2. La suplantación de identidad es una actividad
malintencionada que consiste en hacerse pasar por otra
persona por diversos motivos: cometer algún tipo de
fraude, obtener datos de manera ilegal, cometer
ciberbullying o grooming (conseguir la confianza de un
menor para poder abusar sexualmente de él). El ejemplo
más típico de suplantación es crear un perfil falso en las
redes sociales para poder comunicarse con otras personas
haciéndose pasar por ella.
Por lo general se suele tender a pensar que las únicas
personas a las que se suplanta su identidad son personas
famosas, como por ejemplo políticos o celebrities. Esta es
una idea incorrecta, ya que cualquier identidad de un
usuario anónimo corre el riesgo de ser suplantada. El
número de personas que han denunciado una
suplantación de identidad ha crecido exponencialmente
en los últimos años.
3. ¿En qué consiste la suplantación de identidad?
La suplantación de identidad es hacerte pasar por otra
persona concreta, es decir, usurpar la identidad de esa
persona (nombre, imagen, nick, avatar, cuenta de usuario,
etc.), para hacer creer a los demás que somos esa persona.
Existen diferentes formas a través de las cuales puede
suplantarse la identidad de una persona. Actualmente, lo
más habitual es llevar cabo la suplantación de identidad
en Internet, como, por ejemplo, la suplantación de
identidad en redes sociales, en las que o bien se crea un
perfil con el nombre y la imagen de la persona a la que se
quiere suplantar, o bien se roba un perfil de usuario ya
existente para usurparlo.
4. Tipos y casos de suplantación de identidad
Ahora que ya sabemos qué es la suplantación de
identidad, vamos a ver qué casos y tipos de suplantación
de identidad son más habituales, dependiendo del medio
usado para llevarlo a cabo.
La pérdida o sustracción del DNI es una vía abierta a la
suplantación de identidad. Es algo que a todos nos puede
pasar en un momento dado. A esto hay que sumar una
tendencia actual, que es enviar una imagen o copia del
DNI a través de Internet, una técnica que se emplea para
hacerse con los datos del documento de la víctima en una
supuesta venta o trámite.
5. Firma
Otro de los métodos más habituales de suplantación de
identidad es la falsificación de la firma. En el código penal
esta infracción se engloba dentro de la falsificación
documental.
Suplantar o falsificar la firma de otra persona se considera
delito siempre y cuando dicha firma se haya utilizado para
obtener algún tipo de beneficio económico (o causar un
perjuicio). Por ejemplo, para la compra de un inmueble o
para efectuar el pago de deudas.
Tarjeta de crédito
Las nuevas tecnologías e Internet también han hecho que resulte más fácil
la suplantación de identidad a través de las tarjetas de crédito. El objetivo
es robar a las víctimas o usar sus tarjetas para cargar gastos. Podríamos
decir que es un tipo de suplantación de identidad en banco.
Existen diferentes técnicas y modos de llevar a cabo esta usurpación de
identidad, que cambian y evolucionan a la velocidad de las nuevas
tecnologías, pero podemos englobarlas en dos categorías principales:
fraudes con tarjeta no presente y fraude de tarjeta presente.
6. Teléfono
La suplantación de identidad por teléfono es más común
de lo que se piensa. La realidad es que se pueden
contratar servicios con empresas de telefonía y
telecomunicaciones en general facilitando unos simples
datos personales: con el nombre, DNI, domicilio y número
de cuenta la mayoría de veces basta, y no se suelen pedir
datos adicionales.
Suplantación de identidad a través de la SIM
Para poder realizar estos fraudes, los delincuentes
necesitan nuestros datos, que pueden obtener de
diferentes maneras, como estamos viendo en este artículo.
Y una de las cosas que pueden hacer con estos datos es
pedir un recambio de nuestra tarjeta SIM. Con que tengan
los datos suficientes, como el DNI, podrán solicitar ese
duplicado con el que tendrán acceso a muchos más datos
personales y cuentas de servicios, como bancarios, de
streaming, redes sociales… Todo ello a través de la
verificación en dos pasos, que se asocia a nuestro número
de teléfono y este está en nuestra SIM.
7. ¿Qué consecuencias tiene la suplantación de identidad?
La suplantación de identidad tiene consecuencias negativas y, en algunos casos, muy serias, tanto
para quien es víctima de este tipo de delito como para quien lo comete (como podéis ver un poco
más adelante, en las penas con las que se castiga).
Pero centrándonos en las consecuencias de la suplantación de identidad para las víctimas,
señalamos:
Robo de dinero
Clonación de tarjetas bancarias
Compras online hechas con nuestro dinero
Robo de datos
Falsificación de documentos
Contratación de servicios a nuestro nombre o el de la empresa
Solicitud de préstamos a nuestro nombre o el de la empresa
Comisión de estafas o fraudes con nuestro nombre o el de la empresa
Robo de cuentas de usuario
Daños a nuestra reputación e imagen (tanto a nivel personal como empresarial)
Sufrir acoso y humillaciones en redes sociales
Daños psicológicos (como consecuencia de algunas de las anteriores)
Problemas legales derivados de la comisión de estafas, fraudes, delitos, deudas, etc., que quedan a
nuestro nombre o el de la empresa
8. Cómo prevenir o evitar la suplantación
Después de ver todas esas formas de usurpar la identidad y los fines para los que se puede usar, no está de más
saber cómo prevenir la suplantación de identidad. Para ello podemos tomar una serie de medidas que reduzcan
el riesgo de que alguien se haga pasar por nosotros o nos roben datos para usarlos de manera fraudulenta.
Procurar no dejar fotocopias del DNI o cualquier otro documento de identidad desatendidas o en manos de
extraños.
Darse de alta en el fichero DER (Documentación Extraviada y Robada). Al incluir el DNI en este archivo, hace que
las compañías establezcan protocolos de seguridad adicionales para evitar la suplantación de identidad.
Informarnos de qué es la suplantación de identidad mediante phishing y otras técnicas de robo de datos a
través del email.
Configurar la privacidad de nuestros perfiles lo máximo posible.
Utilizar contraseñas fuertes (largas y alfanuméricas) y que no contengan datos relacionados con cumpleaños,
nombres de familiares, direcciones, etc.
Renovar las contraseñas cada cierto tiempo.
No compartir fotos o vídeos comprometidos para evitar posibles chantajes futuros.
Revisar la política de privacidad y las condiciones del servicio al que queremos acceder.
Asegurarnos de que el sitio donde realizamos compras por Internet es seguro (la dirección debe empezar por
https:// y tener un candado cerrado en la barra del navegador).
No dejar el móvil desatendido en lugares públicos.
No conectarse a WiFi públicas o que no sean de confianza.
No publicar datos de forma abierta en la Red.