Herramientas para discipulado escuela ministerial ii oct 2015
Conservando la-integridad
1. CONSERVANDO LA INTEGRIDAD
Preparado por:
Pastor: Plutarco Torres (Tesorero Nacional)
El propósito de escribir este tema es que el lector tenga una idea clara de lo que es la
integridad, y como se puede retener esta importante virtud para poder ser un verdadero
cristiano.
Según el diccionario Enciclopédico Larousse, integridad es el estado de una cosa que tiene
todas sus partes, o que no ha sufrido alteración. Cualidad de una persona recta, honesta.
En la biblia encontramos que Dios siempre ha exigido de sus servidores la integridad, ya que él
no admite que solo le entreguemos algunas partes de nuestra personalidad, sino que se
agrada cuando le entregamos todo a él.
Los hombres fieles del antiguo testamento entendían este principio de Dios, por lo tanto, lo
procuraban (Salmos 101:2) y en algunas ocasiones, hallándose en situaciones adversas en las
cuales no se sentían culpables, hacían reclamos a Dios arguyendo su integridad (Salmos 26:1).
Por lo anterior, se puede entender que, la integridad es la mejor de las virtudes de un cristiano;
puesto que la definición de la misma palabra es el estado de las cosas cuando posee todas
sus partes y no ha sido alterado o cambiado su esencia. De aquí se puede deducir que un
hombre íntegro es el que está completo y cabal en todas sus partes o cualidades espirituales,
morales y sociales (Santiago 1:3-4).
Es posible que como cristiano se tengan muchas cualidades o virtudes pero que a la vez falten
algunas, esto equivaldría a no estar completos. Por ejemplo, el apóstol Pedro en su segunda
epístola en el capitulo 1:5-9, se refiere a las virtudes y valores que hacen al cristiano completo
y cabal, es decir, integro:
“vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la
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2. CONSERVANDO LA INTEGRIDAD
virtud conocimiento: a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; al afecto fraternal,
amor. Porque si estas cosas no están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos y
sin frutos en cuanto al conocimiento de nuestro señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas
cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos
pecados”.
Desde la escritura mencionada, se observa como el apóstol Pedro insiste en que debemos
añadir virtudes a nuestra vida,; porque solo así podemos ser íntegros. “porque si estas cosas
están en vosotros, y abundan…”.
Es indispensable ser íntegros, no como una pequeña cualidad de la vida del cristiano, sino un
estado de vida en el cual convergen todas las virtudes que capacitan al hombre para estar ante
Dios y la sociedad.
Hasta ahora hemos analizado la importancia y la necesidad de ser íntegros, pero, ¿Cómo
podemos tener la integridad?
El hombre que la posea tendrá duras pruebas propinadas por el enemigo, ya sea desde afuera
o generadas por su propia naturaleza pecaminosa, desde adentro; que atacan cada una de las
partes que hacen de la integridad un todo.
El patriarca Job fue atacado por el diablo para que dejara de confiar en Dios y de ser justo, aun
su propia mujer le instó a que no siguiera confiando en Dios; pero el salió victorioso reteniendo
su integridad (Job 2:3,9 y 10).
Es por eso que en la actualidad se observan a hombres y mujeres de una vida cristiana
excelente, y de repente tienen actitudes que degradan su imagen cristiana; esto nos deja dicho
que tal persona no ha aprendido a retener su integridad.
Apreciado lector, ¿puede ser consciente de los momentos y circunstancias en las cuales no
has retenido la integridad? Te invito, a luchar contra toda tentación que quiera quitar de tu vida
lo que te hace ser acepto ante Dios y los hombres.
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