1. Io: Un mundo en erupción Como pocos, Io ha sabido otorgar sus misterios al mundo, mostrar su cara desde siglos atrás, para poner al ser humano en su sitio: en ocasiones se piensa que la Tierra, como único albergue conocido de vida, es un caso aparte de todo y merece toda la atención La curiosidad avanza, y a la par la ciencia y las innovaciones que abren cada vez más los ojos del ser humano frente a un cosmos inusitado, misterioso y en ocasiones, incitante para ser descubierto. En la medida que progresa el estudio de la astronomía, y entre miles de millones de estrellas, sistemas solares, planetas y satélites, la ciencia se ha topado con uno que es muy peculiar: Io. La civilización cree que buscando caminos en los confines del Universo, tal vez encuentre uno aquí, en la Tierra. A través de su estudio, se ha consolidado esta idea, pues sus singulares o únicas características y su situación privilegiada como satélite de Júpiter y como un verdadero “mundo de volcanes”, han hecho que, en múltiples ocasiones, los telescopios del mundo abandonen el estudio de otros satélites naturales por preferir a este astro. Al avanzar en el estudio de astros tan distantes como Io, al observar sus fenómenos y al maravillarnos con él, la humanidad aprende a estudiar, observar, comprender y amar a su propio astro: la Tierra. Y finalmente, ese es el propósito de la ciencia: saber más, para amar más.