1. El caso de los anónimos
Jerry y Joanna Burton llegan a vivir a Lymstock, un pequeño pueblo en Inglaterra. Cuando
llegaron todos les parecieron muy amables, hasta que empezaron a llegarles anónimos
amenazantes, pero no solo a ellos, sino a todos en Lymstock. Hasta que la muerte de la
esposa de Richard Symmington, un famoso abogado, desata el terror en el pueblo. Se
empiezan a hacer investigaciones, hasta que llega Miss Marple, que es invitada del pastor
Calthrop. Ella ayudará a descubrir al responsable de estos anónimos.
El crimen de las figuras de seda
“Sin duda el crimen perfecto es el que nadie sospecha que pueda ser un crimen”.
“El misterio de Layton Court”, de Anthony Berkeley (ed. Lumen 2010), es una
novela policíaca clásica de un autor que fue miembro, junto a Dorothy L. Sayers o
Ágatha Christie, “del selecto club de escritores de misterio de los años treinta”.
El protagonista de las novelas de Berkeley es Roger Sheringham, novelista de
éxito y detective amateur. En esta novela se encuentra trabajando para The Daily
Courier como experto criminólogo y redactor de artículos informales sobre
asesinatos. Cansado de cubrir casos intrascendentes, recibe una carta de un
lector, un párroco preocupado por la desaparición de su hija en Londres.
Roger, un hombre de simpatías rápidas, se siente conmovido por lo afectado que
parece el párroco a la vez que movido también por un sentimiento egoísta, ya que
estaba deseando con toda su alma tener una oportunidad de pasar a la acción.
La desaparición de la hija del párroco enfrenta a Roger a un caso en el que tres
jóvenes aparecen ahorcadas con una media de seda. Lo que parecen ser tres
casos de suicidio, se convierten en una enrevesada investigación en la que Roger
colaborará con el inspector jefe Moresby, de Scotland Yard.
El cadáver fugitivo
El sanguinario Heriberto Lazcano, un militar que se vendió al narcotráfico,
convirtió a los Zetas en uno de los cárteles más temidos del mundo. Con su
muerte misteriosa promete volverse un mito.
Heriberto Lazcano, el líder de los Zetas, ha muerto tres veces. En 2007, baleado
por el Ejército. En 2011, acribillado por sus rivales. Y el domingo pasado,
abatido por la Marina en el Estado fronterizo de Coahuila. Según el gobierno, la
tercera es la vencida. Pero con la complicidad de un comando armado, el
cadáver de Z-3, el Verdugo o el Lazca se fugó y su leyenda corre todavía.
El fin del que aterrorizó a México tendría que ser el principal éxito de la guerra
2. del presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico. Pero se convirtió en una
historia confusa que alimenta el mito. Un desertor de las fuerzas especiales que
se vendió al narcotráfico y esquivó conflictos de poder, retaliaciones y
emboscadas. Un psicópata que llevó la violencia a otro nivel y transformó a los
Zetas de simples sicarios a patriarcas del bajo mundo. Un fantasma que hasta en
la muerte eludió a las autoridades.
El Lizca era uno de los hombres más buscados del mundo. Pero murió por azar.
El domingo pasado fue con un par de guardaespaldas a un partido de béisbol en
El Progreso, un pueblo donde hace meses no hay policía. Una llamada le
advirtió a las autoridades que un grupo andaba en una camioneta, con armas en
el platón. Apenas vieron el convoy de marinos, el Lazca y sus hombres huyeron.
Pero las balas fueron más rápidas y tras un breve tiroteo, sus cadáveres yacían
en el pavimento. En ese momento, según la Secretaría de Marina "creíamos que
era un sicario del pueblo".
El cuerpo del capo fue fotografiado, le tomaron sus huellas digitales y lo
abandonaron en una funeraria. Esa noche un comando amordazó a los
empleados del negocio y se llevó el cadáver. "Ni supimos quién era ni nada. No
sabemos quién se los llevó", dijo uno de los embalsamadores. El robo hizo
reaccionar a las autoridades, que consultaron la base de datos. El resultado fue
estremecedor: "Nombre: Lazcano, Heriberto. Año de nacimiento: 1975. Sexo:
Masculino. Estatura: 1.60 metros." Tres días después de su muerte, el gobierno
se acababa de enterar que mató por accidente a Z-3, el patrón de los Zetas, uno
de los carteles más sanguinarios y poderosos del mundo.
Las lechuzas lo ven todo
En este grupo de aves encontramos las lechuzas y los búhos. Se les llaman
rapaces nocturnas por ser más activas durante la noche y ser carnívoras. Pero su
parentesco con las rapaces diurnas es tan cercano como al de cualquier otro grupo
de aves. En otras palabras, no están emparentadas con las águilas y halcones a
no ser por los dos grupos ser aves.
Las lechuzas y los búhos son aves depredadoras, muy bien adaptadas a una vida
nocturna. Aunque hay algunos miembros de este grupo que por lo general cazan
durante las horas del día.
La visión y el oído lo tienen muy desarrollado. La cabeza, en proporción al cuerpo,
la tienen más grande que las otras aves. Las plumas de las alas amortiguan el aire
de tal forma que cuando vuelan, no hacen ningún ruido.