Review and Herald 1892 No os toca saber los tiempos y las sazones
Tomo852
1. Tomo 85
La única
esperanza para
la humanidad
William Soto Santiago, Ph.D.
Cayey, Puerto Rico
2010
2.
3. CONTENIDO
La única esperanza para la humanidad����������������������1
�
José se revela a sus hermanos�������������������������������������23
La trayectoria del Trono de Dios������������������������������57
Señor, venga a nosotros tu Reino�����������������������������79
�
La fiesta hebrea de Pentecostés o Shavuot�������������115
La fiesta de los panes sin levadura ��������������������������149
�
Dios despertando el Espíritu de su pueblo
para hacer la obra del Día Postrero ����������������������175
�
La Generación de Jesucristo�������������������������������������197
La esposa obediente����������������������������������������������������215
Padre nuestro ������������������������������������������������������������237
�
7. LA ÚNICA ESPERANZA
PARA LA HUMANIDAD
Por William Soto Santiago, Ph.D.
Lunes, 19 de abril de 2010
Zihuatanejo, Guerrero, México
M uy buenas tardes, hermanos y hermanas aquí pre-
sentes en la congregación, la iglesia en Zihuatane-
jo; es para mí una bendición y privilegio grande estar con
ustedes en esta ocasión, para saludarles y pedirle a Cristo
Sus bendiciones sobre cada uno de ustedes.
2. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto,
sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos use
grandemente en Su Obra en este tiempo final; y en esta
noche Dios Se manifieste grandemente, traiga muchas
almas a Sus Pies y edifique también a los creyentes que
ya lo han recibido. En el Nombre del Señor Jesucristo.
Amén.
3. Es una bendición grande estar con ustedes en esta
ocasión, y estar también no solamente en estos momen-
tos, sino en la tarde y la noche también, donde esperamos
grandes bendiciones de parte de Dios. Todavía quedan al-
mas que están escritas en el Cielo en el Libro de la Vida
del Cordero, que tienen que ser llamadas y traídas a los
Pies de Cristo, para que se complete el Cuerpo Místico de
8. 4 William Soto Santiago, Ph.D.
Cristo; y en todos los lugares, pues desean que esas almas
que faltan, pues estén en ese lugar, en el lugar donde se
está predicando la Palabra del Señor.
4. Y esperamos que todas las almas que todavía no han
llegado y faltan por llegar, que una parte grande esté tam-
bién acá en Zihuatanejo, y sean traídos a los Pies de Cris-
to en la labor que ustedes están llevando a cabo, la labor
misionera y evangelística, y que en esta noche también
vengan muchas almas a los Pies de Cristo.
5. Que Dios les bendiga y les guarde, y les continúe
usando grandemente en Su Obra en este tiempo final, an-
tes que ocurra el gran terremoto, porque ya cuando ocurra
ese gran terremoto, ya se habrá completado la Iglesia, y ya
Cristo estará saliendo o saldrá del Trono de Intercesión y
cumplirá plenamente Su Venida.
6. Dos mil años atrás podemos enmarcar Su Venida ¿en
qué momento? ... pueden tomar asiento ya que esto fue
algo que me llegó y no hay forma de guardarlo; si lo guar-
do Él no me sigue dando más, es como los padres a los
niños, que le dan algo y si pide más, le pregunta: “¿Y lo
que te dí?” “No, aquí lo tengo,” “ah, pues ahora cuando
no tengas, entonces te doy más.” Y Dios, pues nos da más
cada día a medida que usamos lo que Él nos da; porque es
para que lo usemos y el alimento espiritual es para com-
partirlo con todo el pueblo.
7. Hubo una vez una persona que le dijo, no recuerdo a
quién: “Mira, ya no me envíes más literatura; porque ya yo
tengo aquí para el año completo.” No sabía que cada día
hay que estar recibiendo más y más Palabra, y no alma-
cenándola, sino usándola y compartiéndola también con
otras personas, o sea, que no es para la persona quedarse
con ella guardada, sino que la disfruta y la pasa a las de-
9. La única esperanza para la humanidad 5
más personas; y si no quiere salir de la literatura, pues
saca copia o busca más, más folletos y los comparte con
otras personas; lo que es bueno para usted, ese alimento
espiritual, es bueno para las demás personas también.
8. Piensen ustedes que si aquel niñito que tenía unos pe-
cecitos y unos panecitos, no los pone en las Manos del
Señor, aquella multitud no hubiera tenido la bendición de
recibir alimento, en una ocasión para cinco mil personas y
en otro ocasión para cuatro mil personas, ¿sería el mismo
niñito el que tendría los panes y los peces? Si era el mis-
mo, era un niño muy bienaventurado y muy inteligente,
porque puso los panes y los peces en las manos de quien
podía multiplicarlos, de quien podía alimentar más que lo
que el niño podía alimentar, pues el niño podía alimentar
de acuerdo a la cantidad de pececitos que tenía, pero él
vio en Jesucristo la persona que podía con esos pececitos
alimentar miles de personas.
9. Y con lo que ponemos en las Manos del Señor, Él hace
lo que usted y yo no podemos hacer: lo multiplica y mu-
chas personas son beneficiados, y después cuando Él re-
compense, pues ahí estará la recompensa. Ese muchachi-
to, ese niño, si fue uno o fueron dos, vamos a decir que si
fueron dos, fue su hermanito, para dejar la cosa en familia;
y que primero, pues la mamá mandó a uno y en otra oca-
sión mandó a otro, si era un muchachito que llevaba esos
pececitos y panecitos para venderlos.
10. Recuerden que en los juegos de béisbol, de pelota y
otros juegos, hay muchachitos que van con su canastita
vendiendo cosas, si era un muchachito así, y en aquellos
tiempos, pues era normal que existiera esa forma, y si era
un muchachito así, fue sabio, fue inteligente y fue elegido
para que la gloria de Dios fuera manifestada en lo que él
10. 6 William Soto Santiago, Ph.D.
tenía.
11. Y siempre hay personas así, hay personas que trabajan
haciendo ciertas cosas y ponen en las Manos del Señor de
su trabajo, y Él lo usa para traer almas a Sus Pies, lo usa
para trabajos en Su Obra, ¿ven? Eso está siendo almace-
nado en el Reino de Cristo; y cuando estemos allá en el
Reino Milenial, ahí vamos a estar disfrutando todo lo que
hemos puesto en las Manos del Señor y vamos a ver toda
la labor que Él hizo con eso que colocamos en Sus Manos.
12. Es importante entender estas cosas, pues Él dijo: “Ha-
ced tesoros, ¿dónde? En el Cielo, donde ni ladrones mi-
nan, ni siquiera Judas está por allí, ni el orín, ni la poli-
lla, ni el orín dañan las cosas, corrompen, ni se comen las
cosas, no hay polilla allá, y ahí están las cosas seguras;
vamos a llamarlo el Banco del Señor Jesucristo donde al-
macenamos nuestros tesoros y en donde con ganancias,
buenos intereses, Él nos recompensará en Su Reino; y so-
bre todo nuestro corazón es lo primero que tiene que estar
ahí, porque donde esté, ¿qué? Nuestro corazón, ¿qué va a
estar allí? ¿Qué va a estar? Nuestro tesoro también; por lo
tanto, ponemos nuestro tesoro donde está nuestro corazón:
en Cristo y Su Reino.
13. Dos mil años atrás, les dije y ahí fue que me detuve, la
Venida del Señor, ¿cuándo se cumplió la primera Venida?
Cuando nació en Belén de Judea se cumplió la Venida del
Velo de carne, y cuando Juan bautizó a Jesucristo se cum-
plió la Venida del Ángel del Pacto dentro del Cuerpo de
carne, o sea, que podemos hacer esas dos observaciones, y
tenía que venir el Velo de carne, que es el Templo humano,
y estar ya listo para que viniera el Ángel del Pacto, como
pasó cuando Moisés y cuando el rey Salomón dedicaron el
templo a Dios. Moisés el tabernáculo lo dedicó a Dios, y
11. La única esperanza para la humanidad 7
vino la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, la Presen-
cia de Dios y entró al templo y Se colocó sobre el Propi-
ciatorio, que es la tapa del Arca del Pacto y que es de oro,
el oro representa la Divinidad, y en donde están los dos
ángeles o querubines con sus alas extendidas mirándose el
uno al otro.
14. Así pasó cuando Moisés dedicó el tabernáculo, y así
pasó cuando Salomón dedicó el templo a Dios; y así pasó
también cuando Jesucristo fue bautizado por Juan el Bau-
tista: vino el Espíritu Santo en forma de paloma y se posó
sobre Jesús, y por eso Jesucristo después en San Lucas,
capítulo 4, podía decir: “El Espíritu del Señor está sobre
mí, por cuanto me ha ungido.” Y comenzó a explicar, a
enumerar las cosas para las cuales había sido ungido, ¿ve?
15. Y ahora, no sería la Obra de Jesús como hombre, sino
la Obra del Ángel del Pacto a través de Jesús. La Escritu-
ra decía en Malaquías, capítulo 4: “He aquí, yo envío el
profeta Elías (en el capítulo 4), antes que venga el día del
Señor, grande y terrible.” Eso es para este tiempo, pero
para el tiempo de Jesús, antes de aparecer Jesús, tenía que
aparecer Juan el Bautista. “He aquí, yo envío mi mensa-
jero delante de mí, el cual preparará el camino; y vendrá
súbitamente a su templo el Señor (o sea, Dios, el Padre) a
quien vosotros buscáis (pues buscaban a Dios cuando iban
al templo), y el Ángel del Pacto (que es el Cuerpo angeli-
cal de Dios, que es el Espíritu Santo), y el Ángel del Pacto
a quien deseáis vosotros.” [Malaquías 3:1].
16. Y el día que Juan bautizó a Jesús, vino allí la Presen-
cia de Dios el Padre y del Ángel del Pacto, a Su Templo
humano, vino a Su Templo humano; por eso en San Juan,
capítulo 2, versos 17 al 23, Jesucristo dice estando allí en
el área del templo, dice: “Destruyan este Templo, y en
12. 8 William Soto Santiago, Ph.D.
tres días Yo lo levantaré.” Y todos pensaban que estaba
hablando del templo de piedras. Y si Él estaba diciendo
eso acerca del templo de piedras, el cual sería destruido
también, y fue destruido en el tiempo, en el año 70 de
la era Cristiana por el general romano Tito Vespaciano
con su ejército; pero si Él se refería a que destruyeran el
templo físico, pues podía ser acusado como estaba siendo
acusado cuando lo estaban juzgando, lo podían acusar de
terrorista; porque una persona que venga y diga: “Destru-
yan este edificio,” un edificio del gobierno o un edificio
de una catedral, de alguna iglesia, pues es acusado de te-
rrorista; y si llega a ser destruido, pues le van a echar la
culpa al que estuvo diciendo eso. Y eso trataban de acusar
a Jesús que había dicho que destruyeran el templo, ¿ven?
La acusación, pues era grave, pero como que no se ponían
de acuerdo los que estaban acusándolo, y eso no fue tan
fuerte, esa acusación.
17. Ahora, ellos decían: “En cuarenta y seis años fue cons-
truido este templo, fue levantado, ¿y ahora Tú dices que lo
destruyamos y en tres días lo vas a levantar?” O sea, como
si fuera un... como un acto milagroso, pero dice la Escri-
tura, pero Él no hablaba del templo de piedra, Él hablaba
del Templo de Su Cuerpo, ¿ven? Porque somos Templo de
Dios.
18. Y ahora, entró a ese Templo humano el Ángel del Pac-
to, el Espíritu Santo y Dios el Padre, cuando Juan lo bau-
tizó; y por eso ahí es que comienza el ciclo divino de los
tres años y medio de ministerio del Mesías, y por eso es
que la profecía de Daniel, capítulo 9, dice que siete se-
manas y sesenta y dos semanas hasta el Mesías Príncipe,
¿ven?
19. O sea, que no cuenta las semanas anteriores donde Je-
13. La única esperanza para la humanidad 9
sucristo nació y creció, fue un niño, un joven, un adoles-
cente, un joven, y llegó ya a la edad de adulto, y ya en la
edad de adulto fue que el Espíritu Santo vino sobre Él para
cumplir la Obra del Mesías Príncipe; y por eso las Seten-
ta semanas colocan hasta el Mesías Príncipe luego de las
sesenta y nueve semanas de años, o sea, luego de cuatro-
cientos ochenta y tres años, desde la salida de la Palabra
para la restauración de Jerusalén y del templo de Jerusa-
lén hasta el Mesías Príncipe, ¿ven? Y el Mesías Príncipe
comenzaría Su ministerio, y ahí estarían Dios el Padre, el
Ángel del Pacto, y el Velo de carne donde moraría Dios el
Padre con Su Cuerpo angelical, y el Cuerpo angelical es el
Ángel del Pacto, es el Espíritu Santo.
20. Y ahora, eso es muy importante, porque esos casi
treinta años desde el nacimiento de Cristo hasta el bautis-
mo de Jesucristo por Juan el Bautista es muy importante,
porque ése es el tiempo que quedaba o estaba como un
misterio, estaba el Velo de carne en la Tierra, pero no es-
taba cumplida plenamente la primera Venida de Cristo, no
estaba cumplida la Venida del Mesías, del Ungido, porque
todavía el Espíritu Santo no había venido sobre Él para
comenzar Su ministerio.
21. Y vean, Dios ha tenido escondido quién era el Velo
de carne donde se cumpliría la Venida del Mesías: era un
joven que aparentemente era una persona común, un joven
común guardador de la ley de Moisés, asistía a la Sinago-
ga los sábados y se levantaba a leer los sábados, parece
que leía bueno, leía de corazón, dándole el sentido a lo
que estaba escrito, dándole vida; y de seguro le gustaba al
sacerdote o al rabino, al ministro y también a la congrega-
ción allí en Nazaret, que Jesús leyera la Escritura corres-
pondiente para los sábados que Él asistía a la Sinagoga.
14. 10 William Soto Santiago, Ph.D.
22. Dice que se levantó a leer conforme a Su costumbre, o
sea, que era costumbre de Él los sábados leer la Escritura
cuando le daban la oportunidad, cuando le pedían que lo
hiciera; y parece que era muy a menudo, era conocido,
muy bien conocido en la Sinagoga.
23. Y ahora, estamos viviendo en un tiempo en que Cristo,
el Ángel del Pacto, está como Sumo Sacerdote en el Cie-
lo con Su Cuerpo físico glorificado, haciendo Intercesión
con Su Sangre por cada persona que lo recibe como Su
Salvador y también por cada creyente en Él, que cuando
comete algún error, falta o pecado lo confiesa a Cristo,
y Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado, ¿ven?
Nos ha limpiado de todo pecado cuando lo hemos recibido
como Salvador, se hace una realidad el Sacrificio de Cristo
en nuestras vidas, y luego nos mantiene limpios todo el
tiempo.
24. Por eso el Cristiano no puede desanimarse por los pro-
blemas que tenga en la vida, estamos aquí en una etapa de
muchas luchas y de muchos problemas terrenales y cada
día surgen más problemas en las naciones, y México es
uno de los que tiene muchos problemas, pero también tie-
ne grandes bendiciones de parte de Dios, entonces mira-
mos la parte positiva.
25. Cuando escuchamos de muchos terremotos y maremo-
tos y tsunamis y volcanes, México tiene algunos, ¿verdad?
Volcanes, tiene suficientes para la labor de una renovación
para la preparación del terreno para el Reino del Mesías;
porque el planeta Tierra tiene que ser preparado para el
Reino del Mesías, y las naciones bien adelantadas, nacio-
nes de primer mundo como les llaman, pues ellos ponen
las bombas atómicas y de hidrógeno y los Latinoamerica-
nos, pues ponen los volcanes.
15. La única esperanza para la humanidad 11
26. Así que, recordando las palabras de uno de los Salmos
que dice: “Aunque la tierra tiemble no temeré mal alguno,
porque Jehová está conmigo.” Por lo tanto, no hay porqué
temer que si los países Latinoamericanos fueran a des-
aparecer con el gran terremoto que hundirá a California,
pues no sería solamente California o no sería solamente la
América Latina, sino California también se iría, ése sería
el terremoto de la resurrección, y entonces, ¿qué significa
eso? Que serían las personas que menos tiempo estarían
muertas, porque mueren y resucitan rápido.
27. Así que no hay problema. Vemos la parte positiva en
todos estos problemas que tiene la humanidad, sabemos
que van a desaparecer países por el calentamiento global,
que está derritiendo los polos y también por lo problemas
del sol y vientos solares y todas estas cosas, y terremotos
y tsunamis, pero Cristo dice: “Yo soy la resurrección y
la Vida, el que...” Vamos a leerlo para que vean que no
importa los problemas, tenemos una esperanza; y la única
esperanza está en Cristo, la única esperanza para la huma-
nidad es la Segunda Venida de Cristo, no hay otra esperan-
za para el ser humano, ahora tenemos que tener esta clase
de fe que tenía Marta, miren, San Juan, capítulo 11, verso
20 en adelante, dice:
“Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a
encontrarle; pero María se quedó en casa.
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí,
mi hermano no habría muerto.
Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios,
Dios te lo dará.”
28. Miren la fe que Marta tenía en Jesucristo. Y Cristo
dice: “Todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre, Yo lo
haré.” Por lo tanto, creyendo como Marta creía, recibire-
16. 12 William Soto Santiago, Ph.D.
mos todo lo que pidamos a Dios en el Nombre del Señor
Jesucristo.
“ Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección,
en el día postrero.”
29. Ahora, vean el conocimiento que Marta tenía con rela-
ción a la resurrección de los muertos creyentes en Cristo,
y el tiempo para el cual ella ya sabía que sería la resurrec-
ción de los muertos en Cristo, para el Día Postrero.
“Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día pos-
trero.”
30. Estaba correcta, pero Cristo estaba allí para resucitar
a Lázaro, pero él va a resucitar en el Día Postrero; porque
Cristo lo resucitó como tipo y figura de todos los creyen-
tes en Él que morirían físicamente, y en el Día Postrero
serán resucitados. Y lo otro, si Cristo no resucitaba a Lá-
zaro, Lázaro no podía pertenecer a la Iglesia del Señor
Jesucristo, porque la Iglesia del Señor Jesucristo nació el
Día de Pentecostés. Lázaro entonces pertenecería al grupo
del pacto antiguo, no al Pacto nuevo; y entonces quedaría
Lázaro en el pacto antiguo y María y Marta en el Pacto
nuevo, como parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Vean,
y Cristo no dividió ahí la familia, la mantuvo unida para
que fueran parte del nuevo Pacto y fueran de las personas
que resucitarán en el Día Postrero como Marta sabía.
31. Ahora, Lázaro el amigo de Jesús es tipo y figura de los
creyentes en Cristo, que son los amigos de Jesucristo, así
como Abraham es llamado el amigo de Dios, y los hijos de
Abraham, que son los hijos de Abraham conforme a la fe y
según la fe en Cristo, son hijos de Abraham por la fe, hijos
de la fe de Abraham; vean, así como Dios el Padre llama
a Abraham Su amigo, Jesucristo llama amigos a todos los
17. La única esperanza para la humanidad 13
hijos de Abraham, miembros de la Iglesia del Señor Jesu-
cristo. “Porque los que son de la fe en Cristo, son hijos de
Abraham.” Gálatas, capítulo 3. Y ahora, sigue diciendo la
Escritura:
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que
cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eterna-
mente. ¿Crees esto?
Le dijo: (le dice Marta) Sí, Señor.”
32. Como nosotros también decimos: Sí Señor, nosotros
también lo creemos.
“...yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios,
que has venido al mundo.”
33. Y es lo mismo que creen todos los miembros de la
Iglesia del Señor Jesucristo, todos creemos que Jesucristo
es, que Jesús es el Cristo, o sea, el Ungido, el Mesías; Me-
sías significa: “Ungido.” El Ungido, el Mesías, el Ungido
con el Espíritu Santo, el Ungido con el Ángel del Pacto;
porque el Espíritu Santo es el Ángel del Pacto que libertó
al pueblo hebreo a través del profeta Moisés, el cual le
aparecía en forma visible, en la forma de un hombre, y a
Josué también le apareció en la forma de hombre, en el
capítulo 5, versos 13 al 15 del libro del profeta Josué, y
también a Manoa le apareció en el capítulo 13 del libro
de los Jueces, ese Ángel que le aparecía era el Ángel del
Pacto, el Cuerpo angelical de Dios, en el cual estaba Dios
hablándole a esas personas.
34. En palabras más claras: era Dios en el Ángel del Pacto,
en el Cuerpo angelical de Dios, y el Cuerpo angelical de
Dios es el Cuerpo angelical de Cristo: Él es la imagen del
Dios invisible; y luego la semejanza física de Dios es Je-
sucristo en Su Cuerpo físico, Su Cuerpo de carne, el cual
18. 14 William Soto Santiago, Ph.D.
ya está glorificado; y por consiguiente es ya un Cuerpo
inmortal, incorruptible y joven para toda la eternidad.
35. La resurrección es en cuerpos jóvenes, cuerpos glori-
ficados, así fue con Jesucristo, el primero de la resurrec-
ción, el primero de esa resurrección en Cuerpo eterno,
y así será para todos los creyentes en Cristo que ya han
muerto físicamente, y para los que queden vivos y estén
en el momento en que los muertos en Cristo resuciten,
pues seremos transformados, y entonces tendremos el
cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y joven para toda
la eternidad, cuerpo glorificado, cuerpo que tendrá todo
el equipo para lo que haya que hacer, con todo el Poder
divino en esos cuerpos. Aun el medio de transportación en
esos cuerpos, en los que tenemos, el medio de transporta-
ción nuestro es caminando, y después hemos conseguido
la ayuda de la carreta, los caballos, los camellos, el tren, el
automóvil, los aviones, y ya pues también los cohetes para
ir a otros lugares.
36. Pero en el nuevo cuerpo, vean, Cristo no necesaria-
mente tenía que ir caminando para ver las personas, Él
pasaba de una dimensión a otra; y les aparecía, estando
ellos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, les
aparecía y decían: “Es un espíritu,” y Él decía: “No, el
espíritu no tiene ni carne, ni huesos como Yo tengo.” Y
comía con ellos, estaba mostrándoles lo que era un cuerpo
glorificado y joven; por eso tenía... los discípulos tenían
un problema, y era que no creían que era Jesús; porque
cuando lo habían visto por última vez estaba todo desfi-
gurado, lleno de golpes y todo hinchado, y ahora ven a
ese joven, porque la resurrección es en cuerpo glorificado
y joven, habían visto un joven de unos treinta y tres años
crucificado, y ahora ven a uno más joven diciendo que es
19. La única esperanza para la humanidad 15
Jesucristo, que es el Señor.
37. Vean, tenían un problema, pero ahora entendemos ese
problema que ellos tenían, y está resuelto; la resurrección
es en cuerpos glorificados, cuerpos eternos, cuerpos in-
mortales y jóvenes para toda la eternidad.
38. Así será para todos los creyentes en Cristo que han
muerto físicamente, y para los que estén vivos, pues será
una transformación, eso es pasar de muerte a vida en un
momento, como en lo espiritual hemos pasado de muerte
a vida, así también será la transformación para los creyen-
tes en Cristo.
39. Y ahora, estamos muy cerca de ese momento. Cuando
Cristo resucitó hubo un gran terremoto; y está anunciado
un gran terremoto en donde se va a hundir Los Ángeles,
California, y quizás con muchas Ciudades cercanas, que
causará un desastre muy grande en Norteamérica, y que
impactará a todas las naciones; es que Hebreos, capítulo
12, versos 25 en adelante, dice que eso va a suceder, y
Hageo, capítulo 2, versos 5 en adelante, y el libro de Apo-
calipsis, lo encontramos hablando de un gran terremoto.
40. Pero no tenemos ningún problema nosotros, el que
muera físicamente, ahí mismo se levantará con el cuerpo
nuevo, y algunas veces quizás en el mismo terremoto pue-
de ser transformado, o más tardecito, no hay ningún pro-
blema, la cosa es que va a venir. Con los que mueran, no
hay porqué tener preocupación en eso. La única preocu-
pación que debe tener la persona es en estar lista para la
transformación o para la resurrección.
41. Así que, tenemos un consuelo; cuando nos dicen o
escuchamos que alguien dice: “Va a haber un terremoto
grande y grandes desastres y tsunamis, y tú estás viviendo
(a los que viven en la costa), tú estás viviendo en la cos-
20. 16 William Soto Santiago, Ph.D.
ta, así que vas a tener graves problemas.” No, no vamos
a tener ninguno, porque viene la resurrección en cuerpos
inmortales y la transformación para los que estén vivos;
por lo tanto, ¿cuál es el problema? No es ningún problema
para nosotros.
42. Pero si queremos movernos de lugar; porque sabemos
que hay lugares que están en grave peligro y antes de ese
gran terremoto vienen otros terremotos; porque el gran
terremoto vendrá en un tiempo en que estén ocurriendo
muchos terremotos, y como que ya comenzaron a ocurrir
muchos terremotos, uno en un sitio, otro en otro, otro por
otro lugar y volcanes en erupción, y tsunamis por otros
lugares; son problemas en la naturaleza, porque la natura-
leza fue afectada por los mismos seres humanos. Apoca-
lipsis, capítulo 11, versos 15 en adelante, dice que Dios va
a destruir a los que destruyen la tierra, ¿ven?
43. Si usted tiene algo flotando en este bautisterio y le saca
el agua, ¿qué pasa? Pues se hunde lo que tenga ahí flotan-
do y llega al fondo; y si le sacan el petróleo y muchas otras
cosas a la tierra o lo que está bajo la tierra, pues entonces
se tiene que hundir el área que estaba sostenido por esos
líquidos que le daban ahí fuerza y equilibrio.
44. Así que, estamos en un tiempo muy peligroso para la
raza humana; he estado viendo y escuchando conferencias
de personas que saben mucho en cuanto a los terremotos,
los tsunamis y todas estas cosas, y cómo está construida
la Tierra: y la tierra, la parte visible que es la corteza de
la Tierra, pues está colocada sobre una parte gelatinosa
y siempre está moviéndose, pero si se mueve muy fuer-
te, entonces lo que está arriba, los edificios comienzan a
moverse y se caen. Y San Pablo dice, en el capítulo 12 de
Hebreos, que todo lo que puede ser removido va a ser re-
21. La única esperanza para la humanidad 17
movido como cosas hechas: construcciones y automóviles
también; porque en un terremoto grande se mueve todo,
dice... pero esto no es para uno asustarse, sino para uno
agarrarse más del Señor. Capítulo 12, versos 25 en adelan-
te, dice:
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no
escaparon aquellos que desecharon al que los amonesta-
ba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al
que amonesta desde los cielos.”
45. ¿Y quién es el que amonesta desde los Cielos? El Es-
píritu Santo, y si no escaparon aquellos que desecharon al
que los amonestaba en el tiempo de Moisés, en el tiempo
de los profetas y así por el estilo, mucho menos en este
tiempo escaparán los que desechan la Voz de Cristo por
medio del Espíritu Santo en Su Iglesia; y de Su Iglesia
sale la Voz de Dios para todos los seres humanos, porque
la Iglesia es el Templo espiritual de Cristo.
46. Vean, a Moisés Dios le dice que le va a hablar desde el
Templo, desde el Lugar Santísimo, desde el Propiciatorio
donde estará Dios en la Columna de Fuego, en esa Nube
de luz; por eso el Lugar Santísimo no tenía lámparas; por-
que la luz era Dios en esa Nube de luz. Y ahora, dice:
“La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero
ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré
no solamente la tierra, sino también el cielo.”
47. O sea, que va a ser más grande en este tiempo, que lo
que fue en el tiempo de Noé y en el tiempo de Moisés y en
el tiempo de los demás profetas.
“Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las
cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las
inconmovibles.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
22. 18 William Soto Santiago, Ph.D.
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agra-
dándole con temor y reverencia;
porque nuestro Dios es fuego consumidor.”
48. Así que, todo lo que puede ser removido, va a ser re-
movido en ese terremoto en donde Dios conmoverá no so-
lamente la Tierra sino el Cielo también.
49. Por lo tanto, estamos en un tiempo en que esa profecía
va a ser cumplida; con el terremoto de California, el mun-
do entero va a ser removido, va a ser conmovido y remo-
vido, y los Cielos también. Con ese terremoto el planeta
Tierra completo va a ser estremecido y va a caer todo lo
que puede caer, o sea, que esos edificios grandes y todas
esas cosas van para donde estaban primero, ¿dónde esta-
ban? En el piso, del piso fue que los hicieron, los subieron.
50. Así que, podemos ver que algo grande se avecina y no
hay esperanza para el mundo, la única esperanza que hay
es la Venida del Señor para los creyentes en el Señor, ellos
son los únicos que tienen una verdadera esperanza.
51. La esperanza del Cristiano es la Venida del Señor para
ser transformados y para los muertos en Cristo ser resuci-
tados en cuerpos glorificados y estar aquí en la Tierra ya
estrenando el cuerpo; porque ya no tendremos problemas
con el cuerpo ya glorificado, no habrá nada que pueda des-
truir nuestro cuerpo: cuerpo inmortal, pues no se muere, y
luego que estemos... digamos estrenando el cuerpo nuevo,
llevando a cabo una labor con ese cuerpo nuevo, estando
de unos treinta a cuarenta días aquí en la Tierra.
52. Recuerden que Cristo cuando resucitó, luego que se
presentó al Padre y luego estuvo con los discípulos unos
minutos u horas después, luego estuvo unos treinta... unos
cuarenta días apareciendo a Sus discípulos en diferentes
ocasiones, y los santos que resucitaron con Él también es-
23. La única esperanza para la humanidad 19
tuvieron en la Tierra apareciendo a muchos de sus fami-
liares en la Ciudad: Abraham, Isaac, Jacob, Job, Daniel
y todos ellos salieron del Paraíso, del Seno de Abraham;
cuando Cristo resucitó, resucitaron con Cristo.
53. Y ahora, podemos ver que lo que pasó allá se repetirá
en una escala más alta, siempre se repiten las profecías en
una escala más alta, la misma profecía vuelve a repetirse
cuando llega el mismo ciclo en otro tiempo, y en medio de
la raza humana.
54. Miren ustedes, el pueblo hebreo salió con Moisés y se
enfrentaron para salir de Egipto y pasar al territorio donde
iban a recibir la Ley, tuvieron que pasar el mar Rojo, y fue
abierto por Palabra de Dios en la boca de Moisés.
55. Y luego para entrar a la Tierra Prometida, el Jordán fue
abierto para pasar, ¿ven? Se repitió en otra escala: estaba
el mismo Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, que estaba en
Moisés, pasó a Josué; que podríamos decir que el espíritu
ministerial de Moisés ministró por segunda vez en Josué y
ministró por tercera vez en Jesús, y ministrará por cuarta
vez en el cumplimiento de uno de los dos Olivos; porque
Elías en su quinta manifestación vendrá con Moisés.
56. Ahora, si contamos solamente Moisés, Jesús y luego
la manifestación para el Día Postrero, entonces serían tres
veces que ha ministrado el espíritu ministerial de Moisés;
y si contamos solamente Moisés y la última manifesta-
ción, pues serían dos veces, pero no hay ningún problema,
la cosa es que va a estar manifiesto el ministerio de Moisés
en este tiempo final; y por eso las cosas que van a suce-
der vendrán a ser la repetición de las que sucedieron en el
tiempo de Moisés allá en Egipto, y de las que sucedieron
en el tiempo del profeta Elías; y también muchas de las
que sucedieron en el tiempo de Josué.
24. 20 William Soto Santiago, Ph.D.
57. Así que, podemos ver que tenemos que estar prepara-
dos y estar firmes en la Etapa o Edad que nos ha tocado,
que es la Edad de Oro, la Edad de la Piedra Angular, la
Edad donde va a ocurrir la resurrección de los muertos en
Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
58. ¿Y por qué tendrá que ser en nuestra Edad? Porque en
las otras edades ya no sucedió, ya pasaron. En la primera
edad, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta o séptima no
sucedió la resurrección de los muertos y la transformación
de los vivos, por lo tanto no era para aquellas edades; para
esas etapas era la transformación espiritual, una resurrec-
ción espiritual, la cual primero uno tiene que tener para
esperar luego la resurrección en cuerpo glorificado, y los
que queden vivos, la transformación física, pero primero
tenemos que pasar por esa etapa de la transformación es-
piritual obteniendo el nuevo nacimiento.
59. Y ahora, continuaremos en la noche: Que Dios les
bendiga y les guarde, y hasta la noche Dios mediante en
que estaré nuevamente con ustedes en el lugar correspon-
diente, que será, ¿dónde será? Ya ustedes saben dónde es,
así que ustedes me llevan, no tengo yo que preocuparme.
Es como el rapto, el arrebatamiento, quizás alguna perso-
na se pregunta: “¿Y para dónde nos va a llevar Cristo?”
Despreocúpese de eso, lo importante es que usted sea uno
de los que va a ir con Cristo, Él es el que sabe a dónde nos
va a llevar.
60. Por lo tanto, no somos nosotros los que vamos a ir
por nuestra cuenta, así que yo tampoco me preocupo para
dónde va a ser; porque ustedes son los que saben a dónde
me van a llevar en la noche.
61. Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y dejo nue-
vamente al misionero doctor Miguel Bermúdez Marín,
25. La única esperanza para la humanidad 21
que fue el que me pasó a mí, y si él, pues tiene algo más
para nosotros, pues también lo estaremos escuchando.
62. Continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendi-
ciones de Cristo nuestro Salvador.
“LA ÚNICA ESPERANZA PARA LA HUMANI-
DAD.”
29. JOSÉ SE REVELA
A SUS HERMANOS
Por William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 10 de enero de 2010
Goiania-GO, Brasil
M uy buenas tardes, amados amigos y hermanos pre-
sentes y los que están a través del satélite Amazonas
o de internet en diferentes naciones.
2. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto,
sean sobre todos ustedes ministros y vuestras congre-
gaciones con todos los miembros de vuestras congrega-
ciones y sobre todos los que están escuchando en esta
ocasión en diferentes naciones. En el Nombre del Señor
Jesucristo. Amén.
3. Para esta ocasión, domingo, en donde siempre se da un
estudio bíblico para niños, jóvenes y adultos, tendremos
una lectura de la cual tendremos el estudio bíblico de esta
ocasión; se encuentra en Génesis, capítulo 45, versos 1 al
12, y dice de la siguiente manera:
“No podía ya José contenerse delante de todos los que
estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presen-
cia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer
José a sus hermanos.
Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egip-
30. 26 William Soto Santiago, Ph.D.
cios, y oyó también la casa de Faraón.
Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi
padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque
estaban turbados delante de él.
Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora
a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro
hermano, el que vendisteis para Egipto.
Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haber-
me vendido acá; porque para preservación de vida me en-
vió Dios delante de vosotros.
Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de
la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá
arada ni siega.
Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros
posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de
gran liberación.
Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios,
que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda
su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
Daos prisa, id a mi padre y decidle; Así dice tu hijo
José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a
mí, no te detengas.
Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de
mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus
vacas, y todo lo que tienes.
Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de
hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y
todo lo que tienes.
He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano
Benjamín, que mi boca os habla.”
4. Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones
y nos abra las Escrituras y nos permita entender este pa-
31. José se revela a sus hermanos 27
saje bíblico en lo histórico y también en lo profético que
fue cumplido en aquel tiempo y que habla también de un
cumplimiento futuro, el cual está aquí tipificado.
5. En el pasaje que leímos, nos habla del momento histó-
rico en que José se reveló a sus hermanos dándose a cono-
cer, diciéndole a ellos: “Yo soy José vuestro hermano, el
que vendiste para Egipto.” O sea, que al decirle: “El que
vendiste para Egipto,” les está hablando de algo histórico
que ellos conocían, o sea, que les está hablando de algo
que ellos entendían. No era un hombre que apareció en
Egipto y no tenía una trayectoria con ellos, o sea, que no
había estado con ellos como hermano de ellos.
6. Aún más, había nacido en Padan-aram, en donde na-
cieron casi todos sus hermanos, excepto Benjamín que na-
ció en el camino a Efrata, o sea, el camino a Belén, pero
los demás hermanos de José, al igual que José, nacieron
en Padan-aram, y José nació cuando Jacob ya era muy
anciano, tenía ya unos 91 años de edad cuando nació José;
y dice la Escritura que lo amaba mucho porque lo había
tenido en su vejez.
7. Y ahora, podemos ver en este hijo que amaba tanto
Jacob, que es un hijo por la mujer que Jacob amaba, o sea,
por medio de Raquel, la cual tuvo dos hijos; ella era esté-
ril, y ella clamaba a Dios y le decía a Jacob: “Dame hijos
o si no, me muero.” O sea, sería que quería matarse si no le
daba hijos o algo parecido, porque era una afrenta no tener
hijos.
8. Y ahora, ella era la mujer, la joven con la cual Jacob se
había casado, era la joven con la cual se había encontrado
allá en el pozo de agua en donde ella fue a darle de beber
a las ovejas de su padre que ella pastoreaba; y Jacob allí
estaba, sacó agua para las ovejas luego de darse a conocer,
32. 28 William Soto Santiago, Ph.D.
decirle que él era hijo de Isaac.
9. Isaac era hijo de Abraham, y le pregunta a ella: “¿Y
tú quién eres?” Y ella se revela a él, le dice que ella es
también de la misma familia, hija de Betuel (creo yo que
le dijo), o sea, que era prima de Jacob; y eso fue lo que le
dijo la madre de Jacob, y también Isaac, que se fuera allá
a Padan-aram, a la casa del padre y hermano de Rebeca,
y allá encontraría esposa para él, así no tomaría esposa de
las mujeres que vivían allá en el territorio donde estaba
viviendo Isaac y Rebeca, porque eso no agradaba ni a Re-
beca ni a Isaac, ni a Dios tampoco.
10. Como tampoco agrada al padre ni a la madre ni a Dios
que nuestros hijos se enamoren de personas inconversas,
lo mismo tenían que ser descendientes de Abraham, cre-
yentes en el Dios de Abraham y de Isaac para que así los
hijos también fueran creyentes del Dios de Abraham y de
Isaac y de Jacob, porque de otra forma influirían y los sa-
carían de la fe en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
y los llevarían a creer en la idolatría, en otros dioses que
no son dioses, sino que la gente los ha hecho dioses. A
Rebeca y a Isaac no les agradaba lo que hacía Esaú, que
tomaba esposa de las naciones vecinas que eran paganos.
11. Y ahora, encontramos que Jacob vivió en Padan-aram
unos 20 años, y formó allí su familia, su hogar en tierra
gentil donde vivían los descendientes de Taré (Taré, padre
de Abraham).
12. Y ahora, encontramos que allí tuvo once hijos y una
hija, y luego el último hijo Benjamín lo tuvo ya en la tierra
prometida, el único que nació en la heredad que Dios le
dijo a Abraham que le daría para él y su descendencia.
13. Ahora, encontramos que de la mujer amada Jacob tuvo
solamente dos hijos: José y Benjamín. De Lea tuvo otros
33. José se revela a sus hermanos 29
hijos como Simeón, como Judá y así por el estilo, y de las
siervas de Lea y Raquel tuvo otros hijos también, y así
vinieron a vida los patriarcas, y de ahí al multiplicarse se
formó el pueblo hebreo.
14. Cuando fueron a Egipto era un grupo de setenta y algo
de personas y contando a José y sus hijos, o sea, tres más,
y a la esposa de José, pues cuatro más, y luego los demás
hijos que tuvo José allá en Egipto.
15. Ahora, la vida de José nos cuenta una historia de amor
divino, es el hombre que a través de la Biblia, aparte de
Jesús, es el más perfecto que encontramos, es el tipo más
perfecto de Cristo, del Mesías que apareció en la Biblia,
y por consiguiente hay una historia de amor en la vida de
José.
16. Ahora miren ustedes, José era un profeta, de los otros
hijos de Jacob no se dice que eran profetas, solamente de
José, o sea, que la línea profética pasó de Abraham a Isa-
ac, de Isaac a Jacob, y de Jacob a José; y siendo que él era
el primogénito de la esposa amada, Raquel, con la cual él
se casó, aunque encontramos que otro hijo de Jacob había
nacido primero que él, pero fue por medio de Lea. La pri-
mogenitura tenía que venir por medio de Jacob y Raquel.
17. Y ahora, vean acá en Primera de Crónicas, capítulo 5,
verso 1 en adelante, dice:
“Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él
era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre,
sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de
José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito;
bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus herma-
nos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogeni-
tura fue de José).”
18. Y en ningún momento de la historia bíblica aparece
34. 30 William Soto Santiago, Ph.D.
que el derecho de la primogenitura haya sido quitado de
José y sus hijos. El derecho de la primogenitura contiene
una doble porción en todo, una doble porción de herencia,
o sea, que el que recibe la mayor parte de la herencia es el
primogénito, y el que recibe la mayor parte de la herencia
divina es el primogénito, para él y su familia; o sea, para
él y su descendencia, para él y su tribu. Y eso nos indica
que hay algo muy importante que está reflejado en José y
sus hijos, lo cual está ligado al Mesías Príncipe y los hijos
del Mesías Príncipe, la descendencia del Mesías Príncipe.
19. Y ahora, encontramos que José había tenido dos sue-
ños, cuando le cuenta a sus hermanos el primero, se eno-
jaron con él y lo aborrecieron. Luego más adelante dice a
ellos. “Aun tuve otro sueño,” y les cuenta el otro sueño en
donde había visto el sol, la luna y once estrellas inclinán-
dose delante de él.
20. Y recuerden que Dios había dicho a Abraham que su
descendencia sería como las estrellas del Cielo, o sea, que
el sol, la luna y las estrellas tipifica personas, descendien-
tes de Abraham: el sol representa a Israel o Jacob, la luna
representa a Raquel, la esposa de Jacob; estuviera viva o
muerta en aquellos días, continuaba siendo la esposa de
Jacob, porque los santos no mueren, solamente terminan
su estadía aquí en la Tierra y siguen viviendo en otra di-
mensión.
21. Y ahora, uno lee la Biblia y puede ver doce estrellas,
doce estrellas, aunque José vio once, pero la estrella ma-
yor era José delante del cual se estaban postrando el sol,
la luna y once estrellas, las once estrellas representaban a
sus once hermanos.
22. Y ahora, encontramos que delante del Mesías así como
se postró el sol, la luna y once estrellas delante de José y
35. José se revela a sus hermanos 31
luego cuando se dio a conocer a ellos, encontramos que
se postraron sus once hermanos, y luego cuando mandó
a buscar a su padre, su padre el cual vivía allá en la tierra
que Dios le prometió a Abraham, o sea, Israel, pues el
Ángel le dijo: “Ya no se va a llamar tu nombre más Jacob,
sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hom-
bres y has vencido,” capítulo 32 del Génesis, versos 24 al
32, y en otros capítulos como el capítulo 35 del Génesis
también le habla acerca de que su nombre no será llamado
más Jacob, sino Israel. Hay otros lugares en la Biblia.
23. Y ahora, encontramos que José pasa por esas etapas
tan difíciles, porque el Mesías Príncipe iba a pasar por
etapas difíciles. Siendo vendido José por sus hermanos ti-
pifica al Mesías siendo vendido también (fue vendido por
Judas Iscariote).
24. Luego encontramos que descendió al infierno donde
le predicó a los espíritus que allí estaban encarcelados, o
sea, que fue a la quinta dimensión, lo cual está tipificado
en José siendo echado en un pozo, una cisterna sin agua,
lo cual también tipifica la sepultura de Jesús o de Yeshua,
y también cuando fue echado en la cárcel allá en Egipto,
lo cual tipifica a Cristo en cuerpo angelical o espiritual
como el Ángel del Pacto yendo a la quinta dimensión: al
infierno, y predicando allí a los que estaban encarcelados
que vivieron en el tiempo de Noé y fueron desobedientes
a la Palabra de Dios que habló el profeta Noé, y vino el
diluvio y se los llevó a todos.
25. Eso le sucede a los que no escuchan la Voz de Dios en
el tiempo que les toca vivir, pues la Voz de Dios siempre
viene por medio del Espíritu Santo a través de un hombre,
a través de un profeta.
26. Y ahora, tenemos el caso de José. José dándose a cono-
36. 32 William Soto Santiago, Ph.D.
cer a sus hermanos es tipo del Mesías, de Cristo, el Cristo,
el ungido revelándose a Su pueblo, los hebreos, los judíos,
o sea, a los diferentes hijos de Jacob, lo cual va a suceder
en este tiempo final en la Venida del Señor.
27. Hubo un alcalde muy sabio en Jerusalén, del cual es-
cuché a otra persona hablando allá en Jerusalén, que dijo:
“Si Jesús es el Mesías o no lo es (pues él no iba a discutir),
cuando Él venga, cuando venga el Mesías, yo le voy a pre-
guntar si Él estuvo antes aquí en Jerusalén.” No ofendió a
ninguna persona y salió muy bien delante de todos, no se
inclinó ni a un lado ni a otro lado, fue imparcial. Si así to-
das las personas hablaran, estarían hablando sabiamente.
28. Y ahora, el Mesías Príncipe se va a revelar al pueblo
hebreo. Ahora, el misterio está aquí en el momento y en
la forma en que se reveló José a sus hermanos, lo prime-
ro: no sabían que era judío, o sea, hebreo, no sabían que
era su hermano, no sabían que había estado con ellos en
la tierra que Dios le dio por heredad a Abraham para su
descendencia, no sabían que ese hombre joven que estaba
hablando con ellos y que era un príncipe en Egipto, go-
bernando a Egipto, había sido puesto por gobernador; y el
único que estaba más alto que él en posición política era el
faraón, pero José era el administrador, digamos el virrey o
primer ministro.
29. Así que, el segundo en el reino era José, tipo y figura
de Cristo allá en el Cielo, en el Trono celestial, donde Dios
lo sentó con Él.
30. Y ahora, encontramos que cuando se revela a sus her-
manos, se revela entre los gentiles, en medio del pueblo
gentil, territorio gentil, ahí es donde ellos lo ven y no sa-
ben que es él, pero ven ese hombre poderoso con una po-
sición tan importante en el reino, un hombre que hablaba
37. José se revela a sus hermanos 33
y las cosas tenían que acontecer, o sea, hablaba y las cosas
tenían que ser hechas como él ordenaba.
31. Pero, ¿cuál era el secreto por lo cual ellos no habían
podido comprender que ese hombre joven era su hermano
José? Lo primero: vestía como gentil; lo segundo: no usa-
ba el nombre José, sino el nombre que le colocó el faraón,
un nombre nuevo, estaba con un nombre nuevo.
32. La Venida del Señor dice Apocalipsis, capítulo 19 que
será con un Nombre que ninguno conoce, sino aquel que
lo recibe, y Su Nombre es el Verbo de Dios; o sea, que es
el Ángel del Pacto el que viene en el Día Postrero, mani-
festado con un Nombre nuevo, nuevo para la gente pero
no para Dios.
33. El mismo Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso
12: “Al que venciere yo le daré a comer del maná escondi-
do, y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios y el Nombre
de la Ciudad de mi Dios...” como que estoy mezclando
dos versos de dos capítulos, pero eso lo vamos a arreglar
ahora:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de
mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él
el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi
Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de
mi Dios, y mi nombre nuevo.”
34. Ahí está el secreto: la Venida del Señor para el Día
Postrero será con el Nombre nuevo del Señor. Si dos mil
años atrás con el nombre Yeshua fue difícil reconocerlo
para algunas personas en medio del pueblo hebreo, va a
ser difícil reconocerlo en medio del Cristianismo en el
Día Postrero; pero los judíos van a decir: “Éste es el que
nosotros estamos esperando.” Lo van a ver viniendo por
Su Iglesia, porque Su Iglesia estará en el tiempo para ser
38. 34 William Soto Santiago, Ph.D.
transformada y llevada con el Mesías a la Cena de las Bo-
das del Cordero.
35. Ahí está el misterio del séptimo Sello, el misterio de
José, de nuestro José, el Mesías, el Cristo, el ungido, re-
velándose a Su pueblo, revelándose a los hebreos, a los
judíos, pero estará con la Iglesia, quienes están dentro del
nuevo Pacto, así como la primera Venida del Señor fue con
el pueblo y en medio del pueblo que estaba en el pacto
correspondiente a aquel tiempo, que estaba bajo el pacto
divino que le fue dado en el Monte Sinaí, estaba bajo la
Dispensación de la Ley.
36. Y ahora, para el Día Postrero encontraremos que el
pueblo bajo el nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesu-
cristo, la cual está esperando la Venida del Señor como la
ha estado esperando el pueblo hebreo dos mil años atrás.
37. ¿Se les pasará al Cristianismo la Venida del Señor para
el Día Postrero? Solamente a los escogidos no se les pasa-
rá, todo será muy sencillo, pero Él se estará revelando a Su
Iglesia, los primogénitos escritos en el Cielo en el Libro
de la Vida del Cordero, y ellos obtendrán esa revelación
divina como la tuvieron los apóstoles y todo aquel grupo
que seguía a Jesús.
38. Y después del Día de Pentecostés en adelante los após-
toles, comenzando con Pedro, cuentan la historia de lo que
fue la primera Venida del Señor, los que lo vieron y lo re-
cibieron, tuvieron la bendición y privilegio de ser los que
comenzaron a dar a conocer lo que fue la primera Venida
del Señor. Así también será en el Día Postrero con los es-
cogidos de Dios que verán, tendrán la revelación de lo que
será la Venida del Señor.
39. ¿Qué fue la Venida del Señor dos mil años atrás? En
Malaquías, capítulo 3, verso 1, dice que fue la Venida del
39. José se revela a sus hermanos 35
Señor, o sea, Dios el Padre, “y del Ángel del Pacto, la
Venida del Señor a quien deseáis vosotros,” la Venida del
Señor como dice Malaquías, capítulo 4, y eso establece el
patrón o diseño o plano también para la Venida del Señor
en el Día Postrero, o sea, será algo paralelo.
40. Vean, capítulo 3 de Malaquías, verso 1, dice:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el
camino delante de mí...”
41. O sea, un precursor, y todos sabemos que ese fue Juan
el Bautista, el que vino con el espíritu y virtud de Elías
para preparar un pueblo al Señor, al Ángel del Pacto, que
vendría después de Juan el Bautista en su ministerio, o sea,
vendría tras él, aún estando Juan el Bautista, el precursor
en su ministerio, aparecería el Mesías, por eso él decía:
“Entre vosotros hay uno al cual ustedes no conocen.” Y
luego cuando vio a Jesús dijo: “Éste es aquel del cual yo
dije que después de mí vendría uno mayor que yo, Él es el
que les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”
42. Y ahora, Jesús mismo dio testimonio de Juan el Bau-
tista como el mensajero que vendría preparándole el ca-
mino al Señor, y dijo que él era aquel Elías que había de
venir, ¿y luego quién vino? Yeshua o Jesús.
43. Y eso fue la venida del precursor y la venida del pre-
cursado, la venida del Elías precursando la primera Venida
del Mesías, y luego el cumplimiento de la primera Venida
del Mesías en un joven carpintero llamado Jesús o Yeshua,
eso fue la venida de Dios el Padre, el Señor a quien el
pueblo buscaba, y la venida del Ángel del Pacto a quien
deseaba el pueblo hebreo; el mismo que le dio la ley en
el Monte Sinaí, ahora vendría en carne humana y sería el
Mesías prometido.
44. El Ángel del Pacto es nada menos que el cuerpo ange-
40. 36 William Soto Santiago, Ph.D.
lical de Dios, o sea, la imagen del Dios viviente, y luego
la semejanza física de Dios es el cuerpo físico del Mesías.
Tan simple como eso. Y ahí tendríamos a Dios en toda Su
plenitud, la plenitud de la divinidad: Padre, Hijo y Espíritu
Santo manifestado en medio del pueblo hebreo, Emanuel,
Dios con nosotros, Dios con nosotros los seres humanos,
la familia humana, Dios vestido de carne humana.
45. ¿Acaso Dios no visitó a Abraham con dos Ángeles,
que son Gabriel y Miguel, y comió con Abraham y luego
los dos Ángeles fueron a Sodoma y allá cenaron con Lot?
Pero el almuerzo fue con Abraham, y comió carne con
Abraham, carne de una ternera, y también mantequilla y
panes, tortas de harina.
46. Y ahora, podemos ver esa visitación de Dios en forma
visible a Abraham, tipo y figura de lo que sucederá en el
Día Postrero en donde el Hijo del Hombre está prometido
que vendrá con Sus Ángeles, el Hijo del Hombre vendrá
con Moisés y Elías, con los dos Olivos, y ahí está el mis-
terio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.
47. Y ahora, cuando se revele el Hijo del Hombre con Sus
Ángeles al pueblo hebreo, estará cumpliendo el momento
histórico que tipifica lo que el Mesías Príncipe hará en el
Día Postrero revelándose a Sus hermanos los judíos, los
hebreos.
48. Allí está el tipo y figura, y tiene que cumplirse en esa
forma, porque la meta de Dios antes de estar el tipo y fi-
gura, está lo real, antes del tipo y figura, lo real; de lo real
es que se hace un tipo y figura; o sea, que el anti-tipo es
primero que el tipo y figura. Por eso es anti-tipo, sola-
mente se puede hacer un tipo y figura de algo real que va
acontecer más adelante.
49. Ahora, José tipifica al Mesías en Su primera Venida y
41. José se revela a sus hermanos 37
en Su segunda Venida, fue entre los gentiles que se reveló
a sus hermanos, por eso cuando los hebreos vean al Me-
sías, al Hijo del Hombre, al Cristo viniendo por Su Iglesia,
ellos dirán: “Éste es el que nosotros estamos esperando.”
O sea, “¿qué hace entre los gentiles?” Lo mismo: ¿qué
hacía José entre los gentiles? Era el príncipe allí, era el
segundo en el reino, era el hombre o joven que recibió un
nombre nuevo que le fue dado por el faraón, y recibió tam-
bién una novia, una esposa gentil, la cual tipifica la Iglesia
del Señor Jesucristo.
50. Efraín tipifica la Iglesia del Señor Jesucristo, y Mana-
sés tipifica a los judíos, a los hebreos. Tan simple como
eso. ¿La bendición mayor le tocó a quién? A Efraín. A
Manasés le tocó una bendición grande, formaría una na-
ción grande, tipo y figura de los judíos formando una na-
ción grande, una nación que en tan pocos años desde que
fue fundada, establecida como una nación libre y sobera-
na, o sea, desde el 1948 hasta este tiempo, ya desde hace
muchos años es una nación de primer mundo.
51. Y hay naciones que tienen 100 años de existencia, 200
de existencia, 300 años y todavía no son países de primer
mundo. ¿Qué misterio hay en esa nación tan pequeña que
ha venido a ser una nación de primer mundo con una tec-
nología de punta? Es que tiene una bendición grande, la
cual fue echada por Jacob sobre Manasés.
52. Pero la Iglesia del Señor Jesucristo tipificada en Efraín,
al cual le fue dicho, cuando José quiere que la bendición
primera sea echada sobre Manasés, que era el mayor,
pero que Jacob colocó la mano derecha sobre la cabeza
de Efraín, que era el menor, así como Jacob era el menor
y Esaú era el mayor, pero la Bendición de la Primogenitu-
ra vino sobre Jacob, tuvo que luchar pero Dios lo ayudó,
42. 38 William Soto Santiago, Ph.D.
amaba la bendición de Dios.
53. El que ama la bendición de Dios busca la bendición de
Dios, se esfuerza por adquirir la bendición de Dios, y Dios
lo ayuda, y Dios dice que ama a esas personas. “A Jacob
amé y a Esaú aborrecí.”
54. El que no busca la bendición de Dios, el que no le da
importancia a las cosas de Dios, recuerde lo que Dios dijo
de Esaú, es para usted también, pero el que busca la ben-
dición de Dios, recuerde que lo que Dios dice de Jacob: “A
Jacob amé,” es para usted también.
55. Y como le dijo el Ángel Gabriel al profeta Daniel: “Tú
eres muy amado, o sea, muy amado en el Cielo,” así es
para todos los que buscan la bendición de Dios, son muy
amados en el Cielo, los amados de Dios, por eso son Re-
yes y Sacerdotes y Jueces del orden de Melquisedec.
56. Y ahora, podemos estar viendo que algo grande va a
suceder con el pueblo hebreo, y es que van a ver al que es-
tán esperando; y así como José se reveló a sus hermanos,
se va a revelar el Mesías Príncipe también a sus hermanos,
pero vean, la esposa de José y sus hijos conocían a José,
pero los hermanos de José no conocían a José hasta que él
se reveló a ellos. Así será en este tiempo final.
57. Ahora, podemos ver que está llegando el tiempo en
que lo que sucedió allá con José y sus hermanos, va a re-
petirse con nuestro José, el Mesías Príncipe que se va a
revelar a sus hermanos los hebreos, y eso será José, el Me-
sías, revelándose a Sus hermanos, y luego diremos: “José,
el Mesías se reveló a sus hermanos los hebreos.” Tan sim-
ple como eso será todo lo que estará pasando.
58. Hubo también un tipo y figura en el siglo pasado, el
siglo XX, en la vida del mensajero de la séptima etapa o
edad de la Iglesia gentil, el reverendo William Branham,
43. José se revela a sus hermanos 39
recibió la promesa de parte de Dios que tendría un hijo por
medio de su esposa Meda, la cual tipificaba la Iglesia del
Señor Jesucristo en ese tiempo, y ella no podía tener más
hijos, pero Dios le había dicho que iba a tener un hijo, el
médico la quería operar, pero el reverendo William Bran-
ham dijo que no, que ella iba a tener un hijo varón.
59. Dios le dijo al reverendo William Branham en una
ocasión en que él estaba leyendo la historia de José, y le
gustó tanto que dijo: “Si yo llego a tener un hijo, le voy a
poner por nombre: José,” y Dios le dijo que iba a tener un
hijo.
60. Y ahora, vamos a ver algo allí muy interesante para
todos nosotros, porque ahí tenemos otro tipo y figura, se
encuentra en la página 164, párrafo 1462 de este libro
que contiene citas de los mensajes del reverendo William
Branham:
“Yo recuerdo que aquí arriba en Twin City, creo que
el Hermano Brown y ellos estaban conmigo; y yo estaba
tomando la vida de José, en la Biblia. Y leí esa Biblia, ¡allí
estaba un hombre contra quien no habla nada! (O sea, no
había nada en contra de él, un hombre justo, un hombre
piadoso, un hombre que se cuidaba para Dios) Abraham,
Isaac, Jacob, y todos ellos tuvieron algo contra ellos (o
sea, hubo algo contra ellos, o sea, algo hicieron mal), pero
José no (no había por dónde hallarle una falta). ¡Qué hom-
bre, un hombre perfecto, un tipo perfecto de Cristo!...”
61. Ojalá y todos los jóvenes y adultos sean como José:
“Dije: ‘Gracias, Señor. Oh Dios, gracias a Ti por tal
hombre.’ Y entonces el mismo Espíritu Santo me reveló,
dijo: ‘Tú tendrás un hijo, y llamarás su nombre José.’ Me
levanté de allí y di gracias al Señor... Ahora recuerden,
cuatro años más tarde, mi esposa, sabíamos que íbamos
44. 40 William Soto Santiago, Ph.D.
a tener un nene... Sara nació... Cuatro años pasaron, fi-
nalmente ella iba a ser madre otra vez... Subí al molino a
orar. Y comencé allá al otro lado, vi esa Luz colgada entre
dos árboles, dijo: ‘Vuelve a tu trabajo, y a tu libro.’ Volví a
esto... La Biblia estaba (o sea, su libro, es la Biblia)... y es-
taba en mi coche. Y cuando lo hice, el viento la había so-
plado allá donde estaba Nathán, y David; dijo: ‘Ve y dile
a Mi siervo David; le quité de esa majada (o sea, manada
de ovejas), de dar de comer a esas pocas ovejas de su pa-
dre, y le hice un gran nombre como el gran hombre.’ (No
todo el... el nombre más grande, sino exactamente como
gran hombre; nunca le hizo un Billy Graham, sino un...
le dio un nombre, ustedes saben). Dijo: ‘Pues, hice eso,
pero,’ dijo: ‘no puedo dejarle construir el Templo, pero
su hijo...’ Y justo tan pronto como dijo: ‘Su hijo,’ oh vaya,
allí estaba. Yo dije: ‘¿José?’ Eso es correcto... Corrí, eché
mis brazos alrededor de ella (o sea, de su esposa), y dije:
‘¡Querida! José viene. José está en su camino.”
62. O sea, el hijo que le había prometido, ese hijo que tuvo
el reverendo William Branham por medio de su esposa
Meda también es tipo y figura de la Venida del Mesías, no
es el Mesías, sino el tipo y figura de la Venida del Mesías.
Por eso también es un profeta menor, porque tiene que
tipificar la Venida del Mesías.
63. Y ahora, es un misterio la Venida del Mesías para el
Día Postrero, lo está esperando la Iglesia del Señor Jesu-
cristo, el pueblo hebreo también está esperando al Me-
sías; y por consiguiente ése es el tema más importante de
todos los temas que puedan tener el pueblo hebreo y el
Cristianismo: la Venida del Mesías. No hay otro tema más
importante que ése, porque de la Venida del Mesías y en
la Venida del Mesías está el futuro de Israel y el futuro del
45. José se revela a sus hermanos 41
Cristianismo, y por consiguiente el futuro de la familia
humana.
64. Sobre la Venida del Mesías para el Día Postrero está y
depende la raza humana, no solamente el pueblo hebreo
y no solamente el Cristianismo, sino todos los seres hu-
manos, y eso será la Venida del Hijo del Hombre con Sus
Ángeles, la Venida del Hijo del Hombre con los dos Oli-
vos para la Iglesia y luego para el pueblo hebreo. Y eso
cumplirá la Tercera Etapa, y todo eso llegará a su lugar
más alto, o sea, a su culminación en el cumplimiento de la
Visión de la Carpa. Tan simple como eso. Todo está entre-
lazado.
65. Así que, tenemos que saber que algo grande está por
suceder, algo grande se está moviendo en el Programa Di-
vino para llegar a la culminación del Programa Divino.
En el cumplimiento de la tercera etapa, que será en la Vi-
sión de la Carpa, ahí será la parte culminante, la parte más
grande de la tercera etapa, ahí será donde se revelará a sus
hermanos, José, el Mesías. Tan simple como eso.
66. Allí va a estar el Ángel del Pacto, la Columna de Fue-
go, el Ángel que acompañaba al reverendo William Bran-
ham, y allí va a estar un nombre que él escuchó y que
deseó saber, estaba buscando cuál era ese nombre, puede
ser que se le olvidó después que salió de la visión o que
estaba buscándolo para buscar su significado.
67. Pero allí estará un Nombre, y si es tan importante el
Nombre, pues no puede ser otro que el Nombre eterno de
Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, el Nombre
de la nueva Jerusalén, que tendrá el Nombre de Dios, y
Nombre nuevo del Señor.
68. Recuerden que Cristo dijo que al vencedor le hará
columna en el Templo de su Dios, “y escribiré sobre él
46. 42 William Soto Santiago, Ph.D.
el Nombre de nuestro Dios (o sea, el Nombre eterno de
Dios, el cual le fue revelado a Moisés), y el Nombre de la
Ciudad de nuestro Dios y Nombre nuevo del Señor.” Tan
simple como eso.
69. Todo eso va a estar allí, y desde allí será que será re-
velado el misterio del séptimo Sello, el misterio de la Ve-
nida del Señor a Su Iglesia, y el pueblo hebreo lo verá y
lo recibirá; ellos recibirán a su José, al Mesías, pues allá
lo recibieron que es el tipo y figura, por consiguiente lo
recibirán en el Día Postrero.
70. Por lo tanto, van a ver un acercamiento del pueblo he-
breo, de los judíos, de los líderes del Judaísmo, porque
ellos están buscando algo, y lo van a encontrar, y eso será:
José, el Mesías, revelándose a sus hermanos.
71. Ahora, podemos ver en José (el hijo de Jacob) el tipo
y figura, y ahora también podemos ver un tipo y figura en
José, el hijo del reverendo William Branham, y cuando
él dice: “Viene José,” le dice a su esposa Meda, la cual
tipifica la Iglesia, ¿no le estaba anunciando a la Iglesia la
segunda Venida de Cristo, precursando la segunda Venida
de Cristo, diciéndole a la Iglesia que vendría? ¿Ven? Lo
mismo en tipo y figura diciéndolo a su esposa.
72. Ahora, hasta aquí les puedo hablar, porque si sigo ade-
lante les estaré abriendo completamente el séptimo Sello y
por ahora vamos a dejarlo quietecito, recuerden que Meda
representa la Iglesia y también la virgen María representa
la Iglesia Novia del Señor Jesucristo, la Iglesia virgen del
Señor Jesucristo.
73. Algo grande va a pasar en la Iglesia del Señor Jesu-
cristo en este tiempo final, a tal grado que la espera de la
Iglesia por la Venida del Señor, va a traer la bendición de
la Venida del Señor. Ahora los detalles se los voy a dejar
47. José se revela a sus hermanos 43
quietecitos.
74. El reverendo William Branham hablando del Séptimo
Sello, que es la Venida del Señor, dijo en la página 14
del libro: “Cristo el Misterio de Dios Revelado,” dijo que
ese misterio estaba en la mente de Dios desde antes de
la fundación del mundo, ese misterio pues es aquel del
cual Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24, que nadie sa-
bía cuándo sería el día y la hora, ni aún los Ángeles, es el
misterio por el cual hubo silencio en el Cielo como por
media hora, y Él dice que nadie sabe cuándo será ni cómo
será, pero que va a ser revelado, y dice: “Está bien que
nadie sepa cómo será ni cuándo será.”
75. ¿Para qué? Para que no hayan imitaciones, porque
cualquier persona que sienta un escalofrío va a creer que
Dios está con él para cumplir la Venida del Señor, porque
hay muchas imitaciones, siempre hay imitadores, los hubo
en el pasado y los hay en el presente también, imitadores
que son un estorbo en la obra de Dios, como Teudas y
Judas que vinieron antes que Jesús y llevaron muchos dis-
cípulos, y se murieron y se acabó todo. Y ahora, donde se
encuentran es el sitio difícil para ellos, porque a los imita-
dores no les espera un buen futuro después que mueren.
76. Y ahora, para el Día Postrero Dios va a tener un pueblo
que tendrá la revelación divina para el Día Postrero en la
etapa de oro de la Iglesia del Señor Jesucristo, después de
las siete edades de la Iglesia; después de las siete edades
vendrá la edad de oro, la Edad de la Piedra Angular, la
edad de la piedra no cortada de manos, la edad de y para
la Venida del Señor. Y en esa etapa o edad de oro se estará
entrelazando la Dispensación del Reino con la Dispensa-
ción de la Gracia.
77. En esa etapa por medio de la predicación del Evange-
48. 44 William Soto Santiago, Ph.D.
lio del Reino será abierto el entendimiento y el corazón de
los creyentes en Cristo para obtener la fe para ser trans-
formados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del
Cordero, y también será abierto el corazón y el entendi-
miento de los judíos, para recibir la Venida del Señor.
78. ¿Qué están esperando ellos? Están esperando un hom-
bre, un hombre ungido con el Espíritu de Dios, o sea, un
hombre donde esté el Ángel del Pacto, y ellos esperan
un hombre del tiempo en que se cumple esa profecía, un
hombre de carne y hueso, pero ellos están esperando ver
lo que ese hombre estará hablando, porque eso es lo im-
portante.
79. Así que, ellos están con sus ojos espirituales abiertos,
y la Iglesia del Señor Jesucristo también, por eso es que
necesitamos conocer las profecías bíblicas y conocer los
tipos y figuras, para así que no se nos escape, no se nos
pase por alto el cumplimiento de la Venida del Señor en el
Día Postrero.
80. Es importante que estemos vigilando, velando como
dijo Cristo. Él dice: “Porque no sabéis el día y la hora en
que el Hijo del Hombre ha de venir,” o sea: “No sabéis el
día y la hora de la venida del Mesías, el Hijo del Hombre.”
81. Y ahora, nuestro tema de esta clase bíblica de esta oca-
sión ha sido aclarado: “JOSÉ SE REVELA A SUS HER-
MANOS.” Y siendo tipo y figura de Cristo para el Día
Postrero revelándose al pueblo hebreo, estaremos pen-
dientes a Cristo, el Mesías, al Mesías, al Cristo, al ungido
revelándose a los judíos, o sea, al pueblo hebreo, a las tri-
bus de Israel. Ahí están incluidas las tribus perdidas.
82. Ahora, tienen que notar una cosa: no se reveló a las
doce tribus, no se reveló a los doce hermanos, ¿por qué?
Porque él era uno de ellos; eso es un detalle muy impor-
49. José se revela a sus hermanos 45
tante y lo vamos a dejar quietecito, pues él y su familia,
o sea, José que representa, que es la cabeza de la tribu de
José, sabían quién era José.
83. Vamos a detenernos aquí, porque la revelación que te-
nía José, su esposa y sus hijos, encontramos que luego
pasó a los once hermanos y después se reveló a su padre
cuando él vino porque lo fueron a buscar.
84. Ahora, lo que movió a José ¿qué fue? La presencia de
su hermano Benjamín, la presencia de su hermano Benja-
mín que representa a los ciento cuarenta y cuatro mil. Ya
les dí un poquito más, con eso ya creo que tenemos...
85. Recuerden que en Zacarías nos habla que vendrá un
tiempo de lloro, de lamento de las tribus de Israel, eso está
en el capítulo... vamos a ver el... vamos a ver cuál es el ca-
pítulo, en el capítulo 13, verso 6 nos habla y en el capítulo
12 también, verso 10 en adelante, dice:
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los mo-
radores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y
mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se
llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se
aflige por el primogénito.
En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el
llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido.
Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descen-
dientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí;
los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres
por sí;
los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus muje-
res por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres
por sí;
todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres
por sí.”
50. 46 William Soto Santiago, Ph.D.
86. Ahí podemos ver lo que estará pasando, y eso será un
tiempo de apretura para el pueblo hebreo, un tiempo en
que sus vecinos van a estar haciéndole la guerra, si leen
antes de eso, de esa lectura que tuvimos en el mismo ca-
pítulo 12, encontrarán que estarán en un tiempo difícil en
donde sus vecinos van a estar muy furiosos contra ellos,
pero todo obrará para bien. Ahí dice qué va a pasar a sus
vecinos.
87. Y ahora, podemos ver que en el libro del Apocalipsis
también nos habla de ese evento en el capítulo 1, versos 4
al 9, eso ustedes lo leen y encontrarán que está relaciona-
do al capítulo 12 de Zacarías.
88. Es importante que cada persona oveja del Señor escri-
ta en el Cielo en el Libro de la Vida, reciba a Cristo como
su Salvador antes que este evento acontezca, porque cuan-
do este evento acontezca se cerrará o se habrá cerrado la
puerta de la gracia para los gentiles, se habrá completado
la Iglesia del Señor.
89. Por lo tanto, ya yo recibí a Cristo como mi Salvador
y ya estoy dentro de la casa de Dios, la Iglesia del Señor
Jesucristo, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.
90. Si hay alguna persona presente o en otro lugar, otro
país, que esté escuchándome a través del satélite Amazo-
nas o de internet, que no ha recibido a Cristo como Sal-
vador, lo puede recibir en estos momentos y estaremos
orando por usted, y los que están presentes que no han
recibido a Cristo todavía como Salvador, lo pueden recibir
en estos momentos y estaremos orando por usted para que
Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre
le limpie de todo pecado.
91. Todos queremos vivir eternamente, todos queremos
estar en el Reino de Dios por toda la eternidad. Nadie
51. José se revela a sus hermanos 47
quiere la segunda muerte que es la muerte del alma; la pri-
mera muerte, la muerte del cuerpo físico, no afecta al ser
humano en ningún momento, pues cuando muere la perso-
na, lo que muere es el cuerpo físico, y va a otra dimensión
a vivir, sigue viviendo la persona.
92. Pero el que recibe la segunda muerte, lo cual será al
final del Reino milenial después del juicio final donde los
condenados serán echados en el lago de fuego, que será la
segunda muerte, o sea, la muerte del alma y del espíritu,
y luego la persona dejará de existir en cuerpo, espíritu y
alma, como si nunca hubiese existido, y eso no lo quere-
mos nosotros para nosotros ni para ninguna persona. Por
eso se le da la oportunidad a toda persona que reciba a
Cristo como su único y suficiente Salvador, para que tenga
asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.
93. En todos los países pueden continuar viniendo a los
Pies de Cristo y también los que están presentes pueden
continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que todavía no
lo habían hecho.
94. Todavía la puerta de entrada al Cielo, al Reino de Dios,
está abierta, fue abierta el Día de Pentecostés, pues Cristo
le dio las llaves a Pedro para abrir la puerta del Reino de
los Cielos, y todavía está abierta. Cristo por medio de San
Pedro abrió la puerta. Cristo dijo: “Yo soy la puerta, el que
por mí entrare, será salvo.”
95. Recuerden que Cristo es la puerta de la casa de Dios,
Cristo es la puerta de la Iglesia del Señor Jesucristo, Cristo
es la puerta del Reino de los Cielos, Cristo es la puerta del
Cielo, y Él es el camino que lleva a la Vida eterna. No hay
otro camino que lleve a la Vida eterna, es Cristo el camino;
Él mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida;
y nadie viene al padre, sino por mí.” (San Juan, capítulo
52. 48 William Soto Santiago, Ph.D.
14, verso 6). O sea, es por medio de Cristo, el Ángel del
Pacto, el ungido, el Mesías, que el ser humano puede venir
al Padre, Él es el camino. Hay muchos caminos humanos
porque piensan que todos los caminos llevan a Dios, pero
Cristo dijo que hay uno sólo, y Él dijo: “Yo soy el camino,
la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.”
Él es camino angosto que lleva a la Vida eterna conforme
a San Mateo, capítulo 7, verso 13 al 15, Él es la puerta
angosta y el camino angosto para entrar a la Vida eterna.
96. Ya vamos a orar por las personas que han venido a
los Pies de Cristo, vamos a pedirle a los que están en las
cámaras nos indiquen cuando estén listos en los demás
países. Si hay las facilidades de pasar una imagen de algún
otro país: de Villahermosa, República Mexicana, o de Ciu-
dad México, o de Venezuela, o de Colombia, o de Chile,
de alguno de los países si hay las facilidades...
97. No la hay. Así que, nos indican cuando estén listos
para ya orar por las personas que han venido a los Pies de
Cristo nuestro Salvador. Todavía faltan personas ¿dónde?
En Franca todavía están viniendo personas a los Pies de
Cristo, es que Dios tiene muchos hijos, muchas ovejas en
la República del Brasil, en todas las ciudades, en todos
los lugares, todos los estados de la República del Brasil y
los está llamando en este tiempo final, y también en Ve-
nezuela, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Paraguay,
en Bolivia, en Chile, en Uruguay, en Argentina, en todo
el Brasil, en la República Mexicana, en Panamá, en Gua-
temala, en Costa Rica, en Nicaragua, en Honduras, en El
Salvador, en Guatemala, y en todo el Caribe y también en
Norteamérica Dios tiene hijos y también en el África y
en todas las naciones, y los está llamando en este tiempo
final, en el llamado final para completar Su Iglesia.
53. José se revela a sus hermanos 49
98. Ustedes han estado escuchando la predicación del
Evangelio de Cristo, porque son ovejas del Señor, y sus
nombres están escritos en el Libro de la Vida, por lo tanto,
ustedes que están presentes y en otras naciones sepan que
son ovejas del Señor y por eso han estado escuchando la
Voz de Cristo el buen Pastor.
99. Ya vamos a estar puestos en pie para orar por las per-
sonas que han venido a los Pies de Cristo nuestro Salva-
dor. Todavía en Chile están pasando. ¿Ven? Dios tiene
mucho pueblo en Chile también. Es que Dios tiene mucho
pueblo en toda la América Latina, incluyendo todo el Ca-
ribe también, tiene pueblo en Cuba, en Chile, en Paraguay,
en Uruguay, en Argentina, en Bolivia, en Perú, Ecuador,
Colombia, Venezuela, Brasil, México y todos los demás
países de la América Latina, tiene muchos hijos allá en
Puerto Rico también.
100. Por lo tanto, los está llamando en este tiempo final, si
oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está lla-
mando para darte Vida eterna. Para eso fue que Él murió
en la Cruz del Calvario: para darnos Vida eterna.
101. Ya vamos... en Monterrey todavía también están pa-
sando, les dije que Dios tiene mucho pueblo también en
la República Mexicana, es que estamos en el tiempo del
llamado final. Recuerdan la parábola de la gran cena que
preparó el padre de familia, el rey, para su hijo, el cual es
el Mesías, y luego que no fueron los convidados mandó a
su siervo con todos los que estaban con su siervo, a buscar
por todos los lugares personas para entrar a la casa de Dios
y llenar la casa, y después de ir y recoger personas, eso es
con la predicación del Evangelio de Cristo con la cual se
ha estado haciendo el llamado y han estado entrando a la
casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, millones de
54. 50 William Soto Santiago, Ph.D.
seres humanos.
102. Luego de ese llamado hasta la séptima etapa de la Igle-
sia y etapa entre la séptima edad de la Iglesia y Edad de la
Piedra Angular, que hubo un llamado también ahí, luego
de eso el siervo juntamente con todos los que con Él traba-
jan, y el siervo es el Espíritu Santo juntamente con todos
los Ángeles que trabajan con Él en la Obra de Dios.
103. Luego se reporta y dice al Padre de familia, a Dios:
“He hecho como mandaste y todavía hay lugar en la casa;”
y el Padre de familia dice que vaya por los caminos y los
vallados buscando los cojos, los mancos y los ciegos, a
todos los que encuentre y los fuerce a entrar a la casa para
que se llene la casa.
104. Después de las siete etapas de la Iglesia hay lugar to-
davía en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, por lo
tanto, por todos los lugares se lleva el Evangelio de Cristo
para que se llene la casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesu-
cristo, para la gran fiesta que el Padre de familia tiene para
Su Hijo, el Mesías, el Cristo, el ungido; iremos a la Cena
de las Bodas del Cordero, iremos a esa gran fiesta pre-
parada en el Cielo conforme a Apocalipsis, capítulo 19,
versos 9 al 10, y dice el que hablaba con Juan el apóstol:
“Bienaventurados los que son convidados a la Cena de las
Bodas del Cordero.”
105. Yo fui convidado y acepté la invitación, ¿y quién más?
Cada uno de ustedes también, y hemos recibido una ves-
tidura de boda que es el Espíritu Santo, y hemos obteni-
do un cuerpo angelical, y recibiremos la segunda parte de
esa vestidura de boda que será un cuerpo eterno, inmortal,
glorificado, como el cuerpo glorificado del Señor Jesucris-
to para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, o
sea, a la recepción de bodas.
55. José se revela a sus hermanos 51
106. Sí, faltan más todavía, todavía siguen pasando, todavía
siguen pasando más personas, es que se está llenando la
casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, con
seres humanos, con ovejas del Señor tipificadas en ovejas.
107. Ya estamos listos, vamos a estar puestos en pie en los
demás países también para orar por las personas que han
venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador, recordando
que también los niños de diez años en adelante pueden
venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Con nuestras
manos levantadas al Cielo, a Cristo, y nuestros ojos cerra-
dos, repitan conmigo esta oración que estaré haciendo por
ustedes:
108. Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evan-
gelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Tu primera
Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo
el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos,
creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacri-
ficio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser
humano.
109. Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador,
doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como
mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis
pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y
me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo
sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí
el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quie-
ro vivir eternamente, sálvame, Señor, Te lo ruego en Tu
Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
110. Y con nuestras manos levantadas al Cielo, todos de-
cimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de
todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me lim-
pió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo
56. 52 William Soto Santiago, Ph.D.
me limpió de todo pecado! Amén.
111. Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vues-
tros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pe-
cado porque ustedes le han recibido como vuestro único y
suficiente Salvador.
112. Ahora, ustedes me dirán: “Escuché la predicación del
Evangelio de Cristo y lo recibí como mi salvador,” pues Él
dijo.
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el
que no creyere, será condenado.” (San Marcos, capítulo
16, versos 15 al 16).
113. “Escuché la predicación del Evangelio de Cristo, na-
ció la fe de Cristo en mi alma, creí y ahora, he dado tes-
timonio público de mi fe en Cristo recibiéndolo como mi
único y suficiente Salvador, quiero ser bautizado en agua
lo más pronto posible.” Pedro dijo cuando le preguntan:
“Varones hermanos, ¿qué haremos?
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros
hijos, y para todos los que están lejos (y para cuantos es-
tán cerca)...”
114. Para todos es la promesa del Espíritu Santo (libro de
los Hechos, capítulo 2, versos 31 al 48), y todos los que
creyeron fueron bautizados y fueron añadidos a la Iglesia
como tres mil personas, y así el Señor añadía a Su Iglesia
los que habían de ser salvos.
115. Y ahora, ¿qué es lo que está pasando? Cristo está aña-
diendo a Su Iglesia los que han de ser salvos, todavía con-
57. José se revela a sus hermanos 53
tinúa añadiendo a Su Iglesia los que han de ser salvos.
116. El agua en el bautismo no quita los pecados, es la San-
gre de Cristo la que nos limpia de todo pecado, pero el
bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucris-
to, el cual dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será sal-
vo.” El mismo Jesucristo fue bautizado por Juan el Bau-
tista, Juan no lo quería bautizar cuando Jesús entró al Río
Jordán donde Juan estaba bautizando, pero Jesús le dijo
cuando Juan le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado
por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo te bautice?” Y no lo
quería bautizar, Jesús le dice: “Nos conviene cumplir toda
justicia.” Y si a Él le convenía cumplir toda justicia y ser
bautizado en agua en el Nombre que Juan estaba bauti-
zando, cuánto más a nosotros nos conviene cumplir toda
justicia y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados.
117. En el bautismo en agua la persona se identifica con
Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la
persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo;
cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales,
tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levan-
ta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva
vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Tan
simple como eso es el simbolismo del bautismo en agua,
para luego tener una buena conciencia delante de Dios.
118. Y ahora, bien pueden ser bautizados. Y que Cristo les
bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en us-
tedes el nuevo nacimiento; y nos continuaremos vien-
do por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro
amado Señor Jesucristo.
119. Dejo al reverendo Josué Cunha con ustedes para que
les indique cómo hacer para ser bautizados en agua en el
58. 54 William Soto Santiago, Ph.D.
Nombre del Señor.
120. Continúen pasando todos una tarde feliz.
121. Y que este nuevo año 2010 traiga muchas bendicio-
nes espirituales y materiales para todos ustedes y para
toda la Iglesia del Señor Jesucristo. Que tengan todos un
feliz y próspero año 2010, todos ustedes y yo también.
“JOSÉ SE REVELA A SUS HERMANOS.”
63. LA TRAYECTORIA DEL TRONO DE DIOS
Por William Soto Santiago, Ph.D.
Domingo, 14 de febrero de 2010
Goiania-GO, Brasil
M uy buenas tardes, amados amigos y hermanos pre-
sentes y los que están a través del satélite Amazo-
nas o de internet en diferentes naciones; es para mí una
bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para
compartir con ustedes unos momentos de compañerismo
alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspon-
diente a este tiempo final.
2. Para esta ocasión leemos en Primera de Crónicas, ca-
pítulo 29, verso 20 en adelante, donde dice:
“Después dijo David a toda la congregación: Bende-
cid ahora a Jehová vuestro Dios. Entonces toda la congre-
gación bendijo a Jehová Dios de sus padres, e inclinándo-
se adoraron delante de Jehová y del rey.
Y sacrificaron víctimas a Jehová, y ofrecieron a Jeho-
vá holocaustos al día siguiente; mil becerros, mil carne-
ros, mil corderos con sus libaciones, y muchos sacrificios
de parte de todo Israel.
Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día
con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del
reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron
64. 60 William Soto Santiago, Ph.D.
por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.
Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en
lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció
todo Israel.
Y todos los príncipes y poderosos, y todos los hijos del
rey David, prestaron homenaje al rey Salomón.
Y Jehová engrandeció en extremo a Salomón a ojos de
todo Israel, y le dio tal gloria en su reino, cual ningún rey
la tuvo antes de él en Israel.”
3. Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y
nos permita entenderla.
4. Nuestro tema para esta ocasión es: “LA TRAYEC-
TORIA DEL TRONO DE DIOS.”
5. A través de la Escritura leemos que Dios tiene en el
Cielo Su Trono, ése es el Trono celestial de Dios. Ahora,
en esta Escritura que hemos leído encontramos que el Tro-
no de David es el Trono terrenal de Dios.
6. Ahora, podemos ver que hay cierta diferencia entre el
Trono celestial de Dios y el Trono terrenal de Dios, porque
el Trono terrenal de Dios es llamado el Trono de David,
y el heredero a ese Trono es la descendencia de David. O
sea, que corresponde a la casa de David.
7. Y ahora, en la Tierra también hay otro trono conforme
a la Biblia, eso se encuentra en Apocalipsis, capítulo 2, y
vamos a leerlo para que podamos comprender que al estar
en la Escritura señalados dos tronos, entonces hay dos rei-
nos; dice capítulo 2 del Apocalipsis, versos 12 al 13:
“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que
tiene la espada aguda de dos filos dice esto:
Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el
trono de Satanás.”
8. Aquí podemos ver que la misma Escritura nos habla
65. La trayectoria del Trono de Dios 61
de otro trono: el trono de Satanás, y en la lectura que leí-
mos al principio, nos habla del Trono de Dios.
9. Ahora, encontramos que en la Tierra el Trono de Dios
es el Trono de David. Y ahora, el Trono de David es el
Trono del Reino de David, y el Reino de David es el Reino
de Dios en la Tierra.
10. Pero ahora nos habla también el Apocalipsis de otro
trono: del trono de Satanás, ese trono es el trono del reino
del maligno en la Tierra, que representa el trono del mun-
do espiritual del maligno; o sea, que la representación del
reino del maligno y su trono es en la Tierra este trono del
cual habla Apocalipsis, capítulo 2, verso 13; y por consi-
guiente hay dos reinos. Siempre luchan en el mundo espi-
ritual y por consiguiente eso se refleja aquí en la Tierra, en
donde esos dos reinos son manifestados.
11. Y ahora, el Trono de Dios lo encontramos mencionado
también en el Éxodo, capítulo 17, versos 12 al 16, y fue
la ocasión en que Amalec le hizo la guerra a Moisés que
venía con el pueblo hebreo por el desierto, y dice en el
Éxodo, capítulo 17 [verso 13]:
“Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de es-
pada.
Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria
en un libro, y dí a Josué que raeré del todo la memoria de
Amalec de debajo del cielo.
Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-
nisi;
y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó con-
tra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec
de generación en generación.”
12. Ahí podemos ver que aquella guerra que Amalec le
hizo a Moisés y al pueblo hebreo que venía con Moisés,
66. 62 William Soto Santiago, Ph.D.
estaba siendo hecha en contra del Trono de Dios.
13. Ahora, eso nos permite entender las palabras de Jesús
también, cuando Él dice que el que da un vaso de agua fría
a uno de estos pequeñitos no perderá su recompensa, pero
el que le sea de tropiezo, mejor le fuera amarrarse una
piedra de molino y echarse al mar. También nos dice: “El
que recibe al que yo enviare, me recibe a mí, y el que me
recibe a mí, recibe al que me envió.”
14. Ahora, vean ustedes el porqué Amalec, o sea, el pue-
blo de Amalec que es descendiente de Esaú, porque Ama-
lec es nieto de Esaú, y por consiguiente Amalec siendo un
nieto de Esaú, al estar persiguiendo a un pueblo, hacién-
dole la guerra a un pueblo que era primo, estaba hacién-
dole la guerra al Trono de Dios. En Génesis, capítulo 36,
verso 12 usted encuentra que Amalec es nieto de Esaú y es
hijo de Elifaz, hijo de Esaú.
15. Ahora, podemos ver la posición en que se colocó el
pueblo de Amalec, o sea, la descendencia de Amalec.
16. Y ahora, todo eso es tipo y figura luego de lo que suce-
dería más adelante. Ahora, encontramos que ya la Escri-
tura nos habla del Trono de Dios celestial y también nos
habla del Trono terrenal de Dios que es el Trono de David;
la Escritura nos habla del Reino celestial de Dios y nos
habla del Reino terrenal de Dios que es el Reino de David.
17. En una ocasión le preguntan a Jesús si restauraría el
Reino a Israel en ese tiempo (eso está en el libro de los
Hechos, capítulo 1, versos 1 al 9). La restauración del Rei-
no del cual le hablan a Jesús o le preguntan a Jesús, es
la restauración del Reino de David; cuando se habla de
la restauración, es porque existió primero, dejó de existir
temporalmente y va a ser restaurado, va a existir nueva-
mente, o sea, es una resurrección.
67. La trayectoria del Trono de Dios 63
18. Y ahora, encontramos que ese Reino de Dios que será
restaurado en la Tierra, es del cual Cristo dijo que orando
pidamos la venida del Reino de Dios, diciendo: “Padre
nuestro que estás en los Cielos, Santificado sea Tu Nom-
bre, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo
también en la Tierra.” (Eso está en San Mateo, capítulo 6,
verso 10).
19. La venida del Reino de Dios a la Tierra nos habla del
Reino terrenal de Dios, que es el Reino de David que tiene
un Trono, porque no puede haber un reino sin un trono, y
no puede haber un trono sin un reino, y no puede haber un
trono y un reino sin un rey, y no puede haber un reino, un
trono y un rey, sin un pueblo.
20. Y ahora, la Escritura nos habla del Reino de Dios que
va a ser restaurado en la Tierra, en Ezequiel, capítulo 37
nos habla desde el verso 15 al 29 de esa restauración de
las tribus de Israel, de las tribus perdidas, las diez tribus
perdidas con las dos tribus: la tribu de Judá y la tribu de
Benjamín, las cuales van a ser unidas nuevamente, unifi-
cadas y va a ser restaurado el Reino de David en la Tierra,
y eso será la restauración del Reino de Dios en la Tierra;
y por consiguiente habrá un Trono llamado el Trono de
David, que estará establecido donde siempre ha estado es-
tablecido: en Jerusalén; y ésa será la Capital del Reino de
Dios en la Tierra.
21. Ahora, encontramos también que en la trayectoria de
los dos reinos y dos tronos: del Reino de Dios y del reino
del maligno (del Trono de Dios y del trono del maligno),
encontramos que en una ocasión cuando Cristo fue bau-
tizado por Juan el Bautista y luego fue al desierto guiado
por el Espíritu, y estuvo unos 40 días sin comer y sin beber
agua, y luego vino el diablo a tentar a Jesús, por ejemplo,
68. 64 William Soto Santiago, Ph.D.
le dice: “Si Tú eres Hijo de Dios, dí a estas piedras que
se conviertan en pan,” y ya tenía deseo de comer, pero si
comía, pues una persona que está 40 días sin comer y se
come un pedazo de pan, lo más seguro es que se muera
porque su sistema digestivo está sin funcionar por mucho
tiempo, y eso es un riesgo comer un pedazo de pan, un
poco de arroz y frijoles que es muy bueno, pero que es
mortal para una persona que no haya comido por unos 40
días o por unos 20 días o 15 días.
22. Y ahora vean, ¿qué quería el diablo? Matar a Jesús,
que Jesús se suicidara. Recuerdan cuando lo llevó también
a las almenas del templo y le dice: “Si eres Hijo de Dios
tírate desde aquí, porque a Sus Ángeles mandará cerca de
Ti para que tu pie no tropiece en piedra.” Quería que se
suicidara.
23. Algunas veces hay personas que le vienen pensamien-
tos de suicidio; a Jesús le vinieron también, por lo tanto,
Él resistió. Toda persona debe resistir todo pensamiento
negativo de suicidio, porque eso está en contra de la vo-
luntad de Dios que una persona se suicide. Lo primero es
que no sabe para dónde va y nadie le va asegurar que va
a ir al Paraíso, al Cielo, por lo tanto debe irse para otro
lugar. Debe permanecer sirviendo a Dios, y cuando Dios
lo llame, ése es el momento para ir al Cielo, antes de eso
no es momento para ir al Cielo, por lo tanto, va para otro
lugar.
24. Y ahora, otra de las tentaciones fue que le mostró to-
dos los reinos de este mundo y le dice que son de él, ¿por
qué? Porque cuando engañó a Eva y a Adán en el Huerto
del Edén, Él tomó los reinos de este mundo, tomó el do-
minio de este mundo y por consiguiente le robó a Adán la
bendición de rey sobre la Tierra, un rey de Dios.
69. La trayectoria del Trono de Dios 65
25. Y ahora, encontramos que el príncipe de las tinieblas
fue el que usurpó este planeta Tierra, le robó a Adán las
bendiciones y luego quedó establecido en la Tierra un rei-
no de muerte, por eso son mortales los seres humanos,
porque el Reino de las tinieblas se apoderó del planeta
Tierra, de la raza humana, y por consiguiente han estado
los seres humanos teniendo tantos problemas desde el Gé-
nesis.
26. Y cada cierto tiempo encontramos que ocurre una des-
trucción, el mismo ser humano con sus adelantos cientí-
ficos se destruye él mismo, no crean que el mundo ante-
diluviano era tan ignorante. Vamos a probarlo. ¿Cuántos
años puede vivir una persona actualmente, normalmente?
De 70 a 100 años; la Escritura dice 70 años, y en los más
fuertes 80 años. En aquel tiempo de Noé las personas vi-
vían 500 años, 600 años, 800 años, 900 y algo de años.
27. Ahora, si la gente o los científicos de nuestro tiempo
lograran que los seres humanos vivieran 500 ó 700 años,
científicamente estarían bien adelantados, ¿verdad? Pero
si aquellos vivían 500 y 800 y 900 años, pues estaban más
adelantados que en nuestro tiempo. El ser humano ha ido
perdiendo la vida, y el lapso de vivir en la Tierra.
28. Y ahora, encontramos que en aquel tiempo de Noé
vino un diluvio y destruyó el mundo antediluviano, esta-
ba lleno de violencia el mundo antediluviano. Guerras y
problemas por todos los lugares. Recuerden que Jesús dijo
que como fue en los días de Noé, así será el día en que el
Hijo del Hombre se revelará, se manifestará, o sea, será el
día de la Venida del Hijo del Hombre.
29. Y ahora, encontramos que la humanidad está tenien-
do muchos problemas, y algunas veces piensa que puede
venir un diluvio como en aquel tiempo; vienen momen-