RETO MES DE ABRIL .............................docx
Circus (claudia perez_gomez)
1. Circus
Mi nombre es Raúl, soy un niño al que le encanta el terror, la aventura
y lo desconocido. Un día me desperté muy pronto, eran las tres de la
madrugada y una idea rondaba en mi cabeza. Me dormí hasta el
amanecer y, nada más despertar, salí corriendo escaleras abajo.
Desayuné, me vestí y fui corriendo a llamar a mi amigo Chimo, que vive
tres calles más abajo de mi casa.
En cuanto llegué, sin esperar ni un momento, le dije:
Chimo, por favor, sal y vayamos en busca de aventuras.
Él accedió encantado, ¡claro!, era mi mejor amigo.
Lo tenía todo previsto, cuando salimos sin dudarlo ni una vez le dije a
Chimo:
En las afueras del pueblo, a unos kilómetros, hay un circo que lleva
décadas abandonado, podemos visitarlo ¡será genial!
Chimo asintió y aceptó sin dudarlo. Por mi parte, yo estaba super
emocionado, aunque he ido de aventuras a mil lugares, siempre me
siento como si fuese la primera vez. A cada paso que dábamos mi
emoción iba en aumento. Ya hemos llegado ¡por fin!
Era increíble había una gigantesca carpa medio quemada, pero lo que
más me impacto fue cuando Chimo dijo:
Si este circo lleva décadas abandonado, ¿por qué el cartel gigante
de arriba sigue teniendo luz?
En ese instante me asusté un poco… pero dije:
¡Vamos a entrar! No hay tiempo que perder ¡Entremos!
Al adentrarnos en la carpa, lo primero que llamó nuestra atención, fue
una inmensa piscina llena de bolas.
2. Chimo y yo nos acercamos corriendo y mi amigo sin pensarlo dos veces
se lanzó de bomba. Pasaron unos minutos y Chimo no salía de la piscina
por lo que le grite:
¡Chimo! no me gustan tus bromas. ¡Vamos sal!
De repente, entre miles de bolas de plástico, salió una chica enorme con
la boca cosida por las comisuras de los labios; dientes afilados, dos
coletas ensangrentadas, con ojos negros aterradores y con una de las
zapatillas de mi amigo en la mano. Al instante, salí despavorido llorando
y gritando ¡aterrado!
Unas horas después, tras correr campo a través hasta llegar a mi casa,
les relaté a mis padres lo sucedido que, sorprendidos, llamaron a la
policía.
Dos días después, yo estaba en mi habitación cuando sonó el timbre,
unos policías vinieron a hablar con mis padres. No lograba escucharlos,
sólo sé, que a día de hoy, no se sabe todavía nada de mi amigo,
¡Sigue desaparecido! Sigo viendo niños yendo al circo abandonado.
Desde la lejanía sigo viendo las luces del cartel parpadear. Sea lo que
sea que hay en ese circo no quieren que se sepa.