La mujer ha sido considerada durante siglos como reproductora y encargada de las tareas del hogar, mientras que el hombre trabajaba fuera del hogar y era dueño de su familia. Aunque las mujeres comenzaron a trabajar fuera del hogar lentamente, se esperaba que su salario fuera menor y complementario, no para satisfacer las necesidades familiares. Después de las luchas feministas, las mujeres ganaron derechos civiles y políticos, pero se mantuvo la división del trabajo doméstico no remunerado como obligación de la mujer. Hoy en