Este poema describe la mente como un lugar cautivador, seductor y que desequilibra. Compara la mente a un logaritmo neperiano hecho de piezas rotas de porcelana, un tobogán de ideas como las mareas lunares y aguas profundas. La mente a veces canta o llora, se encierra o se libera al son de óperas como Norma, Aida y Tosca, oscilando entre la tragedia y la comedia. En resumen, el poema elogia la fascinante y cautivadora naturaleza de la mente