Este documento discute la convergencia tecnológica entre los teléfonos celulares inteligentes y la banda ancha móvil (BAM) como una vía para reducir la brecha digital en Chile. Señala que la masificación de la BAM requiere mayor espectro radioeléctrico para aumentar la penetración, mejorar los servicios, reducir precios y aumentar las velocidades. También destaca que la BAM ha crecido rápidamente pero aún está lejos de alcanzar la masividad de la telefonía móvil, por lo
1. Celulares inteligentes y BAM<br />EL CAMINO DE LA CONVERGENCIA TECNOLÓGICAY LA INCLUSIÓN DIGITAL<br />Por Guillermo Pickering Presidente Ejecutivo ATELMO Asociación de Telefonía Móvil<br />“La masificación de la BAM sólo será posible con mayor espectro radioeléctrico, sin el cual no es posible avanzar sustancialmente en penetración, servicio, precios ni velocidades”.<br />En la actualidad más de 16 millones de chilenos cuentan con un teléfono celular, lo que transforma a la industria móvil en el servicio más masivo y al cual hoy prácticamente todos tienen acceso; sin distingos de condición social, de edad o económica. Más bien, las diferencias están dadas por los equipos, sus funcionalidades, los planes y los minutos contratados, ya sea a través de contrato o prepago. <br />De hecho, en nuestro país la industria móvil posee una penetración de mercado y un desarrollo tecnológico en servicios de voz equivalente al de los países desarrollados. <br />Esta masificación ha generado que los celulares sean los aparatos a través de los cuales se está provocando la “convergencia tecnológica”. Así -contrario a lo que podríamos haber pensado hace un par de años atrás- el avance de la tecnología 3G (voz + datos) ha permitido el desarrollo de la Banda Ancha Móvil (BAM) y, por tanto, el crecimiento de los teléfonos inteligentes y de los dispositivos de conexión a Internet de manera inalámbrica. <br />Son justamente los teléfonos inteligentes –más baratos y asequibles que un computador, pero aún poco masivos- los que posibilitan a los usuarios acceder las diferentes aplicaciones tecnológicas que requieren para “estar conectados” en un mundo cada vez más digital. <br />De acuerdo a cifras de la SUBTEL, sólo en el período comprendido entre enero y diciembre de 2009, el número de conexiones de Banda Ancha Móvil (dispositivos USB y smartphones) se cuadruplicó, lo que implicó un crecimiento de 380,5% <br />Por ello, si bien la industria proyecta seguir con este ritmo de crecimiento y finalizar el 2010 con 1 millón de conexiones a BAM, aún se trata de una tecnología que está muy lejos de tener la penetración y masividad de la simple telefonía inalámbrica. <br />Así, nuestra realidad país nos lleva a afirmar que el camino más directo para avanzar en la disminución de la brecha digital en Chile -especialmente pensando en quienes viven en zonas alejadas y de difícil acceso- es la masificación de la BAM. Ello sólo será posible con mayor espectro radioeléctrico, sin el cual no es posible avanzar sustancialmente en penetración, servicio, precios ni velocidades. <br />Por lo anterior, empresas y autoridades debemos aunar esfuerzos para que cada vez más chilenos tengan acceso a servicios adicionales a los de voz a través de sus teléfonos celulares: conexión a Internet, correo electrónico, captación de imágenes y videos, acceso a carpetas de música, juegos, tv, etc. <br />Se ha demostrado que el aumento de penetración de la banda ancha en países en desarrollo como el nuestro aumenta la producción del país, genera mayor empleo y representa un apoyo esencial a la educación de los niños, sin el cual difícilmente podremos disminuir las desigualdades. <br />Actualmente, están disponibles las bandas de 2.600 y 700 Mhz, las permitirán a Chile contar con tecnologías de última generación y a los chilenos acceder a servicios aún insospechados con base en una red inalámbrica omnipresente en todas partes a velocidades de 20 o 40 MB/segundo, inimaginables una década atrás.<br />