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Cómo convivir con la Enfermedad
de Alzheimer
Índice
Introducción .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 1
Enfermedad de Alzheimer: descripción, factores
de riesgo y mitigación de riesgos .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  3
	 Descripción .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  3	
Factores de riesgo conocidos  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  3
	 Factores de riesgo potenciales .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 4
	 Mitigación de riesgos con un estilo de vida saludable .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 5
Enfermedad de Alzheimer: diagnóstico, etapas,
tratamiento e investigación .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  7
	 Diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 7
	 Etapas de la enfermedad de Alzheimer  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 7	
Tratamientos médicos actuales para los síntomas
	 de la enfermedad de Alzheimer .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  8
	 Investigación sobre los tratamientos potenciales
	 para la enfermedad de Alzheimer  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 9
Impacto emocional del diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
	 Efecto en los que padecen la enfermedad de Alzheimer  .  .  .  .  .  .  .  .  . 11
	 Efecto en los miembros de la familia .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 11
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
i
Planificación para el futuro  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 13
	 Empleo .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 13
	 Recopilación de información importante  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 14
	 División de responsabilidades .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 14
	 Seguridad en el hogar .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 15
	 Seguridad al conducir  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 15
	 Cuestiones financieras .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 16
	 Cuestiones legales .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 17
		 Directivas médicas anticipadas .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 17
		 Documentos financieros .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 18
Servicios de cuidado .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 19
	 Para las personas que viven solas .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 19
	 Mantenerse activo .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 20
	 Función del cuidador .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 21
	 Estrés del cuidador .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 22
	 Grupos de apoyo .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 22
	 Opciones de servicios de cuidado para el futuro  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 22
		 Cuidados temporarios y a corto plazo  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 23
		 Cuidados a largo plazo .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 24
		 Cuidados terminales y paliativos  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  24
		 Cómo elegir una residencia de ancianos  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 24
Para concluir… .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 27
Recursos  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 28
Lectura adicional .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  . 36
ii
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
En el pasado, había muchas ideas erróneas sobre la
enfermedad o el mal de Alzheimer. Se pensaba que los
síntomas eran una parte normal e inevitable de la vejez.
Si bien los olvidos y los problemas de memoria leves, a
menudo, se asocian con los ancianos, no se los debería
confundir con el deterioro progresivo del Alzheimer,
que comprende una variedad de síntomas que van más
allá de meros lapsus de memoria. Ahora sabemos que
el Alzheimer es una enfermedad específica relacionada
principalmente, con la edad.
En 1906, el médico alemán Alois Alzheimer fue el
primero que identificó, mediante la autopsia de uno de
sus pacientes, una colección de placas que rodeaban las
células nerviosas del cerebro, así como ovillos de fibras
dentro de éstas. Esta enfermedad, con el tiempo, llevaría
su nombre. Desde su descubrimiento hace más de 100
años, ha habido un gran avance en la investigación
Cada año, el número de personas que padecen la enfermedad de Alzheimer incrementa.
En la actualidad, se calcula que alrededor de 5 millones de estadounidenses y 26 millones de personas
en todo el mundo conviven con este trastorno
cerebral degenerativo.
Es probable que ya una de cada dos personas
mayores 85 años en EE.UU. sufra Alzheimer, y
este grupo etario es uno de los segmentos de la
población que más rápido está creciendo. Para el
año 2050, es posible que se vean afectados hasta
15 millones de estadounidenses.
Introducción
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
1
científica del mal de Alzheimer. En la década de 1960,
los científicos descubrieron un vínculo entre el deterioro
cognitivo y la cantidad de placas y ovillos en el cerebro.
La comunidad médica luego reconoció formalmente el
Alzheimer como una enfermedad y no como una parte
normal del envejecimiento. En la década de 1970, los
científicos lograron grandes adelantos en la compren-
sión del cuerpo humano como un todo, y el Alzheimer
surgió como una importante área de interés para la
investigación. Esta atención acrecentada llevó a que, en
los años 90, se hicieran importantes descubrimientos y
se comprendiera mejor el comportamiento de las células
nerviosas complejas en el cerebro de las personas con
Alzheimer. Se realizaron más investigaciones sobre los
genes susceptibles al Alzheimer, y se aprobaron varios
medicamentos para el tratamiento de los síntomas cog-
nitivos de la enfermedad.
En la última década, los científicos han avanzado
mucho en la comprensión de diversos factores de riesgo
potenciales (ambientales, genéticos, etc.) para la enfer-
medad de Alzheimer, así como de los procesos que con-
ducen a la formación de placas y de ovillos en el cerebro.
Se han identificado genes específicos que se relacionan
con los tipos de Alzheimer de inicio temprano y tardío,
y la Administración de Drogas y Alimentos de los EE.
UU. (Food and Drug Administration, FDA) ha aproba-
do opciones de tratamiento más eficaces. Sin embargo,
el mal de Alzheimer aún no tiene cura. Los medicamen-
tos que se utilizan en la actualidad tratan únicamente
los síntomas, no la causa del trastorno, y sólo retardan
el avance del deterioro cognitivo en forma temporaria.
A medida que nuestro entendimiento y conocimiento
del mal de Alzheimer entra en el segundo siglo desde su
descubrimiento, los científicos se concentran en el hal-
lazgo de las causas fundamentales de la enfermedad.
En los próximos años, deberían aparecer medicamentos
más efectivos con menos efectos secundarios. Puede que
estos medicamentos no prevengan o reviertan la enfer-
medad, pero podrían tener un efecto importante en el
retraso de su avance. Además, con una mayor inversión
en la investigación, el camino a un hallazgo radical que
permita encontrar una cura podría ser más corto de lo
que pensamos.
La Lista de Recursos, al final de este cuadernillo,
contiene información sobre organizaciones que pueden
ser de ayuda para diversos aspectos de la enfermedad
de Alzheimer, incluidos distintos servicios de cuidado,
centros de cuidados a largo plazo, cuestiones legales y
financieras y ensayos clínicos.
2
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Descripción
La enfermedad de Alzheimer destruye las funciones del cerebro de forma irreversible y
termina atrofiándolo por completo. Durante una autopsia, cuando los científicos examinan en
un microscopio el cerebro de las personas que padecen Alzheimer, ven dos tipos de anormalidades:
placas neuríticas fuera de las neuronas o células nerviosas del cerebro y nudos u ovillos neurofibrilares
dentro de las neuronas. Las placas neuríticas son estructuras esféricas compuestas de una proteína
denominada beta amiloide y material celular. Los ovillos neurofibrilares son fibras retorcidas de otra
proteína llamada Tau. Las placas y los ovillos, los sellos distintivos del mal de Alzheimer, parecen interferir
en la comunicación entre las neuronas y, así, perturban la actividad mental. Esta pérdida de conexión
parece dañar el funcionamiento de las neuronas y, con el tiempo, provocan la muerte de las mismas. Los
científicos no están totalmente seguros si estas placas y ovillos son una causa o un efecto del Alzheimer.
No obstante, una gran parte de las investigaciones se ha centrado en detener la acumulación de estas
proteínas o evitar que se vuelvan tóxicas.
Las imágenes cerebrales de las personas con Al-
zheimer muestran una degeneración en las regiones vi-
tales para la formación de la memoria, lo cual explica
por qué los enfermos de Alzheimer tienen dificultades
para incorporar nueva información y retener recuerdos
a corto plazo. A medida que la enfermedad avanza,
estas imágenes también revelan una degeneración del
lóbulo frontal, que actúa como el “poder ejecutivo”
del cerebro. La enfermedad de Alzheimer afecta la cog-
nición de la persona (el proceso del conocimiento), in-
cluidas la conciencia, la percepción, el razonamiento y
el juicio, así como la personalidad, el comportamiento
y la comunicación. Al deteriorarse el lóbulo frontal, la
persona presenta distintos síntomas, tales como prob-
lemas de organización y planificación, distracción, ir-
ritabilidad y apatía.
Factores de riesgo conocidos
Los científicos han identificado diversos factores que
parecen influir en el desarrollo del Alzheimer, pero
aún no han llegado a ninguna conclusión definitiva en
cuanto a las causas exactas de esta compleja enferme-
dad. Es probable que, más que una causa individual,
sean varios los factores que contribuyan a este mal.
Edad: El mayor riesgo individual de desarrollar la
enfermedad de Alzheimer es la edad. Se calcula que
Enfermedad de Alzheimer:
Descripción, Factores de Riesgo
y Mitigación de Riesgos
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
3
alrededor del cinco por ciento de los estadounidenses
de entre 65 y 74 años padecen la enfermedad de Al-
zheimer; para aquéllos mayores de 85 años, las cifras
van del 35% a casi la mitad.
Genética: La mayoría de los casos de Alzheimer
son de inicio tardío; es decir, se suelen desarrol-
lar después de los 65 años. El mal de Alzheimer de
inicio tardío no presenta un patrón hereditario evi-
dente, y sus causas son desconocidas. No obstante,
algunas familias presentan grupos de casos. Un gen
denominado apolipoproteína E (ApoE) parece ser un
factor de riesgo para el mal de Alzheimer de inicio
tardío. Este gen adopta tres formas: ApoE2, ApoE3 y
ApoE4. A grandes rasgos, uno de cada cuatro
estadounidenses tiene ApoE4, y uno de cada
veinte tiene ApoE2. Mientras la herencia
del ApoE4 incrementa el riesgo de desarrol-
lar Alzheimer, el ApoE2 es, en gran medida,
una protección contra la enfermedad. Cier-
tas investigaciones actuales se centran en la
asociación entre estas dos formas de ApoE y
el Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer
hereditaria o Alzheimer de inicio temprano
es una forma hereditaria y poco común de la
enfermedad, y afecta a menos del 10% de las
personas que padecen Alzheimer. La enfer-
madad de Alzheimer hereditaria se desarrolla
antes de los 65 años y puede manifestarse en
personas de apenas 35 años. Se produce de-
bido a las mutaciones de uno de tres genes en
los cromosomas 1, 14 y 21.
Factores de riesgo
potenciales
Enfermedad cardiovascular: Los factores
de riesgo asociados a afecciones cardíacas y
a accidentes cerebro vasculares tales como la
hipertensión y el colesterol elevado, también
pueden incrementar el riesgo de desarrollar
el mal de Alzheimer. La hipertensión puede
dañar los vasos sanguíneos en el cerebro
y afectar las regiones que son importantes
para la toma de decisiones, la memoria y las
destrezas verbales. Esto podría contribuir al
avance del Alzheimer. El colesterol elevado
puede inhibir la capacidad de la sangre para
eliminar las proteínas del cerebro.
Diabetes tipo 2: Cada vez existe más evi-
dencia de la existencia de un vínculo entre la
enfermedad de Alzheimer y la diabetes tipo 2. En la
diabetes tipo 2, la insulina no logra convertir la glu-
cosa en energía de un modo eficaz. Esta ineficiencia
da como resultado la producción de niveles más el-
evados de insulina y de glucosa, lo que puede dañar
el cerebro y contribuir al avance del Alzheimer.
Daño oxidativo: Los radicales libres son moléculas
inestables que, a veces, se producen como resultado
de las reacciones químicas dentro de las células. Es-
tas moléculas buscan estabilidad atacando a otras
moléculas, lo que puede dañar células y tejido, y con-
tribuir al daño neuronal que ocasiona la enfermedad
de Alzheimer.
4
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Inflamación: La inflamación es una función natural,
aunque en ocasiones, perjudicial, que utiliza el or-
ganismo para sanarse y en la que las células inmunes
eliminan tejidos de células muertas y otros productos
residuales. Las placas de proteína que se desarrollan
con el mal de Alzheimer producen inflamación, pero
se desconoce si este proceso es perjudicial y una de
las causas del Alzheimer, o es parte de una respuesta
inmunológica para tratar de contener la enfermedad.
Otros factores de riesgo potenciales: Determi-
nados estudios sugieren que otros factores de riesgo
podrían ser los traumatismos encefalocraneanos
anteriores, un bajo nivel de educación, el estrés y el
hecho de que la persona sea de sexo femenino. La
enfermedad de Alzheimer también podría estar rela-
cionada con una reacción del sistema inmunológico o
con un virus.
Mitigación de riesgos con un
estilo de vida saludable
Si bien los factores de riesgo conocidos de la enferme-
dad de Alzheimer, la edad y la genética no se pueden
controlar, existen varios estudios que indican que un
estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de de-
sarrollar Alzheimer. Es importante mantener el cuerpo
y la mente en forma mediante la nutrición y el ejercicio,
evitando fumar, controlando ciertas afecciones físicas y
participando en actividades mentales y sociales.
Dieta: Siga una dieta variada que incluya muchas
frutas y verduras, legumbres (por ejemplo, frijoles
arvejas y semillas), granos integrales y pescado, y
con bajo contenido de grasas saturadas y azúcar. Los
alimentos con ácidos grasos omega-3, tales como
el atún y el salmón, ciertos aceites, los frutos secos
(nueces) y las semillas (linaza, calabaza, ajonjolí) y
las vitaminas antioxidantes A, C y E también pueden
ser beneficiosos.
Ejercicio: La actividad física reduce el riesgo de
sufrir muchas enfermedades, ayuda a mantener un
peso saludable y mejora la aptitud mental. Se re-
comienda una combinación de ejercicios aeróbicos
de intensidad moderada, entrenamiento de fuerza y
actividades que incrementen la flexibilidad.
Afecciones físicas: Las investigaciones han dem-
ostrado que las enfermedades vasculares, los ac-
cidentes cerebro vasculares, la hipertensión, el co-
lesterol elevado y la diabetes pueden representar un
mayor riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer o de
que éste empeore. Controle estos problemas si ya es-
tán presentes y, si aún no se han desarrollado, evíte-
los con una buena dieta y ejercicio. La depresión y el
estrés pueden ocasionar problemas físicos y también
se los ha relacionado con el mal de Alzheimer, por lo
que deberían tratarse de ser necesario.
Relaciones sociales: Mantenga y aumente las rela-
ciones sociales con familiares y amigos a través de
actividades creativas e intelectuales, tales como las
artesanías y los pasatiempos, jugar a las cartas, ir al
teatro, ver espectáculos musicales, asistir a charlas y
disertaciones, y realizar visitas a parques y museos.
Actividad mental: Acumule “reservas” cerebrales
continuando con sus aficiones predilectas y comen-
zando actividades nuevas y desafiantes, tales como
las siguientes: jugar juegos de mesa, de cartas y de
video; resolver rompecabezas; leer, escribir y man-
tener correspondencia; e incluso conversar y cantar.
Realice un curso, aprenda a tocar un instrumento o
adopte un pasatiempo.
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
5
En la actualidad, no existe ningún tratamiento conocido
que cure la enfermedad de Alzheimer. No obstante, existen
medicamentos que pueden ayudar a controlar los síntomas.
6
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer
Es posible que muchas de las personas a quienes se les acaba de diagnosticar la enfermedad
de Alzheimer hayan sentido durante cierto tiempo que “algo no andaba bien”. Puede que se
hayan vuelto más olvidadizos, que se desorienten con facilidad, que tengan lapsus de juicio inesperados
o que experimenten emociones o cambios de estado de ánimo inusuales. Éstos pueden ser signos
tempranos de demencia, pero, también, signos de depresión u otros problemas tratables. Además,
ciertas demencias pueden ser producto de la deshidratación, las reacciones a los medicamentos, el
hipotiroidismo, las infecciones u otros problemas físicos. Estas demencias son reversibles. Mediante un
examen completo, un médico puede descartar otras afecciones que producen síntomas similares a los
del Alzheimer. Si bien la única forma de elaborar un verdadero diagnóstico es a través de una autopsia
cerebral, los médicos pueden realizar pruebas y exámenes para obtener un diagnóstico correcto de
la enfermedad de Alzheimer en nueve de diez casos. El diagnóstico y el tratamiento en los primeros
estadios de la enfermedad son importantes, porque los medicamentos parecen más eficaces en el
retraso del deterioro cognitivo cuando se los toma en esta etapa.
Una evaluación exhaustiva de la enfermedad de Al-
zheimer debe incluir pruebas físicas, neurológicas y
psicológicas: un examen físico, incluidos un análisis de
sangre y de orina, así como de las funciones hepática y
tiroidea; pruebas de memoria y del lenguaje, resolución
de problemas, y pruebas de atención y de numeración;
examen de depresión e imágenes cerebrales.
Etapas de la enfermedad
de Alzheimer
A continuación, se incluyen algunos de los síntomas
tempranos más comunes del mal de Alzheimer: con-
fusión, problemas de la memoria a corto plazo, prob-
lemas de atención y orientación espacial, cambios de
personalidad, problemas con el lenguaje y cambios
de estado de ánimo inexplicables. Los científicos aca-
ban de identificar una afección entre la demencia y
la pérdida normal de la memoria a causa de la edad.
Se la denomina Deterioro Cognitivo Leve (DCL). Las
personas que lo padecen tienen problemas constantes
de memoria (por ejemplo, les cuesta recordar nom-
bres y seguir el hilo de las conversaciones, y presentan
una marcada tendencia a olvidarse de las cosas), pero
pueden desempeñar actividades rutinarias sin más
ayuda que la usual. Si bien es cierto que el DCL, a
Enfermedad de Alzheimer:
Diagnóstico, Etapas,
Tratamiento e Investigación
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
7
menudo, deriva en Alzheimer y que todas las personas
que desarrollan una determinada forma de demencia
atraviesan un período de deterioro cognitivo leve, no
todos los pacientes con DCL desarrollan la enfermedad
de Alzheimer.
Para la enfermedad de Alzheimer, se han identi-
ficado de tres a quince etapas y subetapas. Las tres
etapas que se describen a continuación representan el
avance general de la enfermedad. No obstante, como
el mal de Alzheimer no afecta a todos de la misma
manera, es probable que estos síntomas varíen en tér-
minos de gravedad y cronología. Es de esperarse que
los síntomas fluctúen, incluso en un mismo día, y que
se superpongan. Ciertas personas experimentarán
varios síntomas, y otras, sólo algunos de ellos, pero
la progresión general de la enfermedad es bastante
predecible. En promedio, los enfermos de Alzheimer
tienen una expectativa de vida de entre ocho y diez
años después del diagnóstico, pero esta enfermedad
terminal puede prolongarse hasta 20 años.
En todas las etapas, los síntomas suelen relacionarse
con un deterioro progresivo de los procesos mentales y
el funcionamiento de la memoria, problemas de comu-
nicación, cambios de personalidad, conducta errática,
dependencia y pérdida del control de las funciones
corporales.
Etapa 1 (leve): Esta etapa puede durar de dos a
cuatro años. Al principio de la enfermedad, las per-
sonas que padecen Alzheimer tienden a tener menos
energía y espontaneidad, aunque esto, a menudo,
pasa inadvertido. Presentan una leve pérdida de la
memoria, depresión y cambios de estado de ánimo,
y les cuesta adquirir conocimientos y reaccionar. Al
cabo de un tiempo, comienzan a evitar a las personas
y dejan de ir a lugares nuevos para quedarse con lo
que les resulta conocido. También se confunden, se
pierden con facilidad y evidencian una falta de crite-
rio. Es posible que tengan dificultades para desem-
peñar tareas de rutina, para comunicarse y para
comprender materiales escritos. Esto puede generar
manifestaciones de enojo y frustración. Si la persona
tiene un empleo, la pérdida de la memoria puede
comenzar a afectar su desempeño laboral.
Etapa 2 (moderada): Esta etapa suele ser la más
larga y puede durar de dos a diez años. En esta eta-
pa, es evidente que la persona que padece Alzheimer
está perdiendo sus capacidades. Los enfermos aún
pueden desempeñar tareas sencillas de forma inde-
pendiente, pero es posible que necesiten ayuda para
realizar actividades más complicadas. Olvidan suce-
sos recientes, no recuerdan parte de su vida personal
y están cada vez más desorientados y desconectados
de la realidad. Los recuerdos lejanos a menudo se
confunden con el presente y afectan la capacidad de
la persona para comprender la situación actual, la
fecha y la hora. Puede que les cueste reconocer a per-
sonas conocidas. Las instrucciones deben ser claras y
repetirse con frecuencia. Surgen problemas del habla
y tienen mayores dificultades para comprender, leer
y escribir. Es posible que deambulen y que ya no
estén a salvo solos. A medida que los enfermos de
Alzheimer se dan cuenta de esta pérdida de control,
pueden desarrollar depresión e irritabilidad, estar
inquietos o apáticos, y aislarse. Es posible que ex-
perimenten trastornos del sueño y que les cueste más
comer, arreglarse y vestirse.
Etapa 3 (grave): Esta etapa puede durar de uno a
tres años. Durante este último estadio, los enfermos
pueden perder la capacidad para alimentarse solos,
hablar, reconocer a otras personas y controlar las
funciones corporales. La memoria empeora y puede
desaparecer casi por completo. Por lo general, requi-
eren un cuidado constante. Al debilitarse su estado
físico, pueden quedar expuestos a otras enferme-
dades y a problemas respiratorios, especialmente,
cuando no pueden desplazarse.
Tratamientos médicos actuales
para los síntomas de la
enfermedad de Alzheimer
En la actualidad, no existe ningún tratamiento
conocido que cure la enfermedad de Alzheimer. No
obstante, existen medicamentos que pueden ayudar a
controlar los síntomas. Además, existen tratamientos
médicos disponibles que ayudan a controlar la agi-
tación, la depresión o el comportamiento psicótico
(alucinaciones o delirios), afecciones que suelen suceder
a medida que la enfermedad avanza. Antes de tomar
medicamentos, productos de venta libre, suplementos
o hierbas medicinales, consulte a un médico para que
realice una evaluación exhaustiva que le permita tomar
una decisión bien fundada.
La FDA ha aprobado cinco drogas para el tratamien-
to de la enfermedad de Alzheimer. Cuatro de ellas,
denominadas inhibidores de la colinesterasa, están
diseñadas para regular los síntomas del Alzheimer y
retrasar su avance: Cognex®
(tacrina), Aricept®
(done-
8
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
pezilo), Exelon®
(rivastigmina) y Razadyne®
(galantam-
ina). Estas drogas retardan la degradación metabólica
de la acetilcolina, una sustancia química del cerebro
que es muy importante para la comunicación entre las
células nerviosas. Las personas que padecen Alzheimer
presentan niveles bajos de acetilcolina, y estas drogas
proporcionan una fuente adicional para dicha comu-
nicación. Esto puede ayudar a retardar el avance del
deterioro cognitivo y, durante cierto tiempo, resultar
eficaz para determinados enfermos de Alzheimer. No
obstante, a medida que el Alzheimer avanza, se pro-
duce menos acetilcolina, y las drogas tienden a perder
su eficacia.
Los cuatro medicamentos que se mencionaron ante-
riormente han sido aprobados para el tratamiento de
los síntomas leves a moderados de la enfermedad de
Alzheimer en sus primeros estadios y están diseñados
para retardar la degeneración e, incluso, mejorar las
funciones mentales, que incluyen el pensamiento, el
juicio, el reconocimiento y la memoria. La eficacia y
los resultados varían según la persona, y es posible que
ciertas personas toleren mejor algunos medicamen-
tos que otros. Los efectos secundarios pueden incluir
náuseas, mareos, dolores de cabeza, fatiga, insomnio,
calambres y pérdida de peso.
Cognex es eficaz, pero produce una mayor cantidad
de efectos secundarios que otros medicamentos y, si
bien aún está disponible, rara vez se lo receta. Aricept
parece tener un efecto eficaz, aunque limitado, en el
retraso del avance del DCL para transformarse en Al-
zheimer. Las personas que padecen DCL tienen proble-
mas de memoria, pero aún son capaces de realizar las
actividades cotidianas en forma independiente. Aun
así, el DCL, a menudo, deriva en la enfermedad de
Alzheimer. En 2006, la FDA también aprobó el medi-
camento Aricept para el control de los síntomas graves
del Alzheimer.
Namenda®
(memantina) es el quinto medicamento
aprobado por la FDA, y se lo utiliza para el tratamien-
to del Alzheimer moderado a grave. Namenda es un
antagonista de los receptores N-Metil-D-Aspartato
(NMDA). Los receptores NMDA controlan las ac-
ciones de un transmisor químico denominado gluta-
mato, que es liberado en grandes cantidades por las
células cerebrales afectadas por el mal de Alzheimer.
Aparentemente, este medicamento protege las células
nerviosas de las cantidades excesivas de glutamato. Los
efectos secundarios pueden incluir fatiga, mareos y do-
lores de cabeza.
Todos estos medicamentos para el Alzheimer se ad-
ministran por vía oral. No obstante, en 2007, la FDA
aprobó el uso del parche Exelon, que actúa a través
de la piel. Aricept, Razadyne, Exelon (vía oral) y Na-
menda cuestan, más o menos, lo mismo: alrededor de
U$S 200 por mes (Consumer Reports, www. medical-
guide.org, sobre la base del precio minorista promedio
a nivel nacional en septiembre de 2006).
La depresión es común en la primera etapa del Al-
zheimer, y se la puede tratar. Para las personas que
atraviesan los estadios intermedios de la enferme-
dad, también existen medicamentos diseñados para
controlar la depresión, la ansiedad y las conductas
psicóticas, incluidos los pensamientos paranoicos, los
delirios y las alucinaciones. También es posible que
el paciente se agite y se resista a recibir cuidados, lo
que podría agravarse y derivar en un comportamiento
combativo. El uso de medicamentos contra estos sín-
tomas recién se considera cuando las alternativas extra
farmacológicas han fracasado, y/o cuando estos sín-
tomas ponen en riesgo la seguridad del enfermo o la
de otras personas.
Investigación sobre los
tratamientos potenciales para
la enfermedad de Alzheimer
Existe una importante comunidad de investi-
gación sobre la enfermedad de Alzheimer, y muchos
tratamientos potenciales se están investigando medi-
ante el trabajo en laboratorios y las pruebas clínicas
en humanos. Los científicos siguen realizando investi-
gaciones básicas en terapias que podrían eliminar las
placas de proteína en el cerebro.
La seguridad y la eficacia de los tratamientos posi-
bles se están evaluando en humanos. Estos tratamien-
tos incluyen drogas que podrían eliminar las placas, la
inmunoterapia (vacunación) con anticuerpos contra la
proteína beta amiloide, los agentes antiinflamatorias
no esteroides (AINES) y estatinas (drogas utilizadas
para reducir el colesterol).
Los efectos protectores de los antioxidantes (Vitam-
inas A, C y E) y los ácidos grasos omega-3 (presentes,
mayormente, en pescados, tales como el atún y el
salmón) también se están evaluando en ensayos. Hasta
la fecha, los diversos estudios no han arrojado resulta-
dos sistemáticos, pero, en el futuro, las investigaciones
y los resultados de ensayos rigurosos deberían ayudar
a aclarar el beneficio de estos y otros tratamientos.
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
9
Las personas que han aceptado la naturaleza terminal de la enfermedad suelen
encontrar la paz interior y un mayor sentido de perspectiva. Pueden prepararse
y preparar a sus familias, y gozar de una vida mucho más plena.
10
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Efecto en los que padecen la
enfermedad de Alzheimer
Puede que se necesite cierto tiempo para atravesar
las etapas que suelen asociarse al diagnóstico de una
enfermedad terminal: negación y aislamiento; enojo
y resentimiento; negociación; depresión; y, por úl-
timo, aceptación. Mientras atraviesan estas etapas de
asimilación, los pacientes necesitan buscar el apoyo de
familiares y amigos, así como de médicos, abogados y
otros profesionales. Con frecuencia, resulta de ayuda
participar en grupos de apoyo con otras personas que
padecen la enfermedad. Muchas personas se preocupan
menos a medida que recaban más información. Otras
encuentran consuelo en las consultas espirituales, y
aquellos que no pertenecen a ningún grupo religioso
pueden adquirir conocimientos y perspectivas de di-
versos textos religiosos y filosóficos. Las terapias for-
males, así como las charlas íntimas con buenos amigos,
también pueden ser de gran ayuda.
Las personas que han aceptado la naturaleza termi-
nal de la enfermedad suelen encontrar la paz interior
y un mayor sentido de perspectiva. Pueden prepararse
y preparar a sus familias, y gozar de una vida mu-
cho más plena. Se dan cuenta de que tienen tiempo
para seguir disfrutando la vida, hacer planes y tomar
decisiones importantes, participar en actividades pla-
centeras y cerrar ciclos en una gran cantidad de áreas.
Además, ciertas personas con Alzheimer leve apoyan
los esfuerzos de investigación y los cuidados partici-
pando en actividades de trabajo voluntario, discursos y
acciones de cabildeo.
La mayoría de las personas a las que se les acaba de
diagnosticar la enfermedad necesitan un cierto tiempo
antes de darles la noticia a los miembros de su familia.
Para algunos, el hecho de contarles a otras personas le
confiere un carácter definitivo al diagnóstico. La divul-
gación de esta información a los miembros de la famil-
ia puede producir un gran dolor emocional en todas las
personas involucradas, y todos deberán procesar sus
propios sentimientos sobre la enfermedad. Si bien éste
es un momento difícil, por lo general, los enfermos de
Alzheimer sienten un cierto alivio cuando dan a cono-
cer la información.
Efecto en los miembros
de la familia
Es probable que los cónyuges de los enfermos neces-
iten procesar emociones fuertes en relación con el di-
agnóstico. Muchas veces, los cónyuges también tienen
que lidiar con sus propios problemas de salud. Puede
Tras un diagnóstico de Alzheimer, el enfermo y los miembros de su familia necesitan tiempo
a fin de prepararse emocionalmente para aceptar la naturaleza progresiva y terminal de esta
enfermedad. Es probable que la persona con Alzheimer y sus seres queridos se sientan abrumados
con la noticia, y necesiten tiempo para asimilarla. A continuación, se describen algunas de estas
emociones iniciales.
Impacto Emocional
del Diagnóstico
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
11
que les dé miedo un futuro muy diferente del que
habían planeado. Los esposos y las esposas, a menudo,
deben invertir los roles y realizar tareas a las que no es-
taban acostumbrados. Según la relación entre los cón-
yuges, un diagnóstico de Alzheimer puede hacer que
éstos se unan más o que se distancien el uno del otro.
Deben aceptar que la persona que conocen y aman
podría cambiar drásticamente en términos de person-
alidad y comportamiento, y que es casi seguro que, en
algún momento, su ser amado ya no los reconozca. El
cónyuge podría valorar el hecho de reunirse a conver-
sar y hablar sobre estos sentimientos. También podría
buscar a alguien que se ofrezca a ayudar con las comi-
das, el transporte y otras tareas, así como con gestos
simples y amables, tales como las visitas y los cuidados
temporarios. Los grupos de apoyo y la capacitación
para convertirse en un cuidador también pueden ser
muy útiles, por lo que se los recomienda a menudo. En
ciertos casos, puede que se requieran los servicios de
un terapeuta profesional.
Los hijos adultos también deberán adaptarse a la in-
versión de roles para cuidar a su padre o madre. Puede
que se sientan abrumados por las responsabilidades que
se les avecinan al tener que trabajar dentro del hogar
o fuera de él, cuidar a sus propios hijos y ayudar a su
padre o madre. Asimismo, es posible que los hijos que
no viven cerca se sientan culpables, no comprendan ple-
namente lo que sucede o, quizás, hasta nieguen las re-
alidades de la enfermedad. Aun así, los miembros de la
familia deberían ayudar al cuidador principal y tratar
de colaborar con las tareas que no requieran proximi-
dad. Por más angustiante que pueda resultar el diagnós-
tico de Alzheimer de un padre, éste es el momento para
comenzar a aceptar el futuro, conformar una red de
colaboración, reunir información para ayudar a disipar
los miedos y planificar el camino por recorrer.
El Alzheimer también afecta a los niños y a los
adolescentes, y puede que éstos sientan tristeza, frus-
tración, enojo o miedo si a un abuelo u otro integrante
de la familia le diagnostican esta enfermedad. Entre
los miembros más jóvenes de la familia se debería fo-
mentar la libertad de hacer preguntas y de expresar los
sentimientos, actitudes a las que el resto de los miem-
bros debería responder del modo más sincero posible.
Ellos deben comprender que, si bien es posible que el
enfermo actúe diferente, aún existen actividades que
podrán disfrutar con él, tales como ayudar con los
quehaceres, escuchar música o leer un libro. Los mae-
stros, los profesores y los orientadores vocacionales
deberían estar al tanto de la situación. También existen
libros y grupos de apoyo que tratan este tema dirigido
a los jóvenes de forma específica.
12
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
El tiempo que se necesita para asimilar un diagnóstico de Alzheimer varía según la persona,
lo que se aplica tanto a los que padecen la enfermedad como a sus seres queridos. La
comunicación abierta y la distribución de información entre las personas involucradas pueden ayudar
a determinar cuándo es el momento indicado para comenzar a planificar para el futuro. Existen ciertas
cuestiones que deberían resolverse los más rápido posible y, por más abrumadora que parezca la tarea,
la división de labores y de responsabilidades puede aliviar una parte del estrés.
Planificación
para el Futuro
Como punto de partida, los miembros de la fa-
milia podrían reunirse con la persona que padece la
enfermedad y hablar sobre sus necesidades y deseos,
decidir un plan de cuidados, repartir las responsabili-
dades, conformar una red de colaboración y buscar
recursos externos. Un mediador o un tercero impar-
cial podría ser de utilidad. Es posible que la familia
considere contratar los servicios de un administrador
de atención geriátrica profesional, quien, a cambio de
una tarifa, puede evaluar la situación e identificar so-
luciones en varios aspectos del cuidado a largo plazo.
Por lo general, estos administradores cobran una
tarifa inicial de entre US$ 50 y US$ 300, y de US$ 50
a US$ 200 por hora, según la ubicación, las califica-
ciones del profesional y los servicios que se requieran.
Determinadas organizaciones subsidian estos costos.
La Lista de Recursos incluye información para encon-
trar un geriatra.
Un plan de largo alcance debe incluir la recopilación
de información financiera, legal y médica, la identifi-
cación de responsabilidades, la preparación de docu-
mentos legales (directivas anticipadas) y un análisis de
las opciones de cuidado a largo plazo.
Empleo
Si una persona que padece Alzheimer está trabajando
en el momento del diagnóstico, debería informar la situ-
ación a los supervisores correspondientes lo antes po-
sible. Si la persona tiene dificultades para realizar su tra-
bajo, el hecho de notificar el hecho al empleador podría
aliviar esta presión en cierta medida. Se recomienda
organizar una reunión con el departamento de recursos
humanos o beneficios a fin de conversar sobre los planes
de seguro, de jubilación y de discapacidad. Un especial-
ista puede explicarle los detalles de los beneficios, in-
cluidos todos los servicios terapéuticos o financieros di-
sponibles. Solicite una copia de cualquier explicación de
los beneficios para consultas futuras y asegúrese de que
un miembro de su familia o su cuidador también tengan
una copia de toda la información. En el departamento
de recursos humanos, consulte sobre los derechos que la
Ley sobre discapacidades de los Estados Unidos (Ameri-
cans with Disabilities Act) le confiere a las personas con
Alzheimer. Los cuidadores deberían averiguar si estas
personas tienen derecho a pedir licencia en el trabajo
conforme a la Ley sobre Licencias por Razones Médicas
y Familiares (Family Medical Leave Act).
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
13
Recopilación de información
importante
Después del diagnóstico, se deben resolver pronta-
mente las cuestiones financieras, legales y médicas, con
su correspondiente documentación. La siguiente infor-
mación debería reunirse y guardarse en un único lugar
que sea de conocimiento de, al menos, dos integrantes
de la familia, de los cuidadores o de amigos de confi-
anza.
General
Nombre, domicilio y número del Seguro Social.
•	
Licencia de conducir, pasaporte, acta de nacimiento
•	
y acta de matrimonio.
Información del seguro, incluidos los números de
•	
Medicare y Medicaid, las pólizas del seguro de vida,
de salud, de vivienda y del automotor, y los números
de esas pólizas.
Número de reclamo de la Administración de Vetera-
•	
nos (Veterans Administration), si corresponde.
Nombres, direcciones y números de teléfono de
•	
abogados, asesores financieros o contadores, y de
corredores de seguro.
Financiera
Registros bancarios, incluidos los
•	
números de todas las cuentas ban-
carias (considere la posibilidad de
abrir una cuenta corriente conjunta
que le permita a su cónyuge o a
su cuidador pagar las facturas y
resolver cuestiones bancarias de
rutina. Realice los trámites nec-
esarios para el depósito directo de
los ingresos de la jubilación y del
Seguro Social).
Información sobre todas las fuentes de ingresos,
•	
incluidos los planes de pensión, las cuentas person-
ales de jubilación (IRA, por sus siglas en inglés), los
planes Keogh y los certificados de acciones.
Fiscal
Información sobre los bienes propios (incluidos los
•	
bienes raíces), los pagos de hipotecas o los títulos de
propiedad.
Tarjetas de crédito y números de cuenta, incluidos
•	
los números de identificación personal (PIN) y los
códigos de seguridad.
Información sobre todos los préstamos o las deudas
•	
pendientes de pago, así como del dinero que se le
debe a la persona con Alzheimer.
Recibos o documentos de cualquier arreglo prepago
•	
para funerales y sepelios, si corresponde.
Legal
Copia del testamento o información sobre la ubi-
•	
cación de éste, directivas médicas anticipadas, poder
legal duradero para documentación médica y/o finan-
ciera; solicitudes de sepelio (morgue, lote y escritura).
Médica
Nombres, direcciones y números de teléfono de
•	
médicos, hospitales, etc.
Información sobre el historial médico, los medica-
•	
mentos y la posología, y los accesorios médicos.
División de responsabilidades
A fin de aliviar un poco la tensión de lidiar con el
futuro, la familia podría reunirse para planificar y
dividir las responsabilidades de los
cuidados. Nadie puede predecir
lo que se necesitará para cada
etapa de la enfermedad, de modo
que se debería hacer énfasis en el
futuro inmediato, a la vez que se
consideran diversas posibilidades
a largo plazo. Antes de la reunión,
se debería reunir información y
recursos. Asegúrese de incluir al
enfermo de Alzheimer en las con-
versaciones, pero tenga en cuenta
que la persona podría oponerse a
las sugerencias y continuar emocio-
nalmente abrumado. Los miembros
de la familia deberían permitir que él o ella expresase
sus necesidades y deseos, mantener una actitud abierta
y sugerir medidas positivas. Es casi inevitable que sur-
jan desacuerdos, pero todos deberían sentirse libres de
expresar sus opiniones y de realizar recomendaciones.
Cada miembro debería evaluar sus preferencias per-
sonales, sus capacidades financieras y su disponibili-
dad horaria con sinceridad para determinar la función
que podrá desempeñar. Luego, se podría redactar un
plan que incluyera las decisiones sobre la distribución
de las responsabilidades (en el lugar y a distancia),
los costos y los compromisos en términos de tiempo.
14
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Estas responsabilidades se pueden dividir de la si-
guiente manera: necesidades médicas, incluida la co-
municación con los médicos y el seguimiento de los
registros médicos; actividades para la vida diaria (ba-
ñarse, vestirse, etc.), así como la limpieza, la comida,
el transporte y las compras; y las cuestiones legales y
financieras. Si bien se recomienda un plan por escrito,
éste debería poder adaptarse a las necesidades cambi-
antes de la persona. Se debe implementar un sistema
que garantice la comunicación básica y periódica entre
los miembros de la familia.
En la medida de lo posible, los miembros deberían
apoyarse unos a otros, ofrecerle ayuda y descanso al
cuidador principal, y mantenerse al día sobre el estado
físico y emocional de la persona que padece Alzheimer.
Deberían aprovechar los diversos recursos disponibles
para brindarles apoyo a los cuidadores, incluidos los
que se describen al final de este cuadernillo.
Seguridad en el hogar
La seguridad en el hogar puede ser un tema impor-
tante para ciertos enfermos de Alzheimer, en espe-
cial si comienzan a deambular. El cuidador debería
realizar una inspección de seguridad habitación por
habitación y volver a evaluar, en forma periódica,
las diversas necesidades a medida que avance la en-
fermedad. No todos los cambios deben realizarse de
inmediato. Algunos serán más adecuados en las etapas
más avanzadas del Alzheimer. Es posible modificar y
adaptar el hogar sin sacrificar la familiaridad y como-
didad del entorno.
A continuación, se incluye una serie de precauciones
generales:
Tenga a mano los números telefónicos importantes y
•	
de emergencia.
Asegúrese de que el hogar tenga la iluminación ad-
•	
ecuada. Para esto, instale lamparillas que queden
encendidas durante la noche.
Mantenga las entradas, los pasillos y los pisos libres
•	
de objetos, cables de extensión y tapetes. Evite colo-
car muebles en los lugares de paso.
Trabe las ventanas y las puertas. Guarde una copia de
•	
la llave de entrada en un lugar secreto fuera del hogar
o entréguesela a un vecino o amigo que viva cerca.
Utilice tapas o seguros inviolables para las sustancias
•	
tóxicas, los medicamentos y el alcohol.
Asegúrese de que los detectores de humo funcionen
•	
de forma correcta.
Instale barandas en las escaleras, barras de agarre en
•	
los baños y otros dispositivos diseñados para perso-
nas con impedimentos físicos.
Quite y guarde en un lugar seguro todos los elemen-
•	
tos que representen un riesgo potencial, tales como
las armas, las bolsas de plástico y las herramientas
eléctricas.
Proteja las computadoras y la información almacena-
•	
da en ellas.
Considere la posibilidad de adquirir un intercomu-
•	
nicador o un monitor de sonido como los que se uti-
lizan con los bebés, a menos que esto confunda a la
persona.
Quizás deba colocar carteles como “dormitorio”,
•	
“baño”, etc. en las puertas de las diferentes habita-
ciones.
Asegúrese de que los planes de emergencia estén en
•	
su lugar.
En el caso que el enfermo de Alzheimer comience a
deambular, se deben tomar precauciones adicionales
para garantizar la seguridad del hogar. Muchas com-
pañías ofrecen dispositivos de seguridad, tales como
cerraduras dobles, alarmas y artículos para disimular
las salidas. También es una buena idea que la per-
sona lleve una identificación o un brazalete médico.
En el caso que la persona logre salir del hogar sin un
acompañante, se deberá avisar a los vecinos, a los co-
merciantes locales y a la policía. La Lista de Recursos
al final de este cuadernillo incluye sitios web con más
información y productos para garantizar la seguridad
en el hogar.
Seguridad al conducir
Puede que resulte difícil determinar en qué momento
el enfermo de Alzheimer debiera dejar de conducir. Lo
ideal sería conversar sobre esta situación con calma y
de un modo positivo antes de que surjan problemas.
Muchas de las personas que atraviesan los estadios ini-
ciales de la enfermedad pueden seguir conduciendo de
un modo seguro, pero, incluso, en este punto, deberían
realizar trayectos cortos y conocidos, a la luz del día y
con buen clima. A medida que avance la enfermedad,
se deberá observar esta capacidad con detenimiento a
lo largo de un período determinado para, luego, volver
a evaluarla. Se deben tener en cuenta los reflejos, la co-
ordinación, el tiempo de reacción, la vista, la audición
y la capacidad de orientación de la persona. Ciertos
problemas habituales, tales como la incapacidad para
tomar decisiones rápidas, la omisión de las señales de
tránsito y los impactos contra el cordón de la vereda,
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
15
representan señales de advertencia.
Cuando esta actividad se torne insegura,
puede que resulte necesario recurrir a
un médico o a otra autoridad para que
refuerce la decisión. Para facilitar la tran-
sición, se pueden buscar y ofrecer formas
de transporte alternativas, y reducir la
cantidad de actividades que requieran
conducir. Por ejemplo, los medicamen-
tos y los comestibles se pueden enviar a
domicilio en lugar de trasladarse hasta
la farmacia o la tienda. A menudo, la
conducción contribuye a la vida social de
una persona, por lo que se deberían bus-
car otras formas de continuar estas inter-
acciones, tales como solicitarles a amigos y familiares
que sean ellos quienes realicen las visitas. Si la persona
insiste en tener las llaves del automóvil, quizás resulte
necesario darle llaves que no funcionen, estacionar el
vehículo en otro lugar durante cierto tiempo o desacti-
var el motor.
Cuestiones financieras
Con la enfermedad de Alzheimer, la planificación
para el futuro es sumamente importante. Existen cos-
tos relacionados con los profesionales de la salud, los
medicamentos, la asistencia dentro del hogar o fuera
de él, y los servicios de cuidado a largo plazo, que
podrían agotar los ahorros de una persona con rapi-
dez. Tan pronto como sea posible, se debería reunir in-
formación sobre todos los medios de pago disponibles
y decidir cuáles convienen. Además, los cuidadores
y otros miembros de la familia deberían analizar su
situación económica para determinar cuánto dinero
pueden aportar. Las recomendaciones que se incluyen
a continuación no sustituyen el asesoramiento de un
profesional, por lo que las personas afectadas por esta
situación deberían considerar la posibilidad de consul-
tar a un asesor financiero. Para conocer las organiza-
ciones que brindan información y ayuda financiera a
estadounidenses de la tercera edad, consulte la Lista de
Recursos al final de este cuadernillo.
Ciertas opciones de pago incluyen los siguientes el-
ementos:
Programas de beneficios del gobierno
Medicare (Cuidado Médico) es un programa de se-
guro de salud federal para las personas de 65 años o
más que, en la actualidad, reciben beneficios jubila-
torios del Seguro Social. Para acceder a la cobertura
de Medicare, se deben cumplir ciertos requerimien-
tos. Medicare cubre ciertos servicios que una per-
sona con Alzheimer puede necesitar. La cobertura de
medicamentos recetados también está disponible.
Medicaid (Auxilio Médico) es un programa federal
para ciertas personas y familias de bajos ingresos
y recursos, cuya administración suele depender de
organismos estatales. Los beneficios y los requisitos
para acceder a este programa varían según el estado.
Medicaid puede cubrir la totalidad o una parte de
los costos de las pensiones de ancianos, así como
de ciertos cuidados en el hogar. Una persona con
Alzheimer puede reunir los requisitos para acceder
a una cobertura de Medicaid a largo plazo en la me-
dida en que sus ingresos y activos en efectivo sean
mínimos. Para hacerlo, debe presentar una solicitud
a través del Departamento de Servicios Humanos del
estado o del Programa de Asistencia de Medicaid.
El Seguro Social es un programa federal que brinda
ingresos por jubilación, pagos por discapacidad y
otros beneficios a los empleados que aportaron al plan
mientras trabajaban, así como a sus dependientes.
Es posible que resulten aplicables los programas de
beneficios para veteranos.
Planes de salud privados
Medigap es un seguro de salud que ciertas empresas
privadas ofrecen para brindar los servicios que no
cubre Medicare.
Los seguros o planes de atención médica administra-
da (managed care health insurance) incluyen Planes
16
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
de Prestadores Preferidos (PPP) y Organizaciones
para el Mantenimiento de la Salud (Health Mainte-
nance Organization, HMO).
El seguro de cuidado a largo plazo (long-term care
insurance) es una opción válida en la medida en que
esté vigente en el momento del diagnóstico de Al-
zheimer.
Préstamos y ahorros personales
Pólizas de seguro de vida: existen varias formas de
obtener préstamos de estas pólizas, que no necesitan
saldarse antes del fallecimiento de la persona.
Hipotecas: es posible obtener un préstamo sobre el
valor de una vivienda mediante una hipoteca inversa.
Activos personales: éstos pueden incluir ingresos de
acciones y bonos, ventas de propiedades, cuentas de
ahorro y cuentas de jubilación.
Cuestiones legales
Lo ideal es que los documentos legales que se de-
scriben a continuación se hayan formalizado antes
de un diagnóstico de Alzheimer. De lo contrario, la
persona que padece la enfermedad y el cuidador o el
acompañante deberían consultar a un abogado lo antes
posible, puesto que estos documentos no pueden com-
pletarse si se declara a la persona legalmente incompe-
tente. Las personas que atraviesan los primeros esta-
dios de la enfermedad no se consideran incompetentes
de forma automática y, probablemente, serán capaces
de comprender estas cuestiones y tomar las decisiones
correspondientes. Sin embargo, en el caso que un tri-
bunal determine que esta persona es incompetente, los
familiares y amigos podrán administrar sus asuntos,
aunque lo más probable es que el tribunal designe a un
representante legal de la persona con Alzheimer.
La información que se incluye a continuación
contiene afirmaciones de carácter general y no debe
interpretarse como asesoramiento legal. Para obtener
asesoramiento legal, se puede recurrir a los servicios
del abogado de la familia, aunque también existen
abogados que se especializan en derecho de la tercera
edad. Estos profesionales pueden ayudar a interpretar
las leyes estatales y asegurar el respeto de los deseos
del enfermo. Los abogados que se especializan en
derecho de la tercera edad son expertos en las cues-
tiones legales que atañen a los ancianos, tales como los
cuidados a largo plazo, Medicare, Medicaid, los im-
puestos y la planificación testamentaria. Las agencias
locales sobre asuntos de la tercera edad (Agencies on
Aging) quizás puedan derivarlo a un asesor legal. Exis-
ten asociaciones estatales de asesoría legal que brindan
servicios asequibles. La Lista de Recursos al final de
este cuadernillo incluye información sobre asistencia
legal y abogados que se especializan en derecho de la
tercera edad.
Si bien es probable que las personas a quienes se les
acaba de diagnosticar la enfermedad se sientan angus-
tiadas, se las debería alentar a que participen de forma
activa en estas conversaciones legales. Esto podría
brindarles una mayor sensación de control y de calma.
Las personas que presenten discapacidades leves de-
berían participar tanto como fuese posible. De esta
manera, podrían tomar aunque sea ciertas decisiones.
En el caso que el enfermo de Alzheimer se resista a
tomar medidas, es posible que, a fin de garantizar un
futuro legal seguro, se requiera la intervención de un
profesional imparcial, un amigo íntimo o un miembro
de la familia que sea firme, pero comprensivo. Sea
como fuere, las personas que padecen Alzheimer deben
tener sumo cuidado a la hora de elegir a sus represen-
tantes y de decidir qué facultades les concederán.
Si aún no se han formalizado, las directivas médicas
legales deberían incluir el otorgamiento de un poder
legal duradero para el cuidado de la salud y la pre-
paración de un testamento en vida. También se deben
formalizar documentos financieros legales (un poder
legal duradero para asuntos financieros, un testamento
y, posiblemente, un fideicomiso en vida), si aún no ex-
isten. Estos documentos deberían examinarse en forma
periódica para asegurarse de que estén actualizados.
Puesto que las leyes varían según el estado, si la per-
sona se muda, es posible que los documentos deban
modificarse. Los familiares o los cuidadores deberían
conocer la ubicación de los originales y poseer copias
de éstos. El médico de la persona debería tener copias
de los documentos legales relacionados con la salud.
Directivas médicas anticipadas	
Se debe elaborar un poder notarial perdurable para
el cuidado de la salud (Durable Power of Attorney for
Health Care) antes de que el paciente quede incapaci-
tado. Este poder le permite al enfermo de Alzheimer
designar a una persona de confianza para que tome de-
cisiones médicas y de salud en general, en el caso que
él ya no pueda hacerlo. Ciertos documentos entran en
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
17
vigor de inmediato, mientras que otros “se hacen efec-
tivos” cuando se produce un evento determinado. Es
importante que el “representante” se elija con cuidado
y que todos los deseos se discutan en detalle. Este rep-
resentante debe ser una persona que conozca muy bien
al paciente y que, al mismo tiempo, pueda actuar con
sensatez y flexibilidad ante los cambios y el estrés emo-
cional. La persona designada debe estar de acuerdo en
asumir la responsabilidad, ya que puede verse obligada
a tomar decisiones definitivas sobre cuestiones médi-
cas menores e importantes, incluidos los servicios de
emergencia. Tiene derecho a rescindir el acuerdo. Se re-
comienda la designación de un suplente en el caso que
la persona elegida no desee o no pueda cumplir con sus
obligaciones.
Los testamentos en vida permiten a los enfermos
de Alzheimer, mientras estén capacitados, a tomar
decisiones y expresar sus deseos con respecto a la final-
ización de los cuidados vitales. Es posible que después
ya no sean capaces de comunicar estos deseos. Medi-
ante un testamento en vida, el enfermo puede consider-
ar, detenidamente, qué medidas se deberían tomar para
prolongar su vida. A menudo, la especificación de estas
acciones les quita a los seres queridos un peso emocio-
nal. Un testamento en vida puede incluir una orden de
“no resucitar” y otras restricciones en el tratamiento
mediante las cuales se indique al personal de atención
médica que no realice intervenciones médicas drásticas
cuando fuera posible. En el caso que un médico o un
centro de salud no puedan cumplir las disposiciones de
un testamento en vida, deberán informar esta situación
al enfermo o a su representante, y ayudar a trasladar al
paciente a un centro que sí pueda hacerlo.
Documentos financieros
Al otorgar un poder notarial perdurable para asun-
tos financieros (Durable Power of Attorney for Fi-
nances), la persona autoriza a un familiar, un amigo o
un profesional para que actúe en su nombre en carácter
de apoderado o representante para tomar decisiones
financieras, incluidas las cuestiones bancarias, fiscales,
jubilatorias y de inversiones. Si bien la persona puede
informarle a su apoderado qué pasos tomar, es fun-
damental que esta persona se elija con cuidado, que
sea de confianza y que tenga buen criterio, en especial
cuando el enfermo de Alzheimer quede incapacitado.
Si la persona que padece Alzheimer se considerara
incompetente en materia legal antes de que se pudiera
extender un poder legal duradero para asuntos finan-
cieros o si se produjera un desacuerdo con respecto
al apoderado, puede que se deba iniciar una curatela,
por medios judiciales, para la administración de las
cuestiones financieras. Si bien una curatela tiene la
ventaja de la supervisión legal, es posible que su imple-
mentación sea costosa e insuma mucho tiempo, ya que
requiere una investigación de la competencia de la per-
sona, una audiencia y una sentencia. Por lo general, es
más fácil y rápido formalizar un poder legal duradero
para asuntos financieros lo antes posible. Un curador
no toma decisiones de salud.
Un testamento detalla cómo se dividirán los bienes
y las propiedades de una persona tras su defunción.
Puesto que la persona debe estar en su sano juicio, lo
ideal es que el testamento se formalice antes de que
se diagnostique el mal de Alzheimer. La persona a
la que se le acaba de dar el diagnóstico, un miembro
de la familia o un profesional deberían asegurarse de
que se haya creado un testamento y de que éste esté
actualizado. Ante la ausencia de un testamento, cada
estado determina la distribución de los bienes, que,
en general, suelen heredarlos los cónyuges, los hijos u
otros miembros de la familia. Ciertas personas prefi-
eren crear un testamento en vida para que los bienes
se distribuyan después de su muerte. Un testamento en
vida se formaliza mientras la persona está con vida. El
“cesionista” (por ejemplo, la persona con Alzheimer)
designa a un fideicomisario. El fideicomisario admin-
istra los bienes del fideicomiso y garantiza su correcta
distribución una vez fallecido el cesionario.
18
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Existen diversos servicios disponibles para las perso-
nas con Alzheimer que viven solas. Éstos incluyen asis-
tencia en el hogar, ayuda con las labores domésticas,
preparación de comidas y transporte. Los familiares,
los amigos y los vecinos, las organizaciones religiosas
locales y los grupos de voluntarios para servicios co-
munitarios pueden ayudar con otros asuntos prácticos,
tales como encargarse de las compras y concertar con-
sultas médicas. Los médicos, las agencias locales sobre
asuntos de la tercera edad y las organizaciones que se
detallan al final de este cuadernillo pueden aportar in-
formación sobre los servicios disponibles.
En algún momento de su vida, el enfermo de Al-
zheimer será incapaz de realizar las tareas diarias y
necesitará más atención y supervisión. Los que de-
ciden esto suelen ser las personas que tienen un mayor
contacto con el enfermo, pero puede que éstas deseen
consultar a otros para que las ayuden a conversar con
el enfermo sobre los planes disponibles. Conviene con-
siderar las opciones de cuidados a largo plazo lo antes
posible, antes de que un episodio grave obligue a optar
por una alternativa que no sea la ideal. La seguridad es
primordial. Por esta razón, apenas se advierta que ya
no es seguro que la persona con Alzheimer viva sola,
se la debería trasladar a un lugar que ofrezca los cuida-
dos necesarios. Si la persona se niega a ser trasladada,
quizás resulte útil inventar una excusa (por ej., que la
Para las personas que viven solas
Ciertos pacientes siguen viviendo solos
durante las primeras etapas del Alzheimer.
En estos casos, los familiares, los amigos o los
vecinos deberían controlar, todos los días, si la
persona necesita ayuda. Una de las personas
que viva cerca debería poseer un juego de llaves
adicional de la vivienda, así como información de
contacto en caso de emergencia.
Servicios de Cuidado
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
19
vivienda necesita reparaciones) o convencerla de que la
situación es temporaria (por más que sea permanente).
Mantenerse activo
Mantenerse activo en todos los niveles puede ayu-
dar a las personas que padecen Alzheimer. Si bien es
posible que ciertas personas a las que se les acaba de
diagnosticar la enfermedad deseen abandonar sus ac-
tividades habituales por depresión o vergüenza, este
abandono podría empeorar su estado de salud. Aun
cuando las personas deban reconocer sus limitaciones,
pueden extender su calidad de vida manteniendo un
nivel de estímulo saludable en términos físicos, men-
tales y sociales, además de evitar el estrés, lo que puede
afectar la memoria y la concentración.
A continuación, se incluyen una serie de actividades
que podrían resultar beneficiosas:
Interactuar con otras personas, incluidos familiares,
•	
amigos, niños y mascotas. Las visitas pueden aportar
una valiosa conexión humana.
Participar en un grupo de apoyo.*
•	
Realizar actividades creativas y adoptar o retomar
•	
pasatiempos y aficiones; jugar juegos y resolver
rompecabezas.
Escuchar música, lo que puede tener un efecto rela-
•	
jante y activar recuerdos vívidos del pasado; cantar
canciones conocidas.
Mirar fotos y videos hogareños, lo que puede estimu-
•	
lar la mente, evocar recuerdos y aportar una placen-
tera sensación de continuidad.
Realizar tareas domésticas sencillas que no requieran
•	
un uso de la memoria exigente, como cocinar, realizar
trabajos de jardinería o limpiar en forma superficial.
Participar en actividades, tales como dar paseos en
•	
automóvil, ir al zoológico o a otros lugares natu-
rales, y realizar visitas tranquilas a museos o galerías
de arte. Estas salidas deberían realizarse en compa-
ñía de una persona que pueda garantizar la seguri-
dad del enfermo.
Comenzar o continuar una rutina periódica de ejer-
•	
cicios de baja intensidad.
*	Los grupos de apoyo pueden ser útiles para las per-
sonas que padecen Alzheimer. Estos grupos suelen
ayudar a las personas a aceptar la enfermedad y
el futuro al poder expresar sus sentimientos y pen-
samientos con los demás. Para muchos enfermos de
Alzheimer, los grupos de apoyo ayudan a “digerir”
la noticia del diagnóstico, superar la negación y
adaptarse a los cambios en sus vidas. Los grupos
de apoyo ofrecen consejos prácticos sobre cómo lid-
iar con los problemas de memoria, las situaciones
sociales y la adaptación a la vida día tras día, así
como información sobre recursos para la comuni-
dad. Puede que ofrezcan actividades diseñadas para
estimular la memoria y mantener la mente activa.
Estos grupos pueden contribuir a la calidad de vida
en gran medida.
20
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Función del cuidador
Por lo general, el cuidador prin-
cipal es un ser querido: el cónyuge
del enfermo, un hijo adulto o un
compañero cercano. Incluso en las
primeras etapas del Alzheimer, el
cuidado del enfermo es una tarea
muy ardua que demanda 24 horas
al día. Es necesario que los cuida-
dores sean flexibles y comprensivos
al lidiar con los cambios de com-
portamiento y de personalidad.
También deben ser capaces de
comunicarse con los familiares, los
amigos y los profesionales sobre el
estado de la persona.
Existe una gran cantidad de
recursos y libros que brindan con-
sejos sobre cómo tratar a una per-
sona con Alzheimer; tenga a mano estos recursos (mu-
chos de ellos se describen al final de este cuadernillo).
En determinadas comunidades, se ofrecen consultas
y orientación para cuidadores. Si bien cada persona
es diferente, existen varias estrategias que pueden
utilizarse para hacer más fácil la vida del enfermo y
de su cuidador. Estas recomendaciones incluyen los si-
guientes puntos:
Compensar las capacidades cambiantes y ayudar
•	
a recordar información. Puede que elementos de
ayuda para la memoria, tales como cuadernos con
nombres, direcciones, números de teléfono, indica-
ciones, mapas e ideas, resulten útiles. El enfermo o
su cuidador pueden fijar carteles en diversos elemen-
tos de la casa, escribir recordatorios para tareas di-
arias, anotar citas en calendarios y colocar fotos con
información sobre las personas en éstas.
Mantener contacto con el médico del enfermo para
•	
informar, en forma periódica, cualquier cambio
de rutina, comportamiento o estado de ánimo. Se
debería analizar cualquier tratamiento nuevo o exis-
tente contra el mal de Alzheimer y sus síntomas, así
como las terapias para otros problemas de salud. El
enfermo de Alzheimer y su familia también podrían
considerar la posibilidad de participar en ensayos
clínicos, en los que se prueben nuevos tratamientos
contra este mal o se investiguen temas relacionados
con la enfermedad. Los sitios web que se incluyen al
final de este cuadernillo brindan información sobre
diversos ensayos actuales.
Implementar rutinas. Las personas que padecen la
•	
enfermedad de Alzheimer encuentran calma en lo
que les resulta conocido y puede que les guste re-
alizar tareas simples y repetitivas. Asegúrese de que
tengan “éxito” en ellas para reducir la frustración.
Hablarle a la persona de un modo claro y simple
•	
mirándola a los ojos; darle instrucciones fáciles de
entender en un tono de voz normal.
Tratar de que la persona realice actividades simples
•	
que se basen sobre sus habilidades actuales, en lu-
gar de intentar que aprenda habilidades nuevas. Es
probable que la persona prefiera los pasatiempos
conocidos. Recuerde que ciertos momentos del día
son mejores que otros para proponer actividades y
que la persona no debería sentirse obligada a hacer
ningún tipo de actividad. El estado mental también
puede cambiar de un día a otro.
Utilice la “validación” para entrar en el mundo de
•	
la persona. Es muy poco probable que el cuidador u
otra persona sean capaces de cambiar el concepto de
realidad del enfermo. Es mucho más fácil responder
de forma positiva que intentar corregir ideas equivo-
cadas. Evite discutir con la persona, ya que esto sólo
frustrará al paciente y al cuidador.
Redirija y emplee distracciones si la persona desea
•	
realizar actividades que no están permitidas (por ej.,
conducir un vehículo). A menudo, la disuasión se
logra presentando una opción más atractiva.
Evitar situaciones que puedan asustar o agitar a la
•	
persona, tales como multitudes bulliciosas, progra-
mas violentos en la televisión y otros factores del
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
21
entorno. Con frecuencia, la agitación representa una
forma de comunicar el estrés, un comportamiento
que se puede modificar alterando el ambiente.
Estrés del cuidador
Los cuidadores sufren un desgaste físico y emocional
elevado al tener que satisfacer y adaptarse a las cambi-
antes necesidades de la persona con Alzheimer, lidiar
con conductas desconocidas y cuestiones prácticas, y
soportar el dolor de una eventual pérdida. Las perso-
nas que padecen Alzheimer y sus cuidadores deberían
analizar juntos los diversos aspectos de la enfermedad
lo antes posible. La comunicación temprana puede
ayudar a aliviar la culpa y la frustración del cuidador
en el futuro. No obstante, incluso en las mejores cir-
cunstancias, los cuidadores sentirán, con frecuencia,
un agotamiento físico y emocional que los volverá
susceptibles a las enfermedades y la depresión. Para
evitar esto, los cuidadores necesitan pensar en su pro-
pia salud y reconocer los signos de estrés. Puede que
experimenten negación, depresión, irritabilidad, enojo
y ansiedad, así como señales de advertencia físicas,
tales como trastornos
del sueño, agotamiento
y problemas de salud.
Existen varias maneras
de aliviar la presión y
reducir el estrés que
producen los cuidados.
Algunas de ellas incluyen
las siguientes acciones:
tomarse un tiempo para
relajarse, realizar un
pasatiempo placentero,
llevar una lista de las tar-
eas, escribir en un diario
íntimo, mantener un
buen sentido del humor,
comer bien, hacer ejercicio y descansar de forma adec-
uada. Los cuidadores merecen valorarse por realizar el
máximo esfuerzo en una situación desgastante.
A medida que la enfermedad avance, el enfermo de
Alzheimer será cada vez más dependiente y menos ca-
paz de participar en muchas actividades. Puede que el
cuidador principal experimente cierto resentimiento,
se sienta poco valorado y se aísle. Por lo tanto, es
particularmente importante que los familiares y los
amigos le brinden todo el aliento, el apoyo emocional
y la interacción social que puedan para ayudar a evi-
tar estos sentimientos negativos. El cuidador debería
ser capaz de recurrir a los familiares, los amigos o los
profesionales que estén dispuestos a brindar ayuda
también en cuestiones prácticas. Los más cercanos al
cuidador deberían ayudarlo con los cuidados y per-
mitirle descansar lo máximo posible. Los familiares
que vivan fuera de la ciudad deberían comunicarse en
forma periódica y ofrecerse para ayudar con las tar-
eas que puedan desempeñarse a la distancia. De esta
manera, el cuidador contará con el apoyo de una red
de recursos.
Grupos de apoyo
A muchos cuidadores les será de gran ayuda partici-
par en grupos de apoyo, ya sea que se reúnan física-
mente de forma periódica o interactúen por Internet
de forma virtual. Ambos tipos de grupos brindan
asesoramiento, información, recursos y consuelo. En
ocasiones, el cuidador puede sentir que los familiares y
los amigos no son tan receptivos o comprensivos como
él quisiera. Es probable que las personas que integran
los grupos de apoyo comprendan mejor su situación
porque están atravesando situaciones semejantes. Con
muchas de ellas se est-
recharán fuertes lazos
de amistad, a veces,
similares a los de una fa-
milia, al conversar sobre
problemas comunes, es-
trategias para sobrellevar
la situación y el cuidado
tanto del enfermo como
de uno mismo. Una gran
cantidad de grupos de
apoyo pueden localizarse
utilizando la Lista de Re-
cursos que se incluye en
este cuadernillo.
Opciones de servicios de
cuidado para el futuro
Existen varias opciones de servicios de cuidado que
pueden dividirse en dos categorías: los cuidados a cor-
to plazo dentro del hogar o los cuidados temporarios
fuera de éste, y los centros de cuidado a largo plazo.
Es importante planificar los cuidados lo antes posible
y tener en cuenta los deseos del enfermo de Alzheimer,
los niveles de atención actuales y previstos que necesi-
tará el paciente, así como las restricciones geográficas
y presupuestarias. Puede que existan recursos de ayuda
financiera disponibles para ciertos servicios de cuidado
22
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
a corto plazo. Por el contrario, Medicare no cubre los
cuidados a largo plazo, por lo que estos servicios de-
berán financiarse a través de planes de salud privados,
préstamos y ahorros personales. En el caso que estos
fondos se agoten, se puede utilizar Medicaid para con-
tinuar el pago de los cuidados. Si bien el costo fluctu-
ará según las tendencias del mercado inmobiliario, la
ubicación y el nivel de los servicios, o las prestaciones,
los cuidados a largo plazo son costosos. A la hora de
determinar los recursos disponibles, se debe evaluar la
situación financiera en forma íntegra y con cuidado.
Las organizaciones que se incluyen al final de este
cuadernillo le explicarán mejor en qué consiste cada
tipo de cuidado, cómo evaluar el tipo de cuidado que
necesita la persona y de qué manera localizar y evaluar
los centros de cuidado.
Cuidados temporarios y a corto plazo
Las agencias de servicios médicos a domicilio
(Home Health Agencies) brindan servicios de asis-
tencia en el hogar y, de ser necesario, acceso a cuida-
dos externos. Los servicios pueden incluir cuidados
profesionales, tales como rehabilitación y aplicación
de inyecciones, atención de custodia (limpieza, pre-
paración de comidas, etc.), acompañantes y trans-
porte. Medicare no cubre este tipo de cuidados,
que pueden costar entre US$ 15 y US$ 50 por hora,
según el tipo de servicio. A la hora de decidirse por
una agencia, asegúrese de que ésta posea las licen-
cias correspondientes, que cuente con personal cali-
ficado, que brinde el nivel de atención necesario y
que sus costos sean asequibles.
Los centros de cuidados diurnos para adultos (Adult
Day Centers) ofrecen programas estructurados en los
que el paciente ingresa a la mañana y se retira por la
tarde o la noche. Los pacientes pasan el día partici-
pando en actividades supervisadas, tales como juegos,
manualidades y ejercicios de intensidad leve. Ciertos
programas también ofrecen comidas, transporte y
hasta servicios profesionales, tales como fisiotera-
pia. Los centros de cuidados diurnos para adultos, a
menudo, representan una alternativa placentera tanto
para el paciente como para el cuidador, quien puede
utilizar ese tiempo para descansar de sus responsabili-
dades. El costo promedio es de US$ 40 a US$ 50 por
día, aunque puede variar de US$ 25 a US$ 70 según
los servicios. Estos programas deben abonarse en for-
ma privada, aunque algunos pueden estar subsidiados.
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
23
Cuidados a largo plazo
Los complejos residenciales independientes o las
comunidades para jubilados (Independent Living
or Retirement Communities) están diseñados para
personas mayores que, en general, gozan de buena
salud y son capaces de cuidar de sí mismos, de modo
que estas opciones no suelen ser una solución a largo
plazo para los que padecen Alzheimer. Ofrecen aloja-
miento y diversas actividades recreativas, educativas y
sociales especialmente diseñadas para personas de la
tercera edad. También es posible que incluyan labores
domésticas, comidas, transporte y actividades progra-
madas. Ciertas comunidades y complejos ofrecen una
amplia gama de prestaciones, tales como golf, tenis,
piscina y gimnasio. El costo promedio de estos com-
plejos oscila entre US$ 1300 y US$ 2500 por mes,
según el tamaño de la vivienda, la ubicación, los ser-
vicios y las prestaciones. La mayoría de los complejos
aceptan únicamente medios de pago privados, pero
puede que se otorguen ciertos subsidios para personas
de bajos ingresos.
Las instituciones de vida asistida (Assisted Living
Facilities) ofrecen habitaciones o departamentos priva-
dos con servicios de cuidado en el hogar y actividades
sociales para personas de la tercera edad. Muchas po-
seen secciones especiales para enfermos de Alzheimer
y son sumamente apropiadas para personas en las eta-
pas iniciales o intermedias de la enfermedad, quienes
necesitan cierta ayuda periódica que no incluye cuida-
dos intensivos. Pueden ofrecer un entorno hogareño,
cobertura de personal las 24 horas, asistencia en co-
midas y labores domésticas, actividades terapéuticas y
servicios médicos en el hogar, de ser necesarios. Según
el tamaño y la ubicación de la vivienda, y el nivel de la
atención, el costo de las instituciones de vida asistida
puede oscilar entre US$ 1000 y US$ 6000 por mes,
con un promedio nacional de entre US$ 2500 y US$
3000 por mes.
Los centros de atención permanente (Continuing
Care Retirement Communities) o de cuidados de por
vida (Life Care Communities) requieren un compro-
miso para toda la vida. Al principio, funcionan como
complejos residenciales independientes, pero les ofre-
cen atención permanente a los residentes a medida que
éstos envejecen, y sus necesidades cambian. La persona
que ingresa debe ser capaz de vivir en forma indepen-
diente, para luego ser trasladada de un departamento
a una pensión de ancianos afiliada. Algunos de estos
centros ofrecen programas especiales para las personas
que padecen Alzheimer. Por lo general, se cobra una
tarifa inicial de entre US$ 20.000 y US$ 400.000, y
una cuota mensual de mantenimiento que va de US$
400 a US$ 2500.
Las residencias de ancianos (Nursing Homes) o los
centros de atención especializada (Skilled Nursing Fa-
cilities) ofrecen cuidados a largo plazo, las 24 horas,
para personas que atraviesan los últimos estadios de la
enfermedad de Alzheimer. Muchos centros poseen sec-
ciones especiales para enfermos de Alzheimer. Propor-
cionan habitaciones, comidas, actividades supervisadas
y terapias necesarias para residentes. Las residencias de
ancianos deben contar con la autorización del estado
y una certificación de Medicare y Medicaid, por lo
que deben cumplir con normas, inspecciones y evalu-
aciones estrictas. Medicare no cubre los cuidados a
largo plazo. Medicaid está disponible para personas de
bajos ingresos o cuyos recursos se hayan agotado. El
costo promedio de una residencia de ancianos varía de
US$ 3000 a US$ 6000 por mes.
Cuidados terminales y paliativos
Las personas con enfermedades terminales, cuya
expectativa de vida es de seis meses o menos, pueden
recibir cuidados paliativos en el hogar o en un centro
especializado. En los centros de cuidados terminales y
paliativos, más que curar la enfermedad y prolongar
la vida, lo que se intenta es que los residentes vivan lo
mejor posible. El objetivo de estos centros es preservar
la dignidad de la persona y brindar la más alta calidad
de vida durante el tiempo que sea posible. Medicare
cubre el costo de los cuidados terminales y paliativos,
un servicio disponible para las personas que padecen
Alzheimer. No obstante, en estos casos, el beneficio
está infrautilizado, ya que es difícil determinar el ti-
empo de vida que le queda a la persona.
Cómo elegir una residencia de ancianos
Es posible que muchos cuidadores sean incapaces
de cuidar a sus seres queridos en el hogar cuando
éstos atraviesen la última etapa de la enfermedad de
Alzheimer. Por más difícil que resulte la decisión de
trasladar a la persona a una residencia de ancianos,
puede que sea la mejor opción. Las decisiones más sa-
bias se toman cuando la transición se ha planificado
con bastante antelación. Una espera demasiado prolon-
gada podría precipitar un suceso traumático que requi-
riese acción inmediata. Los familiares deberían con-
siderar las necesidades y los deseos tanto del enfermo
24
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
de Alzheimer como del cuidador a la hora de elegir un
establecimiento.
Los siguientes consejos podrían resultar de ayuda al
momento de elegir una residencia:
Recabe información sobre las opciones disponibles
•	
al poco tiempo del diagnóstico, de modo que pueda
tomar una decisión adecuada cuando se presente la
necesidad.
Busque residencias en su localidad y solicite una cita
•	
para evaluar las instalaciones, las actividades, los
programas y los servicios que ofrecen. También real-
ice visitas sin previo aviso.
Observe de cerca la forma en que el personal inter-
•	
actúa con los residentes; averigüe si los empleados
están capacitados para tratar específicamente con
enfermos de Alzheimer.
Observe el comportamiento de los residentes y hable
•	
con sus familias.
Asegúrese de que la residencia esté limpia y bien ilu-
•	
minada, que no haya olores desagradables y que el
nivel de ruido sea aceptable.
Si la persona es propensa a deambular, controle la
•	
seguridad.
Asegúrese de que la residencia posea las licencias y
•	
las certificaciones correspondientes. Lea las encues-
tas publicadas.
Estudie las opciones de pago y los acuerdos o los
•	
contratos con atención.
Para más información sobre cómo encontrar y selec-
cionar una residencia de ancianos apropiada, visite los
sitios web que se incluyen en la Lista de Recursos.
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
25
Por más que cambie la manera,
todavía hay tiempo de disfrutar la vida.
26
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Muchas personas con diagnóstico de Alzheimer afirman que, cuanto más saben de la
enfermedad, mejor se sienten. Al aprender, saber qué esperar y compartir ideas e información con
los seres queridos, otros enfermos, profesionales y miembros de grupos de apoyo, los enfermos pueden
sentir un mayor control, menos ansiedad y más capacidad para aprovechar los tratamientos existentes y
las fuentes de asistencia disponibles. Las
organizaciones y las publicaciones que se
incluyen al final de este cuadernillo son
recursos muy valiosos.
Para Concluir…
Después de adaptarse al nuevo diagnóstico
y prepararse para el futuro, se debería hacer
hincapié en cómo convivir y lidiar con la
enfermedad. Por más que cambie la manera
de vivir, todavía hay tiempo de disfrutar la
vida. Los enfermos de Alzheimer y sus seres
queridos pueden encontrar consuelo y apoyo
en una red de información cada vez mayor,
en nuevos tratamientos, en recomendaciones
de estilo de vida y en recursos.
Aunque aún no se ha encontrado una cura
para la enfermedad de Alzheimer, existe una
enorme cantidad de investigaciones que se están reali-
zando bajo la dirección de científicos especialmente
dedicados en todo el mundo. A lo largo de los últimos
años, se ha logrado un gran avance. Nuestra compren-
sión de esta compleja enfermedad es muchísimo mayor
ahora y, a medida que unamos las piezas del rompe-
cabezas, estaremos cada vez más cerca de resolver el
misterio y de encontrar una cura.
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
27
Recursos
Información general,
recursos y referencias
Alzheimer’s Disease Research a
program of the American Health
Assistance Foundation (Investigación
de la enfermedad del Alzheimer, un
programa de la Fundación Americana
de Asistencia para la Salud)
Fuente de información, novedades, elecciones salud-
ables, tratamientos, cuidados y estudios recientes
sobre la enfermedad de Alzheimer.
www.ahaf.org
301-948-3244 ó 1-800-437-2423
Las siguientes organizaciones no están afiliadas a la
AHAF. AHAF no se responsabiliza del contenido
de estos sitios web y no apoya o recomienda ningún
programa en particular de estas organizaciones.
Alliance for Aging Research
(Alianza para la Investigación
del envejecimiento)
Brinda información acerca de los descubrimientos
médicos relacionados con la edad y temas de salud.
www.agingresearch.org
202-293-2856
American Association of
Retired Persons (AARP) –
(Asociación Americana de
personas jubiladas)
Organización de afiliados para personas mayores de
50 años. Sitio web informativo.
www.aarp.org
1-888-687-2277 (1-888 OUR AARP)
American Federation for Aging
Research (Federación Americana para
la investigación del envejecimiento)
Brinda información sobre estilos de vida saludables,
afecciones vinculadas a la edad, enfermedades y la
biología del envejecimiento.
www.infoaging.org
212-703-9977 ó 1-888-582-2327
National Council on Aging
(Consejo Nacional sobre el Envejeciemiento)
Ofrece información sobre cómo envejecer de forma
saludable y mantener la independencia, así como
programas de beneficios privados y públicos. Incluye
actualizaciones de noticias de interés para personas
de la tercera edad.
www.ncoa.org
202-479-1200
National Institute on Aging,
National Institutes of Health
(Instituto Nacional sobre el Envejeciemiento,
Institutos Nacionales de Salud)
Coordina y apoya estudios conductuales, sociales y
biomédicos, así como programas de educación públi-
ca a fin de promover un proceso de envejecimiento
saludable. Este sitio web contiene una base de datos
con información sobre más de 250 organizaciones
nacionales dedicadas a ayudar a personas mayores.
www.nia.nih.gov
www.nihseniorhealth.gov
(información general)
www.nia.nih.gov/HealthInformation/
ResourceDirectory.htm (base de datos)
301- 496 -1752 ;
TTY 1-800-222-4225
National Long Term Care Ombudsmen
Resource Center (Centro Nacional de Cuidados
a largo plazo y recursos de defensoría)
En la sección “Ombudsmen Locator” (localizador
de defensores del pueblo), encontrará información de
contacto organizada por estado para localizar defen-
sores del pueblo, agencias sobre asuntos de la tercera
28
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
edad, concesión de licencias a residencias de ancia-
nos, Medicaid y otros recursos estatales.
www.ltcombudsmen.org
202-332-2275
Senior Citizens Bureau (Oficina
para personas de la tercera edad)
Brinda información sobre programas gubernamen-
tales, ayuda psicológica, viviendas, etc. para perso-
nas de la tercera edad. Incluye un directorio dividido
por estados con información sobre diversos servicios.
www.seniorcitizensbureau.com
1-888-801-2497 (Línea de información para
ancianos directa las 24 horas)
Recursos locales y estatales
Profesionales de la salud
Los profesionales de la salud (médicos, enfermeras,
etc.) representan la primera fuente de información
para aquéllos que atraviesan problemas de salud.
Agencias locales y estatales sobre
asuntos de la tercera edad
Cada estado y territorio de los Estados Unidos de
América cuenta con una agencia sobre asuntos de
la tercera edad ubicada en su ciudad capital, como
así también agencias locales. Consulte el directorio
telefónico o en línea para localizar las agencias en
cada estado o área. Proporcionan información so-
bre servicios de nutrición y apoyo, programas sobre
derechos de ancianos, cuidados a largo plazo, pro-
gramas de defensores del pueblo, servicios legales,
programas de extensión comunitaria y prevención de
abusos a personas mayores.
Departamentos estatales de
servicios sociales y de salud
Cada estado en EUA cuenta con estos departamen-
tos, como así también con oficinas locales. Pueden
brindar información sobre servicios de apoyo y cui-
dados temporarios, instalaciones, asistencia finan-
ciera, reglamentaciones y licencias. Consulte el direc-
torio telefónico o en línea para localizar las agencias
en cada estado y localidad.
Servicios de cuidado y
apoyo a cuidadores
Caregiver Resource Center (a division of
Employee Assistance Professionals, Inc.) –
Centro de Recursos para el Cuidador (una división
de Asistencia de empleados profesionales, Inc.)
Brinda información sobre cuidados, planificación
de servicios de cuidado a largo plazo y asistencia a
empleados.
www.caregiverresourcecenter.com
203-861-9833
CarePathways (Caminos al cuidado)
Creado y coordinado por enfermeras tituladas para
brindar acceso a productos, servicios e información
sobre el cuidado de la salud.
www.carepathways.com
1-877-521-9987
Children of Aging Parents
(Los hijos de padres ancianos)
Proporciona información y materiales destinados a
hijos adultos para el cuidado de padres mayores.
www.caps4caregivers.org
1-800-227-7294
Eldercare Online (Cuidados
de ancianos en línea)
Grupo de apoyo en línea para cuidadores con infor-
mación y un directorio de grupos de apoyo.
www.ec-online.net
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
29
Recursos
Family Caregiver Alliance, National Center
on Caregiving (Alianza nacional del cuidador
doméstico, centro nacional sobre el cuidado)
Información, educación, servicios, investigación y
aboga por aquellas personas que cuidan pacientes
con afecciones crónicas y con efectos de incapacidad.
www.caregiver.org
1-800-445-8106
Meals on Wheels (Comidas sobre ruedas)
Brinda información sobre servicios locales de en-
trega de comida a domicilio para personas de la
tercera edad.
www.mealcall.org
National Adult Day Services
Association (Asociación de servicios
del día nacional del adulto)
La base de datos del sitio web permite localizar ser-
vicios de cuidado diurno para adultos.
www.nadsa.org
1-877-745-1440
National Association of Professional
Geriatric Care Managers (Asociación
nacional de administradores de
atención geriátrica profesional)
Especialistas en servicios humanos y de salud que
ayudan a las familias a cuidar a sus parientes may-
ores, al mismo tiempo que fomentan la mayor inde-
pendencia posible. La base de datos en línea permite
localizar un administrador de atención geriátrica.
www.caremanager.org
520-881-8008
National Caregivers Library
(Biblioteca nacional de los cuidadores)
Una amplia biblioteca en línea para cuidadores que
contiene artículos, formularios, listas de control y
vínculos a recursos externos específicos por tema.
www.caregiverslibrary.org
National Center for Assisted Living
(NCAL) – (Centro Nacional para la vida asistida)
Representa a proveedores de cuidados a largo plazo.
Contiene información para personas en instituciones
de vida asistida.
www.ncal.org
202-842-4444
Seguridad y asistencia
médica en el hogar
Alzheimer’s Disease Education and
Referral Center (ADEAR), National
Institute of Aging, National Institutes
of Health – (Centro de Educación y remission
de la enfermedad de Alzheimer (ADEAR),
Instituto Nacional del envejecimiento,
Institutos nacionales de salud)-
Una sección del sitio web de ADEAR ofrece infor-
mación sobre temas relacionados con la enfermedad
de Alzheimer e incluye una lista de control sobre
seguridad habitación por habitación (también di-
sponible en formato impreso).
www.nia.nih.gov/Alzheimers/Publications/
homesafety.htm#room
1-800-438-4380
30
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
AllegroMedical.com
Brinda diversos productos de atención médica en el
hogar, incluidos elementos de seguridad.
www.allegromedical.com
1-800-861-3211
The Alzheimer’s Store
(La tienda del Alzheimer)
Ofrece productos de seguridad para encargarse de
la deambulación y de otros problemas de seguridad
relacionados con la enfermedad de Alzheimer.
www.alzstore.com
1-800-752-3238
MedicAlert Foundation International
(Fundación internacional de alerta médica)
Ofrece emblemas y cadenas grabadas con el número de
afiliado de la persona, afecciones médicas principales y
el número de la línea gratuita del centro de respuesta a
emergencias disponible las 24 horas. MedicAlert per-
mite identificar a la persona, que se transmitan hechos
médicos clave y se notifique a los contactos familiares.
www.medicalert.org
1-888-633-4298
209-668-3333 (para llamadas desde el exterior
de EUA)
Fisher Products
Ofrece productos de atención médica en el hogar.
www.fshershops.com
1-866-804-4042
Sears Home Health Care Specialogue
(Catálogo especial de Sears para la
atención médica en el hogar)
Ofrece una gran variedad de productos para el cui-
dado de la salud de las personas de la tercera edad en
el hogar.
www.searshealthandwellness.com
1-800-326-1750
Servicios y programas
federales del Gobierno
Administration on Aging, U.S.
Department of Health and Human
Services (Adminstración sobre el
envejecimiento, departamento de
salud y recursos humanos de EUA)
Un punto de partida para obtener información sobre
el proceso de envejecimiento dirigido a las personas
mayores y a sus familias.
www.aoa.gov
202-619-0724
Alzheimer’s Disease Education and
Referral Center (ADEAR), National
Institutes of Health – (Centro de Educación
y remission de la enfermedad de Alzheimer
(ADEAR), Institutos nacionales de salud)-
Brinda recursos e información actual sobre la
enfermedad de Alzheimer.
www.nia.nih.gov/alzheimers
1-800-438-4380
Centers for Medicare and Medicaid
Services, U.S. Department of Health
and Human Services (Centros de servicios
de cuidado y auxilio medico, departamento
de salud y recursos humanos de EUA)
Ofrece información actualizada y recursos de Medi-
care y Medicaid.
www.cms.hhs.gov
1-800-633-4227
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
31
Recursos
DisabilityInfo.gov
Proporciona información sobre las distintas dis-
capacidades y programas del Gobierno disponibles
en relación con los beneficios, los derechos civiles,
la vida comunitaria, la educación, el empleo, la vivi-
enda, la salud, la tecnología y el transporte.
www.disabilityinfo.gov
1-800-FED-INFO (1-800-333-4636)
Eldercare Locator
Brinda información sobre recursos para personas
mayores en cualquier comunidad de EUA; referencias
de agencias locales y estatales sobre asuntos de la
tercera edad, y organizaciones comunitarias que sat-
isfacen muchas necesidades de los mayores; e infor-
mación de especialistas de habla hispana e inglesa.
www.eldercare.gov
1-800-677-1116
GovBenefits.gov
Asociación de agencias federales que brindan acceso
a programas de asistencia del Gobierno.
www.govbenefts.gov
1-800-FED-INFO (1-800-333-4636)
Medline Plus
Servicio de la U.S. National Library of Medicine y de
National Institutes of Health que brinda información
sobre diversos temas relacionados con la salud.
www.medlineplus.gov
Medicaid (Auxilio médico)
Programa financiado por el Gobierno federal y es-
tatal para asistir a las personas sin recursos y, de esa
manera, costear la asistencia médica. Consulte el
directorio telefónico o en línea para obtener infor-
mación sobre este programa en cada estado.
Medicare (Cuidado médico)
Programa federal que cubre los gastos de ciertos ser-
vicios médicos. Llame las 24 horas del día, los 7 días
de la semana, al servicio de atención al cliente, aten-
dido por operadores de habla hispana e inglesa.
www.medicare.gov
1-800-633-4227; (1-800-MEDICARE)
Recursos
National Clearinghouse for Long-
Term Care Info, U.S. Department
of Health and Human Services
(Centro nacional de información del
cuidado a largo plazo, departamento de
salud y recursos humanos de EUA)
Brinda información sobre cuidados a largo plazo,
planificación y estrategias de pago.
www.longtermcare.gov
National Institute of Neurological
Disorders and Stroke, National
Institutes of Health (Instituto nacional de
trastornos neurológicos y cerebrovasculares,
Institutos nacionales de salud)
Brinda información general sobre la enfermedad de
Alzheimer y sitios web, y ofrece una serie de publica-
ciones sobre esta enfermedad en su página.
www.ninds.nih.gov
Administración del Seguro Social
El Seguro Social es un programa que brinda benefi-
cios de jubilación y por incapacidad.
www.ssa.gov
1-800-772-1213
32
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
Asistencia financiera
Benefits Checkup, National Council
on Aging (Evaluación de beneficios,
consejo nacional sobre el envejecimiento)
Proporciona información sobre programas federales
y estatales que ofrecen asistencia económica para
costear medicamentos recetados, facturas de servi-
cios públicos, servicios médicos y otras necesidades
de los estadounidenses de la tercera edad.
www.beneftscheckup.org
Programa Hill Burton
Este programa se interrumpió en 1997. No obstante,
300 hospitales y centros de asistencia médica siguen
comprometidos a proporcionar cuidados sin costo
o de costo reducido. Existe un directorio en línea
disponible.
www.hrsa.gov/hillburton
1-800-638-0742 (1-800-492-0359 en Maryland)
Partnership for Prescription Assistance
(Asociación para la asistencia de prescripciones)
Ayuda a los pacientes que reúnen los requisitos y que
carecen de cobertura para obtener medicamentos re-
cetados a recibirlos por medio de programas públicos
o privados adecuados.
www.pparx.org
1-888-477-2669 (1-888-4PPA-NOW)
RxAssist (Asistencia de recetas médicas)
Brinda información sobre programas de asistencia a
pacientes, patrocinados por compañías farmacéuticas
que proveen medicamentos gratuitos a quienes no
pueden pagarlos.
www.rxassist.org
401-729-3284
United Project Community for
Better Health (Proyecto comunitario
unido para mejorar la salud)
Una comunidad en línea para quienes desean acceder
a mejores opciones de asistencia médica.
www.unitedproject.org
Asistencia legal
American Bar Association (Asociación
americanca de abogados)
Brinda información para encontrar asesoramiento
legal y localizar abogados por estado. Parte de este
sitio web se centra, específicamente, en cuestiones
legales de la tercera edad.
www.abanet.org
www.abanet.org/aging/home.html
1-800-285-2221
ElderLawAnswers.com (Respuestas
de leyes sobre la tercera edad)
Encuentre un abogado, recursos e información sobre
asuntos legales y financieros relacionados con la ter-
cera edad.
www.elderlawanswers.com
1-866-267-0947
National Academy of Elder Law
Attorneys (Colegio nacional de abogados
sobre leyes de la tercera edad)
La base de datos permite localizar a un abogado es-
pecialista en derecho de la tercera edad, en el sector
público o privado, que trate asuntos legales relacio-
nados con las personas mayores y discapacitadas.
www.naela.com
520-881-4005
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
33
Recursos
Recursos
Opciones de vida y
cuidados a largo plazo
American Association for Homes and
Services for the Aging (Asociación Americana
de servicios y hogares de la tercera edad)
Brinda información y un directorio de servicios y
centros de cuidado para ancianos.
www.aahsa.org
Commission on Accreditation of
Rehabilitation Facilities (Comisión de
acreditación de servicios de rehabilitación)
Ofrece asesoramiento para localizar un centro de
rehabilitación autorizado.
www.carf.org
1-888-281-6531
Helpguide.org (Organización
de guía de ayuda)
La sección “Senior Housing and Care” (“Cuidado y
Vivienda para Personas de la Tercera Edad”) del sitio
web brinda información sobre opciones de vivienda
y cuidado a largo plazo.
www.helpguide.org
My Guide for Seniors™ (Mi
guía para la tercera edad™ )
Incluye una guía de viviendas para personas de la
tercera edad y opciones para enfermos de Alzheimer.
www.myguideforseniors.com
1-800-851-4511
MyZiva.net®
La guía completa de
residencias de ancianos
Brinda información sobre cómo localizar y selec-
cionar residencias de ancianos, y realizar los pagos
correspondientes.
www.myziva.net
seniorDECISION.com
Ofrece una lista de opciones de viviendas para perso-
nas de la tercera edad y asistencia médica a domicilio
disponibles en cada estado y área, e incluye evalu-
aciones y calificaciones de usuarios.
www.seniordecision.com
SNAPforSeniors™
Se puede utilizar la base de datos en línea para
localizar viviendas para personas de la tercera
edad y consultar su disponibilidad.
www.snapforseniors.com
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Estudios y ensayos clínicos
Base de datos de ensayos clínicos para
tratar la enfermedad de Alzheimer.
Base de datos de los ensayos clínicos para tratar la en-
fermedad de Alzheimer y la demencia, que se desarrol-
lan en centros de todo el territorio estadounidense.
www.alzheimers.org/clinicaltrials/search.asp
34
Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
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  • 2.
  • 3. Índice Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 Enfermedad de Alzheimer: descripción, factores de riesgo y mitigación de riesgos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Descripción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Factores de riesgo conocidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Factores de riesgo potenciales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Mitigación de riesgos con un estilo de vida saludable . . . . . . . . . . . 5 Enfermedad de Alzheimer: diagnóstico, etapas, tratamiento e investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Etapas de la enfermedad de Alzheimer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Tratamientos médicos actuales para los síntomas de la enfermedad de Alzheimer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Investigación sobre los tratamientos potenciales para la enfermedad de Alzheimer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 Impacto emocional del diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Efecto en los que padecen la enfermedad de Alzheimer . . . . . . . . . 11 Efecto en los miembros de la familia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer i
  • 4. Planificación para el futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Empleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Recopilación de información importante . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 División de responsabilidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Seguridad en el hogar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Seguridad al conducir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Cuestiones financieras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 Cuestiones legales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Directivas médicas anticipadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Documentos financieros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 Servicios de cuidado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Para las personas que viven solas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Mantenerse activo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Función del cuidador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 Estrés del cuidador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Grupos de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Opciones de servicios de cuidado para el futuro . . . . . . . . . . . . . 22 Cuidados temporarios y a corto plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 Cuidados a largo plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Cuidados terminales y paliativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Cómo elegir una residencia de ancianos . . . . . . . . . . . . . . . . 24 Para concluir… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 Lectura adicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 ii Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 5. En el pasado, había muchas ideas erróneas sobre la enfermedad o el mal de Alzheimer. Se pensaba que los síntomas eran una parte normal e inevitable de la vejez. Si bien los olvidos y los problemas de memoria leves, a menudo, se asocian con los ancianos, no se los debería confundir con el deterioro progresivo del Alzheimer, que comprende una variedad de síntomas que van más allá de meros lapsus de memoria. Ahora sabemos que el Alzheimer es una enfermedad específica relacionada principalmente, con la edad. En 1906, el médico alemán Alois Alzheimer fue el primero que identificó, mediante la autopsia de uno de sus pacientes, una colección de placas que rodeaban las células nerviosas del cerebro, así como ovillos de fibras dentro de éstas. Esta enfermedad, con el tiempo, llevaría su nombre. Desde su descubrimiento hace más de 100 años, ha habido un gran avance en la investigación Cada año, el número de personas que padecen la enfermedad de Alzheimer incrementa. En la actualidad, se calcula que alrededor de 5 millones de estadounidenses y 26 millones de personas en todo el mundo conviven con este trastorno cerebral degenerativo. Es probable que ya una de cada dos personas mayores 85 años en EE.UU. sufra Alzheimer, y este grupo etario es uno de los segmentos de la población que más rápido está creciendo. Para el año 2050, es posible que se vean afectados hasta 15 millones de estadounidenses. Introducción Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 1
  • 6. científica del mal de Alzheimer. En la década de 1960, los científicos descubrieron un vínculo entre el deterioro cognitivo y la cantidad de placas y ovillos en el cerebro. La comunidad médica luego reconoció formalmente el Alzheimer como una enfermedad y no como una parte normal del envejecimiento. En la década de 1970, los científicos lograron grandes adelantos en la compren- sión del cuerpo humano como un todo, y el Alzheimer surgió como una importante área de interés para la investigación. Esta atención acrecentada llevó a que, en los años 90, se hicieran importantes descubrimientos y se comprendiera mejor el comportamiento de las células nerviosas complejas en el cerebro de las personas con Alzheimer. Se realizaron más investigaciones sobre los genes susceptibles al Alzheimer, y se aprobaron varios medicamentos para el tratamiento de los síntomas cog- nitivos de la enfermedad. En la última década, los científicos han avanzado mucho en la comprensión de diversos factores de riesgo potenciales (ambientales, genéticos, etc.) para la enfer- medad de Alzheimer, así como de los procesos que con- ducen a la formación de placas y de ovillos en el cerebro. Se han identificado genes específicos que se relacionan con los tipos de Alzheimer de inicio temprano y tardío, y la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (Food and Drug Administration, FDA) ha aproba- do opciones de tratamiento más eficaces. Sin embargo, el mal de Alzheimer aún no tiene cura. Los medicamen- tos que se utilizan en la actualidad tratan únicamente los síntomas, no la causa del trastorno, y sólo retardan el avance del deterioro cognitivo en forma temporaria. A medida que nuestro entendimiento y conocimiento del mal de Alzheimer entra en el segundo siglo desde su descubrimiento, los científicos se concentran en el hal- lazgo de las causas fundamentales de la enfermedad. En los próximos años, deberían aparecer medicamentos más efectivos con menos efectos secundarios. Puede que estos medicamentos no prevengan o reviertan la enfer- medad, pero podrían tener un efecto importante en el retraso de su avance. Además, con una mayor inversión en la investigación, el camino a un hallazgo radical que permita encontrar una cura podría ser más corto de lo que pensamos. La Lista de Recursos, al final de este cuadernillo, contiene información sobre organizaciones que pueden ser de ayuda para diversos aspectos de la enfermedad de Alzheimer, incluidos distintos servicios de cuidado, centros de cuidados a largo plazo, cuestiones legales y financieras y ensayos clínicos. 2 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 7. Descripción La enfermedad de Alzheimer destruye las funciones del cerebro de forma irreversible y termina atrofiándolo por completo. Durante una autopsia, cuando los científicos examinan en un microscopio el cerebro de las personas que padecen Alzheimer, ven dos tipos de anormalidades: placas neuríticas fuera de las neuronas o células nerviosas del cerebro y nudos u ovillos neurofibrilares dentro de las neuronas. Las placas neuríticas son estructuras esféricas compuestas de una proteína denominada beta amiloide y material celular. Los ovillos neurofibrilares son fibras retorcidas de otra proteína llamada Tau. Las placas y los ovillos, los sellos distintivos del mal de Alzheimer, parecen interferir en la comunicación entre las neuronas y, así, perturban la actividad mental. Esta pérdida de conexión parece dañar el funcionamiento de las neuronas y, con el tiempo, provocan la muerte de las mismas. Los científicos no están totalmente seguros si estas placas y ovillos son una causa o un efecto del Alzheimer. No obstante, una gran parte de las investigaciones se ha centrado en detener la acumulación de estas proteínas o evitar que se vuelvan tóxicas. Las imágenes cerebrales de las personas con Al- zheimer muestran una degeneración en las regiones vi- tales para la formación de la memoria, lo cual explica por qué los enfermos de Alzheimer tienen dificultades para incorporar nueva información y retener recuerdos a corto plazo. A medida que la enfermedad avanza, estas imágenes también revelan una degeneración del lóbulo frontal, que actúa como el “poder ejecutivo” del cerebro. La enfermedad de Alzheimer afecta la cog- nición de la persona (el proceso del conocimiento), in- cluidas la conciencia, la percepción, el razonamiento y el juicio, así como la personalidad, el comportamiento y la comunicación. Al deteriorarse el lóbulo frontal, la persona presenta distintos síntomas, tales como prob- lemas de organización y planificación, distracción, ir- ritabilidad y apatía. Factores de riesgo conocidos Los científicos han identificado diversos factores que parecen influir en el desarrollo del Alzheimer, pero aún no han llegado a ninguna conclusión definitiva en cuanto a las causas exactas de esta compleja enferme- dad. Es probable que, más que una causa individual, sean varios los factores que contribuyan a este mal. Edad: El mayor riesgo individual de desarrollar la enfermedad de Alzheimer es la edad. Se calcula que Enfermedad de Alzheimer: Descripción, Factores de Riesgo y Mitigación de Riesgos Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 3
  • 8. alrededor del cinco por ciento de los estadounidenses de entre 65 y 74 años padecen la enfermedad de Al- zheimer; para aquéllos mayores de 85 años, las cifras van del 35% a casi la mitad. Genética: La mayoría de los casos de Alzheimer son de inicio tardío; es decir, se suelen desarrol- lar después de los 65 años. El mal de Alzheimer de inicio tardío no presenta un patrón hereditario evi- dente, y sus causas son desconocidas. No obstante, algunas familias presentan grupos de casos. Un gen denominado apolipoproteína E (ApoE) parece ser un factor de riesgo para el mal de Alzheimer de inicio tardío. Este gen adopta tres formas: ApoE2, ApoE3 y ApoE4. A grandes rasgos, uno de cada cuatro estadounidenses tiene ApoE4, y uno de cada veinte tiene ApoE2. Mientras la herencia del ApoE4 incrementa el riesgo de desarrol- lar Alzheimer, el ApoE2 es, en gran medida, una protección contra la enfermedad. Cier- tas investigaciones actuales se centran en la asociación entre estas dos formas de ApoE y el Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer hereditaria o Alzheimer de inicio temprano es una forma hereditaria y poco común de la enfermedad, y afecta a menos del 10% de las personas que padecen Alzheimer. La enfer- madad de Alzheimer hereditaria se desarrolla antes de los 65 años y puede manifestarse en personas de apenas 35 años. Se produce de- bido a las mutaciones de uno de tres genes en los cromosomas 1, 14 y 21. Factores de riesgo potenciales Enfermedad cardiovascular: Los factores de riesgo asociados a afecciones cardíacas y a accidentes cerebro vasculares tales como la hipertensión y el colesterol elevado, también pueden incrementar el riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer. La hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos en el cerebro y afectar las regiones que son importantes para la toma de decisiones, la memoria y las destrezas verbales. Esto podría contribuir al avance del Alzheimer. El colesterol elevado puede inhibir la capacidad de la sangre para eliminar las proteínas del cerebro. Diabetes tipo 2: Cada vez existe más evi- dencia de la existencia de un vínculo entre la enfermedad de Alzheimer y la diabetes tipo 2. En la diabetes tipo 2, la insulina no logra convertir la glu- cosa en energía de un modo eficaz. Esta ineficiencia da como resultado la producción de niveles más el- evados de insulina y de glucosa, lo que puede dañar el cerebro y contribuir al avance del Alzheimer. Daño oxidativo: Los radicales libres son moléculas inestables que, a veces, se producen como resultado de las reacciones químicas dentro de las células. Es- tas moléculas buscan estabilidad atacando a otras moléculas, lo que puede dañar células y tejido, y con- tribuir al daño neuronal que ocasiona la enfermedad de Alzheimer. 4 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 9. Inflamación: La inflamación es una función natural, aunque en ocasiones, perjudicial, que utiliza el or- ganismo para sanarse y en la que las células inmunes eliminan tejidos de células muertas y otros productos residuales. Las placas de proteína que se desarrollan con el mal de Alzheimer producen inflamación, pero se desconoce si este proceso es perjudicial y una de las causas del Alzheimer, o es parte de una respuesta inmunológica para tratar de contener la enfermedad. Otros factores de riesgo potenciales: Determi- nados estudios sugieren que otros factores de riesgo podrían ser los traumatismos encefalocraneanos anteriores, un bajo nivel de educación, el estrés y el hecho de que la persona sea de sexo femenino. La enfermedad de Alzheimer también podría estar rela- cionada con una reacción del sistema inmunológico o con un virus. Mitigación de riesgos con un estilo de vida saludable Si bien los factores de riesgo conocidos de la enferme- dad de Alzheimer, la edad y la genética no se pueden controlar, existen varios estudios que indican que un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de de- sarrollar Alzheimer. Es importante mantener el cuerpo y la mente en forma mediante la nutrición y el ejercicio, evitando fumar, controlando ciertas afecciones físicas y participando en actividades mentales y sociales. Dieta: Siga una dieta variada que incluya muchas frutas y verduras, legumbres (por ejemplo, frijoles arvejas y semillas), granos integrales y pescado, y con bajo contenido de grasas saturadas y azúcar. Los alimentos con ácidos grasos omega-3, tales como el atún y el salmón, ciertos aceites, los frutos secos (nueces) y las semillas (linaza, calabaza, ajonjolí) y las vitaminas antioxidantes A, C y E también pueden ser beneficiosos. Ejercicio: La actividad física reduce el riesgo de sufrir muchas enfermedades, ayuda a mantener un peso saludable y mejora la aptitud mental. Se re- comienda una combinación de ejercicios aeróbicos de intensidad moderada, entrenamiento de fuerza y actividades que incrementen la flexibilidad. Afecciones físicas: Las investigaciones han dem- ostrado que las enfermedades vasculares, los ac- cidentes cerebro vasculares, la hipertensión, el co- lesterol elevado y la diabetes pueden representar un mayor riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer o de que éste empeore. Controle estos problemas si ya es- tán presentes y, si aún no se han desarrollado, evíte- los con una buena dieta y ejercicio. La depresión y el estrés pueden ocasionar problemas físicos y también se los ha relacionado con el mal de Alzheimer, por lo que deberían tratarse de ser necesario. Relaciones sociales: Mantenga y aumente las rela- ciones sociales con familiares y amigos a través de actividades creativas e intelectuales, tales como las artesanías y los pasatiempos, jugar a las cartas, ir al teatro, ver espectáculos musicales, asistir a charlas y disertaciones, y realizar visitas a parques y museos. Actividad mental: Acumule “reservas” cerebrales continuando con sus aficiones predilectas y comen- zando actividades nuevas y desafiantes, tales como las siguientes: jugar juegos de mesa, de cartas y de video; resolver rompecabezas; leer, escribir y man- tener correspondencia; e incluso conversar y cantar. Realice un curso, aprenda a tocar un instrumento o adopte un pasatiempo. Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 5
  • 10. En la actualidad, no existe ningún tratamiento conocido que cure la enfermedad de Alzheimer. No obstante, existen medicamentos que pueden ayudar a controlar los síntomas. 6 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 11. Diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer Es posible que muchas de las personas a quienes se les acaba de diagnosticar la enfermedad de Alzheimer hayan sentido durante cierto tiempo que “algo no andaba bien”. Puede que se hayan vuelto más olvidadizos, que se desorienten con facilidad, que tengan lapsus de juicio inesperados o que experimenten emociones o cambios de estado de ánimo inusuales. Éstos pueden ser signos tempranos de demencia, pero, también, signos de depresión u otros problemas tratables. Además, ciertas demencias pueden ser producto de la deshidratación, las reacciones a los medicamentos, el hipotiroidismo, las infecciones u otros problemas físicos. Estas demencias son reversibles. Mediante un examen completo, un médico puede descartar otras afecciones que producen síntomas similares a los del Alzheimer. Si bien la única forma de elaborar un verdadero diagnóstico es a través de una autopsia cerebral, los médicos pueden realizar pruebas y exámenes para obtener un diagnóstico correcto de la enfermedad de Alzheimer en nueve de diez casos. El diagnóstico y el tratamiento en los primeros estadios de la enfermedad son importantes, porque los medicamentos parecen más eficaces en el retraso del deterioro cognitivo cuando se los toma en esta etapa. Una evaluación exhaustiva de la enfermedad de Al- zheimer debe incluir pruebas físicas, neurológicas y psicológicas: un examen físico, incluidos un análisis de sangre y de orina, así como de las funciones hepática y tiroidea; pruebas de memoria y del lenguaje, resolución de problemas, y pruebas de atención y de numeración; examen de depresión e imágenes cerebrales. Etapas de la enfermedad de Alzheimer A continuación, se incluyen algunos de los síntomas tempranos más comunes del mal de Alzheimer: con- fusión, problemas de la memoria a corto plazo, prob- lemas de atención y orientación espacial, cambios de personalidad, problemas con el lenguaje y cambios de estado de ánimo inexplicables. Los científicos aca- ban de identificar una afección entre la demencia y la pérdida normal de la memoria a causa de la edad. Se la denomina Deterioro Cognitivo Leve (DCL). Las personas que lo padecen tienen problemas constantes de memoria (por ejemplo, les cuesta recordar nom- bres y seguir el hilo de las conversaciones, y presentan una marcada tendencia a olvidarse de las cosas), pero pueden desempeñar actividades rutinarias sin más ayuda que la usual. Si bien es cierto que el DCL, a Enfermedad de Alzheimer: Diagnóstico, Etapas, Tratamiento e Investigación Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 7
  • 12. menudo, deriva en Alzheimer y que todas las personas que desarrollan una determinada forma de demencia atraviesan un período de deterioro cognitivo leve, no todos los pacientes con DCL desarrollan la enfermedad de Alzheimer. Para la enfermedad de Alzheimer, se han identi- ficado de tres a quince etapas y subetapas. Las tres etapas que se describen a continuación representan el avance general de la enfermedad. No obstante, como el mal de Alzheimer no afecta a todos de la misma manera, es probable que estos síntomas varíen en tér- minos de gravedad y cronología. Es de esperarse que los síntomas fluctúen, incluso en un mismo día, y que se superpongan. Ciertas personas experimentarán varios síntomas, y otras, sólo algunos de ellos, pero la progresión general de la enfermedad es bastante predecible. En promedio, los enfermos de Alzheimer tienen una expectativa de vida de entre ocho y diez años después del diagnóstico, pero esta enfermedad terminal puede prolongarse hasta 20 años. En todas las etapas, los síntomas suelen relacionarse con un deterioro progresivo de los procesos mentales y el funcionamiento de la memoria, problemas de comu- nicación, cambios de personalidad, conducta errática, dependencia y pérdida del control de las funciones corporales. Etapa 1 (leve): Esta etapa puede durar de dos a cuatro años. Al principio de la enfermedad, las per- sonas que padecen Alzheimer tienden a tener menos energía y espontaneidad, aunque esto, a menudo, pasa inadvertido. Presentan una leve pérdida de la memoria, depresión y cambios de estado de ánimo, y les cuesta adquirir conocimientos y reaccionar. Al cabo de un tiempo, comienzan a evitar a las personas y dejan de ir a lugares nuevos para quedarse con lo que les resulta conocido. También se confunden, se pierden con facilidad y evidencian una falta de crite- rio. Es posible que tengan dificultades para desem- peñar tareas de rutina, para comunicarse y para comprender materiales escritos. Esto puede generar manifestaciones de enojo y frustración. Si la persona tiene un empleo, la pérdida de la memoria puede comenzar a afectar su desempeño laboral. Etapa 2 (moderada): Esta etapa suele ser la más larga y puede durar de dos a diez años. En esta eta- pa, es evidente que la persona que padece Alzheimer está perdiendo sus capacidades. Los enfermos aún pueden desempeñar tareas sencillas de forma inde- pendiente, pero es posible que necesiten ayuda para realizar actividades más complicadas. Olvidan suce- sos recientes, no recuerdan parte de su vida personal y están cada vez más desorientados y desconectados de la realidad. Los recuerdos lejanos a menudo se confunden con el presente y afectan la capacidad de la persona para comprender la situación actual, la fecha y la hora. Puede que les cueste reconocer a per- sonas conocidas. Las instrucciones deben ser claras y repetirse con frecuencia. Surgen problemas del habla y tienen mayores dificultades para comprender, leer y escribir. Es posible que deambulen y que ya no estén a salvo solos. A medida que los enfermos de Alzheimer se dan cuenta de esta pérdida de control, pueden desarrollar depresión e irritabilidad, estar inquietos o apáticos, y aislarse. Es posible que ex- perimenten trastornos del sueño y que les cueste más comer, arreglarse y vestirse. Etapa 3 (grave): Esta etapa puede durar de uno a tres años. Durante este último estadio, los enfermos pueden perder la capacidad para alimentarse solos, hablar, reconocer a otras personas y controlar las funciones corporales. La memoria empeora y puede desaparecer casi por completo. Por lo general, requi- eren un cuidado constante. Al debilitarse su estado físico, pueden quedar expuestos a otras enferme- dades y a problemas respiratorios, especialmente, cuando no pueden desplazarse. Tratamientos médicos actuales para los síntomas de la enfermedad de Alzheimer En la actualidad, no existe ningún tratamiento conocido que cure la enfermedad de Alzheimer. No obstante, existen medicamentos que pueden ayudar a controlar los síntomas. Además, existen tratamientos médicos disponibles que ayudan a controlar la agi- tación, la depresión o el comportamiento psicótico (alucinaciones o delirios), afecciones que suelen suceder a medida que la enfermedad avanza. Antes de tomar medicamentos, productos de venta libre, suplementos o hierbas medicinales, consulte a un médico para que realice una evaluación exhaustiva que le permita tomar una decisión bien fundada. La FDA ha aprobado cinco drogas para el tratamien- to de la enfermedad de Alzheimer. Cuatro de ellas, denominadas inhibidores de la colinesterasa, están diseñadas para regular los síntomas del Alzheimer y retrasar su avance: Cognex® (tacrina), Aricept® (done- 8 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 13. pezilo), Exelon® (rivastigmina) y Razadyne® (galantam- ina). Estas drogas retardan la degradación metabólica de la acetilcolina, una sustancia química del cerebro que es muy importante para la comunicación entre las células nerviosas. Las personas que padecen Alzheimer presentan niveles bajos de acetilcolina, y estas drogas proporcionan una fuente adicional para dicha comu- nicación. Esto puede ayudar a retardar el avance del deterioro cognitivo y, durante cierto tiempo, resultar eficaz para determinados enfermos de Alzheimer. No obstante, a medida que el Alzheimer avanza, se pro- duce menos acetilcolina, y las drogas tienden a perder su eficacia. Los cuatro medicamentos que se mencionaron ante- riormente han sido aprobados para el tratamiento de los síntomas leves a moderados de la enfermedad de Alzheimer en sus primeros estadios y están diseñados para retardar la degeneración e, incluso, mejorar las funciones mentales, que incluyen el pensamiento, el juicio, el reconocimiento y la memoria. La eficacia y los resultados varían según la persona, y es posible que ciertas personas toleren mejor algunos medicamen- tos que otros. Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, mareos, dolores de cabeza, fatiga, insomnio, calambres y pérdida de peso. Cognex es eficaz, pero produce una mayor cantidad de efectos secundarios que otros medicamentos y, si bien aún está disponible, rara vez se lo receta. Aricept parece tener un efecto eficaz, aunque limitado, en el retraso del avance del DCL para transformarse en Al- zheimer. Las personas que padecen DCL tienen proble- mas de memoria, pero aún son capaces de realizar las actividades cotidianas en forma independiente. Aun así, el DCL, a menudo, deriva en la enfermedad de Alzheimer. En 2006, la FDA también aprobó el medi- camento Aricept para el control de los síntomas graves del Alzheimer. Namenda® (memantina) es el quinto medicamento aprobado por la FDA, y se lo utiliza para el tratamien- to del Alzheimer moderado a grave. Namenda es un antagonista de los receptores N-Metil-D-Aspartato (NMDA). Los receptores NMDA controlan las ac- ciones de un transmisor químico denominado gluta- mato, que es liberado en grandes cantidades por las células cerebrales afectadas por el mal de Alzheimer. Aparentemente, este medicamento protege las células nerviosas de las cantidades excesivas de glutamato. Los efectos secundarios pueden incluir fatiga, mareos y do- lores de cabeza. Todos estos medicamentos para el Alzheimer se ad- ministran por vía oral. No obstante, en 2007, la FDA aprobó el uso del parche Exelon, que actúa a través de la piel. Aricept, Razadyne, Exelon (vía oral) y Na- menda cuestan, más o menos, lo mismo: alrededor de U$S 200 por mes (Consumer Reports, www. medical- guide.org, sobre la base del precio minorista promedio a nivel nacional en septiembre de 2006). La depresión es común en la primera etapa del Al- zheimer, y se la puede tratar. Para las personas que atraviesan los estadios intermedios de la enferme- dad, también existen medicamentos diseñados para controlar la depresión, la ansiedad y las conductas psicóticas, incluidos los pensamientos paranoicos, los delirios y las alucinaciones. También es posible que el paciente se agite y se resista a recibir cuidados, lo que podría agravarse y derivar en un comportamiento combativo. El uso de medicamentos contra estos sín- tomas recién se considera cuando las alternativas extra farmacológicas han fracasado, y/o cuando estos sín- tomas ponen en riesgo la seguridad del enfermo o la de otras personas. Investigación sobre los tratamientos potenciales para la enfermedad de Alzheimer Existe una importante comunidad de investi- gación sobre la enfermedad de Alzheimer, y muchos tratamientos potenciales se están investigando medi- ante el trabajo en laboratorios y las pruebas clínicas en humanos. Los científicos siguen realizando investi- gaciones básicas en terapias que podrían eliminar las placas de proteína en el cerebro. La seguridad y la eficacia de los tratamientos posi- bles se están evaluando en humanos. Estos tratamien- tos incluyen drogas que podrían eliminar las placas, la inmunoterapia (vacunación) con anticuerpos contra la proteína beta amiloide, los agentes antiinflamatorias no esteroides (AINES) y estatinas (drogas utilizadas para reducir el colesterol). Los efectos protectores de los antioxidantes (Vitam- inas A, C y E) y los ácidos grasos omega-3 (presentes, mayormente, en pescados, tales como el atún y el salmón) también se están evaluando en ensayos. Hasta la fecha, los diversos estudios no han arrojado resulta- dos sistemáticos, pero, en el futuro, las investigaciones y los resultados de ensayos rigurosos deberían ayudar a aclarar el beneficio de estos y otros tratamientos. Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 9
  • 14. Las personas que han aceptado la naturaleza terminal de la enfermedad suelen encontrar la paz interior y un mayor sentido de perspectiva. Pueden prepararse y preparar a sus familias, y gozar de una vida mucho más plena. 10 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 15. Efecto en los que padecen la enfermedad de Alzheimer Puede que se necesite cierto tiempo para atravesar las etapas que suelen asociarse al diagnóstico de una enfermedad terminal: negación y aislamiento; enojo y resentimiento; negociación; depresión; y, por úl- timo, aceptación. Mientras atraviesan estas etapas de asimilación, los pacientes necesitan buscar el apoyo de familiares y amigos, así como de médicos, abogados y otros profesionales. Con frecuencia, resulta de ayuda participar en grupos de apoyo con otras personas que padecen la enfermedad. Muchas personas se preocupan menos a medida que recaban más información. Otras encuentran consuelo en las consultas espirituales, y aquellos que no pertenecen a ningún grupo religioso pueden adquirir conocimientos y perspectivas de di- versos textos religiosos y filosóficos. Las terapias for- males, así como las charlas íntimas con buenos amigos, también pueden ser de gran ayuda. Las personas que han aceptado la naturaleza termi- nal de la enfermedad suelen encontrar la paz interior y un mayor sentido de perspectiva. Pueden prepararse y preparar a sus familias, y gozar de una vida mu- cho más plena. Se dan cuenta de que tienen tiempo para seguir disfrutando la vida, hacer planes y tomar decisiones importantes, participar en actividades pla- centeras y cerrar ciclos en una gran cantidad de áreas. Además, ciertas personas con Alzheimer leve apoyan los esfuerzos de investigación y los cuidados partici- pando en actividades de trabajo voluntario, discursos y acciones de cabildeo. La mayoría de las personas a las que se les acaba de diagnosticar la enfermedad necesitan un cierto tiempo antes de darles la noticia a los miembros de su familia. Para algunos, el hecho de contarles a otras personas le confiere un carácter definitivo al diagnóstico. La divul- gación de esta información a los miembros de la famil- ia puede producir un gran dolor emocional en todas las personas involucradas, y todos deberán procesar sus propios sentimientos sobre la enfermedad. Si bien éste es un momento difícil, por lo general, los enfermos de Alzheimer sienten un cierto alivio cuando dan a cono- cer la información. Efecto en los miembros de la familia Es probable que los cónyuges de los enfermos neces- iten procesar emociones fuertes en relación con el di- agnóstico. Muchas veces, los cónyuges también tienen que lidiar con sus propios problemas de salud. Puede Tras un diagnóstico de Alzheimer, el enfermo y los miembros de su familia necesitan tiempo a fin de prepararse emocionalmente para aceptar la naturaleza progresiva y terminal de esta enfermedad. Es probable que la persona con Alzheimer y sus seres queridos se sientan abrumados con la noticia, y necesiten tiempo para asimilarla. A continuación, se describen algunas de estas emociones iniciales. Impacto Emocional del Diagnóstico Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 11
  • 16. que les dé miedo un futuro muy diferente del que habían planeado. Los esposos y las esposas, a menudo, deben invertir los roles y realizar tareas a las que no es- taban acostumbrados. Según la relación entre los cón- yuges, un diagnóstico de Alzheimer puede hacer que éstos se unan más o que se distancien el uno del otro. Deben aceptar que la persona que conocen y aman podría cambiar drásticamente en términos de person- alidad y comportamiento, y que es casi seguro que, en algún momento, su ser amado ya no los reconozca. El cónyuge podría valorar el hecho de reunirse a conver- sar y hablar sobre estos sentimientos. También podría buscar a alguien que se ofrezca a ayudar con las comi- das, el transporte y otras tareas, así como con gestos simples y amables, tales como las visitas y los cuidados temporarios. Los grupos de apoyo y la capacitación para convertirse en un cuidador también pueden ser muy útiles, por lo que se los recomienda a menudo. En ciertos casos, puede que se requieran los servicios de un terapeuta profesional. Los hijos adultos también deberán adaptarse a la in- versión de roles para cuidar a su padre o madre. Puede que se sientan abrumados por las responsabilidades que se les avecinan al tener que trabajar dentro del hogar o fuera de él, cuidar a sus propios hijos y ayudar a su padre o madre. Asimismo, es posible que los hijos que no viven cerca se sientan culpables, no comprendan ple- namente lo que sucede o, quizás, hasta nieguen las re- alidades de la enfermedad. Aun así, los miembros de la familia deberían ayudar al cuidador principal y tratar de colaborar con las tareas que no requieran proximi- dad. Por más angustiante que pueda resultar el diagnós- tico de Alzheimer de un padre, éste es el momento para comenzar a aceptar el futuro, conformar una red de colaboración, reunir información para ayudar a disipar los miedos y planificar el camino por recorrer. El Alzheimer también afecta a los niños y a los adolescentes, y puede que éstos sientan tristeza, frus- tración, enojo o miedo si a un abuelo u otro integrante de la familia le diagnostican esta enfermedad. Entre los miembros más jóvenes de la familia se debería fo- mentar la libertad de hacer preguntas y de expresar los sentimientos, actitudes a las que el resto de los miem- bros debería responder del modo más sincero posible. Ellos deben comprender que, si bien es posible que el enfermo actúe diferente, aún existen actividades que podrán disfrutar con él, tales como ayudar con los quehaceres, escuchar música o leer un libro. Los mae- stros, los profesores y los orientadores vocacionales deberían estar al tanto de la situación. También existen libros y grupos de apoyo que tratan este tema dirigido a los jóvenes de forma específica. 12 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 17. El tiempo que se necesita para asimilar un diagnóstico de Alzheimer varía según la persona, lo que se aplica tanto a los que padecen la enfermedad como a sus seres queridos. La comunicación abierta y la distribución de información entre las personas involucradas pueden ayudar a determinar cuándo es el momento indicado para comenzar a planificar para el futuro. Existen ciertas cuestiones que deberían resolverse los más rápido posible y, por más abrumadora que parezca la tarea, la división de labores y de responsabilidades puede aliviar una parte del estrés. Planificación para el Futuro Como punto de partida, los miembros de la fa- milia podrían reunirse con la persona que padece la enfermedad y hablar sobre sus necesidades y deseos, decidir un plan de cuidados, repartir las responsabili- dades, conformar una red de colaboración y buscar recursos externos. Un mediador o un tercero impar- cial podría ser de utilidad. Es posible que la familia considere contratar los servicios de un administrador de atención geriátrica profesional, quien, a cambio de una tarifa, puede evaluar la situación e identificar so- luciones en varios aspectos del cuidado a largo plazo. Por lo general, estos administradores cobran una tarifa inicial de entre US$ 50 y US$ 300, y de US$ 50 a US$ 200 por hora, según la ubicación, las califica- ciones del profesional y los servicios que se requieran. Determinadas organizaciones subsidian estos costos. La Lista de Recursos incluye información para encon- trar un geriatra. Un plan de largo alcance debe incluir la recopilación de información financiera, legal y médica, la identifi- cación de responsabilidades, la preparación de docu- mentos legales (directivas anticipadas) y un análisis de las opciones de cuidado a largo plazo. Empleo Si una persona que padece Alzheimer está trabajando en el momento del diagnóstico, debería informar la situ- ación a los supervisores correspondientes lo antes po- sible. Si la persona tiene dificultades para realizar su tra- bajo, el hecho de notificar el hecho al empleador podría aliviar esta presión en cierta medida. Se recomienda organizar una reunión con el departamento de recursos humanos o beneficios a fin de conversar sobre los planes de seguro, de jubilación y de discapacidad. Un especial- ista puede explicarle los detalles de los beneficios, in- cluidos todos los servicios terapéuticos o financieros di- sponibles. Solicite una copia de cualquier explicación de los beneficios para consultas futuras y asegúrese de que un miembro de su familia o su cuidador también tengan una copia de toda la información. En el departamento de recursos humanos, consulte sobre los derechos que la Ley sobre discapacidades de los Estados Unidos (Ameri- cans with Disabilities Act) le confiere a las personas con Alzheimer. Los cuidadores deberían averiguar si estas personas tienen derecho a pedir licencia en el trabajo conforme a la Ley sobre Licencias por Razones Médicas y Familiares (Family Medical Leave Act). Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 13
  • 18. Recopilación de información importante Después del diagnóstico, se deben resolver pronta- mente las cuestiones financieras, legales y médicas, con su correspondiente documentación. La siguiente infor- mación debería reunirse y guardarse en un único lugar que sea de conocimiento de, al menos, dos integrantes de la familia, de los cuidadores o de amigos de confi- anza. General Nombre, domicilio y número del Seguro Social. • Licencia de conducir, pasaporte, acta de nacimiento • y acta de matrimonio. Información del seguro, incluidos los números de • Medicare y Medicaid, las pólizas del seguro de vida, de salud, de vivienda y del automotor, y los números de esas pólizas. Número de reclamo de la Administración de Vetera- • nos (Veterans Administration), si corresponde. Nombres, direcciones y números de teléfono de • abogados, asesores financieros o contadores, y de corredores de seguro. Financiera Registros bancarios, incluidos los • números de todas las cuentas ban- carias (considere la posibilidad de abrir una cuenta corriente conjunta que le permita a su cónyuge o a su cuidador pagar las facturas y resolver cuestiones bancarias de rutina. Realice los trámites nec- esarios para el depósito directo de los ingresos de la jubilación y del Seguro Social). Información sobre todas las fuentes de ingresos, • incluidos los planes de pensión, las cuentas person- ales de jubilación (IRA, por sus siglas en inglés), los planes Keogh y los certificados de acciones. Fiscal Información sobre los bienes propios (incluidos los • bienes raíces), los pagos de hipotecas o los títulos de propiedad. Tarjetas de crédito y números de cuenta, incluidos • los números de identificación personal (PIN) y los códigos de seguridad. Información sobre todos los préstamos o las deudas • pendientes de pago, así como del dinero que se le debe a la persona con Alzheimer. Recibos o documentos de cualquier arreglo prepago • para funerales y sepelios, si corresponde. Legal Copia del testamento o información sobre la ubi- • cación de éste, directivas médicas anticipadas, poder legal duradero para documentación médica y/o finan- ciera; solicitudes de sepelio (morgue, lote y escritura). Médica Nombres, direcciones y números de teléfono de • médicos, hospitales, etc. Información sobre el historial médico, los medica- • mentos y la posología, y los accesorios médicos. División de responsabilidades A fin de aliviar un poco la tensión de lidiar con el futuro, la familia podría reunirse para planificar y dividir las responsabilidades de los cuidados. Nadie puede predecir lo que se necesitará para cada etapa de la enfermedad, de modo que se debería hacer énfasis en el futuro inmediato, a la vez que se consideran diversas posibilidades a largo plazo. Antes de la reunión, se debería reunir información y recursos. Asegúrese de incluir al enfermo de Alzheimer en las con- versaciones, pero tenga en cuenta que la persona podría oponerse a las sugerencias y continuar emocio- nalmente abrumado. Los miembros de la familia deberían permitir que él o ella expresase sus necesidades y deseos, mantener una actitud abierta y sugerir medidas positivas. Es casi inevitable que sur- jan desacuerdos, pero todos deberían sentirse libres de expresar sus opiniones y de realizar recomendaciones. Cada miembro debería evaluar sus preferencias per- sonales, sus capacidades financieras y su disponibili- dad horaria con sinceridad para determinar la función que podrá desempeñar. Luego, se podría redactar un plan que incluyera las decisiones sobre la distribución de las responsabilidades (en el lugar y a distancia), los costos y los compromisos en términos de tiempo. 14 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 19. Estas responsabilidades se pueden dividir de la si- guiente manera: necesidades médicas, incluida la co- municación con los médicos y el seguimiento de los registros médicos; actividades para la vida diaria (ba- ñarse, vestirse, etc.), así como la limpieza, la comida, el transporte y las compras; y las cuestiones legales y financieras. Si bien se recomienda un plan por escrito, éste debería poder adaptarse a las necesidades cambi- antes de la persona. Se debe implementar un sistema que garantice la comunicación básica y periódica entre los miembros de la familia. En la medida de lo posible, los miembros deberían apoyarse unos a otros, ofrecerle ayuda y descanso al cuidador principal, y mantenerse al día sobre el estado físico y emocional de la persona que padece Alzheimer. Deberían aprovechar los diversos recursos disponibles para brindarles apoyo a los cuidadores, incluidos los que se describen al final de este cuadernillo. Seguridad en el hogar La seguridad en el hogar puede ser un tema impor- tante para ciertos enfermos de Alzheimer, en espe- cial si comienzan a deambular. El cuidador debería realizar una inspección de seguridad habitación por habitación y volver a evaluar, en forma periódica, las diversas necesidades a medida que avance la en- fermedad. No todos los cambios deben realizarse de inmediato. Algunos serán más adecuados en las etapas más avanzadas del Alzheimer. Es posible modificar y adaptar el hogar sin sacrificar la familiaridad y como- didad del entorno. A continuación, se incluye una serie de precauciones generales: Tenga a mano los números telefónicos importantes y • de emergencia. Asegúrese de que el hogar tenga la iluminación ad- • ecuada. Para esto, instale lamparillas que queden encendidas durante la noche. Mantenga las entradas, los pasillos y los pisos libres • de objetos, cables de extensión y tapetes. Evite colo- car muebles en los lugares de paso. Trabe las ventanas y las puertas. Guarde una copia de • la llave de entrada en un lugar secreto fuera del hogar o entréguesela a un vecino o amigo que viva cerca. Utilice tapas o seguros inviolables para las sustancias • tóxicas, los medicamentos y el alcohol. Asegúrese de que los detectores de humo funcionen • de forma correcta. Instale barandas en las escaleras, barras de agarre en • los baños y otros dispositivos diseñados para perso- nas con impedimentos físicos. Quite y guarde en un lugar seguro todos los elemen- • tos que representen un riesgo potencial, tales como las armas, las bolsas de plástico y las herramientas eléctricas. Proteja las computadoras y la información almacena- • da en ellas. Considere la posibilidad de adquirir un intercomu- • nicador o un monitor de sonido como los que se uti- lizan con los bebés, a menos que esto confunda a la persona. Quizás deba colocar carteles como “dormitorio”, • “baño”, etc. en las puertas de las diferentes habita- ciones. Asegúrese de que los planes de emergencia estén en • su lugar. En el caso que el enfermo de Alzheimer comience a deambular, se deben tomar precauciones adicionales para garantizar la seguridad del hogar. Muchas com- pañías ofrecen dispositivos de seguridad, tales como cerraduras dobles, alarmas y artículos para disimular las salidas. También es una buena idea que la per- sona lleve una identificación o un brazalete médico. En el caso que la persona logre salir del hogar sin un acompañante, se deberá avisar a los vecinos, a los co- merciantes locales y a la policía. La Lista de Recursos al final de este cuadernillo incluye sitios web con más información y productos para garantizar la seguridad en el hogar. Seguridad al conducir Puede que resulte difícil determinar en qué momento el enfermo de Alzheimer debiera dejar de conducir. Lo ideal sería conversar sobre esta situación con calma y de un modo positivo antes de que surjan problemas. Muchas de las personas que atraviesan los estadios ini- ciales de la enfermedad pueden seguir conduciendo de un modo seguro, pero, incluso, en este punto, deberían realizar trayectos cortos y conocidos, a la luz del día y con buen clima. A medida que avance la enfermedad, se deberá observar esta capacidad con detenimiento a lo largo de un período determinado para, luego, volver a evaluarla. Se deben tener en cuenta los reflejos, la co- ordinación, el tiempo de reacción, la vista, la audición y la capacidad de orientación de la persona. Ciertos problemas habituales, tales como la incapacidad para tomar decisiones rápidas, la omisión de las señales de tránsito y los impactos contra el cordón de la vereda, Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 15
  • 20. representan señales de advertencia. Cuando esta actividad se torne insegura, puede que resulte necesario recurrir a un médico o a otra autoridad para que refuerce la decisión. Para facilitar la tran- sición, se pueden buscar y ofrecer formas de transporte alternativas, y reducir la cantidad de actividades que requieran conducir. Por ejemplo, los medicamen- tos y los comestibles se pueden enviar a domicilio en lugar de trasladarse hasta la farmacia o la tienda. A menudo, la conducción contribuye a la vida social de una persona, por lo que se deberían bus- car otras formas de continuar estas inter- acciones, tales como solicitarles a amigos y familiares que sean ellos quienes realicen las visitas. Si la persona insiste en tener las llaves del automóvil, quizás resulte necesario darle llaves que no funcionen, estacionar el vehículo en otro lugar durante cierto tiempo o desacti- var el motor. Cuestiones financieras Con la enfermedad de Alzheimer, la planificación para el futuro es sumamente importante. Existen cos- tos relacionados con los profesionales de la salud, los medicamentos, la asistencia dentro del hogar o fuera de él, y los servicios de cuidado a largo plazo, que podrían agotar los ahorros de una persona con rapi- dez. Tan pronto como sea posible, se debería reunir in- formación sobre todos los medios de pago disponibles y decidir cuáles convienen. Además, los cuidadores y otros miembros de la familia deberían analizar su situación económica para determinar cuánto dinero pueden aportar. Las recomendaciones que se incluyen a continuación no sustituyen el asesoramiento de un profesional, por lo que las personas afectadas por esta situación deberían considerar la posibilidad de consul- tar a un asesor financiero. Para conocer las organiza- ciones que brindan información y ayuda financiera a estadounidenses de la tercera edad, consulte la Lista de Recursos al final de este cuadernillo. Ciertas opciones de pago incluyen los siguientes el- ementos: Programas de beneficios del gobierno Medicare (Cuidado Médico) es un programa de se- guro de salud federal para las personas de 65 años o más que, en la actualidad, reciben beneficios jubila- torios del Seguro Social. Para acceder a la cobertura de Medicare, se deben cumplir ciertos requerimien- tos. Medicare cubre ciertos servicios que una per- sona con Alzheimer puede necesitar. La cobertura de medicamentos recetados también está disponible. Medicaid (Auxilio Médico) es un programa federal para ciertas personas y familias de bajos ingresos y recursos, cuya administración suele depender de organismos estatales. Los beneficios y los requisitos para acceder a este programa varían según el estado. Medicaid puede cubrir la totalidad o una parte de los costos de las pensiones de ancianos, así como de ciertos cuidados en el hogar. Una persona con Alzheimer puede reunir los requisitos para acceder a una cobertura de Medicaid a largo plazo en la me- dida en que sus ingresos y activos en efectivo sean mínimos. Para hacerlo, debe presentar una solicitud a través del Departamento de Servicios Humanos del estado o del Programa de Asistencia de Medicaid. El Seguro Social es un programa federal que brinda ingresos por jubilación, pagos por discapacidad y otros beneficios a los empleados que aportaron al plan mientras trabajaban, así como a sus dependientes. Es posible que resulten aplicables los programas de beneficios para veteranos. Planes de salud privados Medigap es un seguro de salud que ciertas empresas privadas ofrecen para brindar los servicios que no cubre Medicare. Los seguros o planes de atención médica administra- da (managed care health insurance) incluyen Planes 16 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 21. de Prestadores Preferidos (PPP) y Organizaciones para el Mantenimiento de la Salud (Health Mainte- nance Organization, HMO). El seguro de cuidado a largo plazo (long-term care insurance) es una opción válida en la medida en que esté vigente en el momento del diagnóstico de Al- zheimer. Préstamos y ahorros personales Pólizas de seguro de vida: existen varias formas de obtener préstamos de estas pólizas, que no necesitan saldarse antes del fallecimiento de la persona. Hipotecas: es posible obtener un préstamo sobre el valor de una vivienda mediante una hipoteca inversa. Activos personales: éstos pueden incluir ingresos de acciones y bonos, ventas de propiedades, cuentas de ahorro y cuentas de jubilación. Cuestiones legales Lo ideal es que los documentos legales que se de- scriben a continuación se hayan formalizado antes de un diagnóstico de Alzheimer. De lo contrario, la persona que padece la enfermedad y el cuidador o el acompañante deberían consultar a un abogado lo antes posible, puesto que estos documentos no pueden com- pletarse si se declara a la persona legalmente incompe- tente. Las personas que atraviesan los primeros esta- dios de la enfermedad no se consideran incompetentes de forma automática y, probablemente, serán capaces de comprender estas cuestiones y tomar las decisiones correspondientes. Sin embargo, en el caso que un tri- bunal determine que esta persona es incompetente, los familiares y amigos podrán administrar sus asuntos, aunque lo más probable es que el tribunal designe a un representante legal de la persona con Alzheimer. La información que se incluye a continuación contiene afirmaciones de carácter general y no debe interpretarse como asesoramiento legal. Para obtener asesoramiento legal, se puede recurrir a los servicios del abogado de la familia, aunque también existen abogados que se especializan en derecho de la tercera edad. Estos profesionales pueden ayudar a interpretar las leyes estatales y asegurar el respeto de los deseos del enfermo. Los abogados que se especializan en derecho de la tercera edad son expertos en las cues- tiones legales que atañen a los ancianos, tales como los cuidados a largo plazo, Medicare, Medicaid, los im- puestos y la planificación testamentaria. Las agencias locales sobre asuntos de la tercera edad (Agencies on Aging) quizás puedan derivarlo a un asesor legal. Exis- ten asociaciones estatales de asesoría legal que brindan servicios asequibles. La Lista de Recursos al final de este cuadernillo incluye información sobre asistencia legal y abogados que se especializan en derecho de la tercera edad. Si bien es probable que las personas a quienes se les acaba de diagnosticar la enfermedad se sientan angus- tiadas, se las debería alentar a que participen de forma activa en estas conversaciones legales. Esto podría brindarles una mayor sensación de control y de calma. Las personas que presenten discapacidades leves de- berían participar tanto como fuese posible. De esta manera, podrían tomar aunque sea ciertas decisiones. En el caso que el enfermo de Alzheimer se resista a tomar medidas, es posible que, a fin de garantizar un futuro legal seguro, se requiera la intervención de un profesional imparcial, un amigo íntimo o un miembro de la familia que sea firme, pero comprensivo. Sea como fuere, las personas que padecen Alzheimer deben tener sumo cuidado a la hora de elegir a sus represen- tantes y de decidir qué facultades les concederán. Si aún no se han formalizado, las directivas médicas legales deberían incluir el otorgamiento de un poder legal duradero para el cuidado de la salud y la pre- paración de un testamento en vida. También se deben formalizar documentos financieros legales (un poder legal duradero para asuntos financieros, un testamento y, posiblemente, un fideicomiso en vida), si aún no ex- isten. Estos documentos deberían examinarse en forma periódica para asegurarse de que estén actualizados. Puesto que las leyes varían según el estado, si la per- sona se muda, es posible que los documentos deban modificarse. Los familiares o los cuidadores deberían conocer la ubicación de los originales y poseer copias de éstos. El médico de la persona debería tener copias de los documentos legales relacionados con la salud. Directivas médicas anticipadas Se debe elaborar un poder notarial perdurable para el cuidado de la salud (Durable Power of Attorney for Health Care) antes de que el paciente quede incapaci- tado. Este poder le permite al enfermo de Alzheimer designar a una persona de confianza para que tome de- cisiones médicas y de salud en general, en el caso que él ya no pueda hacerlo. Ciertos documentos entran en Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 17
  • 22. vigor de inmediato, mientras que otros “se hacen efec- tivos” cuando se produce un evento determinado. Es importante que el “representante” se elija con cuidado y que todos los deseos se discutan en detalle. Este rep- resentante debe ser una persona que conozca muy bien al paciente y que, al mismo tiempo, pueda actuar con sensatez y flexibilidad ante los cambios y el estrés emo- cional. La persona designada debe estar de acuerdo en asumir la responsabilidad, ya que puede verse obligada a tomar decisiones definitivas sobre cuestiones médi- cas menores e importantes, incluidos los servicios de emergencia. Tiene derecho a rescindir el acuerdo. Se re- comienda la designación de un suplente en el caso que la persona elegida no desee o no pueda cumplir con sus obligaciones. Los testamentos en vida permiten a los enfermos de Alzheimer, mientras estén capacitados, a tomar decisiones y expresar sus deseos con respecto a la final- ización de los cuidados vitales. Es posible que después ya no sean capaces de comunicar estos deseos. Medi- ante un testamento en vida, el enfermo puede consider- ar, detenidamente, qué medidas se deberían tomar para prolongar su vida. A menudo, la especificación de estas acciones les quita a los seres queridos un peso emocio- nal. Un testamento en vida puede incluir una orden de “no resucitar” y otras restricciones en el tratamiento mediante las cuales se indique al personal de atención médica que no realice intervenciones médicas drásticas cuando fuera posible. En el caso que un médico o un centro de salud no puedan cumplir las disposiciones de un testamento en vida, deberán informar esta situación al enfermo o a su representante, y ayudar a trasladar al paciente a un centro que sí pueda hacerlo. Documentos financieros Al otorgar un poder notarial perdurable para asun- tos financieros (Durable Power of Attorney for Fi- nances), la persona autoriza a un familiar, un amigo o un profesional para que actúe en su nombre en carácter de apoderado o representante para tomar decisiones financieras, incluidas las cuestiones bancarias, fiscales, jubilatorias y de inversiones. Si bien la persona puede informarle a su apoderado qué pasos tomar, es fun- damental que esta persona se elija con cuidado, que sea de confianza y que tenga buen criterio, en especial cuando el enfermo de Alzheimer quede incapacitado. Si la persona que padece Alzheimer se considerara incompetente en materia legal antes de que se pudiera extender un poder legal duradero para asuntos finan- cieros o si se produjera un desacuerdo con respecto al apoderado, puede que se deba iniciar una curatela, por medios judiciales, para la administración de las cuestiones financieras. Si bien una curatela tiene la ventaja de la supervisión legal, es posible que su imple- mentación sea costosa e insuma mucho tiempo, ya que requiere una investigación de la competencia de la per- sona, una audiencia y una sentencia. Por lo general, es más fácil y rápido formalizar un poder legal duradero para asuntos financieros lo antes posible. Un curador no toma decisiones de salud. Un testamento detalla cómo se dividirán los bienes y las propiedades de una persona tras su defunción. Puesto que la persona debe estar en su sano juicio, lo ideal es que el testamento se formalice antes de que se diagnostique el mal de Alzheimer. La persona a la que se le acaba de dar el diagnóstico, un miembro de la familia o un profesional deberían asegurarse de que se haya creado un testamento y de que éste esté actualizado. Ante la ausencia de un testamento, cada estado determina la distribución de los bienes, que, en general, suelen heredarlos los cónyuges, los hijos u otros miembros de la familia. Ciertas personas prefi- eren crear un testamento en vida para que los bienes se distribuyan después de su muerte. Un testamento en vida se formaliza mientras la persona está con vida. El “cesionista” (por ejemplo, la persona con Alzheimer) designa a un fideicomisario. El fideicomisario admin- istra los bienes del fideicomiso y garantiza su correcta distribución una vez fallecido el cesionario. 18 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 23. Existen diversos servicios disponibles para las perso- nas con Alzheimer que viven solas. Éstos incluyen asis- tencia en el hogar, ayuda con las labores domésticas, preparación de comidas y transporte. Los familiares, los amigos y los vecinos, las organizaciones religiosas locales y los grupos de voluntarios para servicios co- munitarios pueden ayudar con otros asuntos prácticos, tales como encargarse de las compras y concertar con- sultas médicas. Los médicos, las agencias locales sobre asuntos de la tercera edad y las organizaciones que se detallan al final de este cuadernillo pueden aportar in- formación sobre los servicios disponibles. En algún momento de su vida, el enfermo de Al- zheimer será incapaz de realizar las tareas diarias y necesitará más atención y supervisión. Los que de- ciden esto suelen ser las personas que tienen un mayor contacto con el enfermo, pero puede que éstas deseen consultar a otros para que las ayuden a conversar con el enfermo sobre los planes disponibles. Conviene con- siderar las opciones de cuidados a largo plazo lo antes posible, antes de que un episodio grave obligue a optar por una alternativa que no sea la ideal. La seguridad es primordial. Por esta razón, apenas se advierta que ya no es seguro que la persona con Alzheimer viva sola, se la debería trasladar a un lugar que ofrezca los cuida- dos necesarios. Si la persona se niega a ser trasladada, quizás resulte útil inventar una excusa (por ej., que la Para las personas que viven solas Ciertos pacientes siguen viviendo solos durante las primeras etapas del Alzheimer. En estos casos, los familiares, los amigos o los vecinos deberían controlar, todos los días, si la persona necesita ayuda. Una de las personas que viva cerca debería poseer un juego de llaves adicional de la vivienda, así como información de contacto en caso de emergencia. Servicios de Cuidado Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 19
  • 24. vivienda necesita reparaciones) o convencerla de que la situación es temporaria (por más que sea permanente). Mantenerse activo Mantenerse activo en todos los niveles puede ayu- dar a las personas que padecen Alzheimer. Si bien es posible que ciertas personas a las que se les acaba de diagnosticar la enfermedad deseen abandonar sus ac- tividades habituales por depresión o vergüenza, este abandono podría empeorar su estado de salud. Aun cuando las personas deban reconocer sus limitaciones, pueden extender su calidad de vida manteniendo un nivel de estímulo saludable en términos físicos, men- tales y sociales, además de evitar el estrés, lo que puede afectar la memoria y la concentración. A continuación, se incluyen una serie de actividades que podrían resultar beneficiosas: Interactuar con otras personas, incluidos familiares, • amigos, niños y mascotas. Las visitas pueden aportar una valiosa conexión humana. Participar en un grupo de apoyo.* • Realizar actividades creativas y adoptar o retomar • pasatiempos y aficiones; jugar juegos y resolver rompecabezas. Escuchar música, lo que puede tener un efecto rela- • jante y activar recuerdos vívidos del pasado; cantar canciones conocidas. Mirar fotos y videos hogareños, lo que puede estimu- • lar la mente, evocar recuerdos y aportar una placen- tera sensación de continuidad. Realizar tareas domésticas sencillas que no requieran • un uso de la memoria exigente, como cocinar, realizar trabajos de jardinería o limpiar en forma superficial. Participar en actividades, tales como dar paseos en • automóvil, ir al zoológico o a otros lugares natu- rales, y realizar visitas tranquilas a museos o galerías de arte. Estas salidas deberían realizarse en compa- ñía de una persona que pueda garantizar la seguri- dad del enfermo. Comenzar o continuar una rutina periódica de ejer- • cicios de baja intensidad. * Los grupos de apoyo pueden ser útiles para las per- sonas que padecen Alzheimer. Estos grupos suelen ayudar a las personas a aceptar la enfermedad y el futuro al poder expresar sus sentimientos y pen- samientos con los demás. Para muchos enfermos de Alzheimer, los grupos de apoyo ayudan a “digerir” la noticia del diagnóstico, superar la negación y adaptarse a los cambios en sus vidas. Los grupos de apoyo ofrecen consejos prácticos sobre cómo lid- iar con los problemas de memoria, las situaciones sociales y la adaptación a la vida día tras día, así como información sobre recursos para la comuni- dad. Puede que ofrezcan actividades diseñadas para estimular la memoria y mantener la mente activa. Estos grupos pueden contribuir a la calidad de vida en gran medida. 20 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 25. Función del cuidador Por lo general, el cuidador prin- cipal es un ser querido: el cónyuge del enfermo, un hijo adulto o un compañero cercano. Incluso en las primeras etapas del Alzheimer, el cuidado del enfermo es una tarea muy ardua que demanda 24 horas al día. Es necesario que los cuida- dores sean flexibles y comprensivos al lidiar con los cambios de com- portamiento y de personalidad. También deben ser capaces de comunicarse con los familiares, los amigos y los profesionales sobre el estado de la persona. Existe una gran cantidad de recursos y libros que brindan con- sejos sobre cómo tratar a una per- sona con Alzheimer; tenga a mano estos recursos (mu- chos de ellos se describen al final de este cuadernillo). En determinadas comunidades, se ofrecen consultas y orientación para cuidadores. Si bien cada persona es diferente, existen varias estrategias que pueden utilizarse para hacer más fácil la vida del enfermo y de su cuidador. Estas recomendaciones incluyen los si- guientes puntos: Compensar las capacidades cambiantes y ayudar • a recordar información. Puede que elementos de ayuda para la memoria, tales como cuadernos con nombres, direcciones, números de teléfono, indica- ciones, mapas e ideas, resulten útiles. El enfermo o su cuidador pueden fijar carteles en diversos elemen- tos de la casa, escribir recordatorios para tareas di- arias, anotar citas en calendarios y colocar fotos con información sobre las personas en éstas. Mantener contacto con el médico del enfermo para • informar, en forma periódica, cualquier cambio de rutina, comportamiento o estado de ánimo. Se debería analizar cualquier tratamiento nuevo o exis- tente contra el mal de Alzheimer y sus síntomas, así como las terapias para otros problemas de salud. El enfermo de Alzheimer y su familia también podrían considerar la posibilidad de participar en ensayos clínicos, en los que se prueben nuevos tratamientos contra este mal o se investiguen temas relacionados con la enfermedad. Los sitios web que se incluyen al final de este cuadernillo brindan información sobre diversos ensayos actuales. Implementar rutinas. Las personas que padecen la • enfermedad de Alzheimer encuentran calma en lo que les resulta conocido y puede que les guste re- alizar tareas simples y repetitivas. Asegúrese de que tengan “éxito” en ellas para reducir la frustración. Hablarle a la persona de un modo claro y simple • mirándola a los ojos; darle instrucciones fáciles de entender en un tono de voz normal. Tratar de que la persona realice actividades simples • que se basen sobre sus habilidades actuales, en lu- gar de intentar que aprenda habilidades nuevas. Es probable que la persona prefiera los pasatiempos conocidos. Recuerde que ciertos momentos del día son mejores que otros para proponer actividades y que la persona no debería sentirse obligada a hacer ningún tipo de actividad. El estado mental también puede cambiar de un día a otro. Utilice la “validación” para entrar en el mundo de • la persona. Es muy poco probable que el cuidador u otra persona sean capaces de cambiar el concepto de realidad del enfermo. Es mucho más fácil responder de forma positiva que intentar corregir ideas equivo- cadas. Evite discutir con la persona, ya que esto sólo frustrará al paciente y al cuidador. Redirija y emplee distracciones si la persona desea • realizar actividades que no están permitidas (por ej., conducir un vehículo). A menudo, la disuasión se logra presentando una opción más atractiva. Evitar situaciones que puedan asustar o agitar a la • persona, tales como multitudes bulliciosas, progra- mas violentos en la televisión y otros factores del Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 21
  • 26. entorno. Con frecuencia, la agitación representa una forma de comunicar el estrés, un comportamiento que se puede modificar alterando el ambiente. Estrés del cuidador Los cuidadores sufren un desgaste físico y emocional elevado al tener que satisfacer y adaptarse a las cambi- antes necesidades de la persona con Alzheimer, lidiar con conductas desconocidas y cuestiones prácticas, y soportar el dolor de una eventual pérdida. Las perso- nas que padecen Alzheimer y sus cuidadores deberían analizar juntos los diversos aspectos de la enfermedad lo antes posible. La comunicación temprana puede ayudar a aliviar la culpa y la frustración del cuidador en el futuro. No obstante, incluso en las mejores cir- cunstancias, los cuidadores sentirán, con frecuencia, un agotamiento físico y emocional que los volverá susceptibles a las enfermedades y la depresión. Para evitar esto, los cuidadores necesitan pensar en su pro- pia salud y reconocer los signos de estrés. Puede que experimenten negación, depresión, irritabilidad, enojo y ansiedad, así como señales de advertencia físicas, tales como trastornos del sueño, agotamiento y problemas de salud. Existen varias maneras de aliviar la presión y reducir el estrés que producen los cuidados. Algunas de ellas incluyen las siguientes acciones: tomarse un tiempo para relajarse, realizar un pasatiempo placentero, llevar una lista de las tar- eas, escribir en un diario íntimo, mantener un buen sentido del humor, comer bien, hacer ejercicio y descansar de forma adec- uada. Los cuidadores merecen valorarse por realizar el máximo esfuerzo en una situación desgastante. A medida que la enfermedad avance, el enfermo de Alzheimer será cada vez más dependiente y menos ca- paz de participar en muchas actividades. Puede que el cuidador principal experimente cierto resentimiento, se sienta poco valorado y se aísle. Por lo tanto, es particularmente importante que los familiares y los amigos le brinden todo el aliento, el apoyo emocional y la interacción social que puedan para ayudar a evi- tar estos sentimientos negativos. El cuidador debería ser capaz de recurrir a los familiares, los amigos o los profesionales que estén dispuestos a brindar ayuda también en cuestiones prácticas. Los más cercanos al cuidador deberían ayudarlo con los cuidados y per- mitirle descansar lo máximo posible. Los familiares que vivan fuera de la ciudad deberían comunicarse en forma periódica y ofrecerse para ayudar con las tar- eas que puedan desempeñarse a la distancia. De esta manera, el cuidador contará con el apoyo de una red de recursos. Grupos de apoyo A muchos cuidadores les será de gran ayuda partici- par en grupos de apoyo, ya sea que se reúnan física- mente de forma periódica o interactúen por Internet de forma virtual. Ambos tipos de grupos brindan asesoramiento, información, recursos y consuelo. En ocasiones, el cuidador puede sentir que los familiares y los amigos no son tan receptivos o comprensivos como él quisiera. Es probable que las personas que integran los grupos de apoyo comprendan mejor su situación porque están atravesando situaciones semejantes. Con muchas de ellas se est- recharán fuertes lazos de amistad, a veces, similares a los de una fa- milia, al conversar sobre problemas comunes, es- trategias para sobrellevar la situación y el cuidado tanto del enfermo como de uno mismo. Una gran cantidad de grupos de apoyo pueden localizarse utilizando la Lista de Re- cursos que se incluye en este cuadernillo. Opciones de servicios de cuidado para el futuro Existen varias opciones de servicios de cuidado que pueden dividirse en dos categorías: los cuidados a cor- to plazo dentro del hogar o los cuidados temporarios fuera de éste, y los centros de cuidado a largo plazo. Es importante planificar los cuidados lo antes posible y tener en cuenta los deseos del enfermo de Alzheimer, los niveles de atención actuales y previstos que necesi- tará el paciente, así como las restricciones geográficas y presupuestarias. Puede que existan recursos de ayuda financiera disponibles para ciertos servicios de cuidado 22 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 27. a corto plazo. Por el contrario, Medicare no cubre los cuidados a largo plazo, por lo que estos servicios de- berán financiarse a través de planes de salud privados, préstamos y ahorros personales. En el caso que estos fondos se agoten, se puede utilizar Medicaid para con- tinuar el pago de los cuidados. Si bien el costo fluctu- ará según las tendencias del mercado inmobiliario, la ubicación y el nivel de los servicios, o las prestaciones, los cuidados a largo plazo son costosos. A la hora de determinar los recursos disponibles, se debe evaluar la situación financiera en forma íntegra y con cuidado. Las organizaciones que se incluyen al final de este cuadernillo le explicarán mejor en qué consiste cada tipo de cuidado, cómo evaluar el tipo de cuidado que necesita la persona y de qué manera localizar y evaluar los centros de cuidado. Cuidados temporarios y a corto plazo Las agencias de servicios médicos a domicilio (Home Health Agencies) brindan servicios de asis- tencia en el hogar y, de ser necesario, acceso a cuida- dos externos. Los servicios pueden incluir cuidados profesionales, tales como rehabilitación y aplicación de inyecciones, atención de custodia (limpieza, pre- paración de comidas, etc.), acompañantes y trans- porte. Medicare no cubre este tipo de cuidados, que pueden costar entre US$ 15 y US$ 50 por hora, según el tipo de servicio. A la hora de decidirse por una agencia, asegúrese de que ésta posea las licen- cias correspondientes, que cuente con personal cali- ficado, que brinde el nivel de atención necesario y que sus costos sean asequibles. Los centros de cuidados diurnos para adultos (Adult Day Centers) ofrecen programas estructurados en los que el paciente ingresa a la mañana y se retira por la tarde o la noche. Los pacientes pasan el día partici- pando en actividades supervisadas, tales como juegos, manualidades y ejercicios de intensidad leve. Ciertos programas también ofrecen comidas, transporte y hasta servicios profesionales, tales como fisiotera- pia. Los centros de cuidados diurnos para adultos, a menudo, representan una alternativa placentera tanto para el paciente como para el cuidador, quien puede utilizar ese tiempo para descansar de sus responsabili- dades. El costo promedio es de US$ 40 a US$ 50 por día, aunque puede variar de US$ 25 a US$ 70 según los servicios. Estos programas deben abonarse en for- ma privada, aunque algunos pueden estar subsidiados. Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 23
  • 28. Cuidados a largo plazo Los complejos residenciales independientes o las comunidades para jubilados (Independent Living or Retirement Communities) están diseñados para personas mayores que, en general, gozan de buena salud y son capaces de cuidar de sí mismos, de modo que estas opciones no suelen ser una solución a largo plazo para los que padecen Alzheimer. Ofrecen aloja- miento y diversas actividades recreativas, educativas y sociales especialmente diseñadas para personas de la tercera edad. También es posible que incluyan labores domésticas, comidas, transporte y actividades progra- madas. Ciertas comunidades y complejos ofrecen una amplia gama de prestaciones, tales como golf, tenis, piscina y gimnasio. El costo promedio de estos com- plejos oscila entre US$ 1300 y US$ 2500 por mes, según el tamaño de la vivienda, la ubicación, los ser- vicios y las prestaciones. La mayoría de los complejos aceptan únicamente medios de pago privados, pero puede que se otorguen ciertos subsidios para personas de bajos ingresos. Las instituciones de vida asistida (Assisted Living Facilities) ofrecen habitaciones o departamentos priva- dos con servicios de cuidado en el hogar y actividades sociales para personas de la tercera edad. Muchas po- seen secciones especiales para enfermos de Alzheimer y son sumamente apropiadas para personas en las eta- pas iniciales o intermedias de la enfermedad, quienes necesitan cierta ayuda periódica que no incluye cuida- dos intensivos. Pueden ofrecer un entorno hogareño, cobertura de personal las 24 horas, asistencia en co- midas y labores domésticas, actividades terapéuticas y servicios médicos en el hogar, de ser necesarios. Según el tamaño y la ubicación de la vivienda, y el nivel de la atención, el costo de las instituciones de vida asistida puede oscilar entre US$ 1000 y US$ 6000 por mes, con un promedio nacional de entre US$ 2500 y US$ 3000 por mes. Los centros de atención permanente (Continuing Care Retirement Communities) o de cuidados de por vida (Life Care Communities) requieren un compro- miso para toda la vida. Al principio, funcionan como complejos residenciales independientes, pero les ofre- cen atención permanente a los residentes a medida que éstos envejecen, y sus necesidades cambian. La persona que ingresa debe ser capaz de vivir en forma indepen- diente, para luego ser trasladada de un departamento a una pensión de ancianos afiliada. Algunos de estos centros ofrecen programas especiales para las personas que padecen Alzheimer. Por lo general, se cobra una tarifa inicial de entre US$ 20.000 y US$ 400.000, y una cuota mensual de mantenimiento que va de US$ 400 a US$ 2500. Las residencias de ancianos (Nursing Homes) o los centros de atención especializada (Skilled Nursing Fa- cilities) ofrecen cuidados a largo plazo, las 24 horas, para personas que atraviesan los últimos estadios de la enfermedad de Alzheimer. Muchos centros poseen sec- ciones especiales para enfermos de Alzheimer. Propor- cionan habitaciones, comidas, actividades supervisadas y terapias necesarias para residentes. Las residencias de ancianos deben contar con la autorización del estado y una certificación de Medicare y Medicaid, por lo que deben cumplir con normas, inspecciones y evalu- aciones estrictas. Medicare no cubre los cuidados a largo plazo. Medicaid está disponible para personas de bajos ingresos o cuyos recursos se hayan agotado. El costo promedio de una residencia de ancianos varía de US$ 3000 a US$ 6000 por mes. Cuidados terminales y paliativos Las personas con enfermedades terminales, cuya expectativa de vida es de seis meses o menos, pueden recibir cuidados paliativos en el hogar o en un centro especializado. En los centros de cuidados terminales y paliativos, más que curar la enfermedad y prolongar la vida, lo que se intenta es que los residentes vivan lo mejor posible. El objetivo de estos centros es preservar la dignidad de la persona y brindar la más alta calidad de vida durante el tiempo que sea posible. Medicare cubre el costo de los cuidados terminales y paliativos, un servicio disponible para las personas que padecen Alzheimer. No obstante, en estos casos, el beneficio está infrautilizado, ya que es difícil determinar el ti- empo de vida que le queda a la persona. Cómo elegir una residencia de ancianos Es posible que muchos cuidadores sean incapaces de cuidar a sus seres queridos en el hogar cuando éstos atraviesen la última etapa de la enfermedad de Alzheimer. Por más difícil que resulte la decisión de trasladar a la persona a una residencia de ancianos, puede que sea la mejor opción. Las decisiones más sa- bias se toman cuando la transición se ha planificado con bastante antelación. Una espera demasiado prolon- gada podría precipitar un suceso traumático que requi- riese acción inmediata. Los familiares deberían con- siderar las necesidades y los deseos tanto del enfermo 24 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 29. de Alzheimer como del cuidador a la hora de elegir un establecimiento. Los siguientes consejos podrían resultar de ayuda al momento de elegir una residencia: Recabe información sobre las opciones disponibles • al poco tiempo del diagnóstico, de modo que pueda tomar una decisión adecuada cuando se presente la necesidad. Busque residencias en su localidad y solicite una cita • para evaluar las instalaciones, las actividades, los programas y los servicios que ofrecen. También real- ice visitas sin previo aviso. Observe de cerca la forma en que el personal inter- • actúa con los residentes; averigüe si los empleados están capacitados para tratar específicamente con enfermos de Alzheimer. Observe el comportamiento de los residentes y hable • con sus familias. Asegúrese de que la residencia esté limpia y bien ilu- • minada, que no haya olores desagradables y que el nivel de ruido sea aceptable. Si la persona es propensa a deambular, controle la • seguridad. Asegúrese de que la residencia posea las licencias y • las certificaciones correspondientes. Lea las encues- tas publicadas. Estudie las opciones de pago y los acuerdos o los • contratos con atención. Para más información sobre cómo encontrar y selec- cionar una residencia de ancianos apropiada, visite los sitios web que se incluyen en la Lista de Recursos. Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 25
  • 30. Por más que cambie la manera, todavía hay tiempo de disfrutar la vida. 26 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 31. Muchas personas con diagnóstico de Alzheimer afirman que, cuanto más saben de la enfermedad, mejor se sienten. Al aprender, saber qué esperar y compartir ideas e información con los seres queridos, otros enfermos, profesionales y miembros de grupos de apoyo, los enfermos pueden sentir un mayor control, menos ansiedad y más capacidad para aprovechar los tratamientos existentes y las fuentes de asistencia disponibles. Las organizaciones y las publicaciones que se incluyen al final de este cuadernillo son recursos muy valiosos. Para Concluir… Después de adaptarse al nuevo diagnóstico y prepararse para el futuro, se debería hacer hincapié en cómo convivir y lidiar con la enfermedad. Por más que cambie la manera de vivir, todavía hay tiempo de disfrutar la vida. Los enfermos de Alzheimer y sus seres queridos pueden encontrar consuelo y apoyo en una red de información cada vez mayor, en nuevos tratamientos, en recomendaciones de estilo de vida y en recursos. Aunque aún no se ha encontrado una cura para la enfermedad de Alzheimer, existe una enorme cantidad de investigaciones que se están reali- zando bajo la dirección de científicos especialmente dedicados en todo el mundo. A lo largo de los últimos años, se ha logrado un gran avance. Nuestra compren- sión de esta compleja enfermedad es muchísimo mayor ahora y, a medida que unamos las piezas del rompe- cabezas, estaremos cada vez más cerca de resolver el misterio y de encontrar una cura. Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 27
  • 32. Recursos Información general, recursos y referencias Alzheimer’s Disease Research a program of the American Health Assistance Foundation (Investigación de la enfermedad del Alzheimer, un programa de la Fundación Americana de Asistencia para la Salud) Fuente de información, novedades, elecciones salud- ables, tratamientos, cuidados y estudios recientes sobre la enfermedad de Alzheimer. www.ahaf.org 301-948-3244 ó 1-800-437-2423 Las siguientes organizaciones no están afiliadas a la AHAF. AHAF no se responsabiliza del contenido de estos sitios web y no apoya o recomienda ningún programa en particular de estas organizaciones. Alliance for Aging Research (Alianza para la Investigación del envejecimiento) Brinda información acerca de los descubrimientos médicos relacionados con la edad y temas de salud. www.agingresearch.org 202-293-2856 American Association of Retired Persons (AARP) – (Asociación Americana de personas jubiladas) Organización de afiliados para personas mayores de 50 años. Sitio web informativo. www.aarp.org 1-888-687-2277 (1-888 OUR AARP) American Federation for Aging Research (Federación Americana para la investigación del envejecimiento) Brinda información sobre estilos de vida saludables, afecciones vinculadas a la edad, enfermedades y la biología del envejecimiento. www.infoaging.org 212-703-9977 ó 1-888-582-2327 National Council on Aging (Consejo Nacional sobre el Envejeciemiento) Ofrece información sobre cómo envejecer de forma saludable y mantener la independencia, así como programas de beneficios privados y públicos. Incluye actualizaciones de noticias de interés para personas de la tercera edad. www.ncoa.org 202-479-1200 National Institute on Aging, National Institutes of Health (Instituto Nacional sobre el Envejeciemiento, Institutos Nacionales de Salud) Coordina y apoya estudios conductuales, sociales y biomédicos, así como programas de educación públi- ca a fin de promover un proceso de envejecimiento saludable. Este sitio web contiene una base de datos con información sobre más de 250 organizaciones nacionales dedicadas a ayudar a personas mayores. www.nia.nih.gov www.nihseniorhealth.gov (información general) www.nia.nih.gov/HealthInformation/ ResourceDirectory.htm (base de datos) 301- 496 -1752 ; TTY 1-800-222-4225 National Long Term Care Ombudsmen Resource Center (Centro Nacional de Cuidados a largo plazo y recursos de defensoría) En la sección “Ombudsmen Locator” (localizador de defensores del pueblo), encontrará información de contacto organizada por estado para localizar defen- sores del pueblo, agencias sobre asuntos de la tercera 28 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 33. edad, concesión de licencias a residencias de ancia- nos, Medicaid y otros recursos estatales. www.ltcombudsmen.org 202-332-2275 Senior Citizens Bureau (Oficina para personas de la tercera edad) Brinda información sobre programas gubernamen- tales, ayuda psicológica, viviendas, etc. para perso- nas de la tercera edad. Incluye un directorio dividido por estados con información sobre diversos servicios. www.seniorcitizensbureau.com 1-888-801-2497 (Línea de información para ancianos directa las 24 horas) Recursos locales y estatales Profesionales de la salud Los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, etc.) representan la primera fuente de información para aquéllos que atraviesan problemas de salud. Agencias locales y estatales sobre asuntos de la tercera edad Cada estado y territorio de los Estados Unidos de América cuenta con una agencia sobre asuntos de la tercera edad ubicada en su ciudad capital, como así también agencias locales. Consulte el directorio telefónico o en línea para localizar las agencias en cada estado o área. Proporcionan información so- bre servicios de nutrición y apoyo, programas sobre derechos de ancianos, cuidados a largo plazo, pro- gramas de defensores del pueblo, servicios legales, programas de extensión comunitaria y prevención de abusos a personas mayores. Departamentos estatales de servicios sociales y de salud Cada estado en EUA cuenta con estos departamen- tos, como así también con oficinas locales. Pueden brindar información sobre servicios de apoyo y cui- dados temporarios, instalaciones, asistencia finan- ciera, reglamentaciones y licencias. Consulte el direc- torio telefónico o en línea para localizar las agencias en cada estado y localidad. Servicios de cuidado y apoyo a cuidadores Caregiver Resource Center (a division of Employee Assistance Professionals, Inc.) – Centro de Recursos para el Cuidador (una división de Asistencia de empleados profesionales, Inc.) Brinda información sobre cuidados, planificación de servicios de cuidado a largo plazo y asistencia a empleados. www.caregiverresourcecenter.com 203-861-9833 CarePathways (Caminos al cuidado) Creado y coordinado por enfermeras tituladas para brindar acceso a productos, servicios e información sobre el cuidado de la salud. www.carepathways.com 1-877-521-9987 Children of Aging Parents (Los hijos de padres ancianos) Proporciona información y materiales destinados a hijos adultos para el cuidado de padres mayores. www.caps4caregivers.org 1-800-227-7294 Eldercare Online (Cuidados de ancianos en línea) Grupo de apoyo en línea para cuidadores con infor- mación y un directorio de grupos de apoyo. www.ec-online.net Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 29
  • 34. Recursos Family Caregiver Alliance, National Center on Caregiving (Alianza nacional del cuidador doméstico, centro nacional sobre el cuidado) Información, educación, servicios, investigación y aboga por aquellas personas que cuidan pacientes con afecciones crónicas y con efectos de incapacidad. www.caregiver.org 1-800-445-8106 Meals on Wheels (Comidas sobre ruedas) Brinda información sobre servicios locales de en- trega de comida a domicilio para personas de la tercera edad. www.mealcall.org National Adult Day Services Association (Asociación de servicios del día nacional del adulto) La base de datos del sitio web permite localizar ser- vicios de cuidado diurno para adultos. www.nadsa.org 1-877-745-1440 National Association of Professional Geriatric Care Managers (Asociación nacional de administradores de atención geriátrica profesional) Especialistas en servicios humanos y de salud que ayudan a las familias a cuidar a sus parientes may- ores, al mismo tiempo que fomentan la mayor inde- pendencia posible. La base de datos en línea permite localizar un administrador de atención geriátrica. www.caremanager.org 520-881-8008 National Caregivers Library (Biblioteca nacional de los cuidadores) Una amplia biblioteca en línea para cuidadores que contiene artículos, formularios, listas de control y vínculos a recursos externos específicos por tema. www.caregiverslibrary.org National Center for Assisted Living (NCAL) – (Centro Nacional para la vida asistida) Representa a proveedores de cuidados a largo plazo. Contiene información para personas en instituciones de vida asistida. www.ncal.org 202-842-4444 Seguridad y asistencia médica en el hogar Alzheimer’s Disease Education and Referral Center (ADEAR), National Institute of Aging, National Institutes of Health – (Centro de Educación y remission de la enfermedad de Alzheimer (ADEAR), Instituto Nacional del envejecimiento, Institutos nacionales de salud)- Una sección del sitio web de ADEAR ofrece infor- mación sobre temas relacionados con la enfermedad de Alzheimer e incluye una lista de control sobre seguridad habitación por habitación (también di- sponible en formato impreso). www.nia.nih.gov/Alzheimers/Publications/ homesafety.htm#room 1-800-438-4380 30 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 35. AllegroMedical.com Brinda diversos productos de atención médica en el hogar, incluidos elementos de seguridad. www.allegromedical.com 1-800-861-3211 The Alzheimer’s Store (La tienda del Alzheimer) Ofrece productos de seguridad para encargarse de la deambulación y de otros problemas de seguridad relacionados con la enfermedad de Alzheimer. www.alzstore.com 1-800-752-3238 MedicAlert Foundation International (Fundación internacional de alerta médica) Ofrece emblemas y cadenas grabadas con el número de afiliado de la persona, afecciones médicas principales y el número de la línea gratuita del centro de respuesta a emergencias disponible las 24 horas. MedicAlert per- mite identificar a la persona, que se transmitan hechos médicos clave y se notifique a los contactos familiares. www.medicalert.org 1-888-633-4298 209-668-3333 (para llamadas desde el exterior de EUA) Fisher Products Ofrece productos de atención médica en el hogar. www.fshershops.com 1-866-804-4042 Sears Home Health Care Specialogue (Catálogo especial de Sears para la atención médica en el hogar) Ofrece una gran variedad de productos para el cui- dado de la salud de las personas de la tercera edad en el hogar. www.searshealthandwellness.com 1-800-326-1750 Servicios y programas federales del Gobierno Administration on Aging, U.S. Department of Health and Human Services (Adminstración sobre el envejecimiento, departamento de salud y recursos humanos de EUA) Un punto de partida para obtener información sobre el proceso de envejecimiento dirigido a las personas mayores y a sus familias. www.aoa.gov 202-619-0724 Alzheimer’s Disease Education and Referral Center (ADEAR), National Institutes of Health – (Centro de Educación y remission de la enfermedad de Alzheimer (ADEAR), Institutos nacionales de salud)- Brinda recursos e información actual sobre la enfermedad de Alzheimer. www.nia.nih.gov/alzheimers 1-800-438-4380 Centers for Medicare and Medicaid Services, U.S. Department of Health and Human Services (Centros de servicios de cuidado y auxilio medico, departamento de salud y recursos humanos de EUA) Ofrece información actualizada y recursos de Medi- care y Medicaid. www.cms.hhs.gov 1-800-633-4227 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 31
  • 36. Recursos DisabilityInfo.gov Proporciona información sobre las distintas dis- capacidades y programas del Gobierno disponibles en relación con los beneficios, los derechos civiles, la vida comunitaria, la educación, el empleo, la vivi- enda, la salud, la tecnología y el transporte. www.disabilityinfo.gov 1-800-FED-INFO (1-800-333-4636) Eldercare Locator Brinda información sobre recursos para personas mayores en cualquier comunidad de EUA; referencias de agencias locales y estatales sobre asuntos de la tercera edad, y organizaciones comunitarias que sat- isfacen muchas necesidades de los mayores; e infor- mación de especialistas de habla hispana e inglesa. www.eldercare.gov 1-800-677-1116 GovBenefits.gov Asociación de agencias federales que brindan acceso a programas de asistencia del Gobierno. www.govbenefts.gov 1-800-FED-INFO (1-800-333-4636) Medline Plus Servicio de la U.S. National Library of Medicine y de National Institutes of Health que brinda información sobre diversos temas relacionados con la salud. www.medlineplus.gov Medicaid (Auxilio médico) Programa financiado por el Gobierno federal y es- tatal para asistir a las personas sin recursos y, de esa manera, costear la asistencia médica. Consulte el directorio telefónico o en línea para obtener infor- mación sobre este programa en cada estado. Medicare (Cuidado médico) Programa federal que cubre los gastos de ciertos ser- vicios médicos. Llame las 24 horas del día, los 7 días de la semana, al servicio de atención al cliente, aten- dido por operadores de habla hispana e inglesa. www.medicare.gov 1-800-633-4227; (1-800-MEDICARE) Recursos National Clearinghouse for Long- Term Care Info, U.S. Department of Health and Human Services (Centro nacional de información del cuidado a largo plazo, departamento de salud y recursos humanos de EUA) Brinda información sobre cuidados a largo plazo, planificación y estrategias de pago. www.longtermcare.gov National Institute of Neurological Disorders and Stroke, National Institutes of Health (Instituto nacional de trastornos neurológicos y cerebrovasculares, Institutos nacionales de salud) Brinda información general sobre la enfermedad de Alzheimer y sitios web, y ofrece una serie de publica- ciones sobre esta enfermedad en su página. www.ninds.nih.gov Administración del Seguro Social El Seguro Social es un programa que brinda benefi- cios de jubilación y por incapacidad. www.ssa.gov 1-800-772-1213 32 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer
  • 37. Asistencia financiera Benefits Checkup, National Council on Aging (Evaluación de beneficios, consejo nacional sobre el envejecimiento) Proporciona información sobre programas federales y estatales que ofrecen asistencia económica para costear medicamentos recetados, facturas de servi- cios públicos, servicios médicos y otras necesidades de los estadounidenses de la tercera edad. www.beneftscheckup.org Programa Hill Burton Este programa se interrumpió en 1997. No obstante, 300 hospitales y centros de asistencia médica siguen comprometidos a proporcionar cuidados sin costo o de costo reducido. Existe un directorio en línea disponible. www.hrsa.gov/hillburton 1-800-638-0742 (1-800-492-0359 en Maryland) Partnership for Prescription Assistance (Asociación para la asistencia de prescripciones) Ayuda a los pacientes que reúnen los requisitos y que carecen de cobertura para obtener medicamentos re- cetados a recibirlos por medio de programas públicos o privados adecuados. www.pparx.org 1-888-477-2669 (1-888-4PPA-NOW) RxAssist (Asistencia de recetas médicas) Brinda información sobre programas de asistencia a pacientes, patrocinados por compañías farmacéuticas que proveen medicamentos gratuitos a quienes no pueden pagarlos. www.rxassist.org 401-729-3284 United Project Community for Better Health (Proyecto comunitario unido para mejorar la salud) Una comunidad en línea para quienes desean acceder a mejores opciones de asistencia médica. www.unitedproject.org Asistencia legal American Bar Association (Asociación americanca de abogados) Brinda información para encontrar asesoramiento legal y localizar abogados por estado. Parte de este sitio web se centra, específicamente, en cuestiones legales de la tercera edad. www.abanet.org www.abanet.org/aging/home.html 1-800-285-2221 ElderLawAnswers.com (Respuestas de leyes sobre la tercera edad) Encuentre un abogado, recursos e información sobre asuntos legales y financieros relacionados con la ter- cera edad. www.elderlawanswers.com 1-866-267-0947 National Academy of Elder Law Attorneys (Colegio nacional de abogados sobre leyes de la tercera edad) La base de datos permite localizar a un abogado es- pecialista en derecho de la tercera edad, en el sector público o privado, que trate asuntos legales relacio- nados con las personas mayores y discapacitadas. www.naela.com 520-881-4005 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer 33
  • 38. Recursos Recursos Opciones de vida y cuidados a largo plazo American Association for Homes and Services for the Aging (Asociación Americana de servicios y hogares de la tercera edad) Brinda información y un directorio de servicios y centros de cuidado para ancianos. www.aahsa.org Commission on Accreditation of Rehabilitation Facilities (Comisión de acreditación de servicios de rehabilitación) Ofrece asesoramiento para localizar un centro de rehabilitación autorizado. www.carf.org 1-888-281-6531 Helpguide.org (Organización de guía de ayuda) La sección “Senior Housing and Care” (“Cuidado y Vivienda para Personas de la Tercera Edad”) del sitio web brinda información sobre opciones de vivienda y cuidado a largo plazo. www.helpguide.org My Guide for Seniors™ (Mi guía para la tercera edad™ ) Incluye una guía de viviendas para personas de la tercera edad y opciones para enfermos de Alzheimer. www.myguideforseniors.com 1-800-851-4511 MyZiva.net® La guía completa de residencias de ancianos Brinda información sobre cómo localizar y selec- cionar residencias de ancianos, y realizar los pagos correspondientes. www.myziva.net seniorDECISION.com Ofrece una lista de opciones de viviendas para perso- nas de la tercera edad y asistencia médica a domicilio disponibles en cada estado y área, e incluye evalu- aciones y calificaciones de usuarios. www.seniordecision.com SNAPforSeniors™ Se puede utilizar la base de datos en línea para localizar viviendas para personas de la tercera edad y consultar su disponibilidad. www.snapforseniors.com 1-888-651-7627 Estudios y ensayos clínicos Base de datos de ensayos clínicos para tratar la enfermedad de Alzheimer. Base de datos de los ensayos clínicos para tratar la en- fermedad de Alzheimer y la demencia, que se desarrol- lan en centros de todo el territorio estadounidense. www.alzheimers.org/clinicaltrials/search.asp 34 Cómo convivir con la Enfermedad de Alzheimer