Las llamadas al teléfono de emergencias la noche de la tragedia en el Madrid Arena indicaron que los asistentes alertaron de la sobrecarga y de que las puertas estaban cerradas impidiendo que la gente saliera cuando ocurrió la avalancha, en la que murieron cinco jóvenes. El jefe de seguridad explicó que redujeron el número de vigilantes esa noche para ahorrar costos y reconoció que el número era insuficiente para la magnitud del evento. También admitió que no hubo una inspección adecuada de las instalaciones antes