El festival "Más Danza" en El Salvador, creado por el bailarín Carlos Bonilla, tuvo su primera edición exitosa el año pasado. Este año, la segunda edición del festival traerá a reconocidos artistas de Europa y América para impartir talleres a bailarines salvadoreños. Bonilla espera que el festival ayude a fomentar el desarrollo de los bailarines locales y les brinde acceso a las nuevas tendencias de la danza, al igual que lo que él experimentó en Europa. El objetivo es que el festival se convierta en un
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¿De la iniciativa de un joven bailarín Salvadoreño radicado en Barcelona a un evento artístico
de referencia en Centroamérica?
El año pasado el director y fundador del festival “Más Danza”, Carlos Bonilla, organizó e impartió,
junto a Catherine Stüyt y Cecilia Segovia, una serie de talleres educativos orientados a bailarines
profesionales y estudiantes de danza, aportando así una perspectiva fresca al panorama de la danza
salvadoreña. Este año, desde el 27 hasta 31 de Julio, la segunda edición del festival, apoyada
oficialmente por la Secretaría de Cultura de San Salvador, vuelve a traer a la capital centroamericana
a reconocidos artistas de Europa y América.
¿Qué significa este festival para ti y por qué crees que es importante?
Para mí, este festival es como un sueño hecho realidad y una oportunidad para Centroamérica. El
Salvador es un país con mucho potencial artístico – cuenta con cientos de bailarines con
excepcionales condiciones físicas y una infraestructura importante de instituciones de divulgación
cultural, incluidos los teatros -; no obstante, las posibilidades de explorar y mantener ese potencial no
son las mismas que en Europa donde el intercambio constante de influencias artísticas entre los
diferentes países está al orden del día. Por ejemplo, en contraste con Centroamérica, aquí en España
es muy fácil coger un vuelo a Roma o Londres y ver el Royal Ballet o Sidi Larbi. Así pues, creo que
una buena manera de fomentar el desarrollo de los bailarines salvadoreños acorde a las nuevas
tendencias es poner a su disposición la experiencia y la pericia de reconocidos profesionales
extranjeros.
¿Se trata, por lo tanto, de una forma de ayudar al arte?
Sí, por supuesto, aunque también, hasta cierto punto, a las personas pues la danza, desde mi punto de
vista, además de ser una rama artística, es una forma de comunicar y una manera de gestionar el
miedo y la timidez.
¿Cómo se te ocurrió la idea de llevar a El Salvador a expertos extranjeros?
El impulso principal ha sido simplemente mi deseo de que mis compatriotas puedan tener acceso a lo
que yo he llegado a conocer en España gracias a la suerte y al apoyo de mi familia. No puedo negar
que cuando vine a Europa mi vida dio un giro. Se me abrieron nuevos horizontes. Una de las
personas que me ha inspirado profundamente es Iratxe Ansa, bailarina de las mejores compañías a
nivel mundial. Su profesionalidad e indudable dominio de la materia siempre iban acompañados de
una cercanía y una humildad que me han hecho entender que uno nunca ha de olvidarse de su calidad
humana. Es gracias a ella que tengo la convicción de que la danza es para compartir, y no para
competir, por lo cual los artistas debemos unirnos y hacer proyectos para ayudarnos los unos a los
otros. Esta es, sin duda, una de las ideas que define la filosofía de nuestro festival y que me ha
estimulado para dedicar mi tiempo y esfuerzo a la organización de “Más Danza”.
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¿Cuál fue la respuesta del público a la primera edición del festival?
El evento impresionó mucho tanto a los que participaron activamente en los talleres, como al público
externo. De hecho, gracias a su éxito, este año contamos con el apoyo de una institución pública y
una privada, a saber: la Secretaría de Cultura de San Salvador y Bellas Artes Santa Ana,
respectivamente. En cuanto a los alumnos, los vínculos establecidos durante el festival no se han
perdido, sino todo lo contrario, se están fortaleciendo. Muchos de los bailarines quedaron tan
fascinados que con una cierta frecuencia contactan conmigo por Skype para mostrarme sus últimos
logros y preguntar mi opinión. Además, gracias a su vivo interés por las últimas novedades artísticas,
suscitado, al menos en parte, durante el festival, estamos en continuo contacto a través de la
plataforma virtual en Facebook dedicada a la danza europea.
¿Hay alguna novedad con respecto a la primera edición?
La estructura general del evento es la misma, es decir, se trata de una semana intensiva de talleres y
conversatorios en el ámbito de clásico y contemporáneo realizados por un equipo de maestros de
sólida formación como Iratxe Ansa, Blanca Ferrer, Cecilia Segovia Kirill Radev. Además, como el
año pasado, el festival se coronará con una gala. De esta manera se da cabida no solamente a los
participantes activos de los talleres, sino también a cualquier tipo de público que desee disfrutar de
las puestas en escena.
¿Ya hacia dónde va el festival?
Me gustaría que el festival se convirtiese en un festival nacional, que se valorara su importancia en
Centroamérica donde no existen este tipo de eventos. Estaría encantado que el festival siguiera
produciendo cada vez más impacto artístico, pero también social. Uno de mis sueños es que en El
Salvador, asi como en otros países como Inglaterra, la danza adquiera tanta popularidad que un
panadero o un vendedor ambulante no solamente tenga a su futbolista, sino también a su bailarín
favorito.
¿O sea que va a haber una tercera edición…?
Sí, de hecho, ya tenemos previstos a algunos maestros, como por ejemplo Thomas Noone que es
Ingles y Nuria Martínez que es Española, y algunas sorpresa más...
Wojciech Lewandowski