Mirta Acuña Baravalle fue una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo en Argentina durante la dictadura militar de 1976-1983. Su hija Ana María Baravalle fue secuestrada en 1976 cuando estaba embarazada, y Mirta ha estado buscándola desde entonces. Ella ayudó a organizar las primeras protestas de las Madres de Plaza de Mayo y ha continuado luchando por los derechos humanos en Argentina durante décadas.
1. Mirta Acuña Baravalle
Activista de los DDHH en Argentina
Fundadora de las Madres de Mayo y las
Abuelas de Mayo.
El 28 de agosto de 1976, durante la
dictadura militar fue secuestrada-
desaparecida su hija Ana María
Baravalle, quien se encontraba
embarazada.
2. Mirta Acuña Baravalle
Durante varios meses buscó a sus
familiares sola y sin apoyo. A comienzos
de 1977 integró el primer grupo de
madres y familiares que se comenzaron
a reunir en la Plaza de Mayo, que luego
fue conocido como Madres de Plaza de
Mayo y de la cual fue una de sus
catorce fundadoras.
Han pasado 37 años y Mirta sigue
buscando a su hija
3. Mirta Acuña Baravalle
“A principios del 77 fui a la Casa de Gobierno, a
entrevistarme, porque supuestamente nos iban a dar
información. Ahí nos quedamos esperando a que alguien
nos informase, pero nadie lo hizo. Y seguimos yendo. Una
mañana estábamos cinco personas frente a la Casa de
Gobierno y llegaron cinco soldados con sus Itacas a pedirnos
que nos retiráramos, así que nos fuimos a la Plaza, donde
hay un banco circular. Nos sentamos en el banco tres
mujeres, una de ellas puso una bolsita en el suelo, sacó un
tejido y se puso a tejer, como diciendo: “Aquí estamos
tranquilamente tomando el sol”. Era Azucena (Villaflor de
Vincenti). Fue ella la que nos convocó para ir a la Plaza,
porque era el único lugar dónde había una posibilidad de ser
escuchadas. El primer jueves éramos catorce pero después,
lamentablemente, los secuestros empezaron a ser tan
sistemáticos que cada vez éramos más.”
4. Mirta Acuña Baravalle
Ha estado múltiples veces en Colombia, como integrante de
la Comisión Ética 6 veces. Últimamente como integrante del
grupo de Mujeres por la paz apoya activamente la búsqueda
de la humanización del conflicto armado y una solución
negociada al mismo.
Mirta ha buscado a su hija y desde un testimonio de
persistencia y lucha, se erige como un símbolo ético de
afirmación del derecho a la verdad, la justicia y a la
memoria.