Un joven le pidió ayuda a Dios porque sentía que su cruz era demasiado pesada. Dios le dijo que dejara su cruz en una habitación y eligiera otra de una sala con varias cruces. Al entrar, vio una cruz pequeña y le pidió esa, pero Dios le dijo que esa era la misma cruz que había dejado. Aunque los problemas parecen abrumadores, siempre hay otros que enfrentan dificultades mayores.
2. Un joven ya no daba más con sus problemas. Cayó de rodillas, rezando: - Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada. El Señor, como siempre, acudió y le contestó:
3. - Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación. Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras. El joven suspiró aliviado. - Gracias Señor, dijo, e hizo lo que le había dicho.
4. Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba. Después, vio una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared. - Señor, susurró, - quisiera esa que está allá. Y el Señor contestó: - Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar…
5. Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás. COMPROBARÁS QUE DEBES CONSIDERARTE MAS AFORTUNADO DE LO QUE CREES. Santa Teresa de Avila dijo: " La cruz abrazada es la menos pesada".
6. Solamente existe una salida para escapar de los sufrimientos: pasar por ellos… Dios nunca te dará una carga más pesada de la que puedas soportar… Acepta cargar con tu cruz sin renegar y pídele a Él fuerza para superar tus aflicciones. Ten presente que cualquiera sea tu cruz, siempre habrá un resplandor en la oscuridad y un sol después de una tormenta. ERA Producciones