El documento describe a una vendedora de violetas en Madrid llamada con ojos alegres y una cara risueña. Ella ofrece ramitos de flores a los caballeros por solo un real para que los usen en el ojal, cantando una canción. Compara a las vendedoras de flores con golondrinas que anuncian la llegada de la primavera con su canto mientras ofrecen sus flores.