero incurre en algo que nos parece un error, mínimo, pero error. No respeta la ortografía de la Santa, sobre todo en el tema del uso de los signos de puntuación que, como verán, Teresa los usa de una manera un tanto extraña. Por lo demás, es una traducción fidelísima. Para nosotros, sin duda, la mejor. Si no hubiera echado mano de la numeración de los párrafos, hubiera sido más fiel. Teresa no escribe para ser numerada como los Evangelios, capítulos, versículos. Teresa escribe de seguido y nos parece que lo más adecuado es hacerlo así, sin explicación alguna sobre los temas tratados en cada presunto capítulo o párrafo. Sí adoptamos la numeración clásica en folios, colocándola entre paréntesis (1rº), (1vº), indicando en qué folio de cada Manuscrito se puede encontrar la referencia que se busca. Si han leído hasta aquí, ya sabrán por qué hemos emprendido esta tarea. Fidelidad extrema al fondo y a la forma, incluso utilizando, como ella, el signo de interrogación cuando lo requerido sería el de admiración. Hemos respetado hasta la repetición del mismo vocablo, como hace Teresa, sin sustituir por sinónimos lo que suena a repeticiones, aliteraciones varias y continuas. Si en algún caso muy aislado se ha hecho, es únicamente porque ese sinónimo no afecta para nada a la forma propia de la Santa: Dos ejemplos: el adverbio «souvent», que es utilizado profusamente por Teresa, nosotros lo hemos traducido casi siempre por su equivalente «a menudo», alguna vez también por «frecuentemente », pero muy escasas. El otro ejemplo podría ser: [80vº] «…. de ce Père qui ne fut apprécié que de moi»: la expresión «ne… que…» es quizá la más utilizada por Teresa; NO fue apreciado MAS que… «No más que, nadie más que», casi siempre, la hemos traducido así salvo en dos o tres ocasiones en que nos ha parecido más apropiado «sino» o «solo». Es lo mismo, se podría haber hecho más veces. No altera nada, no es sustancial. Es, pues, una edición que no dudamos en calificar de servil respecto del texto primigenio, contrastando las ediciones francesas del TOTUM y de Cerf, en edición separada, con la edición FACSÍMIL del Centenario. Hemos tenido en cuenta también la estupenda introducción de la edición facsímil francesa, y los excelentes peritajes realizados por expertos sobre el texto de la Santa, concretamente los Sres. Trillat y Michaud. HISTORIA DE UN ALMA.indd 28 13/03/14 10:54
  • 29. 29 La cantidad de palabras utilizadas por la Santa llega a 1543, palabra arriba, palabra abajo (decimos esto por si nos ha fallado la suma). O sea, que su diccionario constaba de estas palabras. Hay algunas mucho más empleadas que otras: «amour, âme, chercher». Es muy significativo lo de este verbo que equivale a «buscar», que lo usa 122 veces, nada menos. O «brûler», 48. Buscar y quemar, abrasar. Ustedes pueden incidir sobre esto en su lectura creativa, verán que es algo más que una simple curiosidad. Vean qué palabras utiliza más, y lo hace porque quiere hacerlo, porque le son instrumentos necesarios para decir lo que quiere decir, como lo quiere decir. Hemos de señalar, igualmente, que a veces hemos considerado colocar entre corchetes algunas expresiones que nos parece se entienden mejor en nuestro idioma, sin por ello romper ni alterar el sentido del texto de la Santa, como también algunas partículas que ella olvidó, por descuido simplemente, ya que, como indicamos, y como ella misma nos dice, su escritura estaba muy limitada a los tiempos de ocio o dedicación personal, que eran mínimos, o era continuamente interrumpida con la mejor intención, por sus hermanas. Partimos de un principio básico: Teresa dice lo que dice y lo dice como lo dice con plena conciencia de lo que dice y de cómo lo está diciendo, en este caso, escribiendo, porque tiene muy claro desde nada más recibir el encargo, de que no se va a quedar en el pequeño círculo de la familia biológica, ni siquiera en el Carmelo, sino que va a saltar las paredes del mismo y se va a instalar en el corazón mismo del mundo; en otras palabras, sabe que su mensaje se va a difundir por todas las partes y que va a llegar a lugares insospechados, y, si no lo sabe a ciencia cierta, lo intuye: de ahí el permiso que da a su hermana para que haga con ellos lo que estime oportuno y que le pida que se publique muy pronto, para evitar impedimentos que podrían obstaculizarlo. Por lo tanto, su referencia a que al fin y al cabo escribe así porque es como una niña que le cuenta las cosas a su madrecita y por lo tanto no se tiene que ocupar del estilo, siendo así que los premios en la Abadía se los llevaba en estilo, es decir, redacción, no deja de ser un subterfugio para velar, no tanto como para que no se vea su intención, su verdadera razón para hacerlo tal y como lo hizo: su mensaje debe ser asequible a todo el mundo, debe trasladar a un mundo enfrascado en peleas dialécticas y de otro tipo mucho más violento, la necesidad ineludible de la ternura, que al fin y a la postre no es más que una imagen de la ternura de quien nos ama tal como somos, nos acepta así y nos lleva en su corazón. Una vez más lo decimos, respetar hasta en el más mínimo detalle esto, es ser fiel a Teresa y a su mensaje. Tampoco vamos a poner notas explicativas. Creemos que en una lectura creativa debe ser quien lee un texto el que debe acudir a otras fuentes con el fin de profundizar más en el conocimiento de la autora, si se siente inclinado a ello. HISTORIA DE UN ALMA.indd 29 13/03/14 10:54
  • 30. 30 Nos queda solamente, agradecer a quienes nos lean, la confianza que en nosotros depositan y que estamos abiertos a todo tipo de sugerencias y críticas, que serán bienvenidas. Que la lectura de este mensaje tan actual de esta mujer, porque Teresa es primero una gran mujer, después todo lo que cada quien quiera, sirva de alimento espiritual y de aliento para escalar las más altas cimas de la realización plena de nuestra persona, un viaje al interior de la fe, de la mano del Amor que, en lenguaje teresiano, abarca todas las vocaciones. En confianza y abandono, es decir, en la paz de Jesús. Solo nos queda insistir en que les invitamos a mantener contacto, del tipo que prefieran, siguiendo las referencias que damos en las páginas de inicio. Y darles las gracias y pedirles de antemano perdón por las posibles erratas. HISTORIA DE UN ALMA.indd 30 13/03/14 10:54
  • 31. 31 HISTORIA DE UN ALMA HISTORIA DE UN ALMA.indd 31 13/03/14 10:54
  • 32. 32 HISTORIA DE UN ALMA.indd 32 13/03/14 10:54
  • 33. 33 1. Manuscrito A (2rº) J.M.J.T. Enero 1895 Jesús + Historia primaveral de una pequeña florecilla escrita por ella misma y dedicada a la Reverenda Madre Inés de Jesús. _____________________ Es a vos, mi Madre querida, a vos que sois dos veces mi Madre, a quien yo voy a confiar la historia de mi alma….. El día en que me pedisteis que lo hiciera, me pareció que eso disiparía mi corazón al ocuparlo en sí mismo, pero después Jesús me ha hecho sentir que al obedecer sencillamente le sería agradable; además no voy a hacer más que una única cosa: Comenzar a cantar lo que debo repetir eternamente – «¡¡¡Las Misericordias del Señor!!!»…….. Antes de coger la pluma, me arrodillé delante de la estatua de María (esa que nos ha dado tantas pruebas de las maternales preferencias de la Reina del Cielo para con nuestra familia), le he suplicado que guíe mi mano a fin de que no trace ni una sola línea que no le sea agradable. A continuación abriendo el Santo Evangelio, mis ojos han caído [se han topado con] sobre estas palabras: - «Jesús habiendo subido a un monte, llamó a Él a los que le plugo; y ellos vinieron a Él. (St Marcos, cap. III, v. 13). He ahí en verdad el misterio de mi vocación, de mi vida toda entera y sobre todo el misterio de los privilegios de Jesús sobre mi HISTORIA DE UN ALMA.indd 33 13/03/14 10:54
  • 34. 34 alma….. Él no llama a los que son dignos de ello, sino a los que le place o como lo dice St Pablo - : «Dios tiene piedad de quien Él quiere y Él hace misericordia a quien Él quiere hacer misericordia. No es pues la obra de quien quiere ni de quien corre, sino de Dios que hace misericordia.» (Ep. a los Rom. Cap. IX, v. 15 y 16). Durante mucho tiempo me he preguntado por qué el buen Dios tenía preferencias, por qué todas las almas no recibían un igual grado de gracias, me extrañaba al verLe prodigar favores extraordinarios a los Santos que le habían (2vº) ofendido como St. Pablo, St. Agustín y a los que Él forzaba por así decir a recibir sus gracias o bien al leer la vida de Santos a los que Nuestro Señor se complació en acariciar desde la cuna hasta la tumba, sin dejar sobre su paso ningún obstáculo que les impidiese elevarse hacia Él y previniendo esas almas con tales favores que no pudieran empañar el brillo inmaculado de su vestidura bautismal, me preguntaba por qué los pobres salvajes por ejemplo morían en gran número antes incluso de haber oído pronunciar el nombre de Dios……… Jesús se ha dignado instruirme en este misterio, ha puesto delante de mis ojos el libro de la naturaleza y he comprendido que todas las flores que Él ha creado son bellas, que el esplendor de la rosa y la blancura del Lirio no eclipsan el perfume de la pequeña violeta o la simplicidad encantadora de la margarita…. He comprendido que si todas las florecillas quisiesen ser rosas, la naturaleza perdería su adorno primaveral, los campos no estarían ya esmaltados de florecillas……. Así es [ocurre] en el mundo de las almas que es el jardín de Jesús. Él ha querido crear a los grandes santos que pueden ser comparados a los Lirios y a las rosas pero también los ha creado más pequeños y estos deben contentarse con ser margaritas o violetas destinadas a alegrar las miradas del buen Dios cuando Él las abaja a sus pies, la perfección consiste en hacer su voluntad, en ser lo que Él quiere que seamos………… He comprendido también que el amor de Nuestro Señor se revela tanto en el alma más sencilla que en nada se resiste a su gracia como en el alma más sublime, en efecto siendo lo propio del amor abajarse [humillarse], si todas las almas se pareciesen a las de los Santos doctores que han iluminado a la Iglesia (3rº) con la claridad de su doctrina, parece que el buen Dios no descendería tan abajo al venir hasta su corazón, pero Él ha creado al niño que no sabe nada y no deja oír más que débiles gemidos, Él ha creado al pobre salvaje que no tiene para conducirse más que la ley natural y es hasta su corazón que Él se digna abajarse, son sus flores de los campos cuya simplicidad le cautiva…. Al descender así el Buen Dios muestra su grandeza infinita. De la misma manera que el sol alumbra al mismo tiempo a los cedros y a cada pequeña flor como si ella fuese la única sobre la tierra, así también Nuestro Señor se ocupa tan particularmente de cada alma como si ella no tuviese semejantes y como en la naturaleza, todas las estaciones están concertadas [dispuestas] de manera que haga eclosión el HISTORIA DE UN ALMA.indd 34 13/03/14 10:54
  • 35. 35 día señalado la más humilde margarita, del mismo modo todo se ordena al bien de cada alma. Sin duda, mi Madre querida, os preguntáis con asombro adónde quiero llegar, pues hasta aquí nada he dicho aún que se parezca a la historia de mi vida, pero me habéis pedido que escriba sin coacción lo que me viniese al pensamien to, no es pues mi vida propiamente dicha lo que voy a escribir [relatar], son mis pensamientos sobre las gracias que el Buen Dios se ha dignado concederme. Me encuentro en una época de mi existencia en la que puedo echar una mirada sobre el pasado, mi alma se ha madurado en el crisol de las pruebas exteriores e interiores, levanto la cabeza y veo que en mí se realizan las palabras del salmo XXII. (El Señor es mi Pastor, no careceré de nada, me hace reposar en pastos agradables y fértiles: me conduce dulcemente a lo largo de las aguas. Él conduce mi alma sin fatigarla………. Pero así cuando descienda al valle de las sombras de la muerte no temeré mal alguno porque ¡vos estaréis conmigo, Señor!........) Siempre el Señor ha sido para mí compasivo y lleno de dulzura… ¡Lento para castigar y abundante en misericordias!..(Ps. CII, v. 8.) Así pues, Madre mía, con gozo voy a cantar a su lado las misericordias del Señor… Para vos únicamente voy a escribir la historia de la florecilla recogida por Jesús, por lo tanto voy a hablar con abandono, sin inquietarme por el estilo ni por las numerosas digresiones que voy a hacer. Un corazón de madre comprende siempre a su hija aunque no sepa más que balbucir, así que estoy segura de ser comprendida y adivinada por vos que ¡habéis formado mi corazón y le habéis ofrecido a Jesús!..... Me parece que si una florecilla pudiese hablar, diría simplemente lo que el Buen Dios ha hecho por ella sin tratar de esconder sus favores, bajo pretexto de una falsa humildad no diría que está falta de gracia y sin perfume, que el sol le ha arrebatado su brillo y que las tormentas han roto su tallo cuando reconoce en sí misma todo lo contrario. La flor que va a contar su historia se alegra de tener que hacer públicas las deferencias completamente gratuitas de Jesús, reconoce que nada en ella le hacía capaz de atraer sus divinas miradas y [que] su sola misericordia ha hecho todo lo que de bien hay en ella…. Es Él quien la ha hecho nacer en una tierra santa y como impregnada toda ella de un perfume virginal. Es Él quien la hizo preceder por ocho Lirios resplandecientes de blancura. En Su amor, ha querido preservar a su florecilla del soplo envenenado del mundo, apenas su corola comenzaba a entreabrirse este divino Salvador la trasplantó a la montaña del Carmelo donde ya las dos Azucenas que la habían sostenido y dulcemente arropado en la primavera de su vida expandían (4rº) su suave perfume…. Siete años han transcurrido desde que la florecilla ha echado raíces en el jardín del Esposo de las vírgenes y ahora tres Azucenas balancean junto a ella sus corolas perfumadas; un poco más lejos otra azucena se abre bajo las miradas de Jesús, y los dos tallos benditos que han producido esas flores están ahora HISTORIA DE UN ALMA.indd 35 13/03/14 10:54
  • 36. 36 reunidos para la eternidad en la Celestial Patria….. Allí se han encontrado a las cuatro Azucenas que la tierra no vio abrirse…. ¡Oh! que Jesús se digne no dejar por mucho tiempo sobre la orilla extraña [extranjera] las flores quedadas en el exilio [destierro]; ¡que pronto el ramo de Azucenas esté completo en el Cielo! Acabo, Madre mía, de resumir en pocas palabras lo que el buen Dios ha hecho por mí, ahora voy a entrar en detalle en mi vida de niña, sé que allí donde cualquier otra no vería más que un relato aburrido vuestro corazón mater nal hallará encantos… Además los recuerdos que voy a evocar son también los vuestros ya que es a vuestro lado que se ha desarrollado mi infancia y que tengo la dicha de contar con unos Padres sin igual que nos rodearon de los mismos cuidados y las mismas ternuras. ¡Oh! ¡que se dignen bendecir a la más pequeña de sus hijas y le ayuden a cantar las misericordias divinas!.... En la historia de mi alma hasta mi entrada en el Carmelo distingo tres periodos bien distintos, el primero a pesar de su corta duración no es el menos fecundo en recuerdos; se extiende desde el despertar de mi razón hasta la partida de nuestra Madre querida hacia la patria de los Cielos. (4vº) El Buen Dios me hizo la gracia de abrir mi inteligencia [muy temprano] en muy buena hora y de grabar tan profundamente en mi memoria los recuerdos de mi infancia que me parece que las cosas sucedieron ayer. Sin duda, Jesús quería, en su amor, hacerme conocer la Madre incomparable que me había dado, ¡pero que su mano Divina tenía prisa por coronar en el Cielo!.... Toda mi vida el buen Dios se ha complacido en rodearme de amor, ¡mis primeros recuerdos están impregnados de sonrisas y de las caricias más tiernas!.... pero si Él había puesto en torno a mí mucho amor, también lo había puesto en mi corazoncito, creándolo amoroso y sensible, por ello amaba yo mucho a Papá y a Mamá y les demostraba mi ternura de mil maneras, pues era muy expansiva. Solamente que los medios que empleaba eran a veces extraños, como lo prueba este pasaje de una carta de Mamá – «La bebé es un duende sin igual viene a acariciarme deseándome la muerte: - «¡Oh! ¡Bien quisiera que te murieras, mi pobre Mamita!...» Se la reprende, ella dice: - «Es porque te vayas al Cielo ya que tú dices que es preciso morir para ir allá.»¡Desea igualmente la muerte a su padre cuando está en sus excesos de amor!» (5rº)El 25 de Junio de 1874 cuando tenía apenas 18 meses, he aquí lo que mamá decía de mí : «Vuestro padre acaba de instalar un columpio, Celina está con una alegría sin parangón, pero hay que ver a la pequeña balancearse; es de risa, se sostiene como una joven, no hay peligro de que suelte la cuerda pues cuando no va demasiado fuerte grita, la atamos por delante con otra cuerda y a pesar de ello no estoy tranquila cuando la veo encaramada allá arriba». «Me ha ocurrido una divertida aventura últimamente con la pequeña. Tengo costumbre de ir a la misa de las 5 h y 1/2, en los primeros días no me atrevía HISTORIA DE UN ALMA.indd 36 13/03/14 10:54
  • 37. 37 a dejarla, pero viendo que no se despertaba nunca terminé por decidirme a dejarla. La acuesto en mi cama y aproximo la cuna tan cerca que es imposible que se caiga, un día olvidé acercar la cuna. Llego y la pequeña no estaba en mi cama, en ese mismo instante oigo un grito, miro y la veo sentada encima de una silla frente al cabecero de mi cama, su cabecita estaba recostada sobre la almohada y ahí dormía [con] un mal sueño pues estaba molesta.-. No he podido explicarme cómo se había caído sentada sobre esa silla, ya que estaba acostada. He dado gracias al Buen Dios porque no le haya sucedido nada, es en verdad providencial debía haber rodado por tierra, su buen Ángel ha velado por ella y las almas del purgatorio a las que hago todos los días una oración por la pequeña la han protegido, así es como yo lo compongo…. ¡componedlo vosotras como queráis!.....» Al final de la carta mamá añadía: «He ahí a la pequeña bebé que viene a pasarme su manita por la cara y a abrazarme. Esta pobre pequeña no quiere dejarme ni un momento, está continuamente conmigo, le gusta mucho salir al jardín (5vº) pero si yo no estoy allí ella no quiere quedarse ahí y llora hasta [que] la traen de vuelta…»( He aquí un pasaje de otra carta): «La pequeña Teresa me preguntaba el otro día si ella iría al cielo? Yo le dije que sí, si era muy prudente [sensata] y me responde: «Sí, pero si yo no fuese buena iría al infierno… pero yo sé muy bien lo que haría, me echaría a volar hacia ti que estarás en el Cielo, ¿qué haría el Buen Dios para agarrarme?... ¿tú me sujetarías tan fuerte en tus brazos? » He visto en sus ojos que creía positivamente que el Buen Dios no podría [no le podía hacer] nada si ella estaba en brazos de su madre….. «María quiere mucho a su hermanita, la encuentra muy mona, [otra cosa] sería muy difícil pues esta pobre pequeña tiene gran temor de causarle pena alguna. Ayer quise darle una rosa sabiendo que esto le hace dichosa, pero ella se puso a suplicarme que no la cortase, María lo había prohibido, estaba roja de emoción, a pesar de ello le he dado dos, no se atrevía a aparecer por casa. Yo tuve a bien decirle que las rosas eran mías, «pero no decía ella son de María…» Es una niña que se emociona muy fácilmente. Cuando ha cometido una pequeña torpeza [falta], es preciso que todo el mundo lo sepa. Ayer habiendo roto un pequeño trozo del empapelado [tapiz], estaba en un estado que daba lástima, luego era preciso decírselo muy rápido a su Padre; él llegó cuatro horas después, no pensábamos ya en ello, pero ella se acercó enseguida a decirle a María:«Deprisa dí a Papá que he rasgado el papel.» Ahí está ella como un criminal que espera su condena, pero tiene en su cabecita la idea de que se le va a perdonar más fácilmente si se acusa.» (4vº,suite) Amaba mucho a mi querida madrina. Sin comprenderlo ponía gran atención en todo lo que se hacía y se decía a [mi] alrededor, me parece que juzgaba las cosas como ahora. Escuchaba muy atentamente lo que María enseñaba a Celina a fin de hacer[obrar] como ella; [ texto rayado ilegible](6rº) HISTORIA DE UN ALMA.indd 37 13/03/14 10:54
  • 38. 38 después de su salida de la Visitación, para obtener el favor de ser admitida en la habitación durante las lecciones que impartía a Celina, era muy prudente [me portaba muy bien] y hacía todo lo que ella quería, así me colmaba de regalos que a pesar de su poco valor me causaban mucho placer [me ponían muy contenta]. Estaba muy orgullosa de mis dos hermanas mayores, pero la que era mi ideal desde niña, era Paulina…. Cuando comenzaba a hablar y Mamá me preguntaba –«¿En qué piensas?» la respuesta era invariable -«En Paulina….» Otra vez dejaba ir mi dedito sobre los cristales y decía -«Yo escribo: Paulina..» A menudo oía decir que seguramente Paulina sería religiosa, entonces sin tener demasiada idea de lo que ello era [significaba] pensaba: Yo también seré reli giosa. Este es uno de [mis] primeros recuerdos y luego, ¡jamás he cambiado de resolución!....... Fuisteis vos pues, mi Madre querida, a quien escogió Jesús para prometerme a Él, no estabais entonces a mi lado, pero ya se había formado un vínculo entre nuestras almas…. erais mi ideal, yo quería ser semejante a vos y es vuestro ejemplo el que desde la edad de dos años me arrastró hacia el Esposo de las vírgenes…..¡Oh! ¡qué dulces reflexiones quisiera confiaros! --- Mas debo proseguir con la historia de la florecilla, su historia completa y general, pues si quisiese hablar con detalle de sus relaciones con «Paulina», ¡tendría que dejar de lado todo lo demás!.....--- Mi querida Leonita tenía también un importante lugar en mi corazón. Me quería mucho, por la tarde era ella la que me cuidaba cuando toda la familia se iba a pasear;… Me parece oír aún las amables canciones que entonaba a fin de dormirme…. en todo buscaba el medio de darme contento también yo habría estado muy triste por causarle pena. (6vº) Me acuerdo muy bien [de] su primera comunión, sobre todo del momento en que me tomó en sus brazos para hacerme entrar con ella a la rectoría, ¡me parecía tan bello ser llevada por una hermana mayor toda de blanco como yo!.... Al atardecer se me acostó temprano pues era demasiado pequeña para quedarme a la gran cena pero aún veo a Papá que se acercó a los postres llevando a su reinecita porciones de tarta…..--- Al día siguiente o pocos días después fuimos a casa de la compañerita de Leonia, creo que ese es el día en que nuestra buena Madrecita nos llevó detrás de una pared para darnos a beber vino después de la comida (que nos había servido la pobre señora Dagorau,) pues no quería causarle pena a la buena mujer, pero tampoco quería que echásemos en falta nada….. ¡Ah! ¡cuán delicado es el corazón de una Madre, cómo traduce su ternura en mil cuidados previsores en los que nadie pensaría!...........[texto rayado ilegible] Ahora me queda hablar de mi querida Celina, la compañerita de mi infancia pero los recuerdos son de tal abundancia que no sé cuáles elegir. Voy a extraer algunos pasajes de las cartas que mamá os escribía a la Visitación, pero no voy HISTORIA DE UN ALMA.indd 38 13/03/14 10:54
  • 39. 39 a copiarlo todo sería demasiado largo…. El 10 de Julio de 1873 (el año de mi nacimiento) he aquí lo que decía –«La nodriza ha traído a la pequeña Teresa el Jueves, no hacía más que reír, era sobre todo Celinita quien le agradaba reía a carcajadas con ella, se diría que tiene ya ganas de jugar, eso vendrá pronto, se tiene tiesa sobre sus piernecitas como una pequeña estaca. Creo que andará muy pronto y que tendrá buen carácter, parece muy inteligente y tiene buena pinta de predestinada….» (7rº) Pero fue sobre todo desde mi separación de la nodriza cuando mostré mi afecto para con mi querida Celinita. Nos entendíamos muy bien, solamente que yo era muy viva y bien mucho menos ingenua que ella; aunque era tres años y medio más joven, me parecía que éramos de la misma edad. He aquí un pasaje de una carta de Mamá que os mostrará cuán dulce era Celina y yo mala [traviesa] – «Mi Celinita está totalmente inclinada a la virtud, es el sentimiento íntimo de su ser, tiene un alma cándida y horror al mal. Pero el huroncito no sé muy bien qué se hará, es tan pequeño, tan despistado, tiene una inteligencia superior a Celina, pero es mucho menos dulce y sobre todo de una terquedad casi invencible, cuando dice «no» nada puede hacerle ceder, así se la metiera un día entero en el sótano que dormiría allí antes de decir «sí»………………………………. «Tiene sin embargo un corazón de oro, es muy cariñosa y muy sincera, resulta curioso verla correr detrás de mí para hacerme su confesión – Mamá he empujado a Celina solo una vez, la he sacudido una vez, pero no lo volveré a hacer más – (Es así con todo lo que hace). El jueves por la tarde salimos a pasear al lado de la estación, ella por supuesto ha querido entrar en la sala de espera para ir a buscar a Paulina, corría delante con una alegría que nos producía placer, pero cuando ha visto que nos teníamos que volver sin subirnos al tren para ir a buscar a Paulina, lloró durante todo el camino de regreso.» Esta última parte de la carta me recuerda la dicha que sentía al veros volver de la Visitación, vos, madre mía, me cogíais en vuestro brazo y María tomaba a Celina, entonces os hacía mil carantoñas y me inclinaba (7vº) hacia atrás con el fin de admirar vuestra gran trenza… después me dabais una tableta de chocolate que habíais guardado tres meses. ¡Imaginad qué reliquia era para mí!.... Recuerdo también el viaje que hice a Le Mans, era la primera vez que iba en tren. ¡Qué alegría verme viajar sola con Mamá!.. Sin embargo no sé por qué me eché a llorar y la pobre Madrecita no pudo presentar a mi tía de Le Mans más que una fea mujercita todo roja por las lágrimas que había vertido por el camino…. No he conservado ningún recuerdo del locutorio sino solamente el momento en que mi tía me pasó un ratoncito blanco y una cestita de papel bristol llena de bombones en la que brillaban dos bonitas sortijas de azúcar, justo del grosor de mi dedo, inmediatamente exclamé –«¡Qué dicha habrá una sortija para Celina!» HISTORIA DE UN ALMA.indd 39 13/03/14 10:54
  • 40. 40 Pero ¡oh dolor! cojo mi cesta por el asa, doy la otra mano a Mamá y salimos, al cabo de algunos pasos miro mi cesta y veo que mis bombones estaban casi todos esparcidos en la calle, como las piedras de pulgarcito….. Miro más aún y veo que una de las preciosas sortijas había seguido la suerte fatal de los bombones…. ¡No tenía nada que dar a Celina!... entonces mi dolor estalla, exijo volver sobre mis pasos, mamá no parece prestarme atención a mí. Esto era demasiado, a mis lágrimas les siguen mis gritos… No podía comprender que ella no participase de mi pena y eso aumentaba en mucho mi dolor… Vuelvo ahora a las cartas en las que mamá os habla de Celina y de mí, es el mejor medio que puedo emplear para haceros conocer bien mi carácter, he aquí un pasaje donde mis defectos brillan con vívido fulgor – «He ahí (8rº) a Celina que se divierte con la pequeña con el juego del cubo, disputan de vez en cuando, Celina cede para tener una perla para su corona. Me veo obligada a corregir a esta pobre bebé que se coge unos cabreos espantosos cuando las cosas no van según su idea, [se revuelca en tierra como una desesperada] {este texto anterior está rayado e ilegible} creyendo que todo está perdido, hay momentos en los que esto es más fuerte que ella, y se sofoca por ello. Es una niña exuberante, es sin embargo muy gentil y muy inteligente, se da cuenta [de] todo.» Veis, Madre mía, ¡cuán lejos estaba de ser una chiquilla sin defectos! ni siquiera se podía decir de mí «que estaba tranquila cuando dormía» pues por la noche era aún más inquieta que por el día, enviaba a paseo todas las mantas y después (totalmente dormida) me daba golpes contra el respaldo de mi camita, el dolor me despertaba entonces decía:-«¡Mamá me he golpeado!...» Esta pobre Madrecita tenía que levantarse y constataba que en efecto tenía chichones en la frente, que me había golpeado, me tapaba bien, después volvía a acostarse pero al cabo de un rato volvía a empezar a estar golpeada, al punto de que fue necesario atarme en mi cama. Todos los anocheceres Celinita venía a anudar los numerosos cordones destinados a impedir al duendecito golpearse y despertar a su mamá, al salir bien ese medio, hizo que fuese en adelante buena al dormir…….. Existe otro defecto que tenía (estando despierta) y del que Mamá no habla en sus cartas, era un gran amor propio. No voy a ofreceros más que dos ejemplos a fin de no hacer mi relato demasiado largo. – Un día Mamá me dice –«Mi pequeña Teresa, si quieres besar el suelo voy a darte cinco céntimos.» Cinco céntimos eran para mí toda una fortuna, para ganarla no tenía necesidad de abajar mucho mi esta tura, pues mi pequeña talla no ponía una gran distancia entre yo y el suelo, sin embargo mi dignidad se rebeló ante (8vº) la idea de besar el suelo, manteniéndome bien derecha le digo a Mamá -¡Oh! no mi Madrecita, ¡prefiero no tener los cinco céntimos!... Otra vez debíamos ir a Grogny a casa de Mme Mommier. Mamá dice a María que me ponga mi bonito vestido azul Cielo guarnecido de encajes pero HISTORIA DE UN ALMA.indd 40 13/03/14 10:54
  • 41. 41 sin dejarme los brazos desnudos a fin de que el Sol no los tostase. Yo me dejaba vestir con la indiferencia que deben tener las niñas de mi edad, pero interiormente pensaba que hubiera estado mucho más mona con mis bracitos desnudos. Con un natural como el mío, si hubiese sido educada por unos Padres sin virtud o incluso, tal como Celina era mimada por Luisa, me habría vuelto muy mala y quizá me habría perdido…. Pero Jesús vigilaba sobre su pequeña prometida, Él quiso que todo girase para su bien incluso sus defectos que corregidos tempranamente le han servido para crecer en la perfección… Como yo tenía amor propio y también amor al bien tan pronto como comencé a pensar seriamente (lo hice desde muy pequeña) era suficiente con que se dijese que una cosa no estaba bien para que no me quedasen ganas de hacérmelo repetir dos veces…. Veo con placer en las cartas de Mamá que al crecer le proporcionaba más consuelo. No teniendo sino buenos ejemplos en torno a mí, quería naturalmente seguirlos. He aquí lo que ella escribía en 1876 – «Hasta Teresa quiere a veces unirse para hacer las prácticas… Es una niña encantadora, es fina como la sombra, muy viva, pero su corazón es sensible. Celina y ella se quieren mucho, se bastan ellas dos para divertirse, todos los días en cuanto han comido Celina va a coger su gallito ella atrapa de una sola vez la gallina de Teresa, yo misma no puedo hacerlo pero ella es tan viva que al primer brinco lo consigue; luego llegan las dos con sus animales a sentarse en la esquina (9rº) del fuego y se distraen así durante mucho tiempo. (Era Rosita quien me había regalado el gallo y la gallina y yo le había dado el gallo a Celina). El otro día Celina había dormido conmigo, Teresa se había acostado en la segunda planta en la cama de Celina había suplicado a Luisa que la bajase de planta para vestirla.. Luisa sube a buscarla, encuentra la cama vacía. Teresa había oído a Celina y había bajado con ella. Luisa le dice:»-¿No quieres pues bajar para vestirte?» - ¡Oh no! mi pobre Luisa, somos como las dos gallinitas, ¡no nos podemos separar! Y al decir esto se abrazaban y se apretujaban las dos… Luego a la tarde Luisa, Celina y Leonia salieron al círculo católico y abandonaron a esta pobre Teresa que comprendía bien que ella era demasiado pequeña para ir allí, decía : - «¡Si al menos quisieran acostarme en la cama de Celina!...» Pero no, no se quiso [no pudo ser]… ella no dijo nada, y se quedó sola con su lamparita, un cuarto de hora más tarde dormía con un profundo sueño…» Otro día Mamá escribía también: «Celina y Teresa son inseparables, no se puede ver dos niñas que se quieran mejor, cuando María viene a buscar a Celina para darle su clase, esta pobre Teresa es toda lágrimas. ¡Ay [por desgracia] qué va a ser de ella, su amiguita se va!... María siente piedad de ella la coge también y esta pobre pequeña se sienta en una silla durante dos o tres horas, le damos cuentas para enhebrar o un trapo para coser, no osa rebullirse, y lanza a menudo profundos suspiros. Cuando su aguja se desenhebra, tarta de volverla a HISTORIA DE UN ALMA.indd 41 13/03/14 10:54
  • 42. 42 enhebrar es curioso contemplarla, no pudiendo conseguirlo, y no atreviéndose a importunar a María; enseguida se ven dos gruesas lágrimas que se deslizan por sus mejillas… María (9vº) la consuela rápidamente, le reenhebra la aguja, y el pobre angelito sonríe a través de sus lágrimas…» Recuerdo que en efecto yo no podía quedarme sin Celina, prefería levantarme de la mesa antes de haber terminado mi postre a no seguirla, tan pronto como ella se levantaba. Me removía en mi gran silla, solicitando se me bajase y luego íbamos a jugar juntas; a veces íbamos con la pequeña «prefecta», lo que me agradaba mucho por el parque y todos los bellos juguetes que nos enseñaba, pero era sobre todo por complacer a Celina por lo que iba allí deseando mejor quedarnos en nuestro jardincito para rascar las paredes, pues arrancábamos todas las lentejuelas brillantes que allí se encontraban y luego íbamos a vendérselas a Papá que nos las compraba muy seriamente. El domingo, como yo era demasiado pequeña para ir a los oficios, mamá se quedaba a cuidar de mí, yo era muy buena y no andaba más que de puntillas durante la misa, pero así que veía abrirse la puerta, era una explosión de alegría sin igual, me precipitaba al encuentro de mi preciosa Hermanita que entonces «estaba engalanada como una capilla..»….. y le decía: «¡Oh! mi Celinita, ¡dame rápido pan bendito!» A veces ella no tenía, habiendo llegado demasiado tarde… ¿Cómo hacer entonces? Era imposible pasarme sin él, esa era «mi misa»… El remedio fue encontrado muy pronto.- «Tú no tienes pan bendito, pues bien, ¡hazlo!» Dicho y hecho, Celina coge una silla, abre el armario empotrado, atrapa el pan, corta una rebanada y muy seriamente recita un Ave María lo levanta y después me lo presenta y yo luego de [haber] hecho la señal de la Cruz con [el pan] , lo como con una gran devoción, encontrando su sabor (10rº) por completo igual (10rº) al del pan bendito…… A menudo hacíamos juntas conferencias espirituales, he aquí un ejemplo que tomo de las cartas de mamá – «Nuestras dos queridas pequeñas Celina y Teresa son ángeles de bendición, pequeñas naturalezas angélicas. Teresa es la alegría, la dicha de María y su gloria, es increíble cuán orgullosa está de ella. Es verdad que tiene réplicas muy raras a su edad, aventaja en ello a Celina que le dobla la edad. Celina decía el otro día: - «¿Cómo puede ser que el buen Dios pueda estar en una hostia tan pequeña?» La pequeña dijo: «Eso no es tan asombroso ya que el buen Dios es todopoderoso.»-«¿Qué quiere decir Todopoderoso?» - «Pues es hacer todo lo que Él quiere!...» Un día, Leonia pensando que era demasiado mayor para jugar a las muñecas viene a encontrarse con nosotras dos con una canastilla repleta de vestidos y de bonitos retales destinados a sacar otros de ellos, arriba estaba recostada su muñeca. – «Tened mis hermanitas, nos dice, escoged, os doy todo esto.» Celina alargó la mano y cogió un paquetito de trencillas que le gustaba. Después de un HISTORIA DE UN ALMA.indd 42 13/03/14 10:54
  • 43. 43 momento de reflexión yo extendí mi mano a mi vez diciendo: - «¡Yo lo escojo todo!» y tomo el cestito sin más ceremonia, los testigos de la escena hallaron la cosa muy justa, Celina misma no pensó en quejarse por ello (por otra parte a ella no le faltaban juguetes, su padrino la colmaba de regalos y Luisa encontraba el medio de procurarle todo lo que deseaba). Este pequeño rasgo de mi infancia es el resumen de toda mi vida, más tarde cuando la perfección se me apareció, comprendí que para llegar a ser una santa hacía falta sufrir mucho, buscar siempre lo más perfecto y olvidarse de sí misma, he comprendido que había muchos grados en la perfección y que cada alma (10vº) era libre de responder a las proposiciones de Nuestro Señor, de hacer poco o mucho por Él, en una palabra elegir entre los sacrificios que Él pide. Entonces como en esos días de mi niñez exclamé: «Dios Mío, yo lo escojo todo. No quiero ser una santa a medias, no me da miedo sufrir por vos, no temo más que una cosa, conservar mi voluntad, tomadla, pues «¡Yo escojo todo» lo que vos queráis!...» Es preciso que me detenga, no debo hablaros aún de mi juventud, sino del Duendecito de cuatro años. Me acuerdo de un sueño que debí tener a esa edad y que está profundamente grabado en mi imaginación. Una noche, soñé que salía para ir a pasear sola por el jardín, llegada bajo las escaleras que había que subir para llegar allí, me detuve sobrecogida de espanto. Delante de mí, junto al cenador, se encontraba un barril de cal y sobre ese barril dos horribles diablillos danzaban con una agilidad sorprendente a pesar de las planchas que tenían en los pies; de repente, arrojaron sobre mí sus ojos, llameantes, luego al mismo tiempo, parecieron mucho más asustados que yo, se precipitaron debajo del barril y fueron a esconderse en la ropería que se encontraba enfrente. Viéndolos tan poco valientes quise saber lo que iban a hacer y me acerqué a la ventana. Los pobres diablillos estaban corriendo sobre las mesas y no sabiendo cómo hacer para huir de mi mirada, a veces se asomaban a la ventana observando con aire inquieto si yo estaba aún allí y al verme siempre empezaban a correr de nuevo como unos desesperados. --- Sin duda este sueño no tiene nada de extraordinario, no obstante creo que el Buen Dios ha permitido que me acuerde de él a fin de demostrarme que un alma en estado de gracia no tiene nada que temer de unos demonios que son unos cobardes, capaces de huir ante la mirada de un niño…………………………… (11rº) He aquí aún un pasaje que encuentro en las cartas de mamá. Ya esta pobre Madrecita presentía el fin de su destierro: «Las dos pequeñas no me inquietan, están tan bien las dos, son naturalezas escogidas, ciertamente serán buenas, María y tú podréis perfectamente educarlas. Celina jamás comete la menor falta voluntaria. La pequeña será buena también, no mentiría por todo el oro del mundo, tiene el espíritu como no he visto nunca en ninguna de vosotras. HISTORIA DE UN ALMA.indd 43 13/03/14 10:54
  • 44. 44 «El otro día estaba en casa del tendero con Celina y Leonia, hablaba de sus prácticas y discutía fuerte con Celina, la señora le dice a Luisa: ¿Qué quiere decir pues, cuando juega en el jardín [no] se le oye hablar más que de prácticas. Mme. Gaucherin asoma la cabeza por su ventana para tratar de comprender qué quiere expresar este debate sobre prácticas?... Esta pobre pequeña constituye nuestra dicha, será buena, se ve ya el germen, no habla más que del buen Dios, no faltaría por nada a hacer sus oraciones. Quisiera que tú la vieses recitar pequeños cuentos [fábulas], jamás he visto nada tan gracioso, encuentra para todo la única expresión que es preciso darle y el tono, pero es sobre todo cuando dice: - Niñito de cabeza rubia, ¿dónde crees tú [pues] que está el buen Dios? Cuando llega a esto: - Está allá en lo alto en el Cielo azul, vuelve su mirada a lo alto con una expresión angelical, no nos cansamos de hacérselo repetir tan bello es, ¡hay algo tan celestial en su mirada que nos quedamos arrebatados!......» ¡Oh Madre mía! Qué feliz era a esta edad, comenzaba ya a disfrutar de la vida, la virtud tenía para mí encantos y estaba me parece en las mismas disposiciones que me encuentro ahora, teniendo ya un gran (11vº) dominio sobre mis actos. -- ¡Ah! ¡qué rápidamente han pasado los años soleados de mi pequeña infancia, pero qué dulce huella han dejado en mi alma! Recuerdo con gozo los días en que papá nos llevaba al pabellón, los más pequeños detalles se han grabado en mi corazón…. Me acuerdo sobre todo de los paseos del Domingo, en los que siempre nos acompañaba mamá… Siento aún las impresiones profundas y poéticas que nacían [surgían] en mi alma a la vista de los campos de trigo esmaltados de acianos y de flores silvestres. Ya amaba yo las lejanías… El espacio y los pinos gigantescos cuyas ramas tocaban la tierra dejaban en mi corazón una impresión semejante a aquella que vuelvo a sentir aún hoy a la vista de la naturaleza… Con frecuencia durante esos largos paseos, nos encontrábamos pobres y era siempre Teresita quien se encargaba de darles limosna, de lo que era muy dichosa, pero a veces también, Papá dándose cuenta de que la caminata era demasiado larga para su reinecita, la hacía volver más temprano que los demás a casa (para su gran descontento), entonces para consolarla Celina llenaba de margaritas su bonita cestita y se las entregaba a la vuelta, pero ¡ay! la pobre abuelita encontraba que su hijita tenía demasiadas, así que cogía una buena parte de ellas para su santa Virgen…… Esto no agradaba a la pequeña Teresa pero se guardaba bien de no decir nada al respecto habiendo tomado la buena costumbre de no quejarse jamás, tanto cuando se le quitaba lo que era de ella, como cuando era acusada injustamente prefería callarse y no excusarse, lo cual no era mérito de su parte, sino virtud natural….¡Qué pena que esta buena disposición se haya desvanecido!...(12rº) ¡Oh! verdaderamente todo me sonreía sobre la tierra: encontraba flores por cada uno de mis pasos y mi feliz carácter contribuía también a volver mi vida agradable, pero un nuevo periodo iba a comenzar para HISTORIA DE UN ALMA.indd 44 13/03/14 10:54
  • 45. 45 mi alma, debía pasar por el crisol de la prueba y sufrir desde mi infancia a fin de poder ser ofrecida más temprano a Jesús. Así como las flores de la primavera empiezan a germinar bajo la nieve y se abren a los primeros rayos del Sol, así la florecilla cuyos recuerdos escribo ha debido pasar por el invierno de la prueba… Todos los detalles de la enfermedad de nuestra madre querida están todavía presentes en mi corazón, me acuerdo sobre todo de las últimas semanas que pasó en la tierra, nosotras éramos, Celina y yo, como pobrecitas exiladas, todas las mañanas, Mme Leriche venía a buscarnos y pasábamos la jornada en su casa. Un día no habíamos tenido tiempo de hacer nuestra oración antes de partir y durante el trayecto Celina me dijo muy bajo: «¿Hemos de decirle que no hemos hecho nuestra oración?..» – «¡Oh! sí» le respondí, entonces muy tímidamente se lo dijo a Mme Leriche, ella nos respondió –«Pues bien, hijitas mías, id a hacerla» y luego metiéndonos a las dos en una gran habitación, salió… Entonces Celina me miró y dijimos: «¡Ah! no es como Mamá….¡ella siempre nos hacía hacer nuestra oración!...» [hacía con nosotras]. Jugando con las niñas siempre nos perseguía el pensamiento de nuestra Madre querida, una vez Celina habiendo recibido un bello albaricoque se inclinó y me dice muy bajo: «No lo vamos a comer, voy a dárselo a Mamá.» ¡Ay! esta pobre Madrecita estaba ya demasiado enferma para comer los frutos de la tierra, no debía ya hartarse más que en el Cielo de la gloria de Dios y beber con Jesús el vino misterioso del que [Él] habló en su última Cena, diciendo que lo compartiría con nosotros en el reino de su Padre. La ceremonia conmovedora de la extremaunción está también impresa en mi alma, aún veo el lugar en el que yo estaba al lado de Celina, nosotras todas [las cinco] estábamos(12vº) por rango de edad y ese pobre Padrecito estaba allí [y] también sollozaba……. El día, o al día siguiente de la partida de Mamá me tomó en sus brazos diciéndome: -«Ven a abrazar una última vez a tu pobre Madrecita.» Y yo sin decir nada, acerqué mis labios a la frente de mi Madre querida….. No recuerdo haber llorado mucho, no hablaba a nadie de los profundos sentimientos que experimentaba…… Miraba y escuchaba en silencio….. nadie tenía tiempo de ocuparse de mí por ello veía muchas cosas que habrían querido ocultarme, una vez me encontré frente a la tapa del ataúd… me detuve largo tiempo a considerarla [mirarla] jamás había visto aquello, sin embargo comprendía…… era tan pequeña que a pesar de la poco elevada estatura de Mamá me veía obligada HISTORIA DE UN ALMA.indd 45 13/03/14 10:54